La autora de "La ciudad feliz", "La trabajadora" o "La isla de los conejos" reflexiona en esta nueva novela, "Las voces de Adriana", sobre la herencia familiar que deja un trauma. Para ello construye una novela que va desde la alegría y la ligereza de sus primeras páginas, dedicadas a un padre enganchado a las webs de buscar pareja, hacia el pasado y el origen del trauma. Como libróloga receta westerns atípicos ("De bestias y aves", de Pilar Adón, en Galaxia Gutemberg, puede leerse como un western), libros para volver a tener ganas de salir de casa y conocer gente ("Los detectives salvajes" de Bolaño), un libro para recomendar a un cinéfilo ("Luces de varietés" de Manuela Partearroyo en La Uña Rota), o para afilar el colmillo de la crueldad familiar ("El frío" de Thomas Bernhard en Anagrama). Y para aprender a relacionarnos con nuestros padres, miembros de otra generación, recomienda el que considera una obra maestra, "Justo antes del final", de Emiliano Monge, en Random House.