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Los sofistas han convertido el saber en oficio y, por tanto, debían exigir una
compensación para vivir y para poder difundirlo.
EL PROPBLEMA
ÉTICO-POLÍTICO-ANTROPOLÓGICO.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA ESENCIA
DEL HOMBRE:
Sócrates centro definitivamente su interés en la problemática del hombre,
contrario a los filósofos presocráticos.
Esto lo llevo más lejos que los sofistas. A diferencia de ellos, llego al fondo
de la cuestión.
Los presocráticos buscaban responder al interrogante: <<¿Qué es la
naturaleza y cuál es la realidad última de las cosas (su fundamento)?>>
LA ONTOLOGÍA, GNOSEOLOGÍA Y EL
IDEARÍO ÉTICO-POLÍTICO.
TEORÍA DE LAS IDEAS:
La ontología platónica se expone a partir de la teoría de las ideas.
Dicha teoría, contentiva de múltiples aspectos, descansa a su vez en una idea
clave que aparecerá de manera reiterada y de diversos modos planteada, a lo
largo de todo el pensamiento platónico: la realidad que circunda al hombre y
que nos muestran los sentidos, es un imperfecto reflejo de una realidad
trascendente e inteligible, que resulta para Platón la única realidad
verdaderamente existente, la cual está conformada por ideas puras, que
condicionan, posibilitan y determinan la existencia del conjunto de fenómenos
y objetos que conforman la naturaleza.
Esas ideas constituyen el ser de la realidad, son perfectas, inmutables, eternas y
se presentan como los modelos o arquetipos que posibilitan la existencia de la
realidad natural, la cual está sujeta al devenir y por ende, al surgimiento y la
desaparición de los objetos y fenómenos que la constituyen.
De este modo, la teoría de las ideas determinará el carácter idealista objetivo
de la respuesta que ofrece Platón ante el problema fundamental de la filosofía.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO:
A partir de este planteamiento ontológico, Platón se ve en la necesidad de
estructurar una gnoseología coherente y que explique de manera consecuente (en
el marco de su sistema filosófico) cómo el hombre puede, por medio de la razón,
elevarse desde el punto de vista cognoscitivo, desde lo sensible hasta lo inteligible,
para lograr el conocimiento de las ideas, es decir, la aprehensión de las mismas.
Para explicar cómo es posible el conocimiento en cuanto ciencia o racionalidad,
Platón utilizará una serie de alegorías, entre las cuales se destaca la alegoría de la
caverna, mediante la cual explicará que el conocimiento sensorial (doxa u
opinión), como conocimiento de lo material, sensible, imperfecto y perecedero, no
es verdadero conocimiento, sino que constituye sólo un estímulo para que el alma
humana, esencialmente racional, recuerde mediante un proceso dialéctico
ascendente y descendente, lo que ésta ya sabía y había olvidado al nacer el
hombre (teoría de la anámnesis o reminiscencia), ya que para Platón el alma
humana es inmortal y al morir el cuerpo del hombre, ésta se separa y se eleva
hasta la región de lo inteligible, para lograr la aprehensión y el auténtico
conocimiento de esa realidad trascendente e ideal.
Reconocer que el conocimiento de las ideas es sinónimo
de auténtico conocimiento, y que los datos que nos aporta
el conocimiento sensorial no reflejan lo verdaderamente
existente, resulta así para Platón equivalente a la alegoría
del esclavo, que ha permanecido en el interior de una
caverna oscura junto a otros y logra al fin liberarse, salir al
exterior de la caverna y percibir los objetos mismos y no sus
sombras.
IDEARÍO ÉTICO-POLÍTICO:
La idea anterior de carácter gnoseológico se imbrica indisolublemente con una
idea esencial de su teoría ético-política, ya que al enfatizar que el esclavo que
logró liberarse y salir de la caverna, debe retornar al interior de la misma para
explicarle al resto de sus compañeros de cautiverio lo que vio, y mostrarles la
diferencia entre verdad (ciencia) y opinión (doxa), Platón deja plasmada
claramente la misión del filósofo dentro del estado y su responsabilidad en relación
con la educación del ciudadano.