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Hoy no te hablaré de peces ni tortugas acuáticas, sino de plantas y aficiones.
No es un cuento, es una breve historia de uno de mis hobies.
Tal vez te interese y hagas algunas cosas en la misma dirección.
Pero sí hay un mensaje o “aprendizaje entre líneas” hoy.
Encuentra aquello que te motiva, que no es fácil a veces, investiga sobre ello, has ensayos, comete errores, aprende de ellos y sigue avanzando.
Disfruta del recorrido que es lo verdaderamente importante.
Continuemos.
¿Es alguna novedad que me gusta hacer cosas manuales? No.
Creo que a esta altura del partido ya sabes que me gusta trabajar la madera, tallar piedras pómez, soldar metales (aquí soy malísimo, pero estoy aprendiendo), hacer artesanías varias y cometer errores (esto último no lo hago adrede) pero me permite seguir aprendiendo.
Hago de todo un poco lo que me permite tener una visión amplia.
Pero, hay cosas que sí las hago habiendo estudiado mucho (y lo sigo haciendo) como la docencia y el mundo de las plantas.
Cada día descubro nuevos trabajos científicos alucinantes que me hacen replantear muchas de las cosas aprendidas.
¿No es genial que nada sea estático y definitivo?
No hay tiempo para aburrirse, siempre se puede hacer algo nuevo.
Pero hoy te cuento de una de las cosas que me gustan. Los Paludarios.
Porque la pecera me quedó corta.
Corta en el sentido de la experiencia y en lo que puedo aprender. Pero por sobre ello, lo que puedo ofrecer a la vida.
Mi esposa me hizo ver que en cierta forma la “pecera” es a los peces lo que la “jaula” es a los pájaros.
No entraré en tema de discusión de los niveles de conciencia de peces y aves por diversas razones.
A partir de ese momento quedé inquieto. Tenía a mis peces “enjaulados”.
Había ya algunas plantas en la pecera, pero no era suficiente. Lejos estaba de parecer un ambiente natural.
En la búsqueda de información para mejorarles su estancia en mi hogar descubrí, entre tanta variedad, los paludarios.
Con otra mirada, otra tecnología y otras plantas.
La mayoría tenían bromeliáceas, helechos y otras especies de origen subtropical.
Y si algo bueno (o no tanto) que tenemos los argentinos es que nos las arreglamos con poco.
Poe ejemplo, no nos hace falta una complicada estructura para mantener unidas dos piezas, porque las “atamos con alambre”.
Nos caracteriza el ingenio creativo. ?
Entonces…
Combiné mis conocimientos y experiencias con los jardines verticales, algo de lo aprendido sobre las rocas en la cátedra de edafología en la universidad, algo de aquí, y de allá.
El objetivo era reproducir una porción del ambiente en el que los peces que tengo viven naturalmente.
Objetivo conseguido.
Me llevó un par de años mejorar todos los detalles para que se transforme en un ecosistema estable con la mínima intervención mía, y que hoy se resume a dar de comer a los peces, controlar el nivel de agua, limpiar un par de filtros y poco más.
Hoy ese conocimiento me ha llevado a crear algunos para clientes/amigos y podría ser una fuente de ingresos extras.
No revelaré secretos constructivos, no es el objetivo del correo.
El objetivo es invitarte a descubrir qué te gustaría hacer en tu jardín, con las plantas, o buscar una alternativa más eficiente para tu huerta.
No te limites solo a observar, disfruta y de ser posible hazlo en compañía.
Claudio. El Jardinerista

PD: Si inicias un nuevo proyecto empieza desde lo más simple posible y ve agregando complejidad a medida que comprendes las dinámicas de los elementos que usas.

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