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SAN JUAN DIEGO Cuauhtlatoatzin (1474-1548)

VIDENTE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE


ORIGEN
Etnia indígena de los chichimecas. Nació el 5 de
abril o mayo de1474 en Cuautitlán, en el barrio de
Tlayácac, región que pertenecía al reino de Texcoco,
Mexico.
OFICIO
Se dedicó a la agricultura, aunque es factible que
también trabajara en la alfarería, la cestería,
trabajar la tierra y cultivar matas, las que luego
vendía. Poseía un terreno en el que construyó una
pequeña vivienda.
¿CÒMO FUE SU VIDA?
ADULTO: San Juan Diego era muy reservado y de un místico
carácter, le gustaba el silencio y realizaba frecuentes
penitencias, solía caminar desde su poblado hasta
Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir
instrucción religiosa. Tras la muerte de su esposa María Lucía
en 1529, Juan Diego se fue a vivir con su tío Juan Bernardino
en Tolpetlac, a sólo 14 kilómetros de la iglesia de Tlatilolco,
Tenochtitlán.
El caminaba cada sábado y domingo a la iglesia, partiendo a
la mañana muy temprano, antes que amaneciera, para llegar
a tiempo a la Santa Misa y a las clases de instrucción
religiosa. El Sábado 9 de Diciembre de 1531, muy de
mañana, durante una de sus caminatas a la cima de la colina
Tepeyac, se le apareció la virgen de Guadalupe
¿EN QUE SE DESTACO?
Era un hombre muy devoto, gracias a esto, la virgen
de Guadalupe se le presentó y este siendo fiel y
creyente a Ella hizo cumplir la palabra de la Madre
de Jesús, sin importar que al principio el Obispo
Juan Jumárraga no creyera sobre la aparición de la
Virgen de Guadalupe.
¿QUÉ MENSAJE DEJA
PARA LA HUMANIDAD?
Que seamos disciplinados, pues San Juan Diego se
levantaba temprano para ir a los oficios divinos y al
catecismo. Esta disciplina ayudó en el encuentro de la Virgen
María, pues una vez que recibió el mensaje de la Virgen,
Juan Diego no desistió de su misión hasta que lo llevó al
Obispo Fray Juan de Zumárraga.
Igualmente, Juan Diego es un ejemplo de humildad, pues
esperó pacientemente a que el Obispo escuchara su
mensaje. Teniendo en cuenta la autoridad que la Virgen de
Guadalupe le confería, no pensé en abandonar su misión,
sino que esperó para completarla.
GRACIAS POR SU
ATENCIÓN

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