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La adaptación

docente
Grupo N°4
Eloisa Nogués
Verónica Plada
Braian Correa
¿Qué es la adaptación
docente?
La adaptación docente es un proceso que tiene que ver con
los modelos mentales y se ve reflejado en la relación
docente/estudiante.

El docente es capaz de adaptarse a las circunstancias del


aula, a las necesidades e intereses de cada uno de sus
alumnos y a sus realidades.

“El docente NO es una figura inalterable”.


¿Qué son los modelos
mentales?
“Son supuestos hondamente arraigados, generalizaciones e
imágenes que influyen sobre nuestro modo de comprender
el mundo y actuar”. (Senge Peter, La Quinta Disciplina: 1990,
p. 67).
La adaptación docente desde un pensamiento
lineal
Docente con pensamiento
lineal

★ Ante los problemas actúan como víctima o a la defensiva


★ Sólo piensan en una única solución única e inmutable
★ Promueven culturas individualistas y balcanizadas
★ Toman decisiones individuales, generalmente sin
consulta a terceros
★ Generalmente frente a la resolución de problemas
sienten frustración
Docente con pensamiento sistémico
★ Se caracterizan por trabajar con
coordinación y colaboración
★ Buscan la interacción con el alumno y
generan juntos las soluciones o estrategias
★ Promueven culturas docentes que se
caracterizan por la colaboración
★ No todo está previsto ni acabado, si hay
cambios en la marcha los aceptan
La parábola de la rana hervida
“Si ponemos una rana en una olla de agua hirviente, inmediatamente
intenta salir. Pero si ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente
y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de
21 a 26°, la rana no hace nada, e incluso parece pasarlo bien. A medida
que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida, y
finalmente no está en condiciones de salir de la olla. Aunque nada se lo
impide, la rana se queda allí y hierve. ¿Por qué?. Porque su aparato
interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para
cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y
graduales”. (Senge Peter, La Quinta Disciplina: 1990, p. 35).
“No eludiremos el destino de la rana a
menos que aprendamos a aminorar
nuestro ritmo frenético y ver esos
procesos graduales que a menudo
plantean para todos las mayores
amenazas”. (Senge Peter, La Quinta
Disciplina: 1990, p. 35).
El docente como camaleón

El camaleón es un animal curioso por su capacidad de adaptarse, cambiando el


color de piel para adaptarse al entorno. A diferencia de lo que muchos creemos
no lo hace para camuflarse sino para encontrar pareja y amedrentar a otros
animales ante posibles conflictos, es decir, para alcanzar objetivos vitales.

Esta habilidad de estar presente en un entorno sin ser visto es interesante para
los docentes.

Tradicionalmente las aulas en las escuelas estaban diseñadas para que el


profesor fuera más visible que los alumnos, para que fuera el centro de las
miradas, ser el centro de transmisión del saber.
Pero no queremos ser más el centro de
atención, queremos estar presentes pero pasar
inadvertidos cuando lo consideremos oportuno.
Queremos que nuestros alumnos sean los que
construyan el conocimiento, el aprendizaje, ser
los posibilitadores de esto y no los
constructores.
El verdadero aprendizaje se construye con el
mutuo encuentro.
Tenemos tendencia a considerar la figura del docente como algo único e
inalterable, como si siempre tuviera que comportarse de la misma
manera. Pero la figura del docente debe ser flexible, múltiple, adaptable.

En ocasiones deberemos desaparecer, en otras sorprender, a veces


preguntar, otras responder, a veces provocar, otras sugerir.

Un docente debe hacer pensar, experimentar, recordar….pero también


reir, llorar, sentir. Consideramos que es el camino para lograr un
aprendizaje significativo que servirá para tener una vida más plena. Esto
solo se consigue con más y mejor formación docente.

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