LOS GRIEGOS: Denominaban POLITEIA a la constitución del Estado,
refería a «la unidad corporativa del total de los ciudadanos» o «la estructura socio-jurídica que ordena en una entidad a la ciudadanía», a la vez que el derecho del ciudadano a decidir en las cuestiones de la POLIS. Aristóteles hablaba de constitución como del principio según el cual está ordenada la autoridad política. Constitución política o gobierno es la organización o el orden establecido entre los habitantes de la ciudad (La Política. Lib. 3, cap. I). En el pensamiento aristotélico, la Constitución tiene por objeto: 1) Garantizar las magistraturas, 2) La distribución de los poderes, 3) Los atributos de la soberanía, 4) La determinación del fin específico de cada asociación política.
Constitución equivale a régimen, estructura, contextura: es el modo
de ser de la ciudad, su compostura o naturaleza total. (Bidart Campos. Derecho Constitucional. Buenos Airres:Ediar.1968) ROMA: El vocablo latino CONSTITUTIO, que usa CICERÓN en su obra DE REPUBLICA, tiene el sentido de forma de un régimen, también IUS PUBLICUM o DERECHO PÚBLICO de la ciudad, involucrando el conjunto de disposiciones concretas de la autoridad. Cicerón fue el primero que utilizó el término «constitución» en su sentido actual. Pero el término no significó para los romanos una garantía contra los abusos del poder, ni el ejercicio de los derechos individuales por parte de los ciudadanos. En ROMA la fuente básica de toda autoridad era la LEX, según definición de GAYO (s. II), «es lo que el pueblo ordena y establece». En el siglo VI, JUSTINIANO en las INSTITUCIONES, la definió: «lo que el pueblo romano solía establecer, a iniciativa de una magistratura senatorial como cónsul». La autoridad de todas las demás normas romanas dependía de su relación con la ley. EDAD MEDIA
Se entendió por CONSTITUCIÓN UNA REGLA O EDICTO emanado de las
autoridades eclesiásticas, las diversas órdenes religiosas tenían sus propias «constituciones» y regían en los monasterios y conventos. Eran estatutos (instituto) aprobados por el pontífice. Hacia el s. XI, por obra de las Cruzadas que abrieron las rutas de oriente, resurgió el comercio y llevó a un crecimiento de las ciudades y burgos donde se asentaron los mercaderes. Cobró importancia el fenómeno urbano y surgió una nueva clase, la BURGUESA, la cual tenía unos intereses diferentes a los estamentos feudales y eclesiásticos. Los burgueses aspiraban a mayor libertad, concepto entendido como derecho natural y útil, pragmático, que facilitaría sus actividades productivas. De ahí surgió la lucha por obtener la autonomía de las ciudades mercantiles, la cual se obtuvo por medio de las CARTAS o FUEROS COMUNALES, que significaban un nuevo concepto de Constitución. En ellas se limitaban los derechos señoriales y se garantizaban los de los burgueses, organizados en corporaciones de oficio o guildas, entre otras cosas para darse su propio gobierno. Al fin de la Edad Media y bajo las monarquías absolutas de los siglos XVI y XVII, se entendió por Constitución «las leyes importantes dictadas por la exclusiva voluntad del monarca», se siguió denominando cartas, estatutos u ordenanzas, cuerpo de leyes fundamentales que con participación de los súbditos, daba el príncipe para organizar la comunidad y, en especial las ciudades libres. En INGLATERRA:
Ante la muerte de Enrique II en 1189, le sucedió Ricardo Corazón de
León, quien durante su reinado se la pasó combatiendo en Francia fue sucedido por su hermano menor Juan, apodado «Sin Tierra» en 1199, se enfrentó al rey Felipe II de Francia y al papado, lo cual lo debilitó, aspecto que fue aprovechado por los barones, quienes prepararon LA CARTA MAGNA, en la cual hacían constar sus derechos específicos frente a la corona. En ese documento la iglesia introdujo cláusulas relativas a la libertad de la institución, a la justicia y al derecho, lo que afectaba a los barones, los habitantes urbanos, los comerciantes, etc. Como medida de seguridad, los barones incluirían una cláusula por la cual elegirían a 25 de entre ellos para que formasen un organismo que presentara quejas sobre violaciones del documento. El rey se limitó a firmar la Carta que restringía sus poderes sobre las diferentes clases sociales, y ante la amenaza de guerra de los señores, el rey firmó. LA CARTA MAGNA LA CARTA MAGNA y su finalidad fue conseguir que esta sirviera como limitación de poder por parte de los gobernantes. Entre otras cosas exigidas, se pedía el favor de no violentar el derecho; y se formó, en otras palabras, el derecho al debido proceso; también se separó la iglesia del estado.
En ella se aseguran las propiedades y derechos feudales frente al
poder del rey, se solicita que se establezca un Senado, se establece que ninguna persona sea enjuiciada sin proceso por parte del monarca, se amplia la seguridad a campesinos, comerciantes etc. LA CARTA MAGNA no siempre gobernó las acciones de los reyes ingleses y hubo períodos de la historia en los que fue desconocida, pero siempre quedó ante el pueblo inglés como testimonio de que los poderes del rey eran limitados y que los súbditos tenían derechos que no podían ser violados por el rey. El principio que se implantó en Inglaterra y que no se desarrolló en otros países de Europa de la época planteaba que: «LA LEY ERA SUPERIOR AL REY». La idea de que la relación entre el monarca y sus súbditos estaba gobernada por un CONTRATO, que podía ser reformado por la ley y sin violencia. Inglaterra a partir del s. XVII desembocó en un sistema de gobierno democrático, el 1° implantado en Occidente, por la vía del constitucionalismo liberal, hasta desembocar a comienzos del s. XVIII en una monarquía limitada, regida por una serie de LEYES CONSTITUCIONALES que tendían a garantizar efectivamente los derechos individuales de los súbditos ingleses frente al rey. Por su parte, el francés Montesquieu (El espíritu de las Leyes) definió la CONSTITUCIÓN como «la complexión tradicional, histórica de la nación», Juan Jacobo Rousseau: «forma de gobierno» a la estructura del poder, «leyes fundamentales» a la sobre-estructura jurídica de aquella, y «contrato social» a la decisión originaria fundadora de la comunidad política. La idea de una norma que codificara en un solo texto las reglas de organización y funcionamiento de los poderes públicos surgió a mediados del s. XVII, de modo simultáneo a uno y otro lado del Atlántico: en América del Norte, a través de las CARTAS DE COLONIZACIÓN (Charters, o petent letters) otorgadas por el rey de Inglaterra a compañías o particulares, en las que se contenía una completa regulación de los órganos de gobierno de la colonia. En Inglaterra, en el documento surgido en el período de Cromwell, el Instrument of government (1654), se encuentra el germen de la técnica de las constituciones escritas, hoy de extensión universal Al independizarse Estados Unidos de Norteamérica, el término Constitución fue empleado en un sentido revolucionario, para oponer las constituciones o formas de gobierno de las trece colonias que conformaron la federación, ddas por la exclusiva y libre voluntad del pueblo, a las instrucciaones provenientes de la corona inglesa para gobernar esas colonias. El concepto cobró importancia en la Constitución nacional en Filadelfia en 1787. Constitución que serviría de modelo o fuente de inspiración a las promulgadas luego en los demás países latinoamericanos que iban declarando su independencia y se constituían como Estados soberanos. LA REVOLUCIÓN FRANCESA Continuó la idea americana, asimiló la Constitución a una determinada forma de organización política: aquella que garantiza las libertades individuales, trazando límites a la actividad de los gobernantes. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), estableció la fórmula: «toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de los poderes determinada, no tiene Constitución». En ese sentido se expidió la 1ª Constitución francesa de 1791 y otras europeas de la época. Las Constituciones estadounidense y francesa, influyeron en los diferentes países de Europa y América, desde comienzos del s. XIX, para culminar, tras arduas luchas, con la victoria del ideal constitucionalista de Occidente. Influyó en la Constitución española de 1812 y las demás promulgadas (1837, 1845, 1869, 1923 y 1931). El influjo del ideario constitucionalista liberal, cristalizado en las constituciones estadounidense, francesa, otras europeas de fines del s. XVIII y en las hispanoamericanas a lo largo del s. XIX, condujo al moderno concepto de Constitución. EL CONCEPTO MODERNO DE CONSTITUCIÓN Son diversas las definiciones que se han dado acerca del concepto de Constitución. Se destaca la formulación de Ferdinand Lasalle: «los problemas constitucionales no son primordialmente problemas de derecho, sino de deber, la verdadera Constitución de un país sólo reside en los poderes reales que en ese país rigen, las constituciones escritas no tienen valor ni son duraderas más que cuando dan expresión fiel a los factores de poder imperantes en la realidad social; de otro modo, estas bien pueden calificarse de una simple ‘hoja de papel’». García Pelayo destaca que: «sólo vale como Constitución aquello que realiza el programa del Estado liberal burgués, aquello que establece una limitación a la actividad del Estado…; no es constitucional cualquier ordenación fundamental del Estado sino precisamente aquella que reúne estas dos condiciones: a) la garantía de los derechos individuales y b) la división de poderes que sirva a la actividad de aquellos» Derecho constitucional comparado, p.33 De lo anterior, se puede afirmar que el pensamiento liberal está acorde con lo expresado en el artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: «Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de poderes establecida no tiene Constitución». El concepto moderno de Constitución apunta a que ella contiene las normas básicas para la organización del Estado y ellas no son más que: 1) reglas relativas al modo de designación, 2) a la organización y 3) al funcionamiento del poder político. Estos son los aspectos fundamentales dentro de la conformación de la Constitución Política de un Estado. La Constitución es la ley fundamental del Estado, es: «el conjunto de normas fundamentales para la organización del Estado, que regulan el funcionamiento de los órganos del poder público, y que establecen los principios básicos para el ejercicio de los derechos y las garantías de las libertades dentro del Estado.»