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Simbología

Religiosa
La Cruz
Crucifixión
O Jesús fue condenado a muerte y
ejecutado en la Cruz. Así se cumplió
lo dispuesto por el Señor para que el
hombre quedara limpio de pecado.
O Hoy estamos casi seguros que tuvo
lugar el Viernes Santo, 7 de abril , el
día anterior a la Pascua del año 30,
ya que ese año cayó en sábado y
cumple con todos los requisitos
históricos que narran los Evangelios.
En primer lugar, tal y como describen los Evangelios, los reos de muerte eran
flagelados. Los romanos utilizaban tres grados de dureza en la flagelación con
látigo, así, la más dura era para los reos de muerte. Luego le cargaban el
travesaño a la espalda y le hacían llevarlo hasta el lugar de la ejecución, donde
el madero vertical estaba clavado de manera fija, esperando a su víctima. El
hombre era tendido en el suelo boca arriba y sus brazos clavados al travesaño
(no podían clavarles las palmas de las manos porque el peso desgarraría la
carne fácilmente, por eso se clavaban los brazos del reo por debajo de las
muñecas, entre los dos huesos del antebrazo: el cúbito y el radio). Entonces se
subía el travesaño y se fijaba al madero vertical. El reo estaba de pie y podía
apoyarse en un listón de madera que servía de asiento. Le subían las piernas y
le clavaban los talones al madero. El examen de los clavos ha demostrado que
el clavo atravesaba antes un trozo de madera de acacia o almendro para fijarse
mejor. En este caso concreto, el clavo se había fijado a los huesos de los
talones de tal modo que para descolgar al reo tuvieron que cortarle uno de los
pies. Todo el peso del cuerpo quedaba colgado de los brazos, por lo que el
cuerpo tiraba hacia abajo y los clavos iban desgarrando la carne de los
antebrazos hasta que los huesos de las muñecas frenaban el descenso y el
hombre comenzaba una agonía que podía durar horas y horas hasta que
fallecía por asfixia entre horribles sufrimientos. Por encima de su cabeza se
clavaba un cartel donde se daba cuenta de los crímenes cometidos por el reo.
En el caso de Jesús el cartel decía en latín: Iesus Nazarenus Rex Iodorum: Jesús
de Nazaret Rey de los Judíos, cuya conocida abreviatura es INRI.
O Hay que recordar que todo,
absolutamente todo lo que nos
presenta el Evangelio tiene un
mensaje de Amor y de Esperanza y
que la muerte de Jesús no fue más
que el trámite físico, terrible y
necesario, para su posterior
Resurrección
"La Crucificción"
Realizado a fines de 1456/1459.
Óleo sobre madera.
Mide 76 cm de altura; 96 cm de largo.
“La tierra tembló y se
hendieron las rocas; se
abrieron los monumentos,
y muchos cuerpos de
santos que dormían,
resucitaron” (Mt. 27, 52)
La Cruz
O Hoy parecemos asistir a la desaparición
progresiva del símbolo de la cruz.
Desaparece de las casas de los vivos y
de las tumbas de los muertos, y
desaparece sobre todo del corazón de
muchos hombres y mujeres a quienes
molesta contemplar a un hombre clavado
en la cruz. Esto no nos debe extrañar,
pues ya desde el inicio del cristianismo
San Pablo hablaba de falsos hermanos
que querían abolir la cruz: "Porque son
muchos y ahora os lo digo con lágrimas,
que son enemigos de la cruz de Cristo"
(Flp 3, 18).
O Unos afirman que es un símbolo
maldito; otros que no hubo tal cruz,
sino que era un palo; para muchos el
Cristo de la cruz es un Cristo
impotente; hay quien enseña que
Cristo no murió en la cruz. La cruz es
símbolo de humillación, derrota y
muerte para todos aquellos que
ignoran el poder de Cristo para
cambiar la humillación en exaltación,
la derrota en victoria, la muerte en
vida y la cruz en camino hacia la luz.
¿Cruz de Satanas?
O No fue la cruz la que mató a Jesús
sino nuestros pecados. "Él ha sido
herido por nuestras rebeldías y
molido por nuestros pecados, el
castigo que nos devuelve la paz calló
sobre Él y por sus llagas hemos sido
curados". (Is 53, 5). ¿Cómo puede
ser la cruz signo maldito, si nos cura
y nos devuelve la paz?
¿Qué enseña la Cruz?
O La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes
somos y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal
nos muestra el sentido de nuestro caminar, al que
Jesucristo se ha unido haciéndose igual a nosotros en
todo, excepto en el pecado. ¡Somos hermanos del Señor
Jesús, hijos de un mismo Padre en el Espíritu! El madero
que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a
amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Y
el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino
eterno. No tenemos morada acá en la tierra, caminamos
hacia la vida eterna. Todos tenemos un mismo origen: la
Trinidad que nos ha creado por amor. Y un destino
común: el cielo, la vida eterna. La cruz nos enseña cuál
es nuestra real identidad.

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