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Discurso del método.

José Israel Hernández Escobedo –1875687


Jaqueline Berenice Martínez Reyes – 1870178
Edith Anaid Dávalos Muñoz – 1817906
Vigil Salas Mauricio Israel- 1809489
Aldo Gómez Saldaña – 1899593
Primera parte
CONCIDERACIONES QUE ANTAÑEN A LAS CIENCIAS.
Lo que llamamos buen sentido o razón, es naturalmente igual para todos, por lo
cual, la diversidad de nuestras opiniones no significan que sean mas razonables
que otros, sino que dirigimos nuestros pensamientos por caminos diferentes y
no consideramos las mismas cosas.
La razón es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue
de las bestias.
Siempre procura inclinarse al lado de la desconfianza antes que el
de la presunción.
“MI propósito no es enseñar el método que cada cual debe seguir
para dirigir su corazón, sino expresar como yo he procurado
conducir el mío.”
El gustaba por las matemáticas, por la certeza y evidencia que posee sus
razones; pero aun no advirtiendo cual era su uso y, pensando que solo era
utilizada para las artes mecánicas, le extrañaba que, siendo sus
conocimientos tan firmes y solidos, no hubiesen construido sobre ellos
nada mas elevado.
Nada diré de la filosofía sino que, al ver que ha sido cultivada por los
mas excelentes ingenios que han vivido desde hace siglos, y, sin
embargo, nada hay en ella que no sea objetivo de disputa y, por
consiguiente, dudoso.
Abandono del todo su estudio de letras; y, resulto a no buscar otra
ciencia que la que pudiera encontrar en si mismo o en el gran libro
del mundo.
SEGUNDA PARTE:
PRINCIPALES REGLAS
DEL MÉTODO.
•NO HAY TANTA PERFECCION ENLAS
OBRAS DE DISTINTOS CREADORES QUE
LAS DE UNO SOLO.
• Edificios
• Aldeas echas ciudades
• Obras ajenas
• Pueblos semisalvajes
evolucionando a comparación de
una civilización que desde el inicio
fue regida por un legislador.
• Religión
• Libros
• Nuestro juicio seria meramente de
razón si nadie hubiera influenciado
desde el nacimiento.
• Las colonias, calles y casas son derrumbadas
para luego se reedificadas y hacerlas bellas,
pero no seria igual de fácil con un estado
reedificando sus leyes, normas y sociedad, o
con una ciencia y sus teorías, mucho menos
en la vida personal.
• Su opción: suprimir todas sus creencias para
luego colocar las mejores y ajustarlas a la
razón, así habría una mejor conducción de
vida.
• Si se derrumba lo ya implementado desde
tu nacimiento en tu vida seria como subir
una vereda estrecha lleno de piedras,
tropiezos y barrancos, es mejor ir subiendo
por los caminos curvos y lisos ya formados.
PROPOSITO DEL LOS QUE NOS HATA Y
CONVENCE ES MAS LA
AUTOR: COSTUMBRE Y EL EJEMPLO
APRENDIDO MAS QUE
• Reformar pensamientos propios y obtener un ALGUN OTRO
terreno meramente suyo. CONOCIMIENTO.

Menciona que en el mundo hay dos clases de


ingenio:
1. Los que se creen mas hábiles de lo que son,
pero precipitan sus juicios y sin paciencia para
ordenar sus pensamientos (se ligan y se aferran
a sus principios con los que fueron educados)
2. Poseen modestia y razón para comprender
que son menos capaces de diferenciar lo
verdadero de lo falso que deben ser instruidos,
aguantarse a seguir las opiniones de los
primeros en vez de buscarlas solos.
LA PLURALIDAD DE VOTOS NO ES UNA PRUEVA QUE
VALGA, LA VERDAD, PUEDE SER ENCONTRADO POR UN
SOLO HOMBRE. ANDANDO SOLO APRENDIO A IR LENTO
Y AVANZANDO POCO PERO PRESERVANDOSE DE NO
CAER, A ACEPTAR OPINIONES DIFERENTES
APRENDIENDO QUE CADA UNA MEJORAN SU
CAPACIDAD DE INTERPRETAR Y CONOCER CADA MENTE.

• El autor cree que el se encontraría en el segundo


ingenio si solo hubiera sido instruido por un solo
maestro, que nunca hubiera conocido las diferencias
que existe entre los comentarios de los mas doctos.
• Pero viajando aprendió los contrastes de la crianza, los
gustos, las creencias y que los sentimientos que son lo
contrario a lo que tu sientes no significa que son
barbaros o salvajes, solo son diferentes.
Reglas del método

Primera Segunda Tercera Cuarta

Dividir cada una


No aceptar de las
Hacer en todas
nunca cosa dificultades en Ordenar los
partes
alguna como tantas partes pensamientos.
enumeraciones.
verdadera. como fuera
posible.
 Lo que más me contentaba de este método era que con él estaba seguro que de
usar mi razón en todo, si no perfectamente, al menos lo mejor que estuviese en
mi poder.

 Al practicarlo, sentía que mi mente se acostumbraba poco a poco a concebir


más clara y distintamente sus objetos.

 No habiéndolo limitado a ninguna materia particular, me prometía aplicarlo a las


dificultades de las demás ciencias tan útilmente como lo había hecho a la del
álgebra.
TERCERA PARTE
ALGUNAS REGLAS DE MORAL SACADAS DEL
MÉTODO
La primera, era obedecer a las leyes y costumbres de mi país,
conservando la religión en la que Dios me hizo la gracia de ser instruido
desde mi infancia, y gobernándome en cualquier otra cosa de acuerdo
con las opiniones más moderadas y alejadas del exceso que fuesen
comúnmente practicadas por los hombres más prudentes entre aquellos
con quienes tuviese que vivir; pues, comenzando ya a no tener en
cuenta para nada las mías, puesto que quería volver a someterlas todas
a examen, estaba seguro de no poder hacer nada mejor que seguir las
de los más sensatos.
CUARTA PARTE
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS Y DEL
ALMA HUMANA O FUNDAMENTOS DE LA
METAFÍSICA
Desde el momento en que me propuse entregarme ya exclusivamente a
la investigación de la verdad, pensé que debía hacer todo lo contrarío y
rechazar como absolutamente falso todo aquello en lo que pudiera
imaginar la más pequeña duda, para ver si después de esto quedaba algo
entre mis creencias que fuese enteramente indubitable.
Considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando
despiertos pueden también ocurrírsenos cuando dormimos, sin que en
este caso ninguno de ellos sea verdadero, me resolví a fingir que nada de
lo que hasta entonces había entrado en mi mente era más verdadero
que las ilusiones de mis sueños.
Pienso, luego existo

Yo era una sustancia cuya completa esencia o naturaleza consiste sólo en


pensar.
¿Qué se requiere para que una proposición sea verdadera y cierta? Para
pensar es necesario ser.
Veía claramente que había más perfección en conocer que en dudar, quise
indagar de dónde había aprendido yo a pensar en algo más perfecto que yo
mismo, y conocí con evidencia que tenía que ser de alguna naturaleza que,
en efecto, fuese más perfecta.
CUARTA PARTE
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS Y DEL
ALMA HUMANA O FUNDAMENTOS DE LA
METAFÍSICA
Puesto que conocía algunas perfecciones que yo no tenía, no era yo
el único ser existente, sino que era absolutamente necesario que
hubiese algún otro más perfecto, del que dependiese yo y del que
hubiera recibido todo lo que tenía
Pues si yo hubiese sido solo e independiente de todo otro ser, de
modo que hubiera tenido por mí mismo lo poco en que participaba
del Ser perfecto, por la misma razón hubiera podido tener por mí
mismo todo lo demás que conocía faltarme, y así, ser yo mismo
infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente y, en fin,
poseer todas las perfecciones que podía advertir en Dios.
CUARTA PARTE
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS Y
DEL ALMA HUMANA O FUNDAMENTOS
DE LA METAFÍSICA

Para conocer la naturaleza de Dios, no tenía más que considerar, con


respecto a todas las cosas cuya idea encontraba en mí, si el poseerlas
era o no perfección; y estaba seguro de que ninguna de las que
implicaban imperfección pertenecía a Dios; y, en cambio, estaban en
él todas las demás; así, veía que la duda, la inconstancia, la tristeza y
cosas semejantes no podían estar en él, puesto que yo mismo me
hubiese considerado mejor viéndome libre de ellas.
Nunca debemos dejarnos persuadir más que por la evidencia de
nuestra razón.
Así, aunque vemos el sol muy claramente, no por eso debemos juzgar
que sea del tamaño que lo vemos, y podemos imaginarnos muy
distintamente una cabeza de león injertada en el cuerpo de una cabra,
sin que por ello sea necesario concluir que haya en el mundo una
quimera.
Porque la razón no nos dicta que lo que vemos o imaginamos de ese
modo sea verdadero, sino solamente que todas nuestras ideas o
nociones deben tener algún fundamento de verdad, ya que, de lo
contrario, no sería posible que Dios, que es perfectísimo y
absolutamente veraz, las hubiese puesto en nosotros.

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