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FORMULACIONES

DOGMÁTICAS
SOBRE
JESUCRISTO
(SIGLO III)
GRUPO 3
El Verbo se encarnó para que nosotros
conociésemos así el amor.

La Iglesia católica siempre ha defendido el


dogma de la Encarnación, sobre todo
desde el Siglo III donde tuvo que afirmar
frente a Pablo Samosata promotor de las
ideas heréticas, en un concilio reunido en
MISTERIO DE LA Antioquía, que "Jesucristo es Hijo de Dios
por naturaleza y no por adopción".
ENCARNACIÓN
Posteriormente en el Concilio Ecuménico
de Nicea, en el año 325 se afirmó que el
Hijo de Dios es "engendrado, no creado, de
la misma substancia del Padre", también se
condenó en ese mismo concilio a Arrio que
afirmaba que el Hijo de Dios había salido
de la nada.
Parece ser que estas herejías
también se repiten hoy día,
cuando muchos niegan que
Jesucristo fuera verdaderamente
hombre sin dejar de ser
verdaderamente Dios, peor aún
muchos inclusive niegan su
existencia o la ponen en duda. El
Evangelio de San Juan es uno de
los que más nos habla
claramente sobre este dogma al
afirmar.

"En el principio existía la Palabra


y la Palabra estaba junto a Dios y
la Palabra era Dios" (Jn 1,1),
también dice que "La Palabra se
hizo carne y puso su morada
entre nosotros" (Jn 1,14)
El Concilio Constantinopolitano III (681) aborda dos temáticas relativas a la
psicología de Cristo: la amplitud de su conocimiento humano, y la presencia en
él de dos voluntades (la divina y la humana). Así pues, cierra la crisis monoteísta,
subraya que las dos voluntades de Cristo no son contrarias, y que la humana
está sujeta a su voluntad divina y omnipotente.
Concluyendo que tiene dos naturalezas que resplandecen en su única persona,
Profesando dos voluntades y dos operaciones propias de la naturaleza, que
adecuadamente concurren a la salvación de la humanidad. Con lo que así
termina el período de las grandes
controversias cristológicas.
Si bien, los problemas no están definitivamente resueltos; pero en la Iglesia se ha
encontrado ya una formulación común que servirá de plataforma para
ulteriores profundizaciones.
LA
FORMULACIÓN
DEL DOGMA
CRISTOLÓGICO
“JESÚS DIOS Y
HOMBRE
VERDADERO”
EVOLUCIÓN DOCTRINAL DEL SIGLO II AL IV.

En este período se afirmó la perfecta divinidad y humanidad de Cristo,


deduciendo de ello consecuencias de capital importancia; la escolástica,
en la que principalmente se atendió a la sistematización de la cristología y
finalmente, el período contemporáneo, caracterizado por un retorno más
a las fuentes bíblicas, patrísticas y litúrgicas, y por una estimulante
confrontación con la cultura moderna.

En el periodo de tiempo del que ahora nos ocupamos hemos de señalar


fundamentalmente por su importancia, la enseñanza cristológica de los
Padres de la antigüedad, de la controversia.

arriana, que condujo al concilio de Nicea, y de los primeros intentos de


explicación del misterio de la unión de la humanidad y de la divinidad de
Cristo.
EVOLUCIÓN DOCTRINAL ANTES DE NICEA.
La evolución cristológica del período preniceno, está orientada toda ella a
afirmar la doble naturaleza: humana y divina de Jesús, es decir, a sostener que
es verdaderamente hombre y verdaderamente Dios. De hecho en el siglo II se
observa la aparición de errores doctrinales que negaban bien la divinidad de
Cristo, bien la realidad de su humanidad. Pudiéndose citar en tal sentido.

Los principales defensores de la fe de la Iglesia frente a estas herejías fueron


Ignacio de Antioquía e Ireneo de Lyón, defendiendo principalmente la
necesidad de que el Salvador fuese Dios, ya que el hombre no puede
aproximarse a Dios si Dios no se acerca a él; pero también que fuese hombre
para ejercer su misión de mediador, para la salvación de los creyentes.
En el siglo III comienzan a difundirse otros errores como el
subordinacionismo y el modelismo, que aunque son herejías
trinitarias, tienen notables repercusiones cristológicas, pues
terminan negando respectivamente la perfecta divinidad de
Cristo y la encarnación del Verbo. Enfrentándose a dichos errores,
principalmente Tertuliano y Orígenes.
Con el término
subordinacionismo se
designa una postura
cristológico-trinitaria que
tiende a hacer de Cristo
una realidad inferior y
subordinada a Dios Padre
(y del Espíritu una realidad
subordinada también a
Cristo); incluye diversas
tendencias, no todas
necesariamente
heterodoxas.
FORMAS Y CORRIENTES DE SUBORDINACIONISMO.
A lo largo de los ss. II y III se mantiene con fuerza una corriente de
pensamiento que, apoyándose en último término en textos bíblicos (Mc
10,18; 13,32; Jn 14,28), elabora un leguaje y un discurso teológico de cierta
inferioridad de Cristo con relación a Dios Padre.

Esta postura, mezclada con elementos propios del platonismo medio,


persiste en la doctrina del Logos desarrollada primeramente por los
apologistas, a propósito de los cuales se habla de subordinacionismo. El
término en sí es plurivalente, pudiendo distinguirse entre un
subordinacionismo compatible y otro incompatible con la fe trinitaria de la
Iglesia; lo cual advierte ya de lo difícil que resulta a veces precisar con
exactitud el límite de demarcación.
PREGUNTAS DEL TEMA:
3-¿Cuales son las dos
1-¿Por qué el concilio temáticas del concilio
adoptó como un dogma
que Jesucristo es hijo de constantinopolitano?
Dios por naturaleza y no
por adopción?
4-¿Cuáles son los
2-¿Cuál de los evangelios principales defensores
es el que más habla de de la fe de la Iglesia
este dogma? frente a estas herejías?

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