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Amor, esperanza y

responsabilidad pedagógica.
Amor pedagógico.
• Martín Buber, “la mirada del educador los abraza a todos y los acoge
en su recinto más interior”.
• No debe verse como una simple concesión emotiva, sino como algo
que integra, entre otras cosas, la confianza, la admiración por los
alumnos y el aprecio de sus puntos fuertes”
La responsabilidad pedagógica
• la debilidad o vulnerabilidad del niño se convierte en una curiosa
fuerza sobre el adulto. Por consiguiente, la autoridad pedagógica la
concede el niño y se produce en un encuentro que el adulto
experimenta a través de la responsabilidad que tiene ante el niño”.

• Un niño me pide ayuda, y siento que debo actuar de forma receptiva


y responsable con él. ‘Sentirse reclamado’ es lo más importante, el
significado más profundo de ser educador o pedagogo”
La esperanza pedagógica
• La esperanza pedagógica, en fin, es nuestra experiencia afianzada de
las posibilidades de desarrollo de los niños y jóvenes. Es una
esperanza que sigue confiando con firmeza a pesar de las veces que
nos hayan podido poner a prueba”

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