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Mis primeros pasos

en la escuela
Medio mayor B
El niño exige y necesita gran cantidad de atención y no tolera
compartir las personas u objetos que él quiere.

En relación a los sentimientos existe el del propio poder donde el


niño siente deseos de poseer objetos y personas. Adquiere un saber
afectivo, de lo que puede y no puede hacer
No es una actitud egoísta, es natural...no deben obligarlos, hay que
enseñarles a compartir, poco a poco y con paciencia
Aprendiendo a compartir
 Algunas indicaciones útiles sobre cómo podemos transmitir valores
como la generosidad son:

 Establecer previamente las normas del “juego“. Hay que negociar. Por
ejemplo, explicar que debe prestar sus juguetes a los otros niños,
Poco a poco irá aprendiendo que los otros también tienen “cosas” (la
colacion, un juego nuevo, etc) que le gustaría que compartieran con él.
•No crear sentimiento de pérdida. Si tu hijo ha decidido compartir su “amado auto” con un
amigo suyo, asegúrate de que ésta volverá a sus manos. En caso contrario, puede tener la
sensación de que ha perdido su preciado objeto y por tanto le costará volver a prestar sus cosas.
Si llega esta situación y al principio tu hijo se muestra rebelde no se lo reproches porque, igual que
los adultos, tiene sus derechos y ha de saber defenderlos.

•Exigirse a sí mismo lo que quiere exigir a los otros. Si quieres enseñarle qué es la
generosidad, muéstrale ejemplos. Nosotros le servimos de referente y tenderá a imitarnos. Si te
pide algo, actúa como querrías que él lo hiciera.

•Ponerse de acuerdo con nuestra pareja en todo lo referente a la educación de los hijos. Es
muy típica la situación del niño que quiere salir al parque y que sabe perfectamente a cuál de los
dos debe acudir para cumplir sus deseos. Esta situación es especialmente cierta en los hijos de
padres separados. Hay que tener cuidado e intentar no crear rivalidades ni hacer chantaje
emocional.
•Relación entre comprensión y exigencia. Para una buena educación es tan importante ser
comprensivos como tener un nivel de exigencia adecuado a su edad.

•Importancia de la participación. Crear situaciones de participación y cooperación con los hijos,
estimulando un trabajo y unas actitudes que son las que se han de aprender. Promover la
construcción en equipo de un puzzle, ya que en el correspondiente intercambio de piezas será muy
fácil que aparezcan conductas de “mío, mío, mío“. Los juegos de grupo o labores del hogar: poner la
mesa, ordenar juguetes.

•Saber resistir ante frustraciones y dificultades. Hay que ser perseverantes. Se trata simplemente
de una etapa infantil. La paciencia es básica mientras se producen los cambios.
•Reforzar las conductas positivas. Decirle por ejemplo: “Has sigo muy generoso, ¡felicidades!” o “Debes
sentirte orgulloso de ti mismo por lo que has hecho”

•Los niños, unos más y otros menos, necesitan atención y mucha paciencia. No podemos emitir
juicios precipitados pensando que existen desconsiderado. Dale tiempo y ayúdale.

En resumen, cuando nuestro hijo actúe de forma interesada, cuando pensemos que tiene un
comportamiento egoísta, debemos comprender que a esta edad todavía no ha interiorizado valores básicos
como la generosidad.
Debemos brindar experiencias como nuestras propias conductas (respetar, amar, compartir, prestar) y
nuestras actitudes (tener paciencia, ser coherentes, comprensivos…) son las que mostrarán un modelo
claro para el niño.
Buena suerte

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