· ¿Cuáles son las características que se deberían de evaluar cuando una empresa decide contratar a un director ejecutivo?
· ¿Cualquier directivo de la empresa podría de forma directa pasar a ocupar la dirección ejecutiva caso de que está quede vacante?
Ocupar el puesto de mayor relevancia en la pirámide corporativa es una aspiración que tienen, muchos de los que trabajan en las organizaciones, sin embargo, son pocos los que logran hacerla realidad.
Recuerdo a Shay Davis, uno de los personajes de Patrick Lencioni, quien en su última fábula de negocio publicada recientemente con el título, “El Motivo”, señala en uno de sus diálogos “desde que empecé a trabajar sabía que algún día sería el Director Ejecutivo de alguna empresa. Es el premio final que hace que te esfuerces por llegar”.
Ya sea que como Shay Davis, alcanzar la cima lo valore como un premio o bien como el principio de una gran responsabilidad, la realidad nos muestra que ocupar el cargo de director ejecutivo es una labor que demanda años de trabajo y que llegado el momento en que la junta de gobierno o comité directivo requieren hacer la selección, se entrará a una fase donde es común que varios contendientes compitan para hacerse del cargo, en periodos que inclusive se pueden prolongar. En pocas palabras, el camino hacia la Dirección Ejecutiva no es tarea fácil.
En este episodio estaremos analizando el tema de cómo los directores ejecutivos se distinguen por sus habilidades, revisando para tal efecto el estudio que Steve Kaplan y Morten Sorensen publicaron en julio de 2020 donde analizan las evaluaciones que una empresa de consultoría, ghSMART, realizó sobre 2,600 candidatos a puestos de liderazgo, destacando, los aspirantes a ocupar el puesto de director ejecutivo, al registrar calificaciones más extremas y de mayor relevancia, especialmente al obtener mayores puntuaciones en habilidades blandas que se asocian al carisma, en hacer las cosas y en contar con un pensamiento estratégico.
Por ejemplo, los postulantes al puesto de director ejecutivo que cuentan con mejores habilidades interpersonales tienen una mayor posibilidad de ser contratados. Se estima que durante las dos últimas décadas se ha puesto un mayor énfasis en las habilidades sociales que facilitan la capacidad de coordinarse y comunicarse con varias personas. Desde luego, esto no implica dejar de lado los requisitos previos tales como las habilidades cognitivas, el conocimiento operacional y financiero.
Las habilidades sociales son de gran valor al momento de persuadir e instruir. Parte del trabajo de un director ejecutivo, consiste en que el personal tenga un claro entendimiento de los objetivos de la empresa y de que el trabajo en equipo es esencial para salir adelante y en el ámbito externo, mantener relaciones con las autoridades, interactuar con activistas cuando así sea necesario y tener una buena interacción con las redes sociales.
La mejor decisión será aquella que seleccione al mejor candidato basado en criterios objetivos y no que se convierta en una decisión donde los arreglos y juegos políticos inclinen la balanza de un candidato a director ejecutivo que cuenta con el beneplácito de algunos consejeros pero se encuentra lejos de reunir las condiciones idóneas para ocupar el puesto.