Está en la página 1de 2

“Runciman- Ramos Mexia- Niemeyer – Cao Saravia”

Por Alfredo Armando Aguirre

Por estos días de octubre de 2008,desde nuestro asentamiento en la Banda


Occidental del Río de La Plata, y casi con 62 años a cuestas, uno va mascullando,
este acontecer que simbólicamente, va marcando un punto de inflexión, con el
desbarajuste financiero de Wall Street.
Y como sucede, en momentos de conmoción, los espíritus inquietos empiezan a
centrar sus consideraciones y las opiniones consecuentes, en este traumático
presente. Y como ya decía Emerson”Tan sólo podemos ver fuera lo que tenemos
dentro”. Y cada uno de los que se arraigan a opinar, lo hacen como es lógico desde
sus respectivas cosmovisiones y con su pertinente arsenal de conocimientos.
Una vez mas se darán las posiciones de los “monetaristas” y los
estructuralcitas”.De los que dan mas énfasis a las “technicals”, que a los
“Fundamentals”. Y viceversa.
La lista de polos es extensa.
También está sujeto a debate si esta, es peor que la crisis del 30(que es lo mismo
que le crack del 29).
Y en este punto, y desde la posición geográfica –temporal arriba mencionada; uno
(en este caso el que escribe estas líneas), sabe que pronto asomará el tema del
Tratado Roca – Runciman, de la intervención del experto Otto Niemeyer en la
creación del Banco Central, y otras medidas que el gobierno seudo constitucional
de Agustín P. Justo adoptó para intentar dar alguna respuesta a la crisis del 30.
De análisis muy previos a todo este traumático presente, uno trae la impresión que
entonces la clase dirigente, que había retenido sus posiciones de poder real, no
obstante la irrupción de Irigoyen, al que habían conseguido derrocar en Septiembre
de 1930.Esa Clase dirigente (“el régimen”, que los estigmatizaría Don Hipólito),
no se había percatado, que con la Primera guerra Mundial, el imperio ingles había
comenzado a declinar. Insistían en seguir insertados en la División Internacional
de Trabajo, que tenia a la libra Esterlina como patrón.
Como respuesta, al estado de cosas, surgido luego de los Tratados de Versalles en
1918, se había extendido por le mundo la necesidad de que los gobiernos
intervengan en las actividades económicas, atento los desajustes de toda índole
que ocasionaban los funcionamientos de la economía de mercado, en la realidad
distorsionada por los comportamientos monopólicos. La postura mas extrema fue
obviamente la de la Rusia Soviética. En ese clima aflorarían el nacionalsocialismo
alemán, el fascismo italiano y algunos regimenes similares. Todo ese acontecer se
reflejaría en los países de la que entonces no se denominaban Latinoamérica.
Los mismos sectores dominantes en esos países, que habían amasado sus fortunas al
amparo de la "Pax británica”, dejaron de postular las bondades del mercado y del
librecambio pragmáticamente pasaron a defender sus intereses, mediante la creación
de agencias estatales que los protegiesen. “Entonces todos éramos socialistas”,
dice un autor de la época (Vilanova).
El desbarajuste generado en la época (que tanto nos hace acordar a lo que vamos
vivenciando por estas horas), llevo a reestructuraciones, para dar respuestas a un
sistema multilateral que había colapsado. Así la declinante Inglaterra, afianzó su
Commonwealth, a través de una convención que reforzara sus vínculos económicos
financieros con su sistema de colonias, que aun no se había desintegrado, si es
que alguna vez lo hizo).Ello se protocolizó a través de un Tratado suscripto en
Ottawa. Claro que como la Argentina, no era de derecho miembro del Comonwealth,
ello implicaba que se quedaba fuera de las presuntas ventajas de ese Tratado. Es
por eso que el presidente Justo, envió a su vicepresidente, hijo de Julio
Argentino Roca, a negociar un tratado con los Ingleses. Esto ha sido sumamente
amplificado por los pensadores del llamado “nacionalismo “argentino. Pero lo que
esa corriente no divulgó, es que en su pragmatismo Justo (que apuntaba en todas
las direcciones, ya que también iniciaba acciones copiadas del New Deal de
Roosvelt), enviaba a Ezequiel Ramos Mexía, a la Italia de Mussolini, también a
negociar un tratado Bilateral.
Ambas iniciativas (una muy conocida, otra casi desconocida), eran parte del
paquete de politicas destinadas a dar respuestas a la crisis. En ese contexto se
crearon las juntas Reguladoras. (De carnes, granos, vinos, yerba mate).Se Creo la
Corporación Argentina de Productores de Carnes). Y se comenzaron a generar
actitudes de intervención estatal en los servios públicos; que se acelerarían, en
otro contexto político, a partir de junio de 1943. Y se habría de crear el Banco
Central de la republica Argentina, para lo que se contrato un experto británico
Sir Otto Niemeyer, que tenía un discípulo que haría época: Raúl Prebisch. Esta
creación, era la herramienta con la que se pretendía encauzar los efectos en la
Argentina del desbarajuste del Wall Street de 1929.
En estos días se volverá a discutir si la historia se repite o no. Alguien
recordará la noción de “corsi e ricorsi” de Vico, amplificada por Croce. Claro que
ahora hay lugar para los conceptos del holismo, la teoría del caos, la no
linealidad.
Nos queda como trasfondo, que el amplio de comportamientos humanos es muy amplio,
pero no infinito. Y que hay invariantes en la condición humana.
Claro que por ahí deslizamos en apellido Cao Saravia.
Lo traemos a colación, por la noticia de la magnitud de dólares físicos que han
debido importar las casas de cambio, para satisfacer la demanda de los sectores
medios argentinos, que “creen” que e dólar es un refugio seguro, para sus activos
financieros.
Nos recordábamos cuando tres décadas atrás, se hablaba de la plata de los árabes
como una panacea a nuestro males. Ahora se vera hasta que medida es un mito, la
“plata de los argentinos en le exterior”. Y o agrego de los argentinos pudientes.
Y hasta que punto de ser cierta esa masa de dinero, una parte de ella estaría
retornando al país donde se generó.
Nos recordamos por estos días, eso que se decía, de la crisis del marco alemán de
1923, donde los billetes de esta moneda se usaban para empapelar paredes.
Y todo esto, que demuestra la vulnerabilidad del dinero (nada mas que una
convención que sirve de medida común de las transacciones), nos hace acordar de
César Cao Saravia. Cao Saravia era un empresario, con veleidades políticas, muy
cercano al peronismo, en sus épocas de proscripción. Fue muy duro con el plan de
Martínez de Hoz aplicado en el autodenominado “Proceso”. El lo denominaba
“rataplán”. Es decir un plan para ratas. Bueno Cao Saravia, decía que había que
“cambiar la plata”.
Creo que vale la pena por estos días, meditar tomando como referencia a los
apellidos que dan lugar a esta discusión, formulada muy a vuela pluma: Runciman,
Niemeyer, Ramos Mexía, Cao Saravia...”
Buenos Aires, en la mañana del Lunes, 20 de octubre de 2008

También podría gustarte