son a simple vista diferentes a las de los diarios tradicionales. Las características, según Quiros(2006), fueron sus nombres, la primera página, el vedetismo, el uso de replanas y el precio módico. La prensa sensacionalista tuvo en esta década dos etapas: Consolidación de los diarios sensacionalistas.(Ver imagen N° 1) La captura de los diarios sensacionalistas por parte de SIN.(Ver imagen N°2) Imagen N° 1 Imagen N°2 A esta segunda etapa de la prensa sensacionalista Fernando Rospigliosi la denomina Prensa Naranja. Y sobre ella afirma: “La prensa amarilla debe ser tolerada. Pero lo que ha proliferado en el Perú en los últimos tiempos, es una prensa naranja, inmunda e impune, controlada y manipulada por el régimen, que tiene el explícito objetivo de contribuir a la destrucción de sus opositores. Es falso, entonces, que se trate de un asunto de prensa amarilla y de libertad de prensa. No lo es. Simplemente es parte de la maquinaria reeleccionista de un gobierno autoritario que, precisamente, ha arrasado con la libertad de prensa en el país, y que utiliza, de manera sistemática, la difamación y la calumnia contra sus adversarios y la prensa independiente” Las estrategias políticas empleadas, indica Degregori (2000), tuvieron tres ejes: a) La propaganda masiva a favor del gobierno, especialmente a través de avisos del Ministerio de la Presidencia, tanto que para 1999 el dinero gastado por el régimen en publicidad era mucho mayor al invertido por la industria cervecera, tradicionalmente la principal anunciadora. En medio de la crisis y mientras la inversión en publicidad de cervezas, bancos, gaseosas, detergentes y champús (principales anunciantes) caía entre el 36 y el 52% entre 1997 y 1999 la publicidad estatal creció un 109% (ver imagen). b) El desarrollo de una campaña masiva e inédita de difamación y calumnia contra los candidatos de oposición y c) la reavivación de viejos miedos o la inoculación de otros nuevos: miedo al terrorismo de SL y el MRTA, pero también a las FARC colombianas; miedo a la posibilidad de interrupción de programas asistenciales; miedos más difusos trasmitidos por los talk-shows. Portadas, titulares, contenido y lenguaje empleado El tamaño de la fuente El uso de imágenes, vedettes Los colores empleados El uso de replanas