Esta emoción como todas las restantes, presenta varias
aristas. A veces nos paraliza, nos detiene, nos impide avanzar e incluso ver mas allá de nuestras fronteras. Pero el miedo también es positivo, porque nos previene acerca de posibles peligros. Daniel Goleman define el miedo como “un aversión irracional hacia un peligro esperado”, porque cuando lo sentimos “estamos anticipando algo que va a suceder y debemos prepararnos para enfrentarlo”. El experto en inteligencia emocional cree que el primer paso para superarlo es identificarlo y luego, tomar responsabilidad y reconocer que lo sentimos. El miedo aparece por el cerebro de reptil que aun tenemos los seres humanos. El cerebro reptiliano o primitivo es responsable de la supervivencia. Ante una amenaza, como explica Jesus Janes su libro el control del estrés y el mecanismo del miedo, nuestra mente consciente pasa a un segundo plano, porque lo mas importante es salvar la vida. Muchas investigaciones sobre el tema exponen que el cerebro tiene un estimulo de lucha o huida. Se llama fight or flight, “luchas o vuelas”. Se trata de enfretarte o escapar. La función del miedo es hacernos tomar una reacción instintiva rápida. Todos los animales la poseemos. El miedo a perder el control de la mente sigue siendo fundamental en mi vida, porque no le temo a la muerte. Tampoco tengo el miedo numero uno y mas común en el mundo. ¿Cuál es? Hablar en publico. Hay otros que me gustaría señalar, porque están presentes en la vida de mucha gente, y son los miedos sociales: al rechazo, al fracaso, al “que dirán”… Estos se resumen en lo que los seres humanos llamamos “miedo al ridículo”.