Al entrar, el hombre observ con detenimiento el largo
corredor flanqueado de mquinas y a los operarios que trabajaban concentrados en sus estaciones de ensamblaje mientras que, sobre ellos, una enorme y pesada pieza metlica surcaba, por medio de una polea, el alto techo de la fbrica. Tras cerrar la puerta, el hombre avanz, sin dejar de mirar a todos lados y escuchando ruidos metlicos, entre grandes cajas de embalaje y bajo la fra luz blanca de los reflectores. Estaba vestido con un terno negro, un sobretodo color canela y llevaba consigo un maletn en la mano izquierda. Sin detenerse, levant la otra mano para saludar a uno de los trabajadores que le devolvi, parco, el saludo.
SEGUNDO VIDEO
No hay operarios y hay silencio en la fbrica. La luz cae blanca y fra
sobre las mquinas inertes. Una pequea gra yace detenida en el largo pasillo. Nada se mueve en las estaciones de ensamblaje. No hay vida.