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ARGENTINA

HISTORIA
• Argentina indígena

La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a principios del siglo XVI sumaba
unas 330.000 personas agrupadas en una veintena de grupos étnicos. Los habitantes del Noroeste, de las
Sierras Centrales y de la Mesopotamia practicaban la agricultura, mientras que el resto del territorio estaba
ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las culturas más extendidas fueron los diaguitas al
Noroeste, los guaraníes, los tupíes, los tobas y los guaycurúes en el Noreste, los pampas en el centro y los
tehuelches, mapuches y onas en el Sur.
• Conquista y colonia (1492-1776)

En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos Ayres, la primera ciudad argentina. La miseria y
el hambre doblegaron a Mendoza y su gente y Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda fundación por
Juan de Garay en 1580. Las ciudades argentinas fueron fundadas por conquistadores que provenían de distintas
zonas de América. La corriente pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones la
ciudad de Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba
entonces a todo el Noroeste argentino. Las ciudades cuyanas fueron fundadas por la corriente proveniente de
Chile.

• Virreinato (1776-1810)

Lo que hoy es la Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en 1776 el rey Carlos III creó el Virreinato
del Río de la Plata, cuyo primer virrey fue Pedro de Ceballos. La capital, Buenos Aires, se convirtió en un gran
puerto comercial y se incrementó notablemente la exportación de cueros, tasajo y de la plata proveniente de las
minas del Potosí. El sistema de monopolio impuesto por España prohibía comerciar con otro país que no fuera la
propia España. Esto encarecía notablemente los productos y complicaba la exportación al tiempo que fomentaba
el contrabando a gran escala. En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron rechazadas por el
pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles. En cada milicia, los jefes y oficiales fueron
elegidos democráticamente por sus integrantes. Las milicias se transformaron en centros de discusión política.
• Independencia (1810-1820)

Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer
correctamente ni defender a sus colonias. La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de
del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a
actuar. El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que
puso fin al período virreinal. Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política
revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura independencia.

Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden los gobiernos (Primera Junta
(1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio (1814-1820) que no pueden
consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España. En esta lucha se destacaron Manuel
Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de Güemes. Las campañas
sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima. El 9 de julio de
1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819 dictó una
constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía.
• Era de Rivadavia (1820-1829)

A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos tendencias políticas: los federales, partidarios de
las autonomías provinciales, y los unitarios, partidarios del poder central de Buenos Aires. Estas disputas políticas
desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando
los caudillos federales de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron al directorio. A
partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta. La principal beneficiada por la situación fue Buenos
Aires, la provincia más rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los negocios del puerto.

• Época de Rosas (1829-1852)

En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel de Rosas, asumió la gobernación de
Buenos Aires y ejerció una enorme influencia sobre todo el país. A partir de entonces y hasta su caída en 1852,
retuvo el poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente a sus opositores y censurando a la prensa, aunque
contando con el apoyo de amplios sectores del pueblo y de las clases altas porteñas. Durante el rosismo creció
enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas industrias del interior que fueron
protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la organización nacional y a la sanción de una
constitución, porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras al resto del país y la pérdida de la
hegemonía porteña.
• Buenos Aires y la Confederación (1852-1862)

Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia productora de ganado como Buenos
Aires que se veía seriamente perjudicada por la política de Rosas, que no permitía la libre navegación de
los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo provinciales. En 1851, Urquiza se pronunció contra Rosas y
formó, con ayuda brasileña, el Ejercito Grande con el que derrotó definitivamente a Rosas en Caseros el 3
de febrero de 1852. Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853
sancionó la Constitución Nacional. Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta porteña
seguían siendo los mismos y Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un golpe de estado, conocido como la
“Revolución del 11 de Septiembre de 1852”. A partir de entonces, el país quedó por casi diez años dividido
en dos: el Estado de Buenos Aires y la Confederación (el resto de las provincias con capital en Paraná). La
separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el líder porteño Bartolomé Mitre derrotó
a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo la tutela porteña.
• Organización nacional (1862-1880)

Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre (1862-68), Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y
Nicolás Avellaneda (1874-1880), quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación del todo el
territorio nacional y la organización institucional del país fomentando la educación, la agricultura, las comunicaciones, los
transportes, la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como proveedora de materias primas y
compradora de manufacturas.

• República liberal (1880-1916)

En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo económico agroexportador y el modelo político
conservador basado en el fraude electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida política. Se incrementaron
notablemente las inversiones inglesas en bancos, frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa. En 1890 se produjo
una grave crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen gobernante. Por el lado político, la Unión
Cívica Radical luchaba por la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el movimiento obrero
peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los gremios socialistas y anarquistas.
La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado por innumerables
huelgas, llevaron a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la
discusión política de las calles al parlamento. En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su
nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio.
• Primeros gobiernos radicales (1916-1930)

La aplicación de la Ley Sáenz Peña hizo posible la llegada del radicalismo al gobierno. Los radicales gobernaron el
país entre 1916 y 1930 bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) (1928-1930) y Marcelo T. de Alvear
(1922-1928), e impulsaron importantes cambios tendientes a la ampliación de la participación ciudadana, la
democratización de la sociedad, la nacionalización del petróleo y la difusión de la enseñanza universitaria. El
período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores.
Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con miles
de trabajadores detenidos y centenares de muertos.

• Década infame (1930-1943)

El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo encabezaron un golpe de estado,
apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen, inaugurando un período en el
que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías. En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con
Inglaterra, que aumentó enormemente la dependencia Argentina con ese país. Se sucedieron los gobiernos
conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y 1932; el general Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y
1942, y Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se desentendieron de los padecimientos de los sectores populares
y beneficiaron con sus políticas a los grupos y familias más poderosas del país.
• Ascenso y auge del peronismo (1943-1955)

En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó
el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevó adelante un político tendiente a mejorar la
legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo). El apoyo popular a Perón lo condujo al gobierno en
las elecciones de 1946. Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejerció el poder limitando el accionar de
la oposición y censurando a la prensa, impulsó una política que combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones
y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la construcción de hospitales, escuelas, hogares para
niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres.

• “Revolución libertadora” (1955-1958)

En 1955 un golpe militar con amplio apoyo político y social derrocó a Perón, quien marchó al exilio. Tras el breve interregno de
Lonardi, militar de corte nacionalista y católico, un nuevo golpe de comando puso al Ejército, representado por Pedro Eugenio
Aramburu, y a la Marina, representada por Isaac Rojas, a la cabeza de un gobierno, cuyo objetivo medular era eliminar al peronismo
de la vida nacional, apuntando fundamentalmente al movimiento obrero. El decreto 4161 y los fusilamientos de junio de 1956,
máxima expresión de la reacción, se combinaron con la reforma de la constitución (1957) y la implementación de un proyecto
económico liberal ideado por Raúl Prebisch, que buscaba desmontar el modelo peronista y lograr la “estabilización” económica con
el respaldo del FMI. En este marco de violenta persecución, comenzó la denominada “resistencia peronista”, que se extendió
también a numerosos sectores populares no peronistas. No sin oposición interna, el régimen militar concedió una apertura electoral
que creyó controlar y que dio paso al período de las democracias condicionadas encabezadas por gobiernos radicales.
• Frondizi e Illia (1958-1966)

En 1958 el líder de la Unión Cívica Radical Intransigente, Arturo Frondizi, llegó al gobierno tras sellar una
alianza con Perón. Sin embargo, su política desarrollista, llevada a cabo mediante la contratación de empresas
extranjeras para la extracción de petróleo y la gestión de un crédito del FMI, condicionado a la
implementación de medidas liberales, no tardaron en granjearle la hostilidad del peronismo. Para hacer
frente a las manifestaciones de descontento, el gobierno puso en marcha el “plan Conintes”, que otorgó al
Ejército la facultad de arrestar, detener e interrogar a gremialistas y opositores. Su política exterior y el triunfo
del peronismo en las elecciones de 1962 precipitaron un nuevo golpe de estado. Procurando salvar la
institucionalidad, asumió el presidente del Senado, el radical José María Guido, cuyo gobierno estuvo
tutelado desde las filas castrenses. Las elecciones presidenciales de 1963, con proscripción del peronismo,
llevaron a la presidencia a Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo. La anulación de los contratos
petroleros, la Ley de Medicamentos y un aumento en la inversión en salud y educación cosecharon hostilidad
en el empresariado. El peronismo, especialmente su base sindical, y la prensa llevaron adelante una fuerte
campaña contra el líder radical, dejando el terreno libre para que, una vez más las Fuerzas Armadas,
asestaran un nuevo golpe a la democracia. El 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía asumió de facto el
mando del país. Contaba, una vez más, con amplio apoyo político y social.
• La “Revolución argentina” (1966-1973)

El general Juan Carlos Onganía aplicó, con apoyo del FMI, un fuerte programa liberal orientado a satisfacer
los intereses de los grandes grupos económicos, al tiempo que, bajo los auspicios de la Doctrina de la
Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos, convirtió la persecución del peronismo en la del
comunismo y de las guerrillas. Implantó una rígida censura, que alcanzó a toda la prensa y a todas las
manifestaciones culturales, incluyendo la intervención de las universidades y la expulsión de profesores
opositores, que derivó en lo que se conoce como la “fuga de cerebros”. Sin embargo, las movilizaciones
estudiantiles, las insurrecciones populares (como el Cordobazo) y la organización guerrillera debilitaron al
gobierno provocando un golpe interno. En junio de 1970 asumiría Roberto Levingston, de corte
nacionalista, que no lograría contener las protestas populares y la actividad guerrillera. Una segunda
manifestación popular en Córdoba, conocida como el “Viborazo”, dio por tierra con este nuevo gobierno.
En marzo de 1971, asumió Alejandro Agustín Lanusse, quien propugnó una política conciliatoria, a través
del GAN (Gran Acuerdo Nacional), permitiendo el regreso de Juan Domingo Perón y convocando a
elecciones nacionales sin proscripciones para el peronismo. En marzo de 1973, el triunfo sería para los
candidatos de esa fuerza, Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima.
• Vuelta de Perón (1973-1976)

Entre 1973 y 1976 gobernó nuevamente el peronismo con cuatro presidentes (Cámpora, 1973; Lastiri, 1973; Perón,
1973-1974; e Isabel Perón 1974-1976), quienes intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer
peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento de los sueldos y el control de precios.
Pero los conflictos internos del movimiento peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial de 1973,
complicaron la situación, que se agravó aún más con la muerte de Perón en 1974 y la incapacidad de su sucesora,
Isabel Perón, de conducir el país. Esta crisis fue aprovechada para terminar con el gobierno democrático y dar un
nuevo golpe militar, que contó una vez más con un amplio respaldo civil.

• Dictadura (1976-1983)

La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 contó con el decisivo respaldo de los grandes grupos
económicos nacionales y el financiamiento permanente de los grandes bancos internacionales y los organismos
internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el FMI. El saldo de su gestión fue el de miles de muertos y
desaparecidos, centenares de miles de exiliados, la derrota del Ejército argentino en Malvinas, la multiplicación de la
deuda externa por cinco, la destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento
de la totalidad de las empresas públicas a causa de la corrupción de sus directivos y de la implementación de una
política económica que beneficiaba a los grupos económicos locales y extranjeros.
SISTEMA POLÍTICO DE ARGENTINA
• La Constitución de 1853 estableció un sistema de gobierno representativo, republicano y federal, que ha
sido mantenido por todas las reformas constitucionales realizadas desde entonces.
• La Argentina se formó por la unión federativa de las provincias que surgieron luego de la disolución del
Virreinato del Río de la Plata y por la incorporación de las que se fueron constituyendo a partir de los
Territorios Nacionales.
• Las provincias son autónomas, lo cual está explicitado en el artículo 121 de la Constitución Nacional:
• Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que
expresamente se hayan reservado por actos especiales al tiempo de su incorporación.
• La Constitución vigente en la actualidad es la que resulta del texto establecido por la Convención
Constituyente de 1994.
• GOBIERNO FEDERAL
Las autoridades del gobierno federal tienen su sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que es actualmente la
Capital de la República o Capital de Nación, denominaciones utilizadas en la Constitución Nacional y en las leyes,
pero llamada de manera no formal Capital Federal.

Poder legislativo

El poder legislativo es ejercido por el Congreso de la Nación Argentina, integrado por dos cámaras. La Cámara de
Diputados reúne a los representantes directos de la población. Son elegidos por el sistema de representación
proporcional (sistema D'Hondt), duran cuatro años en su mandato y se renuevan por mitades cada dos años
pudiendo ser reelegidos indefinidamente. Siendo electos tomando como distrito único cada provincia y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, donde se vota por una lista de todos los candidatos de cada partido político o alianza
electoral, a los puestos que cada distrito ponga en disputa en esa elección. En 2006 contaba con un total de 257
miembros.

El Senado reúne a los representantes de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
correspondiéndole a cada una dos senadores por la mayoría y uno por la minoría, sumando en total 72 miembros.
Son elegidos por voto directo, duran seis años en su mandato y se renuevan por tercios cada dos años.
Por la Ley 24.012 de 1991 se estableció el cupo femenino en los cargos electivos, obligando a los partidos políticos de
incluir un mínimo de un tercio de mujeres entre los candidatos. El sistema ha sido especialmente efectivo en la
Cámara de Diputados en la que, en 2006 se desempeñaban 91 diputadas (35%) sobre un total de 256 miembros.
El Congreso de la Nación Argentina es el encargado de la formación y sanción de las leyes federales; además le está
encargado sancionar los códigos legales básicos del país (civil, penal, comercial, laboral, aeronáutico y de minería).
Cuenta con un organismo constitucional autónomo de asistencia técnica: la Auditoria General de la Nación, a cargo del
control de legalidad, gestión y auditoria de toda la actividad de la administración pública.
Asimismo, en el ámbito del Congreso de la Nación Argentina, funciona el Defensor del Pueblo, como órgano
independiente, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad, para defender los derechos humanos, y los demás
derechos constitucionales y legales afectados por la Administración.

• Poder ejecutivo

El poder ejecutivo es desempeñado por un ciudadano con el título de Presidente de la Nación Argentina. Elegido por
voto directo en doble vuelta junto con el candidato a vicepresidente. Se realiza una segunda vuelta electoral entre las
dos fórmulas más votadas si en la primera vuelta electoral ninguna fórmula hubiera obtenido más del 45% de los
votos válidos o, si hubiese obtenido entre el 40% y el 45%, existiera una diferencia con la segunda fórmula mayor al
10%. El presidente y el vicepresidente duran cuatro años en sus mandatos y pueden ser reelegidos inmediatamente
por un mandato más.
El gabinete de ministros del Presidente de la Nación es dirigido por el Jefe de Gabinete, quien se encuentra
a cargo de la administración del país y es responsable ante el Congreso.

• Poder judicial

El poder judicial es encabezado por una Corte Suprema de Justicia integrada por cinco jueces abogados
nombrados por el Presidente de la Nación con acuerdo del Senado, que requiere para ello una mayoría de
dos tercios.
Los tribunales inferiores están encargados de resolver los conflictos regulados por la legislación federal en
todo el país, denominados como tribunales federales y también por la legislación común en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, denominados tribunales nacionales. La designación y control directo de los
jueces corresponde al Consejo de la Magistratura, órgano de composición multisectorial.
La Constitución establece también el Ministerio Público como órgano independiente y autonomía funcional
y financiera, con la función de promover la actuación de la justicia en defensa de los intereses de la
sociedad. Está dirigido por el Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación.
• Gobiernos provinciales

En la Argentina existen 23 provincias. Gracias al sistema federal adoptado por la Constitución las provincias son
autónomas y mantienen todo el poder no delegado explícitamente al gobierno federal.
Todas las provincias cuentan con una Constitución republicana y representativa que organiza sus propios poderes
ejecutivo, legislativo y judicial y regula el régimen de autonomía municipal. Las provincias pueden sancionar leyes
sobre cuestiones no federales, pero las principales leyes comunes (civiles, comerciales, penales, laborales, de
seguridad social y de minería) están reservadas al Congreso Nacional (Constitución Nacional, artículo 75, inciso 12).
En todas las provincias, el poder ejecutivo está a cargo de un gobernador que dura en sus funciones cuatro años y
en general puede ser reelegido. El poder legislativo en algunas provincias está ejercido por una legislatura
unicameral y en otras por una legislatura bicameral. Todas las provincias cuentan con un poder judicial con su
correspondiente Corte Superior provincial y tribunales encargados de resolver los conflictos regidos por la ley
común (civil, penal, comercial, laboral, administrativo local).
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un régimen especial de autonomía sin llegar a ser una provincia. Una ley
sancionada en 1880 la confirmó como capital de la República. Cuenta también con una Constitución republicana
que establece un gobierno dividido en tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y un régimen de
descentralización en comunas. Las restricciones en materia de autonomía han influido para que hasta 2006
careciera de policía propia y un sistema judicial para resolver conflictos motivados en la aplicación de las leyes
comunes. El titular del poder ejecutivo lleva el título de jefe de Gobierno.

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