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SISTEMA
RESPIRATORIO
• Mg. (c) M.V.Z. Yudit Verónica Choque Chacolla
TRANSTORNOS DE LA
CAVIDAD NASAL
1.- RINITIS BACTERIANA
Etiología
• La rinitis bacteriana aguda producida por
Bordetella
bronchiseptica
• afecta de forma ocasional a los y muy raras
veces a los
• Es posible que Mycoplasma actúe como patógeno
nasal primario.
• Esta patología es secundaria a casi todas las
enfermedades de la cavidad nasal.
Diagnóstico
• La mayoría de los perros con rinitis bacteriana
presentan secreción nasal mucopurulenta.
• No existen signos patognomónicos de esta
patología, por lo que resulta difícil establecer un
diagnóstico definitivo, debido a la diversidad de la
flora existente en la cavidad nasal normal.
• La evidencia microscópica de inflamación
neutrofílica y de presencia de bacterias es un
hallazgo inespecífico en la mayoría de los animales
con signos nasales.
• Pueden realizarse cultivos bacterianos de frotis o
biopsias de la mucosa obtenidos en la parte
interna de la cavidad nasal. El crecimiento de
diversas colonias de solo una o dos especies
puede ser indicio de infección significativa. Por el
contrario, el crecimiento de múltiples organismos
de especies distintas o el número reducido de
colonias son indicativos de flora normal.
• Se ha de solicitar al laboratorio de microbiología
que comunique todos los crecimientos bacterianos.
• Las muestras para cultivo de Mycoplasma deben
transportarse en medios adecuados, utilizando
medios de aislamiento específicos. Se suele utilizar
la respuesta positiva al tratamiento antibiótico
como argumento de apoyo para el diagnóstico de
afectación bacteriana.
Tratamiento
• Se utiliza un tratamiento a base de antibióticos para combatir el
componente bacteriano de la enfermedad nasal. Si se considera
que el crecimiento obtenido en el cultivo bacteriano es significativo,
la información obtenida sobre sensibilidad puede emplearse para
elegir el antibiótico. En el proceso pueden intervenir organismos
anaerobios.
• Entre los antibióticos de amplio espectro que pueden ser eficaces se
cuentan la amoxicilina (22 mg/kg cada 8-12 h), la trimetroprima-
sulfadiazina (15 mg/kg cada 12 h), el cloranfenicol (50 mg/kg cada
8 h para perros; de 10 a 15 mg/kg cada 12 h para gatos) o la
clindamicina (de 5,5 a 11 mg/kg cada 12 h). La doxiciclina (de 5 a
10 mg/kg cada 12 h, seguidos de un bolo de agua) o el
cloranfenicol se han mostrado eficaces contra Bordetella y
Mycoplasma.
• Para infecciones agudas o casos en los que se ha
eliminado la etiología primaria (p. ej., cuerpo extraño o
patología de la raíz del diente), los antibióticos se
administran durante 7-10 días.
Respiración ruidosa
Estridor
Aumento de los esfuerzos respiratorios
Cianosis
Síncope
Cambios en el ladrido o el maullido.
• Las masas también pueden causar:
Disfagia
Neumonía por aspiración
Masas visibles o palpables en el cuello
ventral.
Diagnóstico
• Las masas extralaríngeas se suelen detectar en la
palpación del cuello.
• Los tumores primarios de la laringe rara vez son
palpables y suelen identificarse mejor mediante
laringoscopia.
• Las radiografías, la ecografía y la tomografía
computarizada de la laringe son útiles para valorar
la extensión de la enfermedad.
• El diagnóstico diferencial incluye laringitis
obstructiva, pólipos nasofaríngeos, cuerpos
extraños, granuloma traumático y absceso.
• El diagnóstico definitivo de neoplasia requiere un
examen histológico de una muestra de biopsia de
la masa.
Náuseas
• También se registran: Arcadas
Secreción nasal.
• Suelen contagiarse en una residencia canina o
perrera, hospitalización, o contacto con un
cachorro o perro adulto que presente síntomas
similares.
• Los cachorros que se han adquirido en tiendas de
animales, perreras o residencias de animales han
estado expuestos muchas veces al contacto con
los agentes patógenos.
• La mayoría de los perros con traqueobronquitis
infecciosa suele presentar una patología “no
complicada” y autolimitante, y estos animales no
manifiestan signos de enfermedad sistémica.
• Por tanto, debe considerarse que los perros que
muestran dificultad respiratoria, pérdida de peso,
anorexia persistente o signos de afectación de
otros sistemas orgánicos, como diarrea,
coriorretinitis o convulsiones, padecen
probablemente otra enfermedad más
comprometida, como moquillo canino, influenza
canina grave o infecciones micóticas. Aunque es
poco frecuente, algunas complicaciones
respiratorias graves pueden asociarse a la
traqueobronquitis infecciosa.
• Se puede desarrollar una neumonía bacteriana
secundaria, sobre todo en el caso de cachorros,
perros inmunodeprimidos y perros con anomalías
pulmonares preexistentes, como la bronquitis
crónica.
Diagnóstico
• Los casos no complicados se diagnostican a partir
de los signos de presentación. Sin embargo, los
diagnósticos diferenciales deben incluir también la
presentación inicial de una enfermedad más
grave, así como la forma leve de la influenza
canina.
• Las pruebas diagnósticas están indicadas en perros
con signos sistémicos, progresivos, o que no
remiten. Dentro de las pruebas a considerar se
cuentan los siguientes:
Radiografía de tórax,
hemograma completo (HC),
reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Tratamiento
• La traqueobronquitis infecciosa no complicada es
un cuadro autolimitante. Se recomienda que el
animal guarde reposo durante al menos 7 días, y se
eviten el nerviosismo y los estados de excitación,
para reducir al mínimo la irritación continua de las
vías respiratorias producida por la tos constante.
• Los supresores de la tos también son útiles por la
misma razón, aunque no deben administrarse
cuando la tos sea productiva o exista la sospecha
de acumulación de exudado en los pulmones, en
función de los hallazgos de la auscultación o de la
radiografía de tórax.
• En el caso de los perros no siempre se puede
reconocer la tos productiva. Por tanto, los
supresores de la tos deben emplearse con criterio a
la hora de tratar la tos frecuente o intensa,
favorecer el sueño reparador, y prevenir el
agotamiento.
• En perros, se utilizan varios supresores de la tos.
• El dextrometorfano puede obtenerse en
preparaciones de libre dispensación; sin embargo,
su eficacia en estos animales es cuestionable.
• En teoría, los antibióticos no están indicados en perros con
traqueobronquitis infecciosa, por dos razones:
Secreciones respiratorias
Por aerosol
Por contacto con objetos
contaminados(manos, prendas de
vestir, comederos)
Serología,
Detección del antígeno por ELISA
Prueba de ARN viral por reacción
en cadena de la polimerasa (PCR).
Bordetella bronchiseptica
Streptococcus spp.
Staphylococcus spp.
Escherichia coli
Pasteurella spp.
Klebsiella spp.
Proteus spp.
Pseudomonas spp.
• Los organismos anaerobios pueden estar
implicados en infecciones mixtas, en especial en
animales con neumonía por aspiración o con
consolidación de lóbulo pulmonar.
• En perros y gatos con neumonía también se han
aislado organismos de Mycoplasma, aunque no se
conoce su papel exacto en la enfermedad.
• Las bacterias colonizan las vías respiratorias, los alveolos o el
intersticio.
• El término neumonía hace referencia a la inflamación del
pulmón, pero no es específico de las enfermedades
bacterianas.
• La infección que clínicamente parece limitarse a las vías
respiratorias y los tejidos peribronquiales se denomina
bronquitis bacteriana.
• Cuando las tres regiones se ven afectadas, se utiliza el término
bronconeumonía bacteriana o neumonía bacteriana para
definir la enfermedad.
• La mayoría de los casos de neumonía bacteriana se deben a
bacterias de la cavidad oral y la faringe que penetran en los
pulmones a través de las vías respiratorias y que producen
una bronconeumonía que afecta, sobre todo, a los lóbulos
pulmonares craneales y ventrales dependientes de la
gravedad.
• Las bacterias que penetran en el pulmón a través de la vía
hematógena suelen producir una neumonía que adopta un
patrón caudal o difuso, y una significativa afectación
intersticial.
• La neumonía bacteriana es una enfermedad pulmonar
común, en particular en los perros. Se han citado casos
de neumonía infecciosa adquirida en la comunidad
(Radhakrishnan y cols., 2007), con frecuencia causados
por Bordetella bronchiseptica (el 49% de los casos). Sin
embargo, también se ha de prestar atención a las
anomalías predisponentes, habitualmente presentes en
perros adultos. Entre estas anomalías se encuentran la
aspiración de material ingerido o contenido gástrico
causada por paladar hendido, megaesófago, u otras
causas de neumonía por aspiración; la disminución del
aclaramiento pulmonar de los residuos normalmente
inhalados, sobre todo en animales con bronquitis
crónica, discinesia ciliar o bronquiectasias; la
inmunosupresión por fármacos, malnutrición, estrés o
endocrinopatías; otras infecciones, como influenza
canina, moquillo canino, virus de la leucemia felina o
virus de la inmunodeficiencia felina; inhalación o
migración de cuerpos extraños, y, en ocasiones poco
habituales, neoplasias o infecciones fúngicas o
parasitarias.
Características clínicas
• En perros y gatos con neumonía bacteriana se
evalúan los signos respiratorios, los sistémicos, o
ambos. Entre los primeros cabe citar tos (que suele
ser productiva y blanda), secreción nasal
mucopurulenta bilateral, intolerancia al ejercicio, y
dificultad respiratoria.
• La tos es menos frecuente en gatos con neumonía.
Los signos sistémicos incluyen letargia, anorexia,
fiebre y pérdida de peso.
• El animal puede tener antecedentes de
enfermedad respiratoria crónica o regurgitación.
Los gatos, sobre todo cuando son cachorros, tienen
una especial predisposición a la neumonía
causada por Bordetella cuando se encuentran
alojados en lugares que pueden generar estrés (p.
ej., hacinamiento).
• Los perros con traqueobronquitis infecciosa
complicada pueden tener antecedentes recientes
de tos bronca y anamnesis compatible con
exposición a patógenos. Se han de buscar otros
posibles factores de predisposición, como los
enumerados en el epígrafe anterior, a través de
una anamnesis adecuada.
• Aunque el animal puede tener fiebre durante la
exploración física, ésta sólo se detecta en la mitad
de los casos. En la auscultación se perciben
crepitaciones y ocasionales sibilancias respiratorias,
con ruidos pulmonares anómalos, a menudo
patentes en los campos pulmonares
craneoventrales.
Diagnóstico
• La neumonía bacteriana se diagnostica a partir de los datos:
hemograma completo (HC),
los hallazgos de las radiografías de tórax,
resultados de los análisis citológicos del líquido de lavado traqueal
y del cultivo bacteriano.
• Un HC que muestra leucocitosis neutrofílica con desviación izquierda,
neutropenia con desviación izquierda degenerativa, o toxicidad
neutrofílica moderada o significativa, corrobora el diagnóstico de
neumonía bacteriana.
• Debe también investigarse la posible presencia de un leucograma
normal o de estrés.
• Los patrones anómalos que se observan en las
radiografías de tórax varían en función de la
enfermedad subyacente. La anomalía más típica es la
que corresponde a un patrón alveolar, posiblemente
con consolidación, que es más grave en los lóbulos
pulmonares dependientes.
• A menudo, hay marcas bronquiales e intersticiales
intensificadas. Por otra parte, en cualquier región
pulmonar pueden detectarse infecciones secundarias
por cuerpos extraños. En animales con enfermedad leve
o en los que presentan infecciones de origen
hematógeno puede observarse un único patrón
intersticial. En cambio, el patrón bronquial es propio de
los animales con infección predominante de los
bronquios. En las radiografías hay que buscar la posible
presencia de megaesófago y otras patologías
extrapulmonares.
• Las muestras pulmonares se evalúan citológica y
microbiológicamente (de cultivos bacterianos y, si es
posible, de micoplasmas), con el fin de establecer un
diagnóstico definitivo y obtener una guía que ayude a
seleccionar los antibióticos más adecuados. Para
optimizar el rendimiento diagnóstico, las muestras
deben obtenerse antes del comienzo de la
antibioticoterapia.
• Una muestra de lavado traqueal suele ser suficiente. En
animales con neumonía bacteriana es característica la
presencia de inflamación neutrofílica séptica, por lo que
cabe esperar el crecimiento de organismos en el cultivo
bacteriano. El examen de una preparación sometida a
tinción de Gram aporta una orientación inicial sobre la
elección de los antibióticos, a falta de los resultados del
cultivo, y ayuda a identificar los organismos anaerobios
o poco usuales (p. ej., micobacterias y organismos
filamentosos).
• Se llevará a cabo igualmente una minuciosa
búsqueda de cualquier otro posible problema
subyacente. En algunos animales, como en los que
padecen megaesófago, la causa inicial del
proceso es evidente. En otros, está indicado hacer
nuevas pruebas diagnósticas, en función de los
resultados de las pruebas clinicopatológicas. Por
ejemplo, se puede hacer una broncoscopia para
localizar anomalías o cuerpos extraños, un raspado
conjuntival para detectar el virus del moquillo,
pruebas serológicas que localicen posibles
infecciones fúngicas, pruebas del virus de la
influenza, y ensayos hormonales destinados a
determinar si el animal padece
hiperadrenocorticismo.
Tratamiento
• Antibióticos
• El tratamiento de la neumonía bacteriana se
centra en los antibióticos y los cuidados de apoyo,
con evaluación del seguimiento. Es difícil predecir
cuál es la sensibilidad a los antibióticos de los
organismos implicados. Son frecuentes las
infecciones por gramnegativos o por organismos
múltiples.
• Inicialmente, los antibióticos se seleccionan en función
de la gravedad de los signos clínicos y de las
características citológicas (es, decir, morfología y tinción
de Gram) de los organismos que se han encontrado en
las muestras pulmonares. A continuación, la selección se
modifica en función de las necesidades, sobre la base
de la respuesta clínica y de los datos de sensibilidad
obtenidos a partir de los cultivos bacterianos de las
muestras.