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Más relajación
Más paz, serenidad, equilibrio, armonía en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.
La crítica constructiva requiere: Implicar al interesado en la valoración. Plantear el cambio en base a lo que se
tiene, conoce, domina y puede ayudar, Es necesario dar información clara y concreta sobe lo que es incorrecto o
mejorable, Lo que es incorrecto y criticable son una o varias conductas, no la persona., Es preferible no utilizar el
verbo “ser” (“eres un desastre, estás siendo grosero…”), sino utilizar los verbos referidos a la acción (“lo que acabas
de decir es una grosería”). Cuando se evalúa a una persona utilizando el verbo “ser” junto a un verbo calificativo, la
persona ve dañada su propia imagen, En definitiva, hacer referencia a la conducta, y no a la persona, permite una
mayor aceptación de la crítica y una posibilidad de rectificación y mejora.
El entrenamiento asertivo permite aprender a defender nuestros derechos y
necesidades de una forma adecuada, sin herir al otro ni ser agredido. El primer paso
en el entrenamiento asertivo es identificar los tres estilos básicos posibles en toda
conducta interpersonal:
Estilo agresivo. Piensan “Yo gano tú pierdes”.
Estilo pasivo Piensan: “Yo pierdo tú ganas”: No saben marcar límites, b. Eluden los
conflictos, c. Sobre empatizan (se ponen demasiado en el lugar del otro), d. Están
atrapados en el papel de amables, buenos, simpáticos, etc., e. Se culpan cuando se
niegan a hacer algo, f. No saben romper las relaciones con gente poco considerada, g.
Piden disculpas constantemente, h. Se infravaloran y desprecian: “sólo soy un simple
empleado”, “nunca me entero de nada”, etc. Relativizan sus puntos de vista: “Quizá”,
“alguna vez”, etc.,
Estilo asertivo: Piensan: “hoy gano yo, mañana ganas tú, o los dos ganamos y los
dos perdemos”.