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Para este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con
estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte
como las de París, Oxford y Cambridge, eran administradas por los profesores: mientras
que las del sur, como la de Italia y Alcalá de España, lo eran por los estudiantes. La
educación medieval también desarrollo la forma de aprendizaje a través del trabajo o
servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la
mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.
La Educación Caballeresca.
La educación del caballero se realizaba en el palacio de otro caballero o bien era enviado
a la corte.
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Inicio de una acción que se frustra antes de llegar a su término.
• A los 21 años era armado caballero en una ceremonia especial.
El contenido de la educación del caballero desde el punto de vista intelectual era muy
pobre, no sabían leer ni escribir. En cambio cultivaban intensamente las destrezas físicas,
pero no se descuidaban de la formación espiritual que consistía en el aprendizaje de
oraciones, de la música, etc.
La Educación Universitaria
La pedagogía Medieval
• Causa Material: el aumento del caudal del saber humano a lo largo del siglo XII.
• Causa Formal: desarrollo del espíritu de corporación, con el fin de defender los intereses
comunes.
Estas causas, material y formal, se produjeron al mismo tiempo, fueron surgiendo las
distintas universidades, que también tenían una causa final: la atracción de las carreras
indispensables a la sociedad y en último término el servicio de Dios y de la Iglesia.
El Examen empieza a ser una pieza fundamental del sistema, ya que los maestros
necesitaban comprobar la suficiencia del alumno. En un principio la enseñanza
universitaria fue gratuita, pero esto no pudo durar mucho tiempo, pues aunque algunos
maestros disfrutaban beneficios eclesiásticos o pertenecían a órdenes religiosas, otros
muchos necesitaban vivir del fruto de su trabajo profesional. Por estos motivos, los
escolares tuvieron que pagar unos derechos que variaban según las facultades; pero,
a pesar de todo, la mayoría de los maestros siguió sumamente pobre.
Es curioso observar la variedad existente entre las universidades: en tanto que unas
abarcan la totalidad del saber, otras, como Bolonia ó Montpellier, se limitan a una
especialidad del mismo. París es una universidad de maestros y estudiantes, cuya
población escolar la forman en su mayoría muy jóvenes, y en cambio, Bolonia es una
Universidad de estudiantes casi todos ellos adultos. Es difícil encontrar otra institución
que conserve la unidad dentro de una variedad grande. Esto mismo demuestra hasta qué
punto fue la universidad un producto natural y espontáneo de la vida medieval, porque
solamente los seres vivos pueden adaptarse tan perfectamente a los diferentes medios sin
dejar de ser fieles a sí mismos.
Desarrollo de la educación
Las escuelas monacales, ubicadas en los monasterios, preparaban a niños y jóvenes para
la vida religiosa; constaba generalmente de dos escuelas, la escuela interior reservada a
los futuros monjes, y la escuela exterior para aquellos jóvenes que deseaban ser
sacerdotes. La vida cultural y el intercambio de conocimientos entre unas y otras escuelas,
contribuyeron a consolidar el mundo monacal, como un centro de expansión científica.
Las escuelas palatinas, creadas por Carlomagno estaban regentadas por eclesiásticos,
sus enseñanzas se impartían por clérigos, aunque sus alumnos no tenían que seguir
necesariamente la vida sacerdotal.
El plan de estudios variaba muy poco de unas escuelas a otras, si bien el curriculum
cambió en los diferentes periodos escolásticos, comprendían, la gramática, retórica y el
quadrívium, y hay otros que aparecen más tardíamente, como son la dialéctica y la lógica”.
En otro lado Alcuino (el cual era el encargado de administrar las escuelas de Carlomagno)
importante Teólogo y filósofo inglés impregna de un tono moral a la Filosofía
considerándola “conocimiento de las cosas divinas y humanas” y maestra de todas las
virtudes. El saber filosófico conduce al hombre hasta los prolegómenos (inicio de una
investigación o un análisis. Es el estudio preliminar, introductivo y simplificado) del saber
teológico, mediante la lectura de la Sagrada Biblia se conoce a Dios, porque por ella se ha
revelado a los hombres.
Para Alcuino, la sabiduría del hombre parte de su naturaleza humana, en la que de alguna
forma aquella está impresa por Dios, y culmina en el conocimiento de Él; la función
reservada al maestro es la de ayudar a que la sabiduría se desarrolle naturalmente y se
ordene hacia el Bien; ello es lo que justifica la intervención del educador: despertar y
orientar lo que está en germen en la naturaleza humana. Para él la concepción del saber
está íntimamente ligada a la educación para los valores de verdad, belleza, y bondad, que
se hallan en los bienes del mundo. Él proponía que el hombre está formado por alma
dotada de memoria, inteligencia y voluntad, y estas hacen que el ser humano se distinga
de los animales por el ejercicio de la razón y el uso de la libertad; por el cuerpo, dotado de
sentidos, el hombre percibe el mundo.
En el siglo XII las escuelas monacales han reducido su área se acción a los límites
estrictamente indispensables de formación de sus monjes: las escuelas catedralicias
alcanzan un nivel relevante que será decisivo para el nacimiento de las universidades.
Estas surgieron por ciertas causas que se podrían resumir en las siguientes:
Es una época marcada por el resurgir de una cultura que estaba perdida pero que
sobrevivió gracias a los escritos que se dejaron, y fue allí cuando comienza el
renacimiento, donde se quería volver a los antiguos valores de Grecia y Roma.
Esta época se caracterizo por ser una etapa que se interesó por la parte humana, donde el
centro era el hombre.
Pero la concepción del mundo era con fundamento judeo-cristiano que se adaptaba a una
búsqueda de la relación del hombre con Dios.
“El hombre está hecho a semejanza de Dios, y nosotros estamos aquí para servirle, y para
ser felices con él en el cielo, después de la muerte”