Es muy común tener miedo a comer y obsesionarnos contando calorías, pero esto es un error. No deberíamos contar calorías ya que las calorías no distinguen nutrientes. Pero es que tampoco deberíamos pensar en nutrientes ya que estos no distinguen los alimentos. Así pues, en lo que debemos fijarnos es en los alimentos, porque 100 kcal de acelgas me van a aportar fibra, vitaminas y minerales mientras que 100 kcal de bollos me aportarán azúcares, grasas y sal. Las primeras suponen un beneficio para mi salud, las segundas un daño. De igual modo, el hierro de un bollicao me aportará lo mismo que el bollo y el hierro de unas lentejas nutrientes beneficiosos. Tampoco debemos tener miedo a comer y mucho menos por engordar. Hay que tenerle miedo al consumo de ultraprocesados que nos están matando silenciosamente, incluyendo todos esos productos light o 0% que tienen un contenido reducido en calorías. De igual modo podemos diferenciar entre alimentos calóricos de alta densidad nutricional y alimentos calóricos de baja densidad nutricional. Un aguacate, el coco o unos frutos secos son alimentos calóricos pero que nos aportan nutrientes necesarios y saludables que cuidan de nuestra salud. En cambio, alimentos como los dulces o la bollería o las bebidas alcohólicas, además de ser calóricos no aportan nada, o aportan sustancias insanas y perjudiciales. Debemos vigilar y controlar esta obsesión ya que puede llevarnos a alimentarnos a base de productos "de dieta" que son igualmente insanos.