Albert Ellis nació en Pittsburg en 1913 y estudió en la Universidad de Columbia (Nueva York), especializada en formar a profesionales del Psicoanálisis. Allí obtuvo su doctorado en el año 1947. Ellis se percató pronto de las limitaciones que presentaba la teoría de Sigmund Freud y, decepcionado por los pocos resultados que obtenía con sus pacientes, fue abandonando progresivamente la teoría psicoanalítica para comenzar a trabajar en su propia teoría. Después de graduarse en 1934 con una licenciatura en administración de empresas, Ellis intentó emprender una carrera en los negocios y luego otro como escritor. En 1942 se inscribió en el Colegio de Profesores de la Universidad de Columbia para obtener un doctorado en psicología clínica. Publicó varios artículos antes de completar sus estudios y fue muy crítico con las pruebas de personalidad más populares de aquella época. Sostuvo que sólo el Inventario de Personalidad Multifásico de Minnesota (MMPI) es científicamente válido. Ya por el año 1953 rompe totalmente con el psicoanálisis y comienza a desarrollar un tipo de psicoterapia que llamaría Terapia Racional Emotiva, un tipo de psicoterapia de orientación cognitivo-conductual.
Ellis fue muy criticado durante gran parte de su carrera, pero
en la última mitad de su vida, sus teorías fueron aceptadas y elogiadas por la comunidad psicológica. Las terapias cognitivas conductuales estaban siendo reconocidas finalmente como tratamientos científicamente probados y Ellis fue visto como el responsable de ese movimiento. Ellis fundó la “Escuela de Vida” en la década de 1970. La institución se centró en la TREC para niños de 6-13 años La Terapia Racional Emotiva fue desarrollada por primera vez por Albert Ellis en la década de 1950. Ellis consideraba que su teoría se podía resumir en la frase del famoso filósofo griego estoico Epíteto, el cual afirmaba que “Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos Las perturbaciones emocionales están provocadas frecuentemente no por las situaciones ambientales en sí mismas, si no por la interpretación que hacemos de las mismas. falsos automáticos disfuncionales
Interpretaciones No conoce su Dificulta la
incorrectas y no existencia ni sabe obtención de sostenidas por la el papel mediador metas evidencia que desempeña El pensamiento es el principal determinante de las emociones humanas. El pensamiento disfuncional es la principal causa del malestar emocional. Debido a que sentimos en función de lo que pensamos, para acabar con un problema emocional, tenemos que empezar haciendo un análisis de nuestros pensamientos. Múltiples factores, tanto genéticos como las influencias ambientales (educación, etc.) se encuentran en el origen del pensamiento irracional y la psicopatología. A pesar de la existencia de influencias del pasado en la psicopatología, la Terapia Racional Emotiva enfatiza las influencias presentes, ya que son las responsables de que el malestar haya continuado a través del tiempo, a pesar de que las influencias pasadas hayan dejado de existir. La causa principal del malestar emocional no tiene que ver con el modo en que fueron adquiridas esas creencias o modos de interpretar la realidad sino con el hecho de seguir manteniéndolos en el presente. Aunque las creencias se puedan cambiar, ese cambio no va a suceder necesariamente con facilidad. Las creencias irracionales se cambian mediante un esfuerzo activo y persistente para reconocerlas, retarlas y modificarlas, lo cual constituye la tarea de la Terapia Racional Emotiva. Creencias irracionales hay de muchos y diferentes tipos, dado que cada persona las expresa forma distinta e individual, pero casi todas ellas pueden encuadrarse en tres grandes grupos de las que derivan todas las demás. Estas creencias rígidas suponen mantener tres tipos de demandas extremas o “DEBES” básicos. Demandas acerca de uno mismo. Los “DEBO” o demandas rígidas acerca de uno mismo se ponen de manifiesto en afirmaciones parecidas a: “DEBO hacer esto o aquello o no seré feliz, he de conseguir la aprobación de los demás, especialmente si esas personas son significativas para mí, de lo contrario es no podría soportarlo, no me respetarían, etc.” Las consecuencias de este tipo de demandas son la ansiedad, la depresión, la vergüenza y la culpa. Demandas acerca de los demás. Las demandas que hacemos a los demás normalmente adquieren la forma: “DEBES” tratarme bien, de forma justa, o de lo contrario eres una persona absolutamente despreciable, sería terrible para mí y no podría soportarlo.” Este tipo de creencias lleva a sentimientos de ira, rabia, así como a conductas pasivo-agresivas y a actos de violencia. Demandas acerca del futuro, del mundo y de las condiciones de vida. Las demandas absolutas y rígidas acerca del mundo y de las condiciones de vida, a menudo tienen la forma de creencias como: “ el mundo DEBERÍA ofrecerme una vida más cómoda” o “Mis condiciones de vida DEBERÍAN ser tal como yo quiero que sean y si no es así, pobre de mí, es terrible, no puedo soportarlo.” Tales creencias están asociadas con sentimientos de auto compasión, problemas de auto disciplina, conductas de postergación y conductas adictivas. La Terapia Racional Emotiva ayuda a las personas a sustituir sus emociones negativas o positivas inadecuadas por emociones negativas o positivas adecuadas, de modo que, ante una situación conflictiva, en vez de sentir una ansiedad paralizante, por ejemplo, pueda sentir solamente una preocupación que le lleve a resolver el problema. Las emociones negativas inadecuadas se definen como aquellas que hacen que las condiciones adversas y las frustraciones empeoren e impiden resolver el problema o la causa del malestar. Entre ellas se encuentran la ansiedad, depresión, ira, culpa, vergüenza y dolor emocional etc. Como hemos visto, son causadas por creencias irracionales. Las emociones negativas adecuadas son aquellas que tienden a darse cuando los deseos y preferencias humanas se ven bloqueados y frustrados, y ayudan a las personas a minimizar o eliminar el problema. Es decir, nos ponen en marcha para solucionarlo. Entre ellas se encuentran la preocupación, la tristeza, el enfado, el remordimiento, el pudor y la decepción. Los sentimientos positivos también pueden ser inadecuados. Por ejemplo, el sentimiento de grandiosidad o superioridad es una emoción positiva porque hace que una persona se sienta bien. Sin embargo, se basa en una percepción irreal de uno mismo y a la larga provocará problemas en las relaciones con los demás y rechazo. Las emociones positivas adecuadas son el resultado de la satisfacción de los deseos, metas e ideales humanos. Incluyen el amor, el placer, la curiosidad, la felicidad… El “ABC” o “ABCDE” es la piedra angular de la terapia, ya que supone su marco de referencia. A Suceso Activador. Es decir, “A” representa la realidad, los sucesos que acontecen a nuestro alrededor y a los que (en numerosas ocasiones) acusamos erróneamente de ser el origen de nuestras emociones. B sistema de valores del individuo. En ellas se incluyen las cogniciones, evaluaciones, sistema de valores y cualquier otro tipo de pensamiento a través del cual filtramos la realidad que percibimos o, dicho de otra forma, a través del que vemos los eventos activadores (A). Estas creencias pueden ser rígidas y absolutas o flexibles y adaptadas a la realidad, a las primeras las denominamos irracionales y a las segundas racionales. C consecuencias emocionales y conductuales derivadas de las creencias B respecto al suceso activador A. Las C, o emociones que se derivan de creencias B irracionales y rígidas acerca de sucesos A negativos, producirán alteraciones emocionales y las denominamos consecuencias negativas inapropiadas, mientras que las consecuencias que siguen a pensamientos racionales respecto a sucesos negativos las denominaremos consecuencias negativas apropiadas (Crawford & Ellis, 1989). D “Disputa” enérgica de las creencias irracionales que hay siempre detrás de toda alteración emocional. Dichas creencias irracionales están muy arraigadas en nuestra mente, de ahí que la disputa deba ser enérgica y continuada. E sustitución de la idea irracional por su equivalente racional en nuestro sistema de valores y creencias, en nuestra filosofía personal. En la mayoría de las ocasiones la diferencia entre una y otra es muy sutil y por lo tanto difícil de encontrar. En ocasiones la diferencia es una cuestión de grado en el nivel de nuestras preferencias. En todas las ocasiones la idea racional está más ajustada a la realidad que la idea irracional. los terapeutas RE se fijan en los efectos a corto y largo plazo de cada técnica terapéutica en particular, y no suelen emplear las que tienen beneficios inmediatos pero consecuencias dañinas a largo plazo. Aunque los terapeutas racional-emotivos emplean una gran cantidad de técnicas cognitivas, emotivas y conductuales Técnicas Cognitivas Probablemente la técnica más empleada por los terapeutas RET con la mayoría de sus clientes sea la Refutación de Creencias irracionales. Hay tres categorías de Refutación La Detección consiste en buscar Creencias irracionales sobre todo «debos», «tengo que», «debería», «es mi obligación» que llevan a conductas y emociones autocastigadoras. La Refutación propiamente dicha consiste en que el terapeuta hace una serie de preguntas que sirven para ayudar al cliente a abandonar las Creencias irracionales. Preguntas como: «¿Qué evidencia tiene de...?» «¿En qué sentido es cierta o falsa esta Creencia?» «¿Qué produce eso?» se emplean con frecuencia. El terapeuta procede; con las preguntas hasta que el cliente descubre la falsedad de su Creencia irracional y, por lo tanto, también reconoce la verdad de la alternativa racional. En la Discriminación el terapeuta ayuda al cliente a distinguir con claridad entre sus valores no absolutos (sus preferencias, gustos, deseos) y sus valores absolutistas (necesidades, demandas, imperativos El DIBS es un ejemplo de las tareas cognitivas para casa que se suelen dar a los clientes entre sesiones después de que han sido entrenados para usarlas Primero, existen una serie de métodos humorísticos para animar a los clientes a pensar racionalmente sin tomarse a sí mismos demasiado en serio. Segundo, los terapeutas no dudan en crear una filosofía racional a través del autodescubrimiento. Admiten honestamente que ellos han tenido problemas similares y que los han superado gracias a la RET. Tercero, los terapeutas RET utilizan historias, leyendas, parábolas, chistes, poemas y aforismos adjuntos a las técnicas de Refutación cognitiva. (1) actividades de «quedarse allí» , esta técnica da la oportunidad de tolerar el descontento crónico por medio del recuerdo de «situaciones incómodas» durante un largo período de tiempo; (2) ejercicios de antiprocrastinación, donde se anima a los clientes a empezar tareas antes, mejor que después, mientras toleran la incomodidad de romper el hábito del «mañana» (3) la terapia de rol fijo de Kelly, se emplea algunas veces en la RET, consiste en que los clientes actúan «como si» ya pensaran racionalmente, lo cual les permite experimentar que el cambio es posible. La Terapia Racional Emotiva se suele utilizar con éxito cuando se trata de trastornos como depresión o de cualquiera de las neurosis. Por el contrario, los trastornos psicóticos como la esquizofrenia han demostrado ser mucho más resistentes. De hecho, hay muy poca evidencia de que las terapias orientadas comportamiento como ésta, tengan ningún impacto sobre la esquizofrenia.