Para ustedes mis queridos

estudiantes…
Ustedes son la luz que ilumina mi día y la razón por la que estoy feliz de venir a
trabajar cada día. Entonces, recuerden que no hay manera de “probar” todas las
cosas sorprendentes y asombrosas que hace que ustedes sean USTEDES.

Todo lo que les pido es que hagan lo mejor que puedan y que no se rindan. Es
momento de adaptarnos al cambio, ustedes a verse por medio de una pantalla y
yo, a no recibir los abrazos más sinceros y lindos; pero a pesar de eso ¡están listos!
¡Yo creo en ustedes!”