La formación tiene reconocido un lugar importante en la organización sanitaria y
se configura como un factor determinante en la calidad de nuestros servicios.
Esta función incluye tres aspectos importantes:
La formación pregrado: que es la que el profesional de enfermería desarrolla
autorizando la formación práctica de los alumnos de las Escuelas Universitarias. Para llevar a cabo este y entre otras tareas tenemos:
Organizar la actividad de los estudiantes durante su estancia
en el centro. Informarles acerca de la organización y funcionamiento del mismo. Impartir la docencia práctica correspondiente. Supervisar sus actividades. Controlar y visar los cuadernos de prácticas. Informar a la Comisión Docente de los incidentes y faltas que pudieran ocurrir durante el desarrollo de las prácticas. Evaluación y valoración del alumno a lo largo de sus prácticas asistenciales. LA FORMACIÓN POSGRADO: en el caso de las especialidades existentes y en el caso de aquellas que están en desarrollo (como es el caso de la enfermera familiar y comunitaria) LA FORMACIÓN CONTINUADA: ésta en su doble vertiente que es, por un lado, la formación en el propio centro a través de sesiones clínicas, tanto propias como conjuntas con el resto del Equipo