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DISPOSITIO

Elisa T. Di Biase
 Toda historia debe tener un comienzo,
un desarrollo y un final. Lo mismo vale
para cualquier discurso estructurado.
 Después de haber llevado a cabo la
invención y decidido qué pruebas,
argumentos y recursos se van a
utilizar, habrá que dar forma al
material, una forma que maximice los
argumentos fuertes, minimice los
débiles y discurra hacia la conclusión
como impulsada por una fuerza
inexorable.
 Quintiliano nos dice: “No sin razón
consideramos la disposición la segunda
de las cinco partes, pues sin ella la
primera es inútil, así como no basta
que estén vaciados todos los miembros
de una estatua, sino que tengan la
debida unión, la cual, a la menos
alteración o mudanza que padezca,
resultaría un monstruo en el cuerpo
animal”.
 Distintos autores difieren en cuanto a
cuántas y cuáles son las partes del
discurso.
 El esquema más sencillo es el de
Aristóteles, según el cual el discurso
tenía dos mitades: la narración, en la
que se exponen los puntos del litigio y
la prueba, en la que se desarrollan los
argumentos del caso.
 Sin embargo, el manual de retórica Ad
Herennium, el más influyente de la
época de Cicerón y de la de Cervantes,
nos propone cinco partes: Exordium
(proemio), Narratio (diégesis),
Argumentatio, Refutatio y Peroratio.
 Es la parte inicial del discurso retórico.
 Tiene una doble función: presentar la causa al
auditorio y ganar su benevolencia y buena
disposición.
 Hay dos tipos de exordium, que dependen de los
grados de defendibilidad y de intensidad de la
causa: el exordio normal o proemio o la insinuatio.
EXORDIO  El objetivo del proemio, contenido en la
formulación iudicem benevolum, docilem,
attentum parare, es hacer que el juez sea
benévolo, dócil y atento en relación con el
discurso.
 Proporciona la primera ocasión que tiene el orador
de influir en el público y captar su voluntad.
 Es necesario que el orador sepa captar la atención del destinatario, por lo que a
toda costa debe evitar el taedium (tedio) y el fastidium (fastidio).
 El orador debe ser capaz de transmitir la importancia de su causa o volverla
importante a los ojos del público.
 Entre los medios empleados en el proemio para ganar el interés del público se
encuentran: pedir explícitamente que se preste atención, prometer brevedad en
la exposición, presentar el asunto como digno del interés del público, captar su
atención mediante el humor o mediante la alusión a algún asunto que levante
sus pasiones, atraer la atención hacia la persona del orador, etc.
 La benevolencia, por otra parte, se suele conseguir de cuatro maneras:
 Benevolencia ab nostra persona, en la que el orador se elogia a sí mismo y
a su cliente, pero evitando dar impresión de arrogancia.
 Benevolencia ad adversariorum persona, en la que se consigue la buena
voluntad a través de vituperar al contrincante con el fin de que ésta no
llegue a ser vista benévolamente por el público.
 Benevolencia ab iudicum, que se logra elogiando al juez o al auditorio.
 Benevolencia a causa, en la que el orador predispone al oyente
favorablemente por el elogio de la causa que defiende.
 La otra forma de exordio, la
insinuatio, se usa en casos más
desesperados o con mayor
intensidad. El orador ejerce su
influencia en el destinatario por
medio del empleo de dispositivos
psicológicos.
 Se trata de un medio para influir
afectivamente en el receptor
utilizando la suposición, la
sorpresa, y otros medios de
atracción de índole no racional.
 La parte final del exordio debe
conectarse con la siguiente parte
del discurso, la narratio.
 Constituye la exposición de los hechos de la
causa, con el fin de que el receptor tenga un
conocimiento de los mismos.
 Cicerón define en De inventione la narratio del
modo siguiente: “La narración es la exposición de
cosas realizadas o como realizadas.”

Narratio  Quintiliano abunda más: “La narración es la


exposición de la cosa hecha, o como hecha, útil
para persuadir, o, como Apolodromo precisa, el
discurso que enseña al oyente qué hay en la
controversia. La mayor parte de los autores y
principalmente los que vienen a partir de
Isócrates, quieren que aquella sea lúcida, breve,
verosímil.”
 Es, en definitiva, la utilitas de la causa la que articula la narración (es decir, narro
los hechos de manera que convengan a mi causa, construyo la realidad a mi
favor). A partir de lo que yo digo, el juez se hace idea de los hechos.
 La narración ha de ser clara para que se comprenda fácilmente.
 Es necesario que la narración también sea breve para no aburrir ni confundir. No
narraré más hechos que los necesarios para mi causa. (Tampoco debo abusar de la
brevedad y no decir nada.)
 Especial atención debe recibir la virtud de la verosimilitud (la narratio debe
moverse entre la realidad y la apariencia de realidad). Los hechos que narro deben
resultar creíbles al público.
 La verosimilitud de la narración retórica está, desde luego, ligada a cuestiones de
poética y narratología y conectada con la verosimilitud literaria. La apariencia de
verdad enlaza los discursos retóricos y literarios.
 La narración está, a su vez, dividida en partes que hacen posible una distribución
interna de sus elementos. Tiene sus propios inicio, desarrollo y conclusión.
 La última parte de la narración tiene que enlazarse con la argumentación, la
siguiente parte del discurso.
 Esta es la parte del discurso que es esencialmente
dialéctica. Está dividida en dos: probatio y
refutatio.
 La argumentación consiste en la presentación de
las pruebas pertinentes a la utilidad de la causa;
esto es, favorables desde la perspectiva del orador
y también en detrimento de la causa contraria.

Argumentati  La probatio consiste en la presentación de pruebas

o a favor de nuestra causa, mientras que la refutatio


es la presentación de pruebas contra la causa
contraria.
 La argumentación es el centro del texto retórico,
hacia ella está orientada la estructura del
discurso. El exordio y la narración tiene como
objetivo la preparación del destinatario para
aceptar la posición argumentativa del orador.
PRUEBAS RETÓRICAS O
ARGUMENTOS
SEGÚN ARISTÓTELES, LAS HAY
DE DOS TIPOS: LAS
INARTIFICIALES, QUE NO
DEPENDEN DEL ARTE RETÓRICA Y
LAS ARTIFICIALES, QUE SE
OBTIENEN MEDIANTE SU
TÉCNICA.
A LAS PRIMERAS PERTENECEN
CASOS PREVIOS SIMILARES,
TESTIGOS, EVIDENCIA, ETC. SON
APROVECHADAS, PERO NO
FABRICADAS POR EL ORADOR.
El interés de la retórica se centra en las pruebas artificiales, que son de
tres tipos: signos, argumentos y ejemplos.

Signos: señales que el orador encuentra y vincula con la causa. El


orador construye la relación que existe entre el signo y su causa. Por
ejemplo: que se haya ido del país es signo de culpabilidad.

Argumentos: Son razonamientos que aseguran la prueba. Constan de


premisas y conclusión. Pueden ser silogismos o, más frecuentemente,
entimemas.

Exemplos: Los utiliza el orador con el fin de apoyar su posición


argumentativa. Son exposiciones de hechos verdaderos o verosímiles
(históricos o literarios).
La refutación, como destrucción
argumentative de la prueba contraria
a nuestra causa, tiene la misma
organización y los mismos elementos.
 Sección final del discurso con la que el orador
recuerda al destinatario lo más relevante de lo
expuesto en las secciones anteriores, con insistencia
en la posición argumentativa que ha adoptado, y con
la que influye en los afectos del destinatario con el fin
de hacer que su decisión le sea favorable.
 Quintiliano escribe a propósito de ella: “Seguía la
peroración, a la que unos llaman coronamiento y otros
Peroración conclusión. De esta es propia una doble razón, puesta
en los asuntos y en los afectos. La repetición de los
asuntos no sólo rehace la memoria del juez sino que
pone ante los ojos toda la causa al mismo tiempo. […]
En verdad, con el exordio se busca la inclinación de
los jueces más parcamente, pues es suficiente ser
aceptado, pero en la calidad de la peroración está que
la pasión del juez lo lleve a la decisión.”
La repetición de los puntos
fundamentales o
recapitulatio, no es sólo su
repetición resumida y
ordenada, sino su
agrupación en el sentido
que desea el orador para
aumentar su efecto.
 La función psicológica de la peroratio busca ganar
más violentamente la benevolencia del público y
destruir la atracción hacia la causa contraria.
 El orador, para conseguir esto, ha de llevar a cabo la
conquestio, por la que obtiene la identificación
afectiva del juez con la causa que defiende, y la
indignatio, con la que produce rechazo de aquel
hacia la posición de la parte contraria.
Las partes des discurso
son un armazón o
esqueleto retórico que
nos ayuda a construer
nuestros discursos; sin
embargo, nunca te
olvides de lo que decía
Cicerón: el buen orador
no sigue las reglas como
automata, sabe
romperlas.
¿Ya tienes tu lluvia de ideas sacada
de tu proceso de inventio?
Ahora dispón de ellas
ordenadamente y pensando en el
efecto final de tu discurso.
Haz el esquema de cómo va a estar
ordenado.

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