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COLEGIO SUPERIOR DE MEDICINA

ALTERNATIVA
COSMA

ALUMNA:
CISNEROS GONZALEZ CYNTHIA
CRSTINA
PTOFESOR:
EDUARDO DEL TORO LLENERAS
4° TRIMESTRE
La enfermedad de la mente y el cuerpo
Existe una misteriosa relación entre el corazón y la
mente.
La mente piensa, calcula, organiza, el corazón siente.
Mas allá de que localizar los sentimientos en el corazón
pueda verse como una metáfora poética, para reconocer
dos esencias distintas, pensamiento y sentimiento.
La mente aprende a reconocer las señales que recibe del
corazón y a pesar de sus diferencias, de quizás no
entenderlo cabalmente y considerarlo en ocasiones
descontrolado y primitivo, ambos llegan a entablar una
comunicación, un trabajo en equipo, compartiendo el
vecindario llamado ser humano.
El corazón por su condición natural de sentir, percibe todo
lo que sucede en el cuerpo y especialmente toman su
atención algunos vecinos de influencia, como la piel, el
órgano del contacto, la boca, la puerta del alimento y los
genitales, el órgano de la sexualidad, conjunto que podría
englobarse dentro de la energía del instinto.
Cada uno le transmite sus cotidianas experiencias, entre
necesidades y deseos, satisfechos y frustrados
Sentir. Alegría, tristeza, angustia, rabia ¿como definirlas?
Imposible sin un corazón.
La mente, en su órgano rector, el cerebro, busca la forma
de definir qué es alegría, tristeza, angustia, pero solo
acerca una traducción de una experiencia que reside en
otro lado. Entonces recurre a un trabajo en equipo.
Tristeza, alegría, angustia, rabia es aquello que sentí
cuando sucedió tal cosa, le comenta el corazón. La
mente le pone un nombre, lo asocia a un recuerdo,
precisamente re-cordis, es pasar de nuevo por el
corazón. Así vincula el concepto al re-cuerdo y lo archiva
en su particular base de datos.
Las emociones fundamentales, en una semejanza con los colores
primarios, podrían reducirse a un escaso número, que en su
combinación dan la paleta infinita de tonos y matices.
El odio puede verse de alguna manera como la
contra cara del amor hacia otro.
La angustia como aquella energía que percibe la
inestabilidad, la zozobra.
La ansiedad, como una filtración atenuada de la
angustia.
El miedo como una emoción emparentada con la
angustia, pero enfocada en algo concreto.
Muchos han hablado también del amor como el origen de todo lo
que existe y de este modo de la vida, mientras que la
enfermedad, la consecuencia cuando falla o no se recepciona
adecuadamente la energía del amor.
Así la mente aprendió del corazón y el corazón de la
mente.

Estos acuerdos han ido conduciendo a la estructuración


de la psiquis.
Posiblemente entre estos acuerdos se encuentren los
llamados por el psicoanálisis, mecanismos de defensa.
De defensa esencialmente frente a la angustia.
La angustia es reconocida como una energía movilizante
y desestabilizadora, a tal grado que debieron establecerse
diques que contuvieran esta fuerza, capaz en ciertas
circunstancias de destruirlo todo.
Los mecanismos de defensa son parte de la estructura y
también dan forma a la personalidad cuando adquieren
especial relevancia.

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