¿Hasta qué punto el proveedor o productor está obligado a brindar “toda” la información a través de un anuncio publicitario a los consumidores razonables?
En materia publicitaria la doctrina reconoce que no existe, en principio, un “deber de
exhaustividad” o de incluir toda “la información mínima relevante”. Sin embargo el anunciante, en ejercicio de su libertad empresarial, tiene el derecho de decidir el contenido de su anuncio, eligiendo si presenta información subjetiva u objetiva y, en este último caso, la cantidad de información que va exponer. CONCLUSIONES • El principio de veracidad y el status de consumidor razonable, se deben comprender y analizar como un todo, para así poder determinar si se ha brindado la información necesaria para una toma de decisiones de acuerdo a nuestros intereses, como consumidores.
• El precedente Metro ha traído consigo resultados positivos, salvo algunas excepciones, la
publicidad comercial hoy en día cumple con el principio de veracidad indispensable para un consumidor razonable. Es necesario mantener el estándar de razonabilidad precisamente para que las normas puedan corregir situaciones aisladas de irracionalidad de los consumidores.