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Tipos de Evaluación

Existen varias tipologías sobre la evaluación; una


de ellas, que sintetiza varias otras, es la
presentada por Casanova (1999), quien distingue
los siguientes tipos:

A- Según su funcionalidad:

 Las funciones que se asignan a la evaluación son


diversas: predictiva, de regulación, formativa, prospectiva,
de control de calidad, de verificación, de desarrollo, etc.
Una de las clasificaciones más divulgada y significativa es
la de evaluación sumativa y evaluación formativa. En la
práctica, se dan interferencias entre ambas ya que casi
siempre se intentan alcanzar varias finalidades
conjuntamente.
 Función Sumativa:

Resulta apropiada para la valoración de productos


o procesos que se consideran terminados, con
realizaciones o consecuencias concretas y
valórales. Es retrospectiva, ve los productos.

Su finalidad es determinar el valor de ese


producto final, decidir si el resultado es positivo o
negativo, valorar definitivamente.
 Función formativa:

Se utiliza en la evaluación de procesos y supone, por lo tanto, la


obtención rigurosa de datos a lo largo de ese proceso de modo que en
todo momento se posea un conocimiento apropiado de la situación
evaluada que permita tomar las decisiones necesarias de forma
inmediata. Ayuda a reflexionar sobre el proceso para introducir
correcciones.

Su finalidad es mejorar o perfeccionar el proceso que se evalúa.


Permite una acción reguladora entre el proceso de enseñanza-
aprendizaje, garantizando que los medios del sistema sean adecuados
a las características de los/as implicados/as.

Un rasgo de la evaluación formativa es su carácter de continuidad, es


decir, la evaluación formativa debe ser continua para llevar a cabo su
función. Así mismo, si se implementa la evaluación formativa con
todas sus virtualidades, no sólo se mejorará el proceso educativo sino
que mejorarán paralelamente los resultados; no pueden separarse
procesos y resultados, son dos caras de una misma moneda.
B- Según su normotipo:

El normotipo es el referente que se toma para evaluar un objeto/sujeto. Este


referente puede ser externo o interno al sujeto, educando/a.

 Evaluación nomotética: Es aquella en la que el referente es externo al


educando/a. En este caso podemos distinguir dos tipos:

 la normativa cuando se valora el sujeto en función del nivel del grupo


en el cual se halla integrado. Este tipo de evaluación ordena a los
estudiantes como primero o último del grupo y carece de referencia
válida tanto para el formador/a como para el/la aprendiz.

 El otro tipo de evaluación nomotética es la criterial que propone la


fijación de unos criterios externos, formulados, concretos, claros para
evaluar. En este tipo de evaluación hay que distinguir los criterios de
los objetivos; los objetivos marcan la meta y los criterios deben
especificar claramente cuándo se considera que el/la aprendiz ha
alcanzado el objetivo determinado. Aunque el establecimiento de
criterios garantiza la valoración de forma homogénea, sin embargo,
determinar el grado de dominio puede convertirse en un riesgo al
caer en un modelo conductista del proceso educativo.
 Evaluación ideográfica:

Es aquella en la que el referente a evaluar son las


capacidades que el aprendiz posee y sus
posibilidades de desarrollo en función de sus
circunstancias particulares.

Para realizar esta evaluación se requiere una


valoración psicopedagógica inicial del aprendiz y
la estimación de lo que podría alcanzar a lo largo
de un período de tiempo; de acuerdo con ello,
el/la aprendiz se evalúa periódicamente.
C- Según su temporalidad

 De acuerdo con los momentos en los cuales se aplique la evaluación,


ésta puede ser inicial, procesual o final

 Inicial o diagnóstica:
 Se realiza al comienzo de un proceso y proporciona información al
formador/a sobre cuál es el punto de partida de los educandos/as; permite
diagnosticar el punto de partida del grupo y de las personas y pronosticar
sus potencialidades; conocer las condiciones personales, familiares y
sociales de los/as aprendices.

 Permite poner en marcha elementos favorecedores del proceso y adecuar


el proceso a las características del contexto. Pero además, esta evaluación
debería ayudar a que los/as aprendices se predispongan a realizar el
proceso con el máximo de recursos personales posibles.

 Cumple la función de que aquéllos sepan de antemano sobre qué se


tratará y qué se pretende para que se impliquen activamente. Así, la
evaluación inicial le sirve al aprendiz para reforzar su motivación, para
actualizar sus conocimientos e ideas previas sobre la temática objeto de
estudio y para realizar la planificación para participar activamente en su
proceso de aprendizaje.
 Procesual o continuada:
 Se relaciona con las posibilidades de tomar decisiones de
regulación, por parte del formador/a y de los/as aprendices, para
mejorar el proceso educativo.

 Consiste en la evaluación continua del aprendizaje y de la


enseñanza. El plazo de tiempo estará marcado por los objetivos
que se hayan señalado para la evaluación: una secuencia
didáctica, un trimestre, etc. La evaluación procesual es netamente
formativa, útil para captar los problemas y mejorar el aprendizaje y
la enseñanza.

 Este tipo de evaluación ayuda a los formadores/as a regular su


acción, les proporciona información sobre los errores o problemas
más habituales de los/as aprendices, sobre los obstáculos que
dificultan el proceso, las estrategias didácticas que ayudan más a
los educandos/as. De otro lado, a los/as aprendices les ayuda a
gestionar sus errores y a reforzar sus éxitos o aciertos.
 Final:

 Es aquélla que se realiza al terminar un proceso,


aunque éste sea parcial.

 Es una evaluación en la que se comprueban los


resultados obtenidos, no necesariamente sumativa.

 Los resultados de la evaluación final, por otra parte,


pueden analizarse e interpretarse con tres referentes
distintos: en relación con los objetivos y los criterios
establecidos (evaluación nomotética criterial), en
relación con la evaluación inicial realizada a cada
aprendiz (evaluación ideográfica) y en relación con los
resultados alcanzados por el resto del grupo
(nomotética normativa).
D- Según sus agentes:

 En relación con las personas que realizan la


evaluación se dan procesos de
autoevaluación, coevaluación y
heteroevaluación.

 Autoevaluación:
 Se produce cuando el sujeto evalúa sus propias
actuaciones y logros. La misma supone un proceso
para que los/as aprendices lo hagan con seriedad y
adquieran la práctica de valorar en distintas
circunstancias y en relación a diferentes ámbitos
para lo cual es imprescindible la orientación del
formador/a.
 Coevaluación: Consiste en la evaluación mutua,
conjunta, realizada entre varios, de un trabajo o
actividad.
 Cuando el grupo no tiene experiencia, se debería
empezar por valorar lo positivo pues los educandos/as,
igual que los formadores/as, muestran tendencia a
valorar lo negativo con efectos catastróficos para el
grupo.

 Heteroevaluación: Es la evaluación que


normalmente realiza el formador/a sobre el
trabajo y acción de los/as aprendices.
 Es un proceso rico y complejo por lo que implica
valorar las actividades de otras personas y en
ocasiones podría generar en los/as aprendices
actitudes de rechazo.

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