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Suelo pasar tantas veces por la plaza de armas, aqu suelo

sentarme unas veces para reflexionar sobre ciertos


cuestionamientos, que derivan de mi perspectiva hacia el
mundo. A intervalos de este constante pensar, no puedo
evitar enfocar mi atencin en aquellos nios pequeos que
se acercan a la gente para pedir que les compren
caramelos. Pensar que ese poco dinero que logran recaudar
puede ser un trozo de pan que puede alimentarles durante
todo el da y el cual tienen que compartir con el resto de su
familia. Son muchos que pasan indiferentes ante ellos, otros
slo les lanzan una mirada despectiva como si aquello les
estorbase. En esta sociedad tan enferma en la que vivimos
slo logramos separar los problemas, ya sea eludindolo o
arrojando la culpa al gobierno. Pero, qu hacemos nosotros
para cambiar dicha situacin? Nada. Tan solo nos
victimizamos continuamente como sociedad y nos
consumimos a la deriva de un Estado que no ve los intereses
de nuestra sociedad, sino la de pocos que logran, por
viveza, ocupar algn puesto de poder.

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