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Aurelius Augustinus; Tagaste, hoy Suq

Ahras, actual Argelia, 354 - Hipona, id., 430)


Teólogo latino. Hijo de un pagano, Patricio,
y de una cristiana, Mónica, San Agustín
inició su formación en su ciudad natal y
estudió retórica en Madauro.
Su primera lectura de las Escrituras le
decepcionó y acentuó su desconfianza
hacia una fe impuesta y no fundada en la
razón. Su preocupación por el problema del
mal, que lo acompañaría toda su vida, fue
determinante en su adhesión al
maniqueísmo. Dedicado a la difusión de esa
doctrina, profesó la elocuencia en Cartago
San Agustín nació el 354 y murió el 431; son tres siglos los que lo
separan de aquél otro filósofo de lo cual hablamos el otro día:
Séneca. Pero no solamente la distancia es temporal, es la
distancia también de un nuevo estilo profundamente distinto. En
definitiva, en San Agustín encontramos una etapa nueva de la
filosofía. Hemos hablado del pensamiento griego, hemos
añadido algo que está ya en latín, pero dentro del área del
pensamiento helénico: Séneca. Y se termina con eso una gran
etapa, la primera etapa del pensamiento filosófico, centrada,
ustedes se acuerdan, en el problema del cambio, del movimiento,
kinesis en griego, mutación, que hace que las cosas sean o no
sean, lleguen a ser y dejen de ser, cambien de cantidad, de
cualidad... En definitiva, el problema de la inestabilidad de lo real.
Recuerden ustedes que ese era el gran problema y eso se trata de
superar mediante la noción de ser, ente, ón, de Parménides, en
conflicto con la otra gran idea griega: la naturaleza, la physis, que
es justamente cambio, variación. Las cosas están amenazadas por
el cambio, por la variación, y se trata de buscar eso que
verdaderamente es, que es lo que es, si posible, de un modo
permanente. Este es el gran problema central del pensamiento
Es la obra literaria más famosa de Agustín. Está constituida por trece
libros en los que nos narra su vida, formación y su evolución interior;
también habla de la psicología, de la filosofía, de su concepto de Dios
y de su visión del mundo. Es también un reconocimiento de la
grandeza y bondad de Dios.
Está divididas en dos grandes partes:
Libros 1-9: contienen la confesión de los errores de Agustín hasta su
conversión. Terminan con la muerte de su madre Mónica en Ostia.
Libros 10-13: alaba a Dios y a su creación.
Esta obra la comenzó después de la muerte de san Ambrosio, el
4 de abril del 397, y la terminó en el año 400. Es una obra uniforme,
en la cual, los acontecimientos son analizados con la perspectiva de
haber transcurrido doce o catorce años desde que sucedieran Por
ello, si se comparan con los diálogos escritos en Casiciaco, se
constatan algunas discrepancias, pero ello es debido a una
valoración distinta de muchas cosas; son las reflexiones del obispo
que ve la vida de un modo distinto.

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