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El Santo Profeta Habacuc

Profetizó hacia el año 600 antes


de Cristo. Como la situación del
pueblo de Israel es tan amarga en
ese tiempo, Habacuc le pregunta
al Señor Dios: ¿Por qué nos
sucede todo esto? Y Dios le
responde: "todo tiene su fin, y
cada problema tendrá su
solución".
Meditemos su contenido
Francisco Martínez A.

Julio 2009

Fuente: La Santa Biblia y Santo-Pedia y otros


Habacuc fue el que escribió aquella famosa
frase: "El justo vive por la fe" y repite
frecuentemente: "¡Ay de los que se dedican
a obrar el mal! ¡Ay de los que olvidan a
Dios! ¡Ay de los que consiguen ganancias
mal adquiridas!, etc.“
Es Habacuc, de quien nada se sabe
con certeza, fuera de lo indicado por su
libro. Se supone que es un profeta de
Judá, por las instrucciones dadas a su
director de coro (3:19) se ha llegado a
la conclusión de que Habacuc
pertenecía a la tribu de Leví
que servían en el templo a Dios, como
músicos.
El Señor, mi Señor, es mi fortaleza:
él da a mis pies la agilidad de las
gacelas y me hace caminar por las
alturas.
Del maestro de coro. Para
instrumentos de cuerda.
Habacuc, 3:19
Esta es una interesante clase de
profecía, pues no es un discurso
directo, sino el relato de la experiencia
del profeta ante Dios, de la injusticia del
pueblo de Dios y como Dios responde a
las interrogantes del profeta.
Del capítulo 1:1 a 1:4. El profeta se queja ante
Dios en forma de interrogantes ante la
injusticia que vivía en el seno de la sociedad
del pueblo de Dios. Específicamente, como lo
describe el profeta "la ley es debilitada" y por
eso "sale torcida la justicia".
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio
sin que tú escuches,
clamaré hacia ti: "¡Violencia!",
sin que tú salves?
¿Por qué me haces ver la iniquidad
y te quedas mirando la opresión?

No veo más que saqueo y violencia,


hay contiendas y aumenta la discordia.
Por eso la Ley no tiene vigencia
y el derecho no aparece jamás:
¡sí, el impío asedia al justo,
por eso sale a luz un derecho falseado!
Habacuc, 1: 2-4
Dios responde al profeta que Él levantará a
los caldeos (pueblo Babilónico) y los usará
como instrumentos de castigo a su pueblo.
Habacuc afirma su confianza en el Dios de
Israel. Es de suma importancia lo que Dios
revela en este libro en el capítulo 2:4

El que no tiene el alma recta, sucumbirá,


pero el justo vivirá por su fidelidad.
Habacuc, 2:4
Este pasaje es de muy importante, Pablo el apóstol lo
cita en su epístola a los Romanos, a los Gálatas y a los
Hebreos, afirmando la doctrina de la justificación por fe.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por


fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá”
Romanos, 1: 17
“Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es
evidente , porque: El justo por la fe vivirá”.
Gálatas, 3:11
Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a
mi alma”.
Hebreos, 10:38
De acuerdo con el análisis del libro de Habacuc, hay
una serie de lamentos contra las injusticias de unos
sobre otros, o un pueblo sobre otro. Por último
tenemos la oración del profeta en que se resalta la
majestad de Dios y la confianza del profeta en Dios
a pesar de los tiempos de crisis.
Este libro, procede evidentemente de la época
caldea. El templo sigue estando en pie (2:20),
donde se celebran los servicios de culto
acompañados de música (3:19).
El Señor reside en su santo Templo, ¡guarde
silencio toda la tierra delante de él!
Habacuc, 2:20

Esta generación ha visto la ascensión de los


caldeos hasta llegar a ser una colosal potencia
y el inicio de su acción de subyugar cruelmente
a las naciones. Atrajeron su atención cuando en
el 626 a.C consiguieron liberarse del yugo asirio.
Aún cuando no se tienen datos precisos acerca de
la fecha de escritura de este libro, no obstante se
le puede situar aproximadamente entre la
destrucción de Nínive y el primer ataque a Judá,
es decir, entre el 612 y el 605 a.C.
Se puede decir, que Habacuc fue contemporáneo
de Jeremías. Y también se observa que entre ellos
existen muchas similitudes, como por ejemplo la
sensibilidad y el sufrimiento a causa de la
condición en la que se encontraba el pueblo de
Dios.
El Santo Profeta Abdías

Su profecía es como una súplica que las


almas humilladas y perseguidas le hacen
a Dios para que haga justicia contra sus
opresores.
Abdías Anunció la destrucción de Edom, nación
que fue hostil a Israel. El libro no menciona
fechas pero se describe en los versos 11 y 14 una
época de derrota de Jerusalén.
Por haber participado en esta derrota del pueblo
de Israel, juntamente con sus enemigos se
profetiza la destrucción de Edom.
Tú te quedabas esperando cuando los
extranjeros hacían cautivo a su ejército; cuando
los enemigos entraban por sus puertas y sobre
Jerusalén echaban suertes, tú también, eras
como uno de ellos. Abdías, 1:11

No te pongas en la cruzada para matar a los


que huyen, ni entregues a los sobrevivientes en
el día de su angustia. Abdías, 1:14
Abdías es el cuarto profeta menor y a quien se
adjudica el más breve de los libros proféticos
del antiguo testamento, es el libro mas pequeño
de todos, consta de un solo capítulo veintiún
versículos.

El nombre Abdías se deriva del hebreo


Obhádhyah, que significa "sirviente, servidor, o
adorador de Yahvé
La breve profecía de Abdías trata casi exclusivamente
con el destino de Edom, tal y como es dado a conocer
en las primeras palabras. Dios ha convocado a las
naciones contra Edom. Ella confía en su reacción
rápida y dura, contundente, pero es en vano. Los
ladrones la destruirían completamente (1-6). Los
aliados y amigos han dado la espalda (7) y la sabiduría
que cree poseer le fallará (8,9). Los castigos vendrán
por la conducta mostrada hacia Judá, será cuando los
extraños echen suertes sobre Jerusalem (10-11).
¡Cómo han rebuscado en Esaú y escudriñado sus escondrijos!

Hasta la frontera te han rechazado tus amigos; tus aliados han sido más
fuertes que tú, y han puesto un lazo bajo tus pies.

Aquel día, dice Yavé, haré desaparecer a los sabios de Edom y a la astucia
de los montes de Esaú.

Tus valientes se estremecen, pueblo de Temán, pues se está acuchillando


a los hombres de los cerros de Esaú.

A causa de tu violencia contra tu hermano Jacob quedarás cubierto de


vergüenza y desaparecerás para siempre.

Tú te quedabas esperando cuando los extranjeros hacían cautivo a su


ejército; cuando los enemigos entraban por sus puertas y sobre Jerusalén
echaban suertes, tú también, eras como uno de ellos. Abdías, 1: 6-11
Los resultados surgen a raíz de la conducta
indigna (12-14). El "día de Yahvé" está cerca
sobre "todas las naciones", en que donde la
ruina espera a Edom y la compartirá unida a la
"casa de Jacob" y "la casa de José" (16-18). En
cuanto a Israel, las fronteras se ampliarán en
cada dirección; los "salvadores" aparecerán en
el montaje de Sión para "juzgar" el montaje de
Esaú, y la ley de Yahvé será establecida
(19-21).
[No te alegres de la ruina de tu hermano en el día
de su desgracia. No hagas burla de los hijos de
Judá en el día de su angustia, no te rías de su
miseria.

No vengas a mirar a la puerta el día en que le va


mal a mi pueblo: ¿será bueno que veas sus
sufrimientos el día de su desgracia? No eches
mano de sus riquezas en el día de la desventura.

No te pongas en la cruzada para matar a los que


huyen, ni entregues a los sobrevivientes en el día
de su angustia.
Abdías, 1: 12-14
Así como ustedes bebieron sobre mi monte santo, así van
a beber, naciones que me rodean; beberán hasta que
pierdan los sentidos, y serán luego como si no hubieran
sido.

Pero en el monte de Sión habrá supervivientes, que será


un lugar santo, y el pueblo de Jacob recobrará su heredad.

El pueblo de Jacob será un fuego, el de José una llama,


mientras la gente de Esaú será la paja; la quemarán y la
devorarán y no quedarán restos de la raza de Esaú,
porque Yavé lo ha dicho.
Abdías, 1: 16-18
Los habitantes del Negueb heredarán los cerros de Esaú;
los de la tierra baja, el país de los filisteos; heredarán del
territorio de Efraím y los campos de Samaria, y los de
Benjamín heredarán Galaad.

Los desterrados de Israel dominarán lo que pertenecía a


los cananeos hasta Sarepta, y los desterrados de
Jerusalén que están en Sefarad heredarán las ciudades
del Negueb;

subirán victoriosos al monte Sión para gobernar de allí a


los cerros de Esaú. Entonces Yavé reinará.
Abdías, 1: 19-21
Yahvé sigue hoy viendo a los prepotentes, a
los que explotan, a los que impulsan al
destierro, a los que hacen trata de blancas, a
los orgullosos y a los soberbios, a los que
calumnian, a los que causan el desprecio, a
los que insultan y maldicen, a los que
humillan, a los que roban lo ajeno... y a los
que se venden por dinero.
Oración

Padre nuestro, examina ahora nuestros corazones, mientras


vemos gráficamente como este ejemplo del Antiguo
Testamento nos presenta la verdad del Nuevo Testamento. Al
colocarnos cara a cara, frente al espejo de tu Palabra, nos
hemos contemplado a nosotros mismos. Ojalá que no seamos
como aquellos a los que describe Santiago, que se miran en el
espejo, se ven a sí mismos y siguen por su camino,
olvidándose de inmediato de la clase de hombres que son.
¡Qué Dios nos conceda la gracia necesaria para rendirnos ante
ti, la cruz y el juicio sobre nuestra propia vida, para que
conozcamos la gloria de esta poderosa verdad, que posea
nuestras posesiones, para que el reino le pertenezca al Señor!
Lo pedimos en su nombre, amen.

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