Durante semanas se había estado hablando de la posibilidad de un ataque ruso, de que Putin lanzara una invasión a gran escala, aunque la mayoría, tanto dentro de este país como fuera, no lo querían creer. Pero bastó un discurso furibundo del presidente ruso hablando de desnazificar Ucrania, de defender a los rusohablantes del Donbás, para darse cuenta de que la guerra había empezado. Bueno, no, la verdad es que la guerra había empezado mucho antes. Había empezado en 2014, con la anexión de Crimea a Rusia y la guerra del Dombás.