Juan. CAPITULO 17. Este evangelio se encuentra dividido en dos partes. En la primera parte del evangelio: 1.Jess ora por la gloria del Padre y por su propia Glorificacin.
Jess, que tanto or al Padre "en los das de su
carne", pronuncia en alta voz esta oracin sublime, para dejarnos penetrar la intimidad de su corazn lleno todo de amor al Padre y a nosotros. En este momento culminante de la vida de Jess, en esta conversacin ntima que tiene con su Padre, nos enteramos de que la gloria que el Hijo se dispone a dar al Eterno Padre, y por la cual ha suspirado desde la eternidad, no consiste en ningn vago misterio ajeno a nosotros, sino que todo ese infinito anhelo de ambos est en darnos a nosotros su propia vida eterna
Hemos visto a travs de todo este Evangelio que
la preocupacin constante de Jess fue mostrar que sus palabras no eran de El sino del Padre. ELLOS LAS HAN RECIBIDO... Y HAN CREDO: ADMIREMOS, EN ESTA CONVERSACIN ENTRE LAS PERSONAS DIVINAS
En la segunda parte Jess Ruega por los
Discpulos. Por ellos ruego... porque son tuyos: pues todo lo tuyo me es infinitamente amable slo por ser cosa del Padre a quien amo. Es decir, que nosotros, sin saberlo ni merecerlo, disfrutamos de un ttulo irresistible al amor de Jess, y es: el solo hecho de que somos cosa del Padre y hemos sido encomendados por El a Jess a Quien el Padre le encarg que nos salvase.
Es por ello que la gloria del Hijo consiste
como la del Padre, en hacernos el bien a nosotros. Jess ya nos haba dicho, que el amor de su Padre, que es para el Hijo la suma gloria, lo recibe El por eso: porque pone su vida por nosotros. Ante abismos como ste, de una bondad y un amor, y unas promesas que jams habra podido concebir el ms audaz de los ambiciosos, comprendemos que todo el Evangelio y toda la divina Escritura tienen que estar dictados por ese amor, es decir, impregnados de esa bondad hacia nosotros, porque Dios es siempre el mismo.
Padre, me abandono en tus manos
Haz de m lo que quieras.
Hagas lo que hagas, te lo agradezco. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Hgase tu voluntad en m y en todas las criaturas. Esto es todo lo que quiero, Seor. En tus manos, Seor, encomiendo mi alma. Te lo agradezco con todo el amor de mi corazn porque te quiero, Seor. No puedo menos de ofrecerme a m mismo, de entregarme en tus manos, sin reservas y con ilimitada confianza, porque t eres mi Padre. Amen