La terapia de secado tiene como objetivo principal eliminar la infección presente y proteger
a la glándula contra nuevas infecciones, especialmente durante las primeras semanas
posteriores al secado de la vaca. Una vez realizada la última ordeña, previa al descanso de la vaca, se inyecta una solución de antibióticos a cada cuarto mamario, sea positivo o negativo a mastitis. Se considera un buen antibiótico para la terapia de secado aquel que permanezca activo por lo menos durante 15 días posterior a su aplicación y en una concentración activa contra los principales agentes productores de mastitis muy particularmente que sea efectivo contra Staphylococcus aureus. Entre los antibióticos más utilizados para la terapia de secado están: tetraciclina, especialmente la oixatetraciclina en dosis de 425 a 450 mg por cuarto; novobiocina monoestarato 250 mg por cuarto, éste ha sido utilizado en combinaciones con penicilina en concentrado de 300.000 U. Uno de los antibióticos más efectivos cloxacilina, penicilina semisintética derivada del ácido 6 amino penicilánico, que se utiliza en concentraciones de 250 a 500 mg por cuarto mamario. Esta penicilina ha resultado muy eficaz contra cepas de Staphylococcus aureus resistentes a otros antibióticos.