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ARISTÓTELES

Según Diógenes Laercio


Según Diógenes Laercio
◦ Aristóteles fue el más auténtico de los discípulos de
Platón. Era de habla balbuciente, como dice Timoteo de
Atenas en su Sobre vidas. Además era de piernas delgadas,
dicen, y de ojos pequeños, y llevaba un distinguido
atuendo y anillos y un elegante corte de pelo.
Peripatético
Se separó de Platón mientras éste aún vivía. Por eso dicen que comentó aquél:
«Aristóteles da coces contra mí, como los potrillos recién nacidos contra su
madre».
Dice Hermipo en sus Vidas que estando él de embajador en representación de
Atenas en la corte de Filípo fue designado escolarca en la Academia Jenócrates.
En cuanto él regresó y vio que la escuela estaba dirigida por otro, eligió el paseo
que hay en el Liceo para filosofar en compañía de sus discípulos dando vueltas
hasta la hora de las unciones de los atletas. Por eso fue llamado peripatético. Sin
embargo, otros dicen que fue porque acompañaba a Alejandro, que se recobraba
dando paseos tras una enfermedad y charlaba con él.
Alejandro
Estuvo en Macedonia en la corte de Filipo y recibió como discípulo al hijo de
éste, a Alejandro, y le rogó que restaurara a su patria que había sido destruida
por Filipo, y lo consiguió. Y estableció leyes para sus habitantes. En Cálcide
murió, bebiendo acónito, según cuenta Eumelo en el libro quinto de sus
Historias, habiendo vivido setenta años. Este mismo cuenta que lo presentaron a
Platón cuando tenía treinta años, pero está equivocado. Pues vivió sesenta y tres
años, y estuvo al lado de Platón a los diecisiete.
Eurimedonte, que era sacerdote de la mistérica Deméter, intentó una vez acusar
de impiedad a Aristóteles. Pero él se escapó bebiendo el acónito.
Una bola de bronce
Se bañaba en un barreño de aceite caliente y que vendía el aceite. Algunos cuentan también que
se colocaba una bolsita de aceite caliente sobre el estómago. Y cuando se acostaba, se ponía una
bola de bronce en la mano, extendida sobre una vasija de cobre, para que, al caer la bola en el
caldero, lo despertara con el ruido.
Se le atribuyen además excelentes sentencias como las siguientes. Preguntado sobre qué ganancia
sacan los mentirosos, contestó: «Que cuando dicen la verdad no son creídos». Al serle reprochado
en cierta ocasión que había dado limosna a una mala persona, dijo: «Me compadecí del hombre,
no de su carácter». Acostumbraba a decir repetidamente ante sus amigos y contertulios,
dondequiera que estuviera en sus charlas, que «así como la visión recibe la luz del espacio en
torno, así el alma de los conocimientos científicos». Muchas veces, incluso disertando, decía que
los atenienses habían descubierto el trigo y las leyes. Pero que se servían del trigo, y de las leyes
no.
Máximas cotidianas
De la educación decía que las raíces son amargas, pero dulce el fruto.
Al ser preguntado qué envejece pronto, respondió: «la gratitud». Le
preguntaron qué es la esperanza y dijo: «Sueño del despierto».
Decía que la educación necesitaba de tres cosas: aptitud natural,
estudio y ejercicio. Al oír que uno estaba injuriándolo, dijo: «Que me
azote mientras estoy lejos». Decía que la belleza es una
recomendación mayor que ninguna carta de presentación.
Educación y belleza
Pero otros dicen que fue Diógenes quien la definió así, mientras que
él dijo que la bella forma era un regalo de la divinidad. Sócrates la
definió como una tiranía de breve duración; Platón, un privilegio de
la naturaleza; Teofrasto, un silencioso engaño; Teócrito, bisutería de
marfil; Carnéades, un reino sin guardias. Siendo preguntado en qué
difieren los educados de los ineducados, contestó: «En tanto como
los vivos de los muertos». Decía que la educación era un ornato en la
prosperidad, y un refugio en la adversidad.
¿Qué se obtiene de la filosofía?
Decía que los educadores eran más dignos de honra que los padres que sólo engendraron a sus
hijos; pues los unos daban sólo el vivir, y los otros el vivir bien. A uno que se ufanaba de ser de
una gran ciudad, le dijo: «No hay que mirar eso, sino quién es digno de una gran patria».
Preguntado qué es un amigo, contestó: «Una sola alma que habita en dos cuerpos a la vez». De
los hombres decía que unos ahorran como si fueran a vivir eternamente, y los otros dilapidan
como si fueran a morirse al instante. Al que le preguntaba que por qué con los hermosos
conversamos largamente, le dijo: «De un ciego es digna la pregunta». Como le preguntaran qué
había obtenido de la filosofía, dijo: «El hacer espontáneamente lo que otros hacen por miedo a
las leyes». Preguntado que cómo progresan los discípulos, contestó: «Siempre que persiguen a
sus precursores sin aguardar a los que vienen detrás».
Oh amigos
A un pesado que le hablaba, y que, después de haberlo abrumado con el tropel de
sus palabras, le preguntó: «¿No te he dado la lata?», le contestó: «No, por Zeus,
porque no te prestaba atención».
Preguntado cómo debemos comportarnos con nuestros amigos, dijo: «Como
desearíamos que ellos se comportaran con nosotros».
De la justicia decía que era la virtud del alma consistente en distribuir según el
mérito. Decía que la cultura es el mejor equipaje para la vejez. Relata Favo riño en
el segundo libro de sus Recuerdos que una y otra vez repetía: «Quien tiene amigos,
no tiene amigo». Que también se encuentra en el libro séptimo de sus Éticas. Y eso
es lo que se le atribuye.
Obra
En los libros que intenta exponer que el contenido de la filosofía es doble: hay
una filosofía práctica y otra teorética. Y la práctica incluye la Ética y la Política,
en la que están contenidos los asuntos acerca de la administración de la ciudad y
de la casa. La teorética abarca la Física y la Lógica, si bien la Lógica no
constituye un todo independiente, sino que está elaborada como un instrumento
(órganon) respecto del conjunto. Atribuyéndole un doble objetivo, lo definió
claramente como lo verosímil y lo verdadero. Para cada uno de éstos le adjudicó
dos facultades: la dialéctica y la retórica orientadas a lo verosímil, y la analítica
y la filosofía para lo verdadero, sin omitir nada ni de lo que respecta a la
invención ni de lo que respecta al juicio, ni tampoco de lo que se refiere al uso.
Virtud y vicio
Como fin único (de la vida humana) estableció el ejercicio de la virtud en una
vida completa. Dijo que la felicidad era la conjunción de tres bienes: los del
alma, a los que califica como principales por su poder; en segundo lugar los del
cuerpo, salud, vigor, belleza y los parecidos; y en tercer lugar, de los externos,
como riqueza, nacimiento noble, buena reputación y otros por el estilo. La
virtud no es suficiente para la felicidad. Pues necesita de los bienes del cuerpo y
de los externos, de modo que será infeliz el sabio si vive entre penalidades y en
la pobreza y en condiciones semejantes. Sin embargo, el vicio es suficiente para
la infelicidad, incluso si se dan en extremo junto a él los bienes externos y los
del cuerpo.
Amistad y sabiduría
Afirmaba que las virtudes no están en mutua conexión. Porque puede suceder que un
hombre sea sensato e igualmente justo, siendo intemperante y apasionado en exceso.
Decía que el sabio no estaba exento de pasiones, pero era moderado en sus pasiones.
Definía la amistad como igualdad de afecto recíproco. Distinguía la amistad entre
parientes, entre amantes y entre huéspedes. Y que existía el amor, no sólo hacía la
unión corporal, sino también hacia la filosofía. Y que el sabio se enamorará, y
participará en la vida política, y se casará, y vivirá en la corte de un rey. Siendo tres
los tipos de vida: teorética (contemplativa), práctica (activa) y hedónica (consagrada
al placer), consideraba superior la contemplativa. Consideraba provechosa la cultura
general para la conquista de la virtud.
Causalidad, alma y elementos
En el campo de los hechos naturales superó a todos en la definición de las
causas, de modo que presentaba las causas para explicar incluso los mínimos
fenómenos. Por eso redactó no pocos libros de apuntes relativos a causas físicas.
En cuanto a la divinidad, sostenía que era incorpórea, como también lo había
sostenido Platón; que su providencia se extendía hasta a los cuerpos celestes y
que era inmóvil. Y que los sucesos de la tierra estaban administrados por la
simpatía con los cuerpos celestes.
Además de los cuatro elementos admitía un quinto, del que están compuestos
los entes del éter. Y su movimiento es diferente, ya que se mueve circularmente.
También el alma es incorpórea, siendo la entelequia primera del cuerpo, como
conjunto natural y orgánico dotado en potencia de vida.
Entelequia
Llama entelequia a lo que es una forma (eídos) incorpórea. Ésta es de dos clases,
según él. La una es en potencia, como el Hermes en la cera, que tiene capacidad
de recibir las impresiones de su imagen, y la estatua en el bronce. Y la otra, en
acto, se llama a la entelequia del Hermes ya realizado o a la de la estatua. Es de
un cuerpo natural, ya que de los cuerpos los unos son artificiales, como los
realizados por los artesanos, así una torre o un barco. Y otros son producto de la
naturaleza, como las plantas y los cuerpos de los animales. Y lo califica de
orgánico, es decir, de organizado con un cierto fin, como la vista está para ver y
el oído para escuchar. Dotado en potencia de vida, es decir, en sí mismo.
Hábito y acto
Lo de «en potencia» se dice en dos sentidos: o
bien en hábito, o bien en acto. En acto, por
ejemplo, como se dice que el despierto tiene
alma. En hábito, como la tiene el durmiente.
Para que también éste quedara incluido, le
añadió lo de «en potencia».

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