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NUEVAS TECNOLOGÍAS – EDUCACIÓN – EXCLUSIÓN e INCLUSIÓN

Las nuevas tecnologías inciden de manera significativa en todos los niveles


del mundo educativo. Las nuevas generaciones van asimilando de manera
natural esta nueva cultura que se va conformando y que para nosotros
conlleva muchas veces importantes esfuerzos de formación, de adaptación y
de ‘desaprender’ muchas cosas que ahora ‘se hacen de otra forma’ o que
simplemente ya no sirven. Para los más jóvenes el cambio y el aprendizaje
continuo para conocer las novedades que van surgiendo cada día es lo
normal.

Creo que para favorecer este proceso que se empieza a desarrollar desde
los entornos educativos informales (familia, amigos, cyber…), la escuela
debe integrar también la nueva cultura: alfabetización digital, fuente de
información, instrumento para realizar trabajos, material didáctico....
Obviamente la escuela debe acercar a los estudiantes la cultura de hoy.
Como también es importante que esté presente en los hogares y que los más
pequeños puedan acercarse y disfrutar con estas tecnologías de la mano de
sus padres.

Pero para esto (desde una mirada de la educación social) hay que realizar un
replanteamiento de la comunicación, que tenga en cuenta las otras
dimensiones, la social y la cultural. No podemos concebirla sin la implicación
social. Por eso hay que socializar las nuevas tecnologías, humanizar la
comunicación. Esto supone separar la comunicación del problema de la
productividad; entrar en el terreno de la comunicación como valor, no como
mercancía. En referencia a esto, E. Galdeano dice: "estamos ante un mundo
sin alma; no hay pueblos, sino mercados; ciudadanos, sino consumidores;
naciones, sino empresas; relaciones humanas, sino competencias
mercantiles".

Hoy en día, las TIC se dan en una situación de desigualdad (social,


territorial, género...) y pueden contribuir a acentuarla (o no): desigualdad de
acceso (económica, técnica) y de uso (cultural).

Se da la circunstancia de que la no disponibilidad de una máquina y una


conexión (Internet) suponen una barrera radical; pero si esa barrera se
supera, se abren enormes posibilidades, hacia una acción diversa y
potencialmente más igualitaria.

Como futuros educadores sociales, creo que debemos utilizar esta


herramienta en pos de la inclusión social – cultural. Por ejemplo, trabajar
con los colectivos sociales, trabajar en red, favoreciendo la integración:
entre temas, entre enfoques distintos, entre lo virtual y lo presencial,
entre personas y colectivos, entre generaciones, entre lo local y lo global,
entre lo formal y lo informal… que puedan publicar las ideas de un pequeño
colectivo en una página web...

En síntesis debemos incorporar las TIC para mejorar la intervención social.

Las TIC, como herramientas para la información y la comunicación,


representan importantes posibilidades para la conformación y el trabajo de
redes y movimientos; en un escenario social de exclusión: mujeres,
indígenas, jóvenes, comunidades en zonas rurales, sectores populares,
personas con necesidades especiales y otras tantas poblaciones vulnerables.

El uso continuo de la red para la búsqueda de información, las herramientas


informáticas para la gestión y el tratamiento de información, el intercambio
profesional y el correo electrónico son recursos que tenemos que utilizar y
familiarizarnos cada vez más. Se debe continuar explotando las
posibilidades de las nuevas tecnologías en el desarrollo de esta profesión.

Para terminar y a modo de reflexión, creo que como futuros educadores


sociales, tenemos que apropiarnos de estas herramientas y utilizarlas en pos
de una inclusión social legítima, que priorice y dinamice políticas para el
ejercicio efectivo del derecho a la comunicación, al conocimiento, al uso
democrático y equitativo de las TIC y la inclusión real de estas
herramientas y de los demás medios de comunicación en proyectos de
desarrollo social.

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