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Las diez vírgenes representan a la iglesia pura, que se prepara para el encuentro
con su Señor.
Todas tienen el Espíritu Santo que les permite ser pequeñas luces en este
mundo. Todas se duermen en un momento dado de su experiencia.
Solo cuando llega la crisis, aparece la diferencia entre ellas. Las que se
conformaron con una relación superficial con Dios, se ven incapaces de
mantenerse brillando en un mundo hostil.
Las que han puesto a Dios en primer lugar en sus vidas, perseveran hasta el fin.
PREPARACIÓN PARA EL FIN: LOS TALENTOS
“A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y luego se fue lejos” (Mateo 25:15)
Un empresario deja parte de su
negocio, por un valor de 735.900 €*,
a cargo de un empleado. A su
vuelta, el empleado ha revalorizado
el negocio en 1.471.800 €.
A un segundo empleado le deja una
parte valorada en 294.360 €, y éste
los transforma en 588.720 €.
Al tercer empleado le deja una
parte valorada en 147.180 €. Este
empleado negligente se conforma
con no tener pérdidas.
* 1 talento = 147.180 € = 176.034 $
El Espíritu Santo nos da gratuitamente a cada uno los talentos (dones) que
somos capaces de administrar. Espera que los pongamos al servicio de los
demás para que, al regresar, reciba lo suyo (nosotros) con intereses (aquellos
que han sido tocados por el ejercicio de nuestros dones).
“Dios ha señalado a cada uno su obra. Tanto los
más humildes como los más poderosos han sido
dotados de una influencia que debe ejercerse del
lado del Señor, y debieran dedicarle a él sus
talentos, cada uno trabajando en el puesto de
deber que se le ha asignado. El Señor espera que
cada uno haga lo mejor de que es capaz. Cuando
brilla la luz en el corazón, él espera que nuestra
obra corresponda a nuestra luz, de acuerdo con
la medida de la plenitud de Cristo que hemos
recibido. Cuanto más usemos nuestro
conocimiento y ejercitemos nuestras facultades,
tanto mayor conocimiento tendremos, tanto
más capacitados seremos para hacer una obra
mayor y mejor”
E.G.W. (Testimonios para los ministros, pg. 165)
“Si alguna vez hubo un tiempo en
que tuvimos necesidad de fe e
iluminación espiritual, es ahora. Los
que están velando con oración y
escudriñando diariamente las
Escrituras con el ferviente deseo de
conocer y hacer la voluntad de Dios,
no serán extraviados por ninguno de
los engaños de Satanás”
E.G.W. (En los lugares celestiales, 9 de diciembre)