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TRANSTORNOS DEL

SISTEMA
RESPIRATORIO
• Mg. (c) M.V.Z. Yudit Verónica Choque Chacolla
TRANSTORNOS DE LA
CAVIDAD NASAL
1.- RINITIS BACTERIANA
Etiología
• La rinitis bacteriana aguda producida por

Bordetella
bronchiseptica
• afecta de forma ocasional a los y muy raras
veces a los
• Es posible que Mycoplasma actúe como patógeno
nasal primario.
• Esta patología es secundaria a casi todas las
enfermedades de la cavidad nasal.
Diagnóstico
• La mayoría de los perros con rinitis bacteriana
presentan secreción nasal mucopurulenta.
• No existen signos patognomónicos de esta
patología, por lo que resulta difícil establecer un
diagnóstico definitivo, debido a la diversidad de la
flora existente en la cavidad nasal normal.
• La evidencia microscópica de inflamación
neutrofílica y de presencia de bacterias es un
hallazgo inespecífico en la mayoría de los animales
con signos nasales.
• Pueden realizarse cultivos bacterianos de frotis o
biopsias de la mucosa obtenidos en la parte
interna de la cavidad nasal. El crecimiento de
diversas colonias de solo una o dos especies
puede ser indicio de infección significativa. Por el
contrario, el crecimiento de múltiples organismos
de especies distintas o el número reducido de
colonias son indicativos de flora normal.
• Se ha de solicitar al laboratorio de microbiología
que comunique todos los crecimientos bacterianos.
• Las muestras para cultivo de Mycoplasma deben
transportarse en medios adecuados, utilizando
medios de aislamiento específicos. Se suele utilizar
la respuesta positiva al tratamiento antibiótico
como argumento de apoyo para el diagnóstico de
afectación bacteriana.
Tratamiento
• Se utiliza un tratamiento a base de antibióticos para combatir el
componente bacteriano de la enfermedad nasal. Si se considera
que el crecimiento obtenido en el cultivo bacteriano es significativo,
la información obtenida sobre sensibilidad puede emplearse para
elegir el antibiótico. En el proceso pueden intervenir organismos
anaerobios.
• Entre los antibióticos de amplio espectro que pueden ser eficaces se
cuentan la amoxicilina (22 mg/kg cada 8-12 h), la trimetroprima-
sulfadiazina (15 mg/kg cada 12 h), el cloranfenicol (50 mg/kg cada
8 h para perros; de 10 a 15 mg/kg cada 12 h para gatos) o la
clindamicina (de 5,5 a 11 mg/kg cada 12 h). La doxiciclina (de 5 a
10 mg/kg cada 12 h, seguidos de un bolo de agua) o el
cloranfenicol se han mostrado eficaces contra Bordetella y
Mycoplasma.
• Para infecciones agudas o casos en los que se ha
eliminado la etiología primaria (p. ej., cuerpo extraño o
patología de la raíz del diente), los antibióticos se
administran durante 7-10 días.

• Las infecciones crónicas requieren un tratamiento


prolongado. En este caso, los antibióticos se administran
inicialmente durante una semana. Si se observa una
respuesta positiva, el tratamiento se prolonga durante
un mínimo de 4-6 semanas. Si los signos reaparecen tras
interrumpir la administración del fármaco después de un
período de 4-6 semanas, se reinstaura el mismo régimen
terapéutico, incluso durante periodos más largos.

• Si no hay respuesta después de la primera semana de


tratamiento, hay que dejar de utilizar el fármaco. En
estos casos puede probarse con otro antibiótico,
aunque se ha de proceder también a la valoración de
otros posibles trastornos primarios, aún no identificados.
Pronóstico
• La rinitis bacteriana suele responder a la
antibioticoterapia. No obstante, la remisión de los
signos a largo plazo depende de la identificación y
la corrección de cualquier posible enfermedad
subyacente.
2.- PÓLIPOS
NASOFARÍNGEOS
Etiología
• Los pólipos nasofaríngeos son crecimientos
benignos que se producen, en la mayoría de los
casos, en gatos cachorros y adultos jóvenes,
aunque también pueden hallarse en animales de
más edad. Su origen es desconocido. Con
frecuencia, se encuentran fijados a la base de la
trompa de Eustaquio, y pueden extenderse al
conducto auditivo externo, al oído medio, la
faringe y la cavidad nasal. Macroscópicamente,
son crecimientos polipoides de color rosado, a
menudo dotados de pedúnculo. Por su aspecto
externo, a veces se confunden con neoplasias.
Características clínicas
• Los signos respiratorios inducidos por los pólipos
nasofaríngeos incluyen:
respiración con estertores,
obstrucción de las vías respiratorias altas
secreción serosa o mucopurulenta.

También se dan signos de otitis externa o de otitis


media/interna, como inclinación de cabeza,
nistagmo o síndrome de Horner.
Diagnóstico
• La identificación radiográfica de una densidad de tejido blando por
encima del paladar blando y la visualización macroscópica de una
masa en la nasofaringe, la cavidad nasal o el conducto auditivo
externo, apoyan el diagnóstico presuntivo de pólipo nasofaríngeo.
• La evaluación completa de los gatos con pólipos incluye también
una detallada exploración otoscópica, y radiografías o en TC de las
bullas óseas para determinar la extensión de la afección.
• La mayoría de los gatos con pólipos presentan otitis media,
detectable radiológicamente por hueso engrosado o aumento de la
densidad del tejido blando de la bulla.
• Para establecer el diagnóstico definitivo hay que hacer el análisis
histopatológico de una biopsia de tejido. La muestra suele obtenerse
durante la escisión quirúrgica. Los pólipos nasofaríngeos están
compuestos de tejido inflamatorio, tejido conjuntivo fibroso y epitelio.
Tratamiento
• El tratamiento de los pólipos nasofaríngeos se
centra básicamente en su escisión quirúrgica. La
cirugía suele hacerse por tracción, a través de la
cavidad oral. Además, en gatos que presentan
evidencia de afectación de las bullas óseas en la
radiografía o en la TC está indicado realizar una
posible osteotomía de las bullas. En ocasiones
poco frecuentes, se requiere una rinotomía
completa.
• Un estudio realizado por Anderson y cols. (2000)
notificó resultados satisfactorios del tratamiento con
tracción solamente, en especial cuando éste iba
seguido en algunos gatos de un ciclo de
tratamiento con prednisolona. El fármaco se
administró en dosis de 1 a 2 mg/kg cada 24 horas
durante 2 semanas, se mantuvo con la mitad de la
dosis inicial durante 1 semana más y se prolongó en
días alternos durante otros 7-10 días. También se
administró un ciclo de antibióticos (amoxicilina).
Pronóstico
• El pronóstico es excelente, aunque pueda ser
necesario tratar recidivas de la enfermedad. Si
quedan restos de tejido anómalo, el pólipo puede
volver a crecer en su localización original. Los
signos de recidiva suelen aparecer al cabo de 1
año. Hay que considerar hacer una osteotomía de
la bulla en el caso de gatos con recidiva y signos
de otitis media si aquella no se hizo con el
tratamiento inicial.
3.- SÍNDROME RESPIRATORIO
BRAQUIOCEFÁLICO
• El término síndrome respiratorio braquiocefálico, o síndrome
de obstrucción de las vías respiratorias altas, hace referencia
a una como ruidos respiratorios fuertes, estertor, aumento del
esfuerzo respiratorio, cianosis y síncope.
• Los signos clínicos se ven exacerbados por el ejercicio, la
excitación y las altas temperaturas ambientales.
• El incremento del esfuerzo inspiratorio, generalmente
asociado a este síndrome, puede provocar edema e
inflamación secundarios de las mucosas laríngea y faríngea,
y favorecer la eversión de los sáculos laríngeos o el colapso
laríngeo, el estrechamiento de la glotis, la exacerbación de
los signos clínicos y la creación de un círculo vicioso.
• Como consecuencia de todo ello, algunos perros se
presentan en la consulta con una obstrucción de las vías
respiratorias altas que puede amenazar su vida y requieren
un tratamiento de urgencia inmediato.
• En estos casos, son frecuentes los signos gastrointestinales
concomitantes.
Diagnóstico
• Se puede hacer un diagnóstico presuntivo basándose en la
raza, los signos clínicos y el aspecto de los orificios nasales
externos. La estenosis de las ventanas nasales suele ser
bilateral y simétrica, y los pliegues alares pueden ser
absorbidos hacia dentro durante la inspiración, lo que
empeora la obstrucción del flujo de aire.
• Es necesario hacer una laringoscopia y una evaluación
radiográfica de la tráquea para determinar con precisión la
extensión y la gravedad de las anomalías. La mayoría de las
otras posibles causas de obstrucción de las vías respiratorias
altas y cuadros pueden admitirse o descartarse en función
de los resultados de las pruebas diagnósticas.
Tratamiento
• El tratamiento debe estar dirigido a favorecer el
paso de aire a través de las vías respiratorias altas
y minimizar la incidencia de los factores que
exacerban los signos clínicos (p. ej., exceso de
ejercicio y excitación o temperatura ambiente
elevada).
• El tratamiento de elección es la corrección
quirúrgica de los defectos anatómicos. La técnica
quirúrgica específica depende del tipo de
problemas que se presenten, y puede incluir el
ensanchamiento de los orificios nasales externos o
la extirpación del exceso de paladar blando o de
los sáculos laríngeos evertidos.
• La corrección de los orificios estenóticos es un
procedimiento sencillo que, en ocasiones, mejora
sorprendentemente los signos.
• La estenosis de los orificios nasales puede
corregirse de forma segura a los 3 o 4 meses de
edad; lo ideal es hacerlo antes de que se
desarrollen los signos clínicos. Al mismo tiempo, ha
de evaluarse el paladar blando, y corregir su
posible elongación.
• El tratamiento médico, que consiste en la
administración de glucocorticoides de acción
rápida (p. ej., prednisona en dosis orales iniciales de
0,5 mg/kg cada 12 h) y reposo en jaula, reduce la
inflamación y el edema secundarios de la faringe y
la laringe, y favorece el flujo de aire, aunque no
erradica el problema. Puede ser necesario aplicar
un tratamiento de urgencia para aliviar la
obstrucción respiratoria en el caso de animales que
tienen dificultad respiratoria.
• En el caso de pacientes con síndrome respiratorio
braquiocefálico no hay que descuidar el manejo
del peso y el tratamiento concurrente de la
enfermedad gastrointestinal.
Pronóstico
• El pronóstico depende de la gravedad de las anomalías en el
momento del diagnóstico y de la posibilidad de corregirlas
quirúrgicamente. Si los problemas subyacentes no se
corrigen, los signos clínicos tenderán a empeorar. En muchos
animales, el pronóstico es bueno tras la corrección quirúrgica
precoz de las anomalías. El colapso laríngeo suele
considerarse un indicador de mal pronóstico, aunque un
estudio reciente ha demostrado que incluso los perros con
colapso laríngeo grave responden adecuadamente a la
intervención quirúrgica (Torrez y cols., 2006).
• La traqueostomía permanente puede considerarse como
técnica de rescate en el caso de animales con colapso grave
que no responden bien. No se puede corregir
quirúrgicamente una tráquea hipoplásica, aunque no existe
una correlación clara entre el grado de hipoplasia y la
morbimortalidad.
NEOPLASIA LARÍNGEA
• Las neoplasias que se originan en la laringe son poco
frecuentes en perros y gatos.
• Es más habitual que tumores que se desarrollan en los
tejidos adyacentes, como el carcinoma o el linfoma de
tiroides, compriman la laringe o la invadan,
distorsionando las estructuras laríngeas normales. El
proceso da lugar a signos clínicos de obstrucción de las
vías respiratorias (altas).
• Los tumores laríngeos pueden:
Carcinomas (de células escamosas, no diferenciados, o
adenocarcinomas)
Linfomas
Melanomas
Mastocitomas
Otros sarcomas y neoplasias benignas

• El linfoma es el tumor más común en gatos.


Características clínicas
• Los signos clínicos de neoplasia laríngea son
similares a los de otras patologías de la laringe e
incluyen:

Respiración ruidosa
Estridor
Aumento de los esfuerzos respiratorios
Cianosis
Síncope
Cambios en el ladrido o el maullido.
• Las masas también pueden causar:

Disfagia
Neumonía por aspiración
Masas visibles o palpables en el cuello
ventral.
Diagnóstico
• Las masas extralaríngeas se suelen detectar en la
palpación del cuello.
• Los tumores primarios de la laringe rara vez son
palpables y suelen identificarse mejor mediante
laringoscopia.
• Las radiografías, la ecografía y la tomografía
computarizada de la laringe son útiles para valorar
la extensión de la enfermedad.
• El diagnóstico diferencial incluye laringitis
obstructiva, pólipos nasofaríngeos, cuerpos
extraños, granuloma traumático y absceso.
• El diagnóstico definitivo de neoplasia requiere un
examen histológico de una muestra de biopsia de
la masa.

El diagnóstico de neoplasia maligna no debe


establecerse sólo en función del aspecto
macroscópico de la lesión.
Tratamiento
• El tratamiento depende del tipo de tumor que se
identifique histológicamente.
• Los tumores benignos deben escindirse
quirúrgicamente, siempre que sea factible.
• La escisión completa de los tumores malignos no suele
ser viable, aunque si se lleva a cabo, aun de forma
parcial, puede mejorar la ventilación y es posible,
además, ganar tiempo para que otros tratamientos,
como la radio o la quimioterapia, resulten eficaces.
• En determinados casos seleccionados, se puede
considerar practicar una laringectomía completa y
traqueostomía permanente.
Pronóstico
• El pronóstico en animales que tienen neoplasias
benignas es excelente si el tumor puede ser
extirpado por completo. Las neoplasias malignas se
asocian, en cambio, a mal pronóstico.
TRANSTORNOS DE LA
TRÁQUEA Y
BRONQUIOS
1.-TRAQUEOBRONQUITIS
INFECCIOSA CANINA
Etiología
• La traqueobronquitis infecciosa canina, o “tos de
las perreras”, es una enfermedad aguda muy
contagiosa, que se localiza en las vías respiratorias.

• Está producida por uno o varios agentes


infecciosos:

1. El adenovirus canino 2 (AVC-2)


2. El virus de la parainfluenza (VPI)
3. El coronavirus respiratorio canino
4. Bordetella bronchiseptica.
• Los organismos de Bordetella infectan el epitelio
respiratorio ciliado y pueden reducir el
aclaramiento mucociliar.
• Otros organismos pueden estar implicados como
patógenos secundarios.
• En la mayoría de los perros, la patología es
autolimitante, y los signos clínicos remiten en unas 2
semanas.
Características clínicas
• Los perros afectados acuden a la consulta por:

Repentina tos intensa, (productiva o no)


que a menudo se ve exacerbada por el
ejercicio, la excitación o la presión del
collar en el cuello.
La palpación de la tráquea induce la tos
con facilidad.

Náuseas
• También se registran: Arcadas
Secreción nasal.
• Suelen contagiarse en una residencia canina o
perrera, hospitalización, o contacto con un
cachorro o perro adulto que presente síntomas
similares.
• Los cachorros que se han adquirido en tiendas de
animales, perreras o residencias de animales han
estado expuestos muchas veces al contacto con
los agentes patógenos.
• La mayoría de los perros con traqueobronquitis
infecciosa suele presentar una patología “no
complicada” y autolimitante, y estos animales no
manifiestan signos de enfermedad sistémica.
• Por tanto, debe considerarse que los perros que
muestran dificultad respiratoria, pérdida de peso,
anorexia persistente o signos de afectación de
otros sistemas orgánicos, como diarrea,
coriorretinitis o convulsiones, padecen
probablemente otra enfermedad más
comprometida, como moquillo canino, influenza
canina grave o infecciones micóticas. Aunque es
poco frecuente, algunas complicaciones
respiratorias graves pueden asociarse a la
traqueobronquitis infecciosa.
• Se puede desarrollar una neumonía bacteriana
secundaria, sobre todo en el caso de cachorros,
perros inmunodeprimidos y perros con anomalías
pulmonares preexistentes, como la bronquitis
crónica.
Diagnóstico
• Los casos no complicados se diagnostican a partir
de los signos de presentación. Sin embargo, los
diagnósticos diferenciales deben incluir también la
presentación inicial de una enfermedad más
grave, así como la forma leve de la influenza
canina.
• Las pruebas diagnósticas están indicadas en perros
con signos sistémicos, progresivos, o que no
remiten. Dentro de las pruebas a considerar se
cuentan los siguientes:
Radiografía de tórax,
hemograma completo (HC),
reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Tratamiento
• La traqueobronquitis infecciosa no complicada es
un cuadro autolimitante. Se recomienda que el
animal guarde reposo durante al menos 7 días, y se
eviten el nerviosismo y los estados de excitación,
para reducir al mínimo la irritación continua de las
vías respiratorias producida por la tos constante.
• Los supresores de la tos también son útiles por la
misma razón, aunque no deben administrarse
cuando la tos sea productiva o exista la sospecha
de acumulación de exudado en los pulmones, en
función de los hallazgos de la auscultación o de la
radiografía de tórax.
• En el caso de los perros no siempre se puede
reconocer la tos productiva. Por tanto, los
supresores de la tos deben emplearse con criterio a
la hora de tratar la tos frecuente o intensa,
favorecer el sueño reparador, y prevenir el
agotamiento.
• En perros, se utilizan varios supresores de la tos.
• El dextrometorfano puede obtenerse en
preparaciones de libre dispensación; sin embargo,
su eficacia en estos animales es cuestionable.
• En teoría, los antibióticos no están indicados en perros con
traqueobronquitis infecciosa, por dos razones:

1) La enfermedad suele ser autolimitante y tiende a remitir


espontáneamente, con independencia del tratamiento que se
administre al animal.
2) No se ha hallado un protocolo antibiótico que elimine los
organismos de Bordetella de las vías respiratorias.

• No obstante, en la práctica, es frecuente la prescripción de antibióticos,


y su uso está justificado debido a la potencial implicación de Bordetella
en la enfermedad.

• La ventaja de las fluoroquinolonas es que alcanzan elevadas


concentraciones en las secreciones respiratorias, si bien es mejor reservar
su uso para infecciones más agresivas.

• Otros antibióticos eficaces contra aislamientos de Bordetella son la


amoxicilina con ácido clavulánico (de 20 a 25 mg/kg cada 8h), la
doxiciclina (de 5 a 10 mg/kg cada 12h, seguidos de un bolo de agua), y
el cloranfenicol (50 mg/kg cada 8 h). Los betalactámicos no suelen
alcanzar concentraciones terapéuticas en las secreciones respiratorias
de animales sanos (sin inflamación).
• Cuando se utiliza este tipo de antibióticos en casos
de infecciones bronquiales, ha de utilizarse el límite
superior de su intervalo de dosificación,
administrando el fármaco cada 8 horas.
• Un estudio inicial desarrollado por Bemis y cols.
(1997) puso de manifiesto que las poblaciones
bacterianas de Bordetella en la tráquea y los
bronquios disminuían en un plazo de 3 días después
de un tratamiento con gentamicina nebulizada, sin
que se hubieran administrado antibióticos por vía
oral, y que se reducían los signos clínicos. Hay que
destacar el hecho de que el número de
organismos volvía a los niveles previos al
tratamiento en un plazo de 7 días. Algunos estudios
han referido desde entonces resultados
satisfactorios en el tratamiento de casos difíciles y
de brotes aislados (Millar y cols., 2003).
• El protocolo empleado por Bemis y cols. (1997)
consiste en 50mg de sulfato de gentamicina en 3ml
de agua estéril, aplicados mediante nebulizador y
mascarilla facial, durante 10 minutos cada 12
horas, a lo largo de 3 días. Debe emplearse una
técnica estéril para evitar la entrada de otras
bacterias en las vías respiratorias.
• Los glucocorticoides no deben utilizarse. Un ensayo
de campo desarrollado por Thrusfield y cols. (1991)
no pudo demostrar que el tratamiento esteroideo
tuviera algún efecto positivo, ni solo ni en
combinación con antibióticos.
• Si los signos clínicos no remiten en 2 semanas,
conviene hacer una nueva evaluación diagnóstica.
Pronóstico
• El pronóstico para una recuperación de los casos
de traqueobronquitis infecciosa no complicada es
excelente.
Prevención
• La traqueobronquitis infecciosa canina puede
prevenirse minimizando la exposición del animal a los
organismos que la originan, y con programas de
vacunación.

• La Bordetella puede persistir en las vías respiratorias de


los perros hasta 3 meses después de la infección.

• Las instalaciones de la perrera o del criadero deben


estar debidamente saneadas. Los cuidadores deben
saber cómo desinfectar jaulas, comederos y corredores,
y todo el personal que trabaje con los animales debe
lavarse las manos después del manejo de cada uno de
ellos.
• Es esencial disponer de un área de asilamiento
para el manejo de animales con signos de
traqueobronquitis infecciosa.
• Existen vacunas inyectables e intranasales contra
los tres principales patógenos implicados en la
enfermedad (AVC2, VPI y B. bronchiseptica).
TRASTORNOS
DEL PARÉNQUIMA Y DE LA
VASCULATURA PULMONARES
NEUMONÍAS VIRALES
1.-INFLUENZA CANINA
Etiología
• El virus de la influenza canina parece ser una
adaptación reciente del virus de la influenza
equina (Crawford y cols., 2005). Se han hallado
evidencias serológicas que apoyan su existencia en
galgos de carreras desde 1999 (Anderson y cols.,
2007). La mayoría de los perros son propensos a
esta infección, con independencia de su edad, y su
difusión es rápida entre perros que están en
contacto entre sí, en especial los que habitan en
un mismo lugar.
• El virus se transmite:

Secreciones respiratorias
Por aerosol
Por contacto con objetos
contaminados(manos, prendas de
vestir, comederos)

• Se cree que los perros diseminan el virus hasta 10


días después de la primera aparición de los signos
clínicos, y que la propagación se da también a
partir de animales infectados que no llegan nunca
a desarrollar signos clínicos (Crawford, 2005).
Características clínicas
• La enfermedad se suele identificar en brotes que
sobrevienen entre perros que viven agrupados; por
ejemplo, en perreras.
• En perros que viven solos como mascotas, a
menudo se registran antecedentes de contactos
recientes con otros perros (generalmente en la
semana previa).
• Los signos clínicos de la influenza canina son
similares a los de la traqueobronquitis infecciosa.
• En forma leve de la enfermedad produce tos, que
puede ser áspera y ruidosa, parecida a la de la
traqueobronquitis, aunque tiende a ser más suave y
húmeda que la de ésta.
• Algunos animales presentan secreción nasal
concomitante, un hallazgo menos habitual en la
traqueobronquitis.
• Los perros con formas graves de la enfermedad
desarrollan neumonía clínica, de forma peraguda o
tras padecer tos durante un periodo de hasta 10
días (Crawford, 2005). Es frecuente que se
produzca infección bacteriana secundaria.
• Los signos de presentación incluyen fiebre,
aumento de la frecuencia respiratoria, que puede
evolucionar a dificultad respiratoria, y
crepitaciones auscultables.
Diagnóstico
• Mientras no se demuestre otra posible etiología, el diagnóstico de
influenza canina ha de tomarse en consideración en todos los perros
con tos aguda, ya que la enfermedad es muy fácilmente transmisible
a perros propensos a la misma.
• El diagnóstico de neumonía se establece a partir de la detección de
un patrón broncointersticial o broncoalveolar, o ambos, en perros que
presentan los signos clínicos pertinentes. Se recomienda hacer un
lavado traqueal para determinar los tipos de bacterias implicados y
su sensibilidad antibiótica.
• La confirmación del diagnóstico de influenza se puede hacer
a partir de varios métodos:

Serología,
Detección del antígeno por ELISA
Prueba de ARN viral por reacción
en cadena de la polimerasa (PCR).

• La serología tiene varias ventajas con respecto al resto de los


procedimientos, ya que la sangre es fácil de obtener, el suero
resultante es estable, y la infección puede detectarse una vez
que ha cesado la dispersión del virus. No obstante, los medios
serológicos no permiten confirmar de forma rápida el
diagnóstico, ya que para ello son necesarios títulos de
anticuerpos crecientes.
• Se pueden obtener resultados más rápidos si se procede
a la detección del antígeno (Directigen Flu A) y a PCR.
Datos preliminares obtenidos por Spindel y cols. (2007),
que utilizaron hisopos nasales para la toma de muestras,
indican que la PCR es mucho más sensible para la
detección del virus que la investigación del antígeno
mediante ELISA, o que el aislamiento del virus.
• Otras muestras que pueden remitirse al laboratorio para
el aislamiento del virus son las que se han obtenido con
hisopos faríngeos o las de líquido de lavado traqueal o
de tejido pulmonar.
• Para obtener mejores resultados, la toma de muestras
debe hacerse en perros febriles durante la fase de la
enfermedad más temprana que sea posible.
Tratamiento
• En el caso de perros que presentan la forma leve
de la enfermedad, la tos suele persistir durante
varias semanas, incluso cuando se instaura un
tratamiento con antibióticos y supresores de la tos.
• La secreción nasal mucopurulenta puede ser
consecuencia de una infección bacteriana
secundaria y suele responder a los antibióticos.
• Los perros con neumonía requieren unos cuidados
de apoyo agresivos, con fluidoterapia intravenosa si
es necesaria para mantener la hidratación
sistémica (y, en consecuencia, respiratoria).
• En perros infectados se han aislado múltiples
bacterias, entre las que cabe mencionar
Streptococcus equi subsp. zooepidemicus y
organismos gram negativos, que normalmente son
resistentes a los antibióticos habituales.
• Al principio, deben prescribirse antibióticos de
amplio espectro, que pueden modificarse más
tarde en función de los resultados del cultivo y de
las pruebas de sensibilidad, así como en función de
la respuesta al tratamiento. Entre las primeras
opciones, se cuentan la combinación de
ampicilina con sulbactam y otra fluoroquinolona o
un aminoglucósido o meropenem
Pronóstico
• La mayoría de los perros expuestos al virus de la
influenza resultan infectados.
• Los que padecen la forma leve de la enfermedad
se recuperan por completo, aunque la tos puede
persistir durante un mes.
• El pronóstico es más reservado en perros que
desarrollan la forma grave de la enfermedad.
Prevención
• La vacunación es el abordaje más prometedor con relación a
la prevención; sin embargo, actualmente no se dispone de
vacunas específicas.
• En clínicas veterinarias, residencias caninas y otros centros en
los que haya numerosos perros, lo indicado es aislar
inmediatamente a los animales que presenten los primeros
signos de influenza, y seguir los protocolos más estrictos. El
virus suele ser sensible a los desinfectantes de uso común.
• La prevención satisfactoria de la dispersión de organismos
depende de la cuidadosa limpieza y desinfección de mesas,
jaulas, comederos y cualquier otro objeto que pueda estar en
contacto con los animales infectados.
• Además, cuando se trabaja con perros infectados o en áreas
contaminadas, hay que lavarse las manos de forma
sistemática cada vez que se esté en contacto con un animal,
y utilizar dispositivos de barrera desechables (p. ej., guantes o
batas).
NEUMONÍA
BACTERIANA
Etiología
• Una amplia variedad de bacterias pueden infectar
los pulmones.
• Entre los aislamientos bacterianos frecuentes que se
han obtenidos en perros y gatos son:

Bordetella bronchiseptica
Streptococcus spp.
Staphylococcus spp.
Escherichia coli
Pasteurella spp.
Klebsiella spp.
Proteus spp.
Pseudomonas spp.
• Los organismos anaerobios pueden estar
implicados en infecciones mixtas, en especial en
animales con neumonía por aspiración o con
consolidación de lóbulo pulmonar.
• En perros y gatos con neumonía también se han
aislado organismos de Mycoplasma, aunque no se
conoce su papel exacto en la enfermedad.
• Las bacterias colonizan las vías respiratorias, los alveolos o el
intersticio.
• El término neumonía hace referencia a la inflamación del
pulmón, pero no es específico de las enfermedades
bacterianas.
• La infección que clínicamente parece limitarse a las vías
respiratorias y los tejidos peribronquiales se denomina
bronquitis bacteriana.
• Cuando las tres regiones se ven afectadas, se utiliza el término
bronconeumonía bacteriana o neumonía bacteriana para
definir la enfermedad.
• La mayoría de los casos de neumonía bacteriana se deben a
bacterias de la cavidad oral y la faringe que penetran en los
pulmones a través de las vías respiratorias y que producen
una bronconeumonía que afecta, sobre todo, a los lóbulos
pulmonares craneales y ventrales dependientes de la
gravedad.
• Las bacterias que penetran en el pulmón a través de la vía
hematógena suelen producir una neumonía que adopta un
patrón caudal o difuso, y una significativa afectación
intersticial.
• La neumonía bacteriana es una enfermedad pulmonar
común, en particular en los perros. Se han citado casos
de neumonía infecciosa adquirida en la comunidad
(Radhakrishnan y cols., 2007), con frecuencia causados
por Bordetella bronchiseptica (el 49% de los casos). Sin
embargo, también se ha de prestar atención a las
anomalías predisponentes, habitualmente presentes en
perros adultos. Entre estas anomalías se encuentran la
aspiración de material ingerido o contenido gástrico
causada por paladar hendido, megaesófago, u otras
causas de neumonía por aspiración; la disminución del
aclaramiento pulmonar de los residuos normalmente
inhalados, sobre todo en animales con bronquitis
crónica, discinesia ciliar o bronquiectasias; la
inmunosupresión por fármacos, malnutrición, estrés o
endocrinopatías; otras infecciones, como influenza
canina, moquillo canino, virus de la leucemia felina o
virus de la inmunodeficiencia felina; inhalación o
migración de cuerpos extraños, y, en ocasiones poco
habituales, neoplasias o infecciones fúngicas o
parasitarias.
Características clínicas
• En perros y gatos con neumonía bacteriana se
evalúan los signos respiratorios, los sistémicos, o
ambos. Entre los primeros cabe citar tos (que suele
ser productiva y blanda), secreción nasal
mucopurulenta bilateral, intolerancia al ejercicio, y
dificultad respiratoria.
• La tos es menos frecuente en gatos con neumonía.
Los signos sistémicos incluyen letargia, anorexia,
fiebre y pérdida de peso.
• El animal puede tener antecedentes de
enfermedad respiratoria crónica o regurgitación.
Los gatos, sobre todo cuando son cachorros, tienen
una especial predisposición a la neumonía
causada por Bordetella cuando se encuentran
alojados en lugares que pueden generar estrés (p.
ej., hacinamiento).
• Los perros con traqueobronquitis infecciosa
complicada pueden tener antecedentes recientes
de tos bronca y anamnesis compatible con
exposición a patógenos. Se han de buscar otros
posibles factores de predisposición, como los
enumerados en el epígrafe anterior, a través de
una anamnesis adecuada.
• Aunque el animal puede tener fiebre durante la
exploración física, ésta sólo se detecta en la mitad
de los casos. En la auscultación se perciben
crepitaciones y ocasionales sibilancias respiratorias,
con ruidos pulmonares anómalos, a menudo
patentes en los campos pulmonares
craneoventrales.
Diagnóstico
• La neumonía bacteriana se diagnostica a partir de los datos:
 hemograma completo (HC),
 los hallazgos de las radiografías de tórax,
 resultados de los análisis citológicos del líquido de lavado traqueal
y del cultivo bacteriano.
• Un HC que muestra leucocitosis neutrofílica con desviación izquierda,
neutropenia con desviación izquierda degenerativa, o toxicidad
neutrofílica moderada o significativa, corrobora el diagnóstico de
neumonía bacteriana.
• Debe también investigarse la posible presencia de un leucograma
normal o de estrés.
• Los patrones anómalos que se observan en las
radiografías de tórax varían en función de la
enfermedad subyacente. La anomalía más típica es la
que corresponde a un patrón alveolar, posiblemente
con consolidación, que es más grave en los lóbulos
pulmonares dependientes.
• A menudo, hay marcas bronquiales e intersticiales
intensificadas. Por otra parte, en cualquier región
pulmonar pueden detectarse infecciones secundarias
por cuerpos extraños. En animales con enfermedad leve
o en los que presentan infecciones de origen
hematógeno puede observarse un único patrón
intersticial. En cambio, el patrón bronquial es propio de
los animales con infección predominante de los
bronquios. En las radiografías hay que buscar la posible
presencia de megaesófago y otras patologías
extrapulmonares.
• Las muestras pulmonares se evalúan citológica y
microbiológicamente (de cultivos bacterianos y, si es
posible, de micoplasmas), con el fin de establecer un
diagnóstico definitivo y obtener una guía que ayude a
seleccionar los antibióticos más adecuados. Para
optimizar el rendimiento diagnóstico, las muestras
deben obtenerse antes del comienzo de la
antibioticoterapia.
• Una muestra de lavado traqueal suele ser suficiente. En
animales con neumonía bacteriana es característica la
presencia de inflamación neutrofílica séptica, por lo que
cabe esperar el crecimiento de organismos en el cultivo
bacteriano. El examen de una preparación sometida a
tinción de Gram aporta una orientación inicial sobre la
elección de los antibióticos, a falta de los resultados del
cultivo, y ayuda a identificar los organismos anaerobios
o poco usuales (p. ej., micobacterias y organismos
filamentosos).
• Se llevará a cabo igualmente una minuciosa
búsqueda de cualquier otro posible problema
subyacente. En algunos animales, como en los que
padecen megaesófago, la causa inicial del
proceso es evidente. En otros, está indicado hacer
nuevas pruebas diagnósticas, en función de los
resultados de las pruebas clinicopatológicas. Por
ejemplo, se puede hacer una broncoscopia para
localizar anomalías o cuerpos extraños, un raspado
conjuntival para detectar el virus del moquillo,
pruebas serológicas que localicen posibles
infecciones fúngicas, pruebas del virus de la
influenza, y ensayos hormonales destinados a
determinar si el animal padece
hiperadrenocorticismo.
Tratamiento
• Antibióticos
• El tratamiento de la neumonía bacteriana se
centra en los antibióticos y los cuidados de apoyo,
con evaluación del seguimiento. Es difícil predecir
cuál es la sensibilidad a los antibióticos de los
organismos implicados. Son frecuentes las
infecciones por gramnegativos o por organismos
múltiples.
• Inicialmente, los antibióticos se seleccionan en función
de la gravedad de los signos clínicos y de las
características citológicas (es, decir, morfología y tinción
de Gram) de los organismos que se han encontrado en
las muestras pulmonares. A continuación, la selección se
modifica en función de las necesidades, sobre la base
de la respuesta clínica y de los datos de sensibilidad
obtenidos a partir de los cultivos bacterianos de las
muestras.

• En pacientes con neumonía bacteriana, no debe


considerarse un factor importante hasta donde puede
penetrar un antibiótico en las secreciones respiratorias.
Los antibióticos suelen alcanzar concentraciones en el
parénquima pulmonar iguales a las plasmáticas. La
nebulización de los fármacos rara vez es aconsejable.
• En el caso de animales con signos clínicos leves o
moderados, entre los antibióticos que pueden
comenzar a administrarse antes de disponer de los
resultados sobre sensibilidad se cuentan la asociación
amoxicilina-clavulánico (de 20 a 25 mg/kg cada 8 h), la
cefalexina (de 20 a 40 mg/kg cada 8 h) y el
cloranfenicol (perros, 50 mg/kg cada 8 h; gatos, de 10 a
15 mg/kg cada 12 h).
• Las fluoroquinolonas se reservan para animales con
infecciones por gramnegativos resistentes.
• Los gatos que proceden de entornos generadores de
estrés en los que se sospeche de una posible neumonía
inducida por Bordetella deben ser tratados con
amoxicilina-clavulánico, doxiciclina (de 5 a 10 mg/kg
cada 12 h seguidos de un bolo de agua) o
fluoroquinolonas, a la espera de los resultados de los
cultivos. En gatos jóvenes, la doxiciclina o las
fluoroquinolonas son más eficaces, pero también
generan más efectos secundarios.
• Los animales con signos clínicos graves o posible sepsis se han
de tratar inicialmente con antibióticos intravenosos. La
cobertura de amplio espectro en animales con infecciones
que supongan una amenaza para su vida puede obtenerse
con meropenem (8 mg/kg cada 8 h), o con una
combinación de ampicilina con sulbactam (22 mg/kg de
ampicilina cada 8 h) y una fluoroquinolona, o de ampicilina
con sulbactam y un aminoglucósido (p. ej., amikacina, de 5 a
10 mg/kg cada 8 h). El sulbactam es un inhibidor de la beta-
lactamasa, como el ácido clavulánico, y su combinación con
la ampicilina proporciona una actividad similar a la de
amoxicilina-clavulánico en formulación intravenosa.
• Si la infección por Toxoplasma está entre los diagnósticos
diferenciales, puede emplearse la combinación de una
fluoroquinolona y clindamicina o de una fluoroquinolona y
azitromicina (v. cap. 99). El tratamiento antibiótico debe
prolongarse al menos durante una semana después de la
remisión de los signos
Hidratación de la vía respiratoria
• El secado de las secreciones da lugar a un
aumento de la viscosidad y a la disminución de la
función ciliar. Por tanto, en el caso de animales con
neumonía se ha de mantener el contenido de agua
en las secreciones respiratorias, y las vías
respiratorias deben hidratarse. Los animales que
presenten cualquier posible indicio de
deshidratación deben recibir fluidoterapia.
• La nebulización es necesaria para que la humedad
penetre más en profundidad en las vías
respiratorias. Los nebulizadores producen gotitas de
tamaño variable, con un diámetro que oscila entre
0,5 y 5 μm, que les permite llegar hasta los niveles
más profundos de las vías respiratorias.
• Se utiliza suero salino estéril como solución
nebulizadora por sus propiedades mucolíticas y
porque es relativamente no irritante. La
premedicación con broncodilatadores se ha
propuesto como medio para reducir los
broncoespasmos, aunque en los perros el uso de
suero salino solo no suele dar problemas.
• Se recomienda realizar nebulizaciones de 2 a 6
veces al día, durante 10-30 minutos cada vez. La
nebulización ha de ir seguida de inmediato por
fisioterapia, con el fin de favorecer la
expectoración del exudado, cuyo volumen puede
aumentar con la rehidratación.
Fisioterapia
• El hecho de que el animal permanezca echado en la misma
posición perjudica el aclaramiento de la vía respiratoria, y
puede producirse consolidación pulmonar si un lado se
mantiene dependiente durante periodos de tiempo
prolongados. Por tanto, en los animales en decúbito, el lado
de apoyo debe cambiarse al menos cada 2 horas. Dado que
con la actividad física los animales hacen respiraciones más
profundas y tosen, lo que favorece el aclaramiento de la vía
respiratoria, aquellos que se encuentren en condiciones
suficientemente estables y toleren la demanda de oxígeno
deben ser estimulados para que hagan ejercicios suaves.
• La fisioterapia está indicada después de las nebulizaciones,
con el fin favorecer la producción de tos y la eliminación de
exudado de las vías respiratorias. Si es posible, el animal debe
realizar ejercicios ligeros; en caso contrario, hay que proceder
a fisioterapia torácica de coupage. Para llevarla a cabo, el
veterinario golpea el tórax del animal sobre los campos
pulmonares con las manos huecas. La acción debe ser
enérgica, sin llegar a producir dolor, y ha de prolongarse
durante 5 o 10 minutos. Esta maniobra también puede ser
adecuada para animales con consolidación pulmonar que
no están siendo tratados con nebulización.
Broncodilatadores
• El broncoespasmo suele ser secundario a la
inflamación, sobre todo en gatos. Los
broncodilatadores se utilizan en animales que
muestran aumento del esfuerzo respiratorio, en
especial si en la auscultación se perciben
sibilancias espiratorias. Se ha de hacer un
seguimiento estrecho del estado del paciente, ya
que los broncodilatadores pueden acentuar el
desequilibrio ventilación perfusión, y exacerbar por
tanto la hipoxemia. Si los signos clínicos empeoran
o no mejoran, se ha de interrumpir la
administración de estos fármacos.
Otros tratamientos
• Los expectorantes son de dudoso valor en perros y
gatos, y los glucocorticoides están relativamente
contraindicados en animales con neumonía
bacteriana. Se recurre a la oxigenoterapia cuando
los signos clínicos, las medidas de gases arteriales, o
la pulsioximetría, indican que es necesaria.
Monitorización
• Los perros y gatos con neumonía bacteriana han de ser
sometidos a una estrecha monitorización por si se
produjeran signos de un posible deterioro de la función
pulmonar.
• La frecuencia y el esfuerzo respiratorios, así como el
color de la membrana mucosa se controlarán por lo
menos 2 veces al día.
• Por otra parte, hay que tomar radiografías de tórax y
obtener un HC cada 24-72 horas. Si la condición del
animal no mejora dentro de este último plazo, es posible
que haya que modificar el tratamiento o hacer pruebas
adicionales.
• Cuando un animal muestra mejoría se le envía casa y
se le somete a reevaluación cada 10-14 días. Una vez
que los signos clínicos y radiográficos han remitido, el
tratamiento antibiótico se mantiene durante una
semana más.
Pronóstico
• La neumonía bacteriana responde bien a los tratamientos
adecuados.
• El pronóstico tiende a ser reservado en el caso de pacientes
con problemas subyacentes que puedan predisponerles a la
infección, y hay que considerar siempre la posibilidad de
erradicar esos problemas.
• La formación de un absceso pulmonar es una complicación
poco habitual de la neumonía bacteriana. En las radiografías,
los abscesos se observan como lesiones focales, que pueden
afectar a lóbulos completos.
• La ecografía también ayuda a localizar las áreas de
consolidación. En algunos animales, los abscesos remiten
como repuesta a un tratamiento médico prolongado. Sin
embargo, si no se observa una mejoría, o si los indicios
patológicos vuelven a manifestarse en las radiografías
después de la interrupción del tratamiento, está indicada la
escisión quirúrgica (es decir, la lobectomía).
TRANSTORNOS DE LA
CAVIDAD PLEURAL
PIOTÓRAX
Etiología
• El exudado séptico en la cavidad pleural se denomina
protórax.
• En la mayoría de los casos es de origen idiopático, en
especial en gatos.
• Puede deberse a:

Presencia de cuerpos extraños


Heridas punzantes en la pared del tórax
Desgarros esofágicos (generalmente por ingestión de
cuerpos extraños)
Extensión de una infección pulmonar.
Características clínicas
• Los perros y gatos con protórax presentan signos
clínicos que se pueden atribuir al derrame pleural y
a la formación de abscesos.
• Los signos pueden ser: Agudos
Crónicos.

Y el aumento de las excursiones abdominales


Taquipnea
Disminución de los ruidos pulmonares

Son rasgos característicos del derrame pleural.


• Además, es frecuente la presencia de:
Fiebre
Letargia
Anorexia
Pérdida de peso

Los animales pueden llegar a la consulta con shock


séptico o con signos de síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica.
Diagnóstico
• El diagnóstico de protórax Radiografías de tórax
Citología del líquido pleural.
• Las radiografías se utilizan para confirmar la presencia de derrame
pleural y determinar si la enfermedad es localizada, unilateral o
bilateral.
• En la mayoría de los animales, hay presencia de líquido en todo el
espacio pleural. El hallazgo de una acumulación localizada de líquido
indica la posible presencia de fibrosis pleural, de masas, o de torsión
de lóbulo pulmonar.
• Después de extraer el líquido se repiten las radiografías de tórax para
evaluar el parénquima pulmonar, con el fin de detectar posibles
evidencias de la enfermedad subyacente que causa el protórax (p.
ej., neumonía bacteriana o presencia de cuerpos extraños). El
diagnóstico de protórax se establece cuando se identifica exudado
séptico en el análisis del líquido pleural.
• La inflamación supurativa séptica es un hallazgo consistente
en el líquido pleural examinado citológicamente, salvo en el
caso de animales que estén siendo tratados con antibióticos.
El líquido pleural se evalúa mejor mediante tinción de Gram y
cultivos bacterianos aerobios y anaerobios.
• Los organismos anaerobios suelen estar presentes en el líquido
y, en la mayoría de los perros y gatos, se puede hallar más de
un tipo de bacterias. No todos los tipos de bacterias
implicados se desarrollan en un cultivo de laboratorio,
aunque suelen existir indicios citológicos de su presencia,
posiblemente como consecuencia de la competencia entre
organismos, o bien por un efecto inhibidor del líquido
exudativo. Organismos como Actinomyces o Nocardia son
muy reacios al crecimiento si las muestras se cultivan
mediante las técnicas de rutina. La ausencia de crecimiento
de bacterias no descarta un posible diagnóstico de protórax.
• La evaluación del estado sistémico del paciente puede
revelar signos de inflamación activa, de síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica, o de sepsis.
Tratamiento
• El tratamiento médico del protórax incluye antibióticos, drenaje de la
cavidad pleural y cuidados de apoyo adecuados (p. ej., fluidoterapia).
• En un primer momento, se administran por vía intravenosa antibióticos
seleccionados empíricamente. Los resultados de la tinción de Gram y
del cultivo, y las pruebas de sensibilidad, ayudan a elegir los antibióticos.
• En general, los anaerobios y Pasterurella, que se aísla con frecuencia en
gatos con protórax, son sensibles a la combinación de amoxicilina-
clavulánico. Otros organismos gram negativos son también sensibles a
esta combinación, aunque su sensibilidad a los antibióticos es difícil de
predecir.
• Por desgracia, este fármaco no está disponible para su administración
intravenosa. La ampicilina con sulbactam, otro inhibidor de la β-
lactamasa, es un excelente sustituto para uso intravenoso (22 mg/kg de
ampicilina cada 8 h). Otros fármacos activos contra los organismos
anaerobios son el cloranfenicol, el metronidazol y la clindamicina. Si se
utiliza alguno de los dos u´ ltimos, es necesaria una cobertura adicional
para gramnegativos,
• por lo que se debera´ an˜adir al tratamiento
fluoroquinolona o un aminogluco´ sido. La
incorporacio´n de estos antibio´ ticos es tambié´n
necesaria en pacientes que esta´n siendo tratados
con ampicilina con sulbactam y que, en los
primeros dı´as de tratamiento, no mejoran su
estado clı´nico, su hemograma completo (HC), o la
citologı´a del lı´quido.
• Los antibióticos orales se utilizan si se observa que
se ha producido una importante mejorı´a; por lo
general, cuando se retira la sonda tora´cica. La
combinacio´n amoxicilina-clavula´nico (20-
25mg/kg cada 8 h) se utiliza en pacientes que han
respondido a la ampicilina con sulbactam. Debe
mantenerse la antibioticoterapia oral durante un
perı´odo de entre 4 y 6 semanas.
• El drenaje del exudado séptico es una parte
fundamental del abordaje terape´utico del pioto´ rax.
Aunque en la fase inicial el tratamiento sólo con antibio´
ticos mejora de manera espectacular el estado clı´nico
del paciente, los signos suelen recidivar, y es probable
que se registren complicaciones de la infeccio´n
prolongada, como fibrosis o abscesos. Las sondas
tora´cicas permanentes constituyen el mejor medio de
drenaje, y se pueden utilizar para impedir la
acumulación de exudado durante los dı´as iniciales del
tratamiento antibio´ tico. Los perros y gatos que acuden
a la consulta en estado crı´tico son estabilizados
mediante toracocentesis con aguja y tratamiento del
shock, antes de implantar la sonda. La toracocentesis
con aguja intermitente es poco eficaz en el drenaje de
la cavidad pleural y no se recomienda, a no ser que el
propietario del animal no pueda hacer frente al coste
ma´s elevado del tratamiento
• con sonda permanente.
• En el capı´tulo 24 se analizan la colocacio´n de la sonda
y la evaluacio´n de su posicio´ n. Probablemente, los
animales respondan de manera ma´s ra´pida a la
succio´n constante de exudado del to´ rax, aunque la
succio´n intermitente es, desde luego, adecuada y, a
veces, es ma´s viable. La succio´n constante se lleva a
cabo conuna bomba de succio´n y una unidad de
recoleccio´ n. Las empresas de suministros hospitalarios
comercializan unidades de recolección para uso
pedia´trico, que pueden adosarse a la jaula del animal
(p. ej., Thora-Seal III). Estas unidades permiten vigilar el
volumen del lı´quido extraı´do y ajustar la presio´n de la
succio´ n.
• La presio´n de succio´n inicial suele ser de10 a
15cmH2O, aunque este valor puede variar en funcio´n
de la viscosidad del lı´quido pleural y de la
colapsabilidad de los tubos. Los sistemas de recolección
deben revisarse con minuciosidad, para que no sufran
ningu´n tipo de fuga o disfuncio´n que podrı´an
provocar un neumotórax de fatales consecuencias.
• La succio´n intermitente con jeringa debe realizarse
cada 2 horas durante los primeros dı´as del
tratamiento, con los correspondientes ajustes para
que el drenaje continu´ e durante la noche. A los
pocos dı´as del inicio, el volumen de lı´quido
producido disminuira´ y el intervalo podra´
aumentarse. Si no es posible aplicar este tipo de
cuidados intensivos, hay que intentar vaciar el to´
rax de lı´quido al menos una vez a u´ ltima hora de
la tarde, para que la acumulacio´n de exudado
durante la noche sea la menor posible.
• El lavado de la cavidad tora´cica se lleva a cabo dos veces
al dı´a, y consiste en la eliminacio´n de todo el lı´quido que
esta´ presente en la cavidad, seguida de la infusio´n lenta en
el to´ rax de solucio´n salina este´ril tibia. Se infunde un
volumen de unos 10 ml/kg de peso corporal, aunque la
infusio´n se interrumpira´ si se percibe cualquier signo de
complicacio´ n. Despue´s de esto, segira con suavidad al
animal, cambia´ndolo de lado y extrayendo de nuevo el
lı´quido de esa otra parte. Toda la operacio´n debe realizarse
mediante te´cnica este´ril. Se debe recuperar alrededor del
75% del volumen de lı´quido infundido. Si el porcentaje que se
recupera es inferior, puede significar que la sonda tora´cica
ya no proporciona un drenaje adecuado, por lo que sera´
necesario realizar la correspondiente evaluacio´n radiolo´
gica o ecogra´ fica.
• An˜adir antibio´ ticos, antise´pticos o enzimas a la solucio´n
de lavado no ha demostrado tener efectos beneficiosos
claros. La incorporación de heparina (1.500 U/100 ml) al
lı´quido de lavado puede reducir la formacio´n de fibrina.
• Todos los adaptadores que esta´n conectados a la
sonda tora´cica deben cubrirse con tapones cuando
no se este´n utilizando. El clı´nico debe usar guantes
cuando accede a los puertos de entrada y recordar
que e´stos deben limpiarse con pero´xido de hidro´
geno antes de utilizarlos.
• Para garantizar un drenaje tora´cico de lı´quido
completo, hay que hacer radiografı´as de to´ rax cada
24-48 horas. De lo contrario, se puede generar una
costosa prolongacio´n de los cuidados intensivos
necesarios para el mantenimiento de la sonda
tora´cica.
• Las concentraciones electrolı´ticas se´ricas tambie´n
deben monitorizarse.
• Muchos perros y gatos con pioto´ rax tienen
deshidratación y anorexia, y requieren fluidoterapia. A
veces, es necesario suministrar suplementos de potasio
al lı´quido intravenoso.
• La decisio´n de interrumpir el drenaje y de retirar la
sonda tora´cica debe tomarse en funcio´n del volumen
de lı´quido y de las caracterı´sticas citolo´ gicas del
mismo. El volumen de lı´quido recuperado debe
haberse reducido hasta 2 ml/kg/dı´a. Hay que hacer
preparaciones microsco´ picas del lı´quido a diario, y
evaluarlas citolo´ gicamente. En las mismas no deben
observarse bacterias, ni intra ni extracelulares. Los
neutro´ filos suelen persistir, aunque ya no como
degenerativos (fig. 25-3). Una vez que se cumplen estos
criterios y que no se observan bolsas ni lı´quidos en las
radiografı´as de to´ rax, se retira la sonda tora´cica, y se
somete al animal a observacio´n durante al menos 24
horas, con el fin de controlar que no se producen
neumoto´ rax ni recurrencia del derrame. Se pueden
hacer unas radiografı´as de to´ rax para evaluar con
mayor fiabilidad la posible aparicio´n de esos
problemas.
• Las radiografı´as de to´ rax se repiten una semana
despue´s de la retirada de la sonda, y una semana
y un mes despue´s de la eliminación de la
antibioticoterapia. En las mismas debe
comprobarse que no existen nidos localizados de la
enfermedad, como cuerpos extran˜os o abscesos,
y que no se detectan signos de recidiva del pioto´
rax previos a la nueva acumulacio´n de lı´quido
pleural.
• Los nidos no son visibles cuando existen volúmenes
importantes de lı´quido pleural o cuando se esta´
administrando un tratamiento agresivo.
• La toracotomı´a exploratoria esta´ indicada para
extirpar un posible nido de infeccio´n y cuando los
animales no responden al tratamiento me´dico. En este
u´ ltimo caso, puede ser necesario recurrir a la cirugı´a
para retirar tejido fibroso o enfermo, o un cuerpo
extran˜o. Se considera que no hay una respuesta
adecuada cuando es necesario mantener la sonda
tora´cica durante ma´s de una semana despue´s del
inicio de un tratamiento antibio´ tico adecuado con el
correspondiente drenaje, aunque se han comunicado
numerosos casos de recuperacio´n completa tras la
aplicacio´n de un tratamiento me´dico que ha
requerido drenaje mediante sonda durante perı´odos
ma´s largos. Por otro lado, la persistencia de bolsas de
lı´quido, a pesar de la pertinente colocacio´n de una
sonda tora´cica, hace necesaria la realizacio´n de una
toracotomı´a
• ma´s temprana. La tomografı´a computarizada de
to´ rax puede ser una prueba ma´s sensible que la
radiografı´a para detectar lesiones pulmonares
persistentes. Rooney y cols. (2002) recomendaron la
valoracio´n de la toracotomı´a, en especial en
perros con signos radiogra´ficos de lesiones
mediastı´nicas o pulmonares, o si se identifican
organismos de Actinomyces spp. en el lı´quido
pleural.
Pronóstico
• La mayorı´a de los casos de pioto´ rax son idiopa´ticos. Si la
patologı´a se detecta en la fase temprana y se somete a un
tratamiento agresivo, el prono´ stico para los animales
afectados es bastante bueno. Waddell y cols. (2002)
comunicaron una tasa de supervivencia en gatos del 66%,
excluidos los que fueron sacrificados antes del tratamiento.
Segu´n su informe, 5 de 80 gatos requirieron toracotomı´a. En
perros, se ha notificado que el e´xito del tratamiento
exclusivamente me´dico alcanza tasas de hasta el 100% (Piek
y cols., 2000). Sin embargo, en un estudio desarrollado por
Rooney y cols. (2002) en 26 perros, so´ lo el 25% de los
animales que recibieron tratamiento me´dico presentaron
resultados satisfactorios, mientras que el 78% respondio´ de
forma favorable a la toracotomı´a. Una posible explicacio´n
de los resultados de este estudio puede ser la localizacio´n
geogra´fica de la regio´n en la que se realizo´ el mismo, en la
que abundaban las hierbas con espigas, que podı´an migrar
a las vı´as respiratorias de los animales.
• Es necesario practicar una cirugı´a exploratoria
para garantizar la completa remisio´n del problema
en perros o gatos con cuerpos extran˜os en la
cavidad tora´cica. Los cuerpos extran˜os
radiotransparentes son difı´ciles de localizar, por lo
que el prono´ stico de pioto´ rax secundario a su
existencia es ma´s reservado. Las complicaciones a
largo plazo del pioto´ rax, como fibrosis o
enfermedad pulmonar restrictiva, son poco
habituales.
QUILOTÓRAX
Etiología
• El quiloto´ rax es la acumulacio´n de quilo en la
cavidad tora´cica.
• El quilo se origina en el conducto tora´cico, que
transporta lı´quido rico en triglice´ridos desde el
sistema linfa´tico intestinal y lo vierte al sistema
venoso en el to´ rax anterior. El líquido tambie´n
contiene linfocitos, proteı´nas y vitaminas
liposolubles. La rotura del conducto tora´cico como
consecuencia de un traumatismo puede provocar
un quiloto´ rax transitorio, aunque la mayorı´a de los
casos no obedece a esta causa.
• Entre las posibles causas de quiloto´ rax no trauma´
tico se cuentan la linfangiectasia generalizada, la
inflamacio´n y la obstruccio´n del flujo linfa´ tico.
Dicho flujo puede obstruirse por razones fı´sicas,
como una neoplasia, o por un aumento de las
presiones venosas.
• Los quiloto´ rax se clasifican en conge´nitos,
trauma´ ticos y no trauma´ticos. La predisposicio´n
conge´nita puede darse en animales en los que el
proceso se desarrolla en fases ma´s avanzadas de
la vida. Los episodios trauma´ticos que provocan
quiloto´ rax son quiru´ rgicos (p. ej., en la
toracotomı´a) o no quiru´ rgicos (p. ej., cuando un
animal es atropellado por un automo´ vil). Entre las
causas no trauma´ticas del quiloto´ rax caben citar
neoplasias, en especial el linfoma mediastı´nico en
gatos, miocardiopatı´a, dirofilariosis, enfermedad
perica´rdica y otras causas de insuficiencia
cardiaca derecha, torsio´n de lo´ bulo pulmonar,
hernia diafragmática, y linfangiectasia siste´mica.
En la mayorı´a de los animales no
• se identifica ninguna enfermedad subyacente, en
cuyo caso el diagno´ stico es de quiloto´ rax
idiopa´ tico.
• La pleuritis y la pericarditis fibrosantes pueden
asociarse a quiloto´ rax. La primera es muy
frecuente en gatos y puede interferir en la
expansio´n normal de los pulmones, incluso
despue´s de una toracocentesis. La inflamacio´n y
el engrosamiento del pericardio pueden contribuir
a la subsiguiente formacio´n de un derrame
quiloso.
Características clínicas
• El quiloto´ rax afecta a perros y gatos de cualquier
edad. Los galgos afganos y los shiba inu tienen
especial predisposicio´n a padecerlo.
• El principal signo clı´nico es la dificultad respiratoria
caracterı´stica del derrame pleural. Aunque dicha
dificultad suele tener un inicio agudo, tambie´n
pueden registrarse signos ma´s leves durante ma´s
de un mes. Son habituales la letargia, la anorexia,
la pe´rdida de peso y la intolerancia al ejercicio. En
algunos casos la tos es el u´ nico signo de
presentacio´ n.
Diagnóstico
• El quiloto´ rax se diagnostica mediante radiografı´as de to´ rax, e
identificacio´n de quilo en la evaluacio´n citolo´ gica y bioquı´mica
de lı´quido pleural que se ha obtenido mediante toracocentesis (v.
cap. 23). Puede haber linfopenia y panhipoproteinemia en sangre
perife´rica.
• Una vez establecido el diagno´ stico de quiloto´ rax, deben realizarse
otras pruebas diagno´ sticas para identificar una posible enfermedad
subyacente (cuadro 25-1). Entre ellas hay que mencionar la
ecografı´a tora´cica, la ecocardiografı´a, la prueba de antı´geno de
dirofilariosis en adultos, y, en gatos, la medida de las concentraciones
de hormonas tiroideas. La linfangiografı´a se utiliza para detectar
linfangiectasia, puntos de obstruccio´ n, y, en ocasiones poco
frecuentes, localizacio´n de fugas en el conducto tora´cico. La
linfangiografı´a se realiza antes de intentar ligar quirúrgicamente los
vasos linfa´ ticos..
Tratamiento
• La toracocentesis y una fluidoterapia adecuada se utilizan
para estabilizar a perros y gatos que se presentan con quiloto´
rax, siempre en funcio´n de las necesidades. Puede haber
anomalı´as electrolı´ticas. Hay que poner especial empen˜o
en identificar cualquier posible causa subyacente de quiloto´
rax, de modo que se pueda aplicar un tratamiento directo
para la misma. La eliminación del problema subyacente
puede dar lugar a la resolucio´n del quiloto´ rax; aunque,
generalmente, es necesario aplicar un tratamiento me´dico
durante varias semanas, o incluso meses (segu´n se describe
a continuacio´n para el quiloto´ rax idiopa´tico). La
excepción a todo lo anterior es el quiloto´ rax de origen
trauma´tico, que suele remitir en 1 o 2 semanas.
• No se ha establecido ningu´n tratamiento de rutina
satisfactorio para el quiloto´ rax idiopa´ tico.
Inicialmente, se prueba con un tratamiento
me´dico, ya que en algunos casos se produce la
remisión esponta´nea del proceso. Si no se
consiguiera la remisio´n con el tratamiento
me´dico, se recomiendan la ligadura del conducto
tora´cico y la pericardectomı´a.
• El tratamiento me´dico consiste fundamentalmente
en una toracocentesis intermitente y una dieta
baja en grasas. La toracentesis se aplica, segu´n las
necesidades, en funcio´n de las observaciones del
propietario del animal en lo que se refiere al
• aumento de la frecuencia o esfuerzo respiratorios,
o a la disminución de la actividad o del apetito. Al
principio, es posible que las toracocentesis deban
realizarse cada 1 o 2 semanas. El intervalo entre las
mismas se ira´ ampliando si la respuesta al
tratamiento me´dico es positiva. El control
ecogra´fico de la aguja durante la toracocentesis
es muy u´ til para extraer acumulaciones de quilo
de la cavidad pleural y para aumentar la eficacia
del drenaje, por lo que puede prolongar el tiempo
entre las intervenciones.
• La dieta debe ser nutricionalmente completa y baja en
grasas (v. cap. 54). En los seres humanos, el aceite con
triglice´ridos de cadena media es absorbido
directamente a la circulacio´n sanguı´nea, sin pasar por
los vasos linfa´ticos, y puede emplearse como
suplemento graso. Por desgracia, se ha demostrado
que en los perros este tipo de aceites pasan al
conducto tora´cico. Sin embargo, pueden incorporarse
a la dieta cuando se requiera un aporte adicional de
calorı´as.
• La administración de rutina, que es un fa´rmaco
benzopireno, puede facilitar el tratamiento me´dico. En
los seres humanos, la rutina se ha utilizado para el
tratamiento del linfedema. Se cree que este fa´rmaco
reduce el contenido proteico del derrame al afectar a
la funcio´n de los macro´ fagos. Por tanto, se puede
• incrementar la reabsorcio´n del derrame, y, adema´ s,
minimizar la fibrosis pleural. Este fa´rmaco se puede obtener
sin receta en establecimientos de medicina natural. La dosis
recomendada es de 50
• a 100 mg/kg por vı´a oral cada 8 horas. Si despue´s de dos o
tres meses de tratamiento me´dico los signos no han
mejorado, o si son intolerables, puede contemplarse la
opcio´n quiru´ rgica. El tratamiento quiru´ rgico recomendado
para el quiloto´ rax incluye la ligadura del conducto tora´cico
y la pericardectomı´a. El primer procedimiento es
te´cnicamente complejo, por lo que se aconseja que lo lleve
a cabo un cirujano experto, quien debera´ realizar ligaduras
mu´ ltiples del conducto tora´cico y de sus ramas colaterales.
Antes de proceder a la cirugı´a hay que identificar los
conductos mediante una linfangiografı´a, prueba que debe
repetirse tras la ligadura para evaluar los resultados.
• Se recomienda que la pericardectomı´a se realice al mismo
tiempo que la ligadura del conducto tora´cico, ya que se
asocia a un mejor prono´ stico (Fossum y cols., 2004).
• En el tratamiento del quiloto´ rax, se ha
recomendado la implantacio´n de una derivacio´n
o de una malla pleuroperitoneal o pleurovenosa en
el diafragma, con el fin de permitir el drenaje de
lı´quido del espacio pleural; este procedimiento
puede tomarse en consideracio´ n cuando los
tratamientos me´dico y quiru´ rgico no son
satisfactorios. Estas te´cnicas de drenaje aportan
una vı´a para que el quilo vuelva a pasar a la
circulacio´n, sin que se produzca el compromiso
respiratorio asociado al derrame pleural.
Desgraciadamente, los drenajes suele perder
funcionalidad unos meses despue´s de su
implantacio´ n.
Pronóstico
• El prono´ stico del quiloto´ rax suele ser reservado, salvo
que e´ste sea consecuencia de un traumatismo o de
una afeccio´n reversible.
• No obstante, un estudio realizado por Fossum y cols.
(2004) refirio´ una tasa global de e´xito en la ligadura del
conducto
• tora´cico y la pericardectomı´a del 100% en perros, y
del 90% en gatos. En estos u´ ltimos animales no se
puede prever la contribucio´n de la pleuritis fibrosante a
los signos clı´nicos del quiloto´ rax. Si el gato sigue
teniendo dificultad respiratoria tras la remisio´n del
derrame, se puede contemplar realizar una
decorticacio´n pulmonar.
NEUMOTÓRAX
ESPONTÁNEO
• El neumotórax espontáneo se produce por la rotura de
lesiones cavitarias pulmonares preexistentes. Es mucho menos
frecuente que el neumotórax traumático, y se produce más a
menudo en perros que en gatos. Los animales que desarrollan
un neumotórax de tensión generan con rapidez una dificultad
respiratoria profunda.
• Las lesiones cavitarias pueden ser congénitas o idiopáticas, o
bien ser consecuencia de un traumatismo anterior, de una
patología respiratoria crónica (p. ej., bronquitis felina
idiopática) o de una infección por Paragonimus. Los centros
necróticos pueden evolucionar a neoplasias, regiones
tromboembolizadas (p. ej., por dirofilariosis), abscesos y
granulomas que afecten a las vías respiratorias. Esos centros
pueden romperse, permitiendo que el aire escape al espacio
pleural. (V. cap. 20 para un análisis más detallado de las
lesiones cavitarias.)
• La toracocentesis resulta útil para estabilizar inicialmente
al animal. Si el control del neumotórax requiere una
toracocentesis frecuente, ha de implantarse una sonda
torácica.
• Para detectar una posible enfermedad subyacente en
el animal se deben hacer radiografías de tórax
(repetidas tras la completa expansión pulmonar),
tomografía computarizada, exámenes fecales repetidos
para detectar la presencia de huevos de Paragonimus,
pruebas de dirofilarias y, posiblemente, análisis de
líquido de lavado traqueal o broncoscopia. La
tomografía computarizada es el método más sensible
para la identificación de bullas o vesículas, y debe ser
anterior a la toracotomía. En un estudio realizado por Au
y cols. (2006), las radiografías de to´ rax detectaron
bullas o vesı´culas so´ lo en 2 de 12 perros con neumoto´
rax esponta´neo, mientras que la tomografı´a
computarizada las detectó en 9 de esos mismos perros.
• Los pacientes con infecciones por Paragonimus suelen responder
al tratamiento me´dico (v. cap. 22). De no ser ası´, esta´ indicado
el abordaje quiru´ rgico en la mayorı´a de los animales. En una
revisio´n de 21 casos, Holtsinger y cols. (1993) observaron que en
la mayorı´a de los perros que padecı´an neumoto´ rax
esponta´neo que fueron tratados me´dicamente con sondas
tora´cicas y succio´ n, el problema se soluciono´ finalmente
mediante un procedimiento quiru´ rgico, ya fuera durante la
hospitalizacio´n inicial o en una ulterior recidiva del neumoto´ rax.
Dado que una recidiva del neumotórax que pase inadvertida
puede tener consecuencias fatales, se considera que el
tratamiento conservador tiene mayores riesgos que el quiru´
rgico. Por otro lado, un informe referido a 64 casos publicado por
Puerto y cols. (2002) mostro´ que las tasas de recurrencia y
mortalidad en perros con neumoto´ rax esponta´neo eran
inferiores en los animales tratados quiru´ rgicamente que en los
que recibieron tratamiento conservador. En este contexto, se
suele recomendar la esternotomı´a media, que permite la
exposicio´n de todos los lo´ bulos pulmonares, porque muchas
veces no se pueden localizar todas las lesiones cavitarias de
forma preoperatoria (fig. 25-4). Para establecer un diagno´ stico
definitivo, el tejido ano´ malo debe evaluarse histolo´ gica y
microbiolo´ gicamente.
• El tratamiento conservador consiste en reposo en
jaula y en la implantación de una sonda torácica
con succión continua. En el caso de perros
grandes, puede utilizarse una válvula de Heimlich
de una vı´a en lugar de la succión.
• Con independencia del tratamiento que se haya
empleado, la recidiva es siempre una posibilidad. El
diagnóstico preciso de la enfermedad pulmonar
subyacente y la determinación de la extensión de
la afectación mediante toracotomía ayudan a
concretar el pronóstico.

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