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UNIDAD 2

NORMALIZADO
(NORMALIZING)
INTRODUCCIÓN

El normalizado es uno de los tratamientos térmicos más


fáciles de efectuar. Se utiliza lo mismo para piezas
fundidas, forjadas o mecanizadas, y sirve para afinar la
estructura y eliminar las tensiones que suelen aparecer
en la solidificación, forja o en otras operaciones
posteriores.

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Como el nombre indica, se da este tratamiento a los
aceros para que den con los constituyentes y
características que puedan considerarse normales o
propios de su composición.

Se efectúa no sólo después de la forja o laminación, sino


también después de ciertos sobrecalentamientos o
enfriamientos hechos en malas condiciones y siempre
que se quieren eliminar los efectos de cualquier
calentamiento o tratamiento anterior.

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Definición

El normalizado es un tratamiento térmico que consiste


en calentar un producto siderúrgico durante un cierto
tiempo, a una temperatura superior (entre 55°C y 85°C)
a la temperatura critica superior (A3 o Acm), para luego
enfriarlo al aire.

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Gráfica de calentamiento y enfriamiento para el
normalizado y recocido de acero hipoeutectoide
(izquierda) y hipereutectoide (derecha)

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El normalizado se realiza calentando el material a una
temperatura entre 55 y 85° C superior a la temperatura
crítica superior. El valor depende de la composición.

Transcurrido un tiempo, hasta convertir la ferrita en


austenita, se finaliza, con un enfriamiento relativamente
rápido al aire.

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Objetivos del normalizado

El nombre normalizado viene del propósito original de este


proceso, que era retornar al acero a la condición “normal” en
la que estaba antes de ser alterado por trabajo en frio u otro
proceso.

Tiene por objeto dejar un material en estado normal, es


decir, ausencia de tensiones internas y con una distribución
uniforme del carbono. Se suele emplear como tratamiento
previo al temple y al revenido.

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El normalizado se realiza con el fin de obtener diversos objetivos,
principalmente para refinar la estructura de las piezas de acero
moldeadas y de los aceros sobrecalentados, y ajustar las
propiedades mecánicas.

El propósito es producir un acero mas duro y mas fuerte que el


obtenido por recocido total, de manera que para algunas
aplicaciones el normalizado puede ser un tratamiento térmico
final. También puede utilizarse para mejorar la maquinabilidad,
modificar y refinar las estructuras dendriticas de piezas de
fundición, y refinar el grano y homogeneizar la microestructura
para mejorar la respuesta en las operaciones de temple.

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El normalizado se realiza con el fin de obtener diversos objetivos,
principalmente para refinar la estructura de las piezas de acero
moldeadas y de los aceros sobrecalentados, y ajustar las
propiedades mecánicas.

El propósito es producir un acero mas duro y mas fuerte que el


obtenido por recocido total, de manera que para algunas
aplicaciones el normalizado puede ser un tratamiento térmico
final. También puede utilizarse para mejorar la maquinabilidad,
modificar y refinar las estructuras dendriticas de piezas de
fundición, y refinar el grano y homogeneizar la microestructura
para mejorar la respuesta en las operaciones de temple.

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Proceso de normalizado

El tratamiento comprende un calentamiento al menos de unos


50°C por encima del punto critico superior, seguido de
enfriamiento a velocidad mas rápida que en el recocido,
generalmente, en una columna de aire sin agitación.

La temperatura del normalizado es mas elevada que la del


recocido dado que con el mismo se persigue lograr mayor
homogeneidad de la austenita, para que, al final del
tratamiento, la nueva granulometría sea mas homogénea y
uniforme.
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En la estructura de los aceros normalizados, la perlita es
mas fina que en las estructuras de los aceros recocidos
de análogo contenido en carbono.

El enfriamiento se realiza al aire hasta llegar a


temperatura ambiente. En la imagen siguiente se
observan barras de perforación siendo transferidas a
una estación de enfriamiento con aire, luego de ser
calentadas en un horno.

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Con el normalizado se puede aumentar la
resistencia a la tensión y el esfuerzo de cedencia en
valores mucho mayores que con el proceso de
recocido, por otro lado la energía de impacto, y el
porcentaje de elongación será mayor en el proceso
de recocido que en el de normalizado. Por lo que
debe considerarse cuál es el método más adecuado
a utilizarse según las características que se quieren
lograr en el elemento final.

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En ambos casos las características del material son
transformadas, aunque seguirán dependiendo de la
cantidad de carbono que contenga dicho acero. Existen
tres etapas por las que el material pasa, tanto en el
recocido como en el normalizado:

1) Recuperación: un elemento trabajado en frío


contiene granos deformados con un gran número de
dislocaciones; al calentarse, la energía térmica permite
que las dislocaciones se muevan y formen los bordes
de una estructura granular.
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2) Recristalización: ocurre debido a la nucleación y
crecimiento de nuevos granos con pocas dislocaciones
lo que elimina esfuerzos residuales.

3) Crecimiento granular: a temperaturas mayores las


dos etapas anteriores ocurren muy rápidamente,
produciendo una estructura granular recristalizada fina.

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En la siguiente figura podemos ver, de manera sintética,
el efecto de estos tratamientos en la resistencia a la
tensión, la energía de impacto, entre otros:

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Influencia del Medio de Enfriamiento

El incremento en la rapidez de enfriamiento por aire


cuando se compara con el enfriamiento por horno afecta
en varias formas la transformación de la austenita y de la
microestructura resultante.

Como ya no se enfría en condiciones de equilibrio, el


diagrama hierro-carburo de hierro no puede
utilizarse para predecir las proporciones de ferrita y
perlita proeutectoide o cementita y perlita
proeutectoide que existirán a temperatura
ambiente.
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La velocidad de enfriamiento es más lenta que en el
temple y más rápida que en recocido

Hay menos tiempo para la formación de la


constituyente proeutectoide; en consecuencia,
habrá menos ferrita proeutectoide en los aceros
normalizados hipoeutectoides y menos cementita
proeutectoide en los aceros hipereutectoides en
comparación con los aceros recocidos.

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Aparte de influir la cantidad de constituyente
proeutectoide que forma , la mayor rapidez de
enfriamiento en la normalización también afecta la
temperatura de la transformación de austenita y la
fineza de la perlita. En general, mientras más rápido
sea el enfriamiento menor será la temperatura de
transformación de la austenita y más fina será la
perlita.

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Diferencias con el Recocido

La ferrita es muy suave en tanto que la cementita es


muy dura. En el caso de perlita normalizada media,
las placas de cementita más próximas entre si
tienden a endurecer la ferrita de modo que no ceder
tan fácilmente, aumentando así la dureza. Si la
perlita recocida gruesa tiene una dureza Rockwell C
10 aproximada, entonces la perlita normalizada
media tendría una dureza de Rockwell C 20
aproximadamente.

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El enfriamiento fuera del equilibrio también cambia
el punto eutectoide hacia un contenido de carbono
más bajo en los aceros hipoeutectoides y hacia un
contenido de carbono más alto en aceros
hipereutectoides.

El efecto neto es que la normalización produce una


estructura de perlita más fina y más abundante que
la obtenida por recocido, lo cual resulta en un acero
más duro y más fuerte.

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Aunque tanto el recocido, la esferoidización y la
normalización pueden emplearse para mejorar la
maquinabilidad, el proceso que se utilice depende
del contenido de carbono. Con base en muchos
estudios, las microestructuras óptimas de los aceros
para maquinado con diferentes contenidos de
carbono suelen ser como sigue:

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La tabla siguiente presenta las temperaturas de normalización
para algunos grados comunes de acero al carbono. Basado en
la experiencia a nivel industrial, las temperaturas dadas en la
tabla pueden variar entre 28 °C debajo y 56 °C arriba de los
valores indicados.

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Los aceros que contienen menos de 0.20%C no se tratan
por normalización sin embargo, los aceros de medio y alto
carbono son, a menudo, revenidos luego de la
normalización para obtener propiedades especificas, tales
como baja dureza, o para ser sometidos a un estiramiento,
laminación o maquinado. Que el revenido sea deseable o
no depende primordialmente del contenido de carbono y
del tamaño de la sección.

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Normalización de Piezas Forjadas

Cuando las piezas forjadas se normalizan antes de la


cementación o del temple y revenido, se usan los valores
superiores del intervalo de temperaturas anotadas.

Sin embargo, cuando el normalizado es el tratamiento


térmico final se usan las temperaturas más bajas.

Las piezas forjadas, con un contenido de carbono del 0.25%


o menos, casi nunca son normalizadas ya que solo un severo
temple a partir de la temperatura de austenitizacion tendría
un efecto significativo sobre su estructura y dureza.

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Normalización de Barras

Frecuentemente, los estados finales de los productos de


un tren de laminación en caliente, empleado en la
fabricación de barras o tubos tienen propiedades
cercanas a aquellas obtenidas durante la normalización.
Cuando esto ocurre el normalizado no es necesario.

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Cuando los productos se terminan en frió, en una
secuencia de reducciones en frió con recocidos
subcriticos altos entre pasos, se produce algo de
esferoidizacion.

En tales casos el producto es a veces normalizado. La


normalización elimina la esferoidizacion y restaura la
estructura perlitica benéfica para la maquinabilidad en
aceros de bajo y medio carbono y en aceros aleados.

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Normalización de Piezas Coladas

Cuando se realiza el normalizado de piezas elaboradas


por fundición es necesario tomar algunas precauciones.
Los hornos se cargan de tal manera que todas las piezas
reciban un calentamiento adecuado y uniforme. Como a
la temperatura de austenitizacion la resistencia mecánica
de los aceros es menor que a la de temperatura
ambiente, las secciones heterogéneas pueden
distorsionarse si no se les proporciona un soporte
conveniente.

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La temperatura del horno debe de ser tal que el choque
térmico no produzca fisuras en el material, para los
aceros de alta aleación, un intervalo de temperaturas de
carga seguro es de 330 a 440 °C para los grados de menor
contenido de aleantes la temperatura de carga puede ser
de 660 °C.

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Luego que se ha cargado el horno, la temperatura se
debe elevar a una velocidad de alrededor de 200°C/hora
hasta alcanzar la temperatura de normalización.

Según la composición de acero y la configuración de las


piezas coladas, pueden ser necesario disminuir la
velocidad de calentamiento a 50°C/hora para evitar
fisuras.

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Una vez alcanzada la temperatura de normalización, las
piezas coladas se mantienen a esta temperatura un
tiempo que asegure la austenizacion completa y la
solubilizacion de los carburos. Luego, las piezas se
descargan y se dejan enfriar en aire quieto.

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Normalización de Laminación Plana

Las hojas de acero laminadas en caliente, de alrededor de


0.10%C, se pueden normalizar para refinar el tamaño de
grano, minimizar las propiedades direccionales y
desarrollar propiedades mecánicas convenientes.

Por laminación en caliente a temperaturas por encima de


la temperatura superior de transformación, las láminas
presentan granos de ferrita y uniformes.

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Sin embargo, si parte de la operación de laminación en
caliente se realiza cuando el ACERO se ha transformado
parcialmente en ferrita, láminas de espesor delgado,
laminadas en caliente, pueden mostrar propiedades
direccionales diferentes si la laminación se termina por
debajo de la temperatura superior de transformación.

Estas condiciones son indeseables para algunos tipos de


embutido profundo y se deben corregir por
normalización.

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