El término dependencia emocional para Castelló (2012), es “una necesidad extrema de carácter afectivo que no solo pasa por hacer parte de una vida sentimental de pareja, puede presentarse en diferentes relaciones del entorno social, además es visto como un patrón persistente, que afecta altamente a la visión de sí mismo, alterando las creencias que se tienen sobre la amistad, la intimidad y la interdependencia.” J.Bowlby describe un tipo La diferencia entre el apego especial de apego infantil, ansioso y la dependencia en el que el niño tiene un emocional se basa en el enfoque miedo constante a la excesivamente conductual del separación de una figura primero, es decir, en que en su vinculada, protesta conceptualización los enormemente cuando se fenómenos del apego y de la aleja y se aferra a ella de separación están una manera excesiva. Las minusvalorados afectivamente. similitudes de este concepto De hecho, las referencias con la dependencia explícitas a las emociones se emocional son evidentes; en producen cuando se describe la ésta se presentan los tres reacción ante un apego exitoso subcomponentes (bienestar, alegría) o uno fundamentales del apego frustrado (ansiedad, tristeza o ansioso: temor a la pérdida ira, por lo que se echa en falta de la figura vinculada, una mayor relevancia del búsqueda de proximidad, y componente afectivo del protesta por la separación. vínculo. El vínculo afectivo presenta una segunda finalidad biológica aparte de proporcionar seguridad, y es la de relacionar emocionalmente a los individuos con el propósito de lograr una organización social cohesionada. Esta finalidad está directamente relacionada con la dependencia emocional. Aquí la necesidad insatisfecha no es la de protección y cuidado, única invocada en la teoría del apego, sino la de afecto, y así lo demandan explícitamente las personas que sufren de carencias emocionales. Las figuras vinculadas no son sólo “bases seguras” En definitiva, nos encontramos con que los dependientes emocionales siempre presentan apego ansioso, pero lo contrario no es cierto. Existen dos grandes tipos de estilos cognitivos en los En la sociotropía, los pacientes deprimidos: acontecimientos uno de ellos centrado desencadenantes en la dependencia estarían más ligados al interpersonal, la rechazo, y en la necesidad imperiosa de autonomía a los logros afecto, o el temor y la personales. Los sobrevaloración del lamentos y las rechazo; el otro más creencias subyacentes independiente y en un caso de perfeccionista, con depresión sociotrópica rumiaciones sobre el son fieles exponentes fracaso o la inutilidad. del sufrimiento que Al primero de los puede llegar a padecer estilos cognitivos se le un dependiente denominó “sociotropía” emocional. y al segundo “autonomía” Muchas de las hipótesis parten del supuesto de que estos sujetos son masoquistas (es decir, gozan del dolor) o por lo menos “autodestructivos”, término que continúa recordándonos su procedencia psicoanalítica y que sigue teniendo connotaciones peyorativas, como la de inculpar a la víctima.
Los dependientes emocionales no tienen como fin
autodestruirse, y ni mucho menos gozan del dolor, sino que tienen una autoestima deficiente, un sentimiento continuo de soledad y una insaciable necesidad de afecto que les conducen a emparejarse con personas explotadoras, que les maltratan y no les corresponden. Ésta es la diferencia fundamental con la personalidad autodestructiva. Codependencia Existen ciertas características identificativas de estas personas: se obsesionan y Aparentemente, preocupan más del trastorno los paralelismos relacionado con sustancias – con la dependencia emocional son generalmente alcoholismo y incuestionables: toxicomanías- que la propia baja autoestima, persona que lo padece, con la subordinación, consiguiente necesidad de desarrollo de control de su comportamiento; relaciones presentan una gran interpersonales comorbilidad con trastornos del destructivas, temor eje I; se descuidan o al abandono, o autoanulan; tienen baja falta de límites del autoconfianza y autoestima; y ego. se involucran continuamente en relaciones de pareja dañinas y abusivas. Los dependientes emocionales no están vinculados necesariamente con personas que sufran enfermedades o condiciones estresantes crónicas como las mencionadas, e incluso pueden estar solos. Ciertamente, un dependiente emocional puede realizar los mismos actos, pero con una diferencia notable de fondo: lo hará únicamente para asegurarse la preservación de la relación, y no por esa continua entrega y preocupación por el otro que caracteriza a los codependientes. Podríamos calificar a los codependientes como abnegados, siendo sus motivos altruistas aun con una desatención patológica hacia sus propias necesidades; estando el dependiente emocional en el caso opuesto, centrado únicamente en sus gigantescas demandas emocionales. Cuidar y entregarse sería un fin para el codependiente, y sólo un medio para el dependiente emocional. • Bowlby J. Una base segura: aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Buenos Aires: Paidós; 1989. • Millon T, Davis R. Trastornos de la personalidad: más allá del DSM- IV. Barcelona: Masson; 1998. • Beattie, M. Libérate de la codependencia. Málaga: Sirio; 1992. • Jiménez O. La adicción al amor. Informació Psicològica 1999 Agosto;(70):31-34. • Schaeffer, B. ¿Es amor o es adicción? Barcelona: Apóstrofe; 1998. • Kohut, H. Análisis del self. Buenos Aires: Amorrortu; 1977. • Kernberg, OF. La agresión en las perversiones y en los desórdenes de la personalidad. Buenos Aires: Paidós; 1994. • Safran JD, Segal ZV. El proceso interpersonal en la terapia cognitiva. Barcelona: Paidós; 1994. • Bleichmar NM, Leiberman C. El psicoanálisis después de Freud. México DF: Eleia; 1989.