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A m la Justicia!

Llevo toda la semana obsesionado con la justicia. Las primaveras y los otoos me obsesiono y sta vez el tema ha sido la Justicia. La considero tan necesaria, tan imprescindible que su ausencia me duele, y ni la aspirina ni el ibuprofeno me hacen ya efecto. Me refiero a la Justicia universal, utpica, deseable, inalcanzable al parecer, pero irrenunciable. A la Justicia de derecho, razn, equidad, que est por delante y por encima de la ley, incluso por encima y por delante de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad para frenar sus desmanes en francs. A la que debera servir de base y cimientos a cualquier Estado, porque no hay derecho a que un Estado se autodenomine de Derecho siendo un Estado injusto y un Estado es injusto cuando no cumple sus propias leyes justas. A la Justicia atributiva, distributiva y expletiva que proporciona la riqueza y reparte la pobreza siempre entre los mismos y que permite que los ricos practiquen su impdico exhibicionismo por televisin haciendo ostentacin de sus casas y sus cosas. A la justicia de los jueces que permiten el secuestro de inocentes (no juzgados) durante aos y mantiene a los que han sido juzgados durante dcadas en crceles ilegales (porque estn ms lejos que lo que exige la ley). A la que juzga y perdona las corrupciones urbansticas. A la que cierra unos peridicos mientras permite que otros sigan mintiendo. A la de la polica, verde, azul o roja, que dice que no golpea, maltrata ni tortura. A la Justicia laboral y fiscal que obliga a pagar las consecuencias de las crisis a los que menos culpa y capacidad tienen. A la que impide y condena el aborto de los dems. En stas bamos ayer de fiesta por la Navarrera cuando me llam la atencin un peridico ardiendo en medio de Mercaderes. No pude evitar el acercarme para, con dificultades, ver de cul se trataba y al ver que era un diario (sic) de Navarra coment: Ah, pensaba que era otro. Inmediatamente una voz interior me hizo una observacin: O sea que si es un peridico te parece bien pero si fuera otro ya no? Con el corazn contrito hice un rpido examen de conciencia, confes mi pecado y declar un firme propsito de enmienda. Reconozco que mi reaccin no fue justa; comprensible, pero no justa. Intentar corregirme.

Javier Bilbao Elizondo

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