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Reconocimiento y valoración

18. El reconocimiento de una partida como activo intangible exige, para


la entidad, demostrar que el elemento en cuestión cumple :
(a) la definición de activo intangible (véanse los párrafos 8 a 17); y
(b) los criterios para su reconocimiento (véanse los párrafos 21 a 23).
Este requerimiento se aplicará a los costes soportados inicialmente, para
adquirir o generar internamente un activo intangible, y para aquéllos en
los que se haya incurrido posteriormente para añadir, sustituir partes del
mismo o realizar su mantenimiento.
19. Los párrafos 25 a 32 abordan la aplicación de los criterios de
reconocimiento a los activos intangibles adquiridos de forma separada,
y los párrafos 33 a 43 abordan su aplicación a los activos intangibles
adquiridos en una combinación de negocios. El párrafo 44 trata la
valoración inicial de activos intangibles adquiridos a través de una
subvención oficial, los párrafos 45 a 47 abordan las permutas de
activos intangibles y los párrafos 48 a 50, el tratamiento del fondo de
comercio generado internamente. Los párrafos 51 a 67 tratan del
reconocimiento inicial y la valoración de los activos intangibles
generados internamente.
20. La naturaleza de los activos intangibles es tal que, en muchos casos, no
existe posibilidad de realizar adiciones al activo en cuestión o sustituciones
de partes del mismo. Consiguientemente, la mayoría de los desembolsos
posteriores se hacen, probablemente, para mantener los futuros beneficios
económicos esperados incorporados a un activo intangible existente, pero
no satisfacen la definición de activo intangible ni los criterios de
reconocimiento contenidos en esta Norma.
21. Un activo intangible se reconocerá si, y sólo si:
(a) es probable que los beneficios económicos futuros que se han atribuido al
mismo fluyan a la entidad; y
(b) (b) el coste del activo puede ser valorado de forma fiable.

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