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Iglesia Cristiana Betesda Central
• Cuando Dios le ordenó al rey Saúl que atacara a los Amalecitas y los destruyera por completo, Saúl
desobedeció porque le dio pena destruir, lo que ante sus ojos, parecía bueno (1º Samuel 15). Muchas veces
nos parece bueno hacer algo “para la obra de Dios”, pero lo hacemos a costa de romper un principio de
Dios, como la sujeción.
• Después de la victoria Saúl perdonó a Agag, rey de los Amalecitas, junto con lo mejor de los bueyes y
ovejas, y todo lo bueno. Saúl no quiso destruirlos y argumentó que los había dejado para darlos en
sacrificio a Dios. Sin embargo el profeta de Dios, le reconvino a Saúl diciendo que era mejor obedecer a
Dios, que ofrecerle sacrificios.
• Aunque darle sacrificios a Dios era algo bueno, en este caso, era a costa de interferir contra la obediencia y
la sujeción a Dios.
• Solo la sujeción honra completamente a Dios, y solamente ella toma a Dios como el centro de todo
• Para que se manifieste la autoridad, debe haber sujeción. Para ello debemos renunciar al yo. Humanamente
esto no es posible, la sujeción solo es posible cuando nos dejamos guiar por el ESPÍRITU Santo que mora
en nosotros.
1 ¿Qué es la sujeción?
• “Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y
potestades.”
1 de Pedro 3:22
• INTRODUCCION
• En la vida cristiana el creyente que llega al Señor, y que experimenta un nuevo nacimiento, debe
sujetarse a Cristo como muestra de su arrepentimiento. El arrepentimiento lo llevará a darse
cuenta de que él, por sí mismo, no puede seguir adelante y que necesita de Dios. Entonces debe
aceptar la guía, la dirección y los mandamientos de Dios como superiores a él mismo. Este no es
el problema, todo el mundo acepta que Dios es superior. El problema radica cuando no es Dios
encarnado quien da la orden, sino una autoridad delegada de Dios
• Un creyente que rehúsa a aquellos que tienen autoridad, es como un niño fugitivo que trata de
cuidarse solo.
LA OBEDIENCIA DE CRISTO
• Un ejemplo para nosotros.
• Cristo siendo Dios se despojó a sí mismo y se sujetó a Dios
• a través de la obediencia. Aprendió a obedecer con el sufrimiento. Hebreos 5:8
• Cristo nos dejó ejemplo para que siguiéramos sus pisadas. 1ª de Pedro 2:21