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Unidad 1
Unidad 1
VILLARREAL
ESCUELA UNIVERSITARIA DE POST–GRADO
DOCTORADO EN ADMINISTRACION
PROPIEDAD INTELECTUAL
CONCEPTOS GENERALES
UNIDAD I:
• Introducción al curso
• Conceptos básicos
• Contexto general del curso
• Explicación de la metodología relacionada con el Derecho a la
Propiedad Intelectual
• Las teorías sobre la naturaleza de la Propiedad Intelectual.
Tener mucha fe y
Confianza en el Profesor
PROPIEDAD INTELECTUAL
La propiedad intelectual se refiere a un bien económico generalmente
inmaterial, aunque pueda estar asociados a productos físicos, recogido en la
mayor parte de legislaciones de los países y sujeto a explotación económica
por parte de los poseedores legales de dicha propiedad. En un sentido
estrictamente jurídico la propiedad intelectual, es lo protegido por las leyes
de propiedad intelectual, y cualquier producción intelectual no
explícitamente recogida por la legislación no puede ser considerada
propiedad intelectual en sentido jurídico. Así los derechos de propiedad
intelectual protegen los intereses de los creadores al ofrecerles
prerrogativas en relación con sus creaciones.
Para la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) cualquier
creación de la mente humana es parte de la propiedad intelectual, sin
embargo, las legislaciones formales no garantizan la explotación exclusiva de las
creaciones intelectuales a sus autores de cualquier tipo de creación, sino sólo
de algunas formas de producción intelectual explícitamente recogidas en dicha
legislación. La delimitación de qué constituye una propiedad intelectual
depende de las legislaciones y está sometida a continua renovación. Por un
lado la propiedad intelectual tiene que ver con las creaciones intencionales de
un individuo de manera planificada, entre estas estarían por ejemplo:
los inventos, las obras literarias y artísticas, los símbolos, los nombres,
las imágenes, los dibujos y modelos utilizados en el comercio. Usualmente las
teorías científicas o los descubrimientos son producciones intelectuales
deliberadas pero las legislaciones no las consideran como objeto protegido por
las leyes de protección intelectual.
Los derechos relacionados con el derecho de autor son los derechos de
los artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones y
ejecuciones, los derechos de los productores de fonogramas sobre
sus grabaciones y los derechos de los organismos de radiodifusión sobre
sus programas de radio y de televisión.
La propiedad industrial, que abarca las patentes de invención, las marcas,
los diseños industriales y las indicaciones geográficas.
El derecho de autor, que abarca las obras literarias (por ejemplo, las novelas,
los poemas y las obras de teatro), las películas, la música, las obras artísticas
(por ejemplo, dibujos, pinturas, fotografías y esculturas) y los diseños
arquitectónicos. Los derechos conexos al derecho de autor son los derechos de
los artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones o ejecuciones,
los de los productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los de los
organismos de radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión.
Los derechos de propiedad intelectual se asemejan a
cualquier otro derecho de propiedad: permiten al creador, o al
titular de una patente, marca o derecho de autor, gozar de los
beneficios que derivan de su obra o de la inversión realizada en
relación con una creación. Esos derechos están consagrados en
el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, que contempla el derecho a beneficiarse de la
protección de los intereses morales y materiales resultantes de
la autoría de las producciones científicas, literarias o artísticas.
La importancia de la propiedad intelectual se reconoció por
vez primera en el Convenio de París para la Protección de la
Propiedad Industrial (1883), y en el Convenio de Berna para la
Protección de las Obras Literarias y Artísticas (1886). La
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
administra ambos tratados.
Si tomamos como elemento referencial el artículo 2 del Convenio de Estocolmo (14-7-67), que
establece la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), podemos señalar que bajo la
denominación “Propiedad Intelectual” quedan comprendidos los derechos relativos a:
No obstante las bondades de esa concepción, que pone de relieve las características comunes
que comparten los derechos sobre las producciones del intelecto, lo cierto es que a la luz del
derecho positivo, tales áreas comprendidas en el marco genérico de la Propiedad Intelectual,
están reguladas en leyes y tratados autónomos, de cuya regulación separada emanan diferencias
sustanciales entre unas y otras, las que serán estudiadas en este mismo trabajo.
Bajo otro enfoque, también unitario, se encuentra la tesis defendida por Hermenegildo y María
Baylos –inspirados en tratadistas italianos como Francheschelli, Ascarelli y Rotondi–, quienes
sostienen que los derechos intelectuales, en sus diferentes facetas, tienen en común el que se
concede a su titular la facultad exclusiva de materializar la concepción protegida, y el que esa
posición monopolística se origina como consecuencia de que el ordenamiento jurídico atribuye
al creador la titularidad de un derecho subjetivo, razón por la cual “las creaciones intelectuales
son manifestaciones distintas de un mismo tipo de derechos subjetivos ” y “el valor cultural que
estas creaciones representan no depende sólo del sentido que despiertan en los demás, sino del
medio expresivo que utilicen para materializarse”.
También este punto de vista, que pretende cerrar su atención en aspectos comunes, olvida la
heterogeneidad de los bienes jurídicos protegidos, su regulación separada y los numerosos
aspectos que los distinguen, tanto en su tutela sustantiva como adjetiva, lo que, a nuestro
parecer, hace artificioso un ensayo de tratamiento conjunto, bajo la óptica exclusiva del Derecho
Industrial.
Por varias razones imperativas. En primer lugar, el progreso y el
bienestar de la humanidad dependen de su capacidad de crear e
inventar nuevas obras en las esferas de la tecnología y la cultura. En
segundo lugar, la protección jurídica de las nuevas creaciones alienta
a destinar recursos adicionales a la innovación. En tercer lugar, la
promoción y la protección de la propiedad intelectual estimulan el
crecimiento económico, generan nuevos empleos e industrias y
enriquecen y mejoran la calidad de vida.
Promover un sistema de propiedad intelectual eficaz y equitativo
puede contribuir a que todos los países exploten el potencial de la
propiedad intelectual como catalizador de desarrollo económico y
de bienestar social y cultural. El sistema de propiedad intelectual
ayuda a establecer un equilibrio entre los intereses de los
innovadores y el interés público, creando un entorno en el que la
creatividad y la invención puedan florecer en beneficio de todos.
LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL RECOMPENSAN LA CREATIVIDAD Y EL ESFUERZO
HUMANO, QUE ESTIMULAN EL PROGRESO DE LA HUMANIDAD. HE AQUÍ ALGUNOS EJEMPLOS:
las multimillonarias industrias del cine, la música, la edición y la
informática, que hacen que la vida de millones de personas sea más
agradable, no existirían sin la protección del derecho de autor;
sin las recompensas previstas en el sistema de patentes, los
investigadores e inventores no tendrían incentivo para seguir
creando productos mejores y más eficaces para los consumidores;
los consumidores no comprarían productos o servicios con toda
confianza si no existieran mecanismos fiables y de alcance
internacional para proteger las marcas y combatir la falsificación y la
piratería.
DERECHOS DE AUTOR PROPIEDAD INDUSTRIAL