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ALUMNAS:
ANTONELLA BEDOYA BACIGALUPO
STEFANI CESIA MAMANI CALISAYA
MARIPAZ LILIANA BEDOYA LANCHIPA
INTRODUCCIÓN
1. COGNICIÓN Y SEXUALIDAD
•Una suposición básica es que lo que pensamos influye sobre lo que sentimos. Si tenemos pensamientos felices
y positivos, tenderemos a sentirnos mejor que si tenemos ideas negativas.
1
• Los terapeutas que utilizan un abordaje cognitivo creen que la aflicción psicológica es frecuentemente el
resultado de pensamientos desagradables que, por lo general, no son acordes a la realidad y que incluyen
2 ideas falsas, distorsiones, exageración de problemas y evaluaciones irrazonablemente negativas de sucesos
•Para el psicólogo cognitivo, la manera en que percibimos y evaluamos un suceso sexual hace toda la diferencia
del mundo.
3
PERCEPCIÓN Y ATENCIÓN
En las relaciones sexuales, en la generación y obtención del placer y la satisfacción, el proceso de percepción, la capacidad y habilidad para percibir adquieren incluso mayor
importancia que en otras actividades en las que interactuamos con el exterior.
Si por algún motivo hemos bloqueado nuestra perceptibilidad nos resultará difícil identificar correctamente determinados estímulos y por lo tanto responder a ellos con la
disposición psicológica y física adecuada.
Por ejemplo, si debido a una situación de miedo a ser descubiertos o interrumpidos, nuestra atención está más centrada en lo que sucede al otro lado de la habitación donde
nos hallamos que en la propia situación, estaremos bloqueando el proceso de percepción, y aunque nuestros sentidos funcionen correctamente enviando los estímulos al
cerebro, éste no los integrara y no asimilaremos esa información. Por lo que no estaremos respondiendo al estímulo sexual o erótico de un beso, una caricia o una estimulación
de nuestro clítoris, sino que responderemos al estímulo emocional del miedo, y probablemente inhibiremos nuestra respuesta sexual sin poder mantener una erección, sin
relajarnos y generar flujo o eyaculando sin control.
Este tipo de situaciones es muy habitual, hay muchos estímulos externos, e incluso psicológicos, que pueden comprometer nuestra atención, desviándola hacia ellos, dificultando
o impidiendo que nos "centremos" en la situación de placer. El miedo al error, el temor al fracaso, también son estímulos que actúan desde nosotros mismos, como
catalizadores de nuestra atención.
MODELO COGNITIVO:
WOLFE Y WALEN
Wolfe y Walen (1986) sugieren que nuestras cogniciones pueden aumentar o disminuir el ciclo de respuesta sexual.
Concretamente, se centran en dos cogniciones: la percepción de los estímulos y conductas sexuales así como las evaluaciones
de los mismos.
Los errores cognitivos o distorsiones cognitivas (Beck, 1976) pueden alterar el proceso del ciclo de respuesta sexual
positiva.
LAS EVALUACIONES consisten en definir los hechos como buenos o malos, y su papel fundamental ha
sido ampliamente remarcado por Ellis (1960). Si hacemos una evaluación racional, el funcionamiento
sexual se verá incrementado, y sucederá lo contrario si nuestra evaluación es irracional.
Presentamos en primer lugar el modelo más específico de todos, va que se focaliza
especialmente en el ciclo de respuesta sexual y por lo tanto tendría mucha aplicación
en el análisis de algunas disfunciones sexuales. El modelo presentado en 1987 por
Walen v Roth (citados en Hyde, 1994) tiene como idea central lo que mencionamos
en páginas anteriores al referirnos al enfoque cognitivo, en el sentido que la manera
en que percibimos y evaluamos lo que ocurre determina en gran medida cómo nos
sentimos en una situación dada.
Walen & Roth (1987) describen en detalle la respuesta sexual
positiva de la siguiente forma:
La respuesta sexual positiva empieza con la percepción del estímulo
sexual (me ha dado un beso en el cuello). Una vez percibido el
estímulo, si se evalúa como positivo (me gusta; quiero) entonces
producirá excitación y se darán en el cuerpo las respuestas
fisiológicas del mismo (erección, lubricación, ruborización, etc.).
Una vez dadas estas reacciones, uno las percibe correctamente (me
estoy excitando) y las evalúa como buenas (¡es emocionante!) y da
como resultado una conducta sexual (besos y caricias mutuas) y un
aumento de la excitación.
La persona observa y percibe la conducta sexual (nos estamos
excitando‖), y luego evalúa su conducta (nos está gustando mucho),
lo que a su vez influye en la excitación y en la conducta sexual.
Como vemos el ciclo se va influyendo recíprocamente, creando así
un círculo virtuoso de respuestas sexuales.
MODELO COGNITIVO:
WALEN Y ROTH
El primer paso:
Dentro del modelo cognitivo es la percepción: la percepción de un estímulo como sexual. Lo que percibimos como un estímulo sexy (sea
este visual, táctil o de olor) depende en gran medida de la cultura en la que hemos crecido y de nuestro aprendizaje previo.
El quinto paso
Es la evaluación de la excitación. Igual que en el caso del estímulo, si la evaluación es negativa el
ciclo de respuesta se detendrá. En cambio sí es positiva ello funcionará como una
retroalimentación para el tercer paso, de manera que se incrementará el nivel de excitación. En
otras palabras, el sentirse bien al estar excitado(a) hace que la persona se sienta más excitada aún.
El sexto paso
Es la conducta sexual, la que, al igual que el estímulo y la excitación, llevará a dos pasos adicionales,
consistentes en la percepción de la conducta y la evaluación de la conducta.
Si dicha evaluación es positiva ello se traducirá en dos tipos de retroalimentación: es probable
que la conducta sexual continúe y que la excitación aumente.
LA TREC DISTINGUE ENTRE LA DISFUNCIÓN SEXUAL O Y LA
PERTURBACIÓN SEXUAL
Está determinada por las creencias evaluativas irracionales, o más concretamente, por la presencia de una filosofía
exigente, dogmática, acerca de uno mismo, los demás y de la propia sexualidad (Ellis, 2003; y Calvo, 2008).
Así pues, definen los trastornos sexuales en un alto nivel de angustia emocional inducido por errores cognitivos
de evaluación, a menudo acompañados con errores cognitivos de percepción (Wolfe y Walen, 1986).
En función de qué momento del ciclo se ve afectado producirá un trastorno u otro (Walen-Roth, 1987; Lega,
2008).
De acuerdo a Lega (2010),
A pesar de la relevancia en los factores psicológicos que inciden en las disfunciones sexuales, la TREC remarca también
la importancia de factores orgánicos en su etiología y mantenimiento.