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Aniversario 11/07/2003

El 17 de julio y Tamuz
Hoy jueves 17 de julio, al mismo tiempo el día 17 del mes hebreo de Tamuz, es una fecha triste en el
calendario judío. El Talmud enumera cinco hechos luctuosos que, a lo largo de la historia, ocurrieron en esa
fecha:
1) En tiempos de Moisés, fue el día en que él bajó del monte Sinaí, y al ver a los hijos de Israel que adoraban
el becerro de oro, rompió furioso las Tablas de la Ley que llevaba para entregarles.
2) Una vez, en la época del Segundo Templo y estando Jerusalén sitiada por el enemigo, ese día no hubo
más ovejas para ofrendarlas sobre el altar -una por la mañana, otra por el atardecer- en el marco del sacrificio
diario que allí se ofrecía al Señor.
3) Enemigos que asediaban a Jerusalén lograron abrir la primera brecha en la muralla de la ciudad. En
tiempos del Primer Templo (año 586 A.C.) ello en realidad sucedió unos días antes -el 9 el Tamuz, que quedó
como día de ayuno- pero siglos después, en la época del Segundo Templo, ello ocurrió el 17 de Tamuz (del
año 70 D.C.). Desde entonces, los sabios del Talmud resolvieron reunir los dos ayunos en uno solo, el 17.
4) Apostomus quemó el rollo de la Torá. Un episodio del cual no se saben más detalles, aunque hay diversas
conjeturas.
5) Fue colocada la estatua de un ídolo en el Templo de Jerusalén. Igual como en el caso anterior, no se sabe
cómo, cuándo y por qué ocurrió este hecho.
El ayuno del 17 de Tamuz es un ayuno ``liviano´´, por así decirlo: sólo abarca las horas diurnas. Vale decir
que si uno madruga antes de la salida del sol, todavía puede comer su desayuno. Y como los otros ayunos
judíos, se extiende hasta después de la puesta del sol de ese día.
Con el 17 de Tamuz se inician tres semanas de luto. Ellas culminan el 9 de Ab, aniversario de la destrucción
del Templo de Jerusalén, de los dos: el primero tanto como el segundo, que igual como Iom Kipur, el Día del
Perdón, es día de ayuno completo, de más de 24 horas seguidas.
Lo primero que cabe notar en esta fecha de luto que evoca hoy el pueblo judío es la equiparación que se hace
aquí entre acontecimientos referentes al culto religioso - se acabaron las ovejas para el sacrificio, fue
colocado un ídolo en el Templo- y aquellos otros que atañen a la historia nacional: los enemigos lograron abrir
la primera brecha en la muralla de Jerusalén.
¡Qué diferencia con lo que sostienen hoy ciertos círculos ultrareligiosos de nuestro pueblo, que rehúsan
rememorar la muerte de las víctimas del Holocausto o de los caídos en las guerras de Israel junto con todo el
resto de los judíos! ¡Y ni que hablar ya de celebrar en sus sinagogas un evento festivo como lo es el Iom
Haatzmaut, el aniversario de la Independencia del nuevo Estado de Israel!
Acerca del nombre del mes de Tamuz, acotemos todavía que al igual de todos los otros que usamos en
nuestro calendario, es de origen babilonio. Pues allí, en el exilio de Babilonia -el Irak de hoy- fue donde el
pueblo judío estructuró su calendario tal como lo conocemos en la actualidad.
El profeta Ezequiel, que vivió parte de su vida en ese país de exilio, menciona en un pasaje de su libro a unas
mujeres que ``están sentadas y lamentan a Tamuz´´ (Ezequiel, Cap. 8 Vers. 14). Es la única vez que ese
nombre se menciona en toda la Biblia.
Porque cuando textos bíblicos posteriores a la destrucción del Primer Templo hablan del ayuno de este mes,
lo llaman ``el ayuno del cuarto mes´´, como podemos leerlo en Zacarías, Cap. 8 Vers. 19. ``Cuarto mes´´ (y
no: ``décimo´´), porque en esa época los meses del año judío todavía comenzaban a contarse a partir de
Nisán, el de la fiesta de Pesaj, tal como la Torá lo prescribe en Shemot/Exodo, Cap. 12 Vers. 2.
Por datos obtenidos de otras fuentes, se supone que Tamuz era una deidad babilónica que nacía con la
primavera y reinaba durante toda la época del florecimiento de la naturaleza. Pero al llegar el tiempo de la
cosecha, cuando recrudece el calor y las plantas comienzan a marchitarse, también el dios Tamuz hallaba su
muerte, y por eso mujeres plañideras lloraban su deceso. A ese culto babilónico se habría referido Ezequiel
cuando lo menciona en sus profecías.
Y en cuanto al uso de elementos foráneos en el calendario que usamos los judíos, recordemos lo que dijimos
al comienzo de la presente nota, que hoy el jueves 17 de julio coincide con el 17 de Tamuz.
``Jueves´´ es un nombre derivado del genitivo de Júpiter, padre de los dioses romanos, mientras que
``Tamuz´´ fue una divinidad babilónica.
¿Y quién fue Julio César, de quien proviene ese otro nombre que usamos para definir esta fecha de hoy?.
Por Heriberto Haber
Mundo Judío - 01/08/2003

El luto y ayuno del 9 de Av


Tres semanas exactas después del 17 de Tamuz - al cual le hemos dedicado nuestra nota del pasado 17 de
julio - llega en el calendario hebreo la fecha del 9 de Av, que cae hoy, jueves 7 de agosto de 2003.
Durante la guerra alrededor de Jerusalén entre los enemigos que la asediaban por afuera y los judíos que la
defendían desde adentro, el 17 de Tamuz se abrió la primera brecha en las murallas de la ciudad.
Y el 9 de Av, tres semanas más tarde, esa guerra acabó con las fuerzas de los defensores y llevó a la captura
de Jerusalén y a la destrucción de su Templo.
Dos veces ocurrió este triste episodio en la historia judía. La primera, en el año 586 a.C., cuando el enemigo
eran los babilonios encabezados por Nabucodonosor - el ``Nabuco´´ de la ópera de Verdi - y el Primer Templo
fue destruído ``en el quinto mes, el (día) siete del mes´´ según cuenta la Biblia en el segundo Libro de los
Reyes, Cap. 25 Vers. 8. Otro pasaje bíblico, Jeremías Cap. 52 Vers. 12, dice que ello sucedió ``en el quinto
mes, el (día) diez del mes´´. En ambos pasajes, al decir ``el quinto mes´´ se inicia la cuenta de los meses
hebreos en Nisán, el de la fiesta de Pesaj (según indica la Torá en Shemot-Exodo Cap. 12 Vers.2) y no en
Tishrei-Rosh Hashaná como lo solemos hacer en la actualidad.
La discrepancia en cuanto al día exacto del mes -el 7, según el libro de Reyes, y el 10, según Jeremías-
quedó dilucidada seis siglos y medio más tarde, cuando en el año 70 d.C. el Segundo Templo de Jerusalén
fue arrasado por Tito y sus legiones romanas el día 9 de Av. Desde entonces quedó esa fecha como día
unificado de recuerdo, y al mismo tiempo, como solución a la discrepancia ``7 o 10 de Av´´ en las fechas que
leemos con respecto al primero.
El 9 de Av -``Thishá beav´´ en hebreo- es un día de luto, y se lo expresa, antes que nada, mediante un ayuno
de sol a sol. Desde ayer, miércoles 6 de agosto, hasta hoy jueves 7, después de la puesta del mismo.
En las sinagogas, para la oración diaria, se quitan los adornos: la cortina que cubre el ``Arón Hacodesh´´ (el
arca donde están guardados los rollos de la Torá) y los ornatos de plata o de oro de esos rollos. Se agregan
plegarias de luto a las habituales, se leen los cinco capítulos de las Lamentaciones de Jeremías y se recita
todo con voz más bien baja y tono de luto.
Un error muy común que deriva del ayuno de Tishá beav es que, haciendo falsas analogías, mucha gente
cree que Iom Kipur, el Día del Perdón -este año, a comienzos de octubre próximo- también es día de luto,
debido a que ese día también ayunamos. Pero la mejor prueba de que no es así es que faltan en la sinagoga
estas otras señales propias del 9 de Av: ninguno de los adornos se quita de la Torá o del Arca Sagrada, y
hasta hay algunas comunidades que inician el Iom Kipur con la bendición de bienvenida a las fiestas
(``Shehejelánu´´).
Es que el ayuno de Iom Kipur -severo como el del 9 de Av, es cierto- no lleva carácter de luto, sino de
abstención de goces materiales, en aras de obtener el perdón divino.
Como antecedente bíblico de esta desgracia que habría de ocurrir muchos siglos después, nuestros sabios
señalan que en tiempos de Moisés, el 9 de Av fue el día en que el pueblo de Israel se amotinó contra este
dirigente y lloró sin causa fundada cuando escuchó el informe que Josué y los otros exploradores rindieron
acerca del país de Canaán que habían recorrido.
Hoy lloran en vano en este día 9 de Av -habría sentenciado el Creador contra ellos- y por eso, ya les daré Yo
en el futuro motivo para llorar en esta fecha con razón.
Y además, el Talmud también añade que el 9 de Av cayó Betar en manos de los romanos -la última fortaleza
que quedaba al cabo de la frustrada rebelión de Bar Kojba contra ellos, año 135 d.C.- y que ese mismo día,
como para poner punto final a la rebeldía de los judíos, los romanos ``araron´´ la ciudad de Jerusalén, es
decir, no dejaron en ella ni una sola casa en pie.
A todo ello cabe agregar que en tiempos muchos más recientes, en la España de Colón y de los Reyes
Católicos, el 9 de Av de 1492 vencía el plazo que Fernando e Isabel dieron a los judíos de su país para
decidirse entre adoptar la religión cristiana o abandonar los confines del reino español.
Como vemos, muchas desgracias juntas han ocurrido al pueblo judío en esta fecha a lo largo de siglos y
milenios. Y a pesar de que ha sido nuestra religión la que ha conservado el recuerdo de ellas,
acontecimientos como la caída de Jerulén una y otra vez o el arrasamiento de los últimos edificios que
quedaban en pie allí, o la caída de Betar y la expulsión de los judíos de España, son desgracias nacionales
que han sufrido nuestros antepasados.
Y como tales, conviene que en esta fecha evoquemos su recuerdo y que no caigan en el olvido. Con ayuno o
sin él, con las Lamentaciones de Jeremías que se recitan en la sinagoga o sin ir allá a decirlas especialmente.
Pero también sin ir ese día al teatro, al cine o a conciertos, y solamente con musica adecuada en la radio o en
la televisión.
Y no sólo como un recuerdo del pasado lejano, sino también como luz amarilla ante lo que, si nos
descuidamos, todavía podría ocurrir en el futuro.
Por Heriberto Haber
Primera Línea - 19/09/2003
Aurora cumple 40 años
El número 40 en la Biblia
Nuestro Tanaj, la Biblia hebrea, parece tener una predilección especial por el número 40 aplicado a espacios
de tiempo. En hebreo se lo llama ``arba´im´´, vale decir, el singular ``arba´´ (cuatro) más el sufijo ``im´´ con
que se forma el plural.
Ya en los primeros tiempos de la humanidad, cuando el Creador decide exterminarla mediante el diluvio
universal (del cual sólo se salvan Noé, su familia y los animales que llevan consigo en el arca) la lluvia dura
40 días con sus noches (Génesis, Cap. 7 Vers. 12 y 17). El resto del tiempo que tomó la inundación son los
días que el agua tardó en bajar a su nivel normal.
Luego, en la época inicial del pueblo de Israel, como castigo por su falta de confianza en la promesa divina,
los recién liberados de Egipto son condenados a pasar 40 años en el desierto, antes de llegar a la Tierra
Prometida (Números, Cap. 14 Vers. 33 y 34).
Un año por cada día de los 40 que Josué y su pequeño grupo habían recorrido la tierra de Canaán para
explorarla (Números, Cap. 13 Vers. 25).
Y para sobrevivir durante esa travesía cuarentañera, los hijos de Israel tuvieron que alimentarse del maná que
les cayó del cielo, también a lo largo de 40 años (Exodo, Cap. 16 Vers. 35).
Además, durante ese viaje por el desierto, Moisés subió al monte de Sinaí para recibir las Tablas de la Ley, y
su ausencia del campamento duró 40 días (Exodo, Cap. 24 Vers. 18).
Al cabo de ese lapso, después de que rompió el par de tablas que había recibido porque al bajar de la
montaña encontró al pueblo adorando un becerro de oro, la obtención del par de tablas de repuesto, por así
llamarlo, requirió otra vez de Moisés una nueva estadía de 40 días en el monte de Sinaí (Exodo, Cap. 34
Vers. 28).
Hasta aquí, algunos ejemplos tomados de la Torá o Pentateuco. Pero la presencia destacada del número 40
aplicado a la medida del tiempo, continúa también en los otros libros de la Biblia.
El libro de Josué menciona una ceremonia de circuncisiones en masa que se realizó bajo la conducción de
ese dirigente, porque el pueblo no la había practicado con quienes nacieron durante los 40 años de la travesía
del desierto (Josué, Cap. 5 Vers. 6).
Un poco después, en la época de los jueces, se repite de un modo casi monótono que después de que varios
de ellos obtuvieron importantes victorias militares contra los enemigos de Israel, el país halló reposo 40 años.
Así después del triunfo de Otniel (Jueces, Cap. 3 Vers. 11); del de Barac, apoyado por la profetisa Débora (Id.
Cap. 5 Vers. 31) y del de Gedeón (Id. Cap. 8 Vers. 28).
De Elí, un sacerdote y juez de Israel de aproximadamente esa época, también se cuenta que su actuación de
dirigente del pueblo duró 40 años (1 Samuel, Cap. 4 Vers. 18).
Y algún tiempo después, en la famosa batalla en que David vence a Goliat, este gigante filisteo sale de su
campamento para lanzar insultos y maldiciones contra el pueblo de Israel durante 40 días (Id. Cap. 17 Vers.
16), hasta que por fin cae vencido por la pedrada del joven pastor de Judea que le hace frente.
Y un período de sumisión de las tribus de Israel a los filisteos -como castigo por contravenir las leyes divinas-
también duró 40 años (Jueces, Cap. 13 Vers. 1).
En gran parte de estos y otros casos, más bien cabría entender el número 40 aplicado a períodos de tiempo
como ``un montón de días´´ o ``unos cuantos años´´, sin tomar el número 40 con demasiada exactitud.
En cambio, al hablar de los años que duraron los reinados de David y de su hijo Salomón, la mayoría de los
historiadores modernos ya tienden a tomar el número 40 más al pie de la letra.
David reinó 40 años (según 2 Samuel, Cap. 5 Vers. 4-5) y su hijo Salomón otro tanto (1 Reyes, Cap 11 Vers.
42). Porque después de un reinado de siete años sobre su tribu solamente, a partir del año 1000 a.C. -fecha
aproximada, pero fácil de recordar- David reinó otros 33 años sobre el pueblo de Israel reunido, de modo que
suman 40. Y a ellos siguen otros 40 de su hijo Salomón, así que entrambos ocuparon el trono en Jerusalén
durante gran parte del siglo X a.C.
En épocas posteriores y en tierras lejanas de Israel, el profeta Jonás, llegado a los suburbios de Nínive
después de su famoso viaje submarino, anuncia que esa ciudad será destruída dentro de 40 días, a menos de
que sus habitantes se arrepientan de sus pecados (Jonás, Cap. 3 Vers. 4). Y en esa misma tierra de
Mesoportamia, pero ya bajo la hegemonía de Babilonia, es Ezequiel quien anuncia 40 años de infortunio para
el reino de Egipto de esa época, a comienzos del siglo VI a.C. (Ezequiel Cap. 29 Vers. 11-13).
Hasta aquí, parte de los ``40 días´´ y ``40 años´´ que podemos encontrar en la Biblia como medidas de
tiempo.
Además, también figuran ejércitos de 40.000 hombres, o 40 codos de largo que medía un edificio del
santuario en Jerusalén, o la carga de 40 camellos que un rey vasallo traía de obsequio a otro rey que lo
venció, o 40 shekalim de plata (cada shékel, unos 15 gramos) que cada adulto debía pagar como impuesto.
Y ni que hablar de un número 40 bíblico, que la posterior tradición del Talmud redujo a 39 solamente: la
cantidad máxima de latigazos que se permite aplicar a quien fuese sentenciado por el juez a semejante
castigo. (Deuteronomio, Cap. 25 Vers. 3), una norma que hace siglos ya ha desaparecido del aparato judicial
judío.
Este rastreo del número 40 a lo largo de la Biblia está dedicado a nuestro semanario Aurora, en ocasión de
cumplir también él, sus primeros 40 años de existencia.
¡Feliz cumpleaños, Aurora!.
Por Heriberto Haber
Mundo Judío - 26/09/2003

El perdón de los judíos del Iom Kipur


Hay una escena del Iom Kipur, nuestro Día del Perdón, que no olvidaré nunca. Ya anochecía, y en una
sinagoga de Buenos Aires estaba por iniciarse la oración de la víspera de esa fecha, ``Kol Nidre´´.
El jazán, o cantor litúrgico, envuelto en su manto ritual, ya estaba en su sitio frente a la comunidad, y
probablemente buscaba en su escala musical el tono justo para iniciar ese texto arameo con la melodía
tradicional.
De pronto un señor de la primera fila alto, robusto y un poco gordito salió de su lugar, dio unos pasos hacia
otro señor, también de la primera fila, extendió la mano para saludarlo y le dijo en voz que se oyó claramente
en todo el recinto: ``Leshaná tová tikatev vetejatem´´ (``Para un buen año sea usted inscrito y sellado´´).
Los antecedentes de este saludo eran que tanto su autor como el destinatario eran miembros de la comisión
directiva de la sinagoga, lo que en muchas comunidades se llaman ``gabaim´´.
Y era secreto a voces que algunos meses antes, en una de las reuniones de esa comisión, ellos habían
tenido una diferencia de opiniones que derivó en un enojo personal entre los dos; ya no se hablaban, ni
siquiera se saludaban cuando se veían en las reuniones de la comisión y hasta procuraban establecer una
distancia lo más lejos posible el uno del otro, dentro del marco de la sinagoga y sus eventos.
Uno de estos ``gabaim´´, entonces, el más joven o quizás el que sentía arrepentimiento por lo sucedido. fue
quien momentos antes de iniciarse ``Kol Nidre´´ se adelantó ante toda la ``kehilá´´, la congregación reunida en
la sinagoga, para saludar en voz alta a su colega y ocasional adversario.
Y con este gesto, huelga decirlo, quedó cerrado el triste episodio entre los dos, la reconciliación fue pública y
se hizo cuando estaba por iniciarse el Día del Perdón destinado a tal fin.
En la antigüedad judía, los principales actos, rituales, sacrificios, plegarias y demás del Iom Kipur se llevaban
a cabo en el Templo de Jerusalén. El gran público, por así llamarlo, solamente participaba como espectador
pasivo - en ayunas, eso sí - de las actividades que allí ejecutaban los sacerdotes (``cohanim´´) y los levitas.
A estos ritos dedica la Mishná - la primera parte, la más antigua y núcleo del Talmud - siete de los ocho
capítulos del tratado ``Iomá´´, que hablan del Iom Kipur o Día del Perdón.
Solamente el último capítulo está dedicado a lo que tiene que hacer el resto de los judíos, el público en
general: las normas del ayuno, su duración, sus excepciones (niños, mujeres embarazadas, personas
enfermas o atacadas de bulimia) y los trabajos permitidos (salvar vidas en peligro).
Y en cuanto al perdón mismo entre D``s y los hombres, o de los hombres entre sí, leemos allí que ``los
pecados del hombre contra D´´s, Iom Kipur los perdona, pero los pecados entre un hombre y otro, el Día del
Perdón no los perdona, hasta que vaya a reconciliarse con su prójimo`` (Talmud, Mishná Iomá, Cap. 8 Mishná
9).
Desde hace casi dos mil años, los primeros siete capítulos del tratado ``Iomá´´ ya no rigen, puesto que no
tenemos más Templo de Jerusalén con sus sacrificios de animales. Se los estudia como recuerdo hietórico,
nada más. O regirán en el futuro para algunos que pretenden reconstruir en Jerusalén ese degolladero de
toros, ovejas, palomas, etc., que sería en Tercer Templo.
Pero para el gran resto del pueblo judío, lo que queda de las leyes de Iom Kipur son áquellas del último
capítulo del tratado ``Iomá´´; las que rigen el ayuno, sus excepciones y las normas del perdón de D``s con los
hombres y de los hombres entre sí.
Y a estas normas, precisamente, se sujetó ese episodio que evocamos de nuestra sinagoga de Buenoa Aires.
Una disputa y ulterior aversión personal surgida en la conducción de la comunidad y de la sinagoga, halló su
solución dentro de este mismo marco.
Por iniciativa de uno de los contendientes, que dio en público el paso simbólico destinado a reconciliarse con
su colega. Y que obtuvo, poe supuesto, la aprobación de todos los presentes.
Porque tal es, en realidad, la esencia del perdón entre los hombres, según la concepción judía.
Por un lado, no predicamos el perdón constante e incondicional, tal como lo hacen aquellos que de tanto
predicar perdón no dejaron de odiar, insultar, perseguir, torturar y asesinar durante dos milenios al pueblo
judío, acusándolo de haber crucificado al fundador de su religón.
Ni tampoco es la ``sulja´´ de algunos de nuestros vecinos aquí en Israel, que durante lustros y decenios
alientan la llama del rencor contra quienes los ofendieron o les hicieron daño, y donde el bisnieto está
obligado a ejecutar la venganza por lo que sufrió el bisabuelo.
Nosotros, los judíos, sostenemos que una vez al año, en Iom Kipur, se ponen las cartas sobre la mesa y hay
que reparar las ofensas, indemnizar los daños y buscar la reconciliación. Y desde ese día en adelante, borrón
y cuenta nueva.

***
Que Iom Kipur en Israel además se haya convertido para nuestros niños en la ``Fiesta de las bicicletas´´,
porque ese día generalmente no circulan autos por las calles de las ciudades judías y las vías quedan
expeditas para los jóvenes ciclistas... eso ya no figura en la Mishná ni en el resto del Talmud, pero es un
hecho.
Pero esa cuestión harina de otro costal, que ya no tratamos aquí.
En otro Iom Kipur, quizás.
Por Heriberto Haber
Parashá - 31/10/2003
PARASHAT HASHABUA
Círculos concéntricos (Lej lejá)
Junto con un nuevo capítulo del Génesis también comienza nuestra parashá de esta semana, cuando D``s le
ordena a Abraham -que por ese entonces sólo se llamaba Abram, sin la letra h intermedia- que abandone su
morada en Mesopotamia (hoy Irak) para ir al país que más adelante le indicará. ``Lej lejá´´ le dice la voz
divina, con las palabras que dan su nombre a nuestra parashá de hoy: ``vete´´ o ``ándate´´ (Bereshit-Génesis
Cap.12 Vers.1).
Y luego, en círculos concéntricos, viene la breve descripción de lo que el patriarca tiene que abandonar como
consecuencia de esta orden: ``me-artzejá´´ (de la raíz hebrea ``éretz), ``de tu país´´. Y en la palabra siguiente,
el círculo se cierra más: ``umimoladetejá´´, ``y de tu molédet´´. Hoy, en hebreo moderno, ``molédet´´ se
traduce como ``patria´´, y hasta hay en Israel un partido político que lleva ese nombre.
En el caso de Abraham, ``molédet´´ -de la raíz hebrea i-l-d, la misma de ``iéled´´ (niño), ``hulédet´´
(``nacimiento´´: ``iom huledet´´, ``día del nacimiento´´, léase ``cumpleaños´´) y de los verbos ``nacer´´ y
``parir´´- quizás habría que traducirlo como ``tierra natal´´, lo que el gaucho de las pampas llamaría ``tus
pagos´´.
Y finalmente, (ándate) ``mibeit avija´´, ``de la casa de tu padre´´: de tu familia más cercana. También esto
Abraham tiene que abandonarlo, por supuesto, con su traslado a otro país. Para imaginarnos hoy, miles de
años más tarde, la fuerza que esta ``casa de los padres´´ tenía en tiempos de Abraham, basta con mirar ese
fenómeno que nuestros vecinos árabes llaman ``jamula´´, y que tanta importancia tiene entre ellos hasta el
día de hoy. Reminiscencia viviente de lo que la ``casa del padre´´ o ``parentela´´ significaba otrora, en tiempos
de Abraham.
...
Hubo otro caso en que D``s volvió a hablarle a Abraham con este esquema de círculos concéntricos que van
estrechándose para apretar y doler cada vez más. Unidos otra vez a la orden de ``Lej lejá´´, ``vete, ándate´´.
Ello ocurre en la orden de ir a sacrificarlo a Isaac, que leeremos de la Torá en nuestra parashá del sábado
próximo.
Allí el Creador le dice: ``Toma a tu hijo, a tu único, el que amas, a Isaac, y vete (``lej lejá``) a la tierra de
Moriá, y ofréndalo allí en holocausto (sacrificio que se quema entero) sobre una de las montañas que te diré
(Bereshit-Génesis Cap.22 Vers.2).
``A tu hijo´´ -por ese entonces Abraham tenía dos: Ismael e Issac-, ``a tu único´´ va apretando más el círculo:
el que más tarde sería heredero universal del patriarca. ``Al que amas´´: un padre por lo general ama a todos
sus hijos, pero a veces tiene ciertas preferencias. ``A Isaac´´: ahí llegamos al centro del círculo; precisamente
ese, el hijo predilecto, Abraham va a tener que sacrificarlo por orden del Señor.
...
Hoy en día en nuestra vida diaria en Israel, acosados ya tres años seguidos por los ataques terroristas de los
vecinos palestinos, nuestros medios de prensa y las circunstancias en que ellos cumplen sus funciones,
obligan a aplicar otra vez con el público israelí este sistema de los círculos concéntricos.
``¡Pigúa´´, ``atentado!´´, nos alarma la primera información que recibimos. ¡Terroristas suicidas se
auto-reventaron en un ómnibus, en un restaurante, en un hotel, y hay víctimas humanas!
Luego la segunda noticia, ya un poco más precisa: ``Tantos y tantos muertos, y muchos heridos. Y después
sigue la tercera de los heridos: cuántos graves, cuántos de mediana gravedad y cuántos leves.
La incertidumbre y la angustia de parientes y amigos de posibles víctimas que a esa hora se hallaban en la
zona del atentado, aumentan cada vez más. Llamadas telefónicas a hospitales, visitas apresuradas en las
salas de primeros auxilios, averiguaciones en la morgue.
Y finalmente, acabado el proceso de identificación de los muertos, culmina el dolor con la triste lista de sus
nombres. Y el anuncio de quiénes serán sepultados hoy mismo, quiénes mañana y quiénes deberán esperar
para su último reposo hasta que lleguen los padres, hermanos, hijos u otros parientes desde el extranjero,
convocados de urgencia por el Consulado israelí en ese país.
Y quiénes, en cambio, podrán salvar sus vidas al precio de un ojo, de una pierna, de un brazo que les faltará
en el futuro... o de algunos rasguños superficiales solamente, que pronto acabarán de cicatrizar.
...
Este es el sistema de los círculos concéntricos en nuestra vida diaria en Israel hoy, a comienzos del año
hebreo 5764 y a fines del civil 2003.
En la Biblia estos círculos giraban alrededor de nuestro patriarca Abraham. Hasta hay quienes opinan que
solamente son recursos literarios que aplicó en su relato ese escriba que fijó el texto del libro de Bereshit o
Génesis en el pergamino.
Pero en nuestra vida actual, en cambio, estos círculos son trágico reflejo de la realidad en que vivimos.
Por Heriberto Haber
http://www.aurora-israel.co.il/imprimir.php?art_id=2294

Parashá - 07/11/2003
PARASHAT VAYERA ELAV
Abraham agasaja huéspedes
``Vayerá elav´´, ``y le apareció´´ el Eterno a Abraham; esas son las palabras iniciales del capítulo 18 del libro
Bereshit o Génesis, donde el primer vocablo también da su nombre a nuestra parashá de esta semana. La
aparición fue de origen divino, pero lo que el patriarca alcanzó a ver desde la entrada de su tienda fueron tres
hombres que venían caminando por el campo, en ese sitio de Elonei Mamré -cerca de Hebrón- donde
Abraham residía por ese entonces.
Y a lo largo de todo este capítulo 18 el texto los denomina ``anashim´´ -``hombres, personas´´ -hasta el
versículo 16, cuando se despiden de Abraham y prosiguen su camino. Solamente a comienzos del capítulo
siguiente leemos que ``los dos `malajim´ llegaron a Sodoma´´ (Bereshit-Génesis Cap.19 Vers.1), y allí muchos
traducen ese término hebreo ``malajim´´ como ``ángeles´´.
En hebreo bíblico, ``malajim´´ muchas veces son ``mensajeros´´, nada más. También en griego antiguo,
``ánguelos´´ -el origen del ``ángel´´ español - a veces denota eso: mensajero, embajador. Sólo en castellano
el ``ángel´´ adquirió carácter divino o celestial exclusivamente.
Y son dos -no tres- los que llegan a Sodoma, porque el tercero ya había cumplido su misión de anunciarles a
Abraham y a Sará el nacimiento de un futuro hijo de ambos -Isaac- y por eso, dicen nuestros sabios,
desapareció de la escena.

...

Resulta interesante el agasajo que Abraham prepara para sus tres huéspedes. Con la tradicional hospitalidad
de los beduinos en el desierto, los invita a comer un modesto ``pat léjem´´, un ``bocado de pan´´ (íd. Cap.18
Vers.5). De paso: este bocado hebreo ``pat´´ de miles de años atrás está vinculado con nuestra ``pita´´ de hoy
-vocablo de origen árabe- y posiblemente, en su viaje a través de los mares, también con la ``pizza´´ que
todos conocemos.
Pero en los hechos no es sólo pan lo que el patriarca preparará para agasajar a sus huéspedes. Moviliza a
todo el personal de la cocina -así lo definiríamos en nuestros términos modernos- y corre él mismo a elegir un
animal ``tierno y bueno´´ (Ver.7) para que ese personal, después de degollarlo, pueda ofrecer a los tres
huéspedes otros tantos suculentos bifes de ternera.
De ternera y no de cordero, un animal mucho más chico y más habitual en este país de la Biblia. Y en una
época en que todavía no había heladeras donde guardar para los días siguientes la carne que sobrara de
este agasajo.
Y junto con la carne y las tortas de pan que había horneado Sará, Abraham también colocó delante de sus
huéspedes ``jemá´´ y leche y el ternero que había preparado, ``y lo colocó ante ellos, y él quedó parado junto
a ellos bajo el árbol, y comieron´´ (Ver.8). ``Jemá´´ hoy le decimos a la ``manteca´´; en tiempos bíblicos quizás
fue una ``cuajada´´ o algún otro producto derivado de la leche.

...

¿Cómo? ¿Leche y carne juntas, en una comida servida por nuestro patriarca? ¿Y dónde quedan las leyes de
``cashrut´´, ésas que hoy día nos prohiben terminantemente tal combinación en nuestras comidas judías?
Lo dice el texto claramente (repetimos: en Bereshit-Génesis Cap.18 Vers.8). Todas las explicaciones que hoy
nos quieren dar los rabinos sobre este menú que infringe las reglas del ``casher´´, se estrellan ante la
precisión del relato bíblico.
Unos dirán: entre la comida láctea y la carne que le siguió medió un lapso prudencial, tal como lo indican las
normas del Talmud. Otros argumentarán que la combinación de carne y leche fue prohibida desde que
Moisés y el pueblo de Israel recibieron la Torá -el Pentateuco- en el monte de Sinaí. Pero antes de eso,
estaba permitida.
Y quizás también habrá quienes negarán el origen lácteo de la ``jemá´´ (¿margarina?) o del ``jalav´´ (¿leche
de coco?).
Lo que nadie se atreverá a poner en duda es la interpretación tradicional del versículo bíblico alrededor del
cual giran nuestras leyes dietéticas de ``casher´´ para carne y leche. ``No cocinarás un cabrito en la leche de
su madre´´, que figura tres veces en la Torá (en Shemot-Exodo Cap.23 Vers.19 y Cap.34 Vers.26, y en
Devarim-Deuteronomio Cap.14 Vers.21).
Por las derivaciones que se le dieron a este texto, no sólo queda prohibido el cabrito en la leche de su madre,

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sino también en la de cualquiera otra cabra. Y no sólo en leche de cabra, sino también de vaca. Y no sólo
queda prohibido un cabrito, sino también una cabra adulta. Y un chivo. Y no sólo ganado menor- cabras y
ovejas- sino también vacunos: vacas y bueyes. Toda carne queda prohibida con leche o sus derivados. Ni
cocer ni comer juntos, ni tampoco mezclarlos unos con otros. Cubiertos y platos aparte para comidas lácteas
y otro tanto para las de carne. Después de la comida, lavar esos platos y cubiertos en piletas separadas. Y
habrá quien agregue: en lo posible, también dos heladeras para guardar esos alimentos.
Tampoco las aves se salvan de la prohibición: gallinas, patos, gansos. Ninguno debe ser comido en
combinación con leche.
¿Por qué? ¡Si la madre de un pollito o de un patito no tiene leche y solamente pone huevos!
El detalle no importa. ¡Queda prohibido igual!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 14/11/2003
PARASHAT JAYEI SARA
La cueva de Macpelá
Aunque comienza con las palabras ``Vahihiú jayei Sará´´, ``Y fue la vida de Sará´´ (Berehshit-Génesis Cap.23
Vers.1) nuestra parashá de esta semana relata en su primera parte la muerte de Sará, a la edad de 127 años.
La matriarca falleció en Kiriat Arbá (``la ciudad de los cuatro´´) vecina a Hebrón, ``y Abraham vino para
guardar duelo por Sará, y para llorarla´´ (Vers.2)
Nuestros sabios prestan atención a este verbo ``y vino´´, y se preguntan: ``¿Dónde estaba Abraham, si no al
lado de su esposa?´´ Y algunos responden: ``Vino desde Beer Sheva´´. Notemos que estas dos localidades,
Hebrón y Beer Sheva, ya existían en tiempos de Abraham, hace quizás cuatro mil años.
Lo razonable, de todos modos, es que la anciana Sará quedó viviendo en un centro poblado, mientras que
Abraham, aunque anciano él, tuvo que ir con sus pastores y ovejas a buscar pastizales para éstas, en otros
sitios menos habitados. Es la vida nómade que todavía practican hasta el día de hoy algunos de los
habitantes de nuestro moderno Estado de Israel.

***

Y después del llanto, del luto y de las otras expresiones de dolor, se le presentó al patriarca un problema
práctico: ¿dónde sepultar a Sará?
Por ese entonces habitaban en Hebrón los hititas, un pueblo que más adelante en la Biblia todavía tendría
muchos contactos más con la historia de nuestros antepasados. A ellos se dirigió Abraham con la intención de
obtener una tumba para su esposa, pagando por el terreno el precio que se le pidiera.
Parece que Abraham ya había elegido para sus adentros un sitio determinado: la cueva de Macpelá -en
hebreo, ``Majpelá´´- que pertenecía a un poblador hitita llamado Efrón.
El texto bíblico nos pinta con lujo de detalles las tratativas que hubo entre el patriarca y los hititas antes de
llegar al punto culminante: la venta de la cueva y del campo circundante. Primero Abraham les presenta la
emergencia: la necesidad que tiene de una tumba, para enterrar a su esposa recién fallecida. Y los hititas le
responden amablemente: ``Puedes sepultarla en la tumba familiar de cualquiera de nosotros, nadie te va a
rehusar esa posibilidad´´.
Pero también hay quienes ven en esa oferta una velada negativa: ``Sará puede hallar reposo en la tumba que
elijas, pero no estamos dispuestos a venderte tierra alguna, que después te dé derecho de seguir viviendo
aquí.

***

Mediante palabras corteses y gestos de amabilidad, Abraham insiste en su pedido: si realmente desean
ayudarme a sepultarla a Sará -dice- les ruego que intercedan por mí ante Efrón ben Tzójar, el dueño de ese
campo en cuyos extremos está ubicada la cueva de Macpelá, para que me la venda por todo lo que vale, en
todo su precio, como diríamos hoy.
Al escuchar su nombre mencionado por boca del patriarca, Efrón se adelanta ante el grupo de personas
reunido allí, en la puerta de la ciudad (Vers.10) y ofrece también él: ``Señor mío, toma el campo y la cueva, te
los doy ahora mismo, y son testigos de ello todos mis conciudadanos reunidos aquí. ¡Ve y entierra a tu
muerto!´´
Pero Abraham no quiere aceptar regalos. Lo que hoy se recibe gratis, mañana quizás haya que devolverlo. Y
por eso insiste en que Efrón cotice el valor del campo y de la cueva, y el precio que se le fije, Abraham lo
pagará ahí mismo.
Efrón le responde con diplomacia: ``¡Pero qué vamos a andar discutiendo por un terreno de 400 shékels de
plata! ¡Lo importante es que sepultes cuanto antes a tu muerto!´´

***

Y llegados así al quid de la cuestión -el precio: 400- el resto ya transcurre de acuerdo a las normas jurídicas
de aquellos días. Hoy diríamos: pago, firma de la escritura y toma de posesión.
Abraham ``le pesó a Efrón la plata que había dicho´´ (Ver.16), es decir, tomó piezas de ese metal, las pesó
hasta sumar un peso de 400 shékels, y las entregó allí a Efrón.
Calculando a cada shékel como un poco más de siete gramos (de acuerdo con el moderno diccionario hebreo

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de Even Shoshán), Abraham pagó por ``el campo y la cueva que hay en él, y todos los árboles que hay en el
campo´´ (Vers.17) algo menos que tres kilogramos de plata.
Y una acotación final, todavía: ``shékel´´ -tanto en tiempos de Abraham como hoy en el Estado de Israel-
proviene de una raíz SH-K-L, del verbo ``pesar´´.
Para el patriarca y los hititas era una medida de peso, como hoy el gramo o el kilogramo. Hoy en Israel, en
cambio, es una unidad de moneda.
Que nos hace recordar lo siguiente: ¿de dónde proviene, en esencia, el nombre del ``peso´´ que se usa hoy
como dinero en la Argentina y en otros países de habla hispana?.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 21/11/2003
PARASHAT TOLEDOT
Esaú y Jacob
Nuestra parashá de esta semana lleva el nombre de `` Toledot´´ porque comienza con las palabras hebreas
``Ve-ele toledot Ytzjak ben Abraham´´, ``Y esta es la historia de Isaac, el hijo de Abraham´´ (Bereshit-Génesis
Cap.25 Vers.19). ``Toledot´´, plural de ``toladá´´, es una palabra de diversas significaciones. Se origina de la
raíz I-L-D que ya vimos en una nota anterior, y que expresa idea de ``nacer´´, ``parir´´, ``engendrar´´, según
cómo se la use.
Aquí, en ``Toledot´´, se le antepuso como prefijo la letra T, y la I inicial se convirtió en una vocal O. Podría
denotar también las ``generaciones´´ de Isaac: la que le precedió -su padre Abraham- y la que le siguió: los
dos hijos mellizos, Esaú y Jacob, cuyo nacimiento se narrará poco más adelante.
``Toladá´´ también puede ser la ``consecuencia´´ de algo -un hecho que ``nace´´ de otro anterior- y en plural,
tal como lo tradujimos en este caso, ``Toledot´´ puede desempeñarse como palabra bíblica para lo que hoy
conocemos con el vocablo de origen griego ``historia´´.
Los acontecimientos fueron ``generándose´´ uno tras otro. Y finalmente también hay quienes opinan que de
este nombre ``Toledot´´, con elisión (desgaste por el uso) de la T final, proviene el nombre de la ciudad
española de Toledo.

...

De los dos hijos de Isaac -Esaú y Jacob- el relato bíblico sólo nos explica el origen del nombre de éste último.
Jacob, el segundo mellizo, salió del vientre de su madre Rebeca tan inmediatamente después de Esaú, que
``su mano aferraba el talón de Esaú´´ (Vers.26). Este ``talón´´ en hebreo se llama ``akev´´, y ahí tenemos el
origen del nombre Jacob, en hebreo ``Ya´akov´´.
Pero más adelante el sustantivo ``akev´´ también produjo un verbo, ``akov´´, ``ir por las huellas (o ``talones´´)
de alguien``, es decir, seguirlo. Ya sea en lo físico -por la ruta, por el camino- o en lo intelectual: estudiar sus
acciones, procurar imitarlas. Hoy día a veces la Policía hace ``ma´akav´´ -con el agregado del prefijo M:
``seguimiento´´- en pos de un sospechoso: vigila sus pasos, ausculta sus conversaciones telefónicas, procura
captar los mensajes electrónicos que envía..
Y también en español decimos: ``le pisa los talones´´.

...

Y hay otro uso más, bastante trágico, del verbo ``akov´´. Aflora en nuestra parashá de hoy más adelante,
cuando los mellizos que nacieron en los versículos iniciales de la misma ya son personas adultas, y muy
diferentes en su modo de ser. Esaú es el preferido de Isaac porque salía al campo, era cazador y le traía al
padre para comer de la carne que cazaba. Alimento decididamente no casher, según las normas que rigen
hoy en el judaísmo.
Jacob, en cambio, era un hombre ``casero´´ (aunque era una casa desmontable, una ``tienda´´ o ``carpa´´
como los nómades). Por eso la madre Rebeca lo amaba más a él.
La Torá nos cuenta todo esto sin ambages en los versículos 27 y 28 del capítulo que estamos viendo.
Sigue luego el famoso episodio en que Esaú vende a Jacob su primogenitura por un potaje de lentejas, y más
adelante, como consecuencia (¡``toladá´´!) de esta venta, el triste drama del capítulo 27 entero, donde Jacob
``se disfraza´´ de Esaú, por así decirlo, y obtiene del anciano padre Isaac -que ya no andaba muy bien de la
vista- la bendición que éste tenía reservada para Esaú.
En este episodio aparece el conocido pasaje de que ``la voz es la voz de Jacob, y las manos son manos de
Esaú´´ (Bereshit-Génesis Cap.27 Vers.22), dilema que expresa el ciego padre cuando los sentidos del oído y
del trato le dan informaciones contradictorias de la identidad de este hijo que se postula a ser bendecido.
...

Poco después, cuando Esaú regresa al hogar y descubre que Jacob le birló la bendición del padre, este
mellizo cazador usa el verbo de raíz A -K-V en un nuevo sentido, y lo aplica con desprecio y odio a su
hermano: ``¡No de balde lo llaman Ya´akov (Jacob), pues ya me engañó dos veces! ¡Primero me quitó la
primogenitura, y ahora también me birló la bendición de mi padre! (Según el Vers.36).
Acá el verbo A-K-V recibe también significación de ``engañar, defraudar´´. ``Ya´akov´´ es también inflexión de

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futuro, tercera persona singular de ese verbo y como tal significa literalmente ``(él) engañará´´, Esaú apunta,
con respecto a su hermano, a lo que mucho más tarde los romanos definirían como ``nomen est omen´´: el
nombre ya da la pauta de lo que es esa persona.
Sólo que Esaú no hablaba latín.
Por Heriberto Haber

14/01/2008 09:09 p.m.


Parashá - 28/11/2003
PARASHAT VAYETZE
Jacob: veinte años en Harán
Como consecuencia del odio que Esaú sentía contra su hermano mellizo Jacob que le había birlado la
bendición paterna -tal como lo vimos aquí la semana pasada- llegamos a la palabra inicial que da su nombre
a nuestra parashá de hoy: ``Vayetzé´´, ``y salió´´ (Bereshit-Génesis Cap.28 Vers.10). ¿Quién salió? Jacob.
¿De dónde salió? De Beer Sheva. ¿Y por qué salió? Porque Rebeca, la madre, sintió flotar en el ambiente las
ansias de venganza de Esaú, que quería matarlo a Jacob.
Por eso, todavía a fines de la parashá pasada ella había convencido al anciano Isaac de que sería bueno
para Jacob un viajecito a Harán -al norte, en la Mesopotamia- donde vivía parte de la familia de ellos, desde
los tiempos de Abraham. Allí Isaac podría elegirse una esposa y casarse. Y además -esto Rebeca no lo dijo,
por supuesto- allí Jacob también estaría más seguro, lejos del rencor de Esaú.

...

Llegado a destino, Jacob se dirige al pozo del cual los habitantes de Harán se proveían de agua. El pozo de
agua, en aquellos tiempos, era un lugar de reunión obligado para la gente del pueblo. Todavía no había agua
corriente en las casas.
Junto a ese pozo Jacob la conoció a Raquel -en hebreo Rajel, que como sustantivo común significa ``oveja´´-,
esa pastora con la que después se casaría. Y en la Biblia conocemos otros episodios de forasteros que llegan
a tierras extrañas, se acercan al pozo del poblado para reponer líquidos, charlan un poco con la gente del
lugar y a veces también encuentran allí a sus futuras esposas. Eliezer, el criado de Abraham enviado en
búsqueda de una esposa para Isaac, halló de este modo a Rebeca, la madre de Jacob. Otro ejemplo es
Moisés, cuando huyó de Egipto y llegó a Midián.
Pero a diferencia de Eliezer, que arribó con diez camellos cargados de riquezas con que obsequiar a la futura
novia y a sus familiares, Jacob ahora llegaba a Harán con las manos vacías. Manos bien musculosas, es
cierto, porque él solito logró apartar la piedra que tapaba el pozo, tarea que por lo general requería la acción
conjunta de varios pares de manos a la vez.
Cuando Jacob charlaba con la gente del lugar, llegó al pozo también Raquel, junto con las ovejas de su padre
Labán. Este Labán -en hebreo ``Laván´´, que significa ``blanco´´- era hermano de Rebeca, y por ende, tío de
Jacob. Y esa pastora, Raquel, entonces, era su prima.
El feliz encuentro inyectó espinaca en los bíceps de Jacob, y así alcanzó a apartar él solo la piedra que cubría
el pozo, en un alarde de fuerzas destinado sin duda también a impresionar a esa joven y hermosa pastora.

...

Jacob se había enamorado de Raquel, en un amor a primera vista. Pero de allí hasta casarse con ella, el
camino todavía era muy largo. Había que pagar por la novia con regalos de oro y plata, tal como lo había
hecho en su momento ese Eliezer enviado por Abraham. Pero... ¿con qué habría de pagar Jacob, que había
llegado a Harán sin nada?
``Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor´´ (Cap.29. Vers.18), le propone Jacob a Labán: trabajaré
siete años como pastor en tus rebaños y con eso pagaré por ella. Prestemos atención: ``por Raquel, tu hija
menor´´ especifica Jacob. Porque Labán también tenía otra hija, mayor, que se llamaba Lea, y que no era tan
hermosa ni atractiva como Raquel. Y Labán accedió a la propuesta ( Ver.19).
Pero esto no fue óbice para que al cabo de los siete años, cuando llegó la fecha del casamiento y la fiesta que
organizó Labán para celebrarlo, Labán le entregara a Jacob para llevarla al lecho nupcial, bien envuelta en
espesos velos de novia, a su hija mayor, Lea, en vez de la estipulada en el trato. El engaño se descubrió a la
mañana siguiente, cuando otra vez alumbró el sol.
Airados reclamos de Jacob ante su suegro. A sottovoce, algunos comentaristas señalan: es el castigo por lo
que Jacob hizo con su padre, cuando se le presentó disfrazado de Esaú y obtuvo la bendición destinada a
éste.
La solución que acordaron Labán y Jacob fue la siguiente: el cabo de una semana Jacob obtendría por
esposa también a Raquel, al precio de otros siete años de servicio como pastor en los rebaños de Labán.

...

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Transcurrieron esos nuevos siete años y Jacob, ya padre de una numerosa familia, quiere regresar a su país.
Pero Labán no quiere perder los servicios de este experto en pastoreo.
-``Y ahora, ¿cuándo haré también yo para mi casa?´´ (Vers.30) - le dice Jacob, entre pregunta y reproche.
Fija tú mismo, Jacob, el salario que pretendes, responde Labán.
Y allí se establece un trato que hasta el día de hoy intriga a los expertos en genética ovina y caprina. Para
Jacob serían todos los corderos y cabritos que, desde ahí en adelante, nacieran con manchas o puntos de
colores en la piel. Para que no resultaran muchos, ese mismo día Labán apartó de los rebaños a todos los
machos que presentaban esas características, y los mandó a pastorear lejos de los animales que quedaban a
cargo de Jacob. Pero con ciertos recursos que aplicó en la época del celo de los rebaños, Jacob logró
obtener, con todo, numerosos animales para sí.

...

Así pasaron seis años más. Jacob ya llevaba veinte años en Harán. Labán vio crecer los rebaños de su
sobrino y yerno, en desmedro de los suyos propios. Las tensiones entre los dos subieron.
En resumen: maduraron las condiciones para un nuevo ``vayetzé´´, ``y salió´´: que Jacob saliera de Harán
para volver al sur, a la tierra de su padre Isaac.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 05/12/2003
PARASHAT VAYISHLAJ
Jacob y Esaú: la reconciliación
Como paso previo para el regreso a su tierra natal, al cabo de los veinte años que vivió en Harán, Jacob
procuró llegar a una reconciliación con su hermano mellizo Esaú que habitaba en Edom, una región al sur del
que hoy llamamos Mar Muerto. Con ese motivo ``vayishlaj Yaakov malajim´´, ``envió Jacob mensajeros´´ a su
hermano (Bereshit-Génesis Cap.32 Vers.4). La primera palabra ``vayishlaj´´, ``y envió´´, es la que da su
nombre a nuestra parashá de hoy.

Su raíz SH-L-J es la misma del vocablo ``shalíaj´´ que muchos lectores conocen como ``enviado,
representante´´ de alguna institución israelí que cumple funciones entre los judíos de la diáspora. Acerca del
doble uso de ``malajim´´ -el singular es ``malaj´´- como ``mensajeros´´ o ``ángeles´´, ya hemos hablado en
una nota anterior.

...
¿Y qué respuesta traen los mensajeros enviados por Jacob? Esaú -le cuentan- viene a tu encuentro con una
escolta de 400 hombres. Un ejército entero -calcula Jacob-¿y qué pasar0 si viene en son de guerra, para
vengarse por ese episodio de la bendición de Isaac que obtuve para mí?
Jacob decide tomar medidas preventivas. Divide a su campamento en dos, ``la gente, el ganado menor
(ovejas y cabras), el ganado vacuno y los camellos (Ver.8). Si Esaú ataca a uno de los grupos, por lo menos
el otro podrá salvarse.
Además Jacob también eleva una plegaria al D´´s de sus padres, Abraham e Isaac. Le agradece todo lo que
recibió de El, ``pues con mi bastón he cruzado este Jordán, y ahora llegué a ser dos campamentos´´ (Ver.11).
E implora Su ayuda en esa situación de peligro en que está.
Pero además ``ayúdate y D´´s te ayudará´´, como dice el refrán: Jacob también envía a su hermano un
valioso obsequio de expiación. ``Kapará´´ como le diríamos hoy, de la misma raíz K-P-R que (Iom) Kipur, el
(día del) perdón. Doscientas cabras y veinte chivos, doscientas ovejas y veinte carneros. Zoólogos nos dirán
si es correcta esta proporción de diez hembras por cada macho para el futuro crecimiento del rebaño. Jacob,
con sus veinte años de experiencia en el ganado de Labán, por lo visto creyó que lo era. Y además también le
envió muchos camellos, vacunos y asnos como complemento del obsequio.

...

A cargo de cada rebaño iban los pastores necesarios. Y llevaban instrucciones bien precisas de Jacob: que
cada grupo vaya por separado, con amplios espacios intermedios entre uno y otro. Y al toparse con Esaú, que
cada pastor le diga: ``Este rebaño que conduzco es obsequio de reconciliación que nuestro amo Jacob envía
para tí. Y él mismo también viene detrás de nosotros´´.
En resumen: los valioso obsequios, más las palabras de los pastores de Jacob, más las del patriarca mismo
cuando se encuentra personalmente con Esaú y se prosterna siete veces ante él, esto surte el efecto
esperado. La reconciliación de los dos hermanos queda sellada con un abrazo y un fraternal beso de los dos
mellizos, tal como podemos leerlo a comienzos del Cap. 34.

...

Observemos que en la ulterior historia de los descendientes de Jacob -o Israel, el patriarca también recibe
este nombre en nuestra parashá de hoy, al cabo de una lucha nocturna con un ángel- en esa historia,
entonces, muchas veces se repitió la situación que aquí nos pinta Jacob.
Llegados con las manos vacías a un nuevo país -``pues con mi bastón (¡y nada más!) he cruzado este
Jordán´´- según lo definió el patriarca en su plegaria mencionada más arriba- ``y ahora llegué a ser dos
campamentos´´. Y de una envergadura tal -agreguemos- que alcanzó para enviar a Esaú centernares de
animales como obsequio.
La bendición divina amparó a Jacob, es cierto. Amparó esos veinte años de trabajo en lo del suegro Labán.
Las ovejas y cabras se multiplicaron no porque crecían de noche en los árboles, sino porque el pastor Jacob
se esmeraba en su cría, ayudaba en los partos, espantaba a los lobos, buscaba los mejores pastizales. En
resumen, aplicaba en su trabajo todos los conocimientos que había adquirido en la materia.

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...
Quizás es éste el principal motivo del odio (``antisemitismo´´) y de la envidia que nos tienen allá, y que hace
pocas semanas quedó tan claramente registrado en una encuesta llevada a cabo en Europa.
El conflicto de Israel con los palestinos es solamente un pretexto. Si no fuese la lucha con ellos, quizás sería
porque no cuidamos lo suficiente la pureza ecológica de las aguas del Jordán, río sagrado para millones de
creyentes en el mundo. O cualquier otra excusa por el estilo.
``Con un bastón´´ solamente, fugitivos de la Inquisición, de Kishinev, de los nazis, de Auschwitz y de Treblinka
hemos llegado de regreso a este país, ``¡y miren lo que hemos alcanzado a construir en él!´´
¿El mundo nos puede perdonar esto?
Por Heriberto Haber

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Mundo Judío - 12/12/2003

Las mutaciones de Januca


La importancia que tuvo la fiesta de Januca -que comenzará mañana viernes por la noches, junto con el
Shabat- queda patente por el hecho de que nuestros sabios le adjudicaron ocho días de celebración, nada
menos. Más que ningua otra fiesta del calendario judío. Más que Sucot -siete días, según la Torá- donde la
fiesta del octavo día, Sheminí Atzéret, consiste en una celebración aparte, si bien adyacente a Sucot. Y donde
el noveno día, Simjat Torá, sigue solamente en la diáspora, pero no en Israel.
En su momento -la revolución de los macabeos estalló en el 167 a.C. y llevó a la independencia de Judea
algunos años después- Januca, la ``inauguración (del Templo)´´ fue eso: la fiesta de la independencia
recuperada para el país. Por eso se la celebró ocho días.
Solamente hechos posteriores obligaron a modificarla. No su duración, que ya quedó arraigada en el pueblo
judío, pero sí su motivación. Porque cuando los judíos volvieron a perder su independencia, arrollados por la
bota romana, ésta no permitía la celebración de fiestas de independencia de los pueblos conquistados.
Y entonces el motivo de la celebración pasó a ser el ``milagro´´ del jarrito del aceite, elaborado especialmente
para el candelabro que iluminaba el Templo: en vez de una sola, alcanzó a arder ocho noches seguidas. Buen
disfraz para una fiesta de independencia.
***
También hubo en aquellos tiempos cronistas que registraron detalladamente los sucesivos combates de Judá
Macabeo y sus hermanos con los cuales obtuvieron primero la recuperación del Templo de Jerusalén, luego
destruyeron los ídolos emplazados allí, y después de purificarlo a fondo celebraron su ``Januca´´, esa
inauguración que en realidad fue re-inauguración de un edificio que ya existía desde antes. Todo esto quedó
registrado en unos libros llamados ``de los Macabeos´´ que se escribieron por ese entonces.
Pero en el siglo II de la era cristiana, cuando los sabios judíos recopilaron y decantaron los textos de nuestro
Tanaj (la Biblia judía), ellos decidieron dejar afuera del conjunto a los cuatro ``Libros de los Macabeos´´,
abandonados a su suerte y condenados a desaparecer con el correr del tiempo.
Si no ocurrió así, ello se debe a la traducción al griego -la Septuaginta- que por aquella época realizaron los
judíos de Alejandría, en Egipto.
Más tarde esa traducción fue aceptada por la Biblia cristiana, y de este modo se salvaron para la posteridad
los Libros de los Macabeos y varias obras literarias más de autores judíos.
Y ya que hemos mencionado el cristianismo, tomemos nota que desde el día 25 de diciembre hasta el 1ú de
enero, ambos incluídos, también media un plazo de ocho días.
Y que la Navidad también se celebra con muchas luces, tantas que en vez de llenar un candelabro colman un
arbolito entero. ¿Una reminiscencia judía que quedó en la nueva religión que surgía por ese entonces?
***
Y para acompañar el encendido de las luces de Januca, nuestros sabios recurrieron al mismo texto que
usamos cuando se prenden las velas de otras vísperas de fiestas religiosas judías: el Shabat, las tres fiestas
de peregrinaje (Sucot, Pesaj y Shavuot) y las Altas Fiestas (Rosh Hashaná, Iom Kipur). Allí se bendice al
Creador que ``nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó prender´´ las luces de tal o cual festividad.
La bendición suele decirla en el hogar la madre de la familia, poco antes de llegar la hora de iniciación de la
fiesta.
Sólo que en el caso de las luces de Januca, el encendido pasa a ejecutarlo el padre. Y una anomalía que es
más grave todavía: a diferencia de las otras fiestas, perscritas en tales o cuales versículos de la Torá (o
Pentateuco), Januca no figura en ningún texto bíblico del cual pueda decirse que en él el Señor ``nos ordenó´´
prender las luces de Januca.
Muy por lo contrario: los únicos escritos que hablan de Januca -los Libros de los Macabeos- ya vimos que
fueron rechazados por la tradición judía. Y si sobrevivieron a pesar de esto, se lo debemos a la intervención
de otros.
***
En nuestros tiempos, después de la proclamación del Estado de Israel en 1948, Januca va recuperando poco
a poco su carácter de fiesta de la independencia, perdida del todo en el 70 d.C., cuando fue destruído el
Segundo Templo de Jerusalén: ese que los hermanos macabeos re-inauguraron después de la revolución. Ni
siquiera un siglo duró la independencia judía en aquellos tiempos, pero los ocho días de celebración, sabios y
rabinos y nadie pudo acallarlos, y entonces optaron por darles otro carácter.
Hoy día, cuando la renovada independencia del moderno Estado de Israel ya lleva más de medio siglo,
también sería hora de que iluminados por esas ocho luces de Januca, nuestros sabios y rabinos del presente
``descubran´´ que estamos viviendo otra vez en un Estado judío independiente, y no en la diáspora.
Y muchas normas de nuestra religión deberían adaptarse a esta época, aunque ello todavía no figura en

14/01/2008 09:26 p.m.


nuestros de los escritos sagrados.
El encendido de las luces de nuestra fiesta de mañana tampoco figura allí, y a pesar de eso los sabios de
otrora nos enseñaron a decir que el Creador ``nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó´´ prender las
luces de Januca, aunque previamente ellos habían rechazado de plano los libros que relatan esta historia.
Supieron adaptarse al nuevo mundo en que estaban viviendo.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 12/12/2003
PARASHAT VAYESHEV
Soñar puede costar caro
Nuestra parashá de esta semana se llama ``Vayéshev´´ porque esa es su palabra inicial (Bereshit-Génesis
Cap.37 Vers.1). Viene de la raíz I-SH-V, ``estar sentado´´ (en una silla) o ``asentado´´ (en un lugar), de modo
que aquí puede traducirse este verbo como ``residir, habitar´´. Después de tantas andanzas por el extranjero,
por fin ``habitó Jacob en la tierra en que residía su padre, en el país de Canaán´´ (Id.).
Y ahora nuesvos personajes ocuparán la escena del relato bíblico. El primero de ellos es José -en hebreo,
Yosef- que por ser hijo de Raquel, la esposa preferida de Jacob, y también ``hijo de la vejez´´ (Ver.3) del
patriarca, era su preferido por ese entonces.
Lo que perturbaba la paz familiar era que esa preferencia paterna también tuvo abundantes expresiones en la
vida diaria, y ellas fueron acumulando contra José muchos sentimientos de envidia -y su consecuencia, odio-
en los corazones de los hermanos.
Jacob vistió a José con una ``túnica de franjas´´ (Ver.3). No importa el detalle, de qué colores eran esas
franjas o qué forma tenían; la Torá tampoco lo cuenta. Lo importante es que esa vestimenta del muchacho de
diecisiete años era diferente de la de sus hermanos, y lo destacaba como hijo predilecto. Con eso sólo ya
bastaba para odiar a ambos: a la prenda y a su portador.
***
Y después se añadieron a esto los sueños que tuvo José. En el primero de ellos, él y sus hermanos estaban
recogiendo la cosecha en el campo, y juntaban el cereal en gavillas. Entonces ``se levantó mi gavilla- relató
José a sus hermanos- y también quedó parada´´ (Ver.7). Después la rodearon las gavillas de los hermanos
``y se postraron ante mi gavilla´´ (íd.). Más leña para la fogata que ardía en los corazones de los hermanos:
``¿Acaso vas a reinar sobre nosotros? (Vers.8). ¿O pretendes gobernarnos?´´ ``Y lo odiaron más todavía: por
sus sueños y por sus palabras´´ (íd.).
Luego vino el segundo sueño de José: ``He aquí que el sol, la luna y once estrellas se prosternaron delante
de mí´´ (Vers.9). Y José lo contó no sólo a sus hermanos, sino también al padre, a Jacob. Este le reprocha:
``¡Qué es este sueño que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a prosternarnos delante
de tí?´´ (Ver.1).
Más envidia y odio en los corazones de los hermanos. ``Y su padre guardó el asunto´´ (Ver.11).
***
Lo que resulta evidente de estos dos sueños es que tanto los hermanos como Jacob no tuvieron ningún
inconveniente en comprender enseguida el significado de los mismos. A José no puede reprochársele el
haberlos soñado -nadie es dueño de los sueños que tiene de noche- pero sí, el haberlos relatado a sus
familiares cuando quedaba tan patente el presagio que encerraban.
El segundo sueño también presenta, además, un pequeño inconveniente cronológico, Raquel, la madre de
José, después también tuvo otro hijo más, Benjamín, y murió en el parto. Esto se relata en la parashá de la
semana pasada. Entonces es difícil que coexistan al mismo el tiempo el sol (Jacob), la luna (Raquel) y once
estrellas (todos los hermanos, incluído Benjamín).
Nuestro comentarista Rashí (Rabí Shelomó Yitzjaki, 1040-1105), citando fuentes más antiguas, sostiene que
cuando José le reprocha al hijo: ``¿Qué es este sueño que soñaste?´´ (Ver.10), se refiere a esta
imposibilidad: tu madre Raquel -la ``luna´´ en el sueño- ya está muerta. Así como ella ya no puede venir a
prosternarse ante tí, así todo este sueño no es más que una tontería sin valor. Y la intención de Jacob -así
Rashí- era poner freno a la envidia de los hermanos, que cada vez odiaban más a ese joven presuntuoso.
***
Consecuencia de ese odio fue el atentado -por así decirlo- de los hermanos contra José. Una vez cuando
estaban pastando el ganado en un sitio alejado del hogar paterno, lo echaron en un pozo seco que hallaron
en el campo con la intención de dejarlo morir allí. Pero acabaron por venderlo como esclavo a una caravana
de comerciantes que pasó por el lugar y que se dirigía a Egipto. Y también se desahogaron con esa túnica de
franjas con que Jacob había distinguido a José. Tomaron un animal del ganado, lo degollaron, y sumergieron
la túnica en su sangre. Después la llevaron a casa y la presentaron ante Jacob: ``Esto hemos hallado;
reconoce, si es la túnica de tu hijo o no´´ (vers.32). El patriarca logró identificarla, dedujo de esos restos que a
José lo había devorado algún animal feroz, y después de la desesperación inicial, guardó un largo luto por su
hijo desaparecido.
Durante la posterior vida de José, en Egipto, todavía habrá más sueños que anticiparán diversos
acontecimientos.
Pero en estos dos que hemos visto hoy, resulta patente que Jacob y sus hijos, sin haberlo leído a Freud,
entendieron bien pronto qué significaban los sueños de José, y hacia dónde apuntaban.

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Si estos sueños de José también se cumplirían en el futuro, eso ya es harina de otro costal. O de las próximas
parashot del libro que estamos viendo.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 19/12/2003
PARASHAT MIKETZ
José, Ministro del Faraón
Ya habían pasado varios años desde que José llegó a Egipto con la caravana a la que había sido vendido por
sus hermanos. Tuvo allí diversos altibajos: llegó a ser administrador de la casa de Potifar, un alto funcionario
en la corte del faraón.
Pero después surgió contra él una falsa acusación de un intento de violación: había sido la mujer de Potifar
quien quiso seducir a José a acostarse con ella, aprovechando un momento en que no había en la casa nadie
más que ellos dos. Pero como José se negó a hacerlo ella lo acusó ante el marido de haber intentdo violarla y
José dio con sus huesos en la cárcel.
Allí conoció a otros dos funcionarios del rey de Egipto, reducidos también a la calidad de prisioneros. En una
misma noche estos dos soñaron sendos sueños, José les interpretó el significado de los mismos y tal como lo
predijo, también se cumplió. Tres días después, con motivo del cumpleaños del faraón, uno fue indultado y
restituido a la corte y al otro lo ejecutaron, colgándolo en una horca.
El funcionario salvado -que administraba y probablemente probaba antes que el rey todos los líquidos,
especialmente vinos, que se servían en la mesa real- se olvidó bien pronto de ese joven encarcelado
injustamente que tan bien le había revelado el significado de su sueño.

***

Y en este punto comienza nuestra parashá de hoy: ``Vayehí miketz shenatáyim´´, ``Y ocurrió al cabo de dos
años (Bereshit- Génesis Cap.41 Vers.1). José seguía en la cárcel, mientas que una noche en el palacio, en su
lecho real, el faraón tuvo dos sueños seguidos -interrumpidos por un breve despertar entre uno y otro- que al
día siguiente ninguno de los sabios de la corte supo interpretarle.
Ahí fue cuando el copero se acordó de José. Le contó al rey de ese ``muchacho hebreo´´ (Vers.12) que en la
cárcel le reveló a él y al finado colega el significado de los sueños que ellos habían tenido. Y cómo todo
después también se cumplió al pie de la letra.
Entonces el faraón ordenó que le trajeran enseguida a ese joven. Cosa que también ocurrió pero no sin antes
afeitarlo a José y cambiarle la ropa, para hacer a ese prisionero más presentable ante el trono de Su
Majestad.
Y el rey le contó sus sueños. En el primero, siete vacas gordas subían del Nilo a la orilla del río. Después
subieron de ahí siete vacas flacas. Y se tragaron a las vacas gordas. Y a pesar del atracón, se quedaron tan
flacas como antes. Y ahí me desperté -así dijo el rey- y al volver a dormirme tuve otro sueño más.
Siete espigas gordas crecían en un tallo. Después de ellas crecieron siete espigas flacas, consumidas por el
viento, que se tragaron a las otras. Y ninguno de los sabios de la corte supo explicarme qué significaba todo
esto, concluyó el monarca.
José le respondió: ``El sueño del faraón es uno solo. D´´s le reveló al faraón lo que va a hacer`` (Vers.25).
Y prosiguió: ``Las siete vacas y las siete espigas gordas denotan siete años de prosperidad que sobrevendrán
en el país. Un gran desarrollo agrícola, como diríamos hoy. Y las siete vacas y espigas flacas son lo contrario,
siete años de sequía y de magras cosechas. Y su consecuencia: hambre, desolación y muerte en todo Egipto,
que llegarán después.
¿Qué hacer, entonces? Sin esperar la pregunta, José enseguida expone ante la corte un plan de acción:
habrá que acumular grandes reservas de cereal durante los años prósperos, para prevenir la escasez que
sobrevendrá después.
Entonces el faraón sólo atinó a preguntar: ``¿Acaso hay, como éste, un homber en el que esté el espíritu de
D´´s?´´ (Vers.38). Y en seguida emitió una orden: José mismo será el encargado de acumular esas reservas
de grano.
Tendrá plenos poderes para hacerlo: le colocó en el dedo el anillo real (con el cual se firmaban los decretos
del faraón), mandó vestirlo con hábitos reales, puso a su disposición un carruaje de la corte -hoy diríamos: un
Mercedes con chofer- y así José, a la edad de ``treinta años´´ (Vers.46) quedó convertido en ministro de
Economía plenipotenciario de Egipto.

***

José construyó grandes depósitos de granos y durante los primeros siete años los llenó con el cereal que
abundaba por doquier. Y también se casó con la hija de un sacerdote egipcio. En los nombres que dio a los

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dos hijos varones que le nacieron, quedó bien patente la actitud de José hacia el pasado que había vivido en
su juventud en Canaán.
Al primero lo llamó Menasés (en hebreo: Menashé), de una raíz N-SH-H, ``olvidar´´) ``porque D´´s me hizo
olvidar toda mi penuria y toda la casa de mi padre`` (Vers.51). Y al segundo lo llamó Efraín (en hebreo
Efráyim, de P-R-I, o P-R-H, ``fruto´´, ``fructuficar´´), ``porque D´´s me hizo fructificar en el país de mi
aflicción´´) (Vers.52).

***

Y después llegaron los años ``de las vacas flacas´´, como también lo decimos hoy, siguiendo el ejemplo
bíblico. Una seguidilla de siete años de sequía: escasez de cereal y de pastos, sed y hambruna no sólo en
Egipto sino también en toda la región circundante.
Entonces José abrió los depósitos que había llenado de cereal durante los siete años de la prosperidad.
Vendía trigo a todos: sólo había que traer dinero con que pagarlo.
También Jacob, en Canaán, vio agravarse cada vez más la situación. Le llegaron noticias de que podía
comprarse trigo en Egipto y entonces mandó a sus hijos a traer de allí un cargamento. Para ello había que
presentarse ante el señor ministro, prosternarse ante él, explicarle el pedido... y pagar por la compra, por
supuesto.
¿Recuerdan lo que una vez soñó un joven pastor acerca de las gavillas de los hermanos que se prosternaban
ante la suya?.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 26/12/2003
PARASHAT VAYIGASH
Jacob baja a Egipto
``Vayigash´´, ``y se acercó´´ (Bereshit-Génesis Cap.44 Vers.18) es la palabra inicial que también da su
nombre a nuestra parashá de hoy. Judá es quien se adelanta a sus hermanos, se acerca al severo ministro
egipcio que los había hecho sufrir tanto -ese ministro era José- y procura salvarlo a Benjamín de sus garras.
Recordemos: José y Benjamín eran los dos únicos hijos que la tan amada Raquel le había dado a Jacob.
Después del parto de Benjamín ella murió. Todos los otros hermanos allí presentes eran hijos de Jacob, pero
nacidos de otras madres: Lea, Bihlá y Zilpá.
Y José, como ministro de la corte, había maniobrado contra sus hermanos hasta llegar a la situación actual:
Benjamín es acusado de robo, pues en su bolsa los funcionarios de José habían encontrado la copa de plata
del señor ministro. (Previamente, por orden del mismo José, ellos la habían colocado allí, antes de cerrar la
bolsa de trigo y entregarla a Benjamín).
Porque la primera vez que haían ido a Egipto a comprar cereal, Jacob no mandó con ellos a su hijo menor
Benjamín, el único que le quedaba de Raquel. Puesto que al otro, a José, lo creía muerto, devorado por una
fiera. Esta vez también tuvo que mandarlo a Benjamín, en esta segunda misión de compras. Así lo había
exigido José.
Y acotemos que éste siempre les hablaba a sus hermanos en idioma egipcio, y un traductor les vertía sus
palabras al hebreo (según Cap.42 Vers.23). Mientras que José, por su parte, entendía muy bien todo lo que
los hermanos cuchicheaban entre ellos en hebreo.
Ante Jacob, Judá había tomado sobre sí la responsabilidad de traerlo de vuelta a Benjamín sano y salvo de
este segundo viaje a Egipto. ¿Cómo podía responder de él ahora, ante los hechos innegables: la copa del
ministro, hallada de improviso en la bolsa de Benjamín?

***
Por eso Judá ``se acercó (´´vayigash``) al ministro egipcio, y traductor mediante, procuró explicarle a José la
situación. Que Benjamín había quedado como único hijo de la vejez para el anciano Jacob, ya que a otro hijo
lo tenía por muerto. O por lo menos, desaparecido: ``No lo vi más hasta ahora´´ (Cap.44 Vers.28), se había
lamentado el patriarca.
Cómo él, Judá, asumió la responsabilidad de traerlo de vuelta a Benjamín al cabo de este nuevo viaje a
Egipto.
Y qué desesperación asaltaría al anciano Jacob si ellos regresarían a casa sin Benjamín, detenido en Egipto y
acusado de robo. Por eso -implora Judá- ``quede tu siervo (yo, Judá) en vez del muchacho como esclavo
para mi señor, y que el muchacho suba con sus hermanos´´ (Vers.33) de regreso a Canaán.

***

Este momento dramático, y especialmente la mención de la nueva desgracia que caería sobre Jacob, por fin
lograron quebrar la dureza de José para con sus hermanos. Mandó que saliera del recinto todo el personal de
servicio -así le diríamos hoy- y estalló en llanto.
``¡Yo soy José! , exclamó. ¿Todavía vive mi padre?´´ (Cap.45 Vers.3). Los hermanos quedaron anonadados,
no sabían qué decir. Por otra parte, lo que acababan de escuchar parecía cierto: al haberse ido afuera
también el traductor, ese ministro egipcio de pronto comenzó a hablarles en su propio idioma, el hebreo. Eso
lo insinúa el texto bíblico, aunque no lo cuenta expresamente.
Y para disipar toda duda, José les refresca la memoria un poco más: ``Yo soy José, vuestro hermano, a quien
habés vendido hacia Egipto´´ (Cap.45 Vers.4). Pero para tranquilizarlos, al mismo tiempo añade: ``¡No sois
vosotros quienes me habés enviado hacia aquí, sino que D´´s lo hizo para salvarnos!´´
Y José les explica: ``Ya pasaron dos años de sequía, pero todavía faltan cinco más. Tengo aquí, en Egipto,
toda la autoridad que me dio el Creador, como mandatario en nombre del faraón. Subid de regreso a Canaán,
relatadle todo esto a mi padre, y decidle que venga acá con toda la familia, junto con los rebaños de ovejas,
cabras y vacunos que posee. Tenemos en Egipto una zona apta para el pastoreo -la tierra de Gosen- y allá
podréis asentaros. Velaré para que allí no os falta nada en estos cinco años de hambre que todavía están por
venir´´.

***

Y los planes que así esbozó José también se cumplieron. Al final de nuestra parashá de hoy hallamos a

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Jacob y a los suyos instalados en Egipto. Diez y siete años en total: los cinco que faltaban de sequía, y doce
años más. Hasta que se aproxima la muerte del patriarca, a fines de la parashá de la semana que viene.
Pero antes, acotemos hoy aquí todavía un pequeño detalle. En todas las menciones de ``viajar a Egipto´´ o
``retornar a Canaán´´ que se vieron en esta historia, la Torá suele usar inflexiones del verbo Y-R-D (``bajar´´
cuando se trata de ir al país del Nilo, y otras tantas del verbo A-L-H (``subir´´; en presente: OLE) para el viaje
de Egipto a Canaán.
Ello se debe a la topografía del terreno, tanto otrora como en nuestros días: desde la zona montañosa de
Shjem (o Nablus), Bet El y Hebrón uno ``bajaba´´ hasta llegar casi al nivel del mar junto a las orillas del Nilo. Y
desde allí, en viaje de regreso, uno ``subía´´ hasta Canaán.
De ahí el origen de la palabra ``olé´´, ``el que sube´´, que usamos hasta hoy para designar a los hijos de Israel
que retornan a nuestro país.
A pesar de que generalmente vienen en bajada -¡no subiendo! - cuando aterrizan en el Aeropuerto Ben
Gurión.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 02/01/2004
PARASHAT VAYEJI
Las bendiciones de Jacob
Quizás por contraste intencional, nuestra parashá de esta semana que va a relatarnos la muerte del patriarca
Jacob se inicia con una palabra que indica lo contrario: ``Vayejí´´, ``y vivió´´ (Jacob, ciento diecisiete años;
Bereshit-Génesis Cap.47 Ver.28). Algo parecido ya se vio en la Torá cuando relata el fallecimiento de la
abuela de Jacob: también la parashá se llamaba ``Jayei Sará´´, ``la vida de Sará´´ (Cap.23 Vers.1; ver nuestra
nota en Aurora del 20.11.03) y narraba a continuación la muerte de esta matriarca.
Resulta interesante echar una mirada más amplia al cap.49 de nuestra parashá de hoy -el penúltimo del libro
Bereshit o Génesis- para examinar algunos detalles de la bendición con que Jacob se despide de sus hijos.
``Reuníos y os diré lo que habrá de sucederos en el final de los días´´, les anuncia el padre en su lecho de
enfermo (Cap.49 Vers.1).
Y a continuación, más o menos en el mismo orden cronológico en que habían nacido esos hijos, sigue el
futuro que Jacob predice a cada uno de ellos. Al llegarle el turno a José, Jacob se explaya en abundantes
bendiciones para su hijo favorito: ``Bendiciones del cielo por arriba y bendiciones del abismo que se extiende
por abajo; y bendiciones de los pechos y del vientre´´ (Ver.25).

...

Además, en una visita anterior al padre enfermo, José había llevado consigo a sus dos hijos, Menasés y
Efraín, los dos nietos ``egipcios´´ de Jacob, por así decirlo. Jacob manifestó en aquella oportunidad que
consideraba a esos dos jóvenes como si fuesen hijos suyos, y no sólo nietos: ``Efraín y Menasés serán para
mí como Rubén y Simón´´ (los dos hijos mayores de Jacob; Cap.48 Vers.5).
Notemos que Jacob menciona primero a Efraín antes de Menasés, que era el primogénito. Y también cuando
pasa a bendecirlos, el abuelo coloca la mano derecha sobre Efraín y la izquierda sobre el primogénito
Menasés, cruzando los brazos.
José quiso enmendarlo: ``No así, padre mío, porque éste (Menasés) es el primogénito. Coloca tu diestra
sobre la cabeza de él´´ (Cap.48 Vers.18). Pero el anciano insistió en lo suyo: ``Lo sé, hijo mío, lo sé. También
él (Menasés) será un pueblo y será grande. Pero su hermano menor será más grande que él´´ (Vers.19).
En resumen: algo parecido a lo que había vivido otrora el mismo Jacob con respecto a su hermano mellizo y
primogénito Esaú, tal como lo vimos aquí en su oportunidad.

...

Hay quienes afirman que las bendiciones de Jacob en el capítulo 49 son trozos poéticos muy posteriores, que
reflejan cierto momento en la historia del pueblo de Israel. Este también incluía las tribus de Efraín y de
Menasés: no había tribu de José. Y luego el redactor de la Torá habría puesto esta descripción en boca del
patriarca Jacob, como profecía o himno de despedida. Algo parecido ocurrirá cuando está por morir Moisés,
cerca del fin de la Torá.
Incluso hay quienes van más a fondo todavía, y comparan lo que dicen de cada tribu el texto de Jacob y el de
Moisés, para llegar de ahí a conclusiones acerca de la geografía, las guerras (victorias o derrotas) y otros
detalles más en la historia de cada tribu.
Nosotros aquí no hilaremos tan fino. Aún sin hacer éso, resulta patente que Rubén, el hijo primogénito del
patriarca, no recibe gran tajada por su condición de tal. Ni la tuvo su tribu en la ulterior historia del pueblo de
Israel. Tampoco Simón y Leví reciben gran cosa de Jacob. Al igual que Rubén, estos hijos habían provocado
grandes disgustos al patriarca en episodios que no hemos alcanzado a ver aquí.
Apuntan a ello los Vers.3 y 4 (Rubén) y 5 hasta 7 (Simón y Leví) del Cap.49 de las bendiciones. Estas recaen,
en cambio, en Judá ``un cachorro de león´´ (Vers. 9; de ahí el león como frecuente adorno en el ``Arón
Ha-Kódesh´´ o Arca Sagrada de nuestras sinagogas). Y también en José: ``Hijo pródigo es José, un hijo
pródigo junto al pozo´´ (Vers.22). Señalemos que en la ulterior historia del pueblo de Israel, las dos tribus que
dirigían a todo el resto fueron las de Judá y de Efraín, el hijo menor de José. Todas las otras actuaron en
mayor o menor grado como satélites que giraban alrededor de estas dos.

...

Y para concluir, el deseo final que Jacob vuelca ante sus hijos: después de mi muerte -les dice- ``sepultadme
con mis padres, en la cueva que está en el campo de Efrón el hitita´´ (Vers.29), en esa cueva de Macpelá de
la que ya hemos hablado aquí en su momento. ``Allí sepultaron a Abraham y a Sará su esposa, allí sepultaron
a Isaac y a su esposa Rebeca, y allí (yo, Jacob) he sepultado a Leá´´ (Vers.31). Porque esa tumba familiar,
``el campo y la cueva que hay en él, es compra (que hizo Abraham) de los hijos de Jet (o hititas; Vers.32).
Una vez que Jacob cerró los ojos para siempre, José y sus hermamos dieron cumplimiento al deseo del
padre. Primero embalsamaron su cuerpo, después mantuvieron un largo período de luto, y por fin José -que
ya había pasado a retiro y no frecuentaba más la corte del Faraón- tuvo que obtener mediante algunos
intercesores (un ``lobby´´, lo llamaríamos hoy) el permiso para realizar este viaje al extranjero.
Después de algunas ceremonias fúnebres más, realizadas en Canaán, por fin ``lo sepultaron (a Jacob) en la
cueva del campo de Macpelá que había comprado Abraham´´ (Cap.50 Vers.13). Y con esto ya casi cae el
telón sobre el primer libro de la Torá, Bereshit o Génesis.
Resta decir que antes de morir, también José pidió ser enterrado en el país de Canaán. Ello se cumplió varias
generaciones más tarde, después de la salida de Egipto al mando de Moisés y la conquista de Canaán por los
hijos de Israel al mando de Josué. Mientras tanto, cuando ``murió José hijo (a la edad) de ciento diez años, lo
embalsamaron y lo colocaron en un ataúd en Egipto´´ (Cap.50 Vers.26 y fin del libro).
Por Heriberto Haber
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Parashá - 16/01/2004
PARASHAT VAERA
Moisés y las siete plagas
Sí, ya lo sabemos. Las plagas que azotaron Egipto hasta que el Faraón dejó salir a los hijos de Israel fueron
diez. Pero solamente siete de ellas nos son relatadas en nuestra parashá de esta semana, Vaerá. Las otras
tres nos esperan la semana que viene.
Vaerá, una inflexión del verbo R-A-H (``ver´´) en su forma pasiva, significa ``aparecí, me hice ver´´, y con esta
palabra comienza el segundo versículo de nuestra parashá de hoy.
Después de la fórmula inicial donde ``D´´s habló a Moisés y le dijo: Yo soy el Eterno´´, viene el pasaje que da
su nombre a nuestra parashá: ``Vaerá´´, ``Y aparecí (a Abraham, a Isaac y a Jacob)´´ (Shemot-Exodo Cap.6
Vers.3).
Y aquí sigue una sutil discriminación acerca del nombre de D´´s tal como lo conocieron los patriarcas, y como
lo conocerá de ahora en adelante Moisés. El Tetragrama -las cuatro letras Y-H-V-H- todavía no lo sabían
Abraham, Isaac y Jacob. Para ellos -dice aquí el creador a Moisés- yo era ``El Shaday´´, ``D´´s
Todopoderoso´´. Mi nombre de cuatro letras sólo te lo revelé a tí, Moisés, cuando me preguntaste (en la
parashá del sábado pasado): ``Y me dirán (los hijos de Israel) cuál es Su nombre?, ¿qué les diré a ellos?´´
(Shemot Exodo Cap.3 Vers.13).
Este Tetragrama Y-H-V-H consiste en una combinación de letras tomadas de la raíz H-Y-H, el verbo ``ser´´,
en sus formas de pasado (``hayá´´, ``fue´´), presente (``hové´´, ``es´´) y futuro (``yihiyé, ``será´´). De ahí que
muchos lo traducen como ``el Eterno´´.
No sabemos cuáles fueron las vocales que unían estas cuatro consonantes. En la antigüedad, este nombre
era escuchado una sola vez al año, cuando el Sumo Sacerdote entraba en Iom Kipur (el Día del Perdón) en el
Santuario del Templo de Jerusalén. Allí él lo pronunciaba en voz alta en sus plegarias, y el público reunido en
la explanada lo escuchaba pasivamente, sin repetirlo. De ahí que con la destrucción de ese templo, poco
tiempo después la exacta pronunciación del Tetragrama cayó en el olvido.
La vocalización del Tetragrama, tal como figura hoy en los textos hebreos de la Torá (¡no en los rollos de la
sinagoga, que no llevan vocales!) y en todo el resto de la Biblia es Yehovah. La lectura de este nombre como
Adonay proviene de aplicar al Tetragrama la vocalización de este último vocablo, un derivado de ``Adón´´,
``amo o señor´´. De paso: nótese el parecido del hebreo Adón Moshé, por ejemplo, con el español Don
Moisés. Adón y Don.
A pesar de que según el Diccionario de la Real Academia Española, el origen de ``don´´ en castellano estaría
en el latín ``dominus´´, y no en la voz hebrea.

***

Pero volvamos al Moisés de la Biblia, al Faraón y a las plagas.


Como factor común de éstas podemos decir que con cada plaga se desarrolla más o menos el siguiente
esquema: a través de su hermano Aarón que le hace de vocero, Moisés anuncia la plaga. El monarca egipcio
se resiste a creer que la calamidad sobrevendrá, la plaga viene y azota el país, y entonces el Faraón manda
llamarlos de vuelta y les pide que le saquen de encima la desgracia. Pero una vez aliviado, se niega a dejar ir
a los hijos de Israel. Estos le habían solicitado lo siguiente: ``El D´´s de los hebreos me ha enviado hacia ti
diciendo: ¡Deja ir a Mi pueblo, para que Me rinda culto en el desierto!`` (Cap. 7 Vers. 16).
Hay muchas variantes en este esquema general que dimos. Algunas plagas afectan a todo el país: las aguas
del Nilo que se vuelven sangre (¿impotables y de color ocre por un repentino gran aumento en el limo que
traen?), la invasión de sapos (¿que deben escaparse de las orillas del Nilo donde la vida se les hizo
imposible?), y los piojos (¿consecuencia de la invasión de batracios?), tres plagas que afectan a todo el
Egipto, incluso la región de Gosen donde viven los esclavos hebreos.
Pero desde la cuarta plaga en adelante, hay algunas que pasan por alto a los hijos de Israel, y solamente
azotan las tierras habitadas por los egipcios. Tal, por ejemplo, cuando llega el ``arov´´ (la ``mezcla´´;
generalmente se lo interpreta como un surtido de animales feroces), la peste del ganado y las llagas en la piel
de los seres humanos. Cuando el Faraón oye que sólo parte del país resultó afectada por la plaga, entonces
vuelve a obstinarse en su negativa, o bien, como lo narra el texto, ``endureció el Eterno el corazón del
Faraón´´ (Cap. 9 Vers. 12 y en varios pasajes más), y se desdice de la promesa hecha a Moisés. Lo mismo
ocurre después de la séptima plaga -la última de nuestra parashá de hoy- cuando cae sobre el Egipto una
intensa lluvia de granizo que destruye buena parte de los cultivos.

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***

Y hay además un sutil juego de tira y afloja en las tratativas de Moisés con el monarca egipcio.
El pedido oficial de Moisés decía: ``Así dijo el Eterno: deja ir a Mi pueblo, para que Me rinda culto´´ (Cap. 7
Vers. 26).
Entonces el Faraón una vez ofrece: ``Id, sacrificad para vuestro D´´s en el país (sin salir de Egipto)`` (Cap. 8
Vers. 21). Después hace una concesión más: ``Os dejaré ir y sacrificaréis para el Eterno vuestro D´´s en el
desierto, pero no iréis muy lejos`` (Cap. 8 Vers. 24). Y más adelante (ya en la próxima parashá) propone: ``Id
los varones y rendid culto al Eterno, pues eso es lo que solicitáis´´ (Cap. 10 Vers. 11).
Pero las mujeres, los hijos y el ganado se quedarán aquí, como rehenes, diríamos, o como garantía de que
después de ese culto volveréis acá y seguiréis trabajando para mí.

***

En fin: unas tratativas donde se lucha por cada palabra, como hoy día a veces en las declaraciones de las
Naciones Unidas o de su Consejo de Seguridad.
Y al final, igual todo acaba en la nada.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 23/01/2004
PARASHAT BO
Pésaj, Aviv y la primavera
El nombre de nuestra parashá de hoy es ``Bo´´, un imperativo del verbo ``venir´´ en hebreo; al pie de la letra
habría que traducirlo como ``¡Ven (tú)!´´ Pero en este caso de hoy, resultaría un poco mejor decir: ``¡Ve (del
verbo ir), anda!´´ ¿Quién tiene que ir, y a dónde? D´´s le indica a Moisés: ``¡Ve hacia el Faraón!´´
(Shemot-Exodo Cap.10 Vers.1). ¿Y para qué? Para anunciarle una nueva plaga, la número ocho -siete ya
hemos visto en nuestra nota anterior-, la llegada de una manga de langostas que ``comerá todo el resto (de
vegetación) salvado, lo que les quedó del granizo´´ (Vers.5).
Después de la langosta, la próxima plaga fue una oscuridad total que duró ``tres días´´ (Vers.22). ¿Cómo
pudo saberse su duración, si todo estaba oscuro y todavía no había relojes como los que tenemos hoy? Pues
muy sencillo: ``todos los hijos de Israel tenían luz donde habitaban´´ (Vers.23).
Y ahora el Faraón ya concede a Moisés que vaya con todo su pueblo a rendirle culto a su D´´s adonde
quisiera: ``Sólo vuestro ganado menor (ovejas, cabras) y vacuno quedará´´ (Vers.24), como garantía de que
ellos habrían de volver. Pero Moisés le replica: ``¡No sólo que nuestro ganado tiene que ir con nosotros, sino
que tú mismo, oh Faraón, también nos darás animales para que los sacrifiquemos a nuestro D´´s!´´ (según
Vers.25).

...

Y entonces, a medianoche, sobreviene la última plaga: la muerte de los primogénitos de Egipto, ``desde el
primogénito del Faraón que está sentado en su trono, hasta el del prisionero que está en la cárcel´´
(Shemot-Exodo Cap.12 Vers.29). Los hijos de Israel, en cambio, esa noche estaban celebrando cada uno en
su hogar el sacrificio de Pésaj, antecedente de la noche del Séder (Cena pascual) que seguimos festejando
hasta el día de hoy en nuestros hogares.
Para recordar que esa noche ¡por fin! el Faraón dejó salir a los hijos de Israel de su país, con todas sus
familias y rebaños. El famoso ``Exodo´´ de Egipto, que en la nomenclatura no hebrea dio su nombre al libro
de la Torá que estamos viendo.

...

En otro pasaje de nuestra parashá de hoy, D´´s indica a Moisés y a Aarón lo siguiente: ``Este mes (el de la
salida de Egipto) os será comienzo de meses; os será el primero de los meses del año´´ (Cap.12 Vers.2). Sin
embargo, el lector de estas líneas recordará que Rosh Hashaná, el Año Nuevo hebreo, lo celebramos por
septiembre-octubre, y no en el mes de la fiesta de Pésaj, por marzo-abril. Otra ley bíblica que fue modificada
por tradiciones posteriores.
``Hoy vosotros salís, en el mes de Aviv´´ (Cap.113 Vers.4) anuncia D´´s en un pasaje, cerca del fin de nuestra
parashá. Y mucho después, al hablar de la recordación de Pésaj como acontecimiento histórico, en otro libro
de la Torá, leemos: ``Observa el mes de Aviv y harás (el sacrificio de) Pésaj para el Eterno tu D´´s, porque en
el mes de Aviv te ha sacado el Eterno tu D´´s de Egipto, de noche´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.16 Vers.1).
``Aviv´´ hoy día solemos traducirlo como ``primavera´´ (recuérdese el nombre Tel Aviv), aunque en los
tiempos antiguos el vocablo solamente solía designar un fenómeno especial de esta estación del año: el
cereal todavía no maduró del todo.
Tal como figura cerca del final de la parashá que leímos la semana pasada: la cebada fue destruída por el
granizo porque era ``Aviv´´, ya había crecido, aunque sus granos todavía no estaban maduros
(Shemot-Exodo Cap.9 Vers.31). En cambio otros cereales, más tardíos (y por ende, todavía muy chiquitos),
aquella vez no resultaron afectados por la granizada.

...

Esta sincronización del recuerdo de la salida de Eigpto con la época de la primavera, tuvo suma importancia
para la fijación del calendario hebreo que se hizo siglos más tarde, y que seguimos usando hasta el día de
hoy.
Proque la base de ese calendario -``lúaj´´, en hebreo- es el mes lunar. Con cada luna nueva se inicia un
nuevo mes en el almanaque hebreo. Pero el mes lunar es un poco más corto que el mes civil del año
gregoriano basado en el año solar: tiene solamente 29 días y medio. Entonces resulta que al cabo de 12

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meses lunares llegamos a un año de 354 días: 11 días y fracción menos que el solar. Al cabo de dos años la
diferencia será de 22 días, otro año más serán 33, y así sucesivamente.
Pero hay un hecho que nos impide distanciarnos demasiado del año solar: esta ley bíblica de celebrar la fiesta
de Pésaj en el mes de Aviv, el de las espigas no maduras del todo. O sea, en la primavera. Porque la
naturaleza funciona según el calendario solar. O mejor dicho, viceversa: éste fue tomado de la naturaleza.
Por eso, en la tradición judía se fue elaborando poco a poco el calendario hebreo tal como nos rige hoy: cada
tantos años, con los días que el año lunar es más corto que el solar, se forma un nuevo mes, Adar Bet o Adar
Shení (el segundo mes de Adar), que se agrega al lúaj como décimo tercer mes del año respectivo.
Así se restablece, más o menos, la sincronización de la fiesta de Pésaj con el mes de la primavera, y se evita
que la celebremos en otra estación del año. El adjetivo correcto para designar un año tal es ``embolismal´´ (y
no ``bisiesto´´, donde se agrega un día solamente, el 29 de febrero).
El mecanismo de los años comunes y embolismales, durante muchos siglos fue un secreto que los sabios del
Sanedrín guardaban celosamente. Pero por el año 360 de la era común, Hilel el Segundo, presidente del
Sanedrín por ese entonces, resolvió revelarlo para que el pueblo judío, ya disperso por muchas diásporas,
pudiera establecer en cada sitio por sí solo el calendario y su consecuencia, las fechas de las fiestas.
Y para que Pésaj no se alejara de su marco histórico: el mes de Aviv, el mes de la primavera.
Por Heriberto Haber

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Festividades - 30/01/2004 I

Fecha de vencimiento de impuestos se volvió un día de fiesta


Los árboles y Tu Bishvat
Curiosa trayectoria la de Tu Bishvat: una fecha de vencimiento de impuestos que se volvió día de fiesta. Nos
hace recordar las ``Mutaciones de Janucá´´ (ver Aurora del 18 de diciembre de 2003), y al igual que esta
última, es fiesta ya posterior a la época bíblica.
Su nombre, Tu Bishvat, significa día 15 del mes de Shevat. Las letras hebreas de la sílaba ``tu´´ equivalen a
15: la ``tet´´ es nueve, y la ``vav´´ (vocalizada como ``u´´) es seis. En este caso no se usa 10 más cinco (una
``iod´´ y una ``hei´´) porque esta sílaba ``iah´´ es parte contitutiva del nombre de D´´s, y no se quiere
profanarlo usándolo como un número.
La fecha de Tu Bishvat cae pasado mañana, sábado siete de febrero. Y para no profanar el descanso que
este día involucra, algunos festejos de Tu Bishvat quedan postergados para el día siguiente.

...

Por primera vez se nos habla de Tu Bishvat en el Talmud en su primer núcleo, la Mishná, a comienzos del
capítulo inicial del tratado ``Rosh Hashaná´´.
Y hasta el día de hoy decimos que Tu Bishvat es el ``Año Nuevo de los Arboles´´. Pero allí, en la Mishná, no
denota ningún concepto de cumpleaños o algo parecido.
Significa lo siguiente: todos los frutos del árbol madurados antes de esa fecha deben ser contados en el grupo
del diezmo del año anterior, y hay que pagar de ellos un impuesto -el diez por ciento- para los levitas y
sacerdotes. Y todo lo madurado después ya pertenece a la nueva cosecha, y a la cuenta del impuesto del año
siguiente.
Acotemos además que según la escuela de Beit Shamay -el sabio Shamay y sus alumnos y adeptos, los
adversarios ideológicos de Beit Hilel (el sabio Hilel y los suyos; aproximadamente por la época de Jesús)-
según Beit Shamay, entonces, ese ``Año Nuevo´´ o vencimiento de impuestos tenía que ser el día uno de
Shevat, y no el 15.
Pero como en la mayoría de las disputas que hubo entre esas dos escuelas doctrinarias la ley talmúdica
quedó, en última instancia, de acuerdo con lo que sostenía el grupo de Hilel.
En nuestro caso de hoy, el día 15.

...

Pocos años después de esas discusiones fue destruido el Segundo Templo de Jerusalén, en el año 70 d.C. y
buena parte de los judíos sobrevivientes del desastre se dispersaron por las diversas diásporas. Allí, en
tierras ajenas, ya no podían dedicarse al agro. Y de hacerlo, allí no regían las leyes del diezmo, exclusivas
para Eretz Israel.
Entonces comenzó a celebrarse Tu Bishvat, mediante la recordación de esos frutos tradicionales del país
bíblico, y ¡qué mejor recuerdo que comerlos! De ahí que en la Diáspora, Tu Bishvat estuviera asociado a
obtener dátiles, higos, pasas de uva, etc., y a comer esos frutos en recuerdo de Eretz Israel.
Retornado el pueblo judío -o buena parte de él- a su país, desde hace uno o dos siglos, y proclamada su
independencia en 1948, Tu Bishvat reasumió su nuevo espíritu, no en pagar otra vez impuesto de los frutos
-en el Estado de Israel ya se pagan bastantes impuestos sin eso- sino en plantar nuevos árboles para
producir esos frutos.

...

Ese espíritu favorable al árbol como productor de alimentos para el hombre ya arranca de la misma Torá. Allí
el texto prohibe cortar árboles frutales aún en un caso de guerra, cuando se necesitaba la madera para
construir torres de asalto desde las cuales se pudiera conquistar las murallas que defendían la ciudad
enemiga. ``Sólo un árbol del cual sepas que no es árbol de comida´´ (o sea: frutal; Devarim-Deuteronomio
Cap.20 Vers.20), solamente ese puede talarse para usar su madera en la guerra.
Hay muchos indicios de que antiguamente el país de Israel albergaba numerosos bosques y vegetación.
También hay muchas menciones bíblicas de bosques y vegetación abundante por esas latitudes. Sólo que

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con el advenimiento de la ``civilización´´ y las continuas guerras y campañas bélicas entre el antiguo Egipto y
los países del norte -Asiria, Babilonia, Persia, etc.- para los cuales esta tierra de Israel solamente constituía la
vía de paso para los ejércitos que iban de sur a norte o viceversa, esos bosques fueron talados en aras de la
guerra y dejaron gran parte del país desolado.

...

Y allí, en ese párrafo que manda preservar a toda costa los árboles que dan fruto, también aparece un pasaje
que se cita muy a menudo cuando llega Tu Bishvat, pero tomado completamente fuera de foco: ``Ki ha-adam
etz hasadé´´ (Id.Id.,Ver.19). Y se lo interpreta como que la vida del árbol es tan importante como la del
hombre mismo.
El error está en la interpretación de la sílaba ``ha´´ que precede a la palabra ``adam´´. Casi siempre, en
hebreo, ``ha´´ es el equivalente del artículo inglés ``the´´, vale decir, ``el-la-los-las´´ indistintamente.
Pero algunas veces -y especialmente en la Biblia- también es la sílaba con que se inicia una pregunta. Casi
podríamos decir: lo que en español representa el signo de interrogación invertido a comienzos de la misma.
Así, por ejemplo, ya a comienzos de la Biblia, en la época del paraíso terrenal, D´´s le pregunta a Adán:
``Ha-min haetz...´´, ``¿Acaso del árbol (que te he prohibido, has comido)?´´ (Bereshit-Génesis Cap.3 Vers.11).
O poco más adelante, después de la muerte de Abel a manos de Caín, este último alega en su desfachatada
respuesta al Creador: ``¿Ha-shomer ají anojí?´´, ``¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?´´ (Id. Cap.4
Vers.9).

...

Volvamos entonces a Tu Bishvat y al hombre y al árbol. Lo que el texto bíblico pregunta en el mencionado
pasaje de Devarim-Deuteronomio es lo siguiente: ``¿Acaso el árbol del campo es un hombre, para que
sucumba delante de tí en el sitio (de la ciudad)?´´ (Cap.20 Vers.19). En la guerra se procura vencer al
enemigo, o incluso matarlo, pero ¿por qué hay que talar los árboles frutales para eso?
Buena pregunta para hacérsela a aquellos fanáticos judíos que, hace algunos meses, fueron con sierras
eléctricas en mano a talar cientos de árboles de olivos en los plantíos de los palestinos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 30/01/2004
PARASHAT BESHALAJ
La salida de Egipto
Nuestra parashá de esta semana comienza con las palabras ``Vaiehí beshalaj paró et ha´am´´, ``y ocurrió
cuando el Faraón dejó ir al pueblo (de Israel)´´, (Shemot-Exodo Cap.13 Vers.17). De ahí su nombre
``Beshalaj´´, un infinitivo de verbo de la raíz SH-L-J. Ya la hemos visto una vez en el nombre de una parashá
del primer libro de la Torá_ ``Vayishlaj´´, ``y envió´´ (ver nuestra nota en Aurora del 11.12.03).
Aquí, en este uso de ``beshalaj´´ también podría traducirse como ``al enviar (Faraón al pueblo)´´; recordemos
que Moisés solicitaba al monarca el permiso para ir con los suyos a adorar el D´´s de Israel en el desierto.
Pero teniendo en cuanta las circunstancias, más bien cabe adaptarlo aquí como ``dejar ir, permitir la salida´´.
Y trocando el infinitivo en verbo conjugado, ``(cuando) dejó ir´´ o ``permitió salir´´.

...

El camino más directo para llegar de Egipto a Canaán habría sido la ruta costera, que va por el norte de la
península de Sinaí y después pasaba más o menos por lo que hoy es la Franja de Gaza. Pero Moisés no los
condujo por esa ruta. Allí, en esa Franja de Gaza, habitaban los filisteos, un pueblo con el cual generaciones
atrás ya el mismo Abraham había tenido contacto. Gaza -en hebreo Azá, ``la fuerte´´- ya era entonces, siglo
XIII a.C., una ciudad-fortaleza de los filisteos, lo mismo que Ashkelon, Ashdod, Gat y Ekrón. El quinteto de las
ciudades filisteas en la zona costera, con las cuales posteriormente los hijos de Israel más de una vez se
trabaron en crueles guerras.
Pero ahora, precisamente para evitar semejantes luchas, los hijos de Israel se dirigieron hacia el sur de la
península de Sinaí, en vez de ir hacia el norte: ``Porque dijo D´´s: no sea que se arrepienta el pueblo cuando
vean guerra, y retornen a Egipto`` (Id.Id.)
El itinerario que recorrieron los hijos de Israel por la península de Sinaí es incierto. A pesar de que en otro
libro de la Torá (Bamidbar-Números Cap.33 Vers.1 hasta 37) se enumeran una por una las decenas de
estaciones que recorrieron por el camino. Y tampoco se sabe con exactitud cuál fue el punto del Mar Rojo
donde atravesaron las aguas para llegar a la orilla de enfrente. La moderna construcción del canal de Suez
modificó la geografía de lagos y lagunas adyacentes al Nilo, donde quizás tuvo lugar este cruce de las aguas.
Y también la península de Sinaí, hace más de 3000 años, no habrá sido solamente el triángulo de rocas y
arena que en su gran mayoría nos presenta hoy. Puesto que los hijos de Israel, con sus mujeres, sus niños y
su ganado, anduvieron por ella a lo largo de 40 años.
Ya sea que esos ``shesh meot ELEF´´ que figuraban en la parashá del sábado pasado (Shemot-Exodo
Cap.12 Vers.37) hayan sido ``sescientos mil´´ hombres (y además, las mujeres y los niños: un total de quizás
dos millones de personas), o bien, como decía Ben Gurion (gran estudioso de la Biblia en sus ratos libres),
``elef´´ aquí habría que tomarlo como ``cabeza´´ y no ``mil´´. Seiscientas cabezas los hombres, de modo
modo que en total habrían sido sólo 2.000 personas (y no dos millones). Todas éstas, más su ganado,
requerían mucha agua, pastos y alimentos por la península de Sinaí, que tal como la conocemos hoy,
difícilmente podía haberles ofrecido.

...

Lo más probable es que en esa época hubo mucho más manchas verdes allí. No olvidemos una sutil
distinción idiomática en el texto de la Biblia, que hoy casi se ha perdido. Los hijos de Israel anduvieron por el
``midbar´´ (Cap.13 Vers.18), que generalmente se traduce como ``desierto´´. Pero la raíz de esa palabra es
D-B-R, la misma de ``dóver´´, ``lugar de pastoreo´´, como figura en algunos profetas (Isaías Cap. 5 Vers.17).
Y además Moisés mismo, cuando todavía trabajaba de pastor con los rebaños de su suegro Yitró, ``condujo el
ganado tras el midbar´´ (Shemot-Exodo Cap.3 Vers.1): llevó al ganado hacia ``sitios de pastoreo´´, no hacia
arena y piedras donde se morirían de sed y de hambre. A tales sitios, la Biblia suele llamarlos con otros
nombres (``yeshimón´´, ``tziá´´, etc.).

...

¿Y qué pasó, mientras tanto, con el Faraón? Apenas le llegó la noticia de que ``el pueblo (de Israel) se ha

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escapado´´ (Shemot-Exodo Cap.14 Vers.5), el corazón el dio un vuelco y él y sus consejeros exclamaron al
únisono: ``¿Qué es lo que hemos hecho, que hemos dejado ir (¡raíz SH-L-J!) a Israel de servirnos?´´ (Id.Id.).
Entonces resuelve salir con sus tropas con el fin de atraparlos y traerlos de vuelta para que sigan trabajando
como esclavos en su país y los alcanza cerca de la orilla del mar. Entonces ocurre el famoso cruce de las
aguas: el viento las separa, los hijos de Israel pasan por el medio y cuando el monarca egipcio con sus
pesados carros de guerra quiere seguirlos, cesa de soplar el viento, las aguas vuelven a subir y sepultan a los
egipcios que, junto con sus carros, se quedaron atascados en el barro.
Moisés y los hijos de Israel entonan un cántico de alabanza a D´´s cuyo texto ocupa gran parte del Cap.15 y
comienzan las andanzas por el ``midbar´´ de Sinaí que, como dijimos, no era sólo un desierto. Por ejemplo, al
final de ese capítulo llegan a un sitio llamado Eilim, ``y allí había 12 fuentes de agua y 70 palmeras. Y
acamparon allá, junto al agua´´ (Cap.15. Vers.27).

...

El ``vuelco de corazón´´ que sufrió el Faraón después de la partida de los hijos de Israel, es un fenómeno que
más adelante se repitió muchas veces en la historia de los judíos a lo largo de su diáspora por el mundo. En
Egipto solamente construyeron pirámides (según se dice). En otros países fundaron emporios financieros o
científicos, literarios o filosóficos, escuelas de traductores o laboratorios de investigación. Sólo cuando los
judíos desaparecieron de allí -inquisiciones, expulsiones, matanzas, Holocausto- y todo aquello quedó
despoblado, emperadores, reyes y presidentes descubrieron lo que habían perdido.
Que lo diga España después de 1492. O Alemania, desde 1933 en adelante.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 06/02/2004
PARASHAT YITRO
¡No matarás el sexto Mandamiento!
Yitró, en castellano Jetró, el sacerdote de Midián y suegro de Moisés, es quien da su nombre a nuestra
parashá de hoy. Ella comienza con las palabras ``Vayishmá Yitró´´, ``Y escuchó Jetró´´ todo lo que había
ocurrido con su yerno (Shemot-Exodo Cap.18 Vers.1), incluido el éxodo de los hijos de Israel de Egipto que
este yerno había encabezado. Entonces Jetró sale al encuentro de Moisés y ambos hombres vuelven a
encontrarse. Celebran el reencuentro con una imponente ceremonia que incluye sacrificios y lo que hoy
llamaríamos ``un banquete festivo´´: ``Y vinieron Aarón y todos los ancianos de Israel a comer pan con el
suegro de Moisés, ante D´´s (Ver.12).
Por la mañana siguiente, cuando retorna la vida cotidiana y Moisés a sus funciones de juez, Jetró ve que
desde la mañana hasta la noche su yerno está ocupado con las querellas y rencillas que la gente del pueblo
le presenta. Entonces Jetró le aconseja a Moisés que delegue parte de su autoridad en otros jueces
(``menores´´, diríamos hoy), de modo que ``todo asunto grande traerán hacia tí, y toda cosa pequeña la
juzgarán ellos´´ (Vers.22). Y Jetró también le esboza a Moisés qué cualidades deben tener estos futuros
jueces para ser designados como tales :``hombres (amantes) de la verdad, enemigos del soborno´´ (Vers.21).
En una palabra: Jetró le ayuda a Moisés a organizar el aparato judicial del pueblo de Israel.

***

Y poco más adelante en nuestra parashá de hoy se narra esa escena imponente al pie del monte de Sinaí en
la cual el pueblo de Israel recibe de D´´s los ``Aséret Hadibrot´´, es decir, los Diez Mandamientos o Decálogo.
Su texto figura en Shemot-Exodo Cap.20 Vers.2 hasta el 14 inclusive. Y aquí comienzan los problemas de
numeración. En dos Biblias hebreas que tenemos por delante al escribir estas líneas -la edición con el
comentario de Hartom-Cassuto (Tel Aviv, 1960) y otra que trae varias exégesis antiguas (Rashí, Rashbam y
otras; Basilea, Suiza, edición de hace un siglo pero reimpresión más moderna)- los Diez Mandamientos
acaban con el versículo 14. Otra Biblia, en cambio, el Tanaj impreso por Tzáhal (el Ejército de Israel) para uso
de sus soldados y que les está dedicado a éstos por el gran rabino militar Gral. Gad Navón (Tel Aviv, año
hebreo 5742, que equivale a 1982), trae el fin del Decálogo en el versículo 13. ¿Cómo es eso? Pues,
sencillamente, une en un solo versículo un texto que en las otras ediciones ocupa dos.

***

Y esto es sólo un botón de prueba. Porque si en el texto hebreo de los Diez Mandamientos ya se presentan
semejantes diferencias, bien podemos imaginarnos qué no ocurrirá cuando estos fueron adoptados por otras
religiones y traducidos a otros idiomas. Por ejemplo en el Cristianismo, que por así decirlo nos desposeyó del
Tanaj, nos eliminó a los judíos como autores del mismo -así como Jesús mismo tampoco fue judío, según
muchos- y le dio el nombre de ``Antiguo Testamento´´.
Allí a veces juntan en uno solo los dos primeros Mandamientos ``Yo soy el Eterno tu D´´s, etc.`` y ``No tengas
otros dioses delante de Mi, etc.´´- de modo que al llegar al último, éste lleva el número nueve. Para volver a
obtener diez, al noveno lo desdoban en dos: nueve, ``No codicies la casa de tu prójimo´´, y diez, ``No codicies
la mujer´´ y los demás bienes del prójimo.

***

Como consecuencia de tal cambio de numeración el Mandamiento que según nuestro orden judío es el sexto
-``Lo tirzaj´´, mal traducido ``No matarás´´- pasa de sexto a ser el quinto. Y recordamos que con motivo de la
última recordación del asesinato de Itzjak Rabin, en noviembre pasado, en un importante diario hebreo que se
edita en Tel Aviv hasta hemos leído un comentario de autor judío, donde éste se refería al asesino como
violador del quinto Mandamiento, no del sexto.
¿Y por qué dijimos que ``No matarás´´ está mal traducido? Muy sencillo: el amigo lector seguramente todvía
recuerda la expresión ``Retzaj Rabin´´ con que se suele denominar ese triste episodio en nuestra historia
reciente: el ``Asesinato de Rabin´´, donde usamos la misma raíz hebrea T-TZ-J que en el sexto Mandamiento
``Lo tirzaj´´, ``No asesinarás´´. La diferencia entre ``No matarás´´ (cometer homicidio) y ``No asesinarás´´
(hacerlo intencionalmente) es muy delicada de explicar. Y en la gran familia de Aurora hay numerosos
entendidos que pueden hacerlo mucho mejor que el autor de esta nota. Comenzando por nuestro ex director

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de tantos años, y pasando por los tantos abogados que figuran en las páginas de anuncios.
Pero resulta evidente que por ejemplo el automovilista que atropelló a un peatón que cruzó la calle por donde
no se debe, y lo mató, no puede compararse con un marido enfurecido que, cegado por algún disgusto, ataca
a su esposa con un cuchillo y la mata. Ambos infringieron el Mandamiento, si éste se traduce como ``No
matarás´´. Pero sólo el segundo, si es ``No asesinarás´´. Y por eso, al conductor que intervino en el accidente
de tránsito, los tribunales de Israel lo eximirán de castigo si resulta que fue provocado por el descuido del
peatón.

***

Y como postre, una interesante observación final: el origen etimológico de la palabra ``asesinar´´. Viene del
idioma árabe y está emparentada con el vocablo ``jashish´´, el narcótico o droga que se conoce por este
nombre hasta el día de hoy. Dominado por sus fantasías enfermizas, el drogadicto sale a ``asesinar´´. O para
decirlo con las palabras del Diccionario de la Real Academia Española (21 edición, Madrid 2001, pág.226):
``Asesinar (de asesino): Matar a alguien con premeditación, alevosía, etc.´´. Y: ``Asesino (del árabe hassasin,
adictos al cáñamo indio): que asesina´´.
Así que, amigo lector, ¡no matemos el sexto Mandamiento, traduciéndolo mal o adjudicándole un número que
no le corresponde!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 13/02/2004
PARASHAT MISHPATIM
¡La ``Ley del Talión´´!
Como continuación de los Diez Mandamientos o Decálogo que hemos visto en la parashá de la semana
pasada, llega hoy una nueva parashá que amplía el conjunto de leyes que Moisés dio al pueblo de Israel. Se
inicia con las palabras ``Y estos son los Mishpatim que pondrás delante de ellos (de los hijos de Israel)´´
(Shemot-Exodo Cap.21 Vers.1) y de ahí el nombre de nuestra parashá de hoy.
La intención de esta palabra Mishpatim -plural de ``mishpat´´, de la raíz SH-P-T, en este caso apunta a
``leyes´´: las leyes que darás a tu pueblo. Pero la raíz SH-P-T (o SH-F-T, porque en hebreo P y F son
variantes de una misma letra) indica ``justicia´´: ``shofet´´ es el juez, y ``mishpat´´ es el juicio, tanto cuando
hablamos de un tribunal (llamado ``bet mishpat´´, ``casa de la justicia´´) como en una lección de gramática
hebrea, donde aprendemos que el ``mishpat´´ (``juicio, oración´´) se divide en sujeto y predicado.

***

De las numerosas leyes que se enuncian en nuestra parashá de hoy, queremos detenernos en aquélla que
más tarde se dio en llamar la ``Ley del Talión´´ (del talín ``talis-tale´´: igual, semejante), es decir, ``tal por
cual´´: Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie`` ( Shemot-Exodo Cap.21 Vers.24) y varios
``tal por cual´´ más, que continúan en el versículo siguiente (quemaduras, heridas y hematomas).

El mundo no ha dejado de echarnos en cara la crueldad de esta ley: arrancarle un ojo o un diente a quien
provocó semejante daño a su prójimo.
Desentendiéndose por completo del hecho de que no muchos siglos después de Moisés, en el Talmud, ya
regía una interpretación más liberal de esta ley, según lo señala el comentarista Rashí en su glosa a este
versículo: se la cumplía pagando una indemnización que tenía en cuenta el daño sufrido por la víctima (
Talmud Babá Kamá 84 B).
O como lo dice el Talmud en otro pasaje: ``Ayin tajat áyin mamón´´. Es decir: ``Ojo por ojo, dinero´´; se paga
una indemnización, pero no se arranca un segundo ojo o diente.

***

Y además, lo que muchos olvidan es que la ``Ley del Talión´´ no viene a ensañarse con el autor del daño,
sino a protegerlo. Si lastimó un ojo, un diente o una mano del prójimo, esto no da derecho a quitarle la vida
como castigo. Que la víctima y sus familiares, furiosos contra quien hirió al hermano, padre, hijo, etc., en el
ojo o donde fuere, salgan unidos matarlo por eso.
La resposabilidad del autor se limita al daño que causó y, como dijimos, desde hace unos 2000 años, en el
Talmud, se la trocó por una indemnización pecuniaria.
Pero esto no es óbice para que muchos nos sigan acusando de ser los crueles autores de la ``Ley del
Talión´´. Mientras que ellos son los misericordiosos que siempre perdonan las ofensas cometidas. Sólo que
para salvar las almas humanas, quemaron a los cuerpos en las hogueras de la Inquisición.
Y como ellos beben simbólicamente la sangre de su Redentor encarnada en unas gotas de vino, nos acusan
a nosotros de hacer lo mismo, mezclando la sangre de un niño cristiano que supuestamente habríamos
asesinado, con la masa de nuestro pan ázimo (las ``matzot´´ de Pesaj) o con el vino de esa fiesta.

***

Y además, en una encuesta realizada hace pocos meses en varios países de Europa, muchos opinaron que
en el presente conflicto de Israel con los palestinos, la mejor solución sería que el Estado de Israel
desaparezca del todo.
Nada de ``Ley del Talión´´: que Israel indemnice a campesinos palestinos cuyos árboles de olivas les fueron
alevosamente destrozados quizás por algunos de los nuestros. O que les plantemos olivos nuevos en su
reemplazo. Y si algún edificio palestino fue echado abajo injustamente, que volvamos a construirlo una vez se
acabe el terrorismo y retornen la paz y la buena vecindad a estas latitudes.
No: por el ojo herido o por el diente arrancado, Israel debe pagar con su vida; indemnizaciones solas no
bastarían. Esta es la mejor prueba en favor de la ``Ley del Talión´´ tal como (no) la interpretan aquéllos que
nos acusan de ser tan crueles en nuestras leyes (``mishpatim´´) y en nuestras acciones.

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***

Imaginémonos, en cambio, cómo sería la nueva paz del mundo, una vez que se solucionarían todos sus
problemas con una supuesta desaparición del Estado de Israel.
Musulmanes shiítas afluirían fraternalmente a rezar en mezquitas sunitas, y sunitas se prosternarán en pía
oración en los santuarios de los shiítas.
En Nazaret, liberada de la ``opresión judía´´, crecerán en amistosa competencia la actual iglesia y una
mezquita edificada enfrente hasta una altura de 20 o 30 pisos, de modo que desde abajo, parado en la calle
entre ambas, nadie podrá distinguir cuál de las dos es más alta y más prominente.
Asimismo, en ``Jerusalén liberada´´ habrá fraternal coexistencia de iglesias y mezquitas. Al estilo de lo que
ocurrió hace algún tiempo en Belén, cuando las pandillas armadas de Arafat ocuparon en son de amigos la
Iglesia de la Natividad, y no para rezar, precisamente.
En Egipto volverán a tener plenos derechos los cristianos maronitas y Siria seguirá apoyando en fraternal
solidaridad al Líbano, llenándolo de cañones, bombas y soldados.
Y en Europa, los gobiernos de Londres, París, Madrid y de otras capitales dispondrán de cinco veces al día, al
toque del muecín en el minarete, se suspenderán todas las actividades para permitir las oraciones y
reverencias que prescribe el Corán.
Los vehículos se detendrán en las calles, médicos y enfermeras se prosternarán en las salas de operaciones,
las orquestas interrumpirán sus conciertos y los jugadores de fútbol dejarán de correr detrás de la pelota, para
echarse de bruces en la cancha y rezar.
También mejorará notablemente el status de la mujer en el mundo musulmán: en vez de echarla de la casa
diciéndole tres veces la fórmula ``tú quedas divorciada´´, habrá que decirlo cuatro veces, o quizás cinco.
Así sería el nuevo mundo, una vez que los judíos de Israel dejemos de estorbarle: un verdadero paraíso.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 20/02/2004
PARASHAT TERUMA
El candelabro de oro, Betzalel y Tito
El nombre de nuestra parashá de esta semana, Terumá, podría traducirse como ``ofrenda, contribución´´, y
está formado por una raíz ``rum´´ o ``rom´´ a la que se le antepuso el prefijo T y se le agregó al final una H
(``terumah´´; en español la solemos omitir). Esta raíz R-M indica idea de ``alto, elevado´´ y la evolución de
``terumá´´ como ``ofrenda´´ sería entonces: un objeto que el donante toma en sus manos, lo eleva hacia
arriba como señal de que lo ofrece al Creador, y termina por depositarlo en manos del sacerdote que lo
recibe.
Lo interesante del caso en este vocablo ``terumá´´ es que más adelante en la evolución del idioma hebreo, la
T del prefijo se adhirió a las dos letras R-M de la raíz, y resultó un verbo T-R-M (pasado: taram; presente:
torem, etc.) que hoy usamos para ``contribuir, dar una donación´´. Fenómeno que no ocurrió con otros
términos de formación paralela a la de ``terumá´´ Por ejemplo, del verbo ``shuv´´ (``volver´´) proviene un
derivado ``teshuvá (``retorno´´, y también ``respuesta´´), pero no resultó ninguna raíz T-SH-V. Lo mismo cabe
decir de ``num´´ (``dormir´´) y ``tenumá´´ (``sueño liviano´´). Y hay otros ejemplos más. La T del prefijo no se
adhirió a la raíz para formar palabras nuevas; sólo con ``terumá´´ se dio este fenómeno.

***

A comienzos de un nuevo capítulo del segundo libro de la Torá que estamos leyendo en nuestras sinagogas,
D´´s entonces le indica a Moisés: ``Habla a los hijos de Israel y que tomen para Mí ofrenda (`terumá´) de todo
hombre cuyo corazón esté predispuesto, tomaréis Mi ofrenda´´ (Shemot-Exodo Cap.25 Vers.2).
¿Para qué las ofrendas? Para construir el santuario que desde ahí en adelante será el centro de culto de los
hijos de Israel. Allí se guardarán las Tablas de la Ley donde estaba escrito el Decálogo que Moisés recibió en
el Sinaí, allí los sacerdotes (``cohanim´´) ayudados por los levitas (``levi-im´´) ofrecerán los sacrificios a D´´s, y
el pueblo de Israel también se habrá de congregar allí en las diversas fiestas. De ahí que ese santuario
recibiera, entre otros nombres, el de ``Ohel Moed´´, la ``Tienda (o carpa) de la Reunión´´ (Cap.28 Vers.43).
Algunas versiones españolas de la Biblia lo llaman ``Tabernáculo´´, así, con T mayúscula.
Como andaban por el desierto, ese santuario debía ser desarmable, para poder llevarlo de un lugar a otro. E
incluso después, cuando los hijos de Israel cruzaron el centro espiritual portátil del pueblo, hasta que a
mediados del siglo X a.C. Salomón construyó el Templo de Jerusalén destinado a reemplazarlo.

***

Entre los materiales cuyo aporte se solicitó de los hijos de Israel -diversas telas, cueros, maderas, piedras
preciosas, hierbas aromáticas, etc.- también figuraban algunos metales: ``oro, plata y cobre´´ ( Cap.25
Vers.3).
Y uno de los objetos que se elaboraron de oro puro para ese ``Ohel Moed´´ fue la ``menorá´´, el candelabro
con sus siete brazos necesario para iluminar por adentro esa carpa cuyo interior quedaba casi siempre a
oscuras. Hasta el día de hoy, este candelabro sigue siendo uno de los símbolos del pueblo judío y del Estado
de Israel.
Pero a pesar de la descripción bastante detallada que nos da el texto bíblico acerca de esa ``menorá´´
(Cap.25 Vers.31 hasta 39), una sola figura sería más útil para darnos la idea de cómo era el candelabro, que
los nueve versículos que le dedica el texto de la Torá.
Es cierto: no quedaron fotogarías de la ``menorá´´. Pero sí otros candelabros más pequeños, no de oro y de
uso casero solamente, que los arqueólogos han encontrado en sus excavaciones por esta zona. Y dibujos
grabados en piedra. Y mosaicos de sinagogas que también reproducen candelabros.
Y está, por supuesto, esa ``menorá´´ esculpida en el Arco de Tito -cuyo diseño el Estado de Israel tomó por
escudo nacional- que pueden ver con sus propios ojos todos aquellos que concurren a Roma a admirarla en
este sitio. Hay quienes sospechan que el original de ese candelabro quizás está guardado en alguno de los
sótanos del Vaticano.

***

En un detalle importante difieren la ``menorá´´ del Arco de Tito y las otras que se han hallado por aquí: en la
envergadura de la base. Porque los candelabros hallados por los arqueólogos -o sus dibujos- generalmente

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presentan tres endebles ``patitas´´-¿o a veces serán cuatro?- sobre las cuales el candelabro se posa en el
suelo. Mientras que el del Arco de Tito (y del escudo de Israel) exhibe una ancha plancha horizontal que lo
provee de sustentación más que sólida.
¿Cómo habrá sido, entonces, la ``menorá´´ original del Tabernáculo y, posteriormente, del Templo de
Jerusalén?
El texto bíblico no nos dice nada acerca de cómo era esa base de sustentación. Hay quienes sospechan que
el artista romano le esculpió una base tan ancha en el Arco de Tito para hacer resaltar el valor de esa pieza
de oro conquistada por los suyos cuando destruyeron el Templo de Jerusalén en el año 70 d.C.
Habría que preguntárselo, entonces, a Betzalel ben Urí de la tribu de Judá (que figura en una próxima
parashá: Cap.31 Vers.2) quien fue el director artístico -por así decirlo- que encabezó el grupo de escultores,
tejedores, carpinteros, etc., que confeccionaron el Tabernáculo, sus telas, muebles y objetos de culto, incluso
el candelabro.
Y en recuerdo de este artista Betzalel, hoy se llama con su nombre la Escuela Nacional de Bella Artes que
funciona en Jerusalén.
Por Heriberto Haber

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Mundo Judío - 27/02/2004
PARASHAT TETZAVE
El Sumo Sacerdote
La parashá de esta semana continúa con el tema iniciado en la parashá anterior: el ``Ohel Moed´´ o ``Tienda
de la Reunión´´, que habría de ser el centro portátil de culto de los hijos de Israel, hasta que siglos después
vino a reemplazarlo el Templo de Jerusalén.
Nuestra parashá se inicia con las palabras ``Veatá tetzavé´´, ``Y tú (Moisés) ordenarás (a los hijos de Israel)
(Shemot-Exodo Cap.27 Ver.20) que tomen aceite de olivas puro, con el cual se prenderá una luz perpetua
que debe arder dentro de la ``Tienda de la Reunión´´ o ``Tabernáculo´´.
``Tetzavé´´ es inflexión de futuro -usado aquí como imperativo- de un verbo hebreo cuya raíz son las tres
letras TZ-V-H. Por esta letra ``he´´ (hache) final, algunos escriben el nombre de la parashá como ``tetzaveh´´,
para hacerla figurar. Por ser muda en castellano, nos permitimos omitirla.
Lo mismo ocurre con un derivado más conocido de esta raíz, el término ``mitzvah´´ (``orden, mandamiento´´)
que conocemos del concepto ``Bar Mitzvá´´ (omitiendo también la H final) con que se denomina a un
muchacho judío cuando cumple sus trece años. Y por extensión, a toda la ceremonia que con él se cumple en
la sinagoga. Y después de ésta, también la fiesta familiar con que se celebra el acontecimiento.
Y en muchas comunidades hay una innovación de los tiempos modernos: festejar de un modo análogo la
``Bat Mitzvá´´ (``Hija del Mandamiento´´) de una niña, cuando ésta llega a la edad de doce años.
En ambos casos -el varón y la niña- las edades respectivas tienen vinculación, por supuesto, con la madurez
sexual de estos hijos. Por eso, a esa edad se comienza a considerarlos como adultos, y a partir de ese día
rigen también para ellos las leyes que impone la religión judía, las ``mitzvot´´ (así, el plural).

***

Lo que sigue en nuestra parashá de hoy son los capítulos 28, 29 y parte del 30 del libro Shemot- Exodo que
estamos leyendo. Allí se proscribe cómo deben ser las ropas sacerdotales de Aarón (el hermano de Moisés y
primer ``Cohen Gadol´´ o Sumo Sacerdote del pueblo de Israel), y las de sus hijos. Además de las túnicas,
capas, cinturón, turbante, etc. de Sumo Sacerdote, se destacaban en el ropaje de Aarón dos piedras
preciosas que él llevaría una en cada hombrera, y sobre las cuales, seis en cada punta, se grabarían los
nombres de las doce tribus de Israel.
Estas doce tribus también figurarían en otra pieza que el Sumo Sacerdote llevaría colgada a la altura del
pecho: el ``jóshen´´ o ``pectoral´´. Allí, dentro de un rectángulo dividido en cuatro filas por tres, en cada una de
las doce subdivisiones estaba engarzada una piedra preciosa diferente. Símbolo evidente, también, de las
doce tribus de Israel.
Otros pasajes de nuestra parashá describen el altar de los sacrificios y diferentes piezas más para el culto de
D´´s en ese santuario.
Y un capítulo -el 29- da instrucciones sobre la ceremonia con la cual se habría de inaugurar en sus funciones
sacerdotales a Aarón y a sus hijos.

***

Acerca de los nombres de las doce tribus de Israel que Aarón llevaba insertados en su vestimenta, el mismo
texto bíblico ya nos dice: ``Y llevará Aarón los hombres de los hijos de Israel en el pectoral de la justicia, sobre
su corazón, cuando venga al santuario; como recuerdo ante el Eterno, siempre´´ (Cap.28 Vers.29).
Y algunos comentaristas explican: para que cuando Aarón o los otros Sumos Sacerdotes que le siguieron se
presenten ante el Creador, El tome en cuenta que vienen a implorar en nombre de todo el pueblo de Israel la
ayuda que solicitan: el perdón divino en Iom Kipur, o la caída de lluvia en épocas de sequía, o la victoria sobre
un enemigo que los está afligiendo.
Pero a eso podríamos agregar nosotros que la presencia de esos doce nombres también debe hacerle
recordar al Sumo Sacerdote que él no es más que el representante de las tribus ante D´´s; que él dirige el
culto de sacrificios -hoy sustituidos en el pueblo judío por la plegaria- y los demás actos de culto que se
ejecutan en Su homor.
Pero el sacerdote judío de ningún modo es el respresentante de D´´s ante los hombre, tal como quizás ocurre
en otras religiones. Ni lo es el rabino, que en nuestra vida judía de hoy viene a reemplazar, a grandes rasgos,
lo que otrora era el ``cohen´´ o sacerdote.
¡Que lo tomen bien en cuenta en nuestro Rabinato!.
Por Heriberto Haber
Parashá - 05/03/2004
PARASHAT KI TISA
Censos
El breve fragmento que da su nombre a nuestra parashá de hoy, ``Ki Tisá´´, en realidad está intercalado en la
descripción del santuario que comenzó en las dos parashot anteriores y que seguirá casi hasta el final del
segundo libro de la Torá que estamos leyendo.
Después de la fórmula ``Y habló el Eterno a Moisés diciendo´´, muy frecuente en cuatro de los cinco libros de
la Torá -excepción es el primero, Bereshit o Génesis, donde Moisés todavía no aparece- leemos en el texto
hebreo de la parashá de esta semana: ``Ki tisá et rosh benei Israel lifekudeihem´´. Traducido literalmente:
``cuando eleves la cabeza de los hijos de Israel según su cuenta´´ (Shemot-Exodo Cap.30 Vers.12).
La intención es: cuando hagas un censo de los hijos de Israel, para saber cuántos son.
¿Y cómo habrá de hacerse este censo?
No llenando formularios, como se haría en nuestros días. En tiempos de Moisés el papel todavía no se
conocía. Cada uno de los censados, ``desde veinte años para arriba´´ (vers.14) -y se sobreentiende,
solamente los varones- debe pagar medio shékel como ofrenda para el Eterno. El dinero pasará después a la
caja del ``Ohel Moed´´, la ``Tienda de la Reunión´´ que ya hemos visto aquí en notas anteriores.
Contando la cantidad de monedas de medio shékel recibidas, se sabrá cuántos son los varones en edad
militar con los que se cuenta para el caso de tener que salir a una guerra. Y cuántos, también, son los
hogares con que podrá contar el rey cuando se disponga a sancionar impuestos sobre su pueblo.

***

Estos dos propósitos de los antiguos censos -medir la capacidad militar e impositiva del pueblo- han hecho
que censos fueran muy odiosos en el pueblo de Israel. Ya la misma Torá insinúa la amenaza: ``Y que no haya
en ellos -en los hijos de Israel- plaga mortal cuando se los cuente´´ (Vers.12). Censos se realizaban
indirectamente, mediante el pago de esa moneta -``que el rico no dé más y el pobre no dé menos de medio
shékel´´ (Vers.15)- y después se contaba el dinero recogido, para saber cuántos eran los contribuyentes.
Una vez, en la historia ulterior del pueblo de Israel, se realizó un censo que resultó muy odioso no sólo para el
pueblo sino también ante el Eterno. Corrían los últimos años del reinado de David -a mediados del siglo X
a.C.- y la historia de este censo se relata en el Cap. 24 del segundo Libro de Samuel (que también es el
último de ese libro).
El anciano David manda censar a los habitantes de su reino, a pesar de que diversos personajes en la corte
-comenzando por Yoav, el general en jefe del ejército- procuran disuadirlo. Los resultados son: 800.000
varones en edad militar en las diversas tribus de Israel, más medio millón los de la tribu de Judá.
Y como consecuencia de este censo no ordenado por D´´s, viene el castigo divino por el pecado cometido.
Interviene en el episodio un profeta llamado Gad, que recrimina al rey por haber realizado el censo y le da
para elegir entre tres posibles castigos.
El rey opta por el de más breve duración: tres días de epidemia, que dejan setenta mil muertos en su reino.

***

Esta resistencia a los censos tiene sus proyecciones hasta el día de hoy. No sólo el instintivo temor que
imponen, por un lado, la oficina de reclutamiento militar, y por el otro, la de recaudación de impuestos. Su
efecto incluso alcanza hasta nuestras sinagogas.
Porque es un hecho conocido que para iniciar allí las plegarias en forma pública -con lectura de la Torá (si
corresponde), recitado del ``Kadish´´, etc.- se necesita la presencia de un mínimo de diez varones mayores de
edad, lo que se llama un ``minián´´.
Acotemos que en sinagogas de distintas corrientes modernas del judaísmo -conservativas, reformistas- a
veces también se cuentan para el ``minián´´ a las mujeres mayores de edad presentes. Mayores de edad
significa: después de la Bar Mitzvá (13 años) los varones y de la Bat Mitzvá (12 años) las mujeres.
Pues bien: cuando sólo está presente un puñado de personas, y no se sabe si alcanzan a diez, no se las
suele contar ``uno, dos, tres, etc.´´. Se toma algún versículo de la Biblia, de los Salmos o del libro de
oraciones, del cual se sabe de antemano que consta de diez palabras, y aplicando una tras otra a cada uno
de los presentes se ve si uno alcanza a terminar con ellos el versículo, o no.
O sea: una manera de contarlos sin pedirles que paguen medio shékel cada uno...
Por Heriberto Haber
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Parashá - 12/03/2004
PARASHAT VAYAKHEL-PEKUDEI
Parashot y fiestas dobles
Este sábado se leerán de la Torá dos parashot a la vez: Vayakhel y Pekudei. Y con esta última se acaba el
segundo libro de la Torá.
``Vayakehl´´, ``y reunió (Moisés a todo el pueblo de Israel)´´ es la palabra inicial de Shemot-Exodo (Cap.35
Vers.1.) Tiene la misma raíz K-H-L que la palabra ``kahal´´ o ``kehilá´´ con que hoy denominamos una
``comunidad´´ o ``congregación´´ judía´´, y la llevan en su nombre muchas sinagogas de Israel y de la
diáspora. En la nomenclatura de los judíos sefardíes -acostumbrados desde hace muchas generaciones a no
pronunciar la H del castellano- la palabra ``kahal´´ frecuentemente se redujo a ``kal´´.
El nombre de la segunda parashá, ``Pekudei´´, está tomado de un pasaje de la Torá que comienza así: ``Ele
pekudei hamishkán´´, ``éstos son los censados del santuario´´ (Shemot-Exodo Cap.38 Vers.20). Allí el texto
se refiere a las diversas personas encargadas de elaborar las piezas del santuario: Betzalel (de quien ya
hemos hablado en estas notas), un hijo de Aarón que se llamaba Itamar y otras personas que actuaban bajo
las instrucciones de estos dos.
Y sigue, hasta el final de la parashá -y con ella acaba el libro de Shemot o Exodo- la descripción del santuario,
su mobiliario, el ropaje del Sumo Sacerdote, el armado de las piezas y la inauguración del mismo.

***

¿Por qué este sábado se leerán dos parashot de la Torá en vez de una sola?
Normalmente un año judío -año de 12 meses lunares, que suman 354 días, más corto que el año solar con
sus 365 días- tiene, entonces, 50 o 51 sábados, que requieren cada uno su parashá. Pero un año embolismal
judío, que cuenta con un mes adicional y suma algo más de 380 días, puede llegar a tener hasta 54 sábados.
Por eso la Torá ha sido dividida en 54 parashot (y hay quienes también usan el plural ``parashiot´´). Algunas
son más cortas, otras más largas. Así se da abasto también a las necesidades de un año embolismal (como
lo fue, por ejemplo, el pasado 5763, o sea, 2002-2003).

***

En un año común -50 o 51 sábados- nos quedaría, entonces, un ``sobrante´´ de tres o cuatro parashot. Para
que ninguna de ellas se quede sin ser leída de la Torá, se unen a veces dos parashot -como las de esta
semana, ``Vayakhel´´ y ``Pekudei´´- de modo que al acabarse el ciclo anual de lectura del Pentateuco en
Simjat Torá se llegue justo hasta el fin del quinto libro, Devarim o Deuteronomio, que termina con la muerte de
Moisés.
Así como las dos de esta semana, hay a lo largo del año varias otras ``parejas´´ de parashot candidatas a que
se las lea juntas en un mismo sábado, de ser necesario.
Inclusive en un año embolismal, con sus 54 sábados, a veces se une la lectura de dos parashot. Porque
cuando alguna de las fiestas judías cae en sábado -Iom Kipur, Rosh Hashaná, Pesaj, Shavuot, Sucot- cada
una de estas fiestas tiene asignada su lectura especial de la Torá. Generalmente es un texto donde se habla,
en efecto, de esa fiesta.
Y esto desplaza a la parashá que correspondería según el orden semanal, la ``parashat hashavúa´´ que
nosotros comentamos aquí.
De modo que también en un año embolismal, con sus 54 sábados, es frecuente encontrar alguna pareja de
parashot dobles en alguno de ellos.

***

Y no sólo eso. También se da el caso, a veces, que en un determinado sábado los judíos aquí, en Israel,
leemos una parashá determinada y nuestros hermanos en la diáspora, en sus sinagogas, una diferente.
¿Cómo es éso?
Ello se debe al ``Iom tov shení shel galuiot´´, al ``segundo día de fiesta de las diásporas´´ que por ejemplo
alarga la celebración de Pesaj (siete días en Israel) a ocho en la diáspora. Algo análogo ocurre con varias
otras fiestas más.
El origen de este alargamiento remonta a tiempos muy antiguos cuando todavía no había un calendario judío

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(o ``lúaj´´) bien establecido. Entonces se mandaban desde Jerusalén mensajeros a los judíos de las diáspora
de esa época -principalmente a Babilonia (hoy Irak) y probablemente también a Egipto- para anunciarles que
al verse la Luna Nueva en Jerusalén, el Sanedrín había consagrado la iniciación de un nuevo mes hebreo.
Para estar seguros de que celebraban la fiesta en su justa fecha, -digamos por ejemplo Shavuot-, dos en vez
de uno. Rosh Hashaná, también dos (en vez de uno solo que prescribe la Torá: Bamidbar-Números Cap.29
Vers.1). Pero en este caso, los judíos de Eretz Israel también aceptaron para ellos la duplicación que
establecieron los judíos de Babilonia. Sólo Iom Kipur quedó un día solo -también en la diáspora- porque no
puede imponerse al judío un ayuno de 48 horas; basta con las 25 que, basado en la Torá, establece el
Talmud.
***
Y entonces puede ocurrir, por ejemplo, que el último día de Pesaj caiga en viernes. El día siguiente, sábado,
en Israel, ya no será más fiesta, estará permitido comer pan y en la sinagoga se leerá, por consiguiente, la
parashá semanal que corresponda.
Pero en la diáspora, ese sábado todavía será el octavo día de Pesaj, con su lectura de la Torá
correspondiente. Y la parashá que se leyó en Israel, quedará postergada una semana.
Así andarán desparejas, por un tiempito, las lecturas semanales de Israel y las diaspóricas, hasta que la unión
de las dos en un mismo sábado -en la diáspora, no en Israel- ponga la lectura de la Torá en un mismo lugar
para ambas partes.
Aunque hay comunidades judías de la diáspora -reformistas, quizás también conservativas- que opinan que
en este siglo XXI, en que sabemos de antemano cuándo se presentará la luna con precisión de minutos, ya
no queda lugar para el ``Iom tov shení shel galuiot´´, este ``segundo día de fiesta de las diásporas´´ por miedo
de que los mensajeros no hayan llegado a tiempo, montados en sus burros o camellos.
Estas comunidades han abolido el día de prolongación de las fiestas judías y, por ende, allí la lectura sabática
de las parashot concuerda todo el año con la de Israel.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 19/03/2004
PARASHAT VAYIKRA
Sacrificios
Iniciamos este sábado la lectura del tercer libro de la Torá en nuestras sinagogas. En hebreo lo llamamos
``Vayikrá´´, ``Y llamó (D´´s a Moisés)´´ por su palabra inicial. Y por su contenido, el uso general le ha dado el
nombre de ``Levítico´´, porque contiene las leyes de los sacrificios, ofrendas, etc., que atañen especialmente
a los descendientes de Leví. Y dentro de éstos, a Aarón y a su familia, los sacerdotes del pueblo de Israel.
Por eso algunos comentarios hebreos, al referirse a este libro, también lo llaman ``Torat Kohanim´´, la Torá (o
enseñanza) de los sacerdotes.
***

En el antiguo país de Israel, la tribu de Leví con sus sacerdotes no recibió territorio alguno en el reparto que
se hizo de la tierra conquistada. Parte de ella, al este del Jordán, fue adjudicada todavía en tiempos de
Moisés. Y después de la muerte de éste, luego de atravesar ese río bajo el mando de Josué, se repartió
buena parte del territorio que hoy ocupan el Estado de Israel y los palestinos.
``Y no dieron parte a los levitas en el país, sino sólo ciudades para habitar´´, leemos en Josué, Cap.14 Vers.4.
¿De este modo el número de los territorios tribales quedó reducido solamente a once de los hijos de Jacob?
No. Porque según hemos visto al final del libro de Bereshit o Génesis, los descendientes de José se
desdoblaron en dos tribus, Menasés y Efraín. Así lo dispuso la bendición del anciano Jacob, que los ascendió
a hijos suyos -y no sólo nietos- según hemos visto aquí en su momento (Parashat Vayejí, Aurora del 8.1.04).
De tal modo, al hablar de la división del país entre 12 tribus desaparece Leví, pero surgen Menasés y Efraín
en vez de José.
***

Debido, entonces, a que carecían de territorio propio, el sustento de los levitas y de los sacerdotes provenía
principalmente de los sacrificios, ofrendas y donaciones que el pueblo de Israel traía ante el altar de D´´s, y
parte de los cuales quedaba para ellos. Siglos más tarde, destruido el Templo de Jerusalén y dispersado el
pueblo de Israel por las diversas diásporas, los levitas y sacerdotes dejaron de ocupar ese puesto de honor,
que sólo les quedó reservado en algunos actos sinagogales.
La prueba la tenemos, sin ir muy lejos, si miramos lo que ocurre alrededor de nosotros hoy día en Israel: miles
de señores Kohén y Leví -además de otros apellidos, que también indican la pertenencia a estas familias- son
simples obreros, comerciantes, empleados, etc., como asimismo pueden ser abogados, médicos, maestros,
ingenieros, jueces, políticos y también gobernantes.
***

Las funciones de los antiguos levitas y sacerdotes en el culto religioso judío, en la diáspora poco a poco
fueron transferidas a los rabinos. A partir de las más antigua de ellas, la de Babilonia -siglo sexto a.C.- y hasta
el día de hoy, generalmente también se mantiene para ellos ese mismo régimen económico. La comunidad y
su sinagoga viven de la cuota social y de las donaciones que les aporta la colectividad judía, y con ellas se
pagan, entre otras cosas, el sueldo de los rabinos y de los otros funcionarios de culto. Tal como antiguamente
el pueblo mantenía a los kohanim y a los levitas con sus sacrificios.
Pero en el Estado de Israel, hoy las cosas son un poco diferentes. Los rabinos y demás funcionarios
religiosos reciben su manuntención de la caja del Estado -o de la Municipalidad, o de otra caja pública- que se
nutre no de donaciones voluntarias, sino de impuestos nacionales y locales.
La lucha de estos funcionarios religiosos, deseosos de recuperar para ellos el papel directivo que otrora
tenían en el pueblo de Israel los sacerdotes y levitas es, en esencia, el problema de la coerción religiosa en
nuestro país, que los unos propenden y los otros combaten.
Vayikrá o Levítico es, entonces, el libro que enumera los diversos sacrificios: los regulares que se ofrecían
todos los días, y los especiales de las diversas fiestas, o expiatorios de pecados en que pudo haber incurrido
alguien del pueblo, o un mandatario, o un levita o un sacerdote mismo.
Gran parte de estos sacrificios eran animales que se degollaban sobre el altar: vacunos, ovejas, cabras,
palomas. Personas muy pobres sólo alcanzaban a ofrendar un puñado de harina o una torta de pan. Y en
ocasiones especiales, las ofrendas eran de frutos (´´bikurim``, las primicias), de cereales, o hasta de agua
(para pedir al Creador una temporada invernal de abundantes lluvias).
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En rasgos generales, la zona alrededor del altar no difería mucho de lo que hoy puede verse en un matadero:
llena de sangre y de otros restos de animales sacrificados.
Lo que no es óbice para que en nuestros días funcione en Jerusalén una ``ieshivá´´ o academia talmúdica
dedicada especialmente a estudiar todos los detalles de este culto de sacrificios. La anatomía del animal
-pues Vayikrá-Levítico también describe en detalle qué destino debe darse a las diversas partes de animal
sacrificado -el instrumento necesario para esa faena, y además, todos los otros detalles del antiguo santuario,
parte de los cuales hemos visto aquí en nuestras últimas notas (por ejemplo, la ``menorá´´ o candelabro).
Todo esto, con miras a que algún día vuelva a construirse en Jerusalén un nuevo Templo, el tercero. Y con la
certeza, por supuesto, de que también él va a ser, como los dos primeros, un gran degolladero de ovejas,
cabras y otros animales, pues esto es lo que el Creador exige del pueblo de Israel.
Ya que así lo prescribe el libro de ``Vayikrá´´ o ``Levítico´´, cuya lectura iniciamos el próximo sábado en
nuestras sinagogas.
Por Heriberto Haber

2 of 2 14/01/2008 10:33 p.m.


Parashá - 02/04/2004
Las segundas Tablas del Decálogo
Parashá
Con la lectura de la Torá del próximo sábado se interrumpe la serie de fragmentos del libro Vahyikrá-Levítico
que estuvimos viendo últimamente. Como es el sábado intermedio de la fiesta de Pesaj -el así llamado
Shabat Jol Hamoed Pesaj- tiene su lectura especial, vinculada precisamente con esta fiesta.
Aclaremos de paso qué significa esta expresión de ``Jol Hamoed´´. ``Jol´´ denota ``profano, no sagrado´´. (En
otros contextos también puede significar ``arena´´, pero ésto no tiene nada que ver aquí). ``Moed´´, que ya
vimos en la expresión ``Ohel Moed´´, la ``carpa de la REUNION´´, en realidad significa ``un tiempo
determinado´´. Y especialmente, una ``fiesta´´. De modo que ``Jol Hamoed´´ equivale a ``(día) profano de la
fiesta´´. Es decir, en nuestro caso de hoy: de los siete días de Pesaj, una jornada que no es fiesta. En ese día
la gente suele ir al trabajo y ocuparse de sus tareas diarias, pero con todo, rigen diversos aspectos de la fiesta
de Pesaj: queda en pie la prohibición de comer pan -sólo ``matzá´´, el ``pan ácimo´´ está permitido- y en la
sinagoga se dicen ciertas plegarias especiales. También la fiesta de Sucot, además de Pesaj, tiene parte de
sus siete días catalogados como días de ``Jol Hamoed´´.
...
Y Shabat Jol Hamoed, el ``sábado de los días hábiles de la fiesta´´, esta vez será, entonces, pasado mañana.
En el presente año hebreo 5764 (2003-2004), en esta semana de Pesaj que estamos celebrando, fue festivo
el primer día de Pesaj, o sea, el pasado martes 6 de abril, y lo será el lunes 12. Los demás son días
``intermedios´´, y dentro de ellos se ubica el ``Shabat Jol Hamoed´´, el sábado 10 de abril, que tiene,
entonces, su lectura especial de la Torá.
...
Ella está tomada del segundo libro, Shemot o Exodo, desde el Cap.33 Vers.12 hasta Cap.34 Vers.26. El
fragmento es parte de la Parashá Ki Tisá que ya hemos comentado aquí en su oportunidad (AURORA del
11.3.04).
En uno de sus pasajes (los primeros versículos del Cap.34) la Torá nos cuenta cómo Moisés se prepara para
subir otra vez al monte de Sinaí, para recibir allí una segunda edición -por así decirlo- de los Diez
Mandamientos. Porque las primeras tablas que habían sido grabadas allí -conviene recordarlo- Moisés las tiró
al suelo y quedaron hechas pedazos, cuando bajó del monte y encontró al pueblo de Israel que, cansado de
esperarlo, estaba adorando un becerro de oro (según lo relatado en Shemot-Exodo (Cap.32. Y en especial el
Vers.19: ``Se encendió la furia de Moisés, y arrojó de su mano las tablas, y las rompió al pie del monte´´).
Por eso, la orden divina ahora le indica a Moisés: ``Esculpe dos tablas de piedra como las primeras, y Yo
(D´´S) escribiré sobre las tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que has quebrado``
(Cap.334 Vers.1).
...
En aquellos tiempos de Moisés -quizás siglo trece a.C. y hay quienes dicen que fue antes todavía -cuando los
hombres querían grabar textos en piedras, por lo general tomaban el cincel en la mano derecha y con la
izquierda lo golpeaban con algo que hoy llamaríamos martillo; probablemente fue otra piedra. En en el caso
de personas zurdas las condiciones eran diferentes, pero como minoría, otrora como hoy, habrán tenido que
ajustarse a la regla general. O dedicarse a otros oficios...
De tal modo, la escritura resultaba de derecha a izquierda, tal como lo es la nuestra, la hebrea, hasta el día de
hoy. Numerosas inscripciones de los tiempos antiguos que arqueólogos hallaron en esta zona del Medio
Oriente atestiguan este hecho.
Sólo mucho más tarde, cuando la humanidad descubrió medios de escritura más avanzados y menos duros,
la dirección de la escritura fue cambiando paulatinamente.
Se han hallado antiguos escritos griegos -éstos habían aprendido su alfabeto de los fenicios y hebreos que
habitaban en esta zona del Medio Oriente- donde un renglón está escrito de derecha a izquierda, y el
siguiente, desde ese punto de la izquierda, retorna hacia la derecha. Un zigzag como hacen los bueyes
cuando aran un campo: llegan hasta un extremo, ahí dan media vuelta y emprenden camino en dirección
contraria. Por éso semejante tipo de escritura recibió en español el nombre de ``bustrofedón´´, del latín, y
éste, del griego: ``bous´´ es el buey, y ``strefein´´, dar la vuelta.
...
Más tarde todavía, cuando ya se escribía sobre elementos más dúctiles -papiro, pergamino, luego papel- y
para hacerlo bastaba una sola mano (que empuñaba un estilete o algún objeto alargado que se mojaba en
tinta) el mundo occidental descubrió que resultaba mucho más fácil escribir (con la mano derecha) desde la
izquierda hasta la derecha, de modo que la mano, al avanzar, dejara al descubierto el texto que uno escribía,
en vez de cubrirlo con el puño y el codo.
Por eso el griego mismo, el latín y los posteriores idiomas del mundo de occidente pasaron todos a escribir de
izquierda a derecha. Y quedó sólo el hebreo -junto con otros idiomas semíticos: el arameo y el árabe -como
quienes escriben ``al revés´´. Cuando en realidad, según hemos explicado, quienes pasaron a escribir al
revés fueron todos los demás.
En el caso de los Diez Mandamientos o Decálogo, no está bien claro quién fue el que los escribió esta
segunda vez. Según el versículo que ya hemos mencionado, ``Yo (D´´s) escribiré etc.´´ (Cap.34 Vers.1). En
cambio un poco más adelante leemos que ``Dijo el Eterno a Moisés: ``Escribe estas palabras, porque de
acuerdo con estas palabras Yo concerté contigo el pacto, y con Israel´´ (Vers.27).
De todos modos, ya sea por mano divina o por Moisés, es indudable que también los Diez Mandamientos
venían escritos de derecha a izquierda.
Por Heriberto Haber
Parashá - 09/04/2004
La lucha de los profetas
Parashat Sheminí
Después de la interrupción que nos produjo la semana pasada la presencia del sábado intermedio de la fiesta
de Pesaj, volvemos hoy al punto donde dejamos, hace una quincena, la última parashá que vimos en el tercer
libro de la Torá.
La de hoy se llama ``Sheminí´´, ``octavo´´, porque comienza con las palabras: ``Y ocurrió al `octavo´ día,
llamó Moisés a Aarón y a sus hijos y a los ancianos de Israel´´ (Vaikrá-Levítico Cap.9 Vers.1). ¿Para qué los
convocó? Para seguir dándoles instrucciones acerca de los sacrificios: ``Toma un ternero para el sacrifico
expiatorio y un carnero para el holocausto, sin defecto, y sacrifícalos delantes del Eterno´´ (Vers. 2).
Y con esto estamos otra vez en el tema de los sacrificios, tal como lo hemos abordado en nuestras últimas
notas. Y hemos señalado aquí que con el correr del tiempo surgieron en el pueblo de Israel voces de protesta
contra ese degüello continuo de animales en el altar.
Sacrificios de animales hubo por doquier en el mundo antiguo. En los pueblos de Medio Oriente: babilonios,
persas, asirios, canaaneos, fenicios, egipcios, etc. Quedaron documentados en numerosos hallazgos
arqueológicos: restos de altares, dibujos de los mismos, himnos de loor a los dioses, etc. Y lo mismo rige para
los antiguos griegos y romanos.
Y no sólo sacrificios de animales; también fueron degollados seres humanos en los altares de aquellos
tiempos. Cuanto más importante era la gracia que se pedía a la divinidad, tanto más cara debía ser la persona
sacrificada para quien la ofrecía.
Mesha, rey de Moab, fue atacado por una coalición de tres reyes: Joram de Israel, Josafat de Judá y el rey de
Edom. Ello ocurrió a mediados del siglo noveno a.C. Al verse acorralado en su ciudad capital, con los tres
ejércitos enemigos acampados alrededor de ella, Mesha subió a la muralla ``y tomó a su hijo primogénito, el
que reinaría en lugar de él (o sea, el príncipe heredero) y lo sacrificó como holocausto sobre la muralla´´
(Melajim Bet, Segundo libro de los Reyes Cap.3 Vers.27) Logró liberar a su ciudad sitiada, y después
emprendió una campaña militar de venganza contra sus agresores.
Este hecho nos es relatado no sólo en la Biblia sino también en la famosa ``Piedra de Mesha´´, hallada en
1868 en la que hoy es Jordania, y donde una larga inscripción relata toda esta guerra desde el punto de vista
del rey Mesha, acorralado por sus enemigos.
Y no hablemos ya de los sacrificios humanos que se ofrecían en países entonces todavía desconocidos: los
aztecas, los mayas y otros pueblos del continente americano.
Hay quienes opinan que el sacrificio que D´´s requirió de Abraham - que ofrendara a su hijo Isaac en el monte
de Moriá (según Bereshit-Génesis Cap. 22) y que fue interrumpido a último momento - es una lección práctica
que D´´s quiso darle al patriarca y a sus descendientes, de que El no pide sacrificios humanos y que no son
gratos a Sus ojos.
Pero como ya lo insinuamos en una nota anterior, cuando el Templo de Jerusalem (el primero) todavía estaba
en pleno funcionamiento, surgieron en el pueblo judío -ya dividido en dos reinos: el de Judá y el de Israel-
voces de protesta contra el culto de sacrificios. Especialmente cuando éste pretendía expiar pecados contra
las clases más débiles de la sociedad. ``Porque obras de bien he querido (Yo, el Eterno), y no sacrificio;
conocer a D´´s, más que holocaustos´´ dice uno de estos opositores, el profeta Hoshea-Oseas en su Cap.6
Vers.6.
Todavía más enérgico es Yeshaiahu o Isaías en Judá y su capital Jerusalem, cuando atruena en el capítulo
inaugural de sus profecías: ``¡Oíd la palabra del Eterno, jefes de Sodoma; escuchad la enseñanza de nuestro
D´´s, pueblo de Gomorra! (Ya entonces estas dos ciudades eran símbolo histórico de maldad.) ¿Para qué
quiero vuestros tantos sacrificios?, dice el Eterno. ¡Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de
vacunos! Y la sangre de toros, ovejas y carneros ¡no la quiero!´´ (Isaías, Cap.1 Vers. 10-11).
¿Y qué es, entonces, lo grato ante D´´s?
Lo expresa ese mismo profeta pocas líneas más adelante.
``Aprended a hacer el bien, procurad la justicia, fortaleced al explotado, haced justicia, amar obras de bien
(´´jésed``) y andar humildemente con tu D´´s (Miqueas, Cap. 6 Vers.8).
¿Humildemente? ¿Eran expresión de humildad las lujosas vestimentas del Sumo Sacerdote, todas de telas
finísimas, y engarzadas de oro y de piedras preciosas? ¡Y es de suponer que los demás sacerdotes no le iban
muy a la zaga!
Así surgió, entonces, la rivalidad entre las doctrinas de los profetas -``neviim´´- y la de los sacerdotes, los
``kohanim´´. Entre quienes luchaban por las clases más débiles de la sociedad y los que estaban ``más
arriba´´ y veían peligrar sus puestos de privilegio.
Una lucha que sigue hasta el día de hoy no sólo en el Estado de Israel sino también en muchos otros países,
entre los partidos políticos que representan a uno u otro sector de la sociedad.
Los profetas de Israel nunca tuvieron miedo de presentarse ante reyes, generales y otros mandatarios para
espetarles en la cara - y en público - los pecados que habían cometido. Natán y Gad se presentaron ante el
rey David, Elías ante Acab, Isaías entre los reyes de Judea, lo mismo que más tarde Jeremías, y otros más.
Fueron ejemplos para muchos revolucionarios sociales judíos que les siguieron en la Historia.
Por Heriberto Haber
AURORA DIGITAL http://www.aurora-israel.co.il/imprimir.php?art_id=4516

Mundo Judío - 16/04/2004 I

Curando enfermos
Parashat Tazria-Metzorá
Este sábado otra vez leeremos de la Torá dos parashot juntas, fenómeno cuyo origen ya hemos explicado
hace poco en nuestras notas (ver Aurora del 18-3-04).
La primera de estas parashot lleva el nombre de ``Tazría´´ -palabra derivada de la raíz Z-R-A, ``semilla,
simiente´´- por que el Creador le da a Moisés las normas que deben regir cuando una mujer ``tenga simiente´´
(``tazría´´; Vayikrá-Levítico Cap. 12 Vers. 2). Algunos lo interpretan: cuando dé a luz a un hijo. Otros, en
cambio, opinan: cuando quede embarazada.
Si la criatura que nació es un varón, al octavo día habrá que circuncidarlo (Vers. 3), y para la madre regirá un
determinado período de impureza. Si nació una niña, el período de impureza será de duración doble. Y al
cabo de ese lapso, habrá que llevarle al sacerdote un sacrificio (Vers. 6).
La segunda parashá que también se lee esta semana se llama ``Metzorá´´, ``leproso´´, porque el Eterno le
dijo a Moisés: ``Esta será la ley´´ (``torá´´) del leproso, en el día de su purificación (íd. Cap. 14 Vers. 2).
El capítulo anterior -que todavía pertenece a la parashá precedente- es el que trata de la enfermedad misma,
del paciente que debe consultar a un sacerdote para que éste decida si las manchas en la piel son de lepra o
de otras enferemdades, y el tratamiento que recibirá en cada caso.
Cuando el sacerdote decide que el enfermo de lepra volvió a estar puro -hoy diríamos: cuando lo da de alta-
entonces el paciente curado participará de varios actos y ceremonias. Entre otras, se lo rociará siete veces
con agua, se bañará, lavará sus ropas, se quitará todo pelo del cuerpo (cabello, barba, cejas y demás), y
habrá, también, diversos sacrificios para celebrar su purificación.
Y, condenado desde el comienzo de su enfermedad a vivir solitario fuera del campamento (Cap. 13 Vers.
45-46), podrá regresar al mismo después de que el sacerdote decida su purificación.
Además de la lepra y de otras enfermedades cuyos síntomas aparecen en la piel, la Torá también trata al final
de la segunda parashá de hoy -en el Cap. 15- acerca de diversas secreciones del cuerpo del hombre y dela
mujer: la eyaculación y la menstruación, cuando son naturales. Y también cuando ya no lo son, sino que
hacen sospechar alguna enfermedad venérea.
Por supuesto que todos estos temas son más bien para especialistas en la materia -médicos, sobre todo- y no
para el autor de la presente nota, lego en estas materias. Pero lo que se destaca en estas dos parashot de
hoy es la función de médico -por así decirlo- que nuestros sacerdotes o ``kohanim´´ también cumplían en la
antigüedad.
Un elemento de sanidad muchas veces presente en la ceremonia de purificación que ejecuta el sacerdote con
el paciente, es que éste debe bañarse de cuerpo entero. Otro es evitar el contagio: separarlo del campamento
(o alejarlo de la ciudad, en tiempos posteriores), lavar sus ropas (y en algunos casos, quemarlas).
También hay ejemplos de lo que hoy llamaríamos ``cuarentena´´: mantener al paciente en espera, para
observar qué curso tomará su enfermedad, y después de un cierto plazo, volver a revisarlo y decidir el caso
entonces.
Todas estas funciones y decisiones las deja la Torá en manos de los sacerdotes. No olvidemos que ello
ocurre hace más de tres mil años, cuando todavía no había otro sistema de medicina en el pueblo de Israel, ni
otro cuerpo médico que éste. Y aún para aquéllos que quieren ver en ``Vayikrá-Levítico´´ un libro de tiempos
posteriores -y por ende, más ``moderno´´- no olvidemos que por esta zona del mundo, un médico muy
famoso, Hipócrates, vivió en una isla griega recién por el año 400 a.C.
Por ese entonces el pueblo judío, después de haber acabado un ciclo en su vida -la época del Primer Templo-
ya estaba iniciando uno nuevo con la construcción del segundo, y sobrevenía poco a poco la época del
Talmud.
Y este libro del Talmud ya tiene tratados enteros dedicados a cuestiones de medicina, o de ``pureza e
impureza´´ como lo llamaban entonces. Más adelante todos estos estudios desembocarían en el surgimiento
de médicos judíos eminentes como lo fue el Rambam (Rabí Moshé ben Maimón o Maimónides, 1135-1204) y
de otros como él, que fueron llamados por los monarcas del país para ser sus médicos de cabecera.
Y en tiempos más recientes, nos son conocidos muchos médicos judíos del cuerpo y del alma, entre los
cuales más de uno recibió el Premio Nobel.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 23/04/2004
PARASHAT AJAREI MOT-KEDOSHIM
Sexo en la Biblia
Este sábado leeremos otra vez dos parashot juntas de la Torá. El nombre de la primera, ``Ajarei Mot´´
(``Después de la muerte de...´´) está tomado del versículo inicial de la misma: ``Y habló el Eterno a Moisés,
después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante del Eterno y murieron´´
(Vayikrá-Levítico Cap. 16 Vers. 1).
El episodio de estos dos sacerdotes que murieron durante un acto de culto que no les fue ordenado por el
Creador, puede leerse antes de la parashá que comentamos, en Cap. 10 Vers. 1-2. Los dos se llamaban
Nadav y Avihú, y al ser hijos de Aarón, eran sobrinos de Moisés.
El nombre de la segunta parashá de hoy, ``Kedoshim´´, es un vocablo que generalmente suele traducirse
como ``santos, sagrados´´ y figura también en las primeras líneas de la misma. D´´s manda que Moisés hable
a los hijos de Israel y les diga: ``Seréis santos (`kedoshim´) porque santo soy Yo, el Eterno vuestro D´´s´´
(Cap. 19 Vers.2).
Y a continuación figuran -si bien con textos diferentes- tres de los mandamientos del Decálogo: temer a la
madre y al padre (Vers. 3. En los Diez Mandamientos decía ``honrar´´, y el padre figuraba antes que la madre.
Para comparaciones, ver Shemot-Exodo Cap. 20 Vers. 11), observar el día sábado (también Vers. 3) y no
creer en ídolos ni fabricarlos (Vers. 4).
Retornemos a la primera de nuestras parashot de hoy. Allí, el capítulo 18 entero de Vaykrá-Levítico está
dedicado a explicar en detalle todas las relaciones sexuales que están prohibidas, lo que en los Diez
Mandamientos se condensaba en dos palabras, ``Lo tinaf´´ (Shemot-Exodo Cap. 20 Vers. 13). Algunos lo
traducen como ``No fornicarás´´ (Fornicar: ``Tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio´´;
Diccionario de la Real Academia Española, edición 2001) y otros, como ``No cometerás adulterio´´.
Digamos de paso que este capítulo 18 de las relaciones sexuales prohibidas también se lee de la Torá en
nuestras sinagogas en Iom Kipur por la tarde, en la oración de ``Minjá´´. Para que los fieles, ya bastante
debilitados por el largo ayuno de esa fecha que pocas horas después llegará a su fin, recuerden una vez más,
en ese estado, que en la vida de todos los días no deben dejarse llevar por las tentaciones de la carne.
¿Por qué en tiempos de Moisés -y no sólo entonces- resultaba tan difícil sustraerse a esas tentaciones? La
Torá lo explica sin ambages en su introducción al capítulo que estamos viendo: el mundo que rodeaba a estos
hijos de Israel que andaban por el desierto no estaba acostumbrado a semejantes prohibiciones. Tanto en
Egipto -que ellos dejaban a sus espaldas- como en Canaán, adonde se dirigían, estas relaciones sexuales
eran cosa habitual. De ahí las palabras de introducción: ``No hagáis como los actos del país de Egipto en el
cual habitasteis, y como los actos de la tierra de Canaán que Yo os llevo hacia allá´´ (Vaikrá-Levítico Cap. 18
Vers. 3).
¿Y cuáles son estas relaciones sexuales prohibidas? En una primera definición, este capítulo 18 nos dice:
``Ningún hombre, no os acercaréis a todo familiar de (vuestra propia) carne, para descubrir desnudez´´ (Vers.
6). ``Descubrir desnudez´´ es la expresión que a lo largo de este capítulo indica lo que hoy llamaríamos
``tener relaciones sexuales´´.
¿Cuáles son, entonces, los familiares de la ``propia carne´´? El padre (para su hija) y la madre (para su hijo),
ambos en Vers. 7. Luego también tenemos la mujer de tu padre (¡Todavía estamos en una época de
poligamia!) en Vers. 8. Y así siguen, en larga enumeración, muchos otros parientes ``prohibidos´´, por así
decirlo: una hermana o hermanastra, una nieta, una tía (hermana del padre o de la madre), un tío, una nuera
y una cuñada.
Tampoco está permitido tener relaciones sexuales con una mujer y con la hija de ella (¡hay que decidirse por
una de las dos!). O con dos mujeres que son hermanas entre sí (¡ídem!). O con una mujer en los días de
menstruación.
O con una mujer que ya tiene marido (Vers. 20; el famoso ``No cometerás adulterio´´).
Y tampoco un varón con otro varón (las relaciones homosexuales, tan discutidas en nuestro mundo de hoy). Y
finalmente, con un animal, ya sea el varón con un animal hembra o una mujer con un animal macho (Vers.
23).
Hasta aquí, las prohibiciones. Ellas no fueron óbice para que podamos encontrar, a lo largo de toda la Biblia,
ejemplos de hombres y mujeres que contravinieron estas normas, ya sea antes de Moisés y la ley que las
prohíbe, ya sea después.
Ham (en hebreo, Jam) vio la desnudez de su padre Noé (contacto visual solamente: Bereshit-Génesis Cap. 9
Vers. 22), y las dos hijas de Lot se acostaron con su padre cuando ambos padres -Noé y Lot - yacían ebrios
en sus lechos. El patriarca Abraham estaba casado con Sara que era hermanastra suya (íd. Cap.20 Vers.
11-12), y Jacob se casó con Lea y, una semana después, con Raquel que era hermana de ésta. Todo esto,
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antes de la ley de Moisés.


¿Y qué pasó después, cuando todo esto ya quedaba expresamente prohibido?
Tenemos el caso de violación en grupo de una mujer, ``pilegesh baguivá´´ en hebreo; ``la concubina en (la
ciudad de) Guivá´´ que nos es narrado en el libro de Shoftim-Jueces, todo el capítulo 19.
Está el caso del rey David que desde la terraza de su palacio la vio a Bat Sheva (Betsabé) -casada con el
hitita Urías- que se estaba bañando. Aún informado de que ella tenía marido, David la mandó traer al palacio
y cometió con ella adulterio (Shemuel Bet, Segundo Libro de Samuel, Cap. 11 Vers. 2-4).
Y Amnón, un hijo de este monarca David, se enamoró de Tamar que era su hermana y no cejó en sus
esfuerzos por conquistarla (según íd. Cap. 13 Vers. 1 en adelante) hasta que una vez logró quedarse a solas
con ella, y entonces la violó (íd. íd. Vers. 14).
Todos estos son casos de desenfreno sexual que nos relata la misma Biblia, antes de la prohibición que
establece la Torá , y aún después de ella.
¿Y qué ocurre en nuestros días?
Eso, ¡mejor no preguntarlo!.
Por Heriberto Haber

14/01/2008 10:47 p.m.


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Parashá - 30/04/2004
Repasando las fiestas
Parashat Emor
Después de la fórmula inicial ``Y habló el Eterno a Moisés´´, viene en el texto de la Torá la palabra ``Emor´´
que da su nombre a nuestra parashá de hoy: ``Dí´´, imperativo del verbo Alef-M-R, ``decir´´: ``Dí a los
sacerdotes hijos de Aarón´´ (Vayikrá-Levítico Cap.21 Vers.1).
¿Y qué tiene que decirles Moisés? Pues diversas normas de conducta que ellos tienen que guardar. Con
quién pueden casarse y con quién no deben hacerlo (por ejemplo, con una mujer divorciada: Vers.7).
Restricciones más severas todavía rigen para el Sumo Sacerdote (tiene que casarse solamente con una
mujer virgen; Vers.13-13). Y en el caso de un fallecimiento en la familia, al Sumo Sacerdote le está vedado
impurificarse ni siquiera si el muerto es su propio padre o madre (Vers.11). Es decir: no debe acercarse al
muerto, ni estar con él bajo un mismo techo, ni participar en las ceremonias fúnebres o en el sepelio.
Y siguen muchas otras normas que rigen para los ``kohanim´´ o sacerdotes, y para el ungido en especial de
todos ellos, el ``Kohen Gadol´´ o ``Sumo Sacerdote´´: la vestimenta, eventuales fallas corporales (renguera,
ceguera, etc.), su alimentación (comerán parte de los sacrificios y de las ofrendas del pueblo) y varios otros
aspectos más.
En nuestra vida cotidiana en Israel, la más dolorosa de estas leyes es la que prohibe el casamiento de un
señor Kohen, Kahana, Kogan, etc. -apellidos todos ellos indicadores de su pertenencia a la familia sacerdotal-
casarse con una mujer divorciada. A pesar de que hoy este señor ya no es más sacerdote en el Templo de
Jerusalén (que no existe), sino chofer de ómnibus, empleado, obrero, médico, técnico o cumple cualquier otra
función en la sociedad israelí.
Pero la Torá es la Torá -le dirán nuestros rabinos- y si la pareja insiste en casarse, que viajen a Chipre y que
lo hagan allá.
***
El capítulo 23 de nuestra parashá de hoy vuelve a un tema que ya no es sacerdotal, sino que atañe al pueblo
de Israel entero: la enumeración de los días de fiesta del año judío.
Está en primer lugar el día sábado. ``Seis días se hará trabajo, y el séptimo día (será) sábado de descanso´´
(Vers.3).
Luego se prescribe la celebración de la fiesta de Pesaj: ``En el primer mes, el día catorce del mes al
atardecer, (será) Pascua (´´Pesaj``) para el Eterno´´ (vers.5).
¿Cómo?, protestará el señor Kohen en el Rabinato, donde en nombre de la Torá no lo dejan casarse con su
novia porque es mujer divorciada.
-¿Acá no dice la Torá que seis días por semana hay que trabajar? ¿Dónde trabajan esos miles de estudiantes
talmúdicos que se pasan todo el día y parte de la noche en la ``ieshivá´´ estudiando leyes antiguas, hoy
anacrónicas, y lo hacen subvencionador por el erario público? Y la fiesta de Pesaj, aquí dice que hay que
celebrarla en el primer mes del año judío. ¿Por qué la festejamos en el séptimo?
No sabemos qué respuesta le darán al señor Kohen nuestros rabinos. La cosa es que hay leyes de la Torá
que hoy día se cumplen más, y otras que se cumplen menos.

***

La siguiente fiesta que figura en el capítulo 23 es Shavuot, la siega de los primeros cereales (Vers.10).
Y después viene lo que actualmente llamamos ``Rosh Hashaná´´, ``comienzo del año´´, a pesar de que la
Torá la ubica ``en el séptimo mes, el día uno del mes´´ (Vers.24).
Otro doble motivo de la protesta para el Sr. Kohen: ``¿Dónde se vio un año que comienza en el séptimo mes?
¿Y por qué dos días -como lo hacemo hoy- si la Torá sólo prescribe uno?´´
(Hemos explicado esto último en nuestra nota titulada ``Parashot y fiestas dobles´´, de Aurora del 18.3.04.)
Después sigue Iom Kipur (Vers.27) y Sucot (Vers.34). Para cada una de las fiestas se establecen los
sacrificios correspondientes, y algunas de las características de la misma: Pesaj, comer pan ácimo
(``matzá´´); Shavuot, ofrenda de las primicias; Rosh Hashaná (según lo llamamos hoy), el toque de trompetas
(``shofar´´); Iom Kipur, el ayuno, y Sucot, vivir en cabañas (``sucot´´) y celebrar la fiesta de la cosecha.

***
Mencionemos, por fin, que los nombres de las dos parashot anteriores a la de hoy -``Ajarei Mot´´ y
``Kedoshim´´ - más la de hoy, ``Emor´´, han dado lugar en el folklore judío a un dicho popular que muchas
veces describe cabalmente lo que ocurre en la realidad de la vida.
Recordemos qué significan esos tres nombres hebreos.

1 of 2 14/01/2008 10:50 p.m.


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``Ajarei Mot´´: ``Después de la muerte´´. ``Kedoshim´´: ``Santos, sagrados´´. ``Emor´´: ``Dí, declara´´.
Uniendo, entonces, estos tres nombres en una sola oración, resulta que ``Arajei Mot´´, después de la muerte
(de fulano), ``Kedoshim-Emor´´, ``por santo, todos los declaran´´.
Mientras vivía, le discutían, lo insultaban, le amargaban la vida. Pero ahora que murió, junto a su tumba,
todos lo despiden proclamando que fue un santo.
¿Resulta conocido?
Por Heriberto Haber

2 of 2 14/01/2008 10:50 p.m.


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Parashá - 07/05/2004

Parashot Behar - Bejucotai


Años sabáticos y jubileos
Por Heriberto Haber
Otra vez leeremos el próximo sábado dos parashot juntas de la Torá, y acabaremos con ellas la lectura del
tercer libro de la misma, Vayikrá o Levítico.
La primera de estas parashot se llama ``Behar´´, ``en la montaña (o: monte)´´, porque comienza con las
palabras ``Y habló el Eterno a Moisés en el Monte de Sinaí, diciendo´´ (Cap.25 Vers.1).
El nombre de la segunda parashá es ``Bejucotai´´, ``en mis leyes´´, tomado de sus palabras iniciales: ``Si
(vosotros, los hijos de Israel) iréis en mis leyes (o sea: las cumpliréis; Cap.26 Vers.3). Y sigue una larga
enumeración de todas las bendiciones que el Creador otorgará en profusión a Su pueblo como recompensa
por esa obediencia: lluvia para el campo, abundantes cosechas como consecuencia de ella, paz en el país,
sin ataques de animales feroces ni de enemigos armados, y la victoria en la guerra, si con todo atacan
algunos de éstos.
Pero en el caso de desobedecer las leyes divinas, sobrevendrá una maldición tras otra, todo lo contrario de lo
enunciado en las bendiciones: enfermedades y epidemias, derrotas en la lucha contra los enemigos que
atacarán al país, sequía, hambre hasta el punto de que ``comeréis la carne de vuestros (propios) hijos´´
(cap.26 Vers.29) y la dispersión por las diversas naciones, hasta que en el país de Israel ``vuestra tierra
quedará desierta y vuestras ciudades serán ruina´´ (Cap.26. Vers.33).
...
Pero volvamos a la primera de nuestras parashot, ``Behar´´. Allí, en la primera parte del capítulo 25, y a
semejanza del hombre que después de seis días de trabajo debe descansar el séptimo, el llamado shabat o
sábado, también se establece un régimen análogo para las tareas del campo que ejecuta el agricultor. ``Seis
años sembrarás tu campo y seis años podarás tu viñedo, y recogerás sus frutos´´ (Cap.25 Vers.3).
Pero al cabo de esos seis años, cuando llegue el séptimo, este será ``shabat shabatón´´, ``sábado de
descanso´´ para la tierra, shabat para el Eterno, no sembrarás tu campo y tu viñedo no podarás`` (Vers.4).
Lo que crezca por sí solo en ese séptimo año -de granos que cayeron a tierra durante la cosecha anterior, o
uvas en las parras- quedará a disposición de todos, de ``tu esclavo, tu esclava, tu asalariado y los habitantes
(extranjeros) que viven contigo´´ (Vers.6), y también para los animales domésticos o feroces que quieran
comer de ahí.
En ese ``año sabático- expresión moderna cuyo origen está en esta ley de la Torá- el dueño del cmapo en
cierto modo pierde todo derecho sobre esos frutos: quedan a libre disposición de quien apetezca de ello, sin
que el patrón pueda impedirlo.
...

Y al cabo de siete años sabáticos -continúa el capítulo 25 que estamos viendo -llega el año cincuenta, el
``iovel´´ o ``año jubileo´´, en el cual rigen las mismas prohibiciones de trabajar el campo como en el año
sabático que le precedió. Y además, en el año jubileo, cada campo que hubiese sido vendido por su dueño a
otra persona, retorna a la posesión de su dueño original. Vale decir que en el momento de la venta, lo que en
realidad se vendía no era el campo en sí, sino solamente la cantidad estimativa de cosechas anuales que
éste rendiría hasta la llegada del año jubielo, en que volvería a manos de su dueño.
``Según la cantidad de años después del jubileo (o bien: según los que falten hasta el próximo) comprarás de
tu prójimo; según el número de años de cosechas te lo venderá´´ (Cap.25 Vers.15). Una ley destinada a evitar
la creación de latifundios.
...
¿Y de dónde vendrá el alimento que faltará cada siete años? ¿O en el caso de un año jubileo, el año 49 y el
año 50, dos años seguidos sin sembrar ni cosechar? La pregunta ya la formula la misma Torá: ``Y si dijéreis:
¿qué comeremos en el año séptimo? ¡He aquí que no sembraremos y no recogeremos nuestra cosecha!´´
(Vers.20).
La Torá da la siguiente respuesta: ``Dispondré (Yo, D´´s) mi bendición para vosotros en el sexto año; y hará la
cosecha (suficiente) para los tres años`` (Vers.21). Será cuestión de administrarla bien y hacer las reservas
pertinentes, tal como otrora lo hizo José en Egipto, cuando llegaron los siete años de abundancia agrícola y
después, los otros siete de sequía.
...

Agrónomos modernos quizás nos explicarán el año sabático como la necesidad de la tierra para renovar sus
diversas sustancias minerales, agotadas por el continuo cultivo de una misma planta. Hoy día se puede evitar

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este agotamiento mediante cultivos rotativos, y además se refuerza la potencia del terreno mediante el uso de
fertilizantes.
En cuianto al año jubileo -de ese témrino ``iovel´´ hebreo derivan palabras modernas como ``jubilación´´,
``júbilo´´, ``jubilarse´´ y quizás alguna otra- su esencial idea religiosa es que la tierra pertenece a D´´s, y sólo
le fue dada al hombre para que la trabaje y coma de su fruto.
Sociólogos nos dirán además que está destinado a evitar la formación de latifundios, donde un solo
propietario es dueño de extensos campos de cultivo. Y todos los demás, ya sean esclavos (antiguamente) o
asalariados, o súbditos de la corona real, trabajan para él, pero no pueden hacerlo independientemente para
ellos mismos.
Un problema que hasta el día de hoy explota con mucha fuerza, principalmente en algunos países de la
América Latina.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 14/05/2004
Parashat Bamidvar
Números numerosos
El sábado próximo comenzaremos a leer en nuestras sinagogas el cuarto libro de la Torá, ``Bamidbar´´ o
``Números´´. El nombre hebreo significa ``en el desierto´´ y está tomado del primer versículo del libro: ``Y
habló el Eterno a Moisés `en el desierto´ de Sinaí´´. En realidad el texto hebreo allí dice ``bemidbar Sinai´´
(prefijo BA y no BA), expresión que significa ``en el desierto de Sinaí´´.
Por eso, muchos llaman al libro ``Bemidbar´´, para ser fieles a esta sutileza gramatical: ``bemidbar´´ quiere
decir ``en el desierto de´´, mientras que ``bamidbar´´, solamente ``en el deseirto´´. Pero así como en español
no llamaríamos a la obra cumbre de nuestra literatura ``Don Quijote de´´, también hay algunos- y nos
adherimos a ellos -que prefieren hacer este pequeño cambio en la sílaba inicial; y leen el prefijo como BA (en
vez de BE, según el original de la Torá) y llaman al libro Bamidbar. Y así como el libro, también se llama su
parashá inicial.
***
En la nomenclatura no judía, que arranca de la traducción al griego de la Biblia (¡hecha por judíos!) llamada
``Septuaginta´´ o los LXX, el libro de llama ``Arithmoi´´ (recordemos, ``aritmética´´), o sea ``Números´´. Ello se
debe a que la parashá inicial de hoy nos cuenta de un censo realizado entre los hijos de Israel en el segundo
año después de la salida de Egipto. Para cada tribu se designa un jefe de censistas -por así llamarlo- y ellos
son los encargados de recoger para Moisés los datos requeridos: cuántos hombres en edad militar -mayores
de veinte años- tiene cada uno en su tribu.
Y como ya lo vimos en otras oportunidades, no hay tribu de José sino de los dos hijos de éste, Efraín y
Menasés, que en realidad fueron nietos (¡y no hijos!) del patriarca Jacob. En cambio los levitas
-descendientes de Leví, el tercer hijo de este patriarca- no fueron contados en este censo (según Bamidbar-
Números Cap.1 Ver.47). Ellos tendrán su censo aparte, un poco más adelante (Cap.3 Vers.14-39).
***
El resultado del censo de los hijos de Israel da un total de 603.550 hombres en edad militar ( Cap.1 Vers.46).
El de los levitas da 22.000 varones, contando también los niños desde un mes en adelante (Cap.3 Vers. 39).
Tomando el promedio de las doce tribus -un poco más de 50.000 hombres para cada una, los varones
mayores de veinte años, mientras que los letivas ya son contados desde la edad de un mes en adelante-
resulta que la tribu de Leví es mucho más reducida que las otras.
Y tanto para unos como para los otros queda en pie la pregunta, cómo en el transcurso de tan pocas
generaciones pudo cada uno de los hijos de Jacob -o en el caso de Efraín y Menasés, los nietos de éste-
convertirse en un pueblo tan numeroso. Pues no olvidemos que las cifras mencionadas son las de los varones
en edad militar solamente, Suponiendo que cada uno de ellos haya tenido una sola esposa y un solo hijo, ya
hay que multiplicarlas por tres. Y sumarles el total de los levitas, también duplicado por lo menos, ya que no
incluye a las mujeres.
***
De tal modo llegaríamos, en el menor de los casos, a una cifra que se aproxima a los dos millones de
personas. Y quedaría por ver como se adecuaría la península de Sinaí para albergar y nutrir (¡y dar agua!) a
tal enorme cantidad de personas, que además van todas juntas por una misma ruta. Bien ordenadas, es
cierto, nuestra parashá de hoy también nos describe cómo se ponían en camino, una tras otras, las diversas
tribus, y cómo volvían a acampar de un modo ordenado, cada vez que llegaban a una nueva estación en su
travesía. Y cómo los levitas, ubicados en el centro de las doce tribus, llevaban de un lugar a otro el ``Ohel
Moed´´ o Tabernáculo desarmado en cada uno de esos viajes, y cómo volvían a armarlo.
***
También conviene tomar en cuenta lo que ya dijimos en una nota anterior (ver Aurora del 5.2.04), que el
concepto de ``midbar´´, que hoy equivale a ``desierto´´, en tiempos bíblicos no lo era tanto, sino que indicaba
un lugar adecuado para el pastoreo, quizás lo que hoy llamaríamos ``estepa´´. En aquella nota también
habíamos mencionado la opinión de David Ben Gurión de que en este contexto, según él, la palabra hebrea
``élef´´ (``mil´´) había que interpretarla como ``cabeza´´ de una sola persona, y entonces estas cifras
millonarias del censo quedarían reducidas a miles solamente.
***
De todos modos, un pequeño dato concreto nos quedó, de todas las estaciones que los hijos de Israel
hicieron durante la travesía del ``midbar Sinaí´´, el ``desierto de Sinaí´´. Cuando llegaron al sitio llamado Eilim,
nos cuenta el libro de la Torá cuya lectura estamos iniciando hoy, que ``en Eilim había doce fuentes de agua y
setenta palmeras datileras, y acamparon allí´´ (Cap.33 Vers.9).
Imaginémonos las proporciones: ¿qué importancia tuvieron doce fuentes de agua y setenta palmeras para

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dos mil personas que andaban por el desierto, como para que decidieran quedarse a acampar allí por un
tiempito?
¿Y qué importancia, en cambio, pudieron haber tenido si ese grupo humano fue de dos millones de
personas?.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 21/05/2004
Cabellos largos, músculos fuertes
Parashat Nasó
``Nasó et rosh´´, literalmente ``elevar la cabeza´´, es la expresión bíblica que indica ``hacer un censo´´. Ya la
hemos visto en nuestra nota titulada ``Censos´´ (Aurora, 11.3.04) al explicar el nombre de la parashá ``Ki
Tisá´´. Este mismo verbo, de la raíz N-S-Alef (muda) vuelve a repetirse en el nombre de nuestra parashá de
esta semana.
En ``Tisá´´ la letra N se eligió (tendría que ser ``tinsá´´), como en muchos otros verbos cuya raíz comienza
con N, mientras que en la forma que adoptó hoy, el infinitivo ``nasó´´ con intención de imperativo (``Elevar la
cabeza´´ para indicar: ``¡Haz un censo!´´) esa N se mantuvo.
Y se trata de censar ``a los hijos de Gersón también ellos´´ (Bamidbar-Números Cap.4 Vers 22), así como ya
lo fueron los hijos de Kehat a fines de la parashá anterior, y como lo serán los de Merarí poco más adelante
en la de hoy. Estos tres antepasados de los levitas, Gersón (en hebreo, Guershón), Kehat y Merarí habían
sido los tres hijos de Leví, el hijo de Jacob (según Bereshit-Génesis Cap.46 Vers.11). También Moisés llamó
a uno de sus hijos con el nombre de Guershom. Así, com M al final, en vez de N. Pero a lo largo de la Biblia,
este nombre a veces aparece con M final, y otras, con N.
...
Uno de los capítulos más interesantes y no tan conocidos de nuestra parashá de hoy es el de los ``nezirim´´,
o sea, libremente traducido, los ``abstemios´´. En singular la palabra es ``nazir´´. Debemos advertir
decididamente que esta palabra no tiene nada que ver con la ciudad de Nazaret que existe hasta el día de
hoy, ni con el adjetivo ``nazareno´´, ni con el fundador de una nueva religión que nació allí hace dos milenios.
...
Tres condiciones fundamentales debe cumplir este nazir o abstemio que decide dedicar su vida al Eterno: 1)
no consumir nada que se origine en la vid (uvas, vino, vinagre, pasas, carozos o pellejos de uvas); 2) no
cortarse el cabello (ni la barba, por supuesto) y 3) evitar todo contacto (o cercanía) con un muerto, así sean
sus parientes más cercanos (padre, madre, hermanos).
Tal lo que dispone en sus comienzos el Cap.6 del libro Bamidbar-Números que estamos leyendo. Y en uno de
sus pasajes incluso nos aclara de paso la vinculación etimológica que existe entre las palabras nazir de la raíz
N-Z-R, y otra que también comparte esa raíz: ``nézer´´, ``corona´´. ``Porque la corona (nézer) de su D´´s está
sobre su cabeza (la del nazir)´´ (Bamidbar-Números Cap.6 Vers.7).
Estas condiciones del nazir, lo repetimos, rigen para quien por su propia voluntad hacía juramento de
abstención, ya sea por un tiempo determinado, ya por todo el resto de su vida. Y hagamos notar también que
en las condiciones de abstención de ningún modo se incluye la vida sexual de una persona, ya sea ella
hombre o mujer.
...
Excepción, en cierto modo, a estas normas, fue el más famoso de los ``nezirim´´ bíblicos, ese héroe de la
Biblia que se llamaba Sansón (en hebreo, Shimshón, hombre vinculado con ``shémesh´´, el ``sol´´). Decimos
que fue excepción, porque su conducta de nazir no la eligió él mismo, sino que le fue impuesta para toda la
vida todavía antes de su nacimiento.
Ya establecidos los hijos de Israel en su país -pero en época, todavía, de frecuentes luchas contra los pueblos
vecinos, entre ellos los filisteos- un hombre de la tribu de Dan llamano Manóaj y su mujer, durante largo
tiempo no pudieron ver fruto de su matrimonio.
Hasta que una vez un ángel del Eterno se le presentó a la mujer -la Biblia no nos cuenta el nombre de ella- y
le anunció que iba a quedar embarazada. Y que el futuro niño debería atenerse a normas de abstención:
``Nazir de D´´s será el niño desde el vientre`` (Shoftim- Jueces Cap.13 Vers.5).
Incluso la futura madre, desde ese mismo momento, debía sujetarse a la prohibición de beber vino u otra
bebida alcohólica, y no comer cosa impuras. Y ese niño ``comenzará a salvar a Israel de manos de los
filisteos´´ (Id. Id.).
...
Las ulteriores hazañas de Sansón son asaz conocidas, y pueden leerse en los capítulos subsiguientes del
libro de Shoftim- Jueces. Las luchas que libró solo contra los filisteos y su observancia de las leyes de nazir,
que evidentemente no contenían abstención sexual alguna, como pueden atestiguarlo sus diferentes mujeres
y amantes filisteas.
Y cómo finalmente sucumbió a manos de una de ellas, Dalila (en hebreo: Delilá), que por fin logró sonsacarle
su ``secreto´´: que la condición de nazir le vedaba cortarse los cabellos. Adormecido en el seno de Dalila, ésta
le cortó la cabellera, de tal modo quedó violada su condición de nazir, y Sansón, al despertar, ``no sabía que
el Eterno se había apartado de él´´ (Id. Cap.15 Vers.20). Así comenzó el trágico fin de este héroe de Israel.

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...
Pero no -como suele creerse generalmente- porque su fuerza haya radicado en su cabellera. Esta, intacta,
constituía parte de su estado de nazir, tal como lo prescribe nuestra parashá de hoy. Y al quedar violada esta
condición, los bíceps de Sansón perdieron su fuerza. Tal fue el triste desenlace de su historia.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 28/05/2004
PARASHAT BEHA-ALOTJA
Rebeliones contra Moisés
A comienzos de nuestra parashá de esta semana, el Eterno le indica a Moisés que hable con Aarón y le diga:
``Beha-alotjá et hanerot´´ (y de ahí el nombre de la parashá). Literalmente traducido: ``Cuando hagas subir las
luces´´ (Bamidbar-Números Cap.8 Vers.2).
El verbo ``ha-alot´´, ``hacer subir´´, de la raíz Ayin (muda)-L-H (la misma de los conocidos vocablos ``olé´´ y
``aliá´´) aquí significa: ``encender´´. Cuando tú, Aarón, enciendas las luces de la ``menorá´´ (el candelabro de
oro, del cual ya hemos hablado en nusstra nota del 26.2.04), estas luces deben mirar hacia el frente de la
misma. Y la sustancia que alimentaba el fuego de esas luces era aceite de oliva.
Recordemos la historia de Janucá: en el Templo de Jerusalén, los macabeos encontraron un jarrito de ese
aceite que alcanzó a alimentar las luces del candelabro durante ocho días, en vez de uno solo.

***

Resulta interesante el uso de ese verbo ``ha-alot´´, ``hacer subir´´ como expresión sinónima de ``encender´´.
¿Hacia quién se ``hace subir`` la luz y la llama? Evidentemente, hacia el Creador. Y del mismo modo, en la
Biblia se usa ese verbo muchas veces cuando se habla del sacrificio llamado ``olá´´ (``holocausto´´: el que es
quemado entero sobre el altar), que también se ``hace subir´´. Y este vocablo ``olá´´ también tiene la misma
raíz hebrea que indicamos más arriba. Y además, esposa o hija de un inmigrante llegado a Israel , pero sin
que haya intención alguna de quemarla sobre un altar.

***

Otro tema de nuestra parashá de hoy es la orden que da D´´s a Moisés al comenzar el capítulo 9: que los
hijos de Israel celebren el sacrificio de Pesaj -la Pascua- el mismo día 14 del mes en el que lo habían
celebrado un año antes, en vísperas de la salida de Egipto.
Pero ahora, algunas personas ``que estaban impuras por alma de hombre (por haber tocado a un muerto;
Cap.9 Vers.6) y a las que, por eso, les estaba prohibido participar del sacrificio pascual, presentaron su caso
ante Moisés: ¿``Por qué quedaremos excluidos, sin ofrendar el sacrificio del Eterno en su fecha, en medio de
los hijos de Israel?´´ (Vers.7).
Moisés consultó la cuestión con el Creador, y después les respondió: ``Cuando un hombre esté impuro por un
alma (contacto con un muerto) o en un camino lejano (de su casa), hará Pesaj para el Eterno en el segundo
mes, el día 14, al atardecer´´ (Vers.10-11).

***

Es decir: hay dos motivos valederos para excusar a un hijo de Israel por no haber participado del sacrificio
pascual, y entonces tiene oportunidad de celebrarlo un mes después: si estuvo impuro por haber tocado a un
muerto (¿un fallecimiento en la familia?) o si estuvo de viaje, lejos de su casa.
Lo que nos hace recordar cierta norma que regía en la República Argentina cuando hace varias décadas
todavía vivíamos allí, y que probablemente siga rigiendo hasta el día de hoy.
La emisión del voto, en elecciones nacionales, era obligatoria para todos los ciudadanos del país, y el
incumplimiento de la ley solamente se justificaba en dos casos: primero, por enfermedad del votante, y
segundo, cuando estaba de viaje a un mínimo de distancia del lugar habitual de su residencia. ¿Influencia de
la Biblia sobre los legisladores argentinos?
Más adelante en la parashá de este sábado leemos varios episodios de protesta y casi de insurrección contra
Moisés.
Primero es el pueblo que se queja por la falta de carne para comer: ``¡Quién nos diera de comer carne!
Recordamos el pescado que comíamos gratis en Egipto, los pepinos y melones, el puerro y las cebollas y los
ajos; y ahora tenemos el alma seca, no hay nada, sólo el maná ante nuestros ojos´´ (Cap.11 Ver.4-5-6).
Moisés desespera ante semejante pedido, y entre pregunta y queja acude al Creador: ``¿Por qué has
maltratado a Tu siervo... al poner sobre mí la carga de todo este pueblo? ¿De dónde tengo carne para dar a
todo este pueblo? (Cap.11 Vers.11 y 13).
Como solución para la primera queja, D´´e le indica a Moisés que elija un concejo de 70 ancianos del pueblo,
para que actúen junto a él en la dirección del mismo. El ``premier´´ que elige a su equipo de ministros,

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diríamos hoy.
Y en cuanto al problema de la carne, desde ese día en adelante comenzaron a llegar codornices, empujadas
por el viento, que proveyeron a los hijos de Israel del alimento solicitado.

***

Y ya cerca del fin de la parashá, una conspiración familiar contra Moisés: Miriam y Aarón comenzaron a
murmurar contra su hermano Moisés ``por la mujer etíope que había tomado´´ (Vap.12 Vers.1). Ya sea que se
trata de Tziporá, con la que Moisés se había casado cuando huyó de Egipto a Midián (según Shemot-Exodo
Cap.2 Vers.21), o de una mujer adicional (pues la poligamia era habitual entonces y está permitida en la Torá;
fue prohibida en el judaísmo recién en la Edad Media), la cosa es que las protestas pronto derivaron de la
cuñada a la autoridad misma de Moisés: ``¿Acaso sólo con Moisés habló el Eterno? ¡Si también con nosotros
(Aarón y Miriam) habló!´´ (Bamidbar-Números Cap.12 Ver.2).
La intervención divina puso fin al episodio. Mi vínculo con Moisés -les declara la voz celestial -es mucho más
íntimo que el que tuve con vosotros dos. ``¿Y por qué no tuvisteis respeto al hablar contra mi siervo Moisés?
(Id. Ver.8).
El castigo: Miriam tuvo un ataque de lepra (¿enfermedad cutánea? que la acosó toda una semana. Aarón
parece que salió indemne del episodio.

***

¡Ya por aquel entonces no resultaba nada fácil dirigir a los hijos de Israel!.

Por Heriberto Haber

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Parashá - 04/06/2004
PARASHAT SHELAJ LEJA
Exploradores hacen turismo
Después de la tradicional fórmula ``Y habló el Eterno a Moisés diciendo´´, la parashá de esta semana
comienza con las palabras ``Shelaj Lejá´´, ``Envía para tí´´ (Bamidbar-Números Cap.13 Vers.2). Los
comentaristas especulan acerca del significado especial que encerraría aquí la palabra ``lejá´´, ``para tí´´. Lo
más sencilo, a nuestro modesto parecer, sería interpretarla como algo parecido a un nombre enclítico
español, como la expresión (y nombre de una parashá que ya vimos el 6.11.03) ``Lej lejá´´, ``ándate´´,
``vete´´. Pero estas dos son expresiones habituales en la lengua castellana, mientras que ``envíate´´ no se
usa.
¿Que debe enviar Moisés por orden divina? Doce hombres -uno de cada tribu-para que exploren el país de
Canaán que el Eterno había prometido a los hijos de Israel. ``Y veréis el país, cómo es -les indica Moisés- y el
pueblo que habita en él, si es fuerte o débil, si es poco o mucho´´ (Ver.18). Y cómo son las ciudades
-fortificadas o abiertas - y cómo es la calidad de la tierra, si fértil o estéril.

...

Algunos llaman a estos doce hombres ``espías´´. Nosotros preferimos decirles ``exploradores´´, pues no
venían a rastrear secreto alguno, sólo a informar sobre lo que se veía a primera vista. Lo que hacemos
nosotros hoy, cuando llegamos como turistas a un país extranjero y sacamos fotografías o grabamos su
lengua o su música.
Y ya que de turistas hablamos: el término que la Torá usa en este relato para la idea de ``explorar´´ es el
verbo hebreo ``tur´´. Nada que ver con el ``tour´´ inglés, origen de las palabras ``turista´´ ``turismo´´, etc. Pero
éso no es óbice para que hoy, en el Estado de Israel, multitud de empresas vinculadas con el turismo
-agencias, compañías de ómnibus, organizadores de viajes- usen en su nombre la palabra hebrea ``tur´´ y en
su transcripción al inglés el término ``tour´´, apuntando ambos a la actividad principal de dicha empresa.

...

El viaje de los exploradores por Canaán duró cuarenta días. Llegados allá en época de la vendimia,
recogieron un racimo de uvas tan pesado que para llevarlo hubo que atarlo a un palo, y a éste, dos de ellos lo
cargaron sobre los hombros. De ahí el símbolo del Ente Nacional de Turismo, hoy día en Israel: ese dibujo
que suele aparecer en avisos o publicaciones de esa entidad.

...

¿Y qué informe dieron los exploradores cuando regresaron al campamento de los hijos de Israel?
Todos afirmaron al unísono que en el país que habían recorrido ``fluye leche y miel´´ (Vers.27), tal como lo
había prometido D``s por intermedio de Moisés. También exhibieron muestras de su fertilidad: ese gigantesco
racimo de uvas, y otros frutos más que habían traído consigo.
Pero las opiniones se dividieron en cuanto a la posibilidad que tendrían los hijos de Israel de vencer a esos
pueblos para conquistar sus tierras. Diez de los exploradores pintaron un cuadro pesimista en extremo. Los
canaaneos son pueblos aguerridos -informaron-, sus ciudades son grandes y fortificadas, y además ellos
ocupan tanto la costa del mar como las orillas del Jordán. De modo que no hay intersticio por donde meterse.
Sólo dos de los exploradores -Iehoshúa bin Nun (Josué, hijo de Nun) de la tribu de Efraín, y Kaleb ben Iefuné,
de la de Judá, dieron la nota optimista: a pesar de todo, podremos vencerlos (según el Ver. 30).

...

Habiendo dos informes tan divergentes, el de los diez de la mayoría frente a los dos de la minoría, ¿a quién
habría de creerse?
Estalló, entonces, una nueva rebelión contra Moisés. ``¿Por qué el Eterno nos lleva a este país, para que
muramos por la espada? ¡Nuestras mujeres y niños serán botín (de guerra)!´´ (Cap.14 Ver.3). Y la
consecuencia de este razonamiento: ``¡Mejor será para nosotros retornar a Egipto!´´ (Id. Id.,). Y en seguida
surgió la iniciativa: ``¡Pongámonos un jefe (`rosh´: cabeza) y volvamos a Egipto!´´ (Cap.14 Ver.4).
Y además, hasta hubo un intento de matarlos a pedradas a Moisés, a Josué y a Kaleb, que trataban en vano

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de apaciguar a los amotinados.

...

Tamaña rebelió popular provocó también una enérgica reacción divina. ``¿Hasta cuándo Me va a irritar este
pueblo -dijo el Eterno a Moisés - y hasta cuándo no van a creer en Mí, con todos los milagros que he obrado
en medio de ellos? ¡Los azotaré con una epidemia y te convertiré a tí (a Moisés) en un pueblo más grande y
más fuerte que ellos!´´ (Vers.11-12).
Pero Moisés está lejos de dejarse tentar por semejante propuesta. El defiende a su pueblo con toda clase de
argumentos. ¿Qué dirán los egipcios cuando se enteren de semejante desenlace? ¡Dirán que Tú, oh D``s,
mataste a los hijos de Israel en el desierto, porque tu fuerza no alcanzó para llevarlos al país que les
prometiste! Y además, también eres siempre misericordioso: ``¡Perdona, Te ruego, el pecado de este
pueblo!´´ (Vers.19).
Con estos y otros alegatos que presenta ante el Creador, Moisés finalmente obtiene la breve respuesta divina,
que en hebreo se condensa en dos palabras solamente: ``Salajti kidevareja´´, ``He perdonado tal como
dices´´ (Vers.20).
...
Pero perdonarles la vida todavía no significa absolver a los hijos de Israel de toda responsabilidad. Aquéllos
que se amotinaron contra Mí -decreta el Eterno- so pretexto de que no llegaría a la tierra prometida...
¡realmente no llegarán a ella sino que morirán aquí, en el desierto! Y los hijos de ellos, que según sus quejas
quedarían desamparados y serían botín de guerra de los enemigos, ¡esos hijos, al mando de Josué y de
Kaleb, llegarán al país y lo conquistarán!
En otras palabras: D´´s los condena a deambular por el desierto cuarenta años: por cada día del viaje de los
exploradores, un año de andar por el desierto (según Cap. 14 Vers.34). Hasta que sucumba toda esta
generación de rebeldes contra D``s, y madure una nueva, fuerte en su fe y capaz de conquistar la Tierra
Prometida.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 11/06/2004
PARASHAT KORAJ
Kóraj: ¿un rebelde rico?
La segunda palabra de nuestra parashá de esta semana es Kóraj, un nombre propio de varón emparentado
quizás -por su raíz K-R-J- con las palabras ``kéraj´´ (``hielo´´) y ``korjá´´ o ``karájat´´ (``calva´´) que tiene en
común su superficie lisa y resplandeciente.
``Y tomó Kóraj (en Biblias traducidas en castellano se lo suele llamar coré) hijo de Yitzhar, hijo de Kehar, hijo
de Leví (Bamidbar-Números Cap.16 Vers.1). Vale decir que Kóraj era un bisnieto de Leví. Pertenecía a la
cuarta generación después de ese Leví que había llegado a Egipto con su padre Jacob y con sus once
hermanos. Ahora, este descendiente del Leví que fundó la tribu, se cuenta entre los que salieron de Egipto y
deambulan por el desierto.
Lo señalamos como dato significativo para una cuestión que ya tratamos en esta sección (ver Aurora del
5.2.04): los seiscientos ``elef´´ que salieron de Egipto, ¿fueron seiscientos ``mil´´? ¿O más bien seiscientas
``cabezas´´ como afirmaba Ben Gurión? En el transcurso de cuatro generaciones (Leví-Kehat-Yitzhar-Kóraj),
la familia de los descendientes de Jacob ¿alcanzó a sumar 600.000 personas, o solamente 600? Los varones
solos, sin contar a las mujeres y a los niños, como es habitual en la Torá.

...

``Y tomó Kóraj´´. ¿Qué tomó? El texto no lo dice. Quizás podríamos interpretarlo así: ``tomó la iniciativa´´. ¿La
iniciativa de qué? De promover una nueva rebelión contra Moisés. Kóraj, junto con varios personajes de la
tribu de Rubén, logró movilizar a un grupo de 250 hombres que proclamaron a voces su disconformidad
contra la autoridad de Moisés y Aarón.
``¡Toda la congregación, todos son santos, y en su seno (reside) el Eterno! ¿Y por qué os ensorbebecéis
sobre la comunidad del Eterno?´´ (Id. Ver.3).
Tomemos nota, de paso, de las definiciones que usan los rebeldes. No hablan del ``pueblo´´ de Israel -en
hebreo, ``am´´- sino de una ``edá´´ (``congregación´´, generalmente religiosa) y después, de un ``kahal´´,
``comunidad´´.
Quizás lo hacen para definir el marco de su rebelión: la dirección religiosa del pueblo. ¿Por qué los
sacerdotes son todos de la familia de Aarón? ¿Acaso no somos levitas como él, para poder estar al frente de
los cultos religiosos?
Y en el caso de los descendientes de Rubén -quien fue el hijo primogénito de Jacob- ellos seguramente
protestaron por el relegamiento que sufrieron al no concedérseles a los rubenitas ningún privilegio. Ya hemos
mencionado alguna vez aquí que Rubén como hijo primogénito, quedó desplazado de todo honor todavía en
vida de su padre Jacob.

...

Otra de las quejas de los rubenitas fue la siguiente: ``¿Es poco que nos hayáis sacado de un país donde fluye
la leche y la miel -aluden al Egipto- para hacernos morir en el desierto?´´ (Id.Vers.13). Evidentemente, ésta es
la reacción por lo ocurrido en la parashá del sábado pasado, la de los exploradores que retornaron con el
informe de que Canaán resultaba aun país inconquistable para ellos. Y por ese informe, y por el motín popular
que había provocado, D``s decretó para ellos el castigo de deambular cuarenta años por el desierto, hasta la
muerte de toda aquella generación de protestadores. Ahora se trastocaron los papeles: el país donde fluían la
leche y la miel pasó a ser Egipto, y ya quedó olvidada la esclavitud y trabajos forzados que habían sufrido allí.
...
Volviendo a Kóraj, el jefe de la rebelión, agreguemos todavía que en la tradición judía quedó la expresión
``ashir ke-Kóraj´´, ``rico como Kóraj´´, por definición de lo que en tiempos posteriores fue un Rothschild u otro
millonario semejante.
El origen de este concepto radica en una leyenda del Talmud (Pesajim 119 A) que mil o más años después de
Moisés nos cuenta alegremente que de la plata que otrora José (el hijo de Jacob y virrey de Egipto, a fines del
libro Bereshit-Génesis) había recaudado con la venta de trigo en los siete años de sequía, una parte se la
llevó consigo Kóraj en la salida de Egipto.
A tal distancia de tiempo, resulta fácil achacarle semejantes desfalcos. Como si el dinero recogido por José no
hubiese ingresado en las arcas reales del Faraón, sino ido al bolsillo de José. Pero Rabí Jamá bar Janiná,
que vivió más de un milenio después de José, no tuvo reparos en afirmar que éste había separado tres

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cargamentos de plata de los recaudado, y que uno de ellos se lo llevó consigo Kóraj durante el éxodo de
Egipto.
De todos modos, de ahí arranca la expresión en hebreo y en idish ``rico como Kóraj´´. Y para descubrir hoy
día ricos que quieren intervenir en la dirección del pueblo... ¡para eso no hay que mirar muy lejos!

...

¿Y cómo acabó la rebelión de Kóraj y los otros rebeldes?


Le ahorrarermos al lector todos los detalles previos. ``Y abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos y a sus
familias y a todos los hombres que estaban con Kóraj, y a todos sus bienes´´ (Id.Vers.32)
Si Kóraj realmente era el hombre tan rico que la leyenda y la tradición popular le atribuyen haber sido, ¡qué
alegría para los partidarios de la izquierda!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 11/06/2004
PARASHAT KORAJ
Kóraj: ¿un rebelde rico?
La segunda palabra de nuestra parashá de esta semana es Kóraj, un nombre propio de varón emparentado
quizás -por su raíz K-R-J- con las palabras ``kéraj´´ (``hielo´´) y ``korjá´´ o ``karájat´´ (``calva´´) que tiene en
común su superficie lisa y resplandeciente.
``Y tomó Kóraj (en Biblias traducidas en castellano se lo suele llamar coré) hijo de Yitzhar, hijo de Kehar, hijo
de Leví (Bamidbar-Números Cap.16 Vers.1). Vale decir que Kóraj era un bisnieto de Leví. Pertenecía a la
cuarta generación después de ese Leví que había llegado a Egipto con su padre Jacob y con sus once
hermanos. Ahora, este descendiente del Leví que fundó la tribu, se cuenta entre los que salieron de Egipto y
deambulan por el desierto.
Lo señalamos como dato significativo para una cuestión que ya tratamos en esta sección (ver Aurora del
5.2.04): los seiscientos ``elef´´ que salieron de Egipto, ¿fueron seiscientos ``mil´´? ¿O más bien seiscientas
``cabezas´´ como afirmaba Ben Gurión? En el transcurso de cuatro generaciones (Leví-Kehat-Yitzhar-Kóraj),
la familia de los descendientes de Jacob ¿alcanzó a sumar 600.000 personas, o solamente 600? Los varones
solos, sin contar a las mujeres y a los niños, como es habitual en la Torá.

...

``Y tomó Kóraj´´. ¿Qué tomó? El texto no lo dice. Quizás podríamos interpretarlo así: ``tomó la iniciativa´´. ¿La
iniciativa de qué? De promover una nueva rebelión contra Moisés. Kóraj, junto con varios personajes de la
tribu de Rubén, logró movilizar a un grupo de 250 hombres que proclamaron a voces su disconformidad
contra la autoridad de Moisés y Aarón.
``¡Toda la congregación, todos son santos, y en su seno (reside) el Eterno! ¿Y por qué os ensorbebecéis
sobre la comunidad del Eterno?´´ (Id. Ver.3).
Tomemos nota, de paso, de las definiciones que usan los rebeldes. No hablan del ``pueblo´´ de Israel -en
hebreo, ``am´´- sino de una ``edá´´ (``congregación´´, generalmente religiosa) y después, de un ``kahal´´,
``comunidad´´.
Quizás lo hacen para definir el marco de su rebelión: la dirección religiosa del pueblo. ¿Por qué los
sacerdotes son todos de la familia de Aarón? ¿Acaso no somos levitas como él, para poder estar al frente de
los cultos religiosos?
Y en el caso de los descendientes de Rubén -quien fue el hijo primogénito de Jacob- ellos seguramente
protestaron por el relegamiento que sufrieron al no concedérseles a los rubenitas ningún privilegio. Ya hemos
mencionado alguna vez aquí que Rubén como hijo primogénito, quedó desplazado de todo honor todavía en
vida de su padre Jacob.

...

Otra de las quejas de los rubenitas fue la siguiente: ``¿Es poco que nos hayáis sacado de un país donde fluye
la leche y la miel -aluden al Egipto- para hacernos morir en el desierto?´´ (Id.Vers.13). Evidentemente, ésta es
la reacción por lo ocurrido en la parashá del sábado pasado, la de los exploradores que retornaron con el
informe de que Canaán resultaba aun país inconquistable para ellos. Y por ese informe, y por el motín popular
que había provocado, D``s decretó para ellos el castigo de deambular cuarenta años por el desierto, hasta la
muerte de toda aquella generación de protestadores. Ahora se trastocaron los papeles: el país donde fluían la
leche y la miel pasó a ser Egipto, y ya quedó olvidada la esclavitud y trabajos forzados que habían sufrido allí.
...
Volviendo a Kóraj, el jefe de la rebelión, agreguemos todavía que en la tradición judía quedó la expresión
``ashir ke-Kóraj´´, ``rico como Kóraj´´, por definición de lo que en tiempos posteriores fue un Rothschild u otro
millonario semejante.
El origen de este concepto radica en una leyenda del Talmud (Pesajim 119 A) que mil o más años después de
Moisés nos cuenta alegremente que de la plata que otrora José (el hijo de Jacob y virrey de Egipto, a fines del
libro Bereshit-Génesis) había recaudado con la venta de trigo en los siete años de sequía, una parte se la
llevó consigo Kóraj en la salida de Egipto.
A tal distancia de tiempo, resulta fácil achacarle semejantes desfalcos. Como si el dinero recogido por José no
hubiese ingresado en las arcas reales del Faraón, sino ido al bolsillo de José. Pero Rabí Jamá bar Janiná,
que vivió más de un milenio después de José, no tuvo reparos en afirmar que éste había separado tres

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cargamentos de plata de los recaudado, y que uno de ellos se lo llevó consigo Kóraj durante el éxodo de
Egipto.
De todos modos, de ahí arranca la expresión en hebreo y en idish ``rico como Kóraj´´. Y para descubrir hoy
día ricos que quieren intervenir en la dirección del pueblo... ¡para eso no hay que mirar muy lejos!

...

¿Y cómo acabó la rebelión de Kóraj y los otros rebeldes?


Le ahorrarermos al lector todos los detalles previos. ``Y abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos y a sus
familias y a todos los hombres que estaban con Kóraj, y a todos sus bienes´´ (Id.Vers.32)
Si Kóraj realmente era el hombre tan rico que la leyenda y la tradición popular le atribuyen haber sido, ¡qué
alegría para los partidarios de la izquierda!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 25/06/2004
PARASHAT BALAC
Una caricatura en la Biblia
Mucho antes de la genial caricatura que nos pintó Cervantes en su ``Don Quijote´´ y que hace poco fue
consagrado como el mejor libro de la literatura universal, podemos encontrar en la Torá una caricatura quizás
un poco menos conocida en el mundo de las letras, y ella está esbozada en nuestra parashá de esta semana.
También aquí ocupan la pantalla tres personajes principales. Uno es Balac, el rey de Moab, cuyo nombre
lleva la parashá porque ella se inicia con las palabras ``Vayar Balac´´, ``Y vio Balac... (vio: todo lo que había
hecho Israel a los emoritas; Badmidbar-Números Cap.22 Vers.2).
Otro personaje es el mago y hechicero Bileam, a quien este rey recurre con el propósito de que le ayude a
maldecir a los hijos de Israel, para vencerlos en la guerra: ``Ahora ven, pues, te ruego, y maldíceme a este
pueblo pues es más fuerte que yo; quizás podré derrotarlo y echarlo del país´´ (Id.Vers.6).
Y el tercer personaje es la burra sobre la cual monta Bileam. Ella alcanza a ver al ángel de D´´s que con una
espada en la mano se les interpone varias veces en el camino, sin que los personajes humanos del episodio
-el mago y los dos criados que lo acompañaban- divisaron obstáculo alguno en la ruta.
Cuando por fin la burra se echa de bruces y le declara a Bileam una huelga de transporte, por así decirlo
(porque la tercera vez que esto sucede no había ya por dónde esquivarlo al ángel y a su espada, ni por la
derecha ni por la izquierda), entonces abrió el Eterno la boca de la burra (vale decir: le concedió el habla
humana) y ella le pregunta a Bileam: ``¿Qué te he hecho, que ya me has azotado tres veces?´´ (Id. Vers.28).
Y sólo entonces el Creador también ``abrió los ojos de Bileam, y vio el ángel del Eterno apostado en el
camino con la espada desenvainada en la mano´´. Ante esa aparición el mago desmontó, ``se arrodilló y se
prosternó´´ delante del enviado de D´´s (Vers.31).
El rey Balac, a todo eso, había salido hasta la frontera de su país para recibirlo a Bileam con un máximo de
honores. Pero ya desde un principio, el mago le enfría al rey su entusiasmo inicial: ``¿La palabra que D´´s
ponga en mi boca, ella es lo que diré`` (Id. Vers.38).
Y después de un agasajo literalmente a mano de rey que Balac ofrece en honor de su huésped, los dos
ponen manos a la obra.
De acuerdo con las indicaciones que le da el mago, Balac construye siete altares, ofrece sobre cada uno de
ellos varios sacrificios, y ahora le toca a Bileam cumplir con su papel en la ceremonia: inspirarse para proferir
tremendas maldiciones sobre Israel.

...

¿Y cuál es el maleficio que le sale de los labios?


``¿Qué he de maldecir si no lo maldijo D´´s? ¿Cómo puedo desear el mal, si no lo hace el Eterno?`` (Id.
Cap.23 Vers.8).
Y la consecuencia de esta decisión divina: en vez de maldecir al pueblo de Israel, Bileam pronuncia sobre él
palabras que son todas expresiones de alabanza y de bendición: ``Mirad, ¡es un pueblo que mora solitario, y
no se contará entre las naciones! ¡Quién puede contar la multitud de Jacob, y la cantidad de la simiente de
Israel´´ (Id. Vers.9-10).
Y así, varias otras loas más, en los diversos pasajes del fragmento mencionado.

...

Para gran desazón suya, Balac ve que el tiro le salió por la culata. Y no oculta su consternación. Le echa en
cara a Bileam: ``¿Qué me has hecho? Te he tomado para maldecir a mis enemigos, y he aqí que los has
bendecido!´´ (Id., Vers.11).
Pero a pesar de este desengaño inicial, Balac no desiste de su propósito. Vuelta a construir siete altares -esta
vez en la cima de una montaña, para acercarlos más a la divinidad- vuelta a sacrificar un toro y un carnero en
cada uno de ellos... y otra vez, al cabo de todo este ceremonial, lo único que atina a decir el mago Bileam
lleva el tono de: ``He aquí que he recibido (orden divina) para bendecir, y la bendición, no podré retrotraerla...
Es un pueblo que se levantará como un león, y como un león se alzará´´ (Id., Vers.21 y 24). Y otras
admiraciones más por el estilo.

...

14/01/2008 11:52 p.m.


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Después del nuevo escándalo lleno de reproches que Balac le hace al mago, sigue un tercero y último intento
de echar maldiciones sobre Israel.
Y éste produce, entre otras expresiones de bendición, ese conocido pasaje que comienza con las palabras
hebreas ``Ma tovu´´, ``¡Qué buenas son tus tiendas, Jacob, tus moradas, oh Israel´´ (Id. Cap.24 VErs.5).
Hoy día este pasaje figura orgulloso al frente de muchas sinagogas, ya sea en su fachada exterior, o bien en
la parte interna, encima del arca que guarda los rollos de la Torá.
Así acabó la odisea de estos tres personajes, que a semejanza de Don Quijote, Sancho Panza y Rocinante
en el conocido episodio de los molinos de viento, salieron a luchar contra un enemigo y no pudieron contra él.
Sólo que el relato de Balac, Bileam y la burra es anterior en muchos siglos al de Cervantes.
¿Quién, entonces, pudo haber servido de inspiración a quién?.
Por Heriberto Haber

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Mundo Judío - 02/07/2004
PARASHAT PINJAS
Excesos sexuales
Pinjás, un nieto del Sumo Sacerdote Aarón, es el personaje bíblico que da su nombre a nuestra parashá de
esta semana.
En algunas traducciones de la Biblia al español se lo llama Pineas. Y hoy día, en la vida cotidiana de Israel, a
quienes llevan este nombre les suelen decir cariñosamente Pini o Pinie.
Cerca del fin de la parashá del sábado pasado (en Bamidbar-Números Cap.25 Vers.1 y subsiguientes) se nos
pinta un cuadro de promiscuidad sexual que comenzó a desarrollarse entre los hijos de Israel y mujeres de los
pueblos de Moab y de Midián.
Allí intervino Pinjás, quien tomó en la mano ostentativamente un arma punzante, se allegó a una tienda en
que un hombre de Israel estaba haciendo el amor con una mujer midianita y los atravesó a ambos juntos con
la lanza que empuñaba. El hombre que allí murió se llamaba Zimri y era un importante dignatario de la tribu
de Simón. El y otros dirigentes del pueblo de Israel se habían dejado seducir por las mujeres moabitas y
midianitas, y el amor que practicaban con ellas parece que era parte de un culto de Baal, uno de los ídolos
que esos dos pueblos adoraban en su panteón politeísta.

...

Ese acto de celo religioso - anuncia el Eterno al comienzo de nuestra parashá de hoy- ha apaciguado el enojo
divino contra el pueblo de Israel, que ya había cobrado muchos miles de víctimas mediante una epidemia que
se desató en su seno. ``Pinjás, el hijo de Elazar, hijo de Aarón el sacerdote, ha calmado Mi ira sobre los hijos
de Israel, cuando celó Mi celo entre ellos, y (por eso) no he exterminado a los hijos de Israel en Mi celo
(Id.Cap.25 Vers.11).
De tal modo se enfrentaron -parecería- el D``s de Israel y el Baal de los otros pueblos de la región, en una
competencia de celos más bien propia de los seres humanos. Esta atribución de cualidades humanas al D``s
de Israel se llama ``antropomorfismo´´.
Podemos hallarla de vez en cuando en la Torá y en todo el resto de la Biblia, cuando leemos allí pasajes que
nos hablan de ``la mano del Eterno´´, de hallar gracia en ``los ojos del Eterno´´ o de ``escuchar la voz de El´´.

...

El resto de la parashá nos presenta un nuevo censo de los hijos de Israel, ahora ya próximos a entrar en la
tierra de Canaán, al cabo de los cuarenta años de peregrinación por el desierto. Otra vez suman un total de
más de seiscientos mil hombres, los varones en edad militar, sin contar los niños, las mujeres y los ancianos.
Ya hemos tratado el tema en una nota anterior (ver Aurora del 20.5.04).
Pero ahora, en vísperas del cruce del Jordán y de la conquista de Canaán, sale a flote -quizás un poco
prematuramente- la cuestión del reparto de las tierras que allí se habrán de obtener.
Y se establecen dos principios. Primero: que cada tribu recibirá una extensión de tierra de acuerdo con la
cantidad de personas que la integran: ``Al numeroso le darás más heredad, y al menor, le reducirás su
heredad´´ (ID., Cap.26 Vers.54).
Y segundo: que la ubicación de cada tribu se habrá de asignar mediante un sorteo.
Porque evidentemente, allá en Canaán los esperaban porciones de tierra fértil y productiva, junto con otros
terrenos duros, escabrosos y más difíciles de labrar.
``Por un goral -la `suerte´ o `sorteo´- se habrá de repartir la tierra, según los nombres de las tribus de sus
padres la heredarán´´ (Id.Vers.55).

...

A todo esto, se presentaron ante Moisés varias mujeres de una familia de la tribu de Menasés, y le plantearon
el siguiente problema: ``Nuestro padre murió en el desierto... y no tuvo hijos (varones). ¿Por qué faltará el
nombre de nuestro padre del medio de su familia, porque no tuvo hijo (varón)? ¡Dadnos un terreno en medio
de los hermanos de nuestro padre! (Id. Cap27 Vers.4).
Las peticionantes eran las hijas de Tzelofjad: Majlá, Noa, Joglá, Milcá y Tirtzá, nombres de mujer hebreos
muy de moda también hoy. Como nuestro padre no tuvo hijos varones -cuestionan las cinco hermanas ante
Moisés -nosotras no recibiremos terreno alguno, y el nombre de nuestra familia está destinado a desaparecer

1 of 2 14/01/2008 11:56 p.m.


AURORA DIGITAL http://www.aurora-israel.co.il/imprimir.php?art_id=5641

en el futuro.
Moisés consulta el problema con la divinidad, y obtiene la siguiente respuesta: ``Es cierto lo que dicen las
hijas de Tzelofjad. Les darás un terreno en herencia en medio de los hermanos de su padre, y les transferirás
a ellas la herencia de su padre´´ (Id. Ver.7).
Vale decir; se establece la norma de que en ausencia de hijos varones, también las hijas están facultadas
para heredar las tierras que habían pertenecido a su padre, de modo que no se reduzca el patrimonio de la
familia o de la tribu respectiva.

...

Todavía leemos en la parashá una breve orden de D``s a Moisés de que suba al monte de Acarim para morir
allí -orden que se cumplirá recién más adelante, al finalizar el quinto libro de la Torá -y la intercesión de
Moisés, para que antes de esa muerte, D``s designe un sucesor que le siga al frente del pueblo. Para esa
función resulta elegido Yehoshúa, en castellano Josué. Con la recomendación de que coodine todos sus
pasos con Elazar, el nuevo Sumo Sacerdote, hijo y sucesor de Aarón, el hermano de Moisés.
Y el resto de la parashá, los capítulos 28 y 29 de Bamidbar-Números, está dedicado a los sacrificios que hay
que ofrendar en el altar los días hábiles, los sábados y los diversos días de fiesta.

...

Transferido a la actualidad israelí denuestros días, el conjunto de los desenfrenos sexuales que en su
momento combatiera Pinjás nos hace recordar lo que ocurre en ciertos burdeles que existen también en
nuestro país, poblados de muchas mujeres traídas ad hoc del extranjero.
Y en cuanto a la repartición de las tierras por sorteo, ello se repitió hace casi un siglo en 1909, cuando en las
arenas de la que hoy es Tel Aviv se llevó a cabo el conocido sorteo de los terrenos adjudicados a los diversos
compradores, documentado por una famosa foto que hoy ya pertenece a la historia de esa ciudad.
Por Heriberto Haber

2 of 2 14/01/2008 11:56 p.m.


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Parashá - 09/07/2004

Votos femeninos y ciudades de refugio


En una nota anterior (Aurora del 18.3.04) ya hablamos del fenómeno de las parashot dobles, y de las
circunstancias de nuestro calendario que le dieron origen. Y el sábado próximo leemos otra vez en nuestras
sinagogas una pareja semejante de parashot.
``Matot´´, la palabra del versículo inicial que da su nombre a la primera de ellas, es el plural del vocablo
hebreo ``maté´´, y aquí significa ``tribus´´. Así dice el texto: ``Y habló Moisés a los jefes de las Tribus de los
hijos de Israel, diciendo´´ (Bamidbar-Números, Cap.30 Vers.2). ¿Y qué es lo que Moisés les anuncia en esa
ocasión? La validez, o no, de los votos o promesas que hace una mujer. Cuando ella, todavía soltera, los
pronuncia en la casa de su padre, es éste quien los autoriza, aceptándolos en silencio. O bien le prohíbe a la
hija el cumplimiento de los mismos.
Y en este caso -indica la Torá- ``el Eterno la perdonará, porque el padre de ella la retuvo´´ (Id. Vers.6). Y algo
parecido ocurre cuando la mujer está casada: el marido tiene la potestad de anular el voto o la promesa de la
esposa, si lo hace el mismo día en que ella los formuló. Caso contrario, la Torá considera que ``el que calla,
otorga´´, y el silencio del marido equivale a su consentimiento.
Una viuda o una mujer divorciada, en cambio, siempre tiene que cumplir con la promesa que hizo al Eterno,
ya sea un ``néder´´ (un voto afirmativo, de acción: ofrecer un sacrificio, ir en peregrinación al santuario o algo
semejante) o bien un ``isar´´ (voto auto-prohibitivo, de abstención: no beber vino, no comer carne u otra
restricción por el estilo).
Ambos tipos de votos, y algunos más, figu-ran en la plegaria de Kol Nidrei que se recita en la víspera de Iom
Kipur, el Día del Perdón.
Otro tema de la parashá es la autorización que obtienen dos de las tribus -Gad y Reubén- de quedarse a vivir
al este del Jordán, en lo que hoy es el reino de Jordania, en los territo-rios ya conquistados por los hijos de
Israel. La condición expresa que les imponen Moisés y Elazar, el nuevo Sumo Sacerdote, heredero de Aarón,
es que todos los hombres en edad militar de esas tribus -y luego también se les juntó parte de Menasés-
deberán ayudar a sus hermanos en la conquista de las tierras de Canaán, en lo que hoy ocupa Israel, al oeste
del río Jordán. ``Y les dio Moisés a los hijos de Gad, a los hijos de Reubén y a la mitad de la tribu de
Menashé, hijo de José, el reino de Sijón el rey de los emoritas y el reino de Og, rey de Bashán´´ (Id. Cap.32
Vers.33).
La segunda parashá de esta semana, ``Masei´´, contiene en su capítulo inicial una detallada lista de las
estaciones donde los hijos de Israel se detuvieron desde la salida de Egipto durante los 40 años de travesía
en el desierto, hasta que llegaron a las proximidades del Jordán. La palabra ``Masei´´ significa eso: ``viajes´´.
Proviene de la raíz N-S-Ayin (letra muda), que designa el verbo ``viajar´´, ``ir de un lugar a otro´´. De ahí el
sustantivo `nosea´´ (``pasajero´´), el verbo ``linsóa´´ (``viajar´´), y el sustantivo bíblico ``masá´´ (en vez de
``maNSAim). Y la forma ``masei´´, ``los viajes de´´, deriva del comienzo de la parashá, con las palabras ``Ele
masei´´, ``Estos son los viajes (de los hijos de Israel)´´ (Id.Cap.33 Vers.1).
Pero a pesar de la lista tan detallada de las estaciones, hoy no nos ayuda mucho: no nos quedó mapa,
inscripción o resto arqueológico que nos permita ubicar a todos estos sitios en la península de Sinaí. Más de
tres milenios nos separan de aquellos tiempos y desconocemos el itinerario que nuestros antepasados
recorrieron allí. Los sitios que algunos mapas se atreven a señalar en tal o cual punto del triángulo de Sinaí,
se basan sólo en suposiciones. Toman en cuenta, quizás, que los beduinos dan a cierto lugar un nombre que
se parece en algo a alguna de las 42 estaciones que se mencionan en la Biblia. Y sobre eso fundamentan la
razón de ubicarlo allí.
Un tema más que aparece en la segunda parashá, ya cerca del fin del libro Bamidbar - Números que estamos
leyendo, es el de las ciudades de refugio, ``arei miklat´´ en hebreo (Id.Cap.35 Vers.11). ``Arei´´ proviene de
``arim´´, plural de ``ir´´, ``ciudad´´. Y ``miklat´´ -con su raíz K-L-T, ``acoger, recibir´´- es el antepasado bíblico
de muchas palabras hebreas modernas al estilo de ``klitá´´ (``absorción´´, generalmente de nuevos
inmigrantes), ``taklit´´ (``disco´´ de música de los de antes: 78, 45 o 33 revoluciones por minuto) y ``kalétet´´,
(``casette´´, de las actuales). Finalmente, la palabra ``miklat´´ bíblica hoy denomina al ``refugio´´ subterráneo
adaptado para protegerse de ataques aéreos, papel para el que están preparados muchos sótanos en Israel.
¿Para quién son esas ciudades de refugio? En esencia, para proteger a quien mató a su prójimo por descuido
o accidente, para sustraerlo a la venganza de los parientes del muerto que ahora procuran matarlo. Ya vimos
en otra nota (Aurora del 19.2.04) la ``Ley del Talión´´ que en aquellos primitivos tiempos bíblicos exigía ``ojo
por ojo, diente por diente´´, y también ``alma por alma´´ (según Shemot-Exodo Cap.21 Vers.24).
Las ciudades de refugio, tres al este del Jordán y tres en su parte occidental, daban posibilidad a quien mató
a otra persona sin quererlo, de sustraerse a la venganza de los parientes del muerto. Huía a una de ellas, los
vengadores venían en pos de él y entonces debía celebrarse un juicio para determinar si se trataba de un

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homicidio -muerte imprevista y no intencionada- o de un asesinato premeditado. En el primer caso, el matador


salvaba su vida acogiéndose a la ciudad refugio. El asesino intencionado, en cambio, pagaba el delito con su
vida.
O sea: la pena de muerte, que en muchos países del mundo perdura hasta el día de hoy, pero que en Israel
casi nunca se aplica.
Por Heriberto Haber

2 of 2 14/01/2008 11:59 p.m.


Parashá - 16/07/2004
PARASHAT DEVARIM
¿Transjordanos? ¿Trasandinos?
Con nuestra parashá del sábado próximo iniciamos la lectura del quinto libro de la Torá, Devarim o
Deuteronomio. Su nombre hebreo ``Devarim´´ es el plural del término ``davar´´ que significa ``cosa´´ y
también ``palabra´´ y está tomado del párrafo inicial del texto ``Ele ha-Devarim´´, ``Estas son las palabras
(que habló Moisés)´´ (Devarim-Deuteronopmio Cap.1 Ver.1).
el nombre latino y europeo, en cambio, proviene de la antigua traducción al griego, la ``Septuaginta´´, y
significa aproximadamente ``repetición de la ley´´.(``Deuteros´´ = segundo y ``nomos´´ = ley). También en
hebreo hay quienes denominan a este libro ``Mishné Torá´´ (``Mishné´´ de la misma raíz que ``shnáyim´´,
``dos´´).

...

¿Por qué este nombre?


Porque en buena parte de las parashot del presente libro se repiten las leyes que la Torá ya dictó en los tres
libros anteriores. Excluímos de la cuenta al primero, Bereshit o Génesis, que en su esencia es un texto de
relatos e historias y casi no contiene ley alguna para los hijos de Israel.
Este quinto libro de la Torá, en cambio, se nos presenta como si al cabo de los 40 años de peregrinar por el
desierto, Moisés hiciera aquí una recopilación final de las leyes que dictó a su pueblo desde que asumió la
conducción del mismo cuando todavían estaban en Egipto, ocho lustros antes.
Pero ya desde tiempos muy antiguos, también hubo quienes vieron en ``Devarim´´ o ``Deuteronomio´´ un libro
muy posterior a los tiempos de Moisés. Por su estilo, diferente de los otros. Por muchas variantes que se
presentan en la repetición de las leyes, incluso en parte de los Diez Mandamientos o Decálogo.
Porque en su versión que veremos repetida aquí en Devarim o Deuteronomio (Cap.5 Vers.6 hasta Vers.18),
esos Diez Mandamientos difieren en algunos detalles importantes del texto que figura en la primera
enunciación de los mismos, después de la salida de Egipto, tal como lo podemos leer en Shemot-Exodo
Cap.20 Vers.2 hasta 13.
También se cuestiona el hecho de que el párrafo final del libro Devarim o Deuteronomio (Cap.34, Vers.5 hasta
12) relata los instantes finales de Moisés y su muerte en la cima del Monte de Nebó. ¿Cómo puede el autor
de un libro, describir en él las circunstancias de su propia muerte?

...

Por todo esto - y hay otros argumentos más- la crítica bíblica moderna discrepa de la tradicional afirmación
talmúdica y rabínica, según la cual el libro Devarim-Deuteronomio también fue revelado a Moisés en el Sinaí,
junto con los otros cuatro de la Torá. Y de acuerdo con este axioma, el libro también ya habría contenido
entonces aquellos párrafos que describieron cómo moriría el mismo Moisés, años más tarde.
Uno de los primeros que se atrevieron a poner en duda esta monolítica unidad de la Torá -todavía en plena
Edad Media- fue el sabio judeo-español Abraham Ibn Ezra (1092-1164), quien afirma en su comentario que
esos problemáticos últimos ocho versículos de la Torá sobre la muerte de Moisés los habría escrito Josué, el
alumno y sucesor de Moisés, y no Moisés mismo.

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Pero hoy día, la mayoría de los estudiosos bíblicos sostienen que el libro ``Devarim-Deuteronomio´´ entero
data de una época posterior en varios siglos a los días de Moisés y que por ende no fue escrito cuando los
hijos de Israel andaban por el desierto, sino cuando ya habían conquistado el país de Canaán, tenían
establecido allí su propio reino -dos a falta de uno: ya habían alcanzado a segregarse, después de la muerte
de Salomón, en el reino de Israel al norte y el de Judá al sur- y se lo asocia con la reforma religiosa que
introdujo el rey Yoshiáu o Josías allá por el año 620 a.C. en el culto que se practicaba en el Templo de
Jerusalén.
Porque la Biblia nos cuenta que ese rey que todavía era muy joven, cuando fue proclamado como monarca
de Judá (por el año 638 a.C.) y que durante su reinado el Sumo Sacerdote Jilkiá mandó decirle que ``un libro
de la Torá he encontrado en la casa del Eterno´´ (Melajim Bet, segundo Libro de los Reyes, Cap.22 Vers.5).
Ese libro -sostienen los estudiosos modernos- habría sido el de ``Devarim-Deuteronomio´´, unos seis o siete
siglos después de Moisés.

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Y además, el mismo versículo inicial del libro Devarim-Deuteronomio también nos presenta un interesante
indicio de sospecha. Allí leemos lo siguiente: ``Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel
``be-éver ha-Yardén´´, ``en el otro lado del Jordán´´ (Cap.1 Vers.1).
Si Moisés no cruzó el río y sólo llegó hasta el Monte de Nebó -en la Jordania de hoy- y murió allí, entonces la
persona que dice esto de él lógicamente tiene que estar al otro lado del Jordán, vale decir, en lo que hoy es
Israel o la Autonomía Palestina, entre el Jordán y el Mar Mediterráneo.
Como en el caso de Argentina y Chile, que tienen la cordillera de los Andes de por medio. Los argentinos
hablan de la ``República trasandina´´ cuando se refieren a sus vecinos chilenos. Pero si se presenta alguien y
habla de los ``trasandinos´´ para aludir a los habitantes de Mendoza o de San Juan, por lógica, al hablar así,
tiene que estar ubicado en territorio chileno.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 23/07/2004
PARASHAT VAETJANAN
El Mandamiento del Sábado
El calendario hebreo está organizado de modo que parashat Vaetjanán siempre se lee en nuestras sinagogas
el sábado que sigue a la fatídica fecha del Tishá Be-Av o 9 de Ab. Este día es el aniversario de la destrucción
del Primer Templo (en 586 a.C.), del Segundo (en 70 d.C.) y de varias desgracias más que azotaron al pueblo
judío. La tradición lo rememora con diversas plegarias y actos simbólicos de luto, y con un ayuno completo de
24 horas. El 9 de Ab fue anteayer, martes 27 de julio, y parashat Vaetjanán se leerá en nuestras sinagogas
pasado mañana, el sábado 31. Y después de la lectura de la Torá se leerá la Haftará (un fragmento de los
profetas) que comienza con la palabra ``Najamú´´, ``Consolad (a mi pueblo Israel, dice D´´s)``, tomada de la
iniciación del capítulo 40 del libro del profeta Ieshaiahu o Isaías.

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Vaetjanán es un verbo estructurado sobre la raíz ``jen´´, que significa ``gracia, donaire´´. Hoy día en Israel se
usa ``jen´´ como nombre propio, ya sea de varón o de mujer, y también como apellido. De ahí también deriva,
ya en la misma Biblia, el nombre femenino Janá, ``la que tiene gracia´´ (que dio en castellano Ana, o su
diminutivo Anita), tal como se llamaba la madre del profeta Samuel.
Con duplicación de la letra N llegamos al verbo J-N-N, ``otorgar o conceder gracia´´ que se presenta en
nombres de varón como Iojanán (``El Eterno lo agració´´; origen del Juan español), Eljanán (también D´´s lo
agradeció), Janán, Jananel, Jananiá y otros nombres propios.
Y finalmente, con su forma verbal de reflexivo, tomado en la conjugación de ``Hitpael´´, está el nombre de
nuestra parashá de hoy, que apunta hacia una idea de ``buscar gracia o benevolencia´´ en los ojos de
alguien.
En resumen: ``vaetjanán´´ puede traducirse brevemente como ``E imploré (al Eterno, en aquel tiempo´´,
Devarim-Deuteronomio Cap.3 Vers.23). Vale decir: procuré ``buscar gracia´´ en Sus ojos, para que El
concediera mi pedido.

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En la parasha ``Vaetjanán´´ de esta semana hallamos repetido el texto de los ``Aséret Hadibrot´´, los Diez
Mandamientos o Decálogo que ya figuraban en la Torá poco después del relato de la salida de Egipto (en
Shemot-Exodo Cap.20 Vers.1 hasta 13). Aquí, en el quinto libro de la Torá, los hallamos en
Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.6 hasta 17.
Y tal como ya lo mencionamos en nuestra nota del jueves pasado, si colocamos frente a frente los dos textos
del Decálogo, el de Shemot-Exodo confrontado con el de Devarim-Deuteronomio, podremos hallar algunas
interesantes diferencias entre los dos.
Una de las más notables es que el cuarto Mandamiento se inicia con la palabra ``Shamor´´ (``cuida, observa´´
el día sábado) en Devarim-Deuteronomio, mientras que el texto de Shemot-Exodo dice ``Zajor´´ (``recuerda´´
el día sábado).
La explicación tradicional de esta discordancia afirma que D´´s enunció ambas palabras a un mismo tiempo. A
ello también apunta la conocida estrofa del himno sabático medieval ``Lejá Dodí´´, cuando dice ``Shamor
vezajor bedibur ejad´´, ``shamor´´ (``observa´´) y ``zajor´´ (``¡recuerda!´´) en una sola voz`` nos anunció el
Eterno en el monte de Sinaí.

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Pero no es sólo la palabra inicial del cuarto Mandamiento lo que difiere. En todo el resto del mandamiento
sabático podemos hallar grandes diferencias entre el texto de Shemot-Exodo (que abreviaremos SH-EX) y el
de Devarim-Deuteronomio (D-D). Así, por ejemplo, ese día no deben ejecutar labores ``tú, tu hijo y tu hija, tu
esclavo y tu esclava y tu ganado´´ (SH-EX). Mientras que D-D todavía intercala antes de este último: ``tu buey
y tu burro´´.
En ambas enumeraciones brilla por su ausencia ``tu mujer´´. La tradición da por sobreentendido que también
ella queda incluída en el descanso sabático. Aunque en la práctica, bien sabemos que en el hogar no siempre
es así.
Más sorprendente, todavía, es la diferencia que se nos presenta más adelante cuando el Mandamiento

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expone el motivo del descanso semanal:


``Porque en seis días el Eterno hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el
séptimo día; por eso el Eterno bendijo el día sábado (shabat) y lo santificó´´, tal lo que dice SH-EX.
Por Heriberto Haber

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Parashá 30/07/2004
PARASHAT EQUEV
Lluvias en Israel
Curiosa palabra esa voz hebrea ``équev´´ que da su nombre a nuestra parashá de esta semana: significa algo
así como ``debido a que´´, en un contexto que reza así: ``Y ocurrirá, debido a que escucharéis (o mejor:
obedeceréis) estos juicios (leyes) y los observaréis y los cumpliréis, (entonces) cumplirá el Eterno tu D´´s el
pacto y la merced que ha jurado a tus padres´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.7 Vers.12).
En otras palabras: si vosotros cumpliréis el pacto -de ser fieles al Eterno y no adorar a otros dioses- entonces
también él cumplirá Su parte y os colmará con toda clase de bendiciones.
El término ``équev´´ está vinculado con el sustantivo ``aquev´´, el ``talón del pie´´ y la marca que éste deja en
el suelo al pisar. Y como ya lo vimos otrora cuando hablamos aquí del primer libro de la Torá, Bereshit o
Génesis (ver Aurora del 27 de noviembre de 2003), este ``aquev´´-talón también subyace en el nombre que le
fue dado al tercero de los patriarcas: en hebreo Yaacov, en castellano Jacob (el personaje que más tarde
también fue llamado Israel).

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¿Y cuáles son esas bendiciones que D´´s otorgará al pueblo de Israel si éste Le permanece fiel?
En lo personal, lo que se aplica por separado a cada familia, ``bendeciré el fruto de tu vientre´´ (Id. Vers.13):
tendréis hijos, muchos y sanos. En lo agrícola, ``(bendeciré) el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto (vides y
vino) y tu aceite (de olivas)´´ (Ibid). Y en ese mismo versículo, también, la bendición del ganado: abundancia
de vacunos, ovejas y cabras.
Notemos la categoría de estas bendiciones: son todas riquezas agrícola-ganaderas de un pueblo que viven
en su tierra, y no incluyen oro, plata u otros lujos propios de ricos o de comerciantes. Ni tampoco el hierro,
que por esa época todavia era sinónimo de metal usado principalmente para la guerra (espadas, escudos,
etc.) ni el cobre, posiblemente por motivos parecidos.

...

Por otra parte, está también la enumeración del castigo que espera para el caso de que los hijos de Isreal
contravengan su parte en el pacto: ``Y será, si olvidar has de olvidar al Eterno tu D´´s, y andarás en pos de
otros dioses y les servirás y te prosternarás ante ellos: os atestiguo hoy que perder habréis de perderos
(seréis destruídos). Así como los pueblos que el Eterno aniquila delante de vosotros, así seréis aniquilados
vosotros, debido a que (otra vez: ```equev´´, el nombre de nuestra parashá) no escuchasteis la voz del Eterno
vuestro D´´s. (Id. Cap.8 Vers.19-20).

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Más adelante sigue en el texto de esta semana una nueva descripción del país que espera a los hijos de
Israel una vez que crucen el Jordán.
``Porque el país hacia el cual tú llegas para heredarlo, no es como la tierra de Egipto de la cual saliste, donde
siembras tu semilla e irrigas con el pie, como un jardín de verdor´´. (Id.Cap.11 Vers.10). En otras palabras: en
Egipto, el Nilo proveía abundante agua para los cultivos. La expresión ``irrigas con el pie´´ algunos la
interpretan como referida a una primitiva noria u otro aparato parecido que, movido por el pie humano,
ayudaba al transporte del agua desde el río hasta los campos.
En cambio Canaán, el futuro país de Israel, es ``una tierra de montañas y de valles´´, donde ``de la lluvia (que
llegará) del cielo beberás agua´´ (Id. Vers.11). Es decir: no habrá provisión de agua asegurada, como en el
caso del Nilo que fluía constantemente en Egipto. En Israel estarás supeditado a la lluvia que llegará -o no-
enviada por D´´s. Como bendición, si Le obedeceréis, o como castigo, en caso contrario. Por más que
``siempre los ojos del Eterno tu D´´s están puestos en él (en ese país) desde el comienzo del año hasta el fin
del año`` (Id. Vers.12).
Más de 3000 años está durando esta dependencia de la lluvia que llevamos a cuestas aquí en Israel. Y todos
los intentos humanos de zafarnos de esa sentencia divina -importar agua de Turquía, desalinizar el agua del
Mar Mediterráneo, etc.- todavía no han logrado liberarnos de esa afirmación bíblica hasta el día de hoy.
Prestemos atención, además, a dos de las citas bíblicas que hemos mencionado más arriba: una hablaba de
``la voz del Eterno´´ y la otra, de ``los ojos del Eterno´´. Dos antropomorfismos -adjudicación a la divinidad de

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cualidades humanas-, ese fenómeno del cual ya hemos hablado en una nota anterior (ver Aurora del 8 de julio
de 2004).

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Uno de los últimos párrafos de parashat Equev ha sido seleccionado por nuestros sabios de la antigüedad
para integrar la plegaria de ``Shemá Israel´´ (``¡Oye, Israel!´´) que se dice dos veces por día, de mañana y de
tarde. Además, también se la escribe en el pergamino de la ``mezuzá´´ que fijamos en el poste derecho de las
puertas de entrada a nuestras casas. Es el texto de Devarim-Deuteronomio (Cap.11 Ver13 hasta 21, que
comienza con las palabras ``Veahiá im shamoa´´, ``Y será, si obedeceréis´´ (a los mandamientos de D´´s),
que ha sido elegido como segundo capítulo de la mencionada plegaria.
Y en uno de los versículos, este párrafo también habla, otra vez, de la lluvia en Israel y de su influencia sobre
la vida de los hombres: ``Y daré la lluvia de vuestro país en su (debido) tiempo, la temprana y la tardía, y
recogerás tu grano y tu mosto y tu aceite. Y daré pasto en tu campo para tus animales, y comerás y te
hartarás´´ (Id. Vers.14-15).
Nada de comprar agua en el extranjero, ni de desalinizar el agua del mar. ¡Solamente hay que cumplir las
leyes del Eterno, y la lluvia está asegurada!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 06/08/2004
PARASHAT RE´E
Elegir... ¿Reformas?
Con la pala
bra ``re´é´´, imperativo del verbo ``mirar´´ o ``ver´´, se inicia nuestra parashá de esta semana: ¡``Mira! Yo
coloco delante de vosotros hoy la bendición y la maldición!´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.10 Vers.26).
Este es un fundamento básico dentro del judaísmo: el hombre tiene libre albedrío para elegir el curso de su
conducta. Y obtendrá por la misma la compensación que corresponda: ``La bendición, si oiréis (vale decir:
obedeceréis) los mandamientos del Eterno vuestro D´´s, que yo os ordeno a vosotros hoy`` (Id. Vers.27).
Y en el caso contrario, ``la maldición, si no oiréis los mandamientos del Eterno vuestro D´´s, y (si) os
apartaréis del camino que yo os ordeno hoy`` (Id. Vers.28).
...
Las cartas están puestas sobre la mesa, por así decirlo, y a cada individuo le corresponde hacer su elección.
Hoy día, entre quienes conocen y cumplen la Torá a la manera tradicional -es decir: un quinto,
aproximadamente, de la población judía de Israel- esta elección del modo justo de servir al Señor se aplica en
su modo de vestir, en ciertos detalles que difieren en sus plegarias, en sus comidas tradicionales y en muchos
otros aspectos de la vida cotidiana.
Cada uno de ellos está convencido de que su propia costumbre es la más grata en los ojos del Eterno: el
diseño de la capota negra, el modelo del sombrero, la preparación y el menú de los días hábiles y el de la
comida sabática, ciertas variantes en las plegarias que pronuncian en la sinagoga, etc.
De acuerdo a lo que dice nuestra parashá de hoy, cada uno de ellos ha hecho su libre elección: judaísmo a lo
Jabad, a lo Shas,, Mafdal, Benei Akiva, Belz, Gur, Brazlav y muchas otras variantes más que se conocen en
el campo de los judíos observantes.
Frente a ellos, en cambio, está la gran mayoría de los judíos llamados ``jiloniím´´ en hebreo, vale decir,
``seculares´´ o ``laicos´´. Aquellos que desconocen del todo las normas de nuestra religión y que han hecho la
elección -por así decirlo- de desentenderse de ella por completo.
Aunque hay muchas disposiciones de la Torá que el judío -como todos los otros habitantes no judíos de
Israel- debe cumplir igual, porque ya han pasado a formar parte de las leyes del país e incluso de la
civilización entera. Todos cumplen normas del Decálogo al estilo de ``¡No asesinarás!´´, ``¡No robarás!´´, ``¡No
levantes contra tu prójimo falso testimonio!´´ y la ley concede un día de descanso para todo trabajador, ya sea
el shabat-sábado u otro día de la semana.
...
Asimismo, tal como lo dice la Declaración de la Independencia del Estado de Israel, los feriados del país son
las tradicionales fiestas judías: Pesaj, Shavuot, Rosh Hashaná, Iom Kipur, Sucot, etc., y el descanso semanal,
para la población judía es el shabat o sábado. Mientras que israelíes de otros credos -cristianos,
musulmanes, etc.- quedan libres de hacerlo según los dictámenes de su propia religión: descansan el
domingo o el viernes, respectivamente.
Lo que no se concibe, a todo esto, es un trabajo continuo, sin pausas, para el obrero o el empleado. Y en
aquellas actividades en que el trabajo perpetuo es indispensable -usinas eléctricas, hospitales, servicios de
vigilancia, etc.- las labores están organizadas de un modo tal que, a pesar de que la acción no se interrumple
nunca, el que participa en ella recibe, con todo, un día de descanso por semana, como sustituto del sábado,
del domingo o del viernes en que trabajó.
...
De manera que, ``a grosso modo´´, Israel sí, ha elegido ir por muchos de los caminos de la Torá, si bien no
dentro del ámbito de la religión sino de la civilización occidental en general. Es cierto: uno de los puntos que
más se subrayan en el quinto libro de la Torá que estamos leyendo es el de no permitir cultos ajenos en la
tierra que recibirá el pueblo de Israel: ``Destrozaréis sus altares y romperéis sus estatuas´´
(Devarim-Deuteronomio Cap.12 Vers.3).
Este fanatismo religioso de hace muchos siglos atrás, destinado a combatir el culto de ídolos que los hijos de
Israel encontraron en Canaán cuando ocuparon el país, ya no puede aplicarse hoy en los tiempos modernos,
cuando conviven en estas tierras cientos y miles de sinagogas, iglesias y mezquitas. Por más que dentro de
ellas a veces abundan, eso sí, predicadores exaltados que azuzan a sus fieles contra esa tolerancia mutua, y
los exhortan a salir a matar a quienes pertenecen a credos distintos.
...
La gran mayoría del pueblo judío, entonces, aquí en Israel y también en parte de la diáspora, ha elegido un
tren de vida diferente de aquellos que ven las costumbres judías tradicionales -las de hace dos o tres o más

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siglos -como único y auténtico cumplimiento de las leyes de la Torá. La capota negra, la barba larga, la
concurrencia diaria a la sinagoga, la prohibición de que la mujer participe en las actividades de esta última,
etc.
Y a semejanza de lo que sucede con las iglesias y mezquitas cuya presencia se tolera y ya no se combate
más hoy, com otrora los templos paganos cuando el judaísmo luchaba contra el culto de ídolos -muchas
circunstancias han cambiado en el mundo actual, y leyes que la Torá enuncia expresamente como
``¡Destrozaréis sus altares!´´ - ya nadie piensa aplicarlas en la actualidad.
...
Y de un modo análogo, quizás ya haya llegado también el momento de revisar -y hallar nuevas
inerpretaciones- a muchas otras leyes de la Torá que fueron buenas en su tiempo, pero que hoy ya están
superadas.
El ``mivké´´ o baño ritual, en una época en que la gran mayoría de los hogares ya cuenta con agua coriente y
bañadera en su propia casa.
El ``eruv´´ por el cual se nos permite ir por la calle con paquetes en la mano los días sábado. Y ya no
hablemos de viajar ese día en un vehículo de varias ruedas, que nos permita acortar las distancias que son
muy largas para recorrerlas a pie.
El acto simbólico de la venta del jametz (pan leudado o sus derivados) a un no judío en vísperas de la fiesta
de Pesaj.
El día de fiesta adicional en la diáspora (Iom Tov shení shel galuiot), en una época en que ya se conocen bien
de antemano y con suma precisión las tablas astronómicas de la luna, y por ende la hora exacta del comienzo
del mes lunar y de las fiestas hebreas en cada colectividad judía del mundo.
Y en todo lo que hace a la unión familiar o su disolución -leyes de matrimonio, de divorcio, de manutención de
los hijos, etc.- también ya sería hora de que la religión judía abandone el milenario enfoque que ve en la mujer
una propiedad de su marido, a quien hoy día muchos siguen llamando como otrora ``ba´al´´, el ``dueño´´ de
su esposa.
Igual como al ídolo Ba´al que adoraban los canaaneos, o como al ``dueño´´ de cualquier otro objeto que hoy
día le pertenece según la ley.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 13/08/2004
PARASHAT HASHAVUA
Acerca de jueces y reyes
``Shoftim´´, ``jueces´´, es la palabra inicial de nuestra parashá de esta semana. En castellano deriva de ella la
palabra ``sufete´´, llegada a través del latín y el fenicio, que según el Diccionario de la Real Academia
Española (edición 2001, pág. 2.106) significa: ``Cada uno de los magistrados supremos de Cartago y de otras
repúblicas fenicias´´.
Dos funcionarios integran el sistema judicial, según lo determina la Torá: el ``shofet´´ o juez, y el ``shoter´´
-hoy día, la ``policía´´ misma- que es encargado, de hacer cumplir los fallos que dicta el juez. De ahí entonces
el versículo inicial de nuestra parashá: ``Shoftim (jueces) y shotrim (agentes ejecutivos) te pondrás en todas
las puertas (de las ciudades) que el Eterno tu D´´s te ha dado según tus tribus, y juzgarán al pueblo ley
justiciera´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.16 Ver.18).
Esta disposición nos hace recordar el consejo que otrora dio el suegro de Moisés, Yitró (o Jetró) a su yerno,
cuando lo vio ocupado desde la mañana hasta la noche administrando justicia en las querellas que le
presentaban los hijos de Israel: ``No está bien lo que haces, porque os cansaréis tú y el pueblo que está
contigo, porque la tarea sobrepasa tus fuerzas... Y tú elige de todo el pueblo hombres capaces, temerosos de
D´´s, hombres (amantes) de (la) verdad y enemigos de la ganancia (malhabida), y (los) designarás sobre ellos
(sobre los hijos de Israel) jefes de miles, de centenares, de cincuenta (personas) y de decenas... y juzgarán al
pueblo en todo momento, y toda cosa grande (problema de importancia) traerán hacia ti, y toda cosa pequeña
la juzgarán ellos``. (Shemot-Exodo Cap.18 Vers.17-22).
Ahora, cuando el pueblo de Israel está por dispersarse geográficamente -ya no andarán más todos juntos por
el desierto, sino que después de cruzar el Jordán, en Canaán irán a vivir cada uno en las tierras y ciudades
que logren conquistar -la Torá establece entonces el nuevo aparato judicial descentralizado. Y el sitio de los
tribunales será la puerta de la ciudad, tal como lo establece el texto que estamos comentando, y como lo
confirman muchos ejemplos a lo largo de toda la Biblia.

...

El breve párrafo inicial de esta parashá también describe las cualidades que deben tener los jueces de Israel:
``No pervertirás justicia, no reconozcas caras (para favorecer en el juicio a personas que conoces) y no
aceptes soborno; pues el soborno enceguece los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos´´
(Devarim-Deuteronomio Cap. 16 Ver.19).
Con pocas palabras -¡pero tajantes!- la Torá pinta aquí los efectos que producen coimas, sobornos y otros
regalos interesados que se dan a las autoridades, y que éstas aceptan. Enceguecen al que los recibe, de
modo que ya no distingue más entre el bien y el mal, entre el cumplimiento de la ley y su violación. Y la
consecuencia de esta ceguera: el fallo que emite la autoridad sobornada tergiversa la aplicación de la ley. Se
emite un permiso que no debía emitirse. Se autoriza una acción que la ley prohíbe. O por lo contrario, se
niega al peticionante la solicitud de algo que según la ley le está permitido.

...

Y ya que hablamos de autoridades: en otro pasaje de nuestra parashá de hoy la Torá establece lo que se dio
en llamar ``Jok hamélej´´, la ``Ley del rey´´, o sea, el estatuto que define las relaciones entre éste y el pueblo
de Israel. Según quienes sostienen que el libro Devarim-Deuteronomio es posterior a los tiempos de Moisés,
estas normas fueron dadas como freno para evitar que se repitieran excesos como los que hubo durante el
reinado de monarcas como David (grandes campañas militares de conquista) y Salomón (el de las mil
mujeres y concubinas).
Cuando llegues al país que el Eterno te ha prometido -anuncia la Torá- ``y digas: pondré sobre mí un rey,
como todos los pueblos que hay en mi derredor´´ (Id. Cap.17 Vers.14), entonces el monarca que elijas para
gobernarte debe cumplir las siguientes condiciones:
``De entre tus hermanos pondrás sobre tí un rey; no podrás poner sobre tí un hombre extranjero, que no sea
tu hermano´´ (Id. Vers.18). Vale decir: no aceptar el reinado de una dinastía extranjera.
``Solamente, que no tenga muchos caballos´´ (Vers.16). En aquella época, el caballo era símbolo de poderío
militar, como hoy día, por ejemplo, los tanques. Limitación al poderío militar de los reyes de Israel, y a sus
aspiraciones de conquista.
``Y que no devuelva al pueblo a Egipto para aumentar los caballos´´ (Ibid.). Que no mande esclavos hebreos

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a trabajar para los faraones de Egipto con el propósito de que éstos le envíen, en retribución, más animales
para sus tropas de caballería.
``Y que no tenga muchas mujeres, y que no se descarríe su corazón´´ (Vers.17). La poligamia se practicaba
en los tiempos antiguos, desde los patriarcas que tuvieron varias mujeres cada uno, hasta los diferentes
reyes, que con más razón podían permitirse unas cuantas. Pero la presente prohibición de la Torá, como
dijimos más arriba, no apuntaría al harén normal de un rey -cinco, diez o veinte mujeres, entre esposas y
concubinas- sino al rey Salomón, que llegó a tener un millar de ellas.
Porque la consecuencia de una poligamia tan exagerada sería que ``se descarríe su corazón´´ de la justicia y
del culto del Eterno. Y que mujeres extranjeras que quizás llegaron al harén por su belleza física acabaran por
traer a la corte del rey también el culto de sus dioses e ídolos.

...

``Y plata y oro, que no le aumente mucho´´ (Vers.17). Porque evidentemente, los tesoros que acumule el rey
provienen de los impuestos que él toma del pueblo, ya sea en metálico, o porque labradores y otros artesanos
del pueblo trabajan para él. Hoy día en Israel no tenemos que mirar muy lejos para descubrir en nuestra
vecindad a reyes y otros gobernantes que han juntado grandes fortunas -bien guardadas en bancos de Suiza-
a costas del pueblo que sufre hambre, enfermedades, analfabetismo y otros males debidos a su pobreza.
Y otra norma más para los reyes de Israel, que también tiene su plena aplicación moderna: ``Para que su
corazón no se ensorbezca sobre sus hermanos´´ (Id. Cap.17 Vers.20). En primer lugar: que recuerde que el
resto del pueblo también son hermanos suyos. Y después, que no se envanezca y se crea superior a ellos.
Traducido al nuevo siglo en que vivimos: que no dilapide el dinero de los impuestos del público instalándose
en oficinas de lujo, viajando en autos Mercedes último modelo, haciendo viajes superfluos al extranjero y
muchos otros gastos por el estilo.
La Torá y Moisés ya previeron tales excesos de los gobernantes hace más de tres milenios.
¡Y los prohibieron terminantemente!.
Por Heriberto Haber

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Mundo Judío - 20/08/2004
PARASHAT KI TETZE
Mujeres cautivas y la poligamia
En nuestras útlimas notas ya hemos soslayado un poco el tema de la mujer en la Biblia, cuando hablamos de
las mil mujeres del rey Salomón, y de la palabra ``ba´al´´ que indica al ``marido´´ y al ``amo o dueño´´ a un
mismo tiempo.
Y hoy, en la parashá de esta semana, los primeros versículos que leeremos de la Torá también tratan del
tema de la mujer en el pueblo de Israel, en los tiempos antiguos.
``Ki tetzé´´ se llama la parashá, porque éstas son sus palabras iniciales: ``Cuando salgas´´
(Devarim-Deuteronomio Cap.21 Ver.10). Y el pasaje entero indica que ``cuando salgas´´ a la guerra contra tus
enemigos, y obtengas la victoria sobre ellos y tomes prisioneras a las mujeres cuyos familiares sucumbieron
en el combate, debes respetar el luto que guardan aquéllas que quieras tomarte como esposas. Las otras -
-aunque el texto no lo dice expresamente- es de suponer que quedaban reducidas a la calidad de esclavas, y
podían ofrecerse en venta o en trueque igual que cualquier otro objeto comerciable.
``Si vieres entre las prisioneras una mujer de bello aspecto, y la deseares, y te la tomas por esposa y la traes
a tu casa´´ (Id. Vers.11-12), entonces te está prohibido tratarla enseguida como a una novia, sometiéndola a
tratamientos de belleza -como lo llamaríamos hoy a perfumes, peinados y otros aderezos femeninos- que la
vuelvan más hermosa y apetecible para la noche de las bodas.

...

Muy por el contrario, durante el primer mes después de su captura, hay que permitirle a esa mujer que guarde
el luto por los parientes que ella perdió en la guerra: ``Y llorará por su padre y por su madre un mes entero´´
(Id. Vers.13). Ya sea porque los padres de ella sucumbieron en la matanza de la guerra. Y aunque ésto no
haya sucedido así, de todos modos cabe llorarlos porque ella ya no los verá nunca más.
Como manifestación externa de ese luto, ella ``rapará su cabeza y se cortará las uñas´´ (Id. Vers.12). Es
decir: tendrás que permitirle ``ponerse fea´´, por así decirlo, a pesar de que apeteces verla hermosa para
casarte con ella cuanto antes.
Solamente al cabo del mes de luto ``te allegarás a ella, la poseerás y te será por esposa´´ (Id. Vers.13).
Y prestemos atención a este verbo ``poseerás´´ que apunta a las relaciones sexuales con esa mujer: en
hebreo el texto dice ``ba´alta´´ de la misma raíz B-A-L que la palabra ``ba´al´´, el ``dueño´´ de una cosa.
¡Tener relaciones sexuales con una mujer es lo mismo que poseerla!

...

E inmediatamente después de esta norma acerca de las prisioneras de guerra viene en la parashá de esta
semana otra ley, referida también a las mujeres: qué pasa cuando un hombre tiene dos esposas, a una la
ama más que a la otra, y el hijo primogénito le nace precisamente de aquélla a la que él quiere menos.
``Cuando un hombre tenga dos esposas, una amada, y la otra aborrecida´´ (Id. Vers.15) comienza por
decirnos el texto que introduce este tema. Esta última palabra hebrea ``senuá´´ (de ``soné´´, ``enemigo´´)
opuesta a ``ahuvá´´, ``amada´´, aquí no suele tomarse por su valor facial de ``aborrecida, odiada´´. Porque si
el marido realmente ``odia´´ a esa mujer, cabe la pregunta: entonces, ¿por qué se casó con ella? O por lo
menos: ¿por qué no se divorcia de ella?
Por eso, la mayoría de los comentaristas en este contraste de ``amada´´ a ``aborrecida`` encuentra sólo una
graduación relativa del amor que siente por ellas el marido: a una la quiere mucho, y a la otra, un poco
menos.
Pero resulta que el primer hijo le nace al marido precisamente de aquella mujer a la que no quiere tanto. No
podrá quitarle los derechos de primogénito -indica la Torá- en favor de alguno de los hijos de la mujer más
amada. ``Y será, el día en que reparta la herencia a sus hijos, reconocerá al hijo de la aborrecida (la que
quiere menos) para darle una parte doble de sus bienes (Id. Vers.17). Es decir: si por ejemplo el padre tiene
cinco hijos, la herencia se repartirá en seis porciones. El primogénito recibe dos de ellas, y los demás hijos, un
solo sexto cada uno.
Y para reforzar la justificación de ese reparto preferencial, la Torá todavía agrega, en ese mismo pasaje:
``Porque él -ese hijo primogénito- es el principio de su potencial (el primero que nació del poder generativo del
padre), a él (le corresponde) el derecho de la primogenitura´´ (Id. Vers.17).
Inscripciones antiguas que los arqueólogos han encontrado en la Asiria de otrora y en otros sitios confirman

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que tal era la norma también en otros pueblos de la antigüedad: el hijo primogénito siempre recibía parte
doble en la herencia de su padre. Y aquí vemos cómo esta regla se aplicaba también en el antiguo Israel.

...

A todo ésto, tomemos nota de lo que dice la Torá en el versículo que introduce este pasaje de la ley del
primogénito: ``cuando un hombre tenga (o: tuviere) dos esposas´´ (Id. Vers.15).
¿Por qué, entonces, al judío de hoy le está vedada la poligamia, si la Torá misma contempla la posibilidad de
practicarla? ¿Por qué hoy día ningún rabino aceptará casar otra vez a alguien que ya está casado, si nuestros
patriarcas tuvieron todos varias esposas con excepción, quizás, de Isaac -y la inscripción en el libro de
Guiness la ganó por lejos el rey Salomón con su miríada de mujeres?

...

La verdad es que la poligamia en el pueblo de Israel estaba permitida hasta bien avanzada la Edad Media.
Fue prohibida sólo por el año 1030 d.C. debido a una disposición rabínica, el conocido ``jérem´´ (o:
``anatema´´) de Rabenu Guershom. Este Rabí Guershom, apodado Meor Ha-golá``, ``Luminaria de la
Diáspora´´, vivió en Alemania a comienzos del siglo XI d.C. y emitió una disposición que prohibía casarse con
más de una mujer bajo pena de caer en ``jérem´´, o sea, expulsión de la comunidad y del pueblo judío.
Este ``jérem´´ fue aceptado por gan parte del pueblo judío, pero no por todos. En algunos países musulmanes
-donde la costumbre local admitía la poligamia y a veces se la sigue practicando hasta el día de hoy- también
los judíos se desentendieron del anatema de Rabí Guer- shom y lo rechazaron.
Y así ocurrió, después de 1948, que llegaron como ``olim´´ al recién nacido Estado de Israel judíos de esos
países -especialmetne desde Yemen- con sus dos o más esposas (y por supuesto, los respectivos hijos),
casados con ellas de un modo completamente ``ca-sher´´ para usar el habitual término gastronómico de los
rabinos.

...

Cabe señalar, entonces, que esta disposición rabínica que hoy día prohíbe la poligamia de los judíos en Israel
es una prueba más de que cuando lo quieren hacer, los rabinos pueden modificar hasta sustancialmente las
leyes de nuestra Torá. Rabí Guershom, ``la Luminaria de la Diáspora´´, dio una prueba de ello.
Sólo que hoy día en Israel, entre los muchos rabinos que se creen grandes lumbreras todos ellos, la verdad
es que brilla por su ausencia una luminaria semejante que sepa lo suficiente y se atreva a poner al día
cuestiones por este estilo que surgieron en los tiempos modernos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 27/08/2004
Parashat Ki tavo
Primicias, bendiciones y lo otro
``Vehaiá ki tavó´´ son las palabras iniciales de nuestra parashá de esta semana: ``(Y ocurrirá) cuando
llegues´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.26 Vers.1).
Cuando el pueblo de Israel llegue a su destino, la tierra de Canaán, y se asiente allí para dejar de ser nómade
y se dedicará también a la agricultura, entonces al cabo de cada año recogerá el fruto de lo que sembró en la
tierra e irrigó con su esfuerzo.
Entonces también celebrará la fiesta de las primicias y deberá recoger parte de éstas ``y las pondrás en una
canasta e irás hacia el sitio que elija el Eterno tu D´´s para que Su nombre resida allí, y llegarás hasta el
sacerdote que haya en esos días`` (Id. Vers.2-3) para ofrecer esos primeros frutos como ofrenda al Señor.
Más tarde esta ofrenda de las primicias se concentró en la fiesta de Shavuot, siete semanas después de
Pesaj (hoy día, por el mes de mayo). Y la fórmula con que el judío llegado al Templo de Jerusalén ofrecía la
canasta con las frutas al sacerdote, la veremos un poco más adelante.
Con la destrucción del Primer Templo (año 586 a.C.) y la del Segundo (año 70 d.C.) y la dispersión que les
siguió, gran parte de los judíos dejaron de ser un pueblo agrícola, porque nadie quería concederles su tierra
para trabajarla. Entonces, por muchos siglos, Shavuot pasó a ser una fiesta meramente sinagogal.
Pero desde el año 1948, con la fundación del Estado de Israel, en muchos kibutzim, moshavim y otros
asentamientos agrícolas del país, Shavuot volvió a ser celebrada como fiesta de las primicias, con desfiles
alusivos, canciones, ofrendas de frutos y a veces, su distribución entre los necesitados, a falta de Templo de
Jerusalén donde entregarlos a los sacerdotes.

***
¿Qué es lo que decían los hijos de Israel al entregar las primicias en el Templo? El texto está tomado de la
Torá, de nuestra parashá de hoy.
Allí leemos lo siguiente: ``Y contestarás (al sacerdote) y dirás delante del Eterno tu D´´s: `Mi padre fue un
arameo errante, y bajó a Egipto, y habitó allí con poca gente, y se convirtió allí en un pueblo grande, fuerte y
numeroso´ (Id. Vers.5). Vale decir: un breve resumen de lo que fue la historia de Israel hasta ese entonces.
``Mi padre fue un arameo errante´´ se refiere a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, de los cuales sólo
Isaac vivió toda su vida aquí, en la futura tierra de Israel, e incluso dedicó parte de su vida al cultivo de la
tierra.
Los otros dos, Abraham y Jacob, fueron pastores nómades, y les cabe además el adjetivo de ``arameos´´
pues Abraham era originario del país Aram (en el actual Irak) y Jacob, por su lado, vivió allí unas dos décadas
cuando huyó hacia Harán para escapar de la furia de Esaú, a quien le había birlado la primogenitura. Y de
cada uno de estos dos patriarcas también cabe afirmar que ``bajó a Egipto´´.
Abraham lo hizo en una época de escasez en Canaán, para escapar de los efectos de la seguía (según
Bereshit-Génesis Cap.12 Vers.10). Y Jacob, también por falta de lluvias, bajó a Egipto con toda su familia, se
reunió allí con su hijo José y acabó sus días en el país del Nilo, según ya vimos en su oportunidad (ver Aurora
del 1 y 8 de enero 2004).

***
Sigue luego un doloroso resumen de la esclavitud y de los sufrimientos que esa familia -ampliada luego a un
pueblo entero- sufrió a manos de los faraones en la tierra de Egipto.
``Y los egipcios nos maltrataron, y nos afligieron, y nos impusieron trabajo duro´´ (Id. Vers.6). Las cosas
siguieron así durante mucho tiempo. ``Y hemos clamado al Eterno el D´´s de nuestros padres, y el Eterno
escuchó nuestra voz, vio nuestra penuria y nuestro trabajo (de esclavos) y nuestra aflicción`` (Id. Ver.7).
Como corolario de lo cual ``El Eterno nos ha sacado de Egipto... y nos ha traído hasta este lugar, y nos ha
dado esta tierra, un país donde fluye la leche y la miel´´ (Id. Vers.8-9).
Y ahora ha llegado el momento de agradecer al Creador todo lo que ha hecho por nosotros: por eso me
presento -dice cada uno de los agricultores-peregrinos que llega al Templo de Jerusalén- para ofrendar a El
las primicias de los frutos de mi campo, entregándolas en manos de uno de Sus sacerdotes.
Hasta aquí, la ceremonia de la ofrenda de las primicias, las que hoy en Israel llamamos ``bicurim´´ en hebreo.

***
Otro tema que trata nuestra para- shá de esta semana es el de una gran asamblea popular que deberá
realizarse una vez que el pueblo haya cruzado el Jordán y esté instalado en Canaán. Ella deberá celebrarse
en las laderas de dos montes que se enfrentan, el de Guerizim y el de Eibal, por donde hoy está la ciudad de

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Shjem o Nablus, en la zona palestina.


Seis tribus se colocarán en el monte de Guerizim (Simón, Leví, Judá, Isajar, Iosef José y Benjamín, según Id.
Cap.27 Vers.12) y allí se anunciarán todas las bendiciones que beneficiarán a los hijos de Israel si cumplirán
las leyes del Señor. Según parte de los comentaristas son las bendiciones que pueden leerse a continuación,
en los comienzos del Cap.28, desde el Versículo 1 hasta el 14. ``Bendito serás en la ciudad y bendito en el
campo´´ (Vers.3). ``Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el de tus animales (Vers.4) Y así
sucesivamente.
Mucho más larga y detallada, en cambio, es la lista de las maldiciones que se anunciará en el monte de Eibal,
cubierto opr los representantes de las otras seis tribus (Rubén, Gad, Asher, Zebulún, Dan y Naftalí, según el
Cap. 27 Vers.13).
Esas maldiciones llegarán como castigo por toda clase de pecados: a quien confecciones y adores ídolos
(Vers.15), a quien falte el respeto a su padre y a su madre (Vers.16), a quien mueva los mojones que marcan
el límite de su campo con el del vecino (Vers.17) y así sucesivamente. Y al cabo de escuchar cada una de
esas advertencias, el pueblo entero allá reunido en las laderas de esos dos montes, deberá responder:
``¡Amén!´´

***
¿Y cuáles son esas maldiciones?
Todo el resto del Capítulo 28 se ocupa de ellas, desde el Versículo 15 hasta el 65. ¡Cincuenta versículos
seguidos! No hay mal que allí no se nombre: sequía, peste, mortandad, esclavitud, ansiedad, cautiverio,
locura, miseria, dispersión... En fin: aunque el nombre de Auschwitz todavía no figura allí, ya hace tres
milenios la Torá supo pintar bien detallados todos los efectos que produce en sus víctimas un campo de
concentración o de exterminio.
Y no es de extrañar, entonces, que cuando se llega a estos párrafos en la lectura semanal de la Torá, en
muchas sinagogas existe la costumbre de leerlos en voz baja.
Para no asustar demasiado a los fieles concurrentes.
Por Heriberto Haber

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Parashá 31/08/2004
Cambios en la dirigencia
Parashot Nitzavim-Vayelej
Con las parashot Nitzavim y Vayélej que se leerán juntas el sábado próximo en nuestras sinagogas, ya nos
estamos aproximando al final del quinto y último libro de la Torá, Devarim o Deuteronomio.
``Nitzavim´´ debe su nombre al versículo que en hebreo dice en sus primeras palabras ``Atem nitzavim
hayom´´, ``Vosotros estáis parados (o: apostados) hoy´´ delante del Eterno vuestro D´´s (Cap.29 Vers.9).
Como sustantivo (los que ``están parados´´) se usa en hebreo moderno en la industria cinematográfica para
designar a los ``comparsas´´: aquellos artistas que aparecen en el cuadro que se está filmando sin que
desempeñen papel alguno en el mismo, ya que actúan solamente como gente de ``relleno´´ en la pantalla, por
así decirlo.
El nombre de la segunda parashá, ``Vayélej´´, viene de la palabra inicial de la misma, ``vayélej (Moshé)´´, ``Y
fue (o: anduvo) Moisés y dijo todas estas palabras al pueblo de Israel`` (Cap.31 Vers.1).
Las dos parashot son muy cortas, y a pesar de que las leeremos juntas en un mismo sábado, resultan más
cortas que algunas otras de las que hemos leído -una parashá sola, cada vez- en los sábados anteriores.
Hay un factor común que une esos dos nombres que en cierto modo son antónimos: ``Nitzavim´´ -parados,
apostados, pasivos como están los hijos de Israel- mientras que ``Vayélej´´, anduvo, fue de un lado a otro,
estuvo activo, y esto alude a Moisés.

***
¿En qué consistió su actividad?
En concertar otra vez el pacto entre D´´s y los hijos de Israel. Ahora, al cabo de cuarenta años de deambular
por el desierto, se renueva la alianza establecida otrora al pie del monte de Sinaí. No olvidemos que los
hombres de hoy, con los que ahora el anciano Moisés renueva ese pacto, son los que en el episodio de Sinaí
aún eran niños, o todavía no habían nacido.
Sólo Moisés, con sus ciento veinte años a cuestas, quedaba de la ``guardia vieja´´. Y también él ya estaba a
punto de abandonar a los hijos de Israel para siempre. Por el ejemplo que él nos da (``He aquí que hoy yo ya
tento ciento veinte años´´, Cap.31 Vers.2) es que nosotros, los judíos, hasta el presente nos auguramos unos
a otros alcanzar semejante edad.

***
Pero junto con su edad, Moisés también declara abiertamente algo más: ``Ya no puedo más salir y venir (Id.
Id.). Es decir: ya no estoy apto para seguir ejerciendo mis funciones al frente del pueblo´´. Además, ``el Eterno
me ha dicho: `No cruzarás este Jordán´´´. Por todo esto, resulta necesario nombrar un sucesor que cumpla
las dos funciones a la vez: que se ponga como dirigente al frente del pueblo, y que lo conduzca en el cruce
del Jordán y en la conquista de la tierra de Canaán.
Este dirigente habría de ser Iehoshúa bin Nun, Josué (hijo de Nun) en castellano, quien además de haber
actuado en varias oportunidades como ayudante de Moisés, ya conocía también el país de Canaán, hacia el
cual había sido enviado, tiempo atrás, junto con los otros once exploradores.
Y en parashat ``Vayélej´´, el Cap. 31 nos relata en diversos pasajes cómo fue esa transferencia del mando: en
público, delante de todo el pueblo de Israel (Vers.7-8), y luego, en una ceremonia privada -por así decirlo- en
el ``Ohel Moed´´ o Tabernáculo (Vers. 14-15).

***
Además, hay un hecho muy importante que se menciona en parashat Vayélej acerca de este pacto que es
renovado con D´´s: se lo fijó por escrito. Pues así dice el texto: ``Y escribió Moisés esta Torá (``ley,
enseñanza´´) y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, los que llevan el Arca del pacto del Eterno, y a todos los
ancianos de Israel (Cap.31 Vers.9).
Y una vez cada siete años el pueblo acudirá a una ceremonia que se llamó ``hakhel´´, ese verbo en modo
imperativo con que se la convoca: ``¡Reúne, debes reunir!´´ De la misma raíz K-H-L que las palabrfas
``kehila´´ o ``kahal´´, ``comunidad´´ o ``congregación´´ que conocemos hoy.
En esas asambleas populares, la Torá será leída en voz alta delante del pueblo, para que todos conozcan las
leyes que rigen a los hijos de Israel. Porque no basta con legislar. También hay que proclamar ante el pueblo
la ley legislada, para darle más vigencia, diríamos hoy. Que la conozcan los jóvenes, quienes la oyen por
primera vez. Y también los mayores, que ya la escucharon en el ``hakhel´´ de hace siete años... que vuelvan
a oírla, a guisa de repaso. ¡Por si se les olvidó algo!

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***
Y aquí llegamos otra vez a un punto crítico, que sigue en disputa hasta el día de hoy. ¿Cuál fue esa Torá, la
``ley´´ o ``enseñanza´´ que Moisés (¿y Josué?) escribieron y dejaron depositada como testimonio para la
posteridad, junto con las Tablas de la Ley, guardada en el santuario y confiada a la custodia de los
sacerdotes?
¿Todos los cinco libros de Moisés, esos que comienzan con Bereshit-Génesis y la creación del mundo, y
acabarán con el relato de la muerte del mismo Moisés pocos capítulos más adelante en el libro que estamos
leyendo?
¿O copiaron solamente el quinto libro de la Torá-Devarim o Deuteronomio-, ese rollo atribuído a ellos en
tiempos posteriores y que fue hallado en el Templo en el siglo VIII a.C. cuando reinaba el infante
Ioshiyáhu-Josías?
¿O bien este verbo ``y escribió Moisés´´ se refiere exclusivamente a los últimos capítulos que estamos
leyendo del libro de Devarim-Deuteronomio donde se habla de las bendiciones y las maldiciones que vendrán
de D´´s como premio por cumplir Su ley, o por desobedecerla, respectivamente?
Junto con la destrucción del Templo de Jerusalén, también fueron consumidos por las llamas los escritos esos
de la Torá, que nos habrían dado la respuesta a los interrogantes que estamos planteando. Esos rollos se
perdieron, y solamente nos quedó conservado, eso sí, el canto con el cual Moisés se despidió de su pueblo.
Ese esperamos verlo aquí, la semana que viene.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 10/09/2004
PARASHAT HAAZINU
El himno de Moisés
Con el himno de ``Ha´azinu´´, Moisés se despide del pueblo de Israel. Se lo distingue de un modo especial del
resto de los textos del libro de Devarim o Deuteronomio -escritos en prosa- que figuran en los pergaminos de
la Torá que guardamos en la sinagoga. Porque este himno se lo escribe en dos columnas estrechas,
enfrentadas, que generalmente constan de no más de tres, cuatro o cinco palabras en cada línea. De modo
que en todos los rollos de la Torá del mundo, cada renglón de Ha´azinu contiene los mismos versos. Como si
fuese la reproducción de una poesía moderna, en diversas antologías o libros de texto.
El término ``Ha´azinu´´ es el imperativo de un verbo que se vincula con el sustantivo hebreo ``ózen´´ que
significa ``oreja´´. Por eso podría traducírselo como ``¡prestad oído, escuchad´´! Es la primera palabra del
himno de Moisés, y por eso, también el nombre de nuestra parashá de esta semana (Devarim-Deuteronomio
Cap.32 Vers.1).

***

La poesía en la Biblia, si bien es cierto que sus estrofas a veces también guardan un determinado ritmo -pero
ninguna rima- en su esencia consiste en algo muy distinto que la parte formal del verso.
La poesía bíblica casi siempre procura expresar una misma idea en las dos mitades diferentes del verso. Tal
fenómeno ocurre no sólo en el presente canto de despedida de Moisés, sino también en los escritos de
muchos otros profetas de la Biblia, cada vez que ellos adoptan una forma poética para anunciar sus
profecías. De modo que podemos hallar estructuras semejantes en numerosos pasajes de Isaías, Jeremías,
Amós, Hosea y en muchos otros libros más de la Biblia.

***

Analicemos, como muestra, algunos versos del himno de Moisés. Veamos cómo funciona en ellos esa
construcción paralela de los versos. En hebreo, el comienzo de nuestro texto dice así:
``Ha´azinu hashamáyim va´adavera Vetishmá ha´áretz imrei fi´´.
(Tomemos nota: tres palabras hebreas la primera parte del verso, y cuatro la otra.)
Y ahora, la versión al español.
``Oíd los cielos y hablaré Y escuche la tierra los dichos de mi boca´´.
Veamos ahora la estructura paralela de las dos partes que se enfrentan en este verso.
``Ha´azinu´´ (``prestad oído, oíd´´) tiene su análogo en ``vetishmá´´, (del verbo SH-M-A, ``escuchar´´): ``y
escuche´´.
Hashamáyim, ``los cielos´´, halla su paralelo en el antónimo ``ha´áretz´´, ``la tierra´´.
Y el verbo ``va´adavera´´, ``y hablaré´´ se corresponde con ``imrei fi´´, ``los dichos de mi boca´´ (donde ``fi´´
está por ``pi´´, ``mi boca´´). En hebreo, la F y la P son una misma letra, en su sonido débil y fuerte).

***

Avancemos un renglón más en el himno de Moisés; pasemos a la primera mitad del Vers. 2:
``Yaárof kamatar likjí, Tizal katal imratí´´.
En castellano:
``Que gotee como la lluvia mi enseñanza, que fluya como el rocío mi palabra´´.
El paralelismo es evidente, no hace falta explicarlo. Y lo mismo, la segunda mitad de este versículo:
``Kise´irim alei déshe vejirevivim alei ésev´´.
Tres palabras hebreas en cada mitad del verso. Y en español:
``Como lloviznas sobre el césped y como lluvias sobre el pasto´´.
También aquí resulta evidente que la segunda parte de la comparación es igual a la primera, sólo que
expresada con una metáfora diferente. Y ambas se refieren, por supuesto, a la acción benéfica que producirá
la Torá o enseñanza de Moisés para el pueblo, siempre que sea observada y obedecida por los hijos de
Israel.

***

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Acotemos que ``se´irim´´ como ``lloviznas´´ es un vocablo que solamente se halla aquí, en el presente pasaje
de la Biblia. Porque generalmente tiene otro significado, el de ``chivos´´ o ``machos cabríos´´. Y ``revivim´´,
``lluvias (fuertes)´´, puede leerse también en Jeremías Cap.3 Vers.3. Además, Revivim hoy día es el nombre
que lleva un kibutz ubicado en el Neguev.

***

Uno de los principales puntos que Moisés procura destacar en su despedida es la magnificencia del Creador,
que ha consumado tantas obras milagrosas con el pueblo de Israel. A ello apunta el Vers.3 que en hebreo
dice así:
``Ki shem Adonay ekrá, Havu gódel le-Eloheinu´´.
Cuatro palabras la primera mitad del verso, tres la otra. Y su traducción:
``Porque el nombre del Eterno evocaré, Dad grandeza a nuestro D´´s´´.
Otra vez encontramos aquí parejas de ideas paralelas: ``el Eterno´´ y ``nuestro D´´s´´, como también
``evocaré (yo, Moisés)´´ y ``dad grandeza´´ (vosotros, el pueblo de Israel, junto conmigo).

***

Para que los oyentes graben estas palabras bien en su memoria, Moisés apela a ellos con la siguiente
exhortación (en el Vers.7):
``Zejor yemot olam, bino shemot dor vador´´.
Vale decir:
``Recuerda los días de la eternidad, contemplad los años de generación en generación´´
Una vez les habla en singular (``¡Recuerda!´´) y la otra, en plural, a cada uno de los oyentes por separado:
``¡Contemplad!´´, todo el pueblo en conjunto. En la primera mitad del verso son ``días´´, y en la segunda,
``años´´. Y la ``eternidad´´ de lo antiguo que ya pasó, se ensambla bien con la idea de ``de generación en
generación´´.

***

Y así sucesivamente, todo el resto del himno de despedida de Moisés, casi hasta el final del Cap.32 de
Devarim-Deuteronomio que estamos analizando. Sólo en el Vers. 44 y hasta el 52, el texto vuelve a hablarnos
en prosa, para relatarnos cómo Moisés enseñó este himno a su pueblo. Y luego recibe otra vez la orden de
subir al monte de Nebó para morir allí, después de ver la tierra prometida, el país de Canaán... pero
solamente de lejos.
Pero antes de morir, Moisés todavía bendecirá a su pueblo. Esa bendición y esa muerte serán el tema final
del libro que estamos leyendo.
Pero en el Año Nuevo hebreo 5765 (2004-5) que se inicia este miércoles por la noche, un sábado más tarde
se intercala en nuestro calendario Iom Kipur, el Día del Perdón.
Y a él le dedicaremos nuestra próxima nota.
Por Heriberto Haber

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Mundo Judío - 17/09/2004


IOM KIPUR
Chivos, gallinas y perdones
En este año Iom Kipur, el Día del Perdón, cae el sábado 25 de setiembre. El calendario judío (``lúaj´´) está
organzado de un modo tal que Iom Kipur no puede caer nunca un viernes o un domingo, los dos días vecinos
al sábado. Y ésto, para evitar que una de estas fechas tenga que servir de ``trampolín´´ preparatorio para la
otra, por así decirlo: que el sábado haya que cocinar las comidas con las que el fiel acabará su ayuno al
finalizar el Iom Kipur, si éste caería domingo. O por lo contrario, que en un Iom Kipur que supuestamente
caería viernes, haya que preparar las viandas que se consumirían al dia siguiente, el sábado.
Pero que un Iom Kipur caiga directamente sábado y por ende ya comience el viernes por la noche, es
bastante frecuente en nuestro calendario. Y como en un pasaje la Torá denomina al Iom Kipur ``shabat
shabatón´´, ``sábado de sábados (o: de reposo; Vayikrá-Levítico Cap.16 Vers.31), el ayuno del Día del
Perdón se impone a las comidas festivas del sábado: será día de ayuno, no más. Y la lectura de la Torá del
Iom Kipur desplaza a la que le tocaría a ese sábado, tomada del quinto libro de la Torá que estuvimos
leyendo -comentando aquí- las semanas anteriores.
Por eso, entonces, pasado mañana dejamos de lado el libro de Devarim-Deuteronomio, y retrocedemos a
Vayikrá-Levítico para dedicarnos allí al ritual de Iom Kipur en la antigüedad.
Tal como se lo prescribe allí en el Cap. 16, de parashat Ajarei Mot, que ya hemos comentado aquí en su
oportunidad (Aurora del 29.4.04)

...

Son los tiempos modernos -la guerra que ganó Israel en 1973, después del ataque tipo tenaza que sufrió por
el norte y por el sur- los que han difundido la expresión hebrea ``Iom Kipur´´, el Día del Perdón, por todo el
mundo.
En los tiempos antiguos, cuando todavía existía el Templo de Jerusalem, los principales personajes del
perdón de esa fecha eran el Sumo Sacerdote por una parte, para los fieles agolpados en el patio del lugar, y
un chivo -¡sí, nada más que un chivo!- para el resto del público de Jerusalem y sus alrededores, aquellos
judíos que no alcanzaron a entrar en los atrios del Templo.
De esos dos personajes, el sacerdote y el chivo, nos habla la Torá en el fragmento que leeremos de la Torá
en Iom Kipur.

...

Eran dos los chivos que se traía ante el sacerdote, y éste practicaba sobre las cabezas de ellos una especie
de sorteo. Uno de los dos resultaba sorteado para una pronta muerte sobre el altar, donde se lo sacrificaba
junto con todos los otros animales cuyo degüello constituía el culto de esa fecha.
El otro chivo, en cambio -que con el correr del tiempo recibió el nombre de ``chivo emisario´´- tenía que sufrir
un penoso camino hasta su deceso. Acababa desnucado, cuando lo tiraban al vacío desde una de las
montañas que rodeaban a la ciudad. Pero hasta llegar allá lo conducía un guía especial, y por la senda que
recorría (¡evidentemente a pie!), ese ``sa´ir la´azazel´´ como lo llamamos en hebreo -el ``chivo para Azazel´´-
tenía que aguantarse muchos desmanes del público jerosolomitano.
Porque este público, apostado a la vera del camino, veía en el chivo el responsable de todas las desgracias
que acosaban al pueblo de Israel. Así como lo define la misma Torá: ``Y llevará el chivo sobre sí a todos los
pecados de ellos´´ (Vayikrá-Levítico Cap.16 Vers.22).
No sabemos si al pasar le tiraban del pelo, de la cola o de las orejas, o si le arrojaban piedritas, o si lo
pellizcaban. Pero de todos modos, procuraban que llegara cuanto antes a su muerte, arrojado, como dijimos,
desde la cima de un monte, porque lo consideraban el culpable de todos los pecados del pueblo de Israel.
Una concepción cruel y primitiva, si se quiere. Hay quienes afirman que esa costumbre del ``sa´ir la´azazel´´
es el resto de un antiguo culto local que se habría celebrado, precisamente, en honor de un espíritu demonio
pagano (¿un ídolo canaaneo?) que se llamaba Azazel, y que habría sido para ellos un cruel dios de la
ultratumba o de los infiernos.
...
Pero primitiva y todo, ¿acaso no persiste hasta el día de hoy la costumbre de las ``caparot´´ en vísperas del
Día del Perdón? ``Caparot´´, plural de la palabra ``capará´´ o ``expiación´´, de la misma raíz K-P-R que Kipur,
``perdón´´.
¿No recurren miles de judíos a una gallina, le ponen la mano encima y pronuncian una plegaria donde piden

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al Creador que esa gallina ``vaya a la muerte´´ y que en cambio quien la ofrece, ``que goce de una vida larga
y buena?´´
¿No subyace entre el chivo emisario de Azazel de otrora y la gallina del año 5765-2004 la misma creencia
torpe de que el animal es el culpable de todo, y que con la muerte de éste, quedan perdonados los pecados
que cometió su oferente?

...

Muy lejos de este punto de vista rudimentario y quizás teñido de paganismo que aparentemente nos presenta
la Torá en ese sentido, surgieron siglos más tarde las consideraciones de índole moral que en épocas
posteriores comenzaron a regir para el perdón de Iom Kipur, dentro de las tradiciones del judaísmo. El
arrepentimiento, la reparación del daño causado al prójimo, la reconciliación como paso necesario para
obtener el perdón, mucho más que la muerte de un animal, ya sea sacrificado sobre el altar o bien arrojado
desde lo alto de una roca al abismo.

...

Un anticipo de estas nuevas ideas, de este modo diferente de enfocar la problemática del pecadio y su
perdón, la hallamos en la historia del profeta Jonás. Sus cuatro capítulos -o sea, el libro entero- se leen en la
sinagoga por la tarde del Iom Kipur, como ``Haftará´´ o corolario de la lectura de la Torá de la tarde. Porque
en Iom Kipur hay dos lecturas de la Torá: la matutina, y la de Minjá, por la tarde.
Jonás es enviado por D´´s a la ciudad de Nínive, capital de Asiria (en lo que hoy es Irak) para anunciar una
catástrofe como castigo por los pecados cometidos allí. Pero el profeta rehúye su misión: se embarca en Iafo
en dirección contraria a la de Nínive, adonde lo quería mandar el Señor. Gracias a la intervención del ``pez
grande´´ (¿una ballena?), Jonás llega a pesar de eso al destino que le había señalado la orden divina. Como
si hoy, un barco zarpado del puerto de Iafo atracara de pronto cerca de Bagdad.
Y allí, en Nínive, el arrepentimiento, el ayuno y la plegaria de los habitantes de la ciudad, ayudan a evitar el
castigo que los amenaza, y a obtener el perdón divino. Nada de delegar funciones en animales: ni en chivos
degollados sobre el altar o arrojados al precipicio, ni gallinas que pasan de mano en mano. Ellos no son los
instrumentos necesarios para obtener el perdón divino.
El hombre mismo, su buena conducta y su responsabilidad, ellos deben movilizarse para merecer ese perdón.
Tal es la lección que viene a enseñarnos Iom Kipur.
No de acuerdo al ritual de sacrificios que prescribe la Torá, sino tal como figura en los libros de los profetas
que vivieron siglos después.
Por Heriberto Haber

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Festividades - 24/09/2004
Parashat Shabat Jol Hamoed
Sacrificios modernos
El próximo sábado es ``Jol Hamoed´´ de la fiesta de Sucot, que interrumpirá en nuestras sinagogas la serie de
lecturas de las parashot de cada semana, para dejar lugar, como lectura de la Torá, a un párrafo de parashat
Ki Tisá, en el segundo libro de la Torá (Shemot-Exodo Cap.33) donde se habla del segundo par de Tablas de
la Ley que preparó Moisés después de haber roto las primeras.
Y para ``maftir´´ -la última persona llamada a la Torá- se leerá ese sábado un fragmento del cuarto libro de la
Torá, Bamidbar o Números (Cap.29 Vers.17 en adelante) donde se habla de los sacrificios de la fiesta de
Sucot: doce toros, dos carneros, catorce ovejas de un año de edad (Id. Vers.17) que se degollaban sobre el
altar del Templo de Jerusalén, junto con las ofrendas de harina (o de pan) y de vino que correspondían.
``Jol Hamoed´´, dijimos; ``Jol´´ significa ``profano´´, y aquí apunta a ``día hábil´´. ``Moed´´ denota ``fiesta´´.
``El día hábil de la fiesta´´ indica que ese día está permitido trabajar y ocuparse de los menesteres cotidianos
de cada uno; pero sin olvidarse de que también rige el marco general de la fiesta: sentarse un rato en la
``sucá´´ y recitar en la sinagoga las plegarias que corresponden.
También Pésaj, la Pascua judía (será por marzo-abril 2005) tiene en los siete días que dura varios de ``Jol
Hamoed´´ en los cuales es lícito trabajar, pero también rige la prohibición de comer pan leudado, y en su lugar
se comen las duras galletas de la ``matzá´´.
Días de la fiesta en que no se trabaja son solamente el primero y el último, tanto de Sucot (mañana jueves 30
y el próximo jueves 7 de octubre) como también de Pésaj (a mediados de abril de 2005). Pero las
características generales de la festividad -la ``sucá´´ o cabaña en Sucot, el no comer pan en Pésaj -se
mantienen también los días ``intermedios´´ de ``Jol Hamoed´´, que en el Estado de Israel suelen ser de
asueto escolar.
Y el shabat de Jol Hamoed, el ``sábado intermedio´´ entre el comienzo de la fiesta y su finalización, tiene su
lectura de la Torá especial: la que hemos señalado más arriba.

***

En el libro Vayicrá o Levítico, el tercero de la Torá, allí ya hemos señalado también la puja que existía en la
antigüedad bíblica judía entre los sacerdotes que eran los principales beneficiarios de los sacrificios (pues
para ellos era parte de la carne de los animales, como también de las otras ofrendas: harina, panes, primicias
de los frutos, etc.) y los otros sectores del pueblo -en especial, algunos de los profetas- que protestaban
contra esta institución del sacrificio destinada a perdonar pecados y pecadillos, o a borrar su mala influencia
(ver Aurora del 15.4.2004: ``La lucha de los Profetas´´).
Estas discusiones se acabaron en el año 586 a.C con la destrucción del Templo de Jerusalén (sin Templo, ya
no hubo más sacrificios).
Y volvieron a avivarse con la construcción y habilitación del Segundo Templo, unos setenta años después de
esa fecha. Destruído también el Segundo Templo (en el año 70 d.C por Tito, general romano) después de esa
fecha cesaron del todo los sacrificios de animales en el pueblo judío, y sólo fueron reemplazados en el culto
sinagogal por plegarias o por la lectura de los fragmentos de la Torá donde se los prescribe.

***

Pero el culto de los sacrificios también dejó un vivo recuerdo en el pueblo de Israel, si bien de otra índole: así
como el pastor israelita de otrora iba y tomaba varios de los animales más gordos de su rebaño para
entregarlos al sacerdote y mantener de este modo el culto del Eterno en el Templo, así generaciones
posteriores introdujeron la mano bien a fondo en el bolsillo para aportar los fondos necesarios para la
edificación y manutención de sus sinagogas, y del personal que en ellas actúa: rabinos, cantores, bedeles,
etc.
Y como herencia de esa costumbre, en nuestro mundo moderno de hoy, personas pudientes suelen aportar
contribuciones no sólo para instituciones religiosas, sino también para universidades, bibliotecas, casas de
cultura y de arte, etc.
El culto de sacrificios -desaparecido hoy del mapa del mundo judío- dejó como secuela en nuestro pueblo la
costumbre de apoyar con donaciones a nuestras instituciones religiosas o a otras entidades de bien público.
Tal como lo escuchamos en nuestros días de estudiante, de boca de un colega en un recinto de la
Universidad de Buenos Aires:
-``¡Eso es lo que tienen ustedes los judíos: se ayudan el uno al otro!´´ (¡Y lo dijo casi en tono de reproche!)

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***

Al margen del espectáculo sangriento que presentaban los sacrificios que el pueblo de Israel aportaba al
Templo de Jerusalén, ellos también dejaron la siguiente enseñanza: hay que aportar de los bienes
particulares de cada uno, para obras de bien público.
Y si miramos a diestra y siniestra hoy en el Estado de Israel, hallaremos que el país está lleno de
``sacrificios´´ o colaboraciones que aportaron los judíos -y también gentiles, no judíos- de Israel o del resto del
mundo: edificios en las universidades, ambulancias frente a los hospitales, bibliotecas, laboratorios,
monumentos, parques, teatros, salas de conciertos, etc.
Por todas partes se ven en Israel obras de bien público que han sido donadas por particulares o instituciones,
muchas veces en recuerdo de personas o familiares fallecidos, o como gesto de gratitud por beneficios
recibidos allí, y que ahora prestan servicio a toda la comunidad.

***

Así perdura hasta el presente, un poco cambiada, la tradición de los sacrificios en nuestro pueblo.

Por Heriberto Haber

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Parashá - 01/10/2004
Despedida y firma del autor
Parashat Vezot Haberaja
En la tradición judía, la lectura del final de la Torá se asocia siempre con el comienzo de un nuevo ciclo anual
de esa lectura, mediante su anudamiento con el párrafo inicial de la misma, en el libro de Bereshit o Genésis.
En otras palabras: el pasaje que cuenta la muerte de Moisés (Devarim-Deuteronomio, Cap.34, Vers.5-12)
nunca se lee en las sinagogas solo. Siempre viene asociado con la iniciación de un nuevo ciclo de la lectura
bíblica mediante el relato que comienza en Bereshit-Génesis Cap.1 Vers.1 y subsiguientes: ``En el principio
creó D´´s el cielo y la tierra``.
Ello ocurre en Simjat Torá -este año el próximo jueves 7 de octubre- que en nuestras sinagogas suele
destacarse por una abundante concurrencia de niños al servicio religioso porque es el día que ellos reciben
allí caramelos, bombones, chocolates y otras atraciones más o menos dulces, destinados a atraerlos a la
Torá, siquiera simbólicamente, en esa fecha en que se renueva el ciclo de la lectura de la misma.
Nosotros hoy aquí nos referiremos a la última parashá de la Torá como una unidad aparte a pesar de esa
combinación tradicional que, en enseguida de acabada, la vuelve a unir con un nuevo ciclo del relato bíblico.

***

``Vezot haberajá´´ significa: ``Y esta es la bendición (que pronunció Moisés sobre el pueblo de Israel)´´
-Devarim-Deuteronomio Cap.33 Vers.1-, y con la que se despidió de su pueblo antes de morir. Con tales
palabras comienza nuestra parashá de hoy.
Y al hablar Moisés del destino que aguarda a cada una de las tribus -a Leví el sacedorcio, a Zevulún la
explotación marítima de una zona costera, y así sucesivamente- retornamos a la polémica acerca del Libro
Devarim o Deuteronomio que ya hemos mencionado en más de una vez en estas notas.
Según la opinión tradicional, todas estas son profecías donde Moisés anuncia a cada tribu el destino que
habrá de tocarle una vez que crucen el Jordán y conquisten en Canaán la porción del territorio que el Creador
asignó a cada una de ellas.
Pero en cambio, para quienes pretenden ver en Devarim-Deuteronomio un libro muy posterior a los tiepos de
Moisés, este cuadro de la distribución geográfica de las tribus de Israel en Canaán habría sido pintado ``a
posteriori´´, cuando todo esto ya era historia pasada.

***

Además, está también la polémica cuestión de los ocho versículos finales del libro, Devarim-Deuteronomio
Cap.34 Vers.5-12. ¿Cómo pudo Moisés decir de sí mismo ``Y allí murió Moisés, el siervo del Eterno en la
tierra de Moab´´. (Vers.5). ¿Y todo el resto del fragmento que pinta su propia muerte y posterior entierro?
¿Y cómo se condice la afirmación bíblica que ya hemos mencionado una vez en estas notas -``Y el hombre
Moisés era muy modesto, más que todo otro hombre sobre la faz de la tierra´´ (Bamidbar-Números Cap.12
Vers.3), con ese elogio final nada humilde que Moisés habría dicho de sí, en uno de los pasajes finales de la
Torá, en el que leemos que ``No se levantó más en Israel otro profeta como Moisés, que conoció al Eterno
cara a cara (Cap.34 Vers.10)´´? ¿Así habla de sí mismo el ``más modesto de los hombres´´?

***

Ya hemos mencionado en la introducción que hicimos aquí del libro Devarim-Deuteronomio (en Aurora del 27
de abril), que un comentarista bíblico de la Edad Media, rabi Abraham Ibn Ezra, fue el primero que se atrevió
a decir en voz alta (o a firmar en su comentario) que este último fragmento de la Torá no lo escribió Moisés
mismo sino que lo redatctó su alumno y sucesor Yehoshúa Bin Nún (Josué).
Y con eso quedó quebrada por primera vez la unidad monolítica que la tradición judía siempre atribuía a la
Torá desde su palabra inicial ``Bereshit´´ (``En el comienzo´´) hasta la última ``Israel´´ (``... los milagros que
hizo Moisés ante los ojos de todo Israel´´). Toda ella habría sido entregada a Moisés en el Monte de Sinaí, así
entera, palabra por palabra y letra por letra, sin excepción alguna.
Pero una vez cortada por Ibn Ezra la primera brecha en esa muralla hasta entonces inexpugnable, ya quedó
abierto el camino para que siglos después vinieran otros ``herejes´´ a decir que todo el libro de Devarim o
Deuteronomio es posterior en varios siglos a Moisés. O por ejemplo, que hay varias versiones de la Ley de la
Torá (``elohista´´, ``javehista´´ y ``deuteronomista´´) y todo lo otro que afirman -o discuten entre ellos- los
estudiosos modernos de la Biblia.

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Digamos finalmente que en estas notas semanales hemos tratado de ofrecer a nuestros lectores un poco de
los dos enfoques: tanto el tradicional de la Torá inamovible, como el moderno, que la desmenuza en
pedacitos. Cada lector puede elegir lo que más le convenza, y orientar en ese sentido su interpretación
bíblica, su fe y sus convicciones.
También es vieja costumbre de algunos autores y escritores judíos estampar de algún modo su firma al final
de las obras que escribieron. Poetas a veces lo hacen formando su nombre con las letras iniciales de sus
versos.
Por ejemplo, el autor de la poesía sabática ``Lejá dodí´´ que cantamos cada viernes en las sinagogas
``Vamos, amado (al encuentro del shabat)´´, dejó consignado su nombre propio ``Shlomó´´ (Salomón) en las
iniciales de las estrofas de su poesía. Otros autores lo hicieron de otras maneras en diversas obras que
escribieron.
Quiso el azar que para el autor de estas líneas, su recuerdo también quedara estampado en el nombre de la
última parashá de la Torá. Por eso, con él nos despedimos hoy aquí de los amigos lectores. Con parashat
Vezot HABER-ajá, ``Y esta es la bendición´´ que deseamos a todos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 01/10/2004
Comentario de Bereshit
Parashat Bereshit
Con parashat Bereshit iniciaremos otra vez desde sus comienzos la lectura de la Torá en nuestras sinagogas,
con esa palabra Bereshit, ``En el principio´´ (creó D´´s el cielo y la tierra´´, Bereshit-Génesis Cap.1 Vers.1)
que además de la parashá, también dio su nombre a ese primer libro que ella encabeza.
``Bereshit´´, ``en el principio´´, se escribe en hebreo con las consonantes B-R-Alef (muda)-SH-Iod-T. Con las
tres letras R-Alef-SH también se escribe en hebreo la palabra ``Rosh´´, ``cabeza´´, tal como la conocemos de
Rosh Hashaná, el ``principio del año´´. También en castellano, y en su lengua madre, el latín, hallamos
escondida, en la palabra ``principio´´, la raíz del vocablo ``cabeza´´ (caput- capitis) en las sílabas ``cipio´´
precedidas del prefijo ``prin´´.
En esta nueva serie que iniciamos con la presente nota bíblica, procuraremos ofrecerle al amigo lector o
lectora algunas de las opiniones que vierten nuestros sabios tradicionales sobre ciertos puntos del texto. Y en
nuestra parashá de hoy, será sobre la palabra inicial ``Bereshit´´.
Veamos en primer lugar lo que nos dice Rashí. Su nombre está formado por las iniciales de Rabí Shelomó
Itzjaki, Rabí Shelomó hijo de Itzjak (o Isaac). Este famoso sabio judío nació en Troyes, al norte de Francia, en
el año 1040 y allí murió en 1105. Realizó sus estudios talmúdicos en la ieshivá de Worms (hoy: Alemania),
donde después también enseñó. No fue rabino asalariado, sino que vivió de la vitivinicultura y del comercio de
vinos.
Su comentario de la Biblia y posteriormente el del Talmud se destacan ambos por la sencillez de los mismos,
que los hacían comprensibles aún para la gente más modesta. Están escritos en hebreo, y generalmente se
los escribe en letras góticas hebreas -un poco diferentes de las comunes- que por eso, muchos dieron en
llamar ``escritura de Rashí´´. Y muchas veces, para explicar una palabra difícil del texto bíblico, Rashí apeló al
idioma que se hablaba en su país, transcribiendo el vocablo francés en letras hebreas. De ahí que su
comentario también despertó el interés de los filólogos que estudian los lejanos orígenes del idioma francés.

***

¿Cómo comienza Rashí su comentario a la Biblia? ``Amar Rabí Itzjak´´, ``Dijo Rabí Itzjak´´, es decir, mi padre.
En honor a éste, Rashí trae como comienzo de su comentario una cita de lo que decía su padre al respecto.
Aplica así en la práctica el quinto de los mandamientos del Decálogo, ese que dice: ``Honra a tu padre y a tu
madre´´ (Shemot-Exodo Cap.20 Vers.12).
¿Y qué es lo que decía ese Rabí Isaac, el padre de Rashí? Que la Torá y sus leyes recién comienzan en el
segundo libro de Moisés, en Shemot-Exodo Cap.12 Vers.1 y subsiguientes, donde Moisés recibe de D´´s la
orden de indicar a los hijos de Israel la celebración del sacrificio pascual.
¿Por qué, entonces, la Torá empieza con Bereshit, el relato de la creación del mundo? Para presentar ante
los hijos de Israel la omnipotencia del Eterno, y de dónde emana la autoridad que les imparte la orden de
ofrendar ese sacrificio de Pésaj. O, como lo define el Salmo (Tehilim) 111 en su versículo 6, ``el poder de Sus
obras relató (D´´s) a Su pueblo``.

***

Otro comentarista al que vamos a recurrir aquí será Rabí Abraham Ibn Ezra (1092- 1164), que nació en
Toledo, España, vivió una vida muy accidentada, tuvo que abandonar su tierra natal y en sus andanzas por el
mundo visitó también Eretz Israel de aquellos días. Como exégeta de la Biblia, Ibn Ezra fue uno de los
primeros que aplicó al texto bíblico las normas de la gramática hebrea.
Y ya en el primer versículo de la Torá, el que estamos viendo aquí, nos previene que hay dos maneras de leer
el verbo ``bará´´ que sigue a la palabra inicial ``bereshit´´.
Uno es el tradicional, ``bará´´, ``creó´´ (``En el principio `creó´ D´´s el cielo y la tierra), y el otro sería con una
vocalización diferente, ``beró´´, ``crear´´ a secas, en infinitivo. De ahí resultaría: ``Cuando comenzó a `crear´
D´´s el cielo y la tierra, la tierra estaba vana y vacía, y había oscuridad sobre la faz del abismo´´ (Vers.1-2).
¿Qué diferencia hay entre estos dos modos de leer el texto? Según el primero, el tradicional, D´´s creó el
mundo ``ex nihilo´´, de la nada. Según la segunda interpretación, en cambio, el cielo y la tierra ya existían
como materia prima previa cuando D´´s se dedicó a la tarea de modelar con ellas el mundo.
Y contra este segundo modo de leer la palabra ``bará´´ nos previene Rabí Ibn Ezra en su comentario que,
como dijimos, pone mucha atención en los detalles gramaticales del texto.
Varias veces ya hemos mencionado a Ibn Ezra en nuestras notas del ciclo anterior, cuando hablamos del

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quinto libro de la Torá y hemos destacado aquí su opinión de que los versículos finales de ese libro, que
relatan la muerte de Moisés, no los habría escrito éste mismo, sino su sucesor y discípulo Josué.

***

Y finalmente un comentarista más, el Baal Haturim (Rabí Jacob ben Asher, autor del libro ``Arbá Haturim´´,
nacido en 1269 en Alemania y muerto en 1343 en Toledo. Vivió vida de pobre, pero rechazó todo pago por
actuar de rabino en la comunidad judía de Toledo), cita a fuentes más antiguas que preguntan: ¿por qué la
Torá comienza con la letra B (bet, la segunda del alfabeto hebreo) y no con la A (alef, que es la primera)?
Y trae, también, algunas posibles respuestas a la interrogante que plantea: por qué B es la letra inicial de
``baruj´´, ``bendito´´, mientras que la A o alef lo es de ``arur, ``maldito´´. O porque la B, de valor numérico 2,
alude a los dos mundos que creó D´´s: éste en que vivimos, y el del más allá (que nos espera después de la
muerte).
Y Baal Haturim señala que con las letras B-R-Alef-SH-Iod-T de ``Bereshit´´ puede formarse también,
cambiándoles el orden, la fecha Alef B-T-SH-R-I, el día Alef (o primero) de Tishrei (nuestra fiesta de Rosh
Hashaná) en el cual, según la tradición judía, fue realizada esta creación del mundo.

***

Así tenemos, en nuestra nota de hoy, un pequeño botón de muestra de lo que nuestros comentaristas
antiguos dijeron acerca de la palabra Bereshit que da su nombre al primer libro de la Torá -el Génesis- y
también a la parashá inicial del mismo.
Más muestras de sus comentarios esperamos ofrecer aquí en nuestras futuras notas de esta sección.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 08/10/2004
PARASHAT NOAJ
Noé, el arado y el arco iris
Nóaj, Noé en español, es el personaje que da su nombre a nuestra parashá del sábado próximo, porque así
dice la Torá en el primer versículo de la misma: ``Ele toledot Nóaj´´, ``Estas son las generaciones (´´toledot``)
de Noé´´ (Bereshit-Génesis Cap.6 Vers.9). Y a continuación, en ese mismo versículo, leemos que ``Noé era
un hombre justo, perfecto fue en sus generaciones (´´bedorotav``).
Las primeras ``generaciones´´ (``toledot´´) se refieren a los tres hijos que le nacieron a Noé antes del diluvio
universal: Sem, Ham y Yéfet, mientras que la segunda mención de la palabra española ``generación´´ se
refiere a ``sus contemporáneos´´: Noé fue perfecto entre ellos.
Y aquí le dejamos la palabra a Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, a quien ya hemos presentado aquí en nuestra
nota pasada), quien mencionando fuentes más antiguas -el Talmud- nos señala que este agregado de la
Torá, de que Noé fue perfecto ``entre sus contemporáneos´´, impone una relatividad a su buena conducta,
que puede interpretarse ya sea como un honor para él -fue perfecto a pesar de que los demás eran todos
malvados- o bien en su detrimento.
Teniendo en cuenta lo pervertidos que eran todos, cabe decir de él que era un justo entre ellos; pero en un
ambiente de personas buenas y justas todas ellas, Noé no se habría destacado para nada.

***

En cuanto al origen del nombre hebreo Nóaj, tenemos que retroceder a la parashá del sábado pasado. Allí se
nos cuenta que su padre, Lémej, al nacer ese hijo ``llamó su nombre Nóaj diciendo: éste nos consolará
(´´yenajaménu``) de nuestra tarea y de la penuria de nuestras manos, de la tierra a la que ha maldecido el
Eterno´´ (Bereshit-Génesis Cap.5 Vers.29).
Una derivación curiosa e incompleta: ``yenajaménu´´, ``nos consolará´´, aparentemente proviene de una raíz
N-J-M, que indica idea de ``consolar´´. La tercera letra de esta raíz, la M, falta del todo en el nombre Nóaj, que
por lo tanto parecería provenir de una raíz N-J, de dos letras, que señala idea de ``reposo, descanso´´.
Basándose en esta incongruencia, Rashí nos dice en su comentario que el nombre Nóaj apunta a que este
niño ``dará reposo´´ a nuestras manos en la tarea de labrar la tierra, esa que desde los tiempos de Adán
sufría la maldición divina que la hirió como castigo por haber comido Adán y Eva del fruto prohibido: ``Maldita
será la tierra por causa tuya; con penuria la comerás todos los días de tu vida. Con el sudor de tu frente
comerás pan hasta que retornes a la tierra, porque de ella fuiste tomado; porque tú eres polvo, y al polvo
volverás´´ (íd. Cap.3 Vers.17 y 19).
Esta es la ``penuria´´ que vino a mitigar Noé -así dice Rashí- puesto que inventó el arado, instrumento que, al
ser tirado por un animal, le alivia el esfuerzo físico al hombre que trabaja la tierra. Porque si el motivo por el
cual Lémej dio a su hijo tal nombre hubiese sido una idea de N-J-M (``consuelo´´), tendría que haberlo
llamado ``Menajem´´ (``el que consuela´´). O sea que Rashí interpreta la palabra hebrea ``yenajaménu´´ no
como un derivado de N-J- M (``consolar´´) sino como ``yanaj-menu´´ (``dará respiro o aliviará de nosotros´´).
Y con esta explicación, nos aclara por qué la letra M falta en el nombre Nóaj que resulta de esa etimología
que indica la Torá.

***

Una vez acabado el diluvio que destruyó a toda la humanidad y a todo el mundo animal de aquellos días
(pues solamente se salvaron, en el arca, Noé y su familia, y las parejas de animales que él había llevado
consigo en esa embarcación), la Torá resume lo ocurrido y nos cuenta que ``fue destruido todo ser viviente
sobre la faz de la Tierra, desde hombre hasta animal, hasta reptiles y hasta las aves del cielo´´ (íd. Cap.7
Vers.23).
En este punto nos llama la atención el comentario de Ibn Ezra -Abraham Ibn Ezra, un sabio judeo-español
que también ya hemos presentado en esta sección la semana pasada-. En su comentario a este versículo, Ibn
Ezra se desata contra los incrédulos de su época, y nos dice que ``he aquí, ésta es la respuesta decisiva a los
faltos de entendimiento de nuestros hermanos, quienes afirman que el diluvio no ocurrió en toda la Tierra´´.

***

Después del diluvio, cuando D´´s establece el arco iris como señal de Su pacto con Noé y con sus
descendientes, la humanidad del futuro, Ibn Ezra comenta el pasaje ``y se verá el arco (iris) en la nube´´

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(íd.Cap.9 Vers.14) y nos dice: ``y si creyésemos en las palabras de los sabios de Grecia, de que el arco iris se
produce por el calor del sol, entonces habría que decir que D´´s fortaleció la luz del sol después del diluvio; y
este es el camino correcto para el entendedor``.
Vale decir que Ibn Ezra conocía y respetaba los textos de los antiguos sabios de la época clásica griega, y
probablemente leyó en ellos lo que hoy afirma la Física moderna, que el arco iris se produce como
consecuencia de la refracción de la luz en las gotas de la lluvia.
Ibn Ezra no rechaza esas ideas como herejes u opuestas a la tradición bíblica, sino que las acepta hasta
cierto punto, y comenta que en tal caso tenemos que interpretar el texto bíblico como que D´´s, al finalizar el
diluvio universal, dio a los rayos del sol esa cualidad -la de refractarse en diversos colores en las gotas de la
lluvia- como señal y símbolo de Su pacto con Noé y con la futura humanidad.
Y de este modo, Abraham Ibn Ezra procura conciliar lo que decía la ciencia de aquellos tiempos -y que, como
vemos, él conocía bien a fondo- con sus firmes convicciones de judío creyente, que tiene fe completa en lo
que afirma la Torá.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 15/10/2004
PARASHAT LEJ LEJA
Abraham, Eliezer-318 y (Jeru)Salem
El nombre de nuestra parashá de esta semana, ``Lej Lejá´´ (``vete, ándate´´) es muy fácil de traducir al
castellano. Pero en otros idiomas -y en hebreo mismo - la palabra ``lejá´´ (``para ti´´) representa un problema:
¿Qué tiene que ver ella con el imperativo ``lej´´, ``iandá´´?
Rashí -el rabí francés comentarista de la Biblia que ya hemos presentado aquí anteriormente- se plantea esta
pregunta acerca del vocablo ``lejá´´ , y también nos da una respuesta: ``Anda para ti, le dijo el Creador a
Abraham (en Bereshit-Génesis Cap.12 Vers.1) porque esta emigración tuya, este ``irte´´ de ``tu país, de tu
parentela y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré´´ (ibíd..) será ``para tu provecho y para tu
bien´´, así dice Rashí en su comentario.
Y con una mirada aguda que quizás revela su propia experiencia en la vida, Rashí analiza a continuación las
diversas pérdidas que sufre una persona que, como Abraham (o muchos ``olim jadashim´´, nuevos
inmigrantes llegados hace poco a Israel) abandona su tierra natal para hacer el viaje a Israel.
``Te convertiré en un pueblo grande´´ (íd.Vers.2) promete el Eterno al patriarca, cuya esposa Sará todavía no
le había dado herederos. Y Rashí comenta al respecto: ``Aquí (en Harán, en la Mesopotamia, hoy Irak) no
tienes descendencia; pero en el país al cual Yo te conduzco, sí, los tendrás´´. (Esto se aplica en el caso de
Abraham, pero no es actual, generalmente, para nuestros nuevos inmigrantes de hoy día).
En cambio sí, sigue en vigencia su comentario al Vers.2 : que la emigración de un país a otro produce en el
hombre tres efectos: merma su poder generativo, su dinero y su buena fama. Por eso necesitó (Abraham) la
bendición divina que le promete (en el Vers.2) que ``te convertiré en un gran pueblo (poder generativo) y te
bendeciré (con bienes materiales) y engrandeceré tu nombre´´(tu buena fama).
En el caso de los nuevos inmigrantes que lean esta nota, es el Estado de Israel que procura resarcirlos un
poco por la pérdida de bienes que han sufrido con su ``aliá´´ concediéndoles una cierta suma de dinero para
sus primeros gastos en el país, la así llamada ``canasta de absorción´´.
Y para la restauración de la fama supuestamente perdida, algunas páginas de Aurora contienen muchos
avisos donde profesionales, gastrónomos, etc., se presentan al público de origen latinoamericano como
especialistas que ya eran conocidos en sus países de origen, y de este modo procuran recontruir sus
``famas´´.

...

Otra manera de ``engrandecer el nombre´´ es la que leemos más adelante en nuestra parashá de hoy,
cuando el Eterno le indica al patriarca que intercale una letra H en su nombre: ``Y no se llamará más tu
nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto como padre de una multitud (en
hebreo: `hamón´) de pueblos´´ (íd.Cap.17 Vers.5).
Esta H, inicial de ``hamón´´, ``multitud´´, es la que se añade al nombre del patriarca, que hasta este punto del
relato bíblico siempre era llamado Abram (``Av´´, ``padre´´ y ``ram´´, ``alto, elevado´´). Además, en la posterior
tradición judía, la letra H sola, con un apóstrofe detrás, comenzó a ser usada como sustituto del nombre de
D´´s, el Tetragrama (Y-H-V-H) donde ella figura dos veces.
Y otro rabí, Rambán (con N al final; no confundir con Rambam, Maimónides, que fue un sabio del siglo XIII
que vivió en Gerona, España), que se llamaba Rabí Moshé ben Najmán, cuyas iniciales forman la abreviatura
hebrea mencionada y al que a veces también se lo denomina Najmánides, el ``hijo de Najmán´´.
Este Rambán, entonces, señala en su comentario que esta H fue agregada al nombre del patriarca como
símbolo del pacto que D´´s concertó con él, y que, por parte de Abraham, incluía la obligación de practicarse
la circuncisión.
Tal como también lo hizo a continuación, a pesar de que para ese entonces el patriarca ya tenía cien años de
edad (según íd. Cap.17 Vers.17).

...

Anterior al episodio del agregado de la H y de la circuncisión, leemos en Bereshit-Génesis Cap.14 el relato de


una guerra que sostuvo Abram -así se llamaba, todavía- contra cuatro reyes canaaneos, para rescatar a su
sobrino Lot que junto con su familia había sido capturado por ellos.
``Y llegó un fugitivo (del campo de batalla) y le contó a Abram el hebreo y escuchó Abram que había sido
apresado (el hijo de) su hermano´´ (Vers.13-14). Entonces el patriarca ``armó a sus criados, los nacidos en su

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casa, 318 (hombres) y persiguió (a los cuatro reyes) hasta Dan´´ (Vers.14). Hasta ese sitio en el norte del país
que posteriormente fue llamado Dan; así tenemos que entenderlo.
Con esa fuerza de 318 hombres armados Abram atacó de noche el campamento enemigo y logró rescatar no
sólo a su sobrino Lot y a toda la hacienda de él -mujeres, esclavos, ganado- que había sido apresada, sino
también a los cinco reyes canaaneos que habían sido vencidos por esos cuatro, y que también fueron
llevados con Lot al cautiverio.
Refiriéndose a los 318 hombres armados de Abram, Ra- shí afirma en su comentario que se trataba de un
solo hombre, Eliezer, el fiel servidor de Abraham (que más adelante, en el Cap.24, será enviado a la
Mesopotamia para buscarle una esposa a Isaac, el hijo de Abraham que todavía habrá de nacer).

...

¿Cómo llega Rashí a esta afirmación un poco insólita de que una sola persona equivale a 318 otras?
A través de un procedimiento llamado Guimatria, la suma del valor numérico de las letras de una palabra o
nombre, que se usa frecuentemente en la tradición judía, en la Cábala y en otras doctrinas. Resulta que las
letras de ese nombre Eliezer suman 318, de acuerdo con el siguiente detalle:
Alef (muda) = 1
L(ámed) = 30
I (od) = 10
á (yin) (muda) = 70
Z (áyin) = 7
R (eish) = 200
Suma total: 318

...

Acerca del vocablo hebreo ``Guimatria´´ -que evidentemente proviene del antiguo griego- muchos filólogos se
han devanado los sesos, tratando de establecer qué vínculos puede tener la conocida palabra ``Geometría´´
(``medición de la tierra´´) con este juego de letras.
Hasta que un moderno estudioso israelí dio una explicación que parece ser la más acertada: él no di-vidió ese
término hebreo en ``geo-metría´´ sino del siguiente modo: ``gama-tría´´. La letra griega ``gamma´´ equivale a
``tria´´, a tres. Y así, todas las demás: alfa-uno, beta-dos, gamma-tres, delta-cuatro, etc.

...

En este episodio de los cuatro reyes liberados por Abraham, todavía queremos mencionar aquí a Malkitzédek
``rey de Shalem´´ (íd. Cap.14 Vers.18).
Sobre la ciudad de Shalem donde éste regía, afirma Ibn Ezra (otro comentarista que ya hemos presentado
aquí en nuestras notas anteriores) que se trata de Jerusalem.
De modo que tendríamos aquí la primera mención de Jerusalem en la Biblia, aunque sin el prefijo ``Yeru´´ (de
Yerushaláyim) que hoy muchos relacionan con la palabra ``ir´´, ``ciudad´´.
De modo que ``Yerushalem´´, ``Jerusalem´´ significaría ``La ciudad de Shalem´´.
Ese rey de Shalem rescatado por Abraham se llamaba Malkitzédek (``Mi rey es justicia´´) y según el texto
bíblico ``era sacerdote del D´´s supremo`` (Vers.18).
Esto parecería indicar que ya por aquello tiempos esa primitiva Jerusalem junto con su rey tenía una cierta
predominancia religiosa en la región que la rodeaba.
Malkitzédek, entonces, ``sacó pan y vino´´ (Ibíd.) para bendecir a Abraham en nombre del ``D´´s Supremo``, y
estos comestibles ya nos señalan los elementos que figuran en la tradicional mesa del ``Kidush´´ del Shabat
(los viernes de noche) lo mismo que de las otras fiestas judías, hasta el día de hoy.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 22/10/2004
Parashat Vayerá
Sodoma y el origen del Mar Muerto
A comienzos de nuestra parashá de esta semana figuran ``tres hombres´´ (Bereshit-Génesis Cap.18 Vers.2)
que de pronto se aparecen al patriarca Abraham, apostado en la puerta a la espera de eventuales visitas. Y
en otros pasajes del presente capítulo donde se habla de ellos, también se los define como ``hombres´´
(``anashim´´, en hebreo; el plural de ``ish´´), por ejemplo en el versículo 22: ``Y se apartaron los hombres de
allí, y fueron a Sodoma´´.
Entonces llamó la atención de nuestros sabios que, a comienzos del capítulo siguiente, la Torá nos cuenta
que ``los dos ángeles llegaron a Sodoma por la tarde´´ (íd. Cap.19 Vers.1). ¿Cómo de pronto ya no son más
``hombres´´ sino ``ángeles´´? Rashí, en su comentario a este pasaje, explica que Abraham recibía con
frecuencia la visita de ``ángeles´´, ``malajim´´.
Por eso, cuando llegaban estas visitas a la tienda de él, se los consideraba huéspedes habituales en su
tienda. En cambio Lot, en la perversa Sodoma, no recibía visitas con frecuencia, y por eso los mensajeros
divinos allí llamaron más la atención.
A ello podemos agregar, además, que ``malaj´´ en la Biblia a veces también significa esto: ``mensajero´´,
``enviado especial´´, como en este mismo libro de Bereshit-Génesis, donde el patriarca Jacob ``envió
mensajeros (`malajim´) delante de él, (Cap.32 Vers.4), hacia su hermano Esaú´´.
Jacob no era quien para enviar ``ángeles´´. Y además, agreguemos que en griego clásico, ``ánguelos´´, el
origen del ``ángel´´ en español, también encierra estos dos significados a la vez: ``mensajero´´ por una parte,
y ``ángel´´ o ``mensajero divino´´, tal como lo interpretamos nosotros en nuestro idioma.
¿Y cómo es que los ``tres´´ hombres que visitaron a Abraham se redujeron a solamente ``dos´´ que llegaron a
Sodoma? ¿También los números ``dos´´ y ``tres´´ tienen significados tan ``elásticos´´ como la palabra
``malaj´´, el ``mensajero´´ que se vuelve ``ángel´´ cuando es ``mensajero´´ de D´´s?
De ningún modo. Para esta discordancia numérica, Rashí tiene una explicación muy sencilla y racional: cada
``malaj´´ o mensajero tenía una misión para cumplir. Una de ellas era la de anunciarle al patriarca Abraham
que su esposa Sará al año tendría un hijo, el futuro Isaac: ``Volver he de volver hacia ti... y tendrá un hijo Sará
tu mujer´´ (íd. Cap.18 Vers.10). Cumplida esta misión, en el trayecto desde la tienda de Abraham hasta
Sodoma, el ``malaj´´ desapareció, y sólo quedaron dos de ellos para ejecutar las dos misiones que todavía
faltaban: destruir a Sodoma, y salvarlos a Lot y a su familia que vivían allí.
...

Pero antes de proceder a la destrucción de Sodoma, todavía vale la pena ver aquí la defensa que Abraham
hace ante D´´s de esa ciudad y de sus alrededores. ``Y se acercó Abraham, y dijo (a la divinidad): `¿Acaso
vas a destruir al justo (junto) con el malvado?´´´ (íd. Cap.18 Vers.23).
Aquí Rashí pasa revista a toda la Biblia hebrea -el ``Tanaj´´ con sus 24 libros- en una época en que todavía
no había computadoras o esos libros especializados llamados ``concordancias´´ que lo hicieran por él, y nos
dice que ese verbo ``se acercó´´ (``vayigash´´ en hebreo) se emplea en tres casos: cuando alguien ``se
acerca´´ para empezar una guerra (como en el segundo Libro de Samuel, Cap. 10 Vers.13, donde ``se acercó
Joab y la gente que estaba con él para la guerra contra Aram´´) , o cuando lo hace para un acto de
reconciliación como en el mismo libro de Bereshit-Génesis (Cap.44 Vers.18) donde ``se acercó Judá `` para
apaciguar la furia del monarca de Egipto, su hermano José (y de ahí el nombre de esa parashá, Vayigash,
que veremos aquí dentro de algunas semanas).
El tercer uso es para iniciar una plegaria, como en el relato acerca del profeta Eliahu (o Elías, en el primer
Libro de los Reyes, Cap.18 Vers.21), donde leemos: ``Y se acercó Eliahu a todo el pueblo´´. Aquí -dice Rashí-
Abraham ``se acercó´´ con las tres intenciones juntas: desafío, reconciliación y plegaria a D´´s para que no
destruya a Sodoma y a las demás ciudades en el valle de Sidim (hoy, cubiertas por las aguas del Mar
Muerto).
¿Qué argumentos aduce Abraham a favor de la ciudad condenada?
``Quizás hay cincuenta (hombres) justos en la ciudad; entonces, ¿destruirás y no perdonarás al lugar, por los
cincuenta justos que hay en su medio?´´ (íd. Cap.18 Vers.24).
Pues en tal caso ``será el justo como el malvado´´, correrán los dos la misma suerte, y es inconcebible que
Tú, oh D´´s,´´el juez de toda la Tierra, no harás justicia`` (Ibíd..Vers.25).
La expresión ``el justo será como el malvado´´, en hebreo ``vehayá katzadik karashá´´, mueve a otro
comentarista que ya conocemos -Ibn Ezra, quien se especializa en analizar la gramática bíblica- a explicarnos
que estos dos prefijos ``ka´´ ante las palabras ``tzadik´´ (el ``justo´´) y ``rashá´´ (el ``malvado´´) son el modo
abreviado de hacer una comparación. Puesto que este prefijo ``ka´´ proviene de la palabra comparativa

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``kemó´´, ``como´´.
Y tanto Rashí como Ibn Ezra subrayan la idea que expresa Abraham ante D´´s, de que no se condice con la
justicia divina que cincuenta hombres justos que quizás haya en Sodoma, sufran el mismo castigo que los
demás habitantes de allí reciben por su maldad.
D´´s accede a lo solicitado, y entonces Abraham se atreve a pedir algo más: si de los cincuenta justos faltan
cinco -o sea que sólo hay 45- ¿por esos cinco faltantes, ya vas a destruir la ciudad?
Y aquí Rashí nos explica en su comentario al versículo 26, que no se trata solamente de la ciudad de
Sodoma, sino también de las otras cuatro menores que había en su alrededor (y una de las cuales era Amorá
o Gomorra). Sodoma era la ``metropolín´´, así lo explica Rashí, con esta voz foránea al hebreo.
Como si hoy dijésemos en Israel: Tel Aviv y sus ciudades satélites: Bat Iam, Guivatáyim, Rishón Letzión, etc.
D´´s accede a la disminución de Sus exigencias numéricas -ésa que Abraham inició con su primer pedido - y
así bajamos de 45 a 40, a 30, a 20 y a 10. Pero como en toda la ``metrópoli´´ de Sodoma no había ni siquiera
una decena de personas justas, la suerte de la ciudad y sus alrededores quedó decretada: sería destruída, y
a Lot y a los suyos había que rescatarlos de allí para salvarlos.
Cuando los dos mensajeros divinos llegan a la casa de Lot -``casa´´, ``báyit´´, y ya no carpa o tienda como el
``óhel´´ del beduíno Abraham- también él les ofrece como agasajo de lo mejor que tenía a mano. Coció
``matzot´´, tortillas de pan en honor de ellos, pero no pudo, como Abraham, correr al rebaño y tomar un
ternero para ofrecerles tiernos bifes: en la ciudad no se criaba ese ganado, y la heladera todavía no había
sido inventada.
...
Después, cuando el populacho de Sodoma rodeó la casa de Lot y le gritó: ``¿Dónde están los hombres que
vinieron hacia ti esta noche? ¡Sácalos hacia nosotros, para que los conozcamos!´´ (íd. Cap.19 Vers.5), tanto
Rashí como Ibn Ezra nos aclaran brevemente en sus comentarios de qué trata ese verbo ``conocer´´, de la
raíz Y-D-A (de ``yodéa´´) en hebreo: acostarse con ellos.
Tal como ya lo hizo Adán con Eva en el Paraíso: ``Y conoció (´´yadá``) Adán a su mujer Javá (Eva), y ella
concibió, y parió a Caín´´ (íd.Cap.4 Vers.1).
O tal como usa este verbo el mismo Lot, cuando procura proteger a sus huéspedes de la agresión sexual de
sus conciudadanos, y les ofrece a sus propias dos hijas vírgenes para satisfacer la pasión exaltada de los
sodomitas: ``He aquí que tengo dos hijas que todavía no conocieron (yadeú) varón, las sacaré hacia vosotros
y les haréis lo que sea bueno en vuestros ojos; solamente a estos hombres no les hagáis nada, pues para eso
vinieron (a acogerse como huéspedes) bajo la sombra de mi techo´´ (íd. Cap.19 Vers.8).
Hubo pueblos en la Antigüedad donde la ``hospitalidad´´ de una ciudad a los huéspedes que la visitaban se
expresaba mediante abusos sexuales como el que aquí intentan los habitantes de Sodoma; y de ahí el
vocablo español ``sodomía´´ que, según el Diccionario de la Real Academia Española (edición 2001) designa
la ``práctica del coito anal´´ (pág. 2082, columna primera).
...

Los sodomitas apartan a Lot por la fuerza ``y se acercaron para romper la puerta´´ (íd.íd-Vers.9). Otro uso del
verbo ``acercarse´´, en su plural, ``vayigshú´´, aplicado a ``hacer la guerra´´, tal como lo explicó Rashí más
arriba.
Entonces intervinieron también los huéspedes de Lot: ``Los dos hombres extendieron la mano, lo trajeron a
Lot hacia ellos, a la casa, y cerraron la puerta´´ (íd. Vers.10). Y a la gente agolpada delante de la casa de Lot,
la hirieron ``con ceguera´´ (íd. Vers.11), un antecedente de lo que hoy hacen las policías modernas cuando
enfrentan masas enardecidas y les disparan gas lacrimógeno.
...
Después sigue el relato de la destrucción de Sodoma, Gomorra y las otras ciudades de la región por un fuego
que ``el Eterno hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, del Eterno, desde el cielo´´ (íd.Vers.24).
Hoy día, teniendo en cuenta que la parte meridional del Mar Muerto es mucho menos profunda que la otra,
hay quienes pretenden ver ese hundimiento como resultado de un terremoto que sacudió la región. Y habría
llegado acompañado de fuego, que salía de la tierra y se elevaba hacia el cielo.
Así quedaron destruídas Sodoma, Gomorra y sus alrededores, y quedó cumplida la misión del segundo de los
tres ``hombres´´ o ``ángeles´´ que visitaron a Abraham.
Y el tercero de ellos condujo a Lot, a la mujer de éste y a sus dos hijas hacia las afueras de la ciudad, y así
las salvó de la destruccón.
La señora de Lot se detuvo un rato para mirar hacia atrás, y ``se volvió una columna de sal´´ (íd.íd.Vers.26)
que guías de turismo pretenden reconocer todavía hoy en las adyacencias del Mar Muerto.
¿Cómo se explica esto? Pues muy sencillo: cuando comienza un aguacero, quien se queda afuera expuesto a
la lluvia y mira cómo se mojan los demás, ¡no es de extrañar que se moje él mismo!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 29/10/2004
Parashat Jayei Sara
La muerte de Sará
¡Qué admirable el estilo de la Torá, que comienza el relato de la muerte de Sará con las palabras ``Jayéi
Sará´´, ``la vida de Sará´´, expresión que apunta a todo lo contrario! El versículo entero dice así: ``Y fue la
vida de Sará cien años, y veinte años, y siete años; los años de la vida de Sará´´ (Bereshit-Génesis Cap.23
Vers.1).
En su comentario a este versículo, nuestro conocido Ibn Ezra señala que ``tal es la costumbre del idioma, de
mencionar primero los números más grandes´´. También nosotros, en español, diríamos que 127 son ``ciento
veinte y siete´´. Pero el mismo Ibn Ezra no omite señalar que en la Biblia, a fines del libro que estamos
leyendo, también figura la edad que alcanzó el patriarca Jacob, enumerada en orden contrario, de menor a
mayor, con los números dígitos al comienzo: ``Y fueron los días de Jacob, los años de su vida, siete años y
cuarenta y cien años´´ (íd. Cap.47 Vers.28).
Rashí, en cambio, no se detiene en analizar semejantes particularidades del idioma, sino que ve en la
mención por separado de cada cantidad de años, una intención especial de la Torá: a los cien años Sará
estaba tan exenta de culpa como a los veinte, y a los veinte, tan hermosa como a los siete. Y en el resumen
final, ``los años de la vida de Sará´´, Rashí ve una indicación de que ``todos fueron iguales para bien´´.
...

Otro de nuestros comentaristas tradicionales fue italiano, y figura en los textos con su apellido de Sforno; su
nombre fue Rabí Obadiá ben Yaacob, nació por 1475 en Casena, estudió medicina en Roma y murió en 1550
en Bolonia. Escribió comentarios a toda la Torá y a otros libros de la Biblia hebrea, y aplica en ellos métodos
filológicos notables por la época en que vivió.
Rabí Sforno, entonces, en su comentario a este versículo nos indica que la muerte de Sará ocurrió cuando en
otra parte del Cercano Oriente, en la Mesopotamia, ya había nacido Rebeca (en hebreo: Rivká), la que más
adelante habría de ser la esposa de Isaac, el hijo de Abraham que ahora quedaría huérfano con el deceso de
su madre. Sin saber todavía de Freud o de complejos de Edipo, nos dice Rabí Sforno, sin embargo, que ``ya
había nacido Rebeca, la que era apta para tomar el sitio de Sará´´. Como nueva mujer en vez de su madre,
para dirigir los destinos de Isaac, se entiende.
``Y cuando Abraham supo esto -que había nacido Rebeca- se murió Sará; porque un justo no abandona el
mundo sino cuando nace otro justo como él. Así como dice otro versículo bíblico, ``Y sale el sol, y se pone el
sol´´ (Kohélet- Eclesiastés Cap.1 Vers.5) -dice Sforno-. Después de que sale (un nuevo) sol, se pone el sol
(desaparece el viejo).
En cambio según Rashí, la muerte de Sará se debió a un episodio que ocurrió anteriormente, a fines de la
parashá del sábado pasado, en Bereshit-Génesis Cap.22, cuando Abraham se disponía a cumplir una orden
divina: la de sacrificar a Isaac en honor de D´´s, un sacrificio humano que sólo fue evitado a último momento,
y sustituído por el degüello de un carnero.
El trauma que sufrió Sará al saber que su único hijo había estado a punto de morir acuchillado por su propio
padre. Esa habría sido la causa del fallecimiento de Sará.
Pero de todos modos, resulta interesante observar que tanto uno como otro comentarista procuran dar a la
muerte de Sará un motivo que hoy nosotros llamaríamos ``psicológico´´.
...
En cambio el problema que ahora enfrentaba Abraham era más bien de un orden que llamaríamos
``práctico´´: ¿dónde sepultarla a Sará? Vale decir: enterrarla en un terreno sobre el cual Abraham y sus
descendientes podrían ejercer dominio, afirmar con derecho que era de ellos, y evitar el acceso de extraños.
Para ello haría falta comprar ese terreno de manos de sus dueños. En otras palabras: habría que sentar
legalmente un pie en el país. Y esto es lo que los hijos de Jet -o hititas- quieren evitar que haga Abraham. Por
eso el hitita Efrón ofrece su campo y la cueva de Macpelá (en hebreo: Majpelá) ubicada allí, como tumba
gratis al patriarca, cuando éste expresa su deseo de sepultar allí a su esposa recién fallecida.
Y precisamente por eso mismo Abraham rehúsa recibir el ``permiso de entierro´´ gratis, sino que insiste en
comprar el campo y su cueva por la suma que Efrón le solicite.
Este último no quiere tasar directamente el valor del inmueble en cuestión, sino que le insinúa a Abraham:
``¿Qué es, entre nosotros, una tierra de cuatrocientos siclos de plata? ¡Entierra a tu muerto!´´
(Bereshit-Génesis Cap.23 Vers.15).
Pero Abraham presta oído atento a la cifra que expresa Efrón en su aparentemente tan generosa oferta, y en
seguida se apresta a pagar la suma insinuada.
Toda esta escena -acotemos- se desarrolla ``ante los ojos de los hijos de Jet, los que venían por la puerta de

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su ciudad´´ (íd.íd.Vers.18). Y la ciudad en cuestión era Hebrón, donde estaba ubicada la cueva que quería
comprar Abraham.
Abraham le pagó, entonces, a Efrón la suma indirectamente pedida, 400 ``shekalim´´ o ``siclos´´ de plata.
Cada shékel pesaba unos 11 gramos, y Abraham ``le pesó a Efrón la plata que había dicho en los oídos de
los hijos de Jet, cuatrocientos shékels (siclos, en español) que pasan entre comerciantes´´ (íd.íd. Vers.16).
En esa época, el ``shékel´´ era una unidad de pago habitual por esta zona, tal como lo dice el texto bíblico,
``over lasojer´´, ``que pasaba (se usaba) entre comerciantes´´. Lo interesante del caso, si eran monedas de
uso corriente, es entonces por qué hubo que pesarlas.
De todos modos, en hebreo la raíz SH-K-L del verbo ``vayishkol´´, ``Y pesó (Abraham)´´ presenta las mismas
consonantes que nuestro actual ``shékel jadash´´ o ``nuevo shékel´´ que usamos hoy como moneda oficial en
Israel.
Así como en América Latina, muchos ``pesos´´ hoy en uso, también provienen del verbo ``pesar´´.
Por Heriberto Haber
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Parashá - 05/11/2004
PARASHAT TOLEDOT
Cambios generacionales
En sus versículos iniciales, nuestra parashá de esta semana nos cuenta que Isaac tenía cuarenta años de
edad cuando se casó con Rebeca, la mujer que en la parashá del sábado pasado fue traída para él desde la
Mesopotamia por Eliézer, el criado de Abraham. Ese mismo Eliézer cuyas letras del nombre suman 318,
según vimos en una nota pasada (ver Aurora del 21/10/04).
``Estas son las generaciones (´´toledot``, en hebreo) de Isaac, hijo de Abraham´´ dice el versículo inicial de
nuestra parashá (Bereshit-Génesis Cap.25 Vers.19). Y prosigue: ``Abraham engendró a Isaac´´.
Un uso un poco curioso de la palabra hebrea ``toledot´´, de la raíz Y-L-D , ``engendrar´´ (el varón) o ``parir´´
(la mujer), donde la Y inicial se volvió vocal, O, y presenta antepuesta la letra T como prefijo. Porque bajo el
título de las ``toledot´´ de Isaac, esperamos leer quiénes fueron engendrados por él (sus hijos mellizos Esaú
y Jacob), y no, quién fue su padre.
Los dos comentaristas bíblicos que ya conocemos, Rashí e Ibn Ezra, apuntan ambos a esta discordancia
cuando señalan que la Torá recalca adrede que Abraham fue el padre de Isaac. Porque en un episodio
anterior (Bereshit-Génesis, todo el Cap.20), Sará había pasado una temporada como mujer del rey filisteo
Abimélej. Porque Abraham, temeroso de que lo mataran a él para que Sará, como viuda, quedara libre de
casarse, la había presentado como una hermana suya: ``Hija de mi padre, pero no de mi madre´´
(íd.íd.Vers.12)
Debido a ese tiempo que Sará pasó en el harén y quizás en la cama del rey filisteo - señala Rashí- ``decían
los chistosos de esa época que ella quedó embarazada de Abimélej´´, ya que no logró quedar después de
tantos años de matrimonio con Abraham. Por eso -afirman ahora los dos comentaristas- la fisonomía del
niño Isaac fue muy parecida a la de su padre Abraham, para que nadie pudiese poner en duda la paternidad
de este último.

...

Además, a partir del dato de que ``Isaac tenía cuarenta años cuando tomó por esposa a Rivká (Rebeca) hija
de Betuel el arameo, la hermana del arameo Labán´´ (íd. Cap.25 Vers.20), Rashí establece el cálculo de que
el episodio en el monte de Moriá -donde habría de ser sacrificado Isaac- ocurrió cuando este hijo ya era un
fornido mozo de 37 años de edad. Esto también nos explica cómo en ese episodio, en un momento de la
ascensión al monte, Abraham despidió a los criados que conducían al burro, ``y tomó Abraham las maderas
del holocausto (los leños para encender la hoguera del mismo) y los colocó sobre su hijo Isaac (íd.Cap.22
Vers.6), que ya era bastante musculoso para llevarlos a cuestas suyas.

...

Pero a semejanza de lo que había ocurrido con él mismo - Isaac sólo nació después de muchos años de
esterilidad de su madre Sará- también el matrimonio de Isaac y Rebeca procuró mucho tiempo en vano tener
hijos; ``y rogó Isaac al Eterno con respecto a su esposa, porque ella era estéril; y el Eterno accedió a su
plegaria, y su mujer Rebeca quedó embarazada´´ (íd. Cap.25 Vers.21).
Aquí expertos en la materia quizás nos dirán que la dificultad en procrear que presentaron tanto Abraham
como Isaac, y más tarde también Jacob con sus dos esposas, se debió a que todos éstos eran casamientos
endogámicos. Es decir, que los tres varones se habían casado con mujeres de su propia familia. Abraham
con una hermanastra, según lo vimos más arriba; Isaac, con Rebeca, que también era de la familia de
Abraham, y más adelante Jacob, quien se casó con dos primas suyas, Raquel y Leá.
Por otra parte, esta costumbre a veces persiste hasta el día de hoy en algunos sectores del pueblo judío, y
también en el mundo musulmán que nos rodea: se toma por esposa a una mujer de la propia parentela de
uno, a pesar de los problemas genéticos que esta unión pueda presentar.
...
Al cabo de veinte años de matrimonio, entonces, Rebeca quedó embarazada, y por partida doble: concibió
mellizos (los futuros Esaú y Jacob), ``y los hijos se agitaban en el seno de ella´´ (íd. Cap.25 Vers.22).
Aquí Ibn Ezra se pregunta: ¿cómo es posible que a los fetos, la Torá ya los llame ``hijos´´, ``banim´´? Y nos
responde que la Torá los denomina como tales, teniendo en cuenta lo que ambos llegarán a ser más tarde. Y
nos da otro ejemplo análogo en la Biblia, tomado del libro de Job, donde este personaje, en su desgracia, se
queja ante D´´s de que ``les quitas las ropas a los desnudos´´ (Job, Cap.22 Vers.6): al pobre, que sólo posee
una prenda de ropa (una capa o algo parecido), se la quitas hasta dejarlo desnudo.
¿Cómo es que D´´s le quita esa única ropa?
Llega un acreedor, al cual este pobre le debe plata, y le quita su única vestimenta, como garantía de que
habrá de pagar la deuda.
Un caso que está previsto en la Torá, donde leemos que ``si tomares en prenda la ropa de tu prójimo, se la
devolverás hasta la puesta del sol. Porque es su única vestimenta, la ropa para su piel; ¿con qué va a

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acostarse? Y será. Cuando clame hacia Mí, lo escucharé, pues Yo soy misericordioso´´ (Shemot-Exodo
Cap.22 Vers.25- 26).
Y la ciencia moderna ha hallado testimonios de un caso así que ocurrió en la antigüedad, en la zona costera
de Israel, la que hoy conocemos por Palmajim: los arqueólogos encontraron restos de una carta que un
pobre peón de campo escribió a una autoridad, donde protestaba porque un acreedor le había quitado la
única ropa que poseía y no se la devolvió para poder abrigarse de noche, tal como lo manda la Torá. Hoy día
esta ``Carta del Cosechador´´ -como se ha dado en llamarla- está guardada en Jerusalén, en el Museo de
Israel.
...
Volvamos a Rebeca y a su doble embarazo: Ibn Ezra prosigue describiéndonos el estado de la matriarca y
nos dice que ella, al sentir esos dolores en su vientre, fue a consultar a otras madres que también ya habían
tenido hijos. Y sólo al escuchar las respuestas de esas mujeres, de que semejantes dolores resultaban fuera
de lo común, entonces se decidió ``y fue a consultar al Eterno´´ (Bereshit-Génesis Cap.25 Vers.22).
¿Y cuál fue la respuesta que obtuvo?
``Hay dos pueblos en tu vientre, y dos naciones se desprenderán de tus entrañas; y una nación será más
fuerte que la otra, y el (hijo) mayor será siervo del (hijo) joven´´ (íd.íd. Vers.23).
Este oráculo -por así llamarlo- ya profetiza las futuras luchas que habría entre Esaú, el mayor, y su mellizo
menor, Jacob.

...

Y prestemos atención, además, al estilo poético de este pasaje que, como muchos otros en la Biblia, repite
dos veces una misma idea pero con expresiones diferentes: ``dos pueblos´´ frente a ``dos naciones´´ y ``una
será más fuerte que la otra´´, frente a ``el mayor será siervo del joven´´.
¿Recuerda el amigo lector la nota ``El Himno de Moisés´´ de Aurora del 15/9/04?.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 12/11/2004
PARASHAT VAYETZE
Los ``ojos tiernos´´ de Leá
La semana pasada hablamos aquí de los mellizos Esaú y Jacob, hijos de Rebeca; el primero le vendió su
primogenitura al hermano menor, Jacob, y después, rencoroso, sólo andaba buscando la oportunidad
propicia para vengarse matándolo, y dejando truncas así las consecuencias de esta venta.
Rebeca, madre previsora, procura evitar este fraticidio, y con cuidadosa diplomacia obtiene de Isaac el visto
bueno para que Jacob desaparezca por un rato del horizonte de Esaú. Lo envían a Aram, la patria de
Rebeca, en la Mesopotamia (actualmente: Irak) ``para tomarse allí una esposa´´ (Bereshit- Génesis Cap.28
Vers.2), tal como lo leímos en la parashá del sábado pasado, cerca del final de la misma.
Y ahora, llegado a destino, Jacob se encuentra en los prados de Aram con varios rebaños de hacienda, y
con los pastores que estaban a cargo de esos animales.
. ¿De dónde sois?, les pregunta Jacob.
. Somos de Harán, le responden ellos.
. Entonces, ¿lo conocéis a Labán, el hijo de Najor?, les pregunta Jacob por su tío, el hermano de su madre
Rebeca.
. Sí. Y aquí justo está llegando su hija Raquel (en hebreo: Rajel, que además de nombre de mujer, también
significa ``oveja´´) con el ganado de su padre.
Jacob todavía estaba hablando con los pastores ``y Raquel llegó con el ganado de su padre, porque ella era
pastora´´ (íd. Cap.29 Vers.9). O sea que tanto ella como el primo recién llegado de Canaán conocían el
mismo oficio.

...

Entonces Jacob les hace una pregunta referida a la profesión de todos los allí presentes:
. Por qué estáis todos reunidos aquí, alrededor del pozo? ¿Por qué no sacáis agua, dais de beber a los
animales y los lleváis de aquí para que coman pasto en los prados vecinos?
. Necesitamos que se reúnan todos los pastores, para que entre todos empujemos la piedra que cubre el
pozo y podamos sacar agua de él.
``Y ocurrió, cuando Jacob vio a Raquel la hija de Labán, el hermano de su madre, y el ganado de Labán, el
hermano de su madre; entonces se acercó Jacob y apartó (él solo) la piedra de la boca del pozo, y dio de
beber al ganado de Labán, el hermano de su madre´´ (íd.íd.Vers.10).
Después de este alarde de fuerza física, Jacob dio a Raquel un casto beso de familiares, y se largó a llorar
de emoción. Y se identificó ante ella: ``Soy el hijo de Rebeca, tu tía, que es hermana de tu padre Labán´´.
La muchacha corrió a la casa del padre para dar la noticia del huésped que había llegado de tierras lejanas.
Y entonces también Labán mismo acudió corriendo a abrazar a su sobrino ``y lo llevó a su casa´´ (íd.íd.
Vers.13), donde Jacob ``le contó a Labán todas estas cosas´´ (Ibíd.).

...

Nuestra tradición suele hablar bastante mal de Labán. Porque años más tarde, en la noche de bodas de
Jacob, quien se creía estar casando con Raquel, con la primera luz de la madrugada siguiente se encontró
en el lecho nupcial casado con Leá, la hermana de Raquel. De ``Labán, el arameo´´ (en hebreo: ``ha-aramí;
por su país, Aram, donde quedaba la ciudad de Harán), muchos autores pasaron a llamarlo, con un cambio
en el orden de las letras, ``haramaí´´, ``el embustero´´, porque en esa noche del casamiento cambió a
Raquel -en pago de la cual Jacob había trabajado siete años como pastor- por su hija mayor, Leá, que era
menos hermosa que aquélla.
Porque desde el día de ese primer encuentro junto al pozo, ``amó (por: quedó enamorado) Jacob a Raquel, y
dijo (al padre Labán): Te serviré (como pastor) siete años, por Raquel, tu hija menor´´ (íd.íd. Vers.18).
Porque en aquellos tiempos había que dar un ``pago de novia´´ al padre de la misma, y Jacob, desprovisto
de bienes, ofreció por Raquel su trabajo de siete años al frente de los rebaños de Labán, y éste aceptó la
oferta. Reminiscencias de este pago quedaron en algunos pueblos donde el pretendiente suele entregar
obsequios a la familia de la novia.
Esta expresión, ``be-Rajel bitjá haketaná´´, ``por Raquel tu hija menor´´, quedó hasta el día de hoy en el
idioma hebreo como sinónimo de ``condiciones cuidadosamente estipuladas´´ en un contrato entre dos
partes. El comentarista Rashí dice: porque Jacob bien sabía con quién estaba tratando. Por eso no dijo
``Raquel´´ solamente, no sea que le trajeran a otra mujer cualquiera llamada Raquel. Por eso agregó: ``tu
hija´´. Y como Labán tenía dos, Jacob especificó todavía más: tu hija menor.
Y sin embargo, en la noche de bodas, Labán logró embaucarlo igual, entregándole como esposa a Leá,
seguramente irreconocible por muchos velos de novia que le cubrían la cara.
Algunos comentaristas moralizadores señalan que éste fue el castigo que le llegó a Jacob por lo que él había
hecho (en la parashá pasada) con su propio padre, cuando ``se disfrazó´´ de Esaú , por así decirlo, para

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obtener la bendición de primogénito que le correspondía a este último (ver íd. Cap.27 entero).

...

Y con respecto a la diferencia física entre las dos hermanas, la Biblia nos cuenta que Labán tenía dos dos
hijas: la mayor, Leá, y la menor, Raquel; ``y los ojos de Leá eran tiernos (`racot´, en hebreo), y Raquel era
bella de aspecto y hermosa de vista´´ (íd. Cap.29 Vers.17).
El texto bíblico es muy cuidadoso al tratar de la belleza física de las dos hermanas -madres de parte de las
futuras tribus de Israel- y se cuida de hablar mal de Leá diciendo que era ``fea´´ o algo por el estilo.
Pero el hecho de que contrapone los ``ojos tiernos´´ de Leá a la belleza perfecta de su hermana más joven,
ya indica hacia dónde apunta la descripción estética de la hermana mayor.
Sin embargo -leemos en el comentario de Ibn Ezra al versículo 17- parece que en los tiempos de éste hubo
cierto comentarista bíblico judío que se llamaba Ben Efrayim, quien afirmaba que el texto había que leerlo
como si faltase una letra Alef: en vez de ``racot´´ (``tiernos´´), él leía ``arucot´´ (``largos´´). Los ojos de Leá
habrían sido ``largos´´ y, por eso, ella era fea.
Ibn Ezra es muy enérgico e incisivo en su opinión: ``Este Ben Efrayim está falto de una Alef´´, sentencia.
Porque en tal caso, el nombre Efrayim (en hebreo: Alef-F-R-I-M) quedaría reducido a P-R-I-M, el plural
``parim´´ de la palabra ``par´´, ``toro´´.
Una manera elegante pero bastante agresiva de decir que ese comentarista ``ben parim´´, ``hijos de toros´´,
obró como un animal.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 19/11/2004
PARASHAT VAYISHLAJ
Jacob, Esaú e Israel
El comienzo de parashat Vayishlaj nos cuenta acerca del regreso de Jacob a su tierra natal, Canaán,
después de sus veinte años de permanencia en la Mesopotamia (hoy Irak), en Harán, donde cuidó los
rebaños de Labán , se casó con las dos hijas de éste (Raquel y Leá) y finalmente pudo reunir también
algunos rebaños para su propio pecunio.
Como paso previo a su regreso, Jacob procuró reconciliarse con su hermano mellizo Esaú, al cual le había
birlado la bendición paterna de Isaac, y por miedo de cuya venganza había emprendido esa huída al norte.
Ahora, en su viaje de regreso, Jacob ``envió mensajeros delante de él, hacia su hermano Esaú´´
(Bereshit-Génesis Cap.32 Vers.4), y de ahí el nombre de nuestra parashá: ``Vayishlaj´´, que significa ``y
envió´´. De la misma raíz SH-L-J que las modernas palabras ``shalíaj´´ (``enviado´´) o ``shelijut´´ (la
``misión´´ que cumple ese ``shalíaj´´).
Aunque el texto bíblico nos relata que Jacob envió ``malajim´´ (también: ``mensajeros´´), y acerca de este
término hebreo que a un mismo tiempo puede denotar ``mensajeros´´ como también ``ángeles´´, ya hemos
hablado en una nota anterior (Aurora del 28/10/04).

***

Esos mensajeros vuelven hacia Jacob con la noticia de que Esaú marcha con cuatrocientos hombres a su
encuentro. Y a Jacob lo asalta una gran duda: ¿vendrán a recibirme en paz, o en son de guerra?
De todos modos Jacob tomó medidas de precaución: dividió a su familia y a toda la hacienda que llevaba
consigo en dos campamentos: las mujeres, los hijos, las ovejas, los vacunos y los camellos. ``Y dijo: si Esaú
llega hacia un campamento y lo ataca, el campamento restante quedará a salvo´´ (íd.íd.Vers.9).
¿Cómo podrá salvarse?, se pregunta nuestro conocido comentarista Ibn Ezra, y nos da en su respuesta
varias posibilidades. Podrán huir en desbandada. O bien: amainará la furia de Esaú, después de que ya se
desquitó con uno de los campamentos. O que D´´s intervendrá para salvarlos de algún otro modo.
Y a pesar de la disyuntiva tan trágica que presenta este versículo, Ibn Ezra no deja de prestar atención,
también, a cierto aspecto gramatical del mismo: el texto bíblico dice ``ha-majané (´´campamento``) ha-ajat´´,
con el número ``ajat´´ (``uno´´) en femenino, como si dijéramos en español ``una campamento´´. Siendo
``majané´´ -como ``campamento´´ en español- una palabra que generalmente se usa en masculino. En este
mismo versículo, a continuación, leemos ``hamajané hanishar´´, ``el campamento que queda´´, usado como
masculino.
También nuestro conocido Rashí prestó atención a esta ambigüedad gramatical, y nos señala que diversos
sustantivos en la lengua hebrea presentan esa peculiaridad, de que algunas veces la Biblia los usa como
masculinos, y otras, como femeninos. Y trae los ejemplos de ``shémesh´´ (``sol´´) y ``rúaj´´ (``viento´´) junto
con la cita de versículos bíblicos donde sucede ese fenómeno. Y en hebreo moderno -agreguemos- tales
cualidades ``bisexuales´´ de estos dos vocablos siguen conservándose hasta el día de hoy.

***

En su incertidumbre y desesperación, Jacob también eleva una ferviente plegaria al Eterno. Agradece los
bienes que recibió de El ``porque con mi bastón (¡y nada más!) he cruzado este Jordán (cuando huí hacia
Harán) y ahora me he convertido en dos campamentos´´ (íd.íd.Vers.11).
Pero Jacob no se restringió a plegarias solamente. También tomó de lo que tenía ``a mano´´ (Vers.14) y
envió un copioso regalo ambulante a su hermano: 200 cabras y 20 chivos, 200 ovejas y 10 carneros, 30
camellos con crías, 40 vacas y 10 toros, 20 burras y 10 burros (según ibíd. Vers.15 y 16).
A esto comenta Ibn Ezra que Jacob, como veterano pastor, conocía muy bien la relación que en un rebaño
deben guardar las cantidades de machos y hembras para la procreación: cabras y ovejas, uno a diez;
vacunos, uno a cuatro; y burros, un macho para cada dos hembras.
Y a los pastores que iban a cargo de los rebaños, Jacob les indicó que guardaran cierta distancia entre uno y
otro. Y así les dijo: ``Cuando te encuentre Esaú mi hermano y te pregunte a quién perteneces y adónde vas y
de quién son estos (animales) delante de ti, le dirás: Son de tu siervo Jacob, un obsequio que envía a mi
señor Esaú, y él (Jacob) también viene detrás de nosotros´´ (Vers.18 y 19).
Y más adelante (en el Cap.33) leemos que el copioso regalo y los mensajes de reconciliación de Jacob
surtieron el efecto esperado, y que él y su hermano quedaron reconciliados.

***

Pero antes de eso, todavía en el Cap.32, figura el episodio de Jacob que se quedó solo, de noche, junto al
río Iabok, donde después de luchar con ``un hombre´´ (Vers.25) recibió de éste, a guisa de bendición, el
nombre de Israel.

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Este nombre ISRAEL se compone de dos elementos: ``El´´ que significa ``Dios´´, e ``Isra´´, inflexión de un
verbo S-R-H que indica ``luchar´´. Israel denota, entonces. ``luchó con D´´s, tal como ese ``hombre´´-a quien
la tradición considera un ángel divino- lo explica en ese mismo versículo 29: ``No se dirá más tu nombre
Jacob, sino ISRAEL. Porque luchaste con D´´s y con hombres, y venciste``.

***

Señalemos, finalmente, que este nombre Israel también contiene las iniciales de los tres patriarcas de
nuestro pueblo, y las de sus esposas, a saber:
A-braham y S-ará
I-saac y R-ebeca
J-acob (I-aacov) y R-aquel y L-eá.
Dos veces I, una S, dos veces R, una Alef (muda) y una L.
Sumadas, componen el nombre ISRAEL.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 26/11/2004
PARASHAT VAYESHEV
José, el sueño y la túnica
``Vayéshev´´, ``y vivió´´ o ``y habitó´´ (Jacob en el país en que residía su padre, en la tierra de Canaán;
Bereshit-Génesis Cap.37 Vers.1), es un derivado del verbo Y-SH-V, que expresa idea de estar ``sentado´´ en
una silla o ``asentado´´ en un país. De ahí, el ``ishuv´´ judío de un país o ciudad (la comunidad judía que
habita allí).
Jacob, entonces de regreso de Harán y reconciliado con Esaú, vivía aquí, en la Canaán de otrora. Sus hijos
habían crecido, y uno de ellos -José, que Jacob tuvo con Raquel, la más amada de sus esposas- comenzó a
perfilarse como hijo predilecto del patriarca, por su doble cualidad de ``hijo menor´´ e ``hijo de la esposa
preferida´´.
El padre Jacob, como distinción especial, le mandó hacer una ``túnica con franjas´´ (íd. Cap.37 Vers.3) que
lo distinguía de los otros hermanos; y éstos, más adelante, volcarán sobre esta prenda de vestir los celos y
el odio que sentían contra José por el trato diferencial que recibía del padre.
Además, José traía ``mala fama de ellos hacia su padre´´ (ibíd. Vers.2), actuaba de chismoso o cuentero, y
por todo esto los hermanos ``lo odiaban, y no podían hablarle en paz´´ (Vers.4).
A esta última afirmación del texto acota Rashí que ``del desmedro de ellos (los hermanos) aprendemos el
mérito de ellos´´. Y este mérito fue que ellos no disimularon sus sentimientos ante José, ni fingieron ni fueron
hipócritas en su conducta hacia él.
...
Y así, algún tiempo más tarde, cuando José tuvo ese sueño del sol, la luna y las once estrellas que venían a
prosternarse ante él (ibíd. Vers.9-11) y lo contó al padre Jacob, éste, ante el evidente simbolismo que este
sueño encerraba, le recriminó:
- ``¿Qué es este sueño que has soñado? Acaso vendremos yo (¿tu padre) y tu madre, y tus hermanos, a
prosternarnos a tierra delante de ti?´´ (ibíd. Vers. 10).
Este sueño presenta un pequeño inconveniente ``técnico´´: si José soñó con once estrellas, esto significa
que ya había nacido su hermano Benjamín, hijo también de Raquel. Pero ella murió en ese parto, según
leímos en la parashá del sábado pasado (íd. Cap.35 Vers.18).
De modo que sería imposible que vinieran a prosternarse ante José a un mismo tiempo once estrellas (todos
los hermanos, incluído Benjamín) y la luna, que simbolizaba a su finada madre Raquel.
Ibn Ezra, en su comentario, resuelve esta dificultad explicándonos que ``tu madre´´ se refiere a Bilhá, la ex
criada de Raquel, que tomó a su cargo criarlo a José cuando éste quedó huérfano con la muerte de su
madre.
José también contó este sueño a sus hermanos, quienes en seguida intuyeron el simbolismo que había en
él, y esto aumentó la envidia, los celos y el odio que sentían hacia ese hermano menor y sus delirios de
grandeza.
...
Algún tiempo después de este episodio, los hijos de Jacob llevaron el ganado de la familia a pastorear en los
alrededores de Shjem, esa ciudad que hoy también se conoce por el nombre de Nablus. José se había
quedado en casa con Jacob, en el campamento establecido por la zona de Hebrón.
A falta de teléfono u otro medio de comunicación, Jacob un buen día le dijo a José: ``Tus hermanos están
pastoreando en Shjem; anda, te enviaré hacia ellos´´ (íd.Cap.37 Vers.13). Y José responde: ``Hineni´´, ``aquí
estoy´´. ¡A tus órdenes, papá!
Rashí acota en su comentario que esta respuesta de José denota modestia y presteza; José está dispuesto
a cumplir con la orden paterna, a pesar de que sabe que sus hermanos lo odian mucho.
- ``¡Anda y mira cómo les va a tus hermanos y al ganado menor (cabras y ovejas), y tráeme respuesta!´´, le
encarga Jacob (en el Vers.14)``
Y José parte rumbo al norte. Recorre a pie prados, colinas y valles, pero no acierta a dar con sus hermanos.
``Y lo halló un hombre cuando erraba por el campo, y el hombre le preguntó: ¿Qué buscas?´´ (Vers.15).
Y José le responde: ``Busco a mis hermanos. Dime, por favor, ¿dónde están pastoreando?´´ (Vers.16)
Entonces el interlocutor le informa que ellos realmente habían estado allí pero que volvieron a partir, rumbo a
Dotán.
José siguió caminando en la dirección indicada, y los hermanos lo vieron venir desde lejos. Podemos
imaginarnos que la túnica especial, ésa de las franjas que llevaba puesta, permitía identificarlo desde lejos.
- ¡Esta es la oportunidad para matarlo al soñador ese!, cuchichearon los hermanos. Y una vez muerto, lo
echaremos en un pozo ``y diremos (que) una bestia feroz lo devoró; y veremos qué será de sus sueños´´
(Vers.20).
Pero Rubén -el primogénito de Jacob- sintió su responsabilidad de hermano mayor, y propone un pequeño
cambio en esos planes.
-``¡No lo matemos!, exhorta a sus hermanos.
- ¡No derraméis sangre! Echadlo a este pozo en el desierto, pero ``no extendáis la mano contra él´´
(Vers.21-22).

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Y la Biblia añade, a guisa de explicación: ``Para salvarlo de la mano de ellos, y para devolverlo (sano y
salvo) a su padre (Vers.22).
Y Rashí acota que Rubén propuso esto porque planeaba ir después a rescatarlo a José del pozo, para
llevarlo de vuelta a casa.
...

Los hermanos aceptaron la sugerencia de Rubén, y cuando José llegó hacia ellos le quitaron la túnica que
llevaba puesta, y a él lo echaron a ese pozo que ``estaba vacío, sin agua´´ (Vers.24). Sin embargo, los
planes de Rubén se vieron frustrados. Parece que él se alejó con parte de las ovejas, y entonces, en su
ausencia, los restantes hermanos lo vendieron a José a una caravana de comerciantes que pasó por el
lugar, y que se dirigía al sur, hacia Egipto.
Rubén retorna al pozo, comprueba que José no está más ahí, y entonces ``rasgó sus vestidos´´ en señal de
luto. Regresa consternado hacia sus hermanos y exclama: ``El muchacho no está; y yo, ¿adónde voy a ir?
(Vers.29).
Rashí acota: ¿Adónde iré para no ver la pena que va a afligir a papá?
Pero los hermanos pronto encuentran una solución, cómo explicarle al anciano Jacob la desaparición de su
hijo. Toman la túnica que le habían quitado a José, degüellan un macho del rebaño e impregnan la prenda
en su sangre.
Traen el bulto ensangrentado a Jacob, y le dicen:
- ``Hemos encontrado esto. Reconoce, por favor, si es la túnica de tu hijo o no´´ (Vers.32)
...

En una sola palabra hebrea, el texto bíblico resume aquí la tragedia que está viviendo Jacob en ese
momento: ``vayakirá´´, ``y la reconoció´´.
Después el anciano padre sólo alcanza a exclamar, en su shock: ``Es la túnica de mi hijo; un animal feroz se
lo ha comido; ¡José ha sido devorado!´´ (Vers.33).
Y desesperado, rompe sus vestiduras, ciñe una bolsa en la cintura como expresión de duelo, ``y se enlutó
por su hijo muchos días´´ (Vers.34).
Rashí hace el cálculo de que estos ``muchos días´´ fueron 22 años, y parte de los siguientes datos:
a) Cuando ocurrió este episodio, José tenía 17 años (según Bereshit-Génesis Cap.37 Vers.2, en el segundo
versículo de nuestra parashá de hoy).
b) Cuando José fue presentado ante el faraón de Egipto y nombrado administrador del país en los años de la
abundancia, él tenía 30 años (según el Cap.41 Vers.46 de la próxima parashá).
c) Siguieron siete años de abundancia de cereal en Egipto y dos de la sequía, hasta que Jacob decidió ir con
los suyos a Egipto, y allí se reencontró con José, que ya tenía 39 años (30 + 7 + 2). Habían pasado 22, (39 -
17 =22) desde que José fue echado al pozo y vendido.
...

Y todo esto, ¿por qué?, pregunta Rashí.


Y nos responde, citando una fuente del Talmud: ``Porque con su viaje a Harán y sus posteriores andanzas
por el mundo del Cercano Oriente, Jacob estuvo alejado 22 años de sus padres Isaac y Rebeca, y no
cumplió con ellos el precepto de `Honra a tu padre y a tu madre´ prescrito en el quinto de los Diez
Mandamientos´´.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 10/12/2004
PARASHAT VAYIGASH
José y sus hermanos: un reencuentro dramático
De la palabra hebrea ``Vayigash´´ (``Y se acercó´´ Judá a hablar con el ministro egipcio, Bereshit-Génesis
Cap.44 Vers.18) con que comienza nuestra parashá de hoy, ya dijo una vez Rashí que puede denotar tres
intenciones: desafío, reconciliación o plegaria (ver nuestra nota en Aurora del 28.10.04).
Ahora es Judá quien ``se acerca´´ al ministro egipcio que vende trigo también a clientes llegados del
extranjero -y Judá no sabe que ese ministro es su hermano José- para explicarle por qué Benjamín, en cuya
bolsa de trigo se había encontrado la copa de plata de José, colocada allí por orden expresa de éste (la
historia figura a fines de la parashá anterior, Bereshit-Génesis Caps.43 y 44), por qué este hijo menor de
Jacob debe retornar a Canaán y no puede purgar su aparente robo quedando preso en Egipto, porque su
no-regreso a casa podría acarrear la muerte del padre, desesperado por haber perdido a los dos hijos de su
esposa Raquel.
Y Judá se ofrece a quedar él mismo prisionero en Egipto, en lugar de Benjamín: ``Y ahora, quédese tu siervo
(yo, Judá) como esclavo de mi señor, y que el muchacho (Benjamín) suba con sus hermanos (de regreso a
Canán)´´ (íd.Cap.44 Vers.33).
Rashí acota a este pasaje: Judá sugiere que él es preferible en todo aspecto como futuro esclavo del
ministro: en valentía para la guerra, o para servirlo en lo que hubiere menester.
Y Judá culmina su largo alegato con una pregunta retórica con todo su patetismo: ``¿Pues cómo podré subir
hacia mi padre si el muchacho no está conmigo? Que no vea yo el mal que sobrevendrá a mi padré´´ (ibíd.
Vers.34).

...

Prestemos atención al hecho de que las dos veces que Judá se refiere al viaje de regreso a Canaán: ``que el
muchacho suba´´ (Vers.33) y ``¿Cómo podré subir yo? (Vers.34) usa el verbo ``subir´´, de la raíz O-L-H, y
hay más ejemplos de ello más adelante en nuestra parashá.
Porque desde Egipto, casi a nivel del Mar Mediterráneo, hasta la zona montañosa de Canaán (hoy, el
territorio palestino), realmente se ascendía cada vez más sobre el nivel del mar. De ahí que hoy llamamos
``olim´´, ``los que suben´´, a quienes inmigran a Israel, y ``aliá´´, la ``subida´´, a la llegada al país de estos
``subidores´´.

...

Llegado a este punto del alegato patético de Judá, José ya no puede contenerse más. Mandó salir del
recinto a todos los egipcios presentes, ``y no había nadie con él cuando se dio a conocer José a sus
hermanos´´ (íd. Cap.45 Vers.1).
Rashí comenta: José no quiso que los egipcios fueran testigos de la vergüenza que pasarían los hermanos
al reconocerlo. Ibn Ezra explica el verbo hebreo ``le-hitapek´´ (que hoy usamos para ``contenerse´´) como
``aguantar, sufrir´´; José no pudo ``sufrir´´ más ante todos los allí presentes, y por eso mandó que salieran.
Pero Najmánides, el Rambán (posterior a estos dos comentaristas) procura corregirlos. Trae a colación las
glosas de Rashí y de Ibn Ezra (a éste lo llama cariñosamente ``Rabí Abraham´´) y se basa en una antigua
traducción de la Biblia al arameo: Targum Onkelós (Aquila, un convertido al judaísmo del siglo I I d.C.) donde
este vocablo es traducido como ``itjasná´´, ``fortalecerse´´, ``mantenerse fuerte´´. Y Rambán explica: José ya
no pudo ``mantenerse fuerte´´ cuando también muchos de los egipcios allí presentes le pidieron -al igual que
Judá- que perdonara a ese muchachito Benjamín, tan querido por su padre Jacob. Por eso habría ordenado
que salieran todos ellos.

...

De todos modos, sea no poder ``contenerse´´ o ``mantenerse fuerte´´, el resultado es el mismo: José estalló
en llanto, ``y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿Vive todavía mi padre? (íd.íd.Vers.3). Los hermanos,
tomados de sorpresa, ``no pudieron responderle, porque se asustaron delante de él´´ (ibíd.). Rashí comenta:
por la verg?enza que ellos sintieron.
Y aquí debemos agregar que hasta ese punto, cada vez que los hermanos llegaban desde Canaán para
comprar trigo, actuaba ``un traductor´´ entre ellos (según podemos leerlo en el Cap.42 Vers.23: ``Y ellos no
sabían que José los escuchaba -por: entendía- pues había un traductor entre ellos´´, mientras que ahora, al
dárseles a conocer, José les habló en su propio idioma hebreo. ``Y José dijo a sus hermanos: ¡Acercaos, os
ruego, hacia mí!; y ellos se acercaron´´ (íd. Cap.45 Vers.4). Otro ejemplo ilustrativo para lo que opina Rashí
sobre este verbo en la Biblia: ``se acercaron´´ para reconciliarse.
Y José les explica que todavía están por venir cinco años más de sequía en la región, en los que ``no habrá
arada ni cosecha´´ (ibíd. Vers.6). Y que ``D´´s me ha enviado delante de vosotros, para daros un resto (de

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vida) en el país, y para conservaros con una gran salvación`` (ibíd. Vers.7). Vale decir que José atribuye todo
lo sucedido -que los hermanos lo arrojaron al pozo y que luego lo vendieron a la caravana que lo llevó a
Egipto- a la previsión de D´´s, que de este modo procuró evitar que la familia pereciera en esa época de
hambre que todos estaban sufriendo. Y que ellos no tenían que temer venganza alguna por parte de él.
Además, como les esperaba todavía mucho tiempo de sequía, José les propone que fueran a Canaán, lo
tomaran al anciano Jacob y emigraran todos a Egipto, ``y estarás cercano a mí tú, tus hijos y los hijos de tus
hijos y tu ganado menor y vacuno, y todo lo que posees´´ (ibíd.Vers.10). Podrán habitar en la región de
Góshen, adecuada para el pastoreo, ``y allí yo te mantendré -le manda decir a su padre Jacob- porque
todavía (faltan, o: sobrevendrán) cinco años de hambruna´´ (Vers.11).
Y para calmarles su asombro, José procura convencerlos: ``He aquí, vuestros ojos ven, y los de mi hermano
Benjamín, que es mi boca la que os habla a vosotros´´ (Vers.12).
Y Rashí comenta aquí: equipara a los hermanos a Benjamín: así como lo quiero a éste porque no intervino
en mi venta a la caravana y no le guardo rencor alguno, así también los quiero a ustedes; y ``mi boca´´ es la
que hablaron ustedes en hebreo.

...

Así es como más adelante en nuestra parashá de hoy, Jacob y toda su familia -setenta personas- se
trasladan a Egipto, donde descenderá de ellos el pueblo de Israel.
Y además, se vio cumplido el sueño simbólico de José cuando tenía diez y siete años, de que el sol, la luna
y once estrellas acudían a prosternarse ante él.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 17/12/2004

PARASHAT VAYEJI
Jacob, José y la bendición de primogénito
``Vayejí´´, ``Y vivió´´ Jacob 17 años en Egipto (Bereshit-Génesis Cap.47 Vers.28) después de que llegó al
país invitado por José, según vimos en nuestra nota pasada. Con esta palabra se inicia nuestra parashá de
esta semana.
En nuestros rollos de la Torá, cuando comienza una nueva ``parashá´´, el texto hebreo -solamente de letras,
sin aditamento alguno (vocales, señales de entonación musical etc.)- generalmente hace lo que en español
llamamos ``punto y aparte´´: deja incompleto el renglón, y prosigue uno más abajo. A esto se lo llama
``parashá petujá´´, una ``parashá´´ (o: ``porción´´) abierta. Lo contrario -cuando la ``porción´´ semanal
prosigue directamente en la mitad del texto mismo, sin aparte alguno- se llama ``parashá setumá´´, parashá
``tapada´´.
Y Rashí, en su comentario al versículo inicial de nuestra ``parashat hashavúa´´ (la ``porción semanal´´) de
hoy, pregunta: ``¿Por qué ``Vayejí´´ comienza con una `parashá setumá´ (y no con una `petujá´, abierta, lo
que sería un `punto y aparte´)´´?
Y él mismo nos responde: porque desde que murió Jacob en Egipto (tenía 147 años), los ojos y los
corazones de sus descendientes ``se taparon´´ y no percibieron más la paulatina esclavitud a la que los
egipcios los sometieron.
Situación que nos hace recordar, en el pasado más cercano, a los judíos de Alemania, desde 1933 en
adelante, después del ascenso de los nazis al poder. Y cuando su legislación antijudía irrumpió de pronto
también en Austria con el ``anschluss´´ o ``anexión´´ por la fuerza de este país en marzo de 1938, ello
cambió por completo la vida de quien escribe estas líneas en español, en vez de hacerlo en su lengua natal,
el dialecto vienés.

...

Con sus 147 años a cuestas Jacob ya se sentía muy viejo y próximo al fin de su vida.
Entonces mandó llamarlo a José y le dijo: ``Cuando yo me acueste con mis padres (íd.íd.Vers.30) -Ibn Ezra
explica: una definición para la ``muerte´´, o bien expresa el deseo de no ser sepultado en Egipto sino con
``mis padres´´, en la tierra de Canaán, en la cueva de Macpelá que está en Hebrón- ``me llevarás de Egipto y
me sepultarás en la tumba de ellos´´.
Tal, el deseo postrero de Jacob. Y José le jura que habrá de hacerlo así.

...

Al cabo de algún tiempo le avisan a José que ``tu padre está enfermo´´ (íd.Cap.48 Vers.1), y él comprende
que ha llegado el momento de despedirse para siempre de Jacob. Toma consigo a los dos hijos que le
nacieron en Egipto, Menashé (Menasés, del cual ya hemos hablado en nuestra nota anterior) y Efráyim
(Efraín), y se presenta con ellos ante Jacob. El anciano ``se esforzó y se sentó en la cama´´ (ibíd.Vers.2).
Rashí comenta: para no recibirlo a José acostado en ella, porque además de ser su hijo -se decía Jacob-
también es un rey (o ministro, como lo hemos definido aquí), una autoridad a la cual hay que mostrarle
respeto.
José y sus dos hijos se presentan, entonces, ante el padre y abuelo que el texto llama Jacob e Israel en un
mismo pasaje (el Vers.2).
El anciano patriarca quiere adjudicar a los dos nietos la categoría de hijos suyos, y con esa intención le dice
a José: ``Tus dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto hasta que yo llegué hacia ti en Egipto son míos;
Efraín y Menasés, como Rubén y Simón (el primogénito y el segundo de Jacob) serán míos´´ (ibíd.Vers.7).
Rashí comenta: serán como míos en la cuenta de mis demás hijos, para recibir parte de la tierra de Canaán.
(Y en efecto, en la posterior historia bíblica no hubo ``tribu de José´´ sino solamente las de sus dos hijos,
Menasés y Efraín.)
La misma escena nos es repetida un poco más adelante en este capítulo, en una nueva versión: ``Y vio
Israel a los hijos de José, y dijo: ¿quiénes son éstos?´´ (ibíd.Vers.8)
¿Cómo es que un abuelo no reconoce a sus nietos?
``Los ojos de Israel ya estaban pesados por su vejez; no podía ver´´ (Vers.10). Todavía no se habían
inventado los anteojos. José los acercó al abuelo, y éste ``los besó y los abrazó´´ (Vers.10).
Y después, con la intención de que el anciano padre y abuelo bendijera a los dos muchachos, José los
colocó ``a Efraín en su derecha, a la izquierda de Israel, y a Menasés en su izquierda, a la derecha de Israel,
y se los acercó´´ (Vers.13).
Y para quien lo necesite, Rashí explica: quien está frente a su prójimo, tiene su derecha frente a la izquierda
del compañero. Y como Efraín era el primogénito, José lo tomó en la izquierda para que llegue a la mano
derecha del abuelo, a los efectos de la bendición.
Ya en ese entonces se daba preferencia a la mano derecha, y lo decimos con perdón de los zurdos. A la

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mano izquierda - la siniestra- siempre se la consideraba de menos importancia. A una desgracia, en español,
también la llamamos: un ``siniestro´´.

...

Pero Jacob desbarató las intenciones de José, de que Menasés recibiera la bendición de primogénito que le
correspondía.
¿Cómo lo hizo?
Cruzando los brazos. En vez de extenderlos derechos hacia las cabezas de los dos jóvenes que tenía por
delante.
``José vio que su padre pondría la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, y le pareció mal; y apoyó la
mano de su padre, para sacarla de la cabeza de Efraín, hacia la cabeza de Menasés´´ (íd.Cap.48 Vers,17).
Y también le explicó su actitud en voz alta: ``¡No así, padre míó, porque éste es el primogénito; pon tu
derecha sobre su cabeza!´´ (Vers.18).
Pero Jacob le replica: ``Lo sé, hijo, lo sé. También él -el primogénito Menasés- será un pueblo y también él
crecerá; pero su hermano pequeño será más grande que él´´ (Vers.19).
Rashí explica: de Menasés descenderá Guideón (Gedeón, un personaje del Libro de los Jueces, ``Shoftim´´,
que venció a los midianitas.Ver allí, Caps. 6-8). Pero de Efraín descenderá Josué, el sucesor de Moisés,
quien conquistará la tierra de Canaán y enseñará la Torá al pueblo de Israel.
Y a ello podemos agregar que en la posterior historia bíblica, la tribu de Efraín siempre tuvo en el pueblo de
Israel una importancia mayor que la de Menasés.

...

Unas breves líneas, todavía, sobre la palabra hebrea ``sikel´´ del Vers.14 que hemos traducido aquí como
``cruzó´´ (los brazos). Su significado, según la última edición del ``Diccionario de la Lengua Hebrea´´ de Even
Shoshán (tomo 6ú, edición 2003) es ``alterar el orden normal (especialmente al hablar de las manos o de los
pies)´´ (pág. 1890, primera columna). La raíz del verbo es S-K-L, la misma del vocablo hebreo ``séjel´´,
``inteligencia´´.
De ahí que los dos comentaristas que solemos citar con frecuencia aquí, tanto Rashí como Ibn Ezra,
comentan ambos acerca de este pasaje bíblico que las manos de Jacob ``hiskilu´´, ``obraron con
inteligencia´´ al invertir su dirección. Rashí incluso menciona en apoyo de esta idea al Targum Onkelós, la
versión al arameo de la Biblia (que también ya hemos presentado aquí la semana pasada), que traduce esta
palabra como ``ajkeminún´´, de la raíz J-K-M (de ``jajam´´, ``sabio´´).
Y finalmente, recordemos la historia del mismo Jacob: también él, segundo en nacer de los dos mellizos de
Rebeca, bregó por obtener la bendición de su hermano primogénito Esaú, y también la obtuvo.

...

Con parashat ``Vayejí´´ se acaba la lectura del primer libro de la Torá, Bereshit o Génesis.
La semana que viene comenzaremos en nuestras sinagogas la lectura del segundo, Shemot o Exodo
Por Heriberto Haber

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Parashá - 24/12/2004
PARASHAT SHEMOT
Un nuevo rey en Egipto
Pasado mañana, sábado 1ú de enero, junto con el comienzo de un nuevo año civil 2005, también
empezaremos en nuestras sinagogas la lectura del segundo libro de la Torá, ``Shemot´´ o ``Exodo´´.
Se lo llama en hebreo ``Shemot´´ (``Nombres´´) por ser ésta la primera palabra significativa del versículo
inicial: ``Y estos son los Nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto: con Jacob llegó cada uno con
su familia´´ (Shemot-Exodo Cap.1 Vers.1).
El nombre gentil, en cambio, Exodo, se refiere al principal acontecimiento que se leerá en este libro, y es el
éxodo o salida de los hijos (en el sentido de: descendientes) de Israel de Egipto, al mando de Moisés.
Ibn Ezra, en su comentario al primer versículo del libro, se detiene en diversos aspectos gramaticales del
mismo: que la palabra ``éle´´ (estos) en otros pasajes de la Biblia aparece más corta, como ``el´´ (por
ejemplo, en ``hatoevot hael´´, ``estas abominaciones´´ en Vayikrá-Levítico Cap.18 Vers.27), y señala que es
invariable, tanto para el masculino plural (``estos´´) como para el femenino (``estas´´).
Y de la palabra ``Shemot´´ misma comenta que es un plural que termina en ``ot´´ a pesar de ser vocablo
masculino, y da otros ejemplos más donde ocurre lo mismo: ``makom- mekomot´´ (``lugar-lugares´´),
``av-avot´´ (``padre- padres´´). A pesar de que por lo general la terminación ``ot´´ es característica de
vocablos en plural que son femeninos, también en el hebreo moderno: ``yaldá, yeladot´´ (``niña-niñas´´),
``yafá- yafot´´ (``hermosa-hermosas).
Y hay otro detalle más que Ibn Ezra señala y explica en este versículo inicial: la terminación ``a´´ que el texto
añade al nombre del país Mitzráyim (Egipto) convirtiéndolo en Mitzráima (``a´´ o ``hacia´´ Egipto). De modo
análogo -indica el sabio español- también hallamos en otros sitios de la Biblia ``Yerushalaima´´, ``a o hacia
Jerusalem´´ (y nos cita el pasaje de Ezequiel Cap.8 Vers.3: ``Y me llevó hacia Jerusalem´´); y hay muchos
otros ejemplos más.
Y todavía acota Ibn Ezra que los hijos de Jacob llegaron a Egipto ``ish uveitó´´, literalmente ``cada uno y su
casa´´. Esta ``casa´´, ``báyit´´ -así su glosa- de ningún modo se refiere a la esposa, sino a la descendencia
(hijos, nietos etc.) de cada uno de ellos. (Nosotros más arriba lo hemos traducido como ``su familia´´.)
Rashí, en cambio, no se detiene en estas peculiaridades del idioma (sobre las cuales se estructura, hasta el
día de hoy, la gramática de la lengua hebrea moderna) sino que se pregunta: ¿por qué, en este primer
capítulo del nuevo libro, la Torá repite la lista de los hijos y nietos de Jacob, que ya nos fue dada a fines del
anterior libro de Bereshit-Génesis, en el Cap. 46 del mismo, a partir del Vers.8 en adelante?
Y Rashí mismo responde: ``Allí D´´s los enumeró cuando todavía ellos vivían, mientras que aquí, en cambio,
les pasa lista después de que ellos ya murieron´´. Para mostrarnos cuán caros le eran como núcleo inicial
del futuro pueblo de Israel.
...

Recordemos que la familia de José llegó a Egipto en el segundo de los siete años de sequía que asolaron a
Egipto y a sus alrededores, incluída la tierra de Canaán. José en esa época era ministro del país, y los
egipcios sabían que él y su previsión de juntar cereal durante los años de la abundancia, los había salvado
de morir de hambre también a ellos.
Pero pasaron los años, José y su actuación positiva quedaron relegados al olvido, ``y se levantó un nuevo
rey sobre Egipto, que no lo conocía a José´´ (Shemot-Exodo Cap.1 Vers.8).
Rashí cita al respecto una discusión entre dos sabios del Talmud: Rav lo interpretaba literalmente, un
``nuevo rey´´, mientras que Samuel sostenía: ``se renovaron sus leyes´´. Y acerca del pasaje ``que no lo
conocía a José´´, Rashí trae la opinión de un sabio que afirmaba que ``se hacía como el que no lo conocía´´.
...
De todos modos, la situación de ``se levantó un nuevo rey´´ - o en conceptos más modernos, ``fue elegido
un nuevo presidente´´, o ``surgió un nuevo gobierno´´- resulta siempre una incógnita delicada para nosotros,
los judíos.
¿Qué actitud tomará el nuevo mandatario hacia los judíos de su país? ¿Y qué política hacia el Estado de
Israel? Por eso, estas tres palabras hebreas: ``vayákom mélej jadash´´, ``se levantó un nuevo rey´´, siempre
resultan muy decisivas para nosotros a lo largo de la Historia, y muchas veces, también son temidas.
Recordemos, sin ir más lejos, las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos.
...
Volviendo a la Torá, el ``nuevo rey´´ que surgió en Egipto se mostró muy adverso a la familia esa de los
hebreos que, ubicada en el territorio de Góshen, se multiplicaba mucho con cada nueva generación que
nacía. Primero el ``nuevo faraón´´ intentó reducirlos sometiéndolos a trabajos forzados. Tuvieron que
construir para él muchas casas, con las cuales se formaron las ciudades de Pitom y de Ramsés.
Después tuvieron que trabajar también en los campos. Pero todo esto no ayudó a reducir su fecundidad;
``cuanto más lo maltrataban, tanto más se multiplicaba y aumentaba´´ (íd. Vers.12). Rashí comenta que
cuanto más los egipcios se empeñaban en achicar al pueblo de Israel, tanto más D´´s procuraba agrandarlo.
Y hoy día solemos decir que el acto que lleva a la procreación es la única diversión que le queda al pobre. A

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pesar de los anticonceptivos y todo lo demás... que en aquellos tiempos no había.


Y no es ningún secreto que el ``arma´´ que más tememos de nuestros vecinos árabes en estos días que
corren, es su crecimiento demográfico
Por Heriberto Haber

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Parashá - 31/12/2004
PARASHAT VAERA
D´´s hiere con plagas a Egipto
``Vaerá´´, el nombre de nuestra parashá de esta semana, es una inflexión del verbo R-A-H, ``ver´´, que
significa: ``yo me hice ver´´ o ``yo aparecí´´. Eso es lo que D´´s le dice a Moisés en Shemot-Exodo Cap.6
Vers.3: ``A los antepasados del pueblo de Israel, a Abraham, Isaac y Jacob, `Yo aparecí´ con el nombre de
El Shaday (D´´s Todopoderoso), pero no con el de I-H-V-H (el Tetragrama, ``el Eterno´´, que hoy en hebreo
leemos ``Adonai´´, ``Mi Señor´´).
En esta inflexión ``Vaerá´´ del verbo R-A-H se ha omitido la última letra de la raíz, la H. Es un fenómeno
gramatical llamado ``atid mekutzar´´, ``futuro abreviado´´, que ocurre a veces en la Biblia con verbos donde
la tercera letra de la raíz es una H (y es ésta la que se omite): ``vayikne´´ (por ``vayikneh´´, ``y compró´´, en
Bereshit-Génesis Cap.33 Vers.19); ``vayivke´´ (por ``vayivkeh´´, ``y lloró´´, íd. Cap.37 Vers.35) y hay otros
ejemplos más.

***
Ibn Ezra, en su comentario a este versículo, procura darnos una explicación exacta acerca del término
``Shaday´´ que arriba hemos traducido como ``Todopoderoso´´. Es la palabra que, hasta el día de hoy, figura
en la parte exterior de la ``mezuzá´´ que clavamos en la jamba derecha de la puerta de entrada de cada casa
donde habita un judío.
Ibn Ezra trae a colación las opiniones de varios sabios judíos de su época o anteriores a él, y también la
traducción de esta palabra al árabe, según la trae uno de ellos, quien se basa en otro pasaje bíblico que
habla de ``kol shaday´´, una ``voz poderosa´´ (Ezequiel Cap.1 Vers.24); e Ibn Ezra concluye diciéndonos: ``y
lo explicó bien´´.
Aplicado al ``Shaday´´ que figura en la ``mezuzá´´, la ``vox populi´´ hoy entre los judíos afirma que son las
iniciales de ``Shomer daltot Israel´´, D´´s que ``cuida (o: protege) las puertas de (las casas) de Israel´´; y
posiblemente sea esta la explicación que conoce más de uno de los lectores de esta nota.

***
Más adelante en nuestra parashá de hoy se inicia la serie de las diez plagas que azotarán al Faraón y a su
país, para convencerlo a que deje salir libres a los hijos de Israel.
La primera de estas plagas fue que las aguas del Nilo se convirtieron en sangre. O, como procuran explicarlo
quienes quieren verlo como un fenómeno natural, el río comenzó a arrastrar abundante limo desde el norte
del país, al punto de que parecía rojo, como si estuviera lleno de sangre.
Pero lo interesante del caso es que el acto simbólico que llevó a este fenómeno lo ejecutó Aarón, el hermano
de Moisés, y no este último: ``Y dijo el Eterno a Moisés: `Dile a Aarón: toma tu vara y extiende tu mano sobre
las aguas de Egipto, sobre sus arroyos y sus ríos, sus lagunas y todos sus depósitos de agua, y se
convertirán en sangre´´ (Shemot-Exodo Cap.7 Vers.19).
Aquí acota Rashí que no fue Moisés el ejecutor del acto simbólico que provocó esta plaga, sino Aarón. ¿Y
por qué?
Porque muchos años antes, cuando Moisés todavía era un bebé y fue introducido a las aguas del Nilo
acomodado en una canastita para cumplir con la orden del Faraón que mandaba echar al río a todos los
hijos varones que les nacieran a los hebreos (según Shemot-Exodo Cap.1 Vers.22), entonces el río Nilo
protegió a este pequeño navegante y lo llevó a buen destino (y no a la muerte, a la que el decreto del Faraón
lo tenía destinado).
Como deuda de gratitud que tenía con el río -acota Rashí- no fue Moisés quien provocaría en el Nilo esta
nociva transformación de las aguas en sangre, sino que la triste tarea le fue encomendada a su hermano
Aarón.
Y lo mismo se repite un poco más adelante con la segunda plaga: los sapos salieron de las aguas al
extender Aarón (y no Moisés) su mano sobre ellas (ver íd. Cap.8 Vers.2).
Los ``naturalistas´´ dirían que debido al limo que arrastraban las aguas del Nilo, los sapos ya no pudieron
vivir más allí, y por eso tuvieron que ascender a tierra firme.

***

En estas dos primeras plagas que azotaron a Egipto -la sangre y las ranas- también los sabios y magos de la
corte del rey egipcio tuvieron cierta intervención en el advenimiento de las mismas, pero no en su detención.
Al llegar la tercera plaga, en cambio -la de los piojos- ``también hicieron así (extender el brazo con el bastón)
los magos con sus hechizos, para producir los piojos, pero no lo lograron; y fue la plaga de los piojos en los
hombres y en los animales´´ (íd. Cap.8 Vers.14).
Y aquí acota Rashí la causa de este fracaso de los hechiceros del Faraón: porque los demonios no tienen
poder sobre criaturas que son más pequeñas que un grano de cebada.
Pero... ¿qué pasaría con las criaturas más grandes?

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***
Ante el fracaso de su esfuerzo, ``los magos dijeron a Faraón: `Es el dedo de D´´s´ (ibíd. Vers.15),
posiblemente con la intención de insinuarle la intervención divina en el episodio.
Comenta Rashí: los piojos ya no son resultado de alguna brujería de las que conocemos aquí en Egipto.
E Ibn Ezra explica: cuando los magos del Faraón vieron que, a diferencia de las dos plagas anteriores, ésta
de los piojos ellos ya no podían imitarla más, le dijeron al monarca que ella provenía de D´´s, tal como lo
anunciaba el horóscopo del país de Egipto; ``pues como ya lo expliqué -así Ibn Ezra- Faraón no negaba la
existencia de un Creador, sino sólo el nombre (de ese D´´s) que invocaba Moisés´´, y por eso ``se endureció
el corazón del Faraón y no les hizo caso (a Moisés y a Aarón), tal como lo había dicho el Eterno´´ (Vers.15).
Tradiciones judías posteriores, recogidas en nuestra ``Hagadá shel Pesaj´´ o ``Relato de la Pascua´´ que
leemos en la noche del Seder, la primera de la fiesta de Pesaj, ponen atención en el detalle de que los
magos del Faraón hablan del DEDO de D´´s.
Mientras que más tarde, al producirse el éxodo de los hijos de Israel, el texto bíblico nos habla de que ``vio
Israel la grande MANO que aplicó el Eterno a Egipto´´ (íd.Cap.14 Vers.31).
Así como en la mano hay cinco dedos, así -afirman esas tradiciones- si la plaga de los piojos fue
denominada ``un DEDO de D´´s´´, podemos deducir que junto a la orilla del mar, cuando los carros de guerra
de los egipcios quedaron sepultados bajo las olas, D´´s los hirió con plagas quintuplicadas; en la misma
proporción como la MANO abarca cinco DEDOS.

***
Otra razón más por la que ``se endureció el corazón del Faraón´´, según Ibn Ezra, pudo haber sido la
siguiente: porque los magos le dijeron que se trataba del ``dedo de D´´s``, pero no especificaron: ``el dedo
del Eterno´´, que es el D´´s de Israel.
En cambio en la plaga anterior, la de las ranas, el Faraón había pedido expresamente a Moisés y a Aarón:
``Pedid al Eterno que quite las ranas de mí y de mi pueblo´´ (íd.Cap.8 Vers.4).
¡Harían falta siete plagas más para obtener del monarca egipcio el permiso de salida para los hijos de Israel
esclavizados en el país del Nilo!
Lo seguiremos viendo más adelante en estas notas.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 07/01/2005
PARASHAT BO
La puja entre Moisés y el Faraón
Con cariño a mi nieto Lior Ashiri, en el shabat de su Bar Mitzvá.
En nuestra parashá de esta semana continúan las plagas que hieren al Faraón y a su país, para que deje en
libertad a los hijos de Israel que tiene esclavizados y que trabajan para él. ``Bo el Paró´´ le dice D´´s a
Moisés; ``Llega (o: anda) hasta el Faraón (Shemot Cap.10 Vers.1) y anúnciale para mañana una nueva
plaga: `Porque si te niegas a dejar ir a Mi pueblo -manda decirle D´´s- mañana traeré langosta en tu confín. Y
cubrirá la faz de la tierra; y no se podrá ver la tierra, y comerá todo el resto de lo que les quedó del granizo
(la plaga anterior) y comerá todo árbol que les crece del campo´´´ (ibíd. Vers.4-5).
Ibn Ezra, en su comentario a este pasaje, menciona la opinión de un estudioso llamado Yéfet, quien señala
lo siguiente: pasó mucho tiempo entre la plaga anterior (el granizo) y la presente (la manga de langostas). Lo
podemos deducir del pasaje bíblico que dice: ``todo árbol que les crece en el campo´´. Es decir: que alcanzó
a crecer otra vez, después de lo que destruyó el granizo.
Luego de hacer este anuncio, Moisés y Aarón se retiraron del palacio del rey. Pero los criados y servidores
de la corte real esta vez intervinieron ante el monarca y le dijeron: ``¿Hasta cuándo éste (alusión a Moisés)
nos será como tropiezo? ¡Deja salir a esta gente, y que adoren al Eterno su D´´s! ¿Acaso no sabes aún que
Egipto está perdido? (ibíd. Vers.7).
Entonces trajeron a Moisés y a Aarón de vuelta ante la presencia del monarca -Rashí explica que fue
enviado un mensajero a traerlos- y el rey les concede: ``¡Andad y rendid culto al Eterno vuestro D´´s!
¿Quiénes son los que irán?`` (Vers.8).
Aquí comenta Rambán (o Najmánides: Rabí Moshé ben Najmán, un sabio judeo-español del siglo XIII d.C.
que ya hemos presentado en estas notas; ver Aurora del 21.10.04) que el Faraón estaba dispuesto a dejar ir
a los jefes del pueblo de Israel, a los ancianos y a los guardianes. Pero Moisés le da una respuesta que no
esperaba: ``Con nuestros jóvenes y nuestros ancianos iremos, y con nuestro ganado menor (ovejas y
cabras) y con el vacuno, pues es para nosotros una fiesta del Eterno´´ (Vers.9).
Ibn Ezra acota brevemente: ``Para sacrificar (en Su honor)´´, y es un mandamiento que rige para todos
nosotros.

***
Además -así Ibn Ezra- ahora el Faraón comprende que los hijos de Israel quieren abandonar Egipto para no
volver más. Ya que Moisés no dice nada de un posterior regreso de ellos al país. Pues no quiso engañar al
monarca egipcio.
Sólo había pedido: ``Iremos, te ruego, un camino de tres días (a pie) por el desierto, y haremos sacrificios
para el Eterno nuestro D´´s`` (íd. Cap.5 Vers.3).
Los egipcios estaban convencidos que después de cumplir con su acto religioso en el desierto, los esclavos
hebreos retornarían al país y a sus trabajos forzados. Por eso -así el sabio español- cuando antes de su
éxodo pidieron prestados de los egipcios objetos de oro y de plata, ``se los prestaron´´ (según se lee más
adelante en nuestra parashá de hoy: Cap.12 Vers.36).
Ante este proyecto de fuga en masa de sus esclavos, el Faraón responde irónicamente: ``¡Así el Eterno esté
con vosotros, como que yo dejaré iros a vosotros y a vuestros niños!´´ (Cap.10 Vers.10). Vale decir: ¡ni lo
uno, ni lo otro! Y él todavía les advierte: ``¡Mirad, que tenéis `ra´á´, una `mala intención´ delante de vuestros
rostros!´´ (ibíd.).
Acerca de esta ``ra´á´´ o ``mala intención´´ comenta Rashí que hay una leyenda según la cual existe una
estrella denominada ``Ra´á´´, y aquí el Faraón habría prevenido a los hijos de Israel: ``Veo en mis
horóscopos que esta estrella habrá de toparos en el desierto, y ello es señal de sangre y de matanza´´.
Más adelante -así Rashí-, cuando los hijos de Israel pecaron y adoraron el becerro de oro, Moisés alega en
la plegaria que eleva a D´´s para implorar Su perdón por el pecado del pueblo: ``¿Por qué hablarán los
egipcios diciendo que con `ra´á´ los ha sacado (a Israel de Egipto) para matarlos en las montañas y para
aniquilarlos de la faz de la Tierra?´´ (Shemot-Exodo Cap.32 Vers.12).
O sea que ``ra´á´´, de ``mal´´ en abstracto, pasaría a ser una ``mala estrella´´, un mal augurio. Y el Faraón
aquí procuraría prevenir a Moisés contra esto.
Y el monarca egipcio continúa diciendo:
``No así. Id los varones y rendid culto al Eterno, pues es eso lo que pedís´´ (íd. Cap.10 Vers.11).
Acota Rashí: ``Los que suelen participar en el sacrificio son los hombres -replica el rey- ¡pero no los niños!´´
Vale decir: las mujeres y los niños se quedarán en Egipto, como rehenes que aseguren el retorno de los
hombres a su trabajo, una vez acabado el culto religioso en el de- sierto.
``Y los echaron (a Moisés y a Aarón) de delante del Faraón´´ (ibíd. Vers.11).
Tales los prolegómenos que precedieron a la octava plaga, la de las langostas.

***
Le siguieron a ésta tres días de oscurecimiento total, provocado quizás por las mismas langostas que

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impidieron el paso de los rayos del sol.


Para poner fin a la calamidad, Moisés y Aarón son convocados de urgencia al palacio otra vez. El Faraón les
dice: ``Id a rendir culto al Eterno; sólo vuestro ganado menor y vacuno se quedará. ¡También vuestros niños
irán con vosotros!´´ (íd. Cap.10 Vers.24).
Pero Moisés no acepta dejar en Egipto a toda la hacienda de los hijos de Israel, y esgrime para su negativa
un argumento muy lógico. Hasta que no lleguemos al lugar del sacrificio, no sabemos qué piezas del ganado
nos va a pedir D´´s para el sacrificio. No sólo que tenemos que llevarlo todo, ``no quedará (ni) una
pezuña´´(Vers.26), sino que también ``tú (Faraón) darás en nuestra mano sacrificios y holocaustos, y los
ofrendaremos al Eterno nuestro D´´s´´ (Vers.25).
De la ``pezuña´´ -en hebreo, ``parsá´´- nos cuenta Rashí que en su país (la Francia del siglo XI d.C.) la
llamaban ``planta´´. Y esto en seguida nos hace recordar la ``planta´´ del pie de nuestro idioma español.
Además, a Moisés y a su hermano los expulsaron para siempre de la corte.
``¡Cuídate, no volverás a ver mi rostro. El día en que veas (de vuelta) mi rostro, morirás!´´ (Vers.28), le dice
el Faraón.
Y Moisés le responde con respeto: ``¡Así has dicho. No volveré más a ver tu rostró´´ (Vers.29).
Y así terminó esta tensa entrevista.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 14/01/2005
PARASHAT BO
El éxodo: la salida de Egipto
Las diez plagas con que D´´s azotó Egipto ya habían surtido su efecto. El Faraón dejó partir a los hijos de
Israel, tal como Moisés y Aarón se lo habían pedido. Y entonces -así comienza nuestra parashá de hoy-
``beshalaj Paró en ha-am´´, ``cuando el Faraón dejó ir al pueblo´´ (Shemot-Exodo Cap.13 Vers.17), D´´s no
los condujo a través del país de los filisteos, aproximadamente lo que hoy se llama la ``Franja de Gaza´´, que
otrora como en el presente es el camino más directo para llegar desde Egipto a la tierra de Israel.
Y la Biblia también agrega: ``porque (ese camino) era muy cercano´´. Ibn Ezra, en su comentario, dice así al
respecto: ``Se sabe que desde Egipto hasta Jerusalem, por el camino de los filisteos, la distancia no es
grande: como diez jornadas de andar en camino recto.
¿Y por qué D´´s evitó que fueran por ese camino?
``Porque dijo D´´s: No sea que el pueblo se arrepienta cuando vea guerra, y retorne a Egipto´´.
Vale decir: si los filisteos, que habitaban en esa franja de tierra, saldrían a la guerra contra los hijos de Israel,
éstos todavía no estaban maduros para un enfrentamiento semejante. Y Rashí comenta: ``Ese `camino
cercano´ habría sido muy adecuado para retornar a Egipto´´.
El comentario de Sforno aquí señala que la intención divina era llevarlos al monte de Sinaí para que allí
recibieran la Torá, y sólo de allí, conducirlos a la Tierra Prometida. Y por el momento, llevarlos hasta la orilla
del Mar Rojo, una ruta que no conducía a ninguno de estos dos sitios. Para que viesen cómo el Faraón y sus
carros de guerra sucumbirían ahí, en las aguas de ese mar.
...
Mirándolo con ojos modernos: esa franja de los filisteos, cuya principal ciudad era Gaza (¡ya entonces!)
constituía un obstáculo (quizás insalvable) en el camino hacia la Tierra Prometida, y por eso D´´s no los
condujo por esa ruta.
En cambio anduvieron rumbo al ``Iam Suf´´, literalmente el ``Mar de Junco´´, y hoy se considera que es el
actual Mar Rojo. No olvidemos que el Canal de Suez, inaugurado en 1869, modificó de gran manera el mapa
hidrográfico de Egipto, y quizás por eso resultaría imposible buscar en el mapa del actual Mar Rojo -que en
hebreo sigue llamándose ``Iam Suf´´- el punto en el cual quedaron sepultadas las huestes del Faraón, y por
donde los hijos de Israel cruzaron las aguas.
...
¿Por qué el Faraón salió en persecución de los hijos de Israel?
Porque ``le fue dicho al rey de Egipto que el pueblo había huído. Y se dio vuelta el corazón del Faraón y de
sus siervos (o sea: cambiaron de parecer) respecto al pueblo, y dijeron: `¿Qué es esto que hemos hecho,
que hemos dejado ir a Israel, de servirnos (como esclavos)?´´´ (íd.Cap.14 Vers.5).
Rashí se pregunta: ¿Quién fue el que le dio la noticia al Faraón? Y contesta: El rey mandó con ellos
``ictorín´´ -quizás ``funcionarios´´- y éstos comprobaron que después de ir tres días por el desierto, los hijos
de Israel no se detuvieron para ofrendar sacrificios en honor de D´´s, tal como lo habían pedido. Entonces
-sigue Rashí- al cuarto día estos ``ictorín´´ regresaron a Egipto a darle la noticia al Faraón, y al quinto día el
rey, al frente de sus carros de guerra, salió a perseguir a los fugitivos.
Resulta interesante esta palabra ``ictorín´´ que Rashí usa en su comentario. No señala que es vocablo
extranjero, sino que trae el término con un plural en arameo, la terminación ``ín´´, como una palabra ``ictor´´
que todos a su alrededor conocen. Suena a voz tomada del latín, y una de las ediciones de Rashí que
estamos usando agrega entre paréntesis la explicación ``aguenten´´, en idish o alemán. Vale decir:
``agentes´´ en español. Y en latín, el paso de ``agente´´ a ``actor´´ es muy breve.
...

¿Qué pasó después de que el Faraón salió en pos de sus esclavos fugitivos?
``Los alcanzó cuando acampaban junto al mar. Todos los caballos y carros del Faraón, y sus jinetes, y su
ejército; junto a Pi Hajirot, delante de Baal Tzefón´´ (ibíd. Vers.9). Pero a pesar de estos datos tan precisos
que nos da la Biblia, no podemos saber hoy dónde fue el encuentro. No nos quedaron mapas de los tiempos
de Moisés. Y además, como ya hemos dicho, la construcción del Canal de Suez modificó bastante la
geografía de esa zona.
Y aquí, angustiados al verse atrapados entre el mar que tenían por delante y las tropas egipcias que se
acercaban por atrás, los hijos de Israel prorrumpen en protestas desesperadas contra Moisés:
``¿Acaso no había tumbas en Egipto, para que nos llevaras a morir en el desierto? ¿Qué es esto que nos
has hecho, de sacarnos de Egipto?´´ (ibíd. Vers.11).
Rambán -Rabí Moshé ben Najmán o Najmánides-, un comentarista que también ya conocimos aquí,
observa: ¿por qué no dicen en su protesta que nos llevas ``a morir en la guerra´´? Y responde: porque ellos
todavía no habían estado nunca en una. Pero en el desierto, ellos sabían que uno podía morirse de hambre
o de sed.
...
Moisés procura apaciguar al pueblo rebelde: ``¡No temáis! -les dice-. ¡Quedad firmes y mirad la salvación

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que D´´s hoy va a hacer con vosotros! Porque así como veréis a los egipcios hoy, no volveréis a verlos más,
hasta la eternidad. El Eterno luchará por vosotros, y vosotros callaréis´´ (ibíd. Vers.13-14).
Aquí Ibn Ezra pregunta: ¿cómo es que un conglomerado tan grande -los 600.000 varones de Israel- no
puede luchar para salvar sus vidas y las de sus hijos?
Y responde con un interesante argumento psicológico: porque los egipcios habían sido los amos de Israel, y
esta generación de los que salieron de Egipto, desde su juventud aprendió a sufrir el yugo egipcio, y tenían
el alma humillada. ¿Cómo podrían ahora luchar contras sus anteriores amos? Israel estaba debilitado, y no
preparado para una guerra.
...
El transcurso de la escena que siguió, con los egipcios que se ahogaban en las aguas del mar, el lector de
nuestra época quizás lo recuerda por haber visto la monumental película de Hollywood ``Los Diez
Mandamientos´´ dirigida por Cecile de Mille. Y en caso contrario, hay muchas otras obras de arte donde
artistas gráficos dieron rienda suelta a su fantasía para intentar reproducirla: cuadros de pintores famosos,
ilustraciones de la ``Hagadá´´ o ``Relato de Pésaj´´, o Biblias con ilustraciones.
Las aguas del mar retrocedieron, empujadas por un viento del Este, y los hijos de Israel avanzaron por el
lecho del mismo que había quedado al descubierto. Pero cuando los pesados carros de guerra egipcios se
lanzaron en pos de ellos, dejó de soplar el viento, las aguas volvieron a su nivel normal y los carros
atascados en el barro no pudieron retroceder.
``Y vio Israel la mano grande que el Eterno había aplicado a los egipcios, y temió el pueblo al Eterno; y
tuvieron fe en el Eterno y en Moisés Su siervo´´ (íd. Cap.14 Vers.31).
La ``mano grande´´ de D´´s, Rashí la explica como ``la gran hazaña´´ que cumplió ese poder divino.
Y a continuación de estas palabras, sigue el himno de la victoria que entonan Moisés y los hijos de Israel en
honor de D´´s que les envió tamaña salvación.
Puede leérselo en Shemot-Exodo Cap.15, desde el comienzo hasta casi el final del mismo.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 21/01/2005
PARASHAT YITRO
Yitró y su aporte a la Torá
Cada vez que llega Parashat Yitró, las teclas que uno aprieta para escribir las presentes notas tienden a
saltar el tema principal de esta parashá -los Diez Mandamientos o Decálogo que figuran en ella (en
Shemot-Exodo Cap.20 Vers.1 en adelante)- y omiten a quien da su nombre a la parashá: Yitró (en español:
Jetró), el sacerdote de Midián en cuyo hogar Moisés había hallado refugio cuando escapó de Egipto.
La historia se inicia a comienzos del libro que estamos leyendo. Moisés huye de Egipto (porque allí mató a
un capataz egipcio que azotaba a un esclavo hebreo), llega a Midián (¿en la península de Sinaí?) y allí se
acerca a un pozo de agua. Al lugar concurren siete pastoras para dar de beber a sus ovejas, pero se
presentan unos pastores varones y las echan de allí. Moisés ``les ayuda a ellas´´ (Shemot-Exodo Cap.2
Vers.17) y por lo tanto las siete pastoras, que eran hermanas, regresan con el ganado a casa antes de lo
acostumbrado, ``a lo de Reuel, el padre de ellas´´ (Vers.18).
Este les pregunta: -¿Qué pasó, que hoy volvisteis más temprano? Y ellas les explican: -Había allí un hombre
egipcio (Moisés, vestido a lo egipcio) que nos ayudó contra los pastores, y también nos ayudó a sacar agua
del pozo (según el Vers.19). Entonces el padre les dice, tajante: -``Veaió´´, ¿y donde está él? (Vers.20). Y les
explica a sus hijas: -¿Por qué lo abandonasteis a ese hombre? Id, llamadlo, convidadlo a que venga a comer
a casa. La Biblia dice: ``Llamadlo, y que coma pan´´ (Vers 20).
Ese padre que enseña a sus hijas a ser agradecidas con quien les había brindado ayuda es Yitró, el
sacerdote de Midián que da su nombre a nuestra parashá de hoy.
Allí, en el episodio de Moisés junto al pozo, leemos que las hijas ``llegaron hasta Reuel, su padre´´ (id. Cap.2
Vers.18), e Ibn Ezra explica que Reuel era el padre de Yitró, o sea, en realidad, el abuelo de esas siete
pastoras.
Moisés aceptó la invitación, no sólo para una comida, sino para quedarse a vivir allí: ``Y consintió Moisés a
vivir con el hombre (ibid. Vers.21), a lo que acota Ibn Ezra: quizás el nombre de ests último no era Yitró ben
(hijo de) Reuel, por eso la Torá dice ``el hombre´´ sin decirnos cómo se llamaba exactamente. Y le dio por
esposa a Moisés a una de sus siete hijas, Tziporá (en español: Séfora), cuyo nombre podría significar un
``pájaro hembra´´, ya que ``tzipor´´ a secas, en hebreo es un pájaro.

...

Tal como ya lo vimos varias veces en el primer libro de la Torá, en un pueblo de pastores el pozo adonde los
rebaños son llevados para beber se vuelve también el lugar donde pastores varones y mujeres se
encuentran, y de ahí resultan diversos matrimonios (Eliezer encontró a Rebeca para su amo Isaac, y Jacob
la halló junto al pozo a Raquel).

...

Yitró, el ``sacerdote de Midián´´, aparece en la Torá con diversos nombres. Rashí afirma que son siete, y con
él hay quienes dicen que Reuel era uno de ellos (a diferencia de Ibn Ezra que, como vimos, afirma que Reuel
era el padre de Yitró). Otro nombre es Jovav, tal como se lee en el Libro de los Jueces (Shoftim, Cap.4
Vers.11): ``de los hijos de Jovav, el suegro de Moisés´´.
Y en otro libro de la Torá, Bamidbar-Números Cap.10 Vers.28, leemos que ``Moisés le dijo a Jovav ben (el
hijo de) Reuel el medianita, el suegro de Moisés´´. Aquí, en hebreo tanto como en español, resulta un poco
anbiguo si ``el suegro de Moisés´´ se refiere a Jovav o a Reuel. Según Ibn Ezra (en su comentario a
Shemot-Exodo Cap.2 Vers.18), está claro que Jovav era Yitró y Reuel, el padre de éste.
En otro pasaje del libro que estamos leyendo, a Yitró le falta (en hebreo) la última letra en el nombre: ``Y fue
Moisés, y regresó a Yéter, su suegro´´ (Shemot-Exodo Cap.4 Vers.18). Dice en hebreo Y-T-R en vez de
Y-T-R-V (donde la V se lee como vocal O).

...

Y volviendo a nuestra parashá de esta semana, ella comienza con las palabras ``Y escuchó Yitró, el suegro
de Moisés, todo lo que había dicho D´´s a Moisés y a Su pueblo, Israel, y que el Eterno sacó a Israel de
Egipto´´ (Shemot-Exodo Cap.18 Vers.1).
Rashí se pregunta: ¿cuáles fueron las noticias que escuchó Yitró? Y responde: la travesía del mar y la
guerra contra Amalec (ésta última, relatada a fines de la parashá anterior, Shemot-Exodo Cap.17 Vers.
8-16).
¿Qué hizo Yitró cuando escuchó todo eso? La misma Torá nos lo relata así: ``Y tomó Yitró, el suegro de
Moisés, a Tziporá, la esposa de Moisés, después del envío de ella´´ (id. Cap.18 Vers.2). Nuestros sabios se
preguntan con razón: ¿qué es eso del ``envío´´ de ella (shilujéha, en hebreo)?
Rashí dice: cuando D´´s encomendó a Moisés -todavía en el desierto- la misión de ir a Egipto para sacar de

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allí a los hijos de Israel, entonces ``tomó Moisés a su mujer y a sus hijos, los montó sobre el burro y retornó a
la tierra de Egipto´´, tal como se lo leyó hace varias semanas en la primera parashá del libro Shemot-Exodo
(Cap.4 Vers.20).
Entonces -así Rashí- salió al encuentro de ellos Aarón, el hermano de Moisés, ``y lo encontró en el monte de
D´´s, y lo besó`` (ibid. Vers.27). Y Aarón la preguntó: ¿Quiénes son estos? Moisés respondió: Es mi mujer
con la que me casé en Midián, y estos son mis hijos. Entonces preguntó Aarón: ¿Y adónde los llevas?
Moisés respondió: A Egipto. A lo que Aarón contestó: Nos estamos lamentando que los primeros, los hijos
de Israel que migraron a Egipto con Jacob, que el Faraón no los quiere dejar ir, ¿y ahora tú vas a agregarles
a estos más (como esclavos de la corona)?
Entonces Moisés indicó a Tziporá: Retorna a la casa de tu padre con los niños.

...

De paso: los dos hijos de Moisés y nietos de Yitró se llamaban, el primero Guershom (en español, Gersón),
pues dijo (Moisés, al darle ese nombre): He sido ``guer´´, ``residente foráneo´´ en un país extranjero (alusión
de la partícula ``shom´´ al adverbio ``sham´´, ``allá´´) (Shemot-Exodo Cap.18 Vers.3).
Y al segundo lo llamó Eliézer, ``pues el D´´s de mi padre me ayudó (`be-ezrí´) y me salvó de la espada del
Faraón (que amenazaba castigarme por haber yo matado a un capataz egipcio)´´ (ibid. Vers.4).
Una vez ya conocimos aquí a un personaje que también se llamaba Eliézer: el servidos de Abraham, ese
cuyas letras sumaban el número 318.

...

Moisés y Yetró vuelven a encontrarse junto al ``monte´´ de D´´s; Yitró, con Tziporá, y los dos hijos llegaron
hasta el campamento que los hijos de Israel habían establecido en el lugar. ``Y dijo a Moisés: Yo, tu suegro,
Yitró, vengo hacia ti con tu mujer y tus dos hijos, que están con ella´´ (Vers.5). Rashí comenta con razón: ``Y
dijo a Moisés´´: mandó decirle por medio de un mensajero (shalíaj, en hebreo).
El reencuentro de Moisés con Yitró y con la familia fue muy cordial. Moisés se prosternó ante él y lo besó
(Vers.7), y después de esos respetos formales, se desataron en una amable plática en que el yerno le relató
al suegro ``todo lo que había hecho el Eterno al Faraón y a Egipto... y toda la aflicción que los topó en el
camino, y (cómo) el Eterno los salvó´´ (Vers.8).

...

Y también Yitró exclamó: ``Bendito sea el Eterno que os salvó de la mano de Egipto y de la mano del
Faraón, que salvó al pueblo de (estar sometido) debajo de la mano de Egipto´´ (Vers.10).
Acotemos, de paso, que según la tradición judía que mencionan nuestros comentaristas en sus glosas a
diversos pasajes, Yitró ya había abandonado el culto de los ídolos en los que creían los medianitas. Así se
explica como Moisés llegó a emparentarse con él.
Y ahora el suegro incluso se permite darls algunos consejos al yerno, cuando ve cómo ``se sentó Moisés a
juzgar al pueblo, y el pueblo se paró junto a Moisés desde la mañana hasta el anochecer´´ (Shemot-Exodo
Cap.18 Vers.13). Explica el comentario de Sforno: tenían que esperar ante Moisés a que él se desocupara,
para poder atender la causa de cada uno. Porque todas las disputas eran traídas ante Moisés, para que él
juzgara y resolviera los litigios que los unos tenían con los otros.
(Recordemos que también hoy en Israel, los diversos juzgados civiles están atiborrados de miles de
expedientes por resolver).
Con buen tacto, Yetró inicia así su intervención ante Moisés: ``¿Qué es esto que tú le haces al pueblo? ¿Por
qué estás sentado tú (solo), y todo el pueblo se presenta ante ti, desde la mañana hasta el anochecer?´´
(Vers.14). Ibn Ezra acota que esta es la disposición correcta en un tribunal: el juez, sentado, y los
contendientes, parados delante de él.
Y Moisés le responde a Yetró: ``El pueblo viene hacia mí para consultar a D´´s; cuando tienen una cosa
(`davar´, una disputa o causa) llegan hacia mí, y yo juzgo entre cada uno y su prójimo y les comunico las
leyes de D´´s y Sus enseñanzas´´ (Vers.15-16).
Entonces Yitró se permite dar un consejo al yerno: ``No es buena la cosa que tú haces; te marchitarás tanto
tú como este pueblo que está contigo. La cosa es demasiada pesada para ti, no podrás hacerlo tú solo´´
(Vers.17-18). Y le aconseja ``delegar funciones´´, como le llamaríamos hoy. Para los asuntos de menor
importancia, nombrar jueces de diversas categorías: para mil personas, para cien, para cincuente y para
decenas (según el Vers.21). ``Y juzgarán al pueblo en todo momento. Y toda cosa grande la traerán ante ti, y
toda cosa pequeña la juzgarán ellos´´ (Vers.22).
También hoy, en los diversos países democráticos, la administración de la justicia se reparte en diversos
tribunales, según la amplitud de las demandas presentadas y la ubicación geográfica de los querellantes. ¿Y
cómo deben ser esos jueces, según la definición que da Yitró? ``Hombres de bien, temerosos de D´´s,
hombres (amantes) de la verdad y enemigos del dinero´´ (Vers.21). Una definición que sigue válida hasta el
día de hoy.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 28/01/2005
PARASHAT MISHPATIM
Legislación civil en la Torá
``Y éstos son los mishpatim” que pondrás delante de ellos´´” (Shemot-Exodo Cap.21 Vers.1); con estas
palabras se inicia nuestra parashá del sábado próximo.
La traducción más aproximada de mishpatim”, plural de la palabra hebrea mishpat”, sería juicios”. Mishpat”
es un juicio” en un tribunal al cual a veces también se llama bet mishpat”, la casa del juicio”, y también es
juicio” en el sentido gramatical, una oración”.
Pero aquí, en esta parashá de hoy, más bien cabría traducir el término como ley”: ``Estas son las leyes que
tú, Moisés, pondrás delante de los hijos de Israel, para que las cumplan´´.
Sforno, en su comentario, señala que en la parashá anterior, los Diez Mandamientos o Decálogo acababan
con la indicación de no codiciar todo lo que es de tu prójimo” (íd.Cap.20 Vers.14), y que ahora, nuestra
parashá de hoy, viene a enseñarle al hombre qué es lo que pertenece al prójimo.
Rashí, en cambio, presta atención al prefijo hebreo ve” que precede a la palabra ele”:” ve-ele”, y éstas (son
las leyes)”, y sostiene que este prefijo ve”, viene a establecer un vínculo de similitud e igualdad con las leyes
del Decálogo que anteceden: así como éste le fue dado a Moisés y al pueblo de Israel en el monte de Sinaí,
así también lo fueron las leyes de la presente parashá.
Sforno, en su comentario, prosigue diciendo que aquí no se trata de leyes asé” (tú debes hacer” tal o cual
cosa) o lo taasé” (tú no debes hacer”la), sino que cuando se presenta un determinado caso, que sepas a qué
atenerte.
Como por ejemplo, la primera de esas leyes.
Cuando compres un esclavo hebreo, seis años trabajará; y en el séptimo (año) saldrá libre, sin pago” (ibíd.
Vers.2).
Vale decir que un hebreo vendido como esclavo (a veces, como pago de una deuda contraída) no podrá
estar más que seis años reducido a este estado; al comenzar el séptimo año debe salir en libertad, sin tener
que pagar nada por ello.
E Ibn Ezra comenta: antes de explicar cada ley o mandamiento, te diré (a ti, que lees esta glosa mía) una
regla, y es que cada ley fue establecida por separado, y no hay que buscar motivos, por qué tal o cual de
ellas viene seguida o precedida por otra. Y si no logramos hallar estos motivos, ello se debe a nuestra falta
de conocimiento.
Y como para el hombre no hay en el mundo nada más duro que estar al servicio de otro hombre igual a él,
por eso la primera ley es la del esclavo.
Una ley interesante que se lee un poco más adelante en nuestra parashá, es el caso de un marido que toma
una esposa adicional, además de la que ya tenía desde antes. (Recordemos que en los tiempos bíblicos se
practicaba la poligamia, que en gran parte del pueblo judío fue prohibida en la Edad Media, y que el Islam
admite hasta el presente).
Tres obligaciones debe cumplir el marido con su primera esposa, y no debe alterarlas por el hecho de haber
tomado una mujer más: a) los alimentos para su sustento; b) la ropa para su abrigo, y c) la frecuencia del
trato conyugal (o sea, de las relaciones sexuales con ella). Tal lo que prescribe nuestra parashá en
Shemot-Exodo Cap.21 Vers.10.
Otra ley, un poco más adelante (en Vers.18-19) habla de alguien que, en una pelea, lastimó a su prójimo
golpeándolo con el puño o con una piedra.
El herido tuvo que guardar cama para curarse, pero acabó por reponerse y caminó afuera, con su apoyo
(¿un bastón?). En tal caso el heridor quedará absuelto, pero deberá dar (una indemnización) por el tiempo
perdido, y la curación (de las heridas)”.
Ibn Ezra dice, acerca de la curación, que se trata de lo que los médicos curaron en sus heridas superficiales,
porque toda enfermedad dentro del cuerpo, su curación solamente está en manos de D”´´s.
Y trae como prueba de su aserto el caso de Asá, un rey de Judá por el año 900 a.C., de quien la Biblia nos
cuenta en el último libro de la misma que en el año trigésimo noveno de su reinado, Asá enfermó en sus
pies, muy gravemente, y también en su enfermedad no consultó al Eterno sino a los médicos” (Divrei
Hayamim Bet, Segundo Libro de las Crónicas Cap.16 Vers.12).
Avanzamos un poco más en nuestra parashá, y hallamos la Ley del Talión”: alma por alma, ojo por ojo,
diente por diente, mano por mano, pierna por pierna” (ibíd. Vers.23-24).
Rashí, en su comentario, nos cuenta que ya los sabios del Talmud discutían al respecto, si había que aplicar
la pena literalmente, o más bien mamón”, dinero”: había que pagar una indemnización por el daño causado.
Rambán (Najmánides, Rabí Moshé ben Najmán) señala en su comentario que en otro pasaje la Torá
prescribe que no tomaréis (o aceptaréis) rescate por el alma de un asesino” (Bamidbar-Números Cap.35
Vers.31); de ahí que debe pagar con su vida el crimen que cometió. Pero esta prohibición no rige para un
ojo, mano u otra parte del cuerpo humano que resultó dañada en el incidente. Por ella sí se puede aceptar
rescate”, lo que nosotros llamaríamos indemnización”.
Si un amo golpea a su esclavo y le inutiliza un ojo, o le hace caer un diente con el golpe, lo dejará en libertad

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a cambio de su ojo” (ibíd. Vers.26) o a cambio de su diente” (Vers.27). Y lo mismo rige para el amo que
golpeó a una esclava mujer.
Rashí pregunta en su comentario, por qué hace falta que la Torá mencione a estos dos órganos del cuerpo
humano a la vez. ¿No bastaría con uno solo?
Y nos explica la diferencia. Si la Torá indicaría solamente resarcir la pérdida de un ojo, podríamos argüir:
porque la persona nace con él (mientras que los dientes salen mucho más tarde).
Y si sólo hablaría del diente, podría argüirse: el diente de un niño tiene sustituto (el de la segunda dentición),
pero el ojo no. Por eso la Torá nos habla detalladamente de ambos, el ojo tanto como el diente. Y de ahí
deducen los sabios del Talmud que la ley abarca también a otros miembros del cuerpo humano: los dedos
de la mano, los del pie, las orejas, la nariz y el miembro viril.
A continuación la Torá nos presenta otro tipo de dañadores”, por así decirlo: un toro que da cornadas, o un
pozo que alguien abrió sin ponerle una tapa para evitar accidentes, y varios otros más.
Todas estas leyes dieron lugar a a amplias explicaciones y discusiones entre los sabios del Talmud, y los
principios que ellos establecieron, en mayor o menor grado, también rigen para dañadores” modernos,
máquinas y automóviles, por ejemplo.
Y están anclados en los códigos civiles de Israel y de muchos otros países del mundo.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 04/02/2005

Las ofrendas para el santuario


En parashat Terumá -la de esta semana- se describe la construcción del Tabernáculo, el santuario portátil
que los hijos de Israel llevaron consigo durante la travesía del desierto y que también después, en Canaán,
fue el centro de la vida religiosa del pueblo, hasta que Salomón construyó el Templo de Jerusalem.
El motivo por el cual había necesidad de construír un santuario -comenta Ibn Ezra- era para servir de morada
de D´´s, donde El hablaría con Moisés, de modo que éste no tuviese que subir otra vez al monte de Sinaí.
``Terumá´´ significa ``ofrenda, contribución´´, y es la primera palabra distintiva que figura en el segundo
versículo de nuestra parashá: ``Y habló el Eterno a Moisés diciendo: `Habla a los hijos de Israel, y que tomen
ofrenda (terumá) para Mí; de todo hombre cuyo corazón la ofrezca voluntariamente, tomaréis Mi ofrenda´´´
(Shemot- Exodo Cap.25 Vers.1-2).
Rashí comenta: ``Y que tomen ofrenda para Mí´´: en nombre Mío (puesto que D´´s no tiene necesidad de las
ofrendas de los hombres). Y Rashbam explica qué es la ``terumá´´: una contribución del dinero (``mamón´´)
que ellos -los hijos de Israel- poseen.
Y como lo estamos mencionando por primera vez en nuestras notas, vamos a presentarle aquí al amigo
lector o lectora al comentarista bíblico que, uniendo sus iniciales con dos vocales A, nuestra tradición suele
llamar Rashbam: se trata de Rabí Shmuel ben Meír, que vivió en Francia desde el año 1080 hasta 1160
(fechas aproximadas). Fue nieto de Rashí, a quien ya conocemos aquí desde hace mucho tiempo. Estudió
en la academia talmúdica de su abuelo en Troyes, escribió comentarios a la Biblia y al Talmud, diversas
poesías religiosas (``piutim´´) e incluso un libro de Gramática hebrea. Sólo parte de sus escritos quedaron
conservados y llegaron hasta nosotros. Incluso se perdieron parte de sus comentarios a la Torá. Fue
contemporáneo de Ibn Ezra, que era un poco más joven que él. Los comentarios de Rashbam procuran dar
una explicación sencilla de los textos, sin desviarse hacia casuísticas o malabarismos del pensamiento.

·**
·
¿Cuáles eran esas contribuciones que fueron requeridas del pueblo de Israel para construír ese santuario?
Desde el Vers. 3 en adelante leemos su enumeración: ``Oro, plata, cobre, ``tejélet´´ (explica Rashí: lana
teñida en la sangre de un molusco, y su color era verde. Hoy en hebreo se usa ``tejélet´´ para ``celeste´´),
púrpura y tela roja, y lino, y pelo de cabras; y cueros de carneros rojos -Rashí explica: después de
elaborados, se los tiñó de rojo- y pieles de ``tájash´´ -un animal que vivía por los tiempos bíblicos, según
acotan Rashí e Ibn Ezra al unísono, pero del cual no saben darnos más detalles. Ibn Ezra señala que
también se lo menciona en otro pasaje bíblico: ``Te he vestido con bordados y te he calzado con zapatos de
tájash´´ (Ezequiel Cap.16 Vers.10), y por lo visto era lo que hoy llamaríamos un ``cuero de lujo´´ - y maderas
de acacia. Y aceite para la iluminación; especias para el aceite de ungir, y para el incienso aromático; y
piedras preciosas para el ``efod´´ y para el pectoral.
``Y harán un santuario para Mí, y Yo residiré en medio de ellos (de los hijos de Israel)´´ (Shemot-Exodo
Cap.25 Vers.3-8).

·**
·
Acerca de los tres metales -oro, plata y cobre- señala Rashí que eran donados voluntariamente, con
excepción de la plata: ésta provenía de un impuesto de medio shékel de plata (una moneda que pesaba
unos 7-8 gramos) que todo judío mayor de edad debía aportar anualmente a la caja del santuario -o más
tarde, del Templo- para sufragar los diversos sacrificios que allí se ofrecían a D´´s de parte del pueblo de
Israel.
Este fue, lingüísticamente hablando, el lejano antecedente de la moneda ``shékel´´ que usamos hoy en el
Estado de Israel. Y por su origen etimológico -la raíz hebrea SH-K-L conforma el verbo ``pesar´´- presenta un
desarrollo análogo al ``peso´´ que se usa en varios países latinoamericanos, y que también deriva del verbo
``pesar´´ en español.
En su forma españolizada, al ``shékel´´ algunas traducciones de la Biblia lo llaman ``siclo´´.

***

Todavía queda por explicar la palabra ``efod´´ que hemos mencionado más arriba en su forma original
hebrea. Era una pieza de vestir, engarzada de piedras preciosas, que llevaba puesto Aarón como Gran
Sacerdote; y después de él, sus descendientes que le siguieron en esas funciones.
Al ``efod´´ se lo describe en detalles en la parashá de la semana próxima, en Shemot-Exodo Cap.28
Vers.6-12. Cubría el pecho y la espalda del sacerdote que lo llevaba. Y de esta raíz Alef (muda)-F-D del
``efod´´, surgió en hebreo moderno la palabra ``afudá´´ para denominar lo que en el uso civil llamamos
``pulóver´´, y en algunos casos especiales ``chaqueta de protección´´ contra las balas (en el Ejército) o
contra el fuego (en el Cuerpo de Bomberos).

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***

Recogidas de este modo las materias primas, los hijos de Israel -y un equipo de artesanos encabezados por
Betzalel ben Urí, que nos será presentado dos parashot más adelante, en Shemot-Exodo Cap.31 Vers.2-
recortaron y armaron con los maderos el Arca portátil en el cual se guardaron las Tablas del Decálogo, y las
imágenes de los dos querubines de oro que lo cubrían por arriba; la mesa del santuario, también con
argollas y varas para poder transportarla de un lugar a otro; el candelabro de oro macizo, quizás al estilo de
aquél cuya imagen quedó perpetuada en el Arco de Tito en Roma, y que hoy constituye el escudo del Estado
de Israel; y el altar para los sacrificios, y las vestiduras del Sumo Sacerdote, y el armazón y la tela del
tabernáculo mismo, como también las argollas y las varas para su transporte.

***

En el fragmento de Shemot-Exodo Cap.25 Vers.31, el texto detalla cómo debe ser construído el candelabro
de los siete brazos (la ``menorá´´, en hebreo), y allí leemos que de una sola pieza ``teiasé´´, ``será hecha´´
esta ``menorá´´. Esta palabra ``teiasé´´ cuenta en hebreo con cinco letras: T-Y-Ayin(muda)-S-H. Sacándole
la segunda de ellas, la Y (iod), nos quedaría ``ta´asé´´, ``harás´´.
En esencia, en ambas versiones el resultado final sería el mismo: de oro puro ``será hecho´´ el candelabro, o
bien ``harás´´ el candelabro.
Ibn Ezra, en su comentario, nos cuenta que alcanzó a conocer rollos de la Torá que decían ``teiasé´´, con la
letra Y, y otros, donde ella faltaba. ``He visto libros (manuscritos de la Torá) que habían sido revisados por
los sabios de Tiberíades (donde por esa época vivían diversos gramáticos que establecieron el texto
definitivo de la Torá), y quince de los ancianos de ellos juraron que revisaron tres veces cada palabra del
texto, y allí estaba escrito ``teiasé´´, con Y (``será hecho´´), cosa que no he hallado nunca en los rollos (de la
Torá) en España, en Francia y allende del mar (como los que yo, Ibn Ezra, solía conocer).
Una observación en cierto modo ingenua de nuestro sabio español, pero revolucionaria en el sentido de que
los textos de la Torá no eran iguales en todo el mundo judío de aquella época ¡y quién sabe, entonces, con
cuánta fidelidad (o no) fueron transmitidos a la posteridad desde los tiempos de Moisés! Este aparente
agregado de la letra Y (iod, de valor numérico 10), que como vimos no altera para nada la significación del
texto, Ibn Ezra mismo la explica diciéndonos que sabios más antiguos que él comentaron que esa iod (=10)
aludía a los otros tantos candelabros que colocaría el rey Salomón en el Templo de Jerusalem (según se lee
en Melajim Alef, Primer Libro de los Reyes Cap.7 Vers.49): ``Y los candelabros (`menorot´, en plural), cinco a
la derecha y cinco a la izquierda´´.
Pero si dejamos de lado esta interpretación futurista, Ibn Ezra comprendió que esta letra Y de más o de
menos en el texto de la Torá conmovía la unidad monolítica de ésta, tal como la tradición judía la afirma,
desde los días de Moisés hasta los rollos que guardamos hoy en nuestras sinagogas. ¡No en vano tuvieron
que jurar los quince ancianos de Tiberíades que revisaron tres veces cada palabra del texto, y que con esa
anomalía lo encontraron escrito correctamente!
Por Heriberto Haber

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Parashá - 11/02/2005

Rashí e Ibn Ezra explican textos


El nombre de parashat Tetzavé proviene de una raíz hebrea TZ-V-H, ``mandar, ordenar´´, la misma de la
palabra ``Mitzvá´´, ``mandamiento´´. Sólo que por ser la H muda en español, no la escribimos al final: ni
Tetzaveh ni Mitzvah (como sí lo hacen otros idiomas europeos cuando transcriben estas palabras hebreas).
``Y tú ordenarás (o mandarás: tetzavé) a los hijos de Israel´´ dice D´´s a Moisés en las palabras iniciales de
esta parashá (Shemot-Exodo Cap.27 Vers.20).
¿Y qué tiene que ordenarles Moisés? Que traigan aceite de olivas puro, exprimido, para encender con él una
luz que debe arder permanentemente en el santuario para iluminarlo. De la palabra ``zaj´´, ``puro´´, comenta
Rashí: que debe estar sin carozos de aceitunas. Y del segundo requerimiento, ``katit´´, ``exprimido´´, dice
que las aceitunas deben pasar por una prensa que las exprima con fuerza, y no simplemente por dos piedras
de molino. Precisamente, para evitar la presencia de carozos.
Y de la luz que debe arder ``perpetuamente´´ en el santuario, Rashí comenta que tiene que arder todas las
noches, y que con esto ya basta para llamarla ``perpetua´´ (``ner tamid´´ en hebreo; Vers.20).
Ibn Ezra, en cambio, procura darnos un panorama del macro que incluye la parashá de la semana pasada
(´´Terumá´´) y la de hoy.
Después de que el texto completó la descripción de todos los instrumentos del santuario -así el sabio
español- y la cortina, y el altar, comienza ahora a explicar el servicio de culto que practicaban los servidores
del santuario -los sacerdotes- y en qué consistía ese culto. Y comienza por decirnos que tenían que
encender las luces con aceite de olivas y no con cualquiera otro.
Y el personal que sirve allí debe ser diferente y vivir separado del resto de la gente, y tiene que destacarse
también por el tipo de ropa que lleva puesto.
Y después tienen que pasar siete días de práctica (``miluim´´; así se llama hoy el ``servicio de reservistas´´
en el Ejército de Israel) durante los cuales Moisés les enseñará a cumplir bien las funciones que deben
desempeñar, incluídos los sacrificios que van a tener que ofrendar sobre el altar. Hasta aquí, la explicación
de Ibn Ezra.
***
Un poco más adelante, en el Cap.28, se describe la hechura del ``efod´´, esa pieza que debía cubrir el pecho
y la espalda de Aarón, el Gran Sacerdote, y de la cual ya hablamos un poco en la nota anterior.
Aquí, en su glosa al Vers.6, nos comenta Rashí que ``si yo quisiera explicar la confección del efod y del
pectoral de acuerdo al orden de los textos, esto demandaría capítulos enteros, y el lector se equivocaría al
coordinarlos; por eso yo escribo cómo estaban hechos, para que el lector corra en ello (o sea: tenga fácil
lectura). Y después explicaré el orden de los textos bíblicos correspondientes´´.
O sea que Rashí tenía plena conciencia de que su glosa debía ser sencilla, pues tomaba en cuenta quiénes
eran sus lectores. Y a ello podemos agregar nosotros, muchos años más tarde, que en esta consideración
con el lector reside el secreto de la popularidad de Rashí, que durante muchos siglos y hasta los tiempos
modernos, lo ha convertido en uno de los comentaristas bíblicos más consultados por el público judío lector
de la Biblia. Y por eso, esas glosas suyas generalmente acompañan a las diversas ediciones comentadas de
la Biblia hebrea.
Acerca de ese efod nos dice Rashí, después del prólogo que vimos más arriba, que ``estaba hecho como
una especie de delantal, como el que usan las mujeres que montan a caballo, y se lo ataba por atrás, frente
al corazón, debajo de las axilas. Su ancho era como la espalda de una persona y un poco más, y llegaba
hasta los talones´´.
Y así Rashí sigue explicando con palabras sencillas y con conceptos adecuados a la moda de los caballeros
y damas de su ambiente francés del siglo XI d.C., cómo cree que fue el efod del Gran Sacerdote de Israel,
dos o tres mil años antes de la época medieval en que él mismo vivió.
***
Por encima de este efod, el Gran Sacerdote llevaba una capa (``me´il´´ en hebreo) en cuyos bordes había
que colocar varias ``campanillas de oro´´ (íd.Cap.28 Vers.33). Y junto con cada campanilla debía venir un
adorno en forma de granada, hecho de telas finas de diversos colores.
Esta capa con sus granadas y campanillas ``estará sobre Aarón, para servir (cuando actúe de sacerdote) y
se oirá su voz (la de las campanillas) cuando entre al santuario ante el Eterno, y cuando salga. Y que no
muera´´ (Ibíd.Vers.35). Rashí comenta: ``De lo que es un `No´, uno aprende lo que es un `Sí´. Si Aarón entra
al santuario con la vestimenta requerida, vivirá. Pero si una de estas prendas llega a faltarle, entonces D´´s
le quitará la vida y lo hará morir de uno u otro modo´´.
Y aquí ya lo tenemos a Rashí como rabino severo e intransigente, al estilo de aquéllos que nos pretenden
explicar hoy día que si una persona se murió en un accidente o por desgracia, es porque no había una
``mezuzá´´ colocada en la jamba derecha de la puerta de su casa. O de haberla, porque el texto de
pergamino que ella contiene tenía algunas letras saltadas y por eso esas palabras resultaban ilegibles.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 18/02/2005
PARASHAT KI TISA
El becerro de oro, según Ibn Ezra
La expresión ``Ki tisá et rosh´´ a comienzos del segundo versículo de nuestra parashá de esta semana,
literalmente traducida significa: ``Cuando levantes la cabeza (de los hijos de Israel, Shemot-Exodo Cap.30
Vers.12). Pero la intención de este ``levantar la cabeza´´ de algunos, es ``hacer un censo para saber cuántos
son´´.
Y en la Antigüedad bíblica, los censos se hacían solicitando de cada uno de los censados una moneda de
cierto valor determinado; y después, contando las monedas, se sabía cuántas eran las personas censadas.
O como lo explica Rashí en su comentario a este versículo: ``Cuando quieras saber (tú, Moisés) la cantidad
de ellos, para saber cuántos son (los hijos de Israel), no los cuentes según el número de sus cabezas, sino
que cada uno dará medio `shékel´, y contarás estas monedas, y sabrás cuántos son´´. (Ya hemos soslayado
este tema en nuestra nota de hace dos semanas.)
Y el texto bíblico prosigue con una amenaza de castigo: ``Y que no haya en ellos epidemia cuando se los
cuente´´ (íd. Vers.12).
A lo que Rashí acota: ``Porque en todo censo impera el `áyin hará´, el `mal de ojo´; y tal cosa (una epidemia
después de un censo) les ocurrió en tiempos de David´´ (según el relato de Shemuel Bet, el Segundo Libro
de Samuel, Cap.24 Vers.1-17, ya cerca del final de ese libro).
E Ibn Ezra señala que según la opinión de algunos sabios, la epidemia en tiempos de David ocurrió porque
no pagaron ese medio ``shékel´´ como contribución para los gastos del santuario. Y menciona también la
opinión de Yéfet, un sabio caraíta un poco anterior a él, que decía: ``Y si no daban cada uno su moneda
antes de salir a la guerra para ser contados así, entonces serán derrotados por el enemigo´´.

***
Un poco más adelante, en el capítulo de Shemot-Exodo 32, nuestra parashá nos cuenta que ``vio el pueblo
que Moisés tardaba en bajar de la montaña (el monte de Sinaí)´´, y que entonces solicitaron de Aarón:
``Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros; porque este Moisés, el hombre que nos sacó de
Egipto, no sabemos qué pasó con él´´ (Vers.1).
En su comentario al texto de que ``Moisés tardaba´´, Rashí cita un pasaje del Talmud según el cual Moisés,
al subir, les habría dicho que él iba a volver hacia ellos al cabo de cuarenta días.
Pero el malentendido resultó porque el día en que subió al Sinaí, Moisés no lo incluyó en la cuenta, mientras
que los hijos de Israel sí, lo incluyeron en la de ellos.
Moisés subió al monte el día 6 del mes de Siván, y bajó de allí el 17 de Tamuz, que hoy día en la tradición
judía es una fecha de luto y de ayuno. Por diversas desgracias que más tarde le ocurrieron al pueblo de
Israel ese día.

¿Y por qué ocurrieron?


Porque ese día los hijos de Israel le pidieron a Aarón lo que hemos visto más arriba, pedido que desembocó
en el becerro de oro que entonces adoraron como representación física de D´´s.
Ibn Ezra anuncia que dedicará a este episodio un largo comentario. ``Dijo Abraham (Ibn Ezra) el autor:
Tengo que extenderme en este asunto del becerro´´. Y se asombra, cómo pudo haber accedido Aarón al
pedido de los hijos de Israel, de hacerles una figura de oro como representación de D´´s. En tal caso, cuando
Moisés bajó del monte, ``primero tenía que haberlo matado a él, antes de los que adoraban el becerro; pero
en vez de hacer eso, Moisés rezó por Aarón , y a los adoradores, los mandó matar (según se lee más
adelante en el Cap.32).
Algunos dicen en defensa de Aarón - según Ibn Ezra - que los hijos de Israel lo engañaron cuando echaron
en el horno de fundición las joyas de oro de las mujeres y de los niños, ``y salió este becerro´´, según le
cuenta Aarón a Moisés más tarde (en el Vers.24). ¿Aarón no se dio cuenta de lo que pasaba? Esto no es
cierto: ``Cómo lo habría elegido D´´s, si era un tonto y gente tan sencilla lo podía engañar?´´, pregunta el
sabio español. Otros sostienen -dice Ibn Ezra- que el Aarón de este episodio no era el hermano de Moisés. Y
también esto -afirma- es un disparate.
Y ahora -concluye Ibn Ezra- te diré la opinión de Rabí Saadiá Gaón (Rabí Saadiá ben Yosef, 882-942 d.C.,
gaón y dirigente espiritual de los judíos de Babilonia, figura notable en su época): Aarón obró con astucia, así
como lo hizo Yehú, por eso construyó un altar y se complicó la vida. En tal caso, ¿por qué D´´s se enojó con
él? Y aquí responde (el gaón): porque Aarón no los mató en seguida (a los adoradores), tal como hizo
Moisés apenas llegó.
Y también esto no es cierto -así Ibn Ezra-. Porque después de fundir el becerro, Aarón proclamó: ``Mañana
tendremos una fiesta para el Eterno´´ (Vers.5).
Finalmente nos dice el sabio español: Y ahora comenzaré a explicar de un modo corto una parte del secreto.
Porque de ningún modo Aarón incurrió en un culto de ídolos, ni tampoco le pidieron eso los hijos de Israel.
Sólo pensaron que había muerto Moisés, que los había conducido desde el Mar de los Juncos (el actual Mar
Rojo), según ya expliqué, y vieron que junto al monte de Sinaí ya no descendía el maná (el alimento que les

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caía del cielo), y Moisés se había ausentado cuarenta días, un plazo que el ser humano no puede aguantar
sin comer, y Moisés no les había dicho cuándo volvería a caer maná o cuánto él tardaría en recibir la Torá de
D´´s.
Entonces dijeron (los hijos de Israel): ``un D´´s que vaya delante de nosotros´´ (Cap.32 Vers.1), así como en
la primera etapa (del viaje por el desierto, donde el texto habla del ``ángel de D´´s que iba delante del
campamento de Israel´´, íd. Cap. 14 Vers. 19), entonces comprenderás que en honor de D´´s fue hecho todo
esto: por eso Aarón construyó un altar delante del becerro y anunció un sacrificio para el próximo día. Y por
eso, al comienzo de todo este episodio el texto nos cuenta del pueblo que ``vayikahel al Aharón´´, ``se
congregó contra Aarón´´ (Vers.1).
Aquí apunta Ibn Ezra, el experto en gramática: este verbo ``vayikahel´´, seguido de la partícula ``al´´,
congregarse ``sobre´´ alguien, indica algo censurable. En cambio si le sigue la palabra ``el´´ (congregarse
``hacia´´ alguien) es algo loable. Y hay una posibilidad más, hakhel ``et´´, congregar o reunir ``a´´ alguien -al
pueblo de Israel- expresión que nos lleva directamente al nombre de la parashá de la próxima semana, que
es precisamente ``Vayakhel´´.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 25/02/2005
PARASHAT VAYAKHEL
El Tabernáculo y el descanso sabático
En nuestra nota pasada ya hemos presentado aquí el nombre ``Vayakhel´´ de nuestra parashá de esta
semana. Proviene de la raíz K-H-L, ``comunidad, congregación´´ y significa ``congregó, reunió´´. Tenemos
que hacer la salvedad aquí de que en esta palabra hay que leer las dos letras K y H por separado, y
pronunciando la H (tal como se hace, por ejemplo, en inglés): vayak-hel.
Y sin unir estas dos consonantes en una sola, tal como ocurre, por ejemplo, en nuestra ciudad de Ashdod
con el nombre del escritor argentino Jorge Luis Borges, a quien se ha querido honrar dando su nombre a una
calle, y que figura en los letreros municipales como Borkhes.
Porque en la ``reconversión´´ de su apellido en hebreo a letras latinas, algún funcionario francoparlante
temió que Borges se leyera, a la francesa, Boryé o algo parecido.
``Vayakhel´´, entonces, ``Y reunió Moisés a toda la comunidad (`adat´, en hebreo) de los hijos de Israel´´
(Shemot-Exodo Cap.35 Vers.1) dice en sus comienzos nuestra parashá semanal.
Tomemos nota de cómo define la Torá a los reunidos: no el ``pueblo´´ (``am´´) de Israel, sino la
``comunidad´´ (``edá´´; la ``comunidad de´´ se dice ``adat´´), como un conjunto de personas unidas por una
fe religiosa.
Rashí comenta que ello ocurrió al día siguiente de Iom Kipur, cuando Moisés descendió del monte de Sinaí.
Y añade que es el verbo K-H-L en su conjugación de ``hifil´´, que no ``reúne´´ a la gente él mismo, sino que
manda a otros a que lo hicieran.
Ibn Ezra explica el por qué de la reunión: para que todos oyesen de boca de Moisés el proyecto de levantar
el Tabernáculo, y para que diesen sus contribuciones voluntarias para el mismo.
Aunque según el texto bíblico, el motivo de esta reunión parece haber sido otro: ``Y les dijo (Moisés): éstas
son las cosas (`devarim´: `cosas´, `palabras´ o `leyes´) que el Eterno ha ordenado para hacerlas: seis días
se hará trabajo, y el séptimo día os será sagrado; shabat shabatón (descanso de descansos) para el Eterno;
será matado todo el que en él hiciere trabajo´´ (íd.Vers.1-2).
Más tarde en la historia de la legislación judía, el Talmud fijaría la definición de qué se llama ``trabajo´´
(``melajá´´) y la aplicación de la pena de muerte la dejaría en manos del Creador, y no de un verdugo de
carne y hueso.
Según Rashí, la prohibición del trabajo sabático se trae a colación aquí para enseñar a los hijos de Israel
que, con todo el entusiasmo con que se pondrían a la tarea de preparar y armar el Tabernáculo ordenado
por Moisés, no habría que profanar por él el descanso sabático. El Tabernáculo no ``desplaza´´ (``einó
dojé´´, en hebreo) el sábado, concluye Rashí.
Y la Biblia continúa con una ley más que tiene sus proyecciones hasta el día de hoy en el Estado de Israel.
``Y no prenderéis fuego el día sábado en todos los lugares de vuestra residencia´´ (Vers.3).
Ibn Ezra señala que también está prohibido todo fuego destinado a la preparación de comida el sábado, y da
como ejemplo ``hornear el pan o cocinar la carne´´; porque el fuego -así Ibn Ezra- es necesario para preparar
cualquier comida. Y continúa contándonos que Rabí Saadiá Gaón (Egipto 882 - Babilonia 942) escribió un
libro respetable de respuestas a quienes discutían la prohibición de la luz el sábado.
Las proyecciones modernas de no prender fuego el sábado son, entre otras, la de no viajar en automóvil (por
las chispas que se encienden en el motor; habría que ver cuál sería el criterio de nuestros rabinos hoy
acerca de un automóvil diferente, que no las produzca), la del ``ascensor de shabat´´ que para
automáticamente en cada piso, sin necesidad de que el usuario se lo indique apretando un botón, y las
comidas no calentadas al fuego sino solamente conservadas calientes en el horno desde el momento de su
cocción, que comen los días sábado los observantes estrictos de esta disposición bíblica (¡recordemos el
``chulent´´!).
Una vez que la legislación religiosa moderna ha decidido que la electricidad es equivalente a fuego, su uso
ha quedado prohibido los días sábado al igual que este último para el judío observante. Como productora de
calor, tanto como de luz.
Y esto nos explica una muchedumbre de fenómenos de nuestra vida en Israel, de elementos de la vida
moderna que quedan suspendidos desde que la puesta del sol del viernes nos indica la llegada del
``shabat´´, y hasta veinticuatro o veinticinco horas después.

***
Después de recordarles esta ley del sábado y la pena que aguarda a quien la profane, nuestra parashá
prosigue con la exhortación a la ``congregación de los hijos de Israel´´ de ofrendar voluntariamente los
diversos materiales necesarios para la construcción del Tabernáculo, ofrendas de las que ya hemos hablado
en una nota anterior (ver Aurora del 10.2.05).
``Tomad de vosotros ofrenda para el Eterno´´ dice el Vers.5. E Ibn Ezra comenta: ``tomar de´´ es equivalente
a ``dar´´. ``Todo voluntarioso de corazón, que la traiga, la ofrenda del Eterno: oro, plata y cobre´´, prosigue
diciendo ese mismo versículo. Y Rashí explica: ``voluntarioso de corazón´´, porque su corazón lo mueve a
dar un aporte voluntario. Y también Ibn Ezra coincide en esa opinión, después de hacer un pequeño análisis

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gramatical de la expresión hebrea ``nediv libó´´ (``voluntarioso de su corazón´´) que aquí usa el texto bíblico.

***
También Sforno explica la introducción de las prohibiciones sabáticas que figuran antes de las tareas de
construcción del Tabernáculo, diciendo que esas tareas están prohibidas aún si van dirigidas a erigir el
Tabernáculo para residencia del Señor. ``El séptimo día os será sagrado, descanso de descansos para el
Eterno´´ (Vers.2), incluso en las tareas del Tabernáculo, que os ha encomendado el Eterno mismo.
O sea, una lección práctica de que el fin no justifica los medios.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 04/03/2005
Parashat Pekudei
La construcción del Tabernáculo
``Estos son los `pekudei hamishkán´, los `censados´ del Tabernáculo´´ (Shemot- Exodo Cap.38 Vers.21).
Con estas palabras se inicia nuestra parashá de esta semana, y de ahí su nombre de ``Pekudei´´, ``los
censados de´´, vocablo de una raíz P-K-D que además de ``censar´´ también significa ``dar órdenes,
comandar´´. De ella derivan muchos términos que se usan hoy en el Estado de Israel: ``mefaked´´
(``comandante´´, con la P en su forma débil de F), ``pakad´´ (``comisario´´ en la Policía), ``mifkadá´´
(``comandancia´´) y también ``pakid´´ (``empleado´´, generalmente en la administración pública, que en
esencia denota ``mandado, comandado´´, pero muchas veces se cree ``comandante´´, en voz activa).
Rashí señala en su comentario que en esta parashá se registra el total de todas las donaciones de plata, oro
y cobre que entraron en la caja pública, y se rinde cuenta de los diversos instrumentos que se elaboraron
para el culto religioso en el Tabernáculo. Apenas terminada la colecta popular -diríamos nosotros- la Torá en
seguida nos rinde cuentas de las sumas que fueron recaudadas, y nos indica en qué fueron invertidas. Una
actitud muy saludable, que nos puede servir de ejemplo hasta el día de hoy.
...
Para el lector curioso por conocer números, diremos que el total del oro donado fueron 29 ``kikar´´, medida
de peso que equivalía a 3.000 shekalim cada uno. O sea, 87.000 shekalim. Sumados a éstos una fración de
730 shekalim ``sueltos´´, por así decirlo (según íd. Vers.24), obtenemos casi 90.000 shekalim. Con cada
shékel que, como unidad de peso, equivalía a cerca de 12 gramos cada uno, puede calcular cada lector por
sí solo la cantidad de oro que los hijos de Israel donaron para su santuario.
La plata -que como dijimos en su momento (ver nuestra nota del 24.2.05) no era contribución voluntaria sino
impuesto, a razón de medio shékel por cabeza- alcanzó a sumar 100 kikar, más 1.775 shekalim sueltos, y
este metal fue utilizado para fundir las diversas piezas de la armazón destinada a mantener en pie el
santuario.
La cantidad de cobre que se juntó fue de 70 kikar y 2.400 shekalim, con los que se confeccionaron parte de
las bases de la puerta del tabernáculo, un altar de cobre con sus respectivos adornos y todos los
instrumentos del altar. El total del cobre aportado fue de 212.400 shekalim.
***
Más adelante, en el Cap.39, leemos la descripción de las diversas telas que se tejieron con los materiales
aportados: las cortinas del santuario y las ropas de los sacerdotes. Y el detalle del ``jóshen´´ o ``pectoral´´,
una pieza que el Sumo Sacerdote (Aarón) llevaba colgada a la altura del pecho, y en la cual estaban
engarzadas 12 piedras preciosas -cuatro columnas verticales, con tres piedras cada una-, representación
simbólica de las 12 tribus de Israel. Y cada piedra llevaba grabada el nombre de una de las tribus.
``Y se acabó toda la tarea del Tabernáculo´´, dice el Cap.39 en su Vers.32. Aquí Ibn Ezra analiza desde el
punto de vista gramatical la forma especial del verbo ``vatéjel´´, ``y se acabó´´ (de la raíz K-L-H, donde la H
final se omitió: tendría que ser ``vatijleh´´; y la K aparece en su sonido débil, como J solamente) mientras que
Rabí Sforno pone atención en la continuación de ese versículo: ``E hicieron los hijos de Israel según todo lo
que el Eterno mandó a Moisés; así hicieron´´ y nos explica: ``Todo el trabajo fue ejecutado por los hijos de
Israel, pues parte de ellos aportaron dinero, y otros realizaron voluntariosos el trabajo´´.
...
Y una vez preparadas así todas las piezas del Tabernáculo, ``trajeron el Tabernáculo (sus piezas) a Moisés:
la carpa y todas sus piezas: sus ganchos, sus tablas, sus travesaños, sus postes y sus bases´´ (íd. Cap.39
Vers.33). Rashí acota: porque ellos mismos no sabían cómo armarlo con esas piezas. Y como Moisés no
intervino en ninguna de las tareas de elaboración de todos esos elementos -continúa Rashí- D´´s le
encomendó la tarea de armarlo. Y le dio las fuerzas físicas necesarias para alzar esos pesados postes y
tablones que ningún otro hombre alcanzaba a levantar.
***
El Cap.40 nos relata cómo empezó a funcionar el culto de D´´s en el Tabernáculo, con la ceremonia de su
consagración, el ungido de los altares y del instrumental con aceite de ungir (a diferencia de la iluminación
que se quemaba en el candelabro), el ungimiento de la vestimenta de los sacerdotes y el acto de hacerles
vestir esas ropas especiales.
La ceremonia tuvo lugar ``en el mes primero, en el año segundo, el día primero del mes´´ (Vers.17). Ibn Ezra
dedica al cálculo exacto de la fecha un largo comentario, y señala que la interpretación más sencilla sería
fijar la fecha como el 1ú de Nisán, como hacen muchos, basándose en la disposición bíblica de que ``este
mes (el de la salida de Egipto) os será comienzo de los meses, os será el primero de los meses del año´´
(Shemot-Exodo Cap.12 Vers.2).
Vale decir que de acuerdo con esta definición, el Tabernáculo fue inaugurado el 1ú de Nisán del segundo
año después de la salida de Egipto, o sea, poco menos de dos años después del éxodo (que fue el día 15 de
ese mes).
...
``Y tomó y colocó el testimonio en el arca, y le puso las varas al arca (que servían para levantarlo) y encima

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del arca puso por arriba la tapa´´ (íd.Cap.40 Vers.20). Aquí comenta Rambán (o Najmánides, un viejo
conocido del lector de estas notas): ``Tomó (Moisés) las dos Tablas con el Decálogo, que estaban en un
mueble de madera, y las llevó al Tabernáculo, donde las colocó en el arca especialmente confeccionada
para ellas´´.
Así quedaron guardadas las Tablas de la Ley en este santuario portátil de los hijos de Israel, hasta que,
siglos más tarde, hallaron su sitio definitivo en el Templo que construyó Salomón.

...
Finalmente, el Cap.40 nos cuenta que llegó una nube que cubrió todo el Tabernáculo, como representación
simbólica de la presencia de D´´s en ese recinto: ``Y una nube cubrió el Tabernáculo (``óhel moed´´,
literalmente la ``tienda de reunión´´) y la gloria del Eterno llenó el Tabernáculo´´ (Vers.34).
Debido a esa nube ``no pudo Moisés entrar en la tienda de la reunión, porque la nube reposaba sobre ella, y
la gloria del Eterno llenaba el Tabernáculo´´ (Vers.35). Ibn Ezra señala que entonces D´´s lo llamó a Moisés y
lo invitó a que entrara en el recinto, para hablar con El.
Y de ahí en adelante, la presencia -o no- de esa nube, era señal de acampar o de levantar campamento para
seguir andando por el desierto. ``Y cuando se levantaba la nube de encima del Tabernáculo, viajaban los
hijos de Israel, en todos sus viajes´´ (íd.Vers.36). De día era una nube, y de noche, ``un fuego´´ según
leemos un poco más adelante ( en el Vers.38) con el cual se acaba este capítulo.
Y con él, nuestra parashá. Y también el segundo libro de la Torá, Shemot o Exodo.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 11/03/2005
PARASHAT VAYIKRA
``Torat Kohanim´´ o ``Ley Sacerdotal´´
``Vayikrá´´, ``Y llamó (D´´s a Moisés)´´ se llama nuestra parashá de esta semana, y ella da su nombre al
tercer libro de la Torá, que por su nombre europeo se conoce como ``Levítico´´. Porque gran parte de su
contenido son las leyes de los sacrificios, destinadas a los descendientes de Leví, el tercer hijo de Jacob, y
dentro de estos levitas, especialmente a los ``kohanim´´, los sacerdotes, descendientes de Aarón, el
hermano de Moisés. En hebreo se lo suele llamar por eso también ``Torat Kohanim´´, la ``Ley de los
Sacerdotes´´.
Mencionemos de paso que hoy día funciona en Jerusalem una ``ieshivá´´ o academia talmúdica llamada
``Atéret Kohanim´´, ``Corona de los Sacerdotes´´, donde se estudian muy especialmente todas las leyes del
Levítico y su ampliación en el Talmud, con miras a tener en todo momento un equipo de sacerdotes bien
versado en estas leyes rituales de los sacrificios. Para el caso de que un día de éstos venga el Mesías y se
reconstruya el Templo -el tercero-, donde el pueblo de Israel seguiría ofreciendo al Eterno los sacrificios de
vacunos, ovejas y cabras prescritos en nuestro libro.
Y señalemos, finalmente, que muchas familias judías en Israel y en todo el mundo que son descendientes de
esta familia, perpetúan su calidad de tal en el apellido que llevan. En Israel suelen llamarse directamente
Kohen (``sacerdote´´). Y en otros países, Kohn (con K o con C: Cohn), Kohan, Kahana, etc. En Rusia, donde
por lo visto la H no se conoce en el idioma local, esta H se volvió G: Kogan, Kaganovich, etc. Y además,
tomado del latín, también está el apellido Kaplan (recuérdese: ``capellán´´, en castellano), que llevan muchas
familias de la estirpe de los kohanim.
Acá en Israel es frecuente, también, hallar el apellido Azulay usado por familias de los sacerdotes. Sus
consonantes A (alef: muda)-Z-V (vocalizada como U)-L-Y son las iniciales de cinco palabras hebreas que
figuran en Vayikrá-Levítico Cap.21 Vers.7: ``ishá zoná vajalalá lo yikaju´´, ``una mujer prostituida o violada no
tomarán (los sacerdotes por esposa)´´, apellido que denota de una manera un poco disimulada la
pertenencia a la familia sacerdotal judía.
...
Y en la vida diaria hoy en Israel, sin perspectivas cercanas de que el tercer Templo vuelva a levantarse
pronto en el sitio que le corresponde (que hoy está ocupado por varios santuarios musulmanes en
Jerusalem), la pertenencia a la familia de los kohanim, en vez de proveer el privilegio de poder comer parte
de los sacrificios, sólo acarrea, para quien lo lleva, las restricciones que la Biblia impone a los sacerdotes. La
más conocida de ellas figura en la continuación del versículo que hemos mencionado: ``Y una mujer
divorciada de su marido, no tomarán (por esposa)´´ (íd. Cap.21 Vers.7).
De ahí que en Israel -donde todos los casamientos, para ser válidos, por ley deben pasar por la autoridad
religiosa, que en este caso sería el Rabinato- un señor Kohen, Kogan, Cahn, Kaplan, etc., ya por definición
no puede casarse con una mujer divorciada, puesto que no hay posibilidad de casamiento civil (no religioso)
en el país. Y para casarse, debería emprender el conocido camino a Chipre (o a algún otro país) y regresar
de allí como ``casado´´ a su casa en Israel. (Y en tal caso, los problemas con el Rabinato caerían sobre los
hijos de este matrimonio cuando crezcan, sean mayores y quieran casarse ellos, siempre que los rabinos
logren descubrir la artimaña que logró eludirlos una generación antes).
...
Estamos, entonces, a comienzos del libro de Vayikrá. En todos los rollos de la Torá que guardamos en
nuestras sinagogas, en esta palabra Vayikrá (consonantes V-Y-K-R-Alef (muda)), la letra ``alef´´ final se
escribe más chiquita que las otras.
¿Por qué? Ninguno de los comentaristas bíblicos nos lo explica. Quizás esa alef en chiquito la escribió hace
siglos, en un rollo de la Torá, que sirvió de prototipo para los demás, un escriba que se atrevió a corregir una
letra alef cuya tinta había saltado. O vaya uno a saber por qué. Sin esa alef nos quedaría la palabra
``vayikar´´, forma abreviada de ``vayikreh´´ (de la raíz K-R-H, ``ocurrir, suceder´´), tal como la usa el texto
bíblico dos veces con respecto al mago pagano Bileam (en Bamidbar-Números Cap.23 Vers.4 y 16): ``Y se
le ocurrió D´´s a Bileam (se le apareció como por casualidad).
A ello hace alusión Rashí en su comentario a este primer versículo del libro que estamos leyendo. Cada vez
que D´´s dio una ley a Moisés, le hizo una llamada de cariño, nos dice. Y señala que también los ángeles se
llamaban con cariño unos a otros, según lo pinta uno de los grandes profetas: ``Y llamó uno al otro, y decían:
santo, santo, santo es el Eterno de los ejércitos; el mundo está lleno de Su gloria´´ (Isaías Cap.6 Vers.3).
Pero cuando D´´s se manifestó aquella vez a un profeta pagano, entonces lo hizo como de casualidad. Y
Rashí nos da este ejemplo de ``vayikar´´, cuando D´´s ``se le ocurrió´´ al mago Bileam.
...
Por otra parte, hasta hace pocas generaciones era costumbre en las escuelas judías de nuestros
antepasados, esas que se llamaban ``jeder´´ o ``talmud Torá´´, iniciar la enseñanza de la Torá a los niños
(de cinco o seis años de edad) con esta parashá de Vayikrá.
No sabemos por qué se prefirió iniciarlos en estas leyes de sacrificios: ``Cuando alguien de vosotros ofrezca
al Eterno un sacrificio de los animales, (entonces) de los vacunos y del ganado menor (´´tzon``: ovejas y

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cabras) traeréis vuestro sacrificio´´ (Vayikrá-Levítico Cap.1 Vers.2).


De todos modos, recordamos con cariño que nuestra propia iniciación en el texto sagrado fue con parashat
Vayéshev, el relato bíblico de Bereshit-Génesis Cap.37, que cuenta hechos mucho más accesibles al alma
de un niño: la historia de Jacob y de su hijo José, el soñador (tal como ya lo hemos evocado aquí en nuestra
nota del 2.12.04).
...
Con parashat Vayikrá queda inaugurado, entonces, nuestro recorrido semanal por el libro homónimo. A él
dedicaremos también nuestras próximas notas.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 18/03/2005
Parashat Tzav
Sacrificios y holocaustos
``Tzav et Aharón´´, ``ordena a Aarón´´, dice la Torá en el segundo versículo de nuestra parashá de esta
semana. (El primer versículo es la fórmula habitual de ``Y habló el Eterno a Moisés diciendo´´,
Vayikrá-Levítico Cap.6 Vers.1-2).
Este imperativo ``tzav´´, abreviado de ``tzaveh´´, proviene de la misma raíz TZ-V-H que la conocida
expresión ``Bar Mitzvah´´, ``hijo del mandamiento´´, con la que llamamos a los muchachos que cumplen 13
años, y a la ceremonia sinagogal respectiva. El judaísmo moderno también celebra la ``Bat Mitzvah´´ para
las niñas, cuando cumplen los 12. Sólo que en español, por ser la H letra muda, la omitimos al final de la
palabra y escribimos solamente ``Mitzvá´´. En este imperativo del verbo ``tzaveh´´ (``da orden, comandá´´)
también el idioma hebreo la omitió, y resultó solamente ``tzav´´, como vimos más arriba.
...
¿Qué tiene que ordenarle Moisés a Aarón, el futuro Sumo Sacerdote de Israel, y a los hijos de él, que son
sobrinos de Moisés?
Algunas disposiciones acerca del sacrificio que se llama ``olá´´: ``Esta es la ley de la olá´´ (íd. Vers.2). E Ibn
Ezra nos explica: se lo llama así porque ``sube´´ enteramente (se consume del todo) sobre el altar.
Por eso se llama ``olá´´, un derivado del verbo Ayin (muda)-L-H que denota ``subir´´. Es el sacrificio que
``sube´´ porque se lo quema entero sobre el altar, sin que sacerdote alguno alcance a comer algo de su
carne. Lo que en su origen significa el vocablo ``holocausto´´ (del griego: ``todo se quema´´), antes de
aplicárselo, después de la Segunda Guerra Mundial, al asesinato en masa de los judíos por los nazis.
Y hoy día en Israel, ``olá´´ es simplemente la esposa de un ``olé´´, un inmigrante. Y si hace poco que ella
llegó al país, es una ``olá jadashá´´, una ``inmigrante nueva´´. Acerca del verbo ``subir´´ aplicado a quienes
llegan a Israel, ya hemos hablado más de una vez en estas notas. Aunque hoy, cuando la mayoría de los
inmigrantes llegan en avión, habría que decirles ``los que bajan´´.
Y ``los que suben´´ son los que entran en el aeropuerto a un avión, despegan con éste, se levantan y
``suben´´ para alejarse de Israel, ya sea porque inician un viaje de turismo al extranjero, o porque se van
para siempre. De tal modo, el uso del avión como medio de transporte ha trastocado del todo la aplicación
práctica de los verbos ``olé´´ (``sube´´) y ``yored´´ (``baja´´) para los viajes a Israel o de Israel hacia fuera del
país.
...
Rashí señala que la intención de la palabra ``tzav´´ es instarle a Aarón el cumplimiento de esta ley, ahora y
para siempre. Y menciona a un sabio del Talmud, que comentaba que hay que insistir en aquellos casos en
que alguien sufre una pérdida (como aquí, en que toda la carne se quema y no queda nada para el
sacerdote).
Porque el holocausto debe arder ``sobre su fuego, en el altar, toda la noche´´; y en esta palabra ``su fuego´´
(``mokdá´´, en hebreo) nos hallamos otra vez con un fenómeno que ya hemos visto la semana pasada: la M
de ``mokdá´´ está escrita más chiquita que las otras letras. Señal, quizás, de que alguna vez un ``sofer´´ o
``escriba (de rollos de la Torá)´´ se halló con que la letra faltaba en el texto que tenía por delante (para copiar
de él un nuevo rollo de la Torá) y entonces se atrevió a suplir la letra que faltaba con una M más pequeña
que añadió de su peculio. Y así quedó de prototipo para el futuro: una letra M, sí, pero más pequeña que las
demás.
...
Rashbam (Rabí Shemuel Ben Meír, siglo XII d.C., el nieto de Rashí que ya hemos presentado aquí en una
nota anterior) comenta que todos los sacrificios prescriptos en parashat Vayikrá -la de la semana pasada-
vuelven a ser mencionados en nuestra parashá de hoy, para completar las diversas disposiciones que las
rigen. Como por ejemplo que el fuego del altar debe arder en su lugar toda la noche, y no sólo durante las
horas del día.
...
Y todo el resto de parashat Tzav está dedicado a la descripción de los diversos sacrificios que se traían
sobre el altar.
Unos fragmentos, en el Cap.8, cuentan cómo fueron consagrados Aarón y sus hijos al sacerdocio. Para esta
ceremonia ``se reunió toda la congregación (`edá´, en hebreo) en la puerta de la tienda de la reunión (`ohel
moed´)´´ (Cap.8 Vers.4), y allí nos explica Ibn Ezra quién fue esta edá o congregación: los jefes y los
ancianos de las diversas tribus. Allí los mandó reunir Moisés para la ceremonia de investir a Aarón y a sus
hijos con sus ropas sacerdotales.
...
En nuestro ciclo anterior de comentarios bíblicos, ya señalamos que algunos siglos después de Moisés y
Aarón, los profetas de la Biblia salieron a la lucha contra el culto de sacrificios que tan detalladamente
describe el tercer libro de la Torá que estamos leyendo.
La ``Haftará´´ (fragmento de los profetas, que se lee en la sinagoga una vez finalizada la lectura de la Torá)
que se lee después de parashat Tzav, está tomada del libro de Jeremías. Este, sacerdote él mismo (o sea,

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que se alimentaba de su participación en los sacrificios que ofrecía el pueblo) no tiene empacho en decir,
con ironía, en el primer versículo de su texto: ``Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios, y comed
carne´´ (Jeremías Cap.7 Vers.21). Pero luego explica hacia dónde apunta su ironía: ``Porque (Yo, D´´s) no
hablé a vuestros padres y no les he ordenado el día en que los saqué de la tierra de Egipto, acerca de las
leyes de holocausto y sacrificio. Sino que esto es lo que les he mandado, diciendo: obedeced Mi voz, y que
Yo sea vuestro D´´s, y vosotros seréis Mi pueblo, y caminaréis (os comportaréis) por todo el camino que Yo
os ordenaré, para que os vaya bien´´ (Jeremías Cap.7 Vers.22-23).
Ya en tiempos de Jeremías (siglo VI a.C.) maduró la idea de que lo que D´´s espera del hombre que cree en
El no son sacrificios de animales sobre el altar sino la buena conducta, la ayuda mutua, la justicia social y
otros valores de ese tenor.
¡Vaya uno a decirles eso hoy a los fanáticos que, en Jerusalem, estudian día y noche en el Talmud las leyes
de los sacrificios, para un futuro Tercer Templo que pretenden construír allí!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 25/08/2005
PARASHAT SHEMINI
La muerte de dos hijos de Aarón
El nombre de nuestra parashá, ``Sheminí´´, proviene del número ``shemone´´, y significa ``octavo´´. Porque
``ocurrió al octavo día, llamó Moisés a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel´´ (Vayikrá-Levítico
Cap.9 Vers.1).
¿Al ``octavo día´´ después de qué? Rashí nos explica: después de su consagración (como sacerdotes). Y
agrega fecha: fue el primero de Nisán, día en que además fue erigido el Tabernáculo.
¿Y por qué convocó también ``a los ancianos de Israel´´? Rashí responde: para testimoniar ante ellos que la
designación de Aarón manaba de una orden divina; para que no se dijera que ``entró por sí solo´´ a actuar
de Sumo Sacerdote; o por nepotismo -era el hermano de Moisés-, nos atreveríamos a agregar nosotros.
En cambio, Ibn Ezra -que fue un contemporáneo un poco más joven de Rashí, que conocía el comentario de
éste- opina que el ``octavo día´´ lo fue del mes de Nisán (por marzo-abril; hoy día el mes de la fiesta de
Pesaj).
Y durante los siete días que precedieron a esa fecha, los días de ``miluim´´, ``consagración´´, según Ibn Ezra
cada día Moisés armaba el Tabernáculo y volvía a desarmarlo, para ejercitarse mejor en esas tareas.
...
Al octavo día, entonces, llamó Moisés a Aarón y a sus hijos y les indicó comenzaran con el culto de los
diversos sacrificios en el altar. Ibn Ezra dice que Moisés les ordenó que salieran afuera de la puerta del
Tabernáculo (para que el pueblo los viera) o que, con ese mismo fin, permitió a los representantes del
pueblo que ingresaran al atrio o patio interior del Tabernáculo, para verlos a ellos.
Los animales a ser sacrificados eran un ternero y un macho cabrío. Y el texto más adelante nos da los
detalles del sacrificio (Vers.7 hasta 16), donde leemos qué se hacía con la grasa, la sangre y la carne de
cada uno de estos animales.
Un poco más adelante -al comenzar el Cap.10- nos cuenta el texto que dos de los hijos de Aarón, Nadav y
Avihú, incurrieron en un error de culto, ``ofrendaron al fuego extraño´´ (o ``ajeno´´; ``esh zará´´, en hebreo)
que no les había sido ordenado (íd.Cap.10 Vers.1), y que como consecuencia de ello ``salió un fuego de
delante del Eterno y los consumió (a esos dos hijos) y murieron delante del Eterno´´ (ibíd. Vers.2).
Ibn Ezra opina que esto también ocurrió en ese ``octavo día´´. Y Rashí dice por qué los hijos de Aarón
tuvieron que pagar por eso con sus vidas. Y nos trae dos respuestas que fueron formuladas por los sabios
del Talmud: Rabí Eliezer sostiene que ``los hijos de Aarón murieron porque se atrevieron a enseñar leyes
frente a Moisés´´, que era su maestro (por la falta de respeto que ello involucraba). Rabí Ismael, en cambio,
opinaba que murieron porque cuando entraron al santuario estaban ``bebidos de vino´´ -borrachos- y arguye
como prueba de ello que poco más adelante, en el Vers.8 y los que siguen, se prohíbe a los sacerdotes
beber vino u otras bebidas fermentadas (hoy diríamos: alcohólicas) antes de ingresar en la Tienda de la
Reunión ``para que no muráis´´ (Vers.9).
Sforno, en su comentario, procura explicarnos en qué consistió el error de Aarón: ellos pensaban que así
como hay que quemar incienso después del sacrificio ``tamid´´, el de ``siempre´´, de todos los días, también
había que hacerlo después de la manifestación de D´´s en el Vers.24, ``y salió un fuego de delante del
Eterno, y consumió el holocausto y las grasas sobre el altar´´. Y tuvieron que pagar por ese error de culto
con sus vidas.
Una leyenda del Midrash, en cambio, pone su atención en un pasaje que figura en el segundo libro de la
Torá, donde leímos que ``a Moisés dijo (D´´s): ``Sube hacia el Eterno tú y Aarón, y Nadav y Avihú, y setenta
de los ancianos de Israel´´ (Shemot-Exodo Cap.24 Vers.1).
Cuando caminaban detrás de Moisés y de Aarón -así según la leyenda, que figura en Vayikrá Rabá Cap.2-,
Nadav le habría dicho a su hermano Avihú: ``¿Cuándo se morirán estos dos ancianos, para que tú y yo
seamos los dirigentes del pueblo?´´ A esto habría reaccionado D´´s diciendo: ``¿Todavía veremos quién
entierra a quién?´´
Y otro sabio del Talmud, Rabí Papá (así se llamaba este sabio judío que vivió en Babilonia en el siglo IV d.C.
y que frecuentemente citaba dichos y refranes populares) trajo a colación: ``Esto es lo que dice la gente (en
un refrán popular): hay muchos potrillos que mueren, y de su cuero se hacen los arreos que se colocan
encima de sus (yeguas) madres´´.

...

El factor común que podemos hallar en todos estos comentarios es que la historia judía no quiere resignarse
a aceptar que un simple error de culto -el haber encendido ``un fuego extraño, que no les había sido
ordenado´´ (íd.Cap.10 Vers.1)- pueda acarrear la muerte de esos dos sacerdotes. Y por eso procura buscar
otras causas de ello, más profundas o de más gravedad, que puedan haber provocado semejante castigo
divino.
...

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Y todavía quedó la secuela de estas dos muertes en el santuario. Como a uno le está prohibido impurificarse
mediante el contacto con un muerto, Moisés pide a unos familiares de Aarón que ellos saquen a los dos
muertos del Tabernáculo -los llevaron arrastrándolos de sus ropas, para no tocarlos- y se ocupen de su
sepelio.
Y a Aarón, el padre, y a Elazar y a Itamar, los hermanos de los muertos, Moisés indica que deben
abstenerse de las habituales manifestaciones de luto por la muerte de un familiar cercano. ``Vuestro cabello
no dejaréis suelto y vuestras ropas no rasgaréis, para que no muráis y (D´´s) se enoje con toda la
comunidad; (sino que) vuestros hermanos, toda la casa de Israel, llorarán el incendio que ha quemado el
Eterno´´ (íd.Cap.10 Vers.6).
O sea que las ceremonias fúnebres, el sepelio, los ritos de duelo, etc., por sacerdotes fallecidos, serán
cumplidos por todo el pueblo, en vez de la familia de Aarón, sus parientes más cercanos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 01/04/2005
PARASHAT TAZRIA
Como tener (o no) niños varones
¡Curiosa la palabra hebrea ``tazría´´ que da su nombre a nuestra parashá de hoy! Porque allí leemos, a
comienzos del Cap.12 de Vayikrá-Levítico, que ``habló el Eterno a Moisés, diciendo: `Cuando una mujer
tazría (¿quede embarazada?) y dé a luz un varón, ella quedará impura siete días´´´ (Vers.1-2).
La raíz de ``tazría´´ es Z-R-Ayin (muda) de la palabra ``zéra´´, que significa ``semilla´´ o ``simiente´´. Muchas
veces el texto bíblico trae la promesa divina de que ``le-zarajá´´, ``a tu simiente (o: descendencia) daré este
país´´ (según le dijo D´´s a Abraham en Bereshit-Génesis Cap.12 Vers.7 y lo cita el mismo Abraham en
íd.Cap.24 Vers.7) y allí se trata siempre de la ``semilla´´ o ``descendencia´´ de un varón.
También leemos alguna vez de ``zéra´´ de una mujer. Como por ejemplo cuando un ángel le promete a
Hagar, la concubina de Abraham expulsada del hogar de éste, que ``multiplicaré tu simiente´´ (``zarej´´ en
hebreo; íd. Cap.16 Vers.10) o cuando la familia de Rebeca, al despedirla a ésta, le desea ``que tu simiente
(también: `zarej´) herede la puerta de sus enemigos´´ (íd.Cap.24 Vers.60).
Pero aplicado a la mujer como un verbo, tazría, este uso nos hace recordar el relato de la creación del
mundo, donde D´´s creó pastos o hierbas, ``mazría zéra´´, ``que produce semillas´´ según se lee en
Bereshit-Génesis Cap.1 Vers.11 y 12.
La cosa es que en nuestro caso de hoy, el ``producir semilla´´ de tazría, en el libro que estamos leyendo,
generalmente se interpreta como ``quedar embarazada´´ la mujer. Después de que ello ocurre, y producido
el parto, y nacido un bebé varón, ella queda ``impura´´ durante siete días; el texto todavía nos recuerda que
al octavo día hay que practicarle al niño la circuncisión (Vayikrá-Levítico Cap.12 Vers.3) y después, por un
período de 33 días, la mujer debe ``purificarse´´, le está vedado llegar al santuario o tocar cosas sagradas, y
un factor más: al marido le está prohibido el contacto sexual con ella, como para darle lugar a que su cuerpo
se reacondicione a la normalidad, después del parto.
En el caso de que el bebé nacido fue una niña, no habrá circuncisión -evidente- pero el plazo de la impureza
y del ``reacondicionamiento´´ se duplica: 66 días (en vez de los 33 del bebé varón).
De todos modos, estas disposiciones hoy día más bien serían objeto de estudio y de análisis de un
ginecólogo, que de un lego en medicina como quien esto escribe.
...
Ibn Ezra dice en su comentario que después de que el texto bíblico completó las leyes de lo que es puro e
impuro en los alimentos que come el hombre -se refiere al último párrafo de la parashá anterior, el Cap. 11
de Vayikrá-Levítico- ahora la Torá pasa a indicarnos qué es lo puro e impuro en el hombre mismo.
Y comienza por la mujer parturienta -así Ibn Ezra- porque ella es el comienzo (de la vida humana). Y además
-prosigue- hay muchos quienes opinan que ``cuando la mujer ``tazría´´ primero -antes que el hombre-
entonces tendrá un hijo varón, pues así dice el texto: ``Cuando una mujer tazría, y dará a luz un varón´´.
E Ibn Ezra también menciona a los ``sabios de Grecia (¿Aristóteles?)´´ según los cuales la simiente de la
mujer -el óvulo- y la del hombre se unifican, y después todo el niño (el feto) se forma (se nutre) de la sangre
de la mujer.
De ahí -sigue nuestro sabio- el uso de este verbo ``tazría´´: ella -la mujer- nutre la simiente, así como la tierra
nutre la semilla.
Rashí, en cambio, nos trae en su comentario una opinión del Midrash, donde un Rabí Samlay opina que así
como en el relato de la creación del mundo, el hombre (Adán y Eva) ocupó el último lugar, después de que
fueron creados todos los animales y las aves (ver Bereshit- Génesis, Cap.1, donde el ser humano recién es
creado el sexto día, Vers.27 en adelante), así también aquí, sus leyes (de pureza e impureza) vienen al fin,
después de las de los animales (que figuran en el capítulo anterior).
...
Sforno, en su comentario, menciona la opinión (o quizás ya era un dicho popular) que cuando la mujer
``tazría´´ primero, el bebé será un varón, y nos explica que ``es la humedad que ella a veces segrega en el
momento de la unión (con el varón)´´.
Y finalmente Rashbam (Rabí Shemuel ben Meír, el nieto de Rashí que alguna vez también ya hemos
mencionado aquí) como queriendo poner fin a esa creencia popular, afirma: ``Cuando una mujer `tazría´
quiere decir: cuando ella quede embarazada, ya sea con un varón, ya con una nena´´. Y si da a luz un niño
varón, habrá que obrar de tal y tal modo. Y si es una nena, de tal y tal otro.
Pero de ningún modo la Torá nos da ``recetas´´ de cómo hacer para que nazcan hijos varones
. Por Heriberto Haber

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Parashá - 08/04/2005
PARASHAT METZORA
Leprosos y héroes del día
También esta nota sobre nuestra parashá de esta semana, ``Metzorá´´, el ``leproso´´, sería más adecuado
que la escribiera un médico. Generalmente se lee parashat ``Metzorá´´ junta, en un mismo sábado con la
parashá del sábado pasado, ``Tazría´´, (la mujer que) ``queda embarazada´´. Pero este año hebreo 5765
(2004-2005), por ser embolismal (tiene un mes más, trece) presenta más sábados que un año común; y por
eso, para que alcancen a ``cubrir´´ todos los sábados, se lee parashat ``Metzorá´´ separada de la que le
antecede.
``Esta es la ley (`Torá´) del leproso´´, dice la parashá en sus comienzos (Vayikrá-Levítico Cap.14 Vers.2), y
de ahí el nombre de la misma. ``El día en que quede puro (curado), se lo llevará al sacerdote´´. Rashí
menciona al respecto una ley establecida en el Talmud: ``El día (en que quede puro), de ahí que esto no
debe hacerse de noche; sólo de día (a la luz del sol).
El sacerdote saldrá entonces con el enfermo ``hacia fuera del campamento, y verá el sacerdote: he aquí que
la enfermedad de la lepra se ha curado del leproso´´ (íd. Vers.3).
Aquí interviene Ibn Ezra y trae la opinión de ``Rabí Yoná, el gramático español´´ que decía que el texto
bíblico tendría que formularlo al revés: el leproso se ha curado de la enfermedad de la lepra (y no``la
enfermedad de él´´). úY por qué la Torá lo enuncia así, al revés? Son las palabras divinas de vida, frente a
nuestra falta de entendimiento, confiesa Ibn Ezra al no saber darnos una respuesta al interrogante planteado
por Rabí Yoná.
Y al mencionar a este Rabí Yoná, ``hasefaradí hamedakdek´´ según Ibn Ezra, lo hemos traducido como ``el
gramático español´´. Pero prestemos atención al hecho de que Ibn Ezra trae estos adjetivos en orden
inverso, también: ``el español gramático´´. ¿Quién nos dice si no hubo ya, en tiempos de Ibn Ezra (siglo XII
d.C.) , pujas entre sefaradim y ashkenazim como las que hay a veces hoy en Israel? Y que por eso Ibn Ezra
quiso recalcar que este Rabí Yoná era ``sefaradí´´ antes que ``gramático´´. Un orden de calificativos que hoy,
en nuestro idioma, no quedaría bien: decir ``un español gramático´´ es otra cosa que un sabio ``gramático
español´´

...

Si el paciente queda ``purificado´´ de su lepra -si se lo da de alta, diríamos hoy- entonces hay que tomar dos
pájaros y con ellos el sacerdote tiene que ejecutar un sacrificio ritual cuyos detalles se leen más adelante, en
el Vers.4 y los que siguen. Después de una espera de siete días, el leproso curado tiene que bañarse y lavar
su ropa, y debe afeitar todo el cabello que crece en su cuerpo, incluídas la barba y las cejas.
Al octavo día debe presentar nuevos sacrificios al sacerdote: dos ovejas, harina y aceite; y el texto bíblico
prescribe exactamente cómo debe hacerse el ``sacrificio de purificación´´ -llamémoslo así- y en qué partes el
cuerpo del paciente curado debe ser salpicado con el aceite y con la sangre de los animales ofrecidos.
Pero la Torá también contempla un caso excepcional: ``Y si él es pobre (`dal´, en hebreo) y su mano no
alcanza´´(ibíd. Vers.21). Aquí nos explica Ibn Ezra que en otro contexto en que aparece la palabra ``dal´´,
ella puede referirse a la envergadura del cuerpo, como en el caso del sueño de las vacas del sueño del
faraón, que eran ``dalot´´ (el plural femenino de ``dal´´, o sea, ``flacas y feas´´ (Bereshit- Génesis Cap.41
Vers.19). Pero también hay -prosigue- un caso como el presente, en que ``dal´´ define a alguien que no tiene
dinero.
Y el pobre -nos explica un comentario moderno (Hartom-Cassuto), ya que no lo hace ninguno de los antiguos
y tradicionales- en vez de dos ovejas, alcanza con que ofrezca una sola. Y en sustituto de la segunda, le
basta con dos pájaros (¿palomas?). Y en vez de las tres medidas de harina fina que prescribe el Vers.10,
también una sola (según Vers.21).
De todos modos, el ``kohén´´ o sacerdote que en la Antigüedad también actuaba muchas veces en funciones
de médico, recibía sus honorarios, ya sea del pudiente, y también del pobre.
Por otra parte, el alejamiento del leproso afuera del campamento nos hace recordar lo que hoy se llama
``cuarentena´´ en los casos de enfermedades contagiosas.

...

La ``Haftará´´ o porción de los profetas del sábado ``Metzorá´´ nos cuenta una aventura que vivieron cuatro
hombres leprosos, condenados a quedarse en cuarentena afuera de los muros de la ciudad de Shomrón (o
Samaria; ver Melajim Bet, el Segundo Libro de los Reyes, Cap.7 Vers.3 y subsiguientes).
La ciudad estaba sitiada por el ejército de Aram, que había venido de la Mesopotamia para conquistarla. Y
los cuatro leprosos, charlando entre sí, hicieron la siguiente reflexión: ``Si nos quedamos aquí, junto a la
puerta de la ciudad, seguro que nos vamos a morir. Si intentamos retornar a la ciudad, allí nos espera, como
a los demás, la muerte por el hambre. ¡Atrevámonos a ir al campamento de Aram, los sitiadores! Si nos
dejan con vida, viviremos, y si nos matan, moriremos´´ (ibíd.Vers.4).

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Llegada la noche, así lo hicieron los cuatro. Y cuál no fue su sorpresa cuando llegaron al campamento
enemigo: lo encontraron abandonado, los soldados, los oficiales y el rey de Aram, todos habían huído.
Parece que desde su país les llegó la noticia de que habían sido atacados durante su ausencia, y entonces
regresaron a la Mesopotamia (hoy: Irak) para defenderse.
Y los cuatro leprosos primero saciaron el hambre y la sed con los alimentos que hallaron en el campamento
abandonado. Después, ``recogieron plata, oro y ropas, y fueron a esconderlos´´. Y sólo después de esto,
regresaron a la puerta de Samaria y dieron la voz a los guardias, que en seguida lo comunicaron al rey
Yehoram (o Joram; rey de Israel, contemporáneo del profeta Elisha o Eliseo, a mediados del siglo IX a.C.).
El rey y la corte despertaron en plena noche, y comenzaron a deliberar: ¿No será esto una trampa que nos
tendió el rey de Aram? Deja el campamento vacío, se esconde por los alrededores, y cuando nosotros
salgamos de la ciudad para recoger los despojos del campamento que creemos abandonado, él a nuestras
espaldas entrará en Samaria por la puerta abierta, y la conquistará, aprovechando nuestra ausencia de la
ciudad.
Entonces decidieron enviar una pareja de jinetes exploradores, montados en dos de los cinco caballos que
quedaban con vida en la ciudad, razonando que si las tropas de Aram estaban al acecho y los matarían,
entonces esos dos jinetes se evitarían la lenta pero segura muerte por el hambre a la cual estarían
condenados si se quedaban en la ciudad.
Enviados los exploradores, ellos regresaron con la grata noticia de que el ejército de Aram realmente había
huído, y que todo el camino hasta el Jordán estaba lleno de ropas y de armas que los arameos habían tirado
al suelo para aliviarse y así, poder avanzar más rápido.
Y sólo después de ejecutada esta medida de precaución, el pueblo salió de Samaria y se dedicó al saqueo
de los alimentos y demás riquezas que el enemigo había abandonado frente a la ciudad. Y estos cuatro
leprosos - nos podemos imaginar- fueron celebrados como los principales héroes de esa jornada jubilosa.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 15/04/2005
PARASHAT AJAREI MOT
Uniones sexuales prohibidas
Hace tres semanas (ver Aurora del 31.3.05), hemos visto aquí cómo murieron dos hijos de Aarón por un
error que cometieron en un acto de culto que ejecutaron en el santuario.
A esa doble muerte se refiere el nombre de nuestra parashá de esta semana, ``Ajarei Mot´´, ``Después de la
muerte (de)´´. Pues así dice su pasaje inicial: ``Y habló el Eterno a Moisés después de la muerte (´´ajarei
mot´´) de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron ante el Eterno y murieron´´ (Vayikrá-Levítico Cap.16
Vers.1).
Comentando esta palabra ``bekorvatam´´, ``cuando se acercaron´´, Ibn Ezra llega a la conclusión de que
esos dos hijos habían ingresado con el incienso encendido que llevaban hacia adentro del santuario, pasada
la cortina que lo separaba del recinto.
Y acá, en este nuevo capítulo, D´´s previene a Aarón y a sus descendientes que no vuelvan a incurrir en
semejante error otra vez. Y da algunas instrucciones más acerca de los sacrificios que se han de ofrecer en
Su honor.

...

Un texto muy interesante de nuestra parashá es el de Vayikrá-Levítico Cap.18, que también se lee en
nuestras sinagogas en la tarde de Iom Kipur, el Día del Perdón. Este capítulo enumera todas las relaciones
sexuales que le están prohibidas al pueblo de Israel, y que son en su mayoría entre parientes cercanos.
En el encabezamiento de la lista leemos que ``no hagáis lo que hacían en el país de Egipto en el cual habéis
vivido, ni lo que hacen en la tierra de Canaán hacia la cual Yo os conduzco´´ (Vers.3).
Rashí deduce de esta advertencia previa que Egipto, por una parte, y los pueblos de Canaán que los hijos de
Israel estaban por conquistar, por la otra, eran los más pervertidos en las normas que este capítulo nos va a
enseñar.
Y en el Vers.6 leemos que ningún hombre debe acercarse a un ``pariente de su (propia) carne para descubrir
su desnudez´´, o sea, para tener relaciones sexuales. Y sigue a continuación: ``La desnudez de tu padre y la
de tu madre, no la descubras; es tu madre, no descubras su desnudez´´ (Vers.7). Rashí comenta: ``de tu
madre´´, aún en el caso de que no sea la esposa de tu padre.
Y esta prohibición además nos hace recordar lo que ocurrió con Noé -el del diluvio universal- quien ``plantó
un viñedo, y bebió del vino y se embriagó, y se descubrió (se destapó de la ropa que lo cubría) en medio de
la tienda´´ (Bereshit-Génesis Cap.9 Vers.20-21).
Su hijo Ham lo vio acostado desnudo en la carpa, y comentó el hecho a sus hermanos Sem y Yéfet.
Entonces estos dos tomaron una tela, se la colocaron sobre las espaldas, y caminando con la cara hacia
atrás fueron ``y cubrieron la desnudez de su padre; sus caras estaban dirigidas hacia atrás, y no vieron la
desnudez de su padre´´ (ibíd.Vers.23).
Cuando Noé despertó ``y supo lo que le había hecho su hijo menor´´, lo maldijo (ibíd.Vers.25). Acá tenemos
un caso de ``ver la desnudez´´ (el órgano sexual) literalmente, y no como eufemismo por ``tener relaciones
sexuales´´ como en todo el Cap.18 de Vayikrá-Levítico que estamos comentando.
También se prohíbe ``descubrir la desnudez de tu hermana, ya sea hija de tu padre o hija de tu madre,
nacida en la casa o nacida afuera´´ (Vers.9). Esto nos hace recordar el caso de Abraham y Sará, tal como lo
expuso el patriarca ante el rey Abimélej, para explicarle que no había mentido al afirmar que Sará era su
hermana: ``Y también en verdad ella es hija de mi padre, pero no hija de mi madre´´ (Bereshit-Génesis
Cap.20 Vers.12).
Abraham se había casado con Sará, una hermanastra por parte de su padre; y esto quizás nos explica
porqué los dos tardaron tantos años en tener un hijo. Y ahora, siglos después, en la Torá tales uniones
quedaron prohibidas.

...

Tampoco debe descubrirse la desnudez de ``la hija de tu hijo o la hija de tu hija´´ (o sea: las nietas) según el
Vers.10.
Y la lista de las prohibiciones sigue con: la hija de la mujer de tu padre, engendrada por tu padre; es tu
hermana, ``¡No descubras su desnudez!´´ (Vers.11). Y continúa con la ``hermana de tu padre´´ (una tía)
(Vers.12), con una ``hermana de tu madre´´ (otra tía; Vers.13) y tampoco debes descubrir la desnudez ``del
hermano de tu padre; no te acerques a su mujer, es tu tía´´ (Vers.14).
También está vedada la ``desnudez de tu nuera, la mujer de tu hijo´´ (Vers.15), o ``la mujer de tu hermano´´,
la cuñada (Vers.16).
Y tampoco deben descubrirse las desnudeces ``de una mujer y de su hija´´ o de ella ``y la hija de su hijo
(una nieta) o la hija de su hija´´, también una nieta (Vers.17).
Y el Vers.18 -``A una hermana, junto con su hermana, no tomarás, para enemistarse´´ (las dos hermanas

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entre sí, celosas por el amor del esposo) - nos remite a lo que ocurrió con Jacob, casado con dos hermanas
(Leá y Raquel), aunque no por elección de él, sino por una treta de Labán, el padre de las dos (ver
Bereshit-Génesis Cap.29 Vers.24-28).
En estos últimos casos, la prohibición bíblica por supuesto sólo es infringida cuando alguien ``descubre la
desnudez´´ de la segunda de las dos mujeres que le están prohibidas por ser parientas entre ellas.
También está prohibido ``acercarse´´ (``lo tikrav´´, en hebreo) para descubrir desnudez a una mujer ``en la
menstruación de su impureza´´ (Vers.19); de ahí que algunos hombres muy religiosos rehúsan sentarse al
lado de una mujer en el ómnibus, recelando que ella, en ese momento, esté teniendo el período menstrual.
Y como por decencia no le van a hacer preguntas al respecto, desisten de sentarse al lado de ella, y
prefieren seguir el viaje parados, algo bastante frecuente hoy día en Israel.
También está prohibido ``dar tu semen a la mujer de tu prójimo´´, o sea, el adulterio (Vers.20).
Y finalmente, ``con un varón no te acostarás; como acostarse con una mujer, es una abominación´´
(Vers.22). Este versículo nos lleva al tema de la homosexualidad, tan de boga en el mundo de nuestros días,
y nos explica por qué la ley judía no permite consagrar ``matrimonios´´ de esta índole, y por que se niegan a
hacerlo la gran mayoría de nuestros rabinos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 22/04/2005
PARASHAT SEPTIMO DIA DE PESAJ
El himno (del cruce) del mar
El próximo sábado es el séptimo y último día de la fiesta de Pésaj, y por eso tiene su porción de lectura
especial de la Torá, diferente de la que le tocaría en el orden semanal que venimos siguiendo en nuestras
notas.
Para ese día la tradición judía ha fijado como lectura un fragmento que trata de la salida de los hijos de Israel
de Egipto, que es el acontecimiento principal que se celebra en la fiesta de Pesaj. Y así es como volvemos al
segundo libro de la Torá, que en hebreo se llama Shemot y en castellano ``Exodo´´, precisamente por eso,
porque el acontecimiento más importante que se narra en él es el éxodo o salida de los hijos de Israel de
Egipto.
Y el punto culminante de ese éxodo es el momento en que las aguas del mar se abren para dejar paso a los
hijos de Israel y cuando, pasados éstos, vuelve a cerrarse y engulle en sus olas a los carros de guerra del
Faraón que corrían en pos de los esclavos hebreos fugitivos.
Desde el punto de vista literario, en cambio, el punto cumbre de ese acontecimiento está en el himno de la
victoria que entonan Moisés y los hijos de Israel, donde exaltan la omnipotencia del Eterno que les ha
concedido esa salvación milagrosa, junto con la destrucción de sus perseguidores.
Y a este himno, que aparece en la parashat Beshalaj, que ya hemos comentado aquí en su momento,
queremos dedicar nuestra nota de hoy. Figura en el Cap. 15 del libro de Shemot o Exodo, y a ese capítulo se
referirán todas las citas de versículos que traeremos más adelante (salvo indicación especial de que
pertenecen a otro texto bíblico).
``Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico (o: himno) al Eterno´´, dice el Vers.1 a modo de
introducción. Y a ello cabe agregar que también las mujeres tuvieron intervención en esta pieza literaria
popular, pues más adelante -acabado el texto del himno- leemos que ``y tomó Miriam la profetisa, la
hermana de Aarón, una pandereta en la mano, y en pos de ella salieron todas las mujeres con panderetas y
con bailes´´ (Vers.20).
¿Y qué es lo que cantaron las mujeres?
Repetían -quizás a guisa de estribillo- las palabras que figuran al comienzo del himno que entonaban los
hombres: ``Cantaré al Eterno pues ha mostrado Su poder, al caballo y a su jinete ha echado al mar´´
(Vers.1).
En el estribillo que repetían las mujeres Miriam introdujo un pequeño cambio. En vez de decir ``cantaré´´
(``ashira´´, en hebreo) al Eterno´´, ellas dijeron ``cantad´´ (``shiru´´) al Eterno´´ (Vers.21).
***

Un poco más adelante leemos en este himno que ``el Eterno es un guerrero´´ (`ish miljamá´: un hombre de
guerra), Su nombre es el Eterno´´ (Vers.3). Y para evitar cualquier intento de antropomorfismo (dar a D´´s
dimensiones humanas), Ibn Ezra explica en su comentario que D´´s ayuda a Sus creyentes que le son fieles,
pero ante los enemigos de ellos actúa como un guerrero que sale a defenderlos.
``Los carruajes de Faraón y su ejército ha arrojado al mar, y sus mejores oficiales fueron hundidos en el Mar
Rojo´´, dice el Vers.4. Y aquí caben dos observaciones: ``Yam Suf´´, que hemos traducido como ``Mar
Rojo´´, en realidad significa ``mar del junco´´ (``suf´´ es ``junco´´ en hebreo). Pero hasta el día de hoy
subsiste esta divergencia de llamarlo ``Yam Suf´´ en hebreo, y Mar Rojo en los idiomas europeos. Y en
cuanto a los ``oficiales´´ de los carruajes de guerra, ``shalishim´´ en hebreo, salta a la vista la raíz SH-L-SH
de este vocablo, que lo vincula con el número ``shalosh´´, tres.
Descubrimientos arqueológicos modernos han revelado que este ``tercer´´ tripulante de los carros de guerra,
el ``shalish´´, guarecía por detrás a los otros dos: él iba parado en el borde posterior del carro, tenía los
brazos extendidos y las manos aferradas a sendas manijas o argollas que el carro tenía en sus costados. De
tal modo cubría las espaldas de los otros dos y, asimismo, al cerrar con su cuerpo la apertura trasera del
carro, evitaba que aquellos dos se cayeran del mismo. Los otros dos guerreros eran uno, el atacante,
provisto de lanzas o de una espada, y el otro, el defensor, que sostenía el escudo que los protegía.
Hasta este descubrimiento, tanto comentaristas antiguos como modernos veían en el ``shalish´´ a un oficial o
comandante del equipo que tripulaba los carros de guerra. O como en el caso del ``shalish del rey, en el cual
(el rey) se apoyaba´´ (Melajim Bet, Segundo Libro de los Reyes Cap.7 Vers.2), lo interpretaban como ``su
hombre de confianza´´, cuando ahora, al saberse con más exactitud los detalles de este ``shalish´´, también
se comprende mejor su función de que ``el rey se apoyaba en él´´ cuando viajaban en el carro de guerra
real.
***

``Soplaste con Tu viento y los cubrió el mar; se hundieron como plomo en las aguas poderosas´´ (Vers.10),
dice el himno un poco más adelante. Recordemos que fue el viento quien apartó las aguas ante los hijos de
Israel, para que pudieran cruzar el mar por el fondo que había quedado al descubierto. Y luego, al dejar de
soplar ese viento, o peor aún, al soplar en dirección contraria, esas mismas aguas cubrieron los carros de

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guerra de los egipcios que, pesados como eran, se quedaron atascados en el barro y no pudieron retroceder
hasta la costa para ponerse a salvo.
***

``Porque entró el caballo (por: la caballería) de Faraón y su carro con los jinetes en el mar, y el Eterno hizo
venir sobre ellos las aguas del mar; pero los hijos de Israel anduvieron por la tierra seca en medio del mar´´
(Vers.19). Así describe la situación el último párrafo, antes de iniciarse el himno de Miriam y de las mujeres
de Israel, en un pasaje que puede ser parte, también él, del himno de Moisés, o bien interpretarse como un
relato en prosa que resume lo ocurrido en todo este episodio.
Ibn Ezra dice: ``A mí me parece que también este versículo pertenece al canto (o: himno)´´. Rashí, en
cambio, menciona una opinón del Talmud donde se interpretan las palabras iniciales de este Vers.19
``Porque entró en el mar´´ como ``Cuando entró en el mar´´, con lo cual todo el pasaje se convierte en relato
en prosa, y dejaría de formar parte del himno.
***

Al comenzar, después de esto, la intervención poética de las mujeres, encabezadas por ``Miriam la profetisa,
la hermana de Aarón´´, según hemos visto más arriba, explica Rambán (Rabí Moshé ben Najmán o
Najmánides) en su comentario: ``Me parece que debido a que en el himno figuran Moisés y Miriam, pero no
Aarón (el hermano de ambos), por eso la Torá quiso mencionarlo, y en honor de él agregó estas palabras
``la hermana de Aarón´´.
No sea que a Aarón le ocurra lo mismo que a su hermano Moisés: en toda la noche del Seder de Pesaj que
recién hemos celebrado, en todos los textos de la ``Hagadá´´ o ``Relato de Pesaj´´, a Moisés no se lo
menciona ni siquiera una sola vez.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 29/04/2005
PARASHAT KEDOSHIM
Cómo parecernos a D´´s
Si queremos traducir al español el nombre de nuestra parashá de esta semana, Kedoshim”, santos” (``pues
D”´´s dijo a Moisés: Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y les dirás: seréis santos (kedoshim”)
porque Yo, el Eterno vuestro D”´´s, soy santo”´´ Vayikrá-Levítico Cap.19 Vers.2), tenemos que tener en
cuenta qué abarca este término dentro del judaísmo, a diferencia de lo que define en otras religiones.
La raíz K-D-SH indica primordialmente algo apartado de lo profano. Algo sujeto a normas especiales, a pesar
de que no excede lo habitual en la vida cotidiana. O como lo dice uno de los comentarios modernos de la
parashá que estamos considerando: ``Si cumpliréis con estas leyes, seréis kedoshim”, santos”´´
(Hartom-Cassuto). El ideal de ser kadosh”, como lo es D”´´s mismo, tiene como propósito alentar al judío a
cumplir con esas leyes, para alcanzar este grado de parecerse a El.
¿Y cuáles son esas leyes que deben ser cumplidas?
En primer lugar, varias que ya figuran en los Diez Mandamientos, el Decálogo: ``Cada uno, temeréis (por:
respetaréis) a su madre y a su padre, y observaréis Mis días sábado”´´ (íd. Vers.3).
En los Diez Mandamientos, ``Honra a tu padre y a tu madre´´” era el quinto de ellos (en Shemot-Exodo
Cap.20 Vers.12 o en Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.15) y el padre allí se menciona antes que la madre.
Y el mandamiento del sábado, que le precede como cuarto, tiene versiones diferentes en estos dos libros de
la Torá.
Luego nuestra parashá de esta semana prescribe: ``No recurráis a los ídolos, y no os haráis dioses de
fundición´´ (Vers.4), un eco del tercer Mandamiento del Decálogo que dice: ``No te hagas estatua o todo
cuadro de todo lo que hay en el cielo por arriba, o abajo en la tierra, o en el agua por debajo de la tierra; no
te prosternes ante ellos y no les rindas culto´´” (Shemot-Exodo Cap.20 Vers.3-4, y repetido en
Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.7-8).
Luego siguen algunas disposiciones acerca de ciertos sacrificios. Conviene recordar que en la Antigüedad,
el sacrificio de un animal siempre involucraba la reunión de un grupo de personas que acudían para comer
de la carne del mismo, pues no había, como hoy, heladeras donde guardarla a largo ¨plazo. Y ya nuestra
parashá nos dice: ``Hay que comerla el día del degüello del animal, o al día siguiente. Y lo que quede hasta
el tercer día, será quemando en fuego”´´ (Vers.6).
Otras leyes que siguen en la parashá ordenan al dueño del campo que en la época de la cosecha o de la
vendimia, deje también parte del cereal o de las uvas para los pobres.
Luego vienen otra vez algunas leyes análogas a las que conocemos del Decálogo: ``No robaréis”´´ (Vers.11),
donde Rashí comenta que aquí se trata de robar dinero (o bienes), mientras que el No robarás” del Decálogo
se refiere a robar” una persona y venderla como esclavo (o secuestrarla, diríamos hoy, para pedir rescate
por ella).
``Y no jurarás por Mi nombre para mentir”´´ (Vers.12), leemos luego; reminiscencia del tercer Mandamiento
del Decálogo: ``No tomes el nombre del Eterno tu D”´´s en vano” (Shemot-Exodo Cap.20 Vers.6 y
Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.10).
También se prohíbe mentirle al prójimo, o engañarlo (Vers.11) o explotarlo de algún modo. Esto último
incluye un problema que resultó muy de actualidad el año pasado en Israel, y llevó a una huelga general en
todo el país: ``No retengas contigo la paga del trabajador hasta la mañana´´” (Vers.13). Es decir: hay que
pagar la jornada de trabajo en el mismo día en que el trabajador lo ejecutó, y no demorar el pago. Y hoy, en
esta época en que la mayoría de los trabajadores reciben sueldos mensuales, la ley israelí establece un
plazo de diez días después del mes trabajado, para pagarlos. La Torá usa en este pasaje el verbo lo talín”,
no hagas pernoctar contigo” la paga del trabajador, de una raíz L-I-N (o también L-U-N), pernoctar”, la misma
del moderno vocablo malón”, hotel” (es decir: un sitio para pernoctar”). Y la infracción a la ley se la llama,
también en la moderna legislación israelí, halanat sajar”, pernoctación del salario”.
Luego siguen dos prohibiciones de índole más bien moral: ``No maldigas a un sordo”´´ (Vers.14), pensando
que él igual no puede oírte. O según el uso que se da hoy en Israel al verbo K-L-L que aquí figura en el texto
bíblico, podríamos interpretarlo como ``No insultes a un sordo´´”. Y una ley paralela a ésta: ``Y delante de un
ciego, no coloques un obstáculo”´´ (ibíd.) con el cual pueda tropezar y caerse. ``Y temerás a tu D”´´s; Yo soy
el Eterno”´´ concluye este Vers.14. E Ibn Ezra comenta: Y puedo castigarte, volviéndote sordo o ciego a ti.
Rashí pregunta: Y a quien no es sordo, entonces ¿sí, puede maldecírselo ( o insultarlo)? Y nos señala otro
pasaje bíblico, que prohíbe hacerlo: ``Y al príncipe en tu pueblo, no maldecirás´´” (Shemot-Exodo Cap.22
Vers.27). Sacándole el príncipe”, queda: en tu pueblo, no maldecirás”. A nadie: ni príncipe, ni sordo.
Y en cuanto a no poner obstáculos delante de un ciego, Rashí amplía la extensión de esta prohibición y dice:
Ciego”, aún el que ve bien pero no entiende una cosa; de ahí que no debe darse, tampoco, un consejo
malintencionado. No le digas: vende tu campo, y toma un burro en pago por él.
Y temerás a tu D”´´s”; aquí Rashí comenta: esta clase de infracciones no pueden conocerlas los hombres, ni
saber si la intención del que la cometió era para bien o para mal. El acusado siempre afirmará: ``Tuve
buenas intenciones´´, y por eso el texto bíblico invoca a D”´´s, que conoce los pensamientos de cada
hombre, y lo que siente en su corazón. ¡El habrá de juzgarte por esto!

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***
Y ya que hablamos de juzgar” y de justicia, esto nos lleva al próximo versículo, que dice así: ``No hagáis
injusticia en el juicio: no eleves a un pobre ni favorezcas a un grande; con equidad juzgarás a tu prójimo”´´
(Vers.15). Ibn Ezra acota que este pasaje se dirige especialmente a los jueces y a los testigos que
intervienen en un juicio.
Acerca de la primera parte, no eleves a un pobre”, Rashí comenta: que no digas (tú, el juez) que éste es un
pobre, y que por eso el rico debe ayudarle; por eso fallaré la sentencia en su favor.
Y de la segunda parte, no favorezcas a un grande”, dice Ibn Ezra: un grande en dinero” (es decir: un rico), y
Rashí añade que el juez no debe pensar: por ser persona importante, no puedo hacerlo pasar vergüenza,
imponiéndole el castigo que merecería.
***
``No camines chismoso (rajil”, en hebreo) en tu pueblo´´” ordena el Vers. 16, y Rashí explica: Todos los que
incitan a odios caminan de casa en casa y cuentan las cosas malas que vieron o que escucharon, para
exponerlas en público; y esto se llama eshpioment” en lengua extranjera, es decir, en el primitivo francés que
se hablaba alrededor de Rashí. Y en este antiguo vocablo es fácil reconocer las modernas palabras
españolas espía” y espiar”. Rashí se refería a un espiamiento. Y como apoyo de su aserción, Rashí explica
que el origen de la palabra hebrea rajil” está en réguel”, pierna” o pie”, y nos da una pequeña lección de
fonética, al afirmar que la J de rajil” y la G de réguel” (pie” o pierna”) suelen intercambiarse a veces, como
sucede también con otros sonidos que tienen un mismo origen” (en los órganos vocales que los emiten): la B
y la P (labiales), la G y la J (guturales), la K y la C (oclusivas) y la Z y la TZ (sibilantes).
Y trae algunos ejemplos de textos bíblicos, donde la raíz R-G-L se usa como verbo que indica: ir a pie (o sea:
caminar) para recoger informaciones o para ofrecer en venta, de casa en casa, ciertas mercaderías.
Agreguemos que hoy, en hebreo moderno, rojel” es un vendedor ambulante” y rejilut” es chismografía”, o sea
que ambos términos han seguido evolucionando en el sentido que les da Rashí.
Y en este mismo Vers.16, en la segunda mitad del mismo, leemos que ``No estés parado junto a la sangre
de tu prójimo”´´. Rashí explica: Ves que él está muriendo, y no acudes a prestarle ayuda; si por ejemplo, se
está ahogando en el río, o un animal feroz o asaltantes lo están atacando.
Ibn Ezra, en cambio, sostiene: No debes juntarte con criminales que son capaces de matarlo. Y añade: pues
es cosa sabida, cuántas personas fueron matadas porque las denunciaron. Y también trae un ejemplo de la
Biblia donde tal cosa ocurre.
***
Y así, nuestra parashá sigue en este Cap.19 y en el 20 con muchas leyes más, como guía de cómo llegar a
ser kedoshim”, santos”, para imitar al Eterno que lo es.
¡Una empresa nada fácil, por cierto!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 06/05/2005
PARASHAT EMOR
Leyes sacerdotales
Emor”, el nombre de nuestra parashá de esta semana, es un imperativo del verbo A-M-R y significa: Di (tú)”.
Porque así dice el versículo inicial de la parashá: Y dijo el Eterno a Moisés: Di (emor”) a los sacerdotes hijos
de Aarón: no debe(n) impurificarse por muerto alguno en su pueblo” (Vayikrá-Levítico Cap.21 Vers.1).
Y a continuación sigue la lista de las excepciones: parientes muy cercanos, por los cuales sí les está
permitido impurificarse (mediante el contacto o la cercanía física con ellos) cuando mueren: la madre, el
padre, un hijo, una hija o un hermano (en ese orden, en el Vers.2); luego también una hermana soltera y
virgen (Vers.3; porque si está casada, deben ocuparse de su sepelio el marido, los hijos y demás parientes
que no son sacerdotes).
Rashí trae una cita del Talmud, donde se establece que al ordenar D”´´s los sacerdotes, hijos (varones) de
Aarón”, quedan excluídas de estas leyes las hijas mujeres. E Ibn Ezra comenta, de un modo más general:
``Después de que D”´´s dio a todo el pueblo de Israel, incluídos los sacerdotes o kohanim”, las leyes que
figuran en la parashá anterior (y parte de las cuales hemos visto en nuestra última nota), ahora El especifica
que además de ello, los sacerdotes también deben ser kedoshim” o santos para su D”´´s (Vers.6) mediante
el cumplimiento de estas otras leyes que se detallan en nuestra parashá de hoy.
El hecho de que en el Vers.2 la madre figura antes que el padre -por ella, cuando muere, el hijo sacerdote sí
puede impurificarse- Ibn Ezra lo explica por un hecho que quizás era habitual en su época (el siglo XII d.C.)
pero que ya no lo es más en nuestros días: porque generalmente ella muere primero, pues el varón vive más
que la mujer”.
***
También figura en nuestra parashá la norma que ya hemos mencionado alguna vez aquí, de que a un
sacerdote le está prohibido casarse con una mujer prostituída, violada o divorciada de su marido (Vers.7). Y
entonces dijimos que las iniciales de esta prohibición forman la palabra Azulay (de:” ishá zoná vajalalá lo
yikaju”), que muchos kohanim” han adoptado como apellido.
***
Siguen en nuestra parashá varias otras leyes destinadas a los sacerdotes, y después, en el Vers.10, el Cap.
21 que estamos recorriendo trae las normas que rigen para el Sumo Sacerdote, el ``Kohén Gadol”´´. El no
debe impurificarse con ningún muerto, ni su padre (que figura primero) ni su madre, y debe vivir
constantemente en el Tabernáculo: ``Del santuario no saldrá´´” (Vers.12). Ibn Ezra trae la observación de
comentaristas antiguos, que dijeron: no debe salir de él para participar en el sepelio (de su padre o de su
madre, cuando murieron), y es lo correcto”, concluye nuestro sabio español.
Para casarse, el Sumo Sacerdote debe tomar una mujer virgen” (Vers.13); le están prohibidas, igual que al
sacerdote común, una divorciada, una violada o una prostituta”, sino que tomará una virgen de su pueblo”
(Vers.14). Y aquí comenta Ibn Ezra: de su pueblo”, y no, por ejemplo, una mujer virgen, prisionera de guerra,
que se convirtió al judaísmo.
Acá resulta interesante el término que usa Ibn Ezra para definir la conversión al judaísmo: mityahédet”, de la
raíz Yehudí”, judío”. Porque por lo general, y hasta el día de hoy, en hebreo moderno, se suele usar más el
término hitgayer”, de una raíz G-Y-R, vinculada a su vez con el vocablo guer” que en la Biblia generalmente
se usa para designar al extranjero” que habita” (gar”) en el país de Israel.
Muchas leyes de la Torá protegen al ex- tranjero, prohíben explotarlo, maltratarlo, etc., y alguna vez también
surge la admonición de recordar que (también vosotros) fuisteis ex- tranjeros (guerim”) en la tierra de Egipto
(Shemot-Exodo Cap.22 Vers.20), y por eso conocéis de cerca de situación de inferioridad en que éstos se
hallan en un país extraño. Y bien podríamos agregar, como ejemplo, los dos milenios de diáspora judía por
muchos países del mundo, que la Biblia todavía no conocía.
La situación del guer” en el antiguo Israel podría equipararse hoy día a la del inmigrante que adoptó la
ciudadanía del nuevo país en que está viviendo.
Quizás por eso el idioma hebreo adoptó el verbo hitgayer”, volverse guer”, para designar al extranjero que
viviendo aquí, en el antiguo reino de Judea o de Israel, resolvió adoptar la cultura y la religión que lo
circundaban, e integrarse al pueblo de los hijos de Israel. La guerá” o mujer conversa al judaísmo más
famosa de los tiempos bíblicos fue Rut, la ex moabita, lejana antepasada del rey David.

El término lehityahed” que usa Ibn Ezra ya no habla de un ciudadano naturalizado, sino de alguien que se
convirtió a la religión judía.
Y en cuanto al vocablo guer”, digamos finalmente que sospechamos su presencia también en la palabra
inglesa stranGER” o en la española extranJERo”, cuyo origen quizás podría ser una suma de extra” más
guer”: un guer” o ciudadano” llegado de extra”, de afuera”.
***
Hablando del fallecimiento de los parientes cercanos del sacerdote, nuestra parashá también nos describe
algunos de los ritos fúnebres que se practicaban en aquellos lejanos tiempos, y que al kohén” o sacerdote le
están prohibidos: raparse el pelo de la cabeza, afeitarse la barba y autoinfligirse heridas y raspaduras en el

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cuerpo, según lo leemos en el Vers.5. Recordemos, sin ir muy lejos, ciertos ritos musulmanes de
autoflagelación que se practican hoy para dolerse por la muerte de un fundador del Islam ocurrida hace
muchos siglos (sigue).
Rashí comenta que raparse la cabeza” es señal de duelo, y que afeitarse la barba” por un muerto era
costumbre que se practicaba en algunos sitios del país de los caldeos”, o sea, la Mesopotamia (hoy: Irak).
Otra costumbre para expresar el duelo era rasgar la ropa que uno llevaba puesto: cuando los hijos le traen a
Jacob la ropa ensangrentada de José, presuntamente devorado por un animal feroz, desgarró Jacob sus
ropas” (Bereshit-Génesis Cap.37 Vers.34).
En caso de luto, el Sumo Sacerdote no rasgará sus vestidos” (Vers.10), e Ibn Ezra comenta: de todo esto
podemos aprender qué establecieron nuestros sabios como normas de luto.
***
Y una reminiscencia de ello quedó en la tradición judía hasta el día de hoy, cuando en el cementerio,
después de sepultado el familiar fallecido, un funcionario del lugar se acerca a los deudos con una tijera u
otro objeto cortante en la mano, y les hace un pequeño tajo en cierto sitio de la ropa, por la zona del cuello o
del pecho.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 13/05/2005
Cuestiones inmobiliarias
PARASHAT BEHAR
El nombre ``Behar´´ de nuestra parashá de esta semana significa ``en el monte´´, porque ella se inicia con
las siguientes palabras: ``Y habló el Eterno a Moisés en el monte (behar) de Sinaí, diciendo´´
(Vayikrá-Levítico Cap.25 Vers.1).
Las leyes que siguen a continuación prescriben que al cabo de seis años de rendir sus frutos, ``la tierra
reposará un shabat (o descanso) para el Eterno; seis años sembrarás tu campo y seis años podarás tu
viñedo, y recogerás sus frutos; pero el séptimo año será `shabat shabatón´ (`descanso supremo´) para la
tierra, un descanso para el Eterno: tu campo no sembrarás y tu viñedo no podarás´´ (Vers.2-4).
Lo que crezca en el campo o en la viña a pesar de este descanso, digamos de granos que cayeron a tierra
en la época de la cosecha anterior, será ``para ti y tu esclavo, tu sierva, tu trabajador asalariado y el
extranjero que vive contigo; y para tu ganado y para los animales (no domesticados) que hay en tu país, será
para comer todo el producto (de la tierra; Vers.6-7).
Ibn Ezra explica: todo se desarrolla como si en este séptimo año el campo no fuese de tu propiedad. Todos
tienen derecho a transitar por él, y a recoger para sí lo que hallen a su paso por el camino.
Y al cabo de siete años ``sabáticos´´, después del año número 49 que también lo fue, llega el año número
50, el año de ``yovel´´ o jubileo, para el cual también rige el descanso arriba decretado. Pero además, en ese
año jubileo ``regresaréis cada uno a su propiedad, y cada uno retornará a su familia´´ (Vers.10).
Vale decir que en toda la tierra de Israel no habrá latifundios, en los cuales un solo propietario alcanza a
reunir muchas tierras bajo su dominio, y todos los campesinos trabajan para él. Cada 50 años la tierra vuelve
a redistribuirse entre sus primitivos dueños -o entre sus herederos- tal como fue repartida entre las tribus en
la época de la conquista de Canaán por Josué, el sucesor de Moisés.
¿Y que pasa cuando alguien vendió su campo? ``Y cuando hagáis una venta a tu prójimo, no engañéis cada
uno a su hermano (o: prójimo). Según la cantidad de años después del (año) jubileo comprarás de tu prójimo
(pagarás el precio), según el número de años (que falten para el próximo año jubileo) te lo venderá. Si son
muchos los años, será mayor el precio, y si son pocos, será menor. Porque te vende una cantidad de
cosechas´´ (Vers.15-16).
Y más adelante, la Torá establece el principio que rige esta venta de campos, que hoy quizás podríamos
llamar un ``leasing´´ de cosechas: ``Y la tierra no será vendida a perpetuidad, porque la tierra es Mía (de
D´´s). Porque vosostros sois `guerim´ (`extranjeros´; hemos explicado este término más a fondo en nuestra
última nota) y habitantes que estáis conmigo´´ (Vers.23).
Luego, la Torá trata un problema con que el campesino se enfrentará ante la inminencia del año sabático:
``Y si dijereis: ¿qué comeremos en el séptimo año, si no sembramos ni recogemos nuestra cosecha? Yo
(D´´s) os enviaré Mi bendición en el sexto año, y producirá su cosecha para los tres años (Vers20-21). Rashí
explica: para parte del sexto, para todo el séptimo (en que no habrá cosecha) y para el octavo (en que recién
se empieza a sembrar de nuevo.
...
Hoy día hay quienes explican que la intención del descanso del séptimo año para el campo que manda la
Torá, era evitar despojarla demasiado de sus minerales a través del monocultivo, y para darle un respiro que
le permitiese recuperar los elementos perdidos, renovación que hoy se obtiene a través de los abonos
químicos y la rotación de los cultivos.
Pero podemos creer que la medida estaba dirigida más bien hacia el hombre que para la tierra: para
educarlo en el sentido de que el campo no era propiedad suya sino que le fue dado en arriendo por D´´s
como un ``leasing´´ para que usufructe de las cosechas, nada más. Para evitar, como dijimos, la creación de
latifundios: el problema que se presenta cuando el campesino carece de un terreno propio y debe trabajar en
campos ajenos por el bajo salario que le ofrecen los dueños del mismo. Un problema que hasta el día de hoy
afecta a muchas zonas en el mundo, especialmente en América Latina.
...
Porque en el antiguo Israel, el campo perteneciente a la familia y recibido en heredad, la ``ajuzá´´ o
``najalá´´, no se vendía salvo en casos de extrema necesidad, o para pagar con él deudas contraídas.
En la misma Biblia tenemos el ejemplo de Nabot, un hombre cuya viña tuvo la mala suerte de estar al lado
del palacio de veraneo del rey Ajav (o Acab), en el valle de Yezreel (la historia puede leerse en el Primer
Libro de los Reyes, Cap.21). El rey quiso comprar esa viña para instalar allí un jardín de recreo adyacente al
palacio, pero Nabot se negó terminantemente a vender ``la herencia de mis padres´´ (Vers.3). Ni por dinero,
ni a cambio de otra viña mejor, pero en otro sitio, que le ofreció el rey.
El ``problema´´ llegó a los oidos de Izével (Isabel), la esposa fenicia del rey, que por su origen extranjero no
alcanzaba a entender como el súbdito del monaca osaba negarse a semejante pedido. Y ella lo solucionó al
uso fenicio: entabló contra Nabot un juicio, en el cual testigos falsos lo acusaron de un crimen (maldecir a
D´´s y al rey) que el no había cometido. Nabot fue condenado a muerte, ejecutado y sus bienes -incluso la
viña- pasaron a ser propiedad del rey Acab.
Sólo que el escándalo también llegó a conocimiento del profeta Elías, y éste se ocupó de reprender en

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público al rey con la famosa frase de ``¿Has asesinado, y también has heredado? (íd. Cap.21 Vers.19), y le
anunció como castigo una sangrienta muerte que sufriría por la injusta ejecución de Nabot. Esta profecía
también se cumplió más tarde, y los detalles de la muerte de Acab pueden leerse en el Cap. siguiente, en los
Vers.37-38.
Tan fuerte era, en la antigüedad, el apego del campesino a sus tierras. Ya lo dice el mismo término ``ajuzá´´
con que a veces se denomina un ``campo´´,: de la raíz A-J-Z, que como verbo significa ``tener con fuerza en
la mano´´, ``aferrarse´´. Por eso, también, en 1909 los fundadores de lo que hoy es Tel Aviv eligieron para el
nuevo barrio que fundaron al norte de la ciudad de Iafo el nombre de ``Ajuzat Báyit´´, ``heredad de casa´´ (en
vez de ``campos´´), que un año más tarde fue cambiado por Tel Aviv. (Más detalles pueden leerse en
nuestra nota titulada ``El nombre Tel Aviv´´ en la revista ``Línea Directa con Israel y Medio Oriente´´ de
noviembre de 1996, publicada por la Editorial Aurora del presente semanario).

...
Y en nuestros tiempos modernos, este enfoque de la propiedad de la tierra nos explica, por un lado, la
reminiscencia del mismo que quedó hasta hoy en día en la mentalidad de nuestros vecinos árabes quienes
incluso celebran una vez al año el ``Día de la Tierra´´, y por otra parte, la actitud judía cuando en 1902 se
fundó el ``Keren Kayémet LeIsrael´´, el ``Fondo Agrario de Israel´´, destinado a recolectar dinero de los
judíos para comprar tierras en este país que habitamos, y que sean propiedad de todo el pueblo judío. Sobre
esas tierras se levantaron después gran parte de los kibutzim y se plantaron muchos bosques que hoy
enverdecen nuestro país.
...
Retornando al año sabático, en hebreo también se lo llama ``shenat shemitá´´. Este nombre, shemitá, de la
raíz SH-M-T (``apartar la mano de algo´´ o ``condonar una deuda´´) ya nos remite a otro aspecto de dicho
año, que puede leerse en el quinto libro de la Torá, Devarim o Deuteronomio, Cap.15 Vers.1-6: cada siete
años se ``condonaban´´ las deudas en el antiguo Israel, se ``apartaba la mano´´ de pedirle al deudor que las
pague. ¡Algo adecuado para responderle al gerente del banco que nos hace llamar para hablarnos del
sobregiro de nuestra cuenta corriente o de la hipoteca que debemos!
Pero estamos recién en las postrimerías del tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico, que acabaremos de
leer en nuestras sinagogas -y de comentar aquí- la semana que viene. Para el quinto libro y la condonación
de las deudas, todavía falta mucho.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 20/05/2005
PARASHAT BEJUKOTAY
La paz como bendición máxima
``Si andaréis en Mis leyes (o sea: las obedeceréis)´´ dice nuestra parashá de esta semana en sus palabras
iniciales; y de ahí su nombre ``Bejukotay´´, ``en mis leyes´´ (Vayikrá-Levítico Cap.26 Vers.3).
Ibn Ezra comenta que ``andaréis en Mis leyes´´ se refiere a observarlas y cumplirlas. Y Rashí explica que
significa: esforzarse en (el estudio de) la Torá, y abona su opinión con una cita del quinto libro de la Torá,
donde se lee: ``Y las estudiaréis (las leyes) y las observaréis, para hacerlas (Devarim-Deuteronomio Cap.5
Vers.1).
Para poder cumplirlas, previamente hay que saberlas, y ello requiere que uno las estudie.

...

¿Y qué ocurrirá cuando los hijos de Israel obedezcan las leyes del Eterno? Recibirán Sus bendiciones, por
supuesto. Y la primera de ella es que ``daré vuestras lluvias en su (debido) tiempo, y la tierra dará su
cosecha, y el árbol del campo dará su fruto´´ (Vayikrá-Levítico Cap.26 Vers.4).
Rashí comenta qué son las lluvias ``en su debido tiempo´´: cuando la gente no acostumbra salir afuera,
como por ejemplo en las vísperas de los sábados (los viernes de noche). Y más ampliamente podríamos
decir que es cuando el campo, con la semilla recién sembrada, más las necesita. Sin tomar tanto en cuenta
si el público se moja o no cuando sale a la calle o cuando emprende camino montado en burros, camellos o
automóviles.

...

Como consecuencia de las lluvias llegadas en dosis y en épocas adecuadas, la cosecha será tan abundante
que ``la trilla alcanzará la vendimia, y la vendimia, la siembra´´ (Vers.5). Todavía estarán muy ocupados en
trillar todo el trigo que recogieron, cuando ya llegará el momento de salir a juntar las uvas. Y éstas serán
tantas, que todavía estarán ocupados con la vendimia, cuando ya será hora de ir a sembrar trigo otra vez.
Como consecuencia de tanta abundancia ``comeréis vuestro pan hasta hartaros, y habitaréis con seguridad
en vuestro país´´ (también Vers.5).
Y la Torá amplía este concepto: Y (Yo, D´´s) daré paz en el país, y os acostaréis sin sobresaltos, y libraré al
país de animales feroces, y no pasará espada en vuestro país´´ (Vers.6).
Rashí comenta: vosotros podríais argüir: hay comida y hay bebida, pero si no hay paz, no hay nada. Por eso,
después la Torá también dice: ``Y daré paz en el país´´; de ahí que la paz vale tanto como todo lo demás.
¡Quién como nosotros, los judíos de Israel, conoce por experiencia propia desde la fundación del Estado en
1948 o de todavía antes esta triste verdad enunciada por Rashí en el siglo XI d.C. en Francia! ¡Cuántos
comensales en restaurantes y cafés no fueron matados o quedaron tullidos en medio de la comida por
bombas árabes que explotaron en el lugar, incluso en un mismísimo Séder de Pésaj, la comida pascual que
es reunión religiosa y gastronómica a la vez!

...

Ibn Ezra, en cambio, vincula el ``vivir con seguridad en vuestro país´´ con la abundancia de los alimentos,
porque cuando éstos faltan, ``en tiempos de hambre, los hombres dejan su país para ir al exilio´´, hecho del
cual hemos visto muchos ejemplos en los libros de la Torá que venimos comentando aquí: durante épocas
de hambre y sequía en Canaán, Abraham bajó a Egipto (Bereshit-Génesis Cap.12 Vers.10); su hijo Isaac fue
al país de los filisteos (íd. Cap.26 Vers.1) y su nieto Jacob, también a Egipto, donde lo esperaba su hijo José
en la época de las ``vacas flacas´´ (íd. Cap.45 Vers.25).
Además, posiblemente también influyeron sobre Ibn Ezra las peripecias de su propia vida: tuvo que viajar
muchas veces de un país a otro (llegó desde su España natal hasta Eretz Israel) y quizás el motivo de tan
frecuentes cambios de domicilio también fue la búsqueda de sustento. O de comida, como lo define
claramente la Torá.
Recordemos que Rashí, en cambio, era un acomodado viñatero de Troyes, la capital de la antigua región de
Champaña cuyo vino de ese nombre es famoso hasta el día de hoy. Y para él, el peor desastre posible era
una guerra, tal como lo define la Torá.

...

Pero aún en las guerras, los hijos de Israel resultarán victoriosos, si cumplen con las leyes del Eterno y
gozan de Su bendición y beneplácito: ``Y cinco de vosotros perseguirán a cien (del enemigo), y cien de
vosotros, a diez mil; y vuestros enemigos sucumbirán delante de vosotros, bajo la espada´´ (Vers.8).
También estas definiciones hacen recordar hechos bélicos ocurridos durante las diversas guerras que

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sostuvieron escasos pobladores de kibutzim contra ejércitos árabes profesionales que invadieron Israel en
diversas ocasiones, principalmente durante la Guerra de la Independencia en 1948.
Y como símbolos de esa inferioridad de condiciones, y en recuerdo de los caídos en la defensa del país,
todavía se conservan y exhiben, a la vera del camino de acceso a Jerusalén, los restos de los jeeps y de
otros vehículos semejantes que tuvieron que enfrentar en aquellos días a los tanques de los ejércitos árabes,
y lograron rechazarlos.
Todo esto, mientras las cosas van bien y el pueblo de Israel cumple con las leyes del Eterno y goza de Su
bendición. Hasta el Vers.13 del Cap.26 de Vayikrá-Levítico.
Pero en caso contrario, anuncia después el Vers.14, ``y será si no Me obedeceréis y no cumpliréis con todos
estos mandamientos´´, entonces seguirá una serie de castigos y maldiciones que se extienden hasta acabar
el Vers.41; vale decir, en una proporción de más que el doble que los versículos del bienestar y de la
bendición.

...

Acabados los párrafos del castigo, el texto dice: ``Y recordaré (Yo, D´´s) Mi pacto con Jacob, y Mi pacto con
Isaac, y también Mi pacto con Abraham recordaré, y el país recordaré´´ (Vers.42) para poner fin a todas las
acciones de castigo, ya que ``el país será abandonado por ellos (los hijos de Israel) y cumplirá con sus
descansos al volverse desierto sin ellos´´ (Vers.43). Es decir: por no haberle concedido el pueblo de Israel el
descanso del séptimo año sabático a la tierra.
Llevados al exilio los habitantes del país, toda la tierra de Israel se volvió desértica porque no había nadie
para trabajarla. Tal como la hallaron los pioneros de los primeros movimientos jalutzianos que retornaron
aquí a fines del siglo XIX para volver a trabajarla.

...

Y con parashat ``Bejukotay´´ hemos acabado la lectura del tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico.
El cuarto libro, Bamidbar o Números, será el tema de nuestras próximas notas.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 27/05/2005
PARASHAT BAMIDBAR
El censo de los seiscientos mil
Iniciamos el próximo sábado la lectura del cuarto libro de la Torá en nuestras sinagogas. En hebreo se lo
llama ``Bamidbar´´, ``En el desierto´´, por la primera palabra distintiva del mismo: ``Y habló el Eterno a
Moisés en el desierto de Sinaí (´´bemidbar sinay´´, en hebreo), en la Tienda de la Reunión (el Tabernáculo),
en el primer día del segundo mes después de su salida del país de Egipto, diciendo´´ (Bamidbar-Números,
Cap.1 Vers.1).
En los idiomas europeos, tal como lo acabamos de señalar, el libro se llama ``Números´´ por los diversos
censos que contiene, y que ya comienzan en nuestra parashá de hoy.
Añadamos todavía una pequeña sutileza gramatical acerca del nombre hebreo del libro. El texto dice
``bemidbar sinay´´, ``en el desierto de Sinaí´´, donde la primera palabra significa: ``en el desierto de´´. Al
volverla ``bamidbar´´, con la leve diferencia en su primera vocal (la ``e´´ de ``be´´ se cambia por ``a´´: ``ba´´)
queda anulado el significado indefinido de ``en el desierto de´´ y se cambia por ``en el desierto´´. Así lo
acostumbran decir todos en hebreo, aunque es una pizca incorrecto. Por eso también seguiremos con esta
costumbre aquí, en nuestras notas, a pesar de la pequeña inexactitud que representa con respecto al
original bíblico.
...
¿Qué dijo el Eterno a Moisés en esa fecha tan exactamente definida?
Que debe contar o censar a los hijos de Israel: ``Todo varón mayor de veinte años, que sale al ejército en
Israel (o sea: en edad militar), los contaréis, tú y Aarón´´ (íd. Vers.3).
Rashí comenta, en el comienzo de su glosa al Vers.1, que ``por Su cariño a ellos, D´´s los mandó contar
tantas veces: cuando salieron de Egipto, y cuando incurrieron en el pecado del becerro de oro y muchos de
ellos murieron -para saber cuántos quedaron con vida- y ahora que El se dispone a residir en medio de ellos
(en el Tabernáculo o Tienda de la Reunión) los manda contar otra vez. El Tabernáculo fue levantado el
primero de Nisán (por marzo-abril) -dice Rashí- y ahora, un mes después, el primero de Iyar, D´´s los censa.
Ibn Ezra, en cambio, señala otro detalle importante en su comentario al versículo inicial del libro: el texto dice
``en el desierto de Sinaí´´ para comunicarnos que Moisés no tuvo que subir otra vez al monte de Sinaí para
hablar con D´´s, sino que ahora oyó Sus instrucciones en la Tienda de la Reunión (que por eso se llama así:
en ella se ``reunía´´ con D´´s). Además -así Ibn Ezra- en esa ``reunión´´ con D´´s el primer día del mes,
Moisés recibió las normas acerca de cómo preparar a los hijos de Israel para un ordenado movimiento por el
desierto: cómo cada tribu tenía que seguir detrás de su bandera. Ya que poco después, el día veinte de ese
mes, tenían que comenzar su camino por el desierto, concluye Ibn Ezra.
...
Rambán (o Najmánides) dice al comienzo de su comentario que ``después de que explicó las leyes de los
sacrificios (contenidas en el tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico), ahora (D´´s) comienza a poner orden
aquí en las leyes que atañen a la Tienda de la Reunión (``óhel moed´´, en hebreo).
Y Sforno empieza su comentario, acotando al texto donde D´´s manda: ``Cuenta la cabeza (o sea: haz un
censo) de toda la comunidad de Israel´´ (Vers.2) que ello se hizo para ordenarlos, para que entren en
seguida al país (de Canaán), cada uno con su bandera (la de cada tribu) al frente, sin necesidad de guerra
alguna, porque los pueblos locales retrocederían ante ellos´´ y les permitirían conquistar el país sin guerra
alguna. Y trae algunos ejemplos de la misma Biblia donde tal cosa realmente ocurrió.
...
Después de los censos parciales de todas las tribus, llegamos en el primer capítulo de nuestro nuevo libro
de hoy al siguiente total: ``Y fueron todos los censados, seiscientos mil y tres mil y quinientos cincuenta´´
(Vers.46), o sea, 603.550 varones en edad militar, mayores de 20 años.
Y ya dijimos en nuestro ciclo de comentarios bíblicos del año pasado que semejante número de varones,
más las mujeres, los niños y los ancianos correspondientes, involucraría una masa humana de unos dos
millones de personas.
Y que la opinión de David Ben Gurión, quien además de estadista también era un ferviente aficionado de la
Biblia, era que en este texto que nos ocupa, la palabra hebrea ``élef´´ (generalmente, el número 1.000)
habría que leerla con el significado más reducido que tiene en algunas otras ocasiones: ``cabeza´´ (de
ganado), como en otros pasajes de la misma Torá, ``alafeja´´, ``tus cabezas (de ganado)´´ en
Devarim-Deuteronomio Cap.7 Vers.13 y asimismo en Cap.28 Vers.4 y 51. De tal modo, los 600.000l
quedarían reducidos a 600 personas solamente, y el total del pueblo de Israel, a unas 2.000 personas,
incluídos los niños, las mujeres y los ancianos. Descendientes todos ellos de las 70 personas que varias
generaciones antes habían llegado a Egipto, en tiempos de Jacob/Israel y de su hijo José, que allí
gobernaba como ministro.
...
Pero en nuestros comentarios tradicionales nunca se despertaron sospechas semejantes, y para evitar
números tan largos de definir en el idioma como lo son ``seiscientos mil´´ (también resulta largo en español),
allí se habla generalmente, en pocas sílabas, de ``shishim ribó´´, ``sesenta miríadas´´ al referirse a los

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varones salidos de Egipto, tomando a ``ribó´´, la ``miríada´´, como un número equivalente a 10.000 unidades.
...
En cuanto a José, el hijo de Jacob, se censan las dos tribus que de él descienden como si fueran hijos (y no
nietos) de Jacob, tal como éste lo estableció en la bendición que les dio antes de morir (ver nuestra nota en
Aurora del 23.12.04). El pasaje correspondiente comienza diciendo: ``De los hijos de José, de los hijos de
Efraín´´ (íd. Cap.1 Vers.32), y aquí comenta Rambán: ``(El texto bíblico) colocó a Efraín antes que Menasés
(que era el hijo primogénito de José, pero aquí sólo se lo censa más tarde, en el Vers.34) y lo vinculó con su
padre José´´; pero hay otros pasajes de la Biblia -y Rambán los señala- donde a Menasés se lo menciona
primero, antes que a su hermano menor. Según Rambán, otro motivo por la preferencia de Efraín aquí
podría ser el hecho de que su tribu, con 40.500 varones, era más numerosa que la de Menasés, que sólo
tenía 32.200 varones en edad militar.
Pero como ya lo dijimos en la mencionada nota nuestra en estas páginas, también a lo largo del relato
bíblico posterior, la tribu de Efraín tuvo una actuación mucho más importante que la de su hermano Menasés
en la posterior historia del pueblo judío.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 03/06/2005
PARASHAT NASO
Levitas, leprosos y adúlteras
Nuestra parashá de esta semana se inicia con un nuevo censo que el Eterno manda hacer a Moisés: ``Nasó
et rosh”´´, literalmente ``levanta la cabeza (con la idea de contar las cabezas”) de los hijos de Gersón,
también ellos”´´ (Bamidbar-Números Cap.4 Vers.22).
Gersón, Kehat y Merarí eran los tres hijos de Leví, que por éste, su origen, también se llaman levitas”, como
también sus descendientes. Y las funciones de los levitas eran prestar servicio en el Tabernáculo, como
ayudantes de los kohanim” o sacerdotes.
La pertenencia a esta tribu se perpetúa hasta el día de hoy en apellidos del tipo de Leví, Levit, Levinas,
Loewy, etc. Los levitas no recibieron tierra para trabajar en el antiguo Israel sino que vivían, igual que los
sacerdotes, de las ofrendas que el público traía en honor de D”´´s al santuario.
El censo de los levitas ya comenzó a fines de la parashá Bamidbar del sábado pasado, a comienzos del
Cap.4. Allí Moisés y Aarón censaron a la familia de los descendientes de Kehat, todos los varones desde 30
años (de edad) para arriba y hasta 50 años, todo el que va al ejército, para hacer trabajo en la Tienda de la
Reunión” (Bamidbar-Números Cap.4 Vers.3).
Y el trabajo auxiliar de los descendientes de Kehat en el Santuario consistía en rasgos generales en
desarmar la armazón del mismo y en cubrir los altares, los instrumentos, etc., con diversas envolturas que se
habían preparado ad hoc para emprender con ellos la marcha de un lugar a otro, junto con los hijos de Israel.
Ahora, en parashat Nasó, la misma orden divina se repite para los descendientes de Gersón; por eso el texto
dice también ellos”.
Las funciones que se les asignaron fueron el transporte de un lugar a otro de las cortinas del Santuario, y de
la cortina que hacía las veces de puerta.
También de ellos se censó a quien tenía entre 30 y 50 años de edad, y según comenta Rashí, en el censo
de los hijos de Kehat (Cap.4 Vers.2), Moisés sólo contó a los capaces de ejecutar el trabajo del transporte,
que eran los comprendidos entre esas dos edades; los menores de 30 no tenían suficientes fuerzas, y los
mayores de 50, ya estaban perdiéndolas.
Después de estas dos familias de levitas, también se establecen, desde el Vers.29 en adelante, las
funciones de los descendientes de Merarí, el tercer hijo de Leví: ellos tomarían a su cargo las varas, las
columnas y los tablones del Santuario, el desarmarlos para su transporte, el transporte en sí y el volver a
armarlos, una vez establecido un nuevo lugar de campamento.
Y en cuanto al censo, sólo a fines del Cap.4 leemos sus resultados: de Kehat hubo 2.750 hombres (Vers.36),
de Gersón, 2.630 (Vers.40), y de Merarí, 3.200 (Vers.43). Todos los levitas juntos, resume luego el texto,
sumaron 8.580 hombres (Vers.48).
Según la orden del Eterno los censó, por mano de Moisés, cada uno según su trabajo y su carga (en el
transporte de un lugar a otro), y sus censados (en las edades indicadas) que ordenó el Eterno a Moisés”
(Cap.4 Vers.49); así concluye este capítulo dedicado al censo de los levitas y a la distribución de su trabajo.
O, según lo resume Sforno en su comentario a este pasaje, censó a cada uno de ellos según el trabajo que
haría cuando estaban acampados, y lo que tenía que transportar en los viajes, y que conozca cuánto pesaba
su carga, y que supieran también los nombres de las piezas que transportarían”.

***

El Cap.5 de nuestra parashá de hoy nos transporta” a temas muy diferentes del que vimos hasta ahora.
En su primera parte (Vers.1 hasta el 10) nos habla de personas afectadas de diversas enfermedades (entre
ellas, la lepra) que deben ser enviadas hacia afuera del campamento” (Vers.3), lo que hoy llamaríamos
puestas en cuarentena”.
Y esto nos hace recordar la historia de los cuatro leprosos, excluídos de la ciudad de Samaria, que
descubrieron la huída del ejército de Aram que había puesto sitio a la ciudad (ver nuestra nota del 14.4.05).

***

Y luego, desde el Vers.11 en adelante, sigue una legislación muy singular: qué debe hacerse cuando un
marido está celoso de su mujer y sospecha que ella haya tenido relaciones sexuales con otro hombre fuera
de él.” El hombre traerá a su mujer hacia el sacerdote y traerá su ofrenda por ella, una décima de eifá de
harina de cebada (cada eifá equivalía a casi 40 litros, como medida de capacidad)” (Vers.15) y después de
varios actos rituales, el sacerdote la pondrá bajo juramento (a la mujer; Vers.19) y le dará de beber unas
aguas amargas de maldición”.
Y le dirá: ``Si no le fuiste infiel a tu marido ni te acostaste con otro hombre, entonces quedarás pura de esta
agua amarga de maldición”´´ (Vers.19). ``Pero en caso contrario, el Eterno te pondrá por maldición y
juramento en medio de tu pueblo, al provocar el Eterno que tu muslo decaiga y tu vientre se hinche”´´
(Vers.21).

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Rashí explica qué es el concepto juramento y maldición”: un juramento de maldición; quien quiera echar una
maldición, dirá: que te pase lo mismo que le ocurrió a fulana.
¿Y qué es lo que le ocurrió?
Probablemente, que su aventura amorosa acabó en un aborto. Ello se desprende de lo que sucederá en
caso contrario, cuando la mujer es inocente: ``Y si la mujer no fue impurificada y está pura, quedará limpia y
tendrá simiente´´” (Vers.28).
A lo que comenta Ibn Ezra: D”´´s le dará simiente, como premio por la vergüenza que tuvo que pasar”

***

¡Una manera primitiva para averiguar lo que hoy se establece científicamente con la prueba del D.N.A.!.

Por Heriberto Haber

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Parashá - 10/06/2005
PARASHAT BEHA`ALOTEJA
El candelabro, los levitas y ``Pésaj shení´
``Beha´alotejá et hanerot´´, ``cuando hagas subir las luces´´ (en la ``menorá´´ o sea, el candelabro) es la
orden que imparte el Eterno a Moisés para que la retransmita a Aarón. Y entonces, ``hacia el frente del
candelabro, iluminarán las siete luces´´ (Bamidbar-Números Cap.8 Vers.2).
Rashí, en su comentario, nos explica este curioso verbo ``beha´alotejá´´, ``cuando hagas subir (las luces)´´,
que es de la misma raíz Ayin(muda)-L-H que ``olé´´,``el que sube´´ o inmigra a Israel, usado como sinónimo
de ``encender´´: el texto dice así -según Rashí- porque cuando se enciende la luz, la llama de la misma
(nutrida en el candelabro por aceite de olivas) va hacia arriba.
E Ibn Ezra acota al texto: ``Habla a Aarón (que era el Sumo Sacerdote)´´, porque éste era el encargado de
prender las luces del candelabro en el Tabernáculo.
Y a continuación la Biblia todavía nos hace recordar que este candelabro estaba hecho de una sola pieza,
labrada o esculpida en oro ``según la imagen que el Eterno mostró a Moisés, así hizo el candelabro´´
(Vers.4).
Y ya hemos mencionado alguna vez que la imagen del candelabro o ``menorá´´ que hoy constituye el escudo
del Estado de Israel, está tomada de aquella otra que figura en el Arco de Tito de Roma, donde un artista
local la esculpió como recuerdo del botín de guerra que los romanos llevaron a su ciudad cuando sucumbió
ante ellos el segundo Templo de Jerusalén en el año 70 d.C.
Probablemente este segundo candelabro era parecido al que se guardaba en el primer Templo, el de
Salomón, destruído por Nabucodonosor rey de Babilonia en 586 a.C.
Sólo que imágenes de candelabros que se encontraron dibujados o reproducidos en diversos hallazgos
arqueológicos, llevan a creer que la base del candelabro emplazado en el Templo no haya sido esa ancha
plancha horizontal que figura en el Arco de Tito y por ende, en nuestro escudo, sino algunas pocas flacas
patitas, las necesarias para sostener el candelabro y mantener su equilibrio.
¿Por qué, entonces, aparece una base tan ancha en su reproducción en el Arco de Tito?
Quizás para adjudicar más valor a esa pieza conquistada por Tito en Judea: como era toda de oro, una base
tan ancha involucraba una cantidad mucho mayor de metal precioso obtenida en el botín de esa guerra.

...

Después del párrafo dedicado a la ``menorá´´, el candelabro destinado a iluminar el santuario, sigue en el
texto la consagración de los levitas (los descendientes de Leví, el tercer hijo de Jacob) para las funciones
que les tocaría cumplir en el Tabernáculo. Porque ``he tomado a los levitas - dice D´´s - en vez de los
primogénitos entre los hijos de Israel´´ (Vers.18).
Sforno comenta que ésto solamente regía para aquella generación. Y el texto prosigue: ``Y he entregado a
los levitas, entregados a Aarón y a sus hijos en medio de los hijos de Israel; para que hagan las tareas (del
culto) de los hijos de Israel en la Tienda de la Reunión, y para obtener perdón para los hijos de Israel; para
que no haya en los hijos de Israel epidemia (como castigo divino) cuando se acerquen los hijos de Israel al
Santuario´´ (Vers.19).
Y el texto ya dio la causa de ello: ``Porque para Mí es todo primogénito en los hijos de Israel, en los hombres
y en los animales; el día en que he golpeado a todo primogénito en la tierra de Egipto (con la última de las
diez plagas), los he consagrado para Mí.´´ (Vers.17).
Vale decir que en un principio, las tareas del culto de D``s deberían haber estado a cargo de los
primogénitos del pueblo de Israel; pero en reemplazo de ellos, D´´s designó a la tribu de Leví para cumplir
esas funciones.
Rashí acota que en el Vers.19 son nombrados cinco veces los ``hijos de Israel´´, como demostración del
cariño que el Eterno les tiene; y que este número cinco alude a los cinco libros de la Torá.
En cumplimiento de esta orden, después los levitas fueron purificados; ellos lavaron sus ropas y Aarón
cumplió con ellos algunos ritos más para consagrarlos a sus tareas en el Santuario. Debían ejercer sus
funciones ``de veinticinco años (de edad) para arriba, vendrá a prestar servicio en la Tienda de la Reunión; y
desde los cincuenta años (de edad) regresará de su servicio, y no trabajará más´´ (Vers.24-25).
Teniendo en cuenta los límites de treinta y cincuenta años de edad para el servicio de los levitas (según
hemos visto en nuestra nota de la semana pasada), Ibn Ezra nos aclara que treinta años era la edad para
trabajar en el transporte del Tabernáculo desarmado de un lugar a otro. Pero para los trabajos auxiliares en
el Santuario, el límite de la edad de ingreso era menor: el aquí establecido, de veinticinco años solamente.

...

El siguiente capítulo de nuestra parashá lleva el número 9, y prescribe la celebración del sacrificio de Pésaj,
en recuerdo de aquél que se celebró en Egipto, previo a la salida de los hijos de Israel de allí.
Esta salida de Egipto la seguimos rememorando en nuestros hogares hasta el día de hoy con la ceremonia

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del Séder de Pésaj, en la primera noche de la fiesta -por marzo o abril- o, tal como es costumbre en la
Diáspora judía fuera de Israel, las primeras dos noches.
Y en recuerdo del sacrifico de Pésaj que hoy, a falta de Templo, ya no se ofrece más, está el hueso con un
poco de carne asada que se coloca en el plato central de esa fiesta.
Después de que Moisés dio orden de celebrar el sacrificio pascual ``el día catorce de este (primer) mes al
anochecer, lo haréis en su (debido) tiempo, según todas sus leyes y normas lo haréis´´ (íd.Cap.9 Vers.3).
Pero esta vez se presentó un pequeño problema, que en seguida le fue planteado a Moisés: ``Y había unos
hombres que estaban impuros por cuerpo de un hombre (un muerto, que ellos habían tocado: quizás un
familiar que falleció, y que tuvieron que sepultar) y no podían hacer el sacrificio pascual ese día (pues tenían
que esperar hasta estar puros), y se acercaron ese día ante Moisés y Aarón´´ (Vers.6) y presentaron su
caso: ``¿Por qué quedaremos sin ofrecer el sacrificio del Eterno en su fecha, en medio de los hijos de
Israel?´´(Vers.7).
Ibn Ezra comenta: Como el campamento de los hijos de Israel era muy grande - unos dos millones;
¿recuerda el lector o lectora?- resultaba inevitable que no hubiera allí todos los días algunas personas que
muriesen.
Moisés, tomado de sorpresa por esta pregunta, les responde: `¡Quedaos parados, y escucharé qué ordenará
el Eterno con respecto a vosotros!´´ (Vers.8).û
Ibn Ezra explica: ``¡Quedaos parados!´´ - junto a la puerta de la Tienda de la Reunión. Ya que, por estar
impuros, les quedaba vedado el acceso al recinto sagrado.
Y entonces Moisés recibió las instrucciones de D``s al respecto, valederas para aquellos hombres que
estaban impuros en ese momento, y también para casos parecidos en el futuro:
``Si un hombre está impuro por un cuerpo (humano muerto) o si está en un camino lejano, para vosotros o
para vuestras generaciones (futuras), hará el Pésaj para el Eterno en el segundo mes (en vez del primero), el
día catorce al anochecer, y lo comerá con ``matzot´´ y hierbas amargas`` (Vers.10-11).
O sea que la Torá especifica los dos casos en que se admite el incumplimiento del sacrificio pascual, y se
permite su reemplazo en una celebración que más tarde la tradición judía dio en llamar ``Pésaj shení´´, el
``segundo Pésaj´´:
a) Por estar impuro en la fecha del Pésaj original; o bien
b) Por andar uno de viaje ese día, lejos del hogar.
E Ibn Ezra comenta: ya nuestros sabios establecieron - seguramente en el Talmud - qué distancia es ese
``camino lejano´´.
Y cada vez que llegamos a comentar este tema, no dejamos de señalar que este mismo criterio regía en la
República Argentina, tal como el autor la conoció varias décadas atrás, para justificar la no-emisión del voto
en elecciones nacionales, un derecho del ciudadano que por esa época también era un deber:
a) Enfermedad del votante (quizás el equivalente moderno de ``estar impuro´´, y
b) Haber estado alejado del sitio de la urna, por motivo de viaje, una distancia mínima que la ley argentina
establecía.

...

De este modo, también en un Estado moderno se aplicaban ciertas normas cuyos antecedentes fueron
establecidos por la Torá.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 17/06/2005
PARASHAT SHELAJ
Moisés y el turismo en la Tierra Prometida
Después de la frecuente fórmula inicial ``Y habló el Eterno a Moisés diciendo´´, la primera palabra distintiva
de nuestra parashá de esta semana es ``shelaj´´, imperativo del verbo ``manda´´, ``enviar´´. Pues D´´s le dijo
a Moisés: ``Shelaj lejá anashim´´, ``Envía para ti hombres (que exploren la tierra de Canaán)´´
(Bamidbar-Números Cap.13 Vers.2)
La segunda palabra hebrea, ``lejá´´, ``para ti´´, nos hace recordar el nombre de una parashá del primer libro
de la Torá, donde D´´s le dijo a Abraham ``lej lejá´´ (``ándate´´)(Bereshit-Génesis Cap.12 Vers.1). Allá era
fácil traducirlo al español: el imperativo ``andá´´ y el pronombre ``te´´.
Pero en nuestro caso de hoy, no se puede decir ``mándate´´ o ``envíate´´. Por eso lo hemos traducido: envía
``para ti´´. Rashí, en su comentario, explica la palabra ``lejá´´ del siguiente modo: ``a tu criterio´´. O sea: ``No
soy Yo (D´´s) quien te da orden de hacerlo, sino que dejo la decisión en tus manos, Moisés´´.
Porque la historia de los exploradores tuvo un desenlace bastante trágico. Cuando regresaron de su
expedición trajeron un informe negativo sobre el país, que motivó un nuevo motín popular contra Moisés, y
un castigo divino para todos.
Rashí señala que esta historia de los exploradores figura en la Torá inmediatamente después de un episodio
que se relata a fines de la parashá del sábado pasado -donde Aarón y Miriam calumniaron a Moisés y fueron
castigados por ello por D´´s- para subrayarnos cuán grande fue el pecado de los exploradores, quienes a su
regreso no tuvieron escrúpulos en calumniar también ellos el país que habían recorrido durante 40 días.
Como castigo por ese informe, ``los hombres que sacaron mala fama del país (de Canaán) murieron en una
epidemia delante del Eterno´´ (Bamidbar-Números Cap.14 Vers.37), y el pueblo amotinado que clamaba
``Ojalá hubiésemos muerto en Egipto, o en este desiertó´´ (Cap.14 Vers.2), y que llegó a murmurar
``Pongámonos una cabeza (un dirigente, un jefe) y volvamos a Egipto´´ (íd.Vers.4), fue castigado con la
siguiente sentencia de D´´s: ``En este desierto caerán vuestros cadáveres, y todos los registrados en el
censo, desde los 20 años (de edad) para arriba, los que protestaron contra Mí´´ (ibíd.Vers.29).
Y por cada uno de los 40 días que los exploradores anduvieron por Canaán, este pueblo de Israel deberá
ambular un año por el desierto en el que se encontraban por ese entonces (según los Vers.33 y 34).

***

Nuestra tradición añade que este motín popular tuvo lugar el día 9 del mes de Av. Y que por eso D´´s decretó
que por ese llanto sin motivo (´´Y lloró el pueblo esa noche´´, Cap.14 Vers.1) en el futuro El ya daría al
pueblo de Israel motivos para llorar esa noche con razón. Porque el 9 de Av (por julio-agosto) fueron
destruídos en tiempos posteriores los dos Templos de Jerusalén: el primero, en el año 586 a.C. por
Nabucodonosor rey de Babilonia, y el segundo por Tito, emperador romano, en el 70 d.C.; y esta fecha
quedó como día de luto en nuestro calendario hasta el día de hoy.

***

¿Cómo fue el informe de la mayoría de los exploradores? (Decimos: la mayoría, diez de los doce -uno de
cada tribu- porque Josué de la tribu de Efraín y Caleb de la de Judá, presentaron un ``informe de minoría´´
más optimista que los otros; pero fueron rechazados por eso: por ser minoría, dos frente a diez).
Como muestra de exhibición ellos trajeron de Canaán una rama con un racimo de uvas tan grande, que ``lo
llevaban colgado de un palo entre dos (hombres)´´ (Cap.13 Vers.23). Este racimo enorme, llevado por dos
hombres, es hoy uno de los símbolos gráficos que usa el Ministerio de Turismo del Estado de Israel.
Y los exploradores de Moisés también trajeron ``de las granadas, y de los higos´´ (ibíd.). Así que de la
fertilidad del país de Canaán no quedaban dudas.

***

Y además, los doce exploradores también lo confirmaron oralmente: ``Hemos llegado al país al cual nos
habéis mandado, y también es tal que fluye en él la leche y la miel, y éste es su fruto´´ (Vers.27), decían,
señalando el enorme racimo de uvas y las otras muestras.
Pero después de este informe que fue uniforme, se dividieron las opiniones en cuanto a la posibilidad de
conquistar ese país. Diez de los exploradores destacaron el poderío militar de los pueblos canaaneos y los
presentaron como inexpugnables. Sólo dos -los mencionados Josué y Caleb- expresaron su fe en que la
conquista de Canaán era posible, y que ``subir hemos de subir, y lo conquistaremos (el país) pues podremos
vencerlo´´ (Vers.30).
Otra vez se usa el verbo ``aló na´alé´´ con inflexiones de la raíz Ayin (muda)-L-H, ``subir´´, para el ingreso o
la llegada a la Tierra Prometida. Y de ahí que hoy, al inmigrante que llega a Israel, se lo llama ``olé´´, ``el que

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sube´´.

***

Cuando Moisés les encomendó a los doce hombres su misión, el texto bíblico dice que los envió ``latur´´,
``para explorar´´ el país (íd. Cap.13 Vers.16 y 17), con un verbo que apunta a una idea de ``mirar´´. Por eso,
y por su parecido fonético con el vocablo inglés ``tour´´, origen de los términos españoles ``turista´´ y
``turismo´´, el hebreo moderno ha adoptado esta raíz T-R para de-signar todo lo relacionado con esta
actividad: ``tayar´´ es el ``turista´´, ``tayarut´´ es ``turismo´´ y ``tur´´ a secas figura en muchos nombres de
compañías de turismo o de ómnibus que ofrecen sus servicios a quienes llegan para recorrer el país de
Israel: ``Galil Tour´´ -por ejemplo- en letras latinas, y ``Galil Tur´´, escrito en hebreo.

***

Pero la actividad secreta y discreta -el espionaje- que realizaron estos doce hombres en Canaán, y ellos
mismos, recibieron en hebreo otra nomenclatura diferente.
Como recorrían el país a pie, en hebreo ``réguel´´ (``pierna´´ o ``pie´´), surgió de allí un verbo ``raguel´´,
``recorrer a pie (para descubrir debilidades o puntos flacos del enemigo)´´, y a los doce exploradores
enviados por Moisés, la tradición judía posterior los llamó ``meraglim´´, los ``espías´´ (de esta raíz R-G-L).
Pero tomemos nota que en el episodio que cuenta de ellos -toda nuestra parashá de hoy- este término no
aparece ni una sola vez. En cambio sí figura en el primer libro de la Torá, donde José como ministro de
Egipto acusó a sus hermanos (que habían venido a comprar trigo) de ser meraglim, espías que llegaron para
descubrir puntos débiles en la defensa del país (Bereshit-Génesis Cap.43 Vers.9).
Y así quedó en hebreo moderno hasta el día de hoy: de ``tur´´ deriva todo lo relacionado con turismo, y con
la raíz R-G-L llamamos a todo lo referente al ``turismo malévolo y perjudicial´´: el espionaje, ``rigul´´, y a
quien lo practica, el ``meraguel´´ o ``espía´´.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 24/06/2005
PARASHAT KORAJ
Rebelión contra Moisés
Kóraj, un descendiente de Leví y, por ende, miembro de la tribu de los levitas, es quien da su nombre a
nuestra parashá de esta semana.
Ella comienza diciéndonos: ``Y tomó Kóraj, hijo de Yitzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví´´. Y junto con él,
``Datán y Aviram, hijos de Eliav, y On, hijo de Pélet, hijos de (la tribu de) Rubén. Y se levantaron contra
Moisés, junto con 250 hombres de Israel, dirigentes de la comunidad (``edá``, en hebreo), consejeros de la
reunión, hombres de fama´´ (Bamidbar-Números Cap.16 Vers.1-2).
¿Qué es lo que tomaron todos estos hombres, que según se lee a continuación, encabezaron una nueva
rebelión contra la autoridad de Moisés y de Aarón? Rashí explica: se tomaron a sí mismos para ponerse a un
costado de la comunidad. Hoy, diríamos: tomaron la iniciativa de segregarse del pueblo, para oponerse a sus
dirigentes, Moisés y Aarón.
Y veamos cómo lo formulan ellos mismos pocas líneas más adelante: ``Y se reunieron contra Moisés y
Aarón, y les dijeron: `¡Basta con vosotros!´ Porque toda la congregación (edá), todos ellos son santos, y el
Eterno reside en medio de ellos, ¿y por qué os ensoberbecéis sobre la comunidad (`kahal´, en el texto
bíblico) del Eterno? ´´ (íd. Vers.3)
¿Cómo fue la reacción de Moisés ante semejante insurrección? ``Y escuchó Moisés, y se inclinó (a tierra)
sobre su rostro´´ (Vers.4).
Rashí comenta, citando una fuente más antigua, que ésta ya fue la cuarta vez que Moisés tuvo que afrontar
disgustos semejantes con su pueblo. Las tres anteriores fueron: a) la adoración del becerro de oro (relatada
en Shemot-Exodo Cap.32); b) las quejas por el alimento en el desierto (en Bamidbar-Números Cap.11), y c)
el motín por el informe de los exploradores enviados a Canaán (íd. Cap.14), según lo vimos en nuestra nota
de la semana pasada.
Cada vez le tocó a Moisés aguantarse el chubasco, por así decirlo, y después, intervenir ante D´´s para
apaciguar su furia en procura de moderar el castigo que El envió cada vez a los hijos de Israel.
Rashí añade: esto se parece a un príncipe que tres veces se indispuso con su padre, el rey; pero un
cortesano que le tenía cariño, volvió a reconciliarlos. Pero la cuarta vez que ello sucedió, ese intermediario
se dio por vencido, y reflexionó: ¿hasta cuándo voy a molestarlo al rey? ¡Capaz que después ya no me va a
querer recibir más!
Así, también, Moisés -tal la alusión de Rashí y de Midrash Tanjumá, unas antiguas glosas a la Torá, del siglo
V d.C. donde abundan cuentos y leyendas- después de que tres veces alegó ante D´´s en defensa del
pueblo de Israel, ahora, la cuarta vez, se dio por vencido y cayó en tierra, sin ánimos para seguir
defendiéndolos.

***

Observemos, de paso, que en sus palabras de rebeldía, Kóraj (a quien algunas traducciones al castellano
llaman Coré) no habla del ``pueblo´´ de Israel, sino de una comunidad o congregación religiosa: de una
``edá´´ o de un ``kahal´´, según lo hicimos notar más arriba.
Vale decir que Kóraj y los suyos disputan a Moisés y a Aarón -de la tribu de Leví, también ellos- la dirección
religiosa del pueblo de Israel.
Y parte de los ``asociados´´ de Kóraj en su revuelta eran dirigentes de la tribu de Rubén, el hijo primogénito
de Jacob, quienes por esa primogenitura de su antepasado, seguramente pretendían también algún puesto
preponderante en el pueblo de Israel.

***

¿Cómo acabó la rebelión de Kóraj?


D´´s mismo le puso fin, ya que Moisés había quedado sin fuerzas anímicas para defenderlos. ``Esto haréis´´
-les manda decir por boca de Moisés-: ``Tomad para vosotros incensarios (recipientes de metal en que se
quemaban hierbas aromáticas), Kóraj y toda su comunidad, y poned fuego en ellos, y mañana colocad
encima incienso delante del Eterno; y el hombre que el Eterno elegirá, él será el santo; ¡basta ya, hijos de
Leví!´´ (Vers.6-7).
Y Moisés también los increpa: ``¿No os bastó que el D´´s de Israel os separó de la comunidad (``edá´´) de
Israel para acercaros a El, para servir el culto en el Santuario del Eterno, y para pararos delante de la
comunidad y servirla, y te ha acercado a ti y a todos tus hermanos, los hijos de Leví, contigo, ¿y pretendéis
también el sacerdocio?´´ (Vers.9- 10).
Entonces, después de disponer estos actos de culto entre los levitas que actuaban dentro del Santuario,
Moisés mandó llamar también a los rebeldes de la tribu de Rubén y a los otros, que estaban lejos de la
Tienda de la Reunión, acampados con las familias de sus tribus.
Pero ellos se negaron a venir, y mandaron tal escueta respuesta a Moisés: ``¡No subiremos!´´ (Vers.12).

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Ibn Ezra comenta: quizás el Santuario se encontraba en un lugar elevado dentro del campamento (y de ahí
el verbo ``subiremos´´).
Y ellos todavía agregan con ``jutzpá´´ (desfachatez) en su respuesta: ``¿No basta con que nos has sacado
de un país donde fluían leche y miel -con ironía atribuyen a Egipto las cualidades de la Tierra Prometida-
para matarnos en el desierto? ¿Ahora también pretendes gobernarnos?´´ (Vers.13)
Y añaden: ``No nos has llevado a un país en que fluyen leche y miel, ni nos has dado heredad de campos y
viñedos; ¿acaso vas a enceguecer los ojos de aquellos hombres? ¡No subiremos!´´ (Vers.14).
O sea, que se declararon en rebelión abierta contra la autoridad de Moisés.

***

Y la pregunta ``¿Vais a enceguecer los ojos de aquellos hombres?´´, Ibn Ezra la explica así: todo el pueblo
que salió de Egipto vio cómo era de fértil ese país, comparado con este desierto al que nos habéis traído.
¿Acaso podéis hacer que no lo vean?
A la respuesta, repetida dos veces por los rebeldes, de que ``¡No subiremos!´´, Rashí acota que ``su propia
boca los denunció: ahora sólo les resta bajar´´. ¿Bajar adónde? Al seno de la tierra, con todo el calor que
hace allí.
Porque al día siguiente, reunidos Kóraj y todos los demás rebeldes en un solo sitio, Moisés mandó que todo
el resto de la gente se apartara de ellos, ``y abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus familias y a toda
persona que estaba con Kóraj, y a todos sus bienes; y bajaron al abismo vivos, ellos y todo lo que tenían, y
los cubrió la tierra, y fueron eliminados de la comunidad (`kahal´)´´ (Vers.32-33).

***

Y toda la gente alrededor huyó en desbandada, ``porque decían: ``No sea que la tierra nos trague (también a
nosotros)´´ (Vers.34).
Por Heriberto Haber

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Parashá - 01/07/2005
PARASHAT JUKAT
Aguas de disputa
``Zot jukat hatorá´´, ``Esta es la ley de la Torá´´ dice nuestra parashá de esta semana en su primer párrafo
distintivo (Bamidbar-Números Cap.19 Vers.2), después de la acostumbrada fórmula introductoria Y habló el
Eterno a Moisés y a Aarón diciendo” del versículo primero.

¿Y cuál es esa ley?


Que hay que buscar en todo Israel una ``vaca roja´´ (``pará adumá´´, en hebreo) que cumpla varias otras
condiciones, además de este color de su piel. Ella debe ser sacrificada, quemada, y después sus cenizas
servirán para purificar de impureza a toda persona que haya tenido contacto con un muerto.
Un rito de culto que hoy evidentemente ya no se cumple más, a pesar de que Rashí señala en su comentario
que la Torá usa esa palabra ``juká´´ para señalar que es una norma inapelable e inescrutable que dictó D´´s
al pueblo de Israel. Y hoy día, en nuestro moderno Estado de Israel, hay quienes de vez en cuando salen en
viaje de exploración por los corrales de vacas de los kibutzim en búsqueda de la ``vaca roja´´, para ver si hay
alguna disponible: que tenga este color y reúna también las otras condiciones. Para tenerla a mano, si de
pronto viene el Mesías y llegásemos a iniciar la construcción del Tercer Templo en Jerusalén.

...

Después de estas normas de culto, la parashá de esta semana pasa a relatarnos algunos sucesos ocurridos
durante la travesía del desierto.
El primero de ellos: la muerte de Miriam, la hermana de Moisés y de Aarón, ``en el primer mes´´ (íd.Cap.20
Vers.1). Acota Ibn Ezra: del año 40 de la andanza por el desierto. Y agrega que todo acontecimiento o
profecía que nos relata la Torá en esa época, es del primer año o del año 40 (el último) de la travesía del
desierto.
``El pueblo habitaba en Kadesh´´, un importante oasis en la península de Sinaí, llamado por su nombre
completo Kadesh Barnea, y ``allí murió Miriam, y fue sepultada allí´´ (Cap.20 Vers.1).
Pero también ocurrió algo más: ``Y no había agua para la comunidad; y se reunieron (para protestar) contra
Moisés y Aarón´´ (Vers.2). Y otra vez el pueblo esgrimió contra sus dirigentes los argumentos que ya
conocimos en anteriores revueltas: ¿por qué nos habéis sacado de Egipto, para traernos a morir en este
desierto?
Y los que ahora protestan, acota Ibn Ezra en su glosa al Vers.1, son la generación de los que ya van a
ingresar en la tierra de Canaán. Porque los ``protestadores´´ de la anterior generación (``dor hamidbar´´; en
hebreo, ``la generación del desierto´´), ya habían muerto todos, de acuerdo al castigo que decretó D´´s para
ellos por sus diversos motines contra Moisés.
Se asentaron en Kadesh, añade Ibn Ezra, porque allí había abundante agua. Era un oasis muy conocido,
que atraía a muchos viajeros que andaban por esa zona del desierto. Sólo que hoy, arqueólogos y geógrafos
todavía no saben su ubicación exacta.
Pero ¿qué hacer ahora, cuando de pronto el agua se acabó?
Estalló un nuevo motín contra Moisés; esta vez de la generación más joven, el ``baby-boom´´ del desierto.
El pueblo se reunió gritando, protestando, nos podemos imaginar, alrededor del Santuario que estaba en el
centro del campamento de Israel. Y Moisés y Aarón salieron hacia la puerta del mismo ``y cayeron sobre sus
rostros (se inclinaron a tierra), y la gloria del Eterno apareció a ellos´´ (Cap.20 Vers.6).
Este acto de humildad, echarse a tierra, Ibn Ezra lo interpreta que fue para implorar la ayuda divina y para
orar a D´´s. Otros creen -así Ibn Ezra- que fue para pedirle el don de una profecía, que les enseñara cómo
solucionar el problema.
Plegaria o profecía, la ayuda llegó del siguiente modo: ``El Eterno habló a Moisés diciendo: toma el bastón y
reúne a la comunidad, tú y Aarón tu hermano, y ante los ojos de ellos hablaréis a la roca y dará sus aguas; y
les sacaréis agua de la roca, y daréis de beber a la comunidad y a su ganado´´ (Vers.7-8).
A estas últimas palabras, ``y a su ganado´´, acota Rashí que D´´s también tuvo en cuenta a los bienes
materiales (``mamón´´, el dinero) de (l pueblo de) Israel.
Pero además -podemos añadir nosotros- este agregado también toma en cuenta lo que los ``protestadores´´
expusieron en su queja ante Moisés: ``Nos has traído a este desierto para que muramos aquí `nosotros y
nuestro ganado´´´ (Vers.4).

...

La tensión en derredor era muy grande. Moisés y Aarón reunieron al pueblo delante de la roca, y formularon
una pregunta retórica: ``Escuchad, os ruego, los rebeldes: ¿acaso de esta roca os sacaremos agua?´´
(Vers.10).
``Y Moisés levantó la mano, y golpeó la roca dos veces con su bastón; y salió mucho agua, y bebió la

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comunidad y su ganado´´ (Vers.11).


Pero remediada así la situación, surge en seguida la voz divina que acusa a Moisés y a Aarón por la falta
pública en que incurrieron: ``Debido a que no tuvisteis fe en Mí, para santificarme delante de los hijos de
Israel, por eso no llevaréis a esta congregación a la tierra que Yo les doy´´ (Vers.12).
Rashí dice en su glosa a la palabra ``para santificarme´´ (``lehakdishéni´´, en hebreo): Si hubieseis hablado a
la roca, y ella hubiese dado el agua, Yo resultaría santificado ante los ojos de la comunidad: habrían dicho
que esta roca, que no habla ni escucha ni necesita sustento, sin embargo cumple las órdenes de D´´s, tanto
más que debemos cumplirlas nosotros.
Pero así como sucedieron los hechos, que Moisés golpeó la piedra dos veces -le aplicó violencia física-,
diríamos hoy que ese efecto se perdió.

...

De ahí la deducción popular que el castigo de no poder entrar a Canaán les llegó a Moisés y a Aarón porque
en vez de hablarle a la roca, ellos la golpearon.
Pero el detalle que muchos olvidan, es qué dijo Moisés mientras todavía hablaba delante de la roca, esas
palabras que ya hemos citado más arriba: ``Escuchad, os ruego, los rebeldes: ¿acaso de esta roca os
sacaremos agua?´´ (Vers.10). Como si Moisés y Aarón mismos tampoco lo creyeran posible.
Y a estas palabras irónicas de los dos dirigentes quizás alude D´´s cuando les dice: ``Debido a que no
tuvisteis fe en Mí´´ en el anuncio de Su castigo en el Vers.12.

...

Como corolario de este episodio, la Torá resume:


``Estas son las aguas de merivá (``disputa, pelea´´, en hebreo) donde los hijos de Israel disputaron con el
Eterno (Vers.13).
Y posiblemente, no sólo ellos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 07/07/2005
PARASHAT BALAK
¿Maldiciones? ¡Bendiciones!
Balak era, en tiempos de Moisés, el rey de Moab, un pueblo que habitaba en el sudeste de la Tierra
Prometida. (En nuestros tiempos modernos, el escritor y Premio Nobel israelí Shmuel Iosef Agnón, cuya
imagen figura en nuestros actuales billetes violetas de 50 shékalim, llamó Balak a un perro que aparece en
una de sus novelas.)
Este Balak bíblico y humano, entonces, da su nombre a nuestra parashá de esta semana , porque ella
comienza con las palabras: ``Y vio Balak, hijo de Tzipor, todo lo que Israel le había hecho a los emoritas´´
(Bamidbar-Números Cap.12 Vers.2).
¿Qué es lo que había hecho Israel?
Había vencido a los emoritas en una guerra y conquistó su país, según se lee a fines de la parashá de la
semana pasada.
Balak, entonces, decidió salir a la lucha contra Israel con otras armas ``no convencionales´´: ``envió
mensajeros a Bileam, el hijo de Beor´´ (Vers.5), un famoso mago y hechicero de aquellos días, y le formuló
el siguiente pedido: ``Ahora anda, por favor, maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizás
lo podremos vencer y lo echaremos del país. Porque yo sé: quien tú bendices, será bendito, y a quien
maldices, será maldito´´ (Vers.6).
Un poco más adelante, en su largo comentario al Cap.22 Vers.28, Ibn Ezra explica esta supuesta facultad
del mago de maldecir a la gente, diciendo que Bileam era astrólogo y sabía leer el significado de las
constelaciones y estrellas (en las que también creía el mismo Ibn Ezra). Entonces, cuando Bileam veía un
mal augurio en el horóscopo de alguien, él lo maldecía. Y así, al llegar la desgracia, todos creían que ella se
debía a la maldición formulada por el mago.
***
Después de comunicado este pedido por boca de una respetable delegación que le mandó Balak, ``los
ancianos de Moab y los ancianos de Midián´´ (Vers.7), D”´´s se le apareció a Bileam y le preguntó:
``¿Quiénes son estos hombres (que están) contigo?´´ (Vers.9).
Rashí comenta: la pregunta estaba destinada a iniciar el diálogo de D”´´s con Bileam.
E Ibn Ezra añade a esta idea: tal como otrora D”´´s inició el diálogo con Caín (que acababa de asesinar a su
hermano Abel) mediante la pregunta: ``¿Dónde está tu hermano Abel?´´ (Bereshit-Génesis Cap.4 Vers.9).
Porque, ¿acaso no sabía D”´´s qué había sucedido con Abel? ¿O no sabía quiénes eran esos enviados que
llegaron para hablar con Bileam?
Bileam contesta sinceramente: ``Son delegados que me envió Balak, el rey de Moab, para pedirme que yo
vaya a maldecir a Israel, de modo que él pueda vencerlos y expulsarlos del país´´.
Pero entonces D”´´s le ordena: ``¡No irás con ellos! ¡Y no maldecirás al pueblo, porque es bendito!´´
(Vers.12).
Y tal es la respuesta que por la mañana siguiente Bileam da a los miembros de la delegación: ``Id a vuestro
país; el Eterno se negó a dejarme ir con vosotros´´ (Vers.13).
Rashí comenta: ``Con vosotros´´ no puedo ir, dice el mago, pero yo sí, iría con funcionarios más importantes,
si viniesen a invitarme de parte de vuestro rey.
***
Ellos regresan realmente, y presentan su informe ante el rey Balak: ``Bileam se negó a venir con nosotros´´
(Vers.14), le informan, atribuyéndole al mago la negativa que en verdad había emanado de D”´´s.
Entonces Balak manda hacia Bileam una delegación más grande y de personajes más importantes. ``Te
daré todos los honores y todo lo que me pidas´´, le manda decir el monarca.
Pero Bileam les replica: ``Aunque Balak me dé su casa llena de plata y de oro, yo no puedo contravenir el
mandato del Eterno mi D”´´s, de hacer cosa pequeña o grande´´ (Vers.18). Y los invita a pernoctar también a
ellos, a la espera de lo que D”´´s le diría de noche, en el sueño.
Y esta vez sí, Bileam recibe la autorización divina para ir con ellos.
***
Por la mañana ``Bileam se levantó y ensilló su burra´´. Ibn Ezra explica: ``Mandó ensillarla y fue con los
ministros de Moab´´ (Vers.21). Pero entonces ocurre algo singular: ``Y se encendió la furia de D”´´s porque él
había ido´´ (Vers.22).
Sforno acota: porque Bileam no fue con ellos como dejándose llevar, sino que fue como por su propia
voluntad, para maldecir a los hijos de Israel contraviniendo la orden divina.
Y entonces ``se interpuso un ángel del Eterno en el camino, como obstáculo ante él; y él montaba en su
burra, y los dos criados estaban con él´´ (Vers.22).
Aquí aparece por primera vez en la Biblia la palabra ``satán´´ (que hemos traducido como ``obstáculo´´) que
después derivó en Satanás, ese ángel del mal que tan frecuentemente aparece en el Libro de Job para
incitar al Eterno a enviarle desgracias a este personaje desdichado.
Ibn Ezra comenta a esta palabra ``Satán´´ lo siguiente: ya lo he explicado en el Libro de Job, que Satán era
un ángel; y lo que dice el Gaón (Rabí Saadiá Gaón, sabio y dirigente religioso de los judíos de Babilonia,

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882-942 d.C.) que es un hombre, no eleva ni baja (o sea: no tiene importancia).


También Rashí acota que Satán es un ángel. Y añade: un ángel de misericordia, que quería evitar que
Bileam pecara, para que no sucumbiera después.
***
Y ahora viene el pasaje que convierte a toda esta escena en una caricatura, tal como lo hemos afirmado en
nuestra nota a la parashat Balak del anterior ciclo (ver Aurora del 1.7.04): ``Y vio la burra al ángel del Eterno,
parado en el camino con la espada desenvainada en la mano; y la burra se apartó del camino, y Bileam la
golpeó, para hacerla volver al camino´´ (Vers.23).
El contrastre está entre Bileam, el mago que cree poder ver el futuro de un pueblo para maldecirlo, y que
aquí en el camino no alcanza a ver más allá de sus narices a un ángel que la burra sí, ve, parado delante de
ellos.
O, como lo explica Rashí: y vio la burra, pero él no vio. Porque D”´´s permitió al animal ver más que el
hombre, no sea que éste, que tiene entendimiento, enloquezca al verlo a Satán.
Y ``la espada desenvainada en la mano´´, Rashí la comenta así: las armas de los pueblos consisten en sus
espadas; y éste (Bileam) quiere luchar (contra Israel) con su boca (o: su oratoria, pues acude a maldecirlos).
Entonces Yo (D”´´s) salgo contra él con el arma de los suyos; y el fin del mago también fue que ``a Bileam,
hijo de Beor, lo mataron por la espada´´ (Bamidbar-Números Cap.31 Vers.8).
Además, la prueba de que el mago no veía lo que la burra sí, veía, está en su reacción: golpea al animal
para hacerlo volver al camino, pues cree que se apartó de la ruta solamente por capricho.
Poco después se repite una escena semejante en un viñedo flanqueado por una cerca; y la burra, al querer
hacerse a un lado, aprieta la pierna de Bileam contra los arbustos del costado. Y recibe nuevos golpes por
eso.
Finalmente, el ``ángel de obstáculo´´ se planta delante de ellos en un lugar estrecho del camino, donde la
burra no tenía hacia dónde desviarse. Entonces ella se echó al suelo, con Bileam montado encima. Como si
le hubiese declarado una huelga de transporte.
***
Ahora Bileam se enojó, ``golpeó a la burra con un palo´´ (Vers.27), de lo que quizás podemos deducir que
los anteriores golpes fueron más leves, sólo con una varita que hacía las veces de volante para conducirla
por la senda deseada.
Y en este punto ``abrió el Eterno la boca de la burra´´ (Vers.28), vale decir, le dio habla humana, y ella le dijo
a Bileam:
``¿Qué te he hecho, que me has golpeado ya tres veces?´´ (Vers.28).
Y Bileam le responde: ``Porque te has burlado de mí. ¡Si yo tuviese una espada a mano, ya te habría
matado!´´ (Vers.29).
El animal se defiende:
``¡Si yo soy tu burra, sobre la cual has montado desde que eres, y hasta este día! ¿Acaso yo acostumbraba
hacerte esto?´´ (Vers.30).
Y Bileam tuvo que confesar brevemente:
``¡No!´´
Y sólo en este momento ``descubrió el Eterno los ojos de Bileam (o sea: les permitió ver), y vio el ángel del
Eterno apostado en el camino, con la espada desenvainada en la mano´´ (Vers.31). Y entonces el mago ``se
inclinó, y se prosternó con la cara al suelo´´ (ibíd.).
Bileam recibe un reproche del ángel: ``”¿Por qué golpeaste a tu burra ya tres veces?´´ (Vers.32) y Rashí
comenta que la expresión ``regalim´´ (por:” veces”) que el texto bíblico usó en el Vers.28 y también aquí, es
alusión a los tres ``regalim´´ o fiestas del peregrinaje (Pesaj, Shavuot y Sucot) que celebran los hijos de
Israel cada año, subiendo ``a pie´´ (en hebreo: réguel) a Jerusalén.

***

El desenlace de la expedición de maldiciones de Bileam es que él acaba por bendecir al pueblo de Israel en
vez de maldecirlo, para gran desazón del rey Balak.
Y la más famosa y conocida de estas bendiciones: ``Ma tóvu ohaléja Yaacov, mishkenotéja Israel´´ (``¡Qué
buenas son tus tiendas, Jacob, tus moradas, Israel!´´) (íd. Cap.24 Vers.5), figura con orgullo en los
frontispicios de muchas sinagogas del mundo, o encima del Arca Sagrada que en ellas alberga los rollos de
la Torá.
Así culminó esta historia de Bileam que vino para maldecir, y acabó bendiciendo.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 15/07/2005
PARASHAT PINJAS
Lanzas y alcobas en la Biblia
``Pinjás, hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, ha calmado Mi ira contra los hijos de Israel, cuando celó
Mi celo en medio de ellos; y no he exterminado a los hijos de Israel en Mi celo´´ (Bamidbar-Números Cap.25
Vers.11), tales son las palabras del segundo versículo de nuestra parashá de esta semana, que lleva el
nombre de Pinjás (en algunas versiones al español: Pineas o Fineas), el nieto de Aarón que a fines de la
parashá de la semana pasada protagonizó un episodio que encendió tanto la furia del Eterno.

¿Qué fue ese episodio?


Tenemos que buscarlo a comienzos del Cap.25 del libro que estamos leyendo, después de la historia del
mago Bileam que vimos en nuestra última nota.

...

Los hijos de Israel estaban acampados en un sitio llamado Shitim (Vers.1), e Ibn Ezra nos hace recordar que
el nombre completo de ese lugar era Avel Hashitim, en las estepas de Moab (al este y sudeste del que hoy
llamamos Mar Muerto), tal como figura más adelante en Bamidbar-Números Cap.33 Vers.49.
La cercanía con los moabitas (los descendientes de Lot, el sobrino de Abraham que conocimos en el primer
libro de la Torá: ver Bereshit-Génesis Cap.11 Vers.27 y Cap.19 Vers.36-37) produjo un contacto no deseado
entre los dos pueblos: las mujeres de Moab comenzaron a ofrecerse sexualmente a los varones de Israel, ``y
llamaron (por: invitaron) al pueblo (de Israel) a los sacrificios de sus dioses (los ídolos moabitas), y el pueblo
comió y se prosternó (junto con las mujeres moabitas, acota Ibn Ezra) a sus dioses´´ (Bamidbar-Números
Cap.25 Vers.2).
``E Israel se ligó (o: unió) a Baal Peor´´, sigue contándonos el Vers.3. Y este Baal Peor era un ídolo moabita,
nos explica Rashí, al cual se servía desnudando ante él las nalgas; tal como lo indica su nombre Peor”, de la
raíz P-Ayin (muda)-R, que expresa idea de ``abrir´´ (el ano, para dejar salir los excrementos); y tal era el culto
que se le rendía, concluye Rashí.
Unida la perversión sexual de Israel a un culto religioso, esto ``encendió la furia del Eterno contra Israel´´
(Vers.3), pues ya fue anunciado en los Diez Mandamientos que ``Yo soy el Eterno tu D”´´s, un D”´´s celoso´´
(Shemot-Exodo Cap.20 Vers.4), y por eso también declara parashat Pinjás que este nieto de Aarón ``celó Mi
celo en medio de ellos´´, como hemos visto al principio de esta nota.
(El ``antropomorfismo´´, tal como ya lo hemos mencionado alguna vez en esta sección: atribuir a D”´´s
cualidades humanas, en este caso, los celos.)
...
¿Cómo se manifestó este ``celo´´ de D”´´s ante el culto que algunos de Israel estaban rindiendo al ídolo
moabita?
``Y habló el Eterno a Moisés: `Toma a todos los dirigentes del pueblo (`rashei haam´: las `cabezas del
pueblo´) y ejecútalos (a aquéllos que rindieron culto, acota Rashí, y se los ejecutó ahorcándolos, añade) para
el Eterno ante el sol (en pleno día). Y se apartará la furia del Eterno de Israel´´ (Vers.4).
Resulta interesante que para el cumplimiento de esta ejecución Moisés no se dirigió, como otras veces, a los
``príncipes´´ o ``jefes´´ del pueblo, sino que ``dijo Moisés a los jueces de Israel´´ (Vers.5) que, según cita
Rashí de una fuente del Talmud, eran 88.000 ``dayanim´´ (o:” jueces”).

¿Qué les dijo Moisés?


``Matad, cada uno, a sus hombres, los que se unieron al Baal Peor´´ (Vers.5).
Y mientras estaban reunidos, para organizar estas medidas defensivas de la religión y punitivas contra los
pecadores, ``he aquí que llegó un hombre de los hijos de Israel, y acercó hacia sus hermanos una mujer
medianita, ante los ojos de Moisés y los de toda la comunidad de Israel; y ellos estaban llorando en la puerta
de la Tienda de la Reunión´´ (Vers.6).
``Un hombre de los hijos de Israel´´, explica Rashí, era Zimrí, el jefe de la tribu de Simón, y ``la mujer
medianita´´, continúa Rashí, se llamaba Kosbí, hija de Tzur (según se lee más adelante, ya en parashat
Pinjás, en Cap.25 Vers.14 y 18: era la hija de Tzur, un jefe de los medianitas). ``La acercó a sus hermanos´´,
según Ibn Ezra, e indica que la entregó a sus familiares. Y la actitud de Moisés y los suyos que ``estaban
llorando´´, Ibn Ezra la interpreta como que ``rezaban a D”´´s´´.
Mientras que Rashí la atribuye a una discusión que Zimrí y los suyos habrían tenido con Moisés, y en la cual
le echaron en cara: -¿Acaso tu propia mujer, Moisés, esa etíope Tziporá, no es también ella una hija de Yitró,
el sacerdote de Midián (según el relato de Shemot-Exodo Cap.2 Vers.21)?
Y Rashí concluye: en otra ocasión, cuando los hijos de Israel adoraron el becerro de oro, Moisés reaccionó
en seguida, ``lo quemó en fuego, y lo molió hasta hacerlo polvo´´ (Shemot-Exodo Cap.32 Vers.20). Pero
ahora, ante tan insolente respuesta, sus manos desfallecieron, y por eso ``estaban llorando´´.
Esta vez quien tomó la iniciativa fue el mencionado Pinjás, ``hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote´´

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(Vers.7). El ``se levantó de en medio de la comunidad, tomó en su mano una lanza, y fue detrás del hombre
de Israel hasta la `kubá` (tanto Rashí como Ibn Ezra explican: la tienda o carpa) y los atravesó a los dos, al
hombre y a la mujer´´ (Vers.8). Sólo entonces ``se detuvo la plaga que azotaba a los hijos de Israel´´
(Vers.8), que ya había causado muchas víctimas en el pueblo: ``Y fueron los muertos por la plaga
veinticuatro mil´´ (Vers.9).

...

En este punto del relato, en realidad, se anuda a esta historia nuestra parashá de hoy, con su comentario a
la acción decidida de Pinjás, quien ``ha calmado Mi ira -dice D”´´s- contra los hijos de Israel, cuando celó Mi
celo en medio de ellos; y no he exterminado a los hijos de Israel en Mi celo´´ (Cap.25 Vers.11), según lo
hemos citado a comienzos de la presente nota.
Y para concluír este comentario a parashat Pinjás -parashá de la cual hemos visto hoy aquí solamente las
líneas iniciales- queremos hacer destacar un pequeño detalle del campo de la Lingüística.
La Torá nos refiere como lo hemos hecho notar más arriba que Zimrí y la princesa medianita fueron a hacer
el amor en la ``kubá´´, la carpa o tienda que les servía de dormitorio.
En la lengua árabe, el artículo determinante se dice ``al´´; y de ahí las muchas voces de origen árabe que
comienzan con ``al´´ que pueblan el Diccionario de la Real Academia Española, como consecuencia de la
influencia de ocho siglos de dominio árabe en la Península Ibérica.
Esta palabra hebrea ``kubá´´, con su paralela árabe (que confesamos desconocer) y el artículo ``al´´,
seguramente es la raíz de la ``alcoba´´ que conocemos hoy en el idioma español, y que según su primera
acepción en el mencionado diccionario (edición 2001, pág. 96, segunda columna) precisamente significa
eso: "dormitorio".
Por Heriberto Haber

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Parashá - 22/07/2005
PARASHAT MATOT
Botín de guerra
Matot´´, plural de la palabra hebrea ``maté´´, es el nombre de nuestra parashá de esta semana, pues ella
comienza con las palabras ``Y habló Moisés a los jefes de las tribus (`matot´) para los hijos de Israel,
diciendo´´ (Bamidbar-Números Cap.30 Vers.2).
Curioso fenómeno; esta palabra M-T-H que se lee ``maté´´ (habría que escribirla ``mateh´´) y que significa
por una parte ``tribu´´ como en el nombre de nuestra parashá, pero a veces sólo es un ``palo´´ o una ``vara´´.
Como por ejemplo en el relato de la destinación de Moisés por D´´s como dirigente del pueblo de Israel,
donde leemos que ``el Eterno dijo (a Moisés): ¿qué es esto (que tienes) en tu mano¿´´, y dijo Moisés: un
``maté´´, una ``vara´´ (Shemot-Exodo Cap.4 Vers.2). Es esa vara que al echarla Moisés al suelo se convirtió
en una serpiente, y al tomar a ésta por la cola, volvió a su estado de ``maté´´ o ``vara´´.
Quizás el vínculo entre ``maté´´-``vara´´ y ``maté´´-``tribu´´ está en que la vara que empuñaba el jefe de la
tribu era el símbolo de su autoridad (fálico, dirían los sicoanalistas), y por eso más tarde pasó de ser
significado ``vegetal´´ a uno más simbólico de mando. Así como en español hablamos hoy del ``bastón de
mando´´ que usan simbólicamente los mandatarios de diversos países. O el cetro que usaban (o siguen
usando) algunos reyes en el mundo.

...
En el segundo capítulo de nuestra parashá (Bamidbar-Números Cap.31) leemos la secuela de lo que ocurrió
en la parashá del sábado pasado, donde mujeres de Moab y Midián procuraron seducir a dirigentes de Israel
mediante un libertinaje sexual, a adorar a los ídolos en que ellas mismas creían.
Poe eso D´´s ordenó a Moisés: ``¡Toma la venganza de los hijos de Israel de los midianitas!´´ (Cap.31
Vers.2); después Moisés -le dice el Eterno- habrás de morir: ``Te reunirás a tu pueblo (íbid).
Rashí pregunta en su comentario: ¿por qué la acción punitiva de Israel va dirigida sólo contra Midián y no
también contra Moab? (ya que fue Balak, el rey de Moab, quien había recurrido a los servicios del mago
Bileam con el fin de maldecir a los hijos de Israel, y en el episodio de la seducción sexual colectiva, el pueblo
comenzó a prostituirse con las hijas de Moab, según cuenta el Cap.25 Vers.1.
Rashi da varias respuestas posibles, y una de ellas apunta a que de Moab habría de descender Rut, la
famosa moabita que adoptó la religión de Israel y se integró a nuestro pueblo, y que fue, más tarde,
bisabuela del rey David.
Para la guerra contra Midián, cada tribu debió contribuir con 1.000 hombres para el éjercito, y esta fuerza
militar de 12.000 soldados logró una victoria completa contra los midianitas. Mataron a los cinco reyes de
Midián (Vers.8), uno de los cuales era Tzur, el padre de esa mujer Kozbi (que Pinjás, el nieto de Aarón,
atravesó con la lanza), según nos hace recordar Ibn Ezra.
``Y también a Bileam, hijo de Beor -el mago- mataron con la espada´´ (Vers.8). Y desde el momento que los
reyes eran cinco, podemos deducir que se trataba de algo así como ``jefes´´ o ``caciques´´ de tribus, nada
más. Y por ser Midián un pueblo relativamente pequeño y quizás desunido, las tropas de Israel, esos 12.000
hombres todavía inexpertos en guerras, lograron vencerlos. Moab -agreguemos- ya era un adversario de un
calibre mucho mayor.

...
De la expedición contra Midián, las fuerzas de Israel llegaron de regreso con un rico botín de guerra. ``Los
hijos de Israel tomaron prisioneros a las mujeres de Midián, y a sus niños, y a todos sus animales, y a todo
su ganado, y a todos sus bienes´´ (Cap.34 Vers.9). Ibn Ezra explica que ``sus bienes´´ se refiere al oro, a la
plata, al cobre, al hierro y a las ropas.
Y un poco más adelante, en este mismo capítulo, el sacerdote Eleazar da orden de pasar por fuego a todos
los objetos de metal confiscados -a los cuatro que aquí menciona Ibn Ezra, se agregan el estaño y el plomo-
para purificarlos. Y lo que no puede ser purificado pasándolo por fuego, debe ser lavado en agua (según el
Vers.23). Una especie de desinfección general de todos los objetos apresados en la guerra.
Y los soldados mismos que regresaron del combate, también deben quedar siete días afuera del
campamento de Israel, ``vosotros y vuestros prisioneros´´ (Vers.19). ``Y toda ropa, objeto de cuero, tela de
cabra o utensilio de madera, debéis purificar´´ (Vers.20).
De todo esto ya podemos deducir cuán grande era el botín de guerra capturado de los midianitas.
De los prisioneros tomados, sólo dejaron con vida a las niñas ``que no conocían acostarse con varón´´
(Vers.18), o sea, las que estaban vírgenes; ``dejadlas con vida, para vosotros´´ (íbid), quizás para que os
sirvan de criadas, o como esposas para vuestros esclavos.

...

Pero después leemos algunas leyes más, relativas al reparto del botín de guerra.
``Y dividirás el botín por la mitad (repartiéndolo) entre los que lo apresaron en la guerra, y entre toda la

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comunidad´´ (íd. Cap.31 Vers.27). Porque se parte del principio que quienes no salieron a la guerra, en cierto
modo también colaboraron en ella, pues se quedaron en el campamento, cuidando la retaguardia.
O como lo expresó algunos siglos más tarde David, al regresar victorioso (y con mucho botín) de una de sus
guerras, ``como la parte del que salió a la guerra (debe ser) la parte del que se sentó (en casa) sobre los
utensilios (para cuidarlos); juntos deben repartirse (cada uno, una mitad´´ (Primer Libro de Samuel, Cap.30
Vers.24).
Y además, Moisés también establece que de ese botín debe hacerse una contribución al santuario:
``Elevaréis (por tomaréis) un `méjes´ (contribución) para el Eterno, de los hombres que salieron al ejército,
un ser vivo de cada 500 (o sea, un 0,2%) de los humanos, de los vacunos, de los burros y del ganado menor
(ovejas y cabras)´´ (Bamidbar-Números Cap.31 Vers.28).
Y este ``méjes´´ o contribución (hoy día, en hebreo moderno, usamos el término para ``impuestos de
aduana´´) ``lo darán a Eleazar el sacerdote, como ofrenda del Eterno´´ (íd. Vers.29).
De la otra parte del botín, ``de la mitad de los hijos de Israel, tomarán uno, `ajuz´ (`tomado´) de cada 50 (o
sea, un 2%) de los humanos, de los vacunos, de los burros y del ganado menor, de todos los animales, y los
darás a los levitas que guardan el servicio en el santuario del Eterno´´ (Vers.30).
Este uno , ``ajuz´´ (de la raíz A-J-Z, tomar en la mano con energía), ``tomado´´ de cada 50, dio en hebreo
moderno la palabra que usamos para decir ``por ciento´´. Si por ejemplo hablamos de un 40%, ``arbaim
ajuzim´´, aludimos a ``40 tomados´´ de un conjunto de 100 unidades.
Como corolario de estas disposiciones -que sentaron un antecedente para el futuro, como vimos en el
ejemplo de David- ``hizo Moisés y Eleazar el sacerdote, tal como lo ordenó el Eterno a Moisés´´ (Vers.31).
Y ahora sigue el inventario del botín de guerra conquistado de los midianitas: 675.000 cabezas de ganado
menor (ovejas y cabras), 72.000 vacunos, 61.000 burros y los seres humanos, 32.000 mujeres, que todavía
``no se habían acostado con varón´´ (Vers.35). Significativo de la época, que ovejas, vacas y burros figuren
en la enumeración antes que las mujeres.
``De todos los animales´´ que figuran en el Vers.30, después de que ya se mencionó a ``los vacunos, los
burros y el gando menor´´, señala Ibn Ezra que el texto puede aludir con esta expresión a los camellos.
Y después, en el reparto respectivo (cuyas cifras precisas nos trae el resto del capítulo: cuánto fue la mitad
de cada una de las partes, y cuántos los animales que recibieron los sacerdotes y los levitas), observa Ibn
Ezra que no se mencionan cifras del reparto de esos ``otros animales´´, los quizás camellos, porque puede
ser que ellos hayan sido pocos.

...

Y después de este reparto ``impuesto´´ a los hijos de Israel (de ahí viene la palabra española ``impuesto´´),
todavía siguió una contribución voluntaria, de los jefes y oficiales que habían salido a la guerra al frente de
las tropas: ``Y se acercaron a Moisés los comandadntes de los miles del ejército, los jefes de miles y los de
centenas (o sea: centuriones), y le dijeron a Moisés: `Tus siervos (nosotros) hemos censado a los soldados
que estaban en nuestras manos, y no falta ni un hombre de ellos´´´ (Vers.48-49).
Y como sacrificio el Eterno por haber regresado todos sanos y salvos de la guerra, cada uno que encontró
objetos de oro, y sigue la enumeración de cinco tipos de joyas diferentes en el Cap.50. Según lo explica
Rashi, son aros de los pies, de las manos -brazaletes, los llamaríamos hoy-, aros de las orejas, anillos y
``kumaz´´, una joya con forma de órgano sexual femenino que usaban las mujeres midianitas, quizás como
amuleto para lorgar fertilidad (nos permitimos agregar nosatros), ``todos esos objetos de oro queremos
ofrendarlos al Eterno´´.
Moisés y Eleazar recibieron en sus manos esta ofrenda, ``y fue todo el oro de la ofrenda que elevaron (por
entregaron) al Eterno: 16.750 shékels (Vers.52). Ninguna bagatela, si tomamos en cuenta, tal como ya lo
hemos mencionado varias veces en esta sección, que en la Antiguedad bíblica el shékel era una unidad que
equiv alía a unos 10 u 11 gramos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 29/07/2005
PARASHAT MASEI
Viajando sin mapas
El nombre de nuestra parashá de esta semana es ``Masei´´, ``los viajes de´´, porque comienza con estas
palabras: ``Estos son los viajes (masei) de los hijos de Israel que salieron del país de Egipto´´
(Bamidbar-Números Cap.33 Vers.1).
Esta palabra ``masei´´ proviene de ``masaim´´, ``viajes´´, y su raíz es N-S-Ayin (muda). Pero tal como sucede
muchas veces con las raíces que comienzan con N, esta letra N se perdió (en su origen, el vocablo quizás
era ``mansaim´´; y por su proximidad a la S, la N se elidió).
Como verbo, en el presente se dice ``nosea´´ (yo-tú-él ``viaja´´; si se lo aplica a una mujer, el femenino es
``nosa´at´´. Y como sustantivo, ``nosea´´ significa ``pasajero´´ (o el femenino, ``nosa´at´´, ``pasajera´´). Y de
vuelta como verbo, el futuro se dice - otra vez con la N elidida - ``aní esá´´(en vez de ``ensá´´), ``yo viajaré´´.
Rashí comenta a este registro detallado de los viajes del pueblo de Israel por el desierto, que a pesar de los
40 años de travesías por el mismo, 42 viajes (que se leen a continuación en el presente Cap.31) a lo largo
de 40 años, denotan que D´´s no los sometió a demasiados esfuerzos en el desierto. Y además -así Rashí-
de estos 42 viajes, 14 se hicieron en el primer año después del éxodo de Egipto.
De modo que para los restantes 39 años quedan sólo 28 viajes, o sea, con más de un año de intervalo entre
uno y otro.
E Ibn Ezra comenta que cuando los hijos de Israel se asentaron en las estepas de Moab, se quedaron a vivir
allí varios meses; y que allí, después de que murió Aarón, ``escribió Moisés sus lugares de salida para sus
viajes, según lo ordenó el Eterno; y éstos son sus viajes, de acuerdo a los puntos de partida´´ (Vers.2).
Y los primeros viajes, la Torá los pinta con detalles: ``Y viajaron de Ramsés (en Egipto) el día 15 del mes
primero (o sea: Nisán), por la mañana siguiente (al sacrificio) de Pésaj, salieron los hijos de Israel con mano
alta (Ibn Ezra señala: ``ya lo expliqué´´.
Y hallamos la expresión ``beyad ramá´´, ``con mano alta´´ en Shemot-Exodo Cap.14 Vers.8, donde Ibn Ezra
comenta: ``No como quienes huyen. Y llevaban sus armas consigo´´) ante los ojos de todo el Egipto´´
(Vers.3).
Y mientras tanto -añade el texto bíblico como en una observación aparte- ``los egipcios estaban sepultando
a los que el Eterno hirió en ellos: todo primogénito; y con los dioses (o: ídolos) de ellos, el Eterno ejecutó
sentencias´´ (Vers.4).
Este ``ejecutar sentencias´´, ``asá shefatim´´, en el texto bíblico muchas veces tiene el significado de
``aplicar castigos´´.
Ibn Ezra trae como ejemplo lo que les ocurrió a los filisteos de Ashdod cuando trajeron el Arca de la Ley de
Israel como trofeo de guerra al santuario de su ídolo Dagón: por la mañana siguiente lo encontraron a éste
tumbado en tierra ante el Arca del Eterno (Primer Libro de Samuel, Cap.5 Vers.1-5) y días más tarde, con la
cabeza y las manos cortadas.
La Torá prosigue: ``Y los hijos de Israel viajaron de Ramsés y acamparon en Sucot. Y viajaron de Sucot y
acamparon en Etam, que queda en el extremo del desierto´´ (Vers.5-6).
Y así, con todo el resto de los viajes, a veces, con el agregado de algún detalle interesante: ``Y llegaron a
Elim.. Y en Elim había 12 fuentes de agua, y 70 palmeras datileras´´ (Vers.9).
O por ejemplo: ``Y viajaron de Alush, y acamparon en Refidim. Y allí el pueblo no tenía agua para beber´´
(Vers.14).
Y también podemos hallar algunos nombres que hoy nos resultan conocidos: ``y acamparon en Yotvatá. Y
viajaron de Yotvatá, y acamparon en Avroná´´ (Vers.33-34). Yotvatá hoy es el nombre de un kibutz ubicado a
la vera del camino que lleva a Eilat, que hace mucha propaganda por los productos lácteos que en él se
elaboran.
Y ya que mencionamos a Eilat: en el golfo de Eilat, en tiempos posteriores, se hallaba el puerto que
construyó el rey Salomón, ``Etzion Guéver que está junto a Elot, en la costa del `Iam Suf´, el `Mar de los
Juncos´ (o: Mar Rojo), en la tierra de Edom´´ (Primer Libro de los Reyes, Cap.9 Vers.26). Y después de
Yotvatá y de Avroná, ``acamparon en Etzión Guéver´´ (Bamidbar-Números Cap.33 Vers.38).
Aquí, gracias a que Etzión Guéver también se menciona en el Libro de los Reyes (``Melajim´´) con lujo de
detalles geográficos (``en la costa del Mar Rojo, junto a Elot´´), a pesar de los tres o cuatro siglos que
mediaban entre Moisés y Salomón, tenemos por fin una referencia geográfica a la que podemos atenernos
para ubicar siquiera la zona por donde quedaba este campamento que establecieron los hijos de Israel.

...

Porque como ya lo dijimos al comentar esta parashá en nuestro ciclo del año pasado (ver Aurora del
15.7.2004): por más que Moisés quiso dejar a la posteridad un registro exacto del itinerario que los hijos de
Israel anduvieron durante los 40 años de la travesía del desierto, su buena intención no pudo cumplirse.
Porque con el andar del tiempo, estos oasis en el desierto fueron desapareciendo, la arena los cubrió, sus
nombres se perdieron, y tampoco no quedaron mapas que fijaran su ubicación exacta.

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Hay estudiosos modernos que procuran socavar los antecedentes históricos de nosotros, los israelíes, en
este país en que estamos viviendo, que hasta buscan en otros sitios como por ejemplo en la Península
Arábiga nombres de oasis o de otros sitios en boca de los beduínos, parecidos a los que figuran en parashat
Masei, como prueba de que Moisés y su pueblo nunca llegaron a estas tierras, sino que deambularon por lo
que hoy es el desierto de Arabia Saudita.
Estos trabajos generalmente son escritos para investigadores de universidades de países árabes, y
después, difundidos por el mundo en idioma inglés; de ahí los conocemos nosotros.

...

En una de las últimas etapas de la travesía, los hijos de Israel llegaron a ``Hor hahar´´, el ``monte de Hor´´.
``Y subió el sacerdote Aarón al monte Hor por (orden de) boca del Eterno, y murió allí, en el año 40
(después) de salir los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el quinto mes, el (día) primero del mes. Y
Aarón tenía entonces 123 años (de edad) cuando murió en el monte de Hor´´ (íd.Vers.38-39).
Esto nos explica por qué en algunos episodios relatados de las parashot anteriores, aparece junto con
Moisés el sacerdote Eleazar, el hijo de Aarón (y sobrino de Moisés) que heredó el puesto de Sumo
Sacerdote después de la muerte de su padre.

...

Los hijos de Israel realizaron varios viajes más, y así llegan a Avel Hashitim, ``en las estepas de Moab´´ y
``sobre el (río) Jordán (enfrente) de Jericó´´ (Vers.49-50), el punto de partida desde el cual tiene que
comenzar ahora el cruce del Jordán y la conquista de Canaán.
Pero esta misión ya no alcanzará a cumplirla Moisés, que muere (también sobre un monte: el de Nebó) a la
edad de 120 años, tres menos que su hermano Aarón.
Quedará en manos de Yehoshúa (o Josué) cumplir con ese cometido, tal como se lo leerá en el Libro de
Josué, una vez que se acaba con nuestra parashá de hoy el Cuarto Libro de la Torá, Bamidbar o Números.

...

Pero antes de pasar a Josué y la conquista de Canaán, todavía nos aguarda en la Biblia, a partir de la
semana próxima, el Quinto Libro de la Torá: Devarim, el Deuteronomio.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 05/08/2005
PARASHAT DEVARIM
Un anticipo del 9 de av
Ya a comienzos del quinto libro de la Torá, Devarim o Deuteronomio (cuya lectura vamos a empezar el
sábado que viene en nuestras sinagogas), llama la atención la ausencia de la acostumbrada fórmula ``Y
habló el Eterno a Moisés diciendo´´.
Porque el libro comienza exponiendo directamente: ``Estas son las palabras (`devarim´) que habló Moisés a
todo Israel´´ (Cap.1 Vers.1), inicio que, según algunos, estaría en flagrante contradicción con lo que Moisés
alegó una vez ante D´´s, cuando trató de rehusar la misión que El le quería encomendar: ``No soy hombre de
palabras´´ (``ish devarim´´, en hebreo; Shemot-Exodo Cap.4 Vers.10), sino que tengo dificultades en el
habla.
Llamó la atención de nuestros sabios cómo de pronto este Moisés, que por propia confesión no era ``hombre
de palabras´´, da comienzo a todo un libro de la Torá proclamando que ``Estas son las palabras que habló
Moisés´´, sin intervención de D´´s.

...

Seguimos leyendo en este capítulo inicial. Pocas líneas más adelante hallamos que ``Be´éver ha-Yardén´´,
``del otro lado del Jordán, en el país de Moab, comenzó Moisés a explicar esta Torá diciendo´´ (Vers.5).
Ya hemos señalado en nuestro anterior ciclo de comentarios que quien denomina ``del otro lado del Jordán´´
al sitio donde se hallaba Moisés, al decir eso, debía hallarse ``de este lado´´, vale decir, entre el Jordán y el
Mar Mediterráneo. Así como alguien que en América del Sur, al referirse por ejemplo a Mendoza la define
como una ``ciudad trasandina´´, seguramente lo hace hablando desde Chile (ver Aurora del 22.7.2004).
Finalmente, también hay que prestar atención a las palabras con que concluye el libro que hoy estamos
iniciando, ese último párrafo donde se narra la muerte de Moisés en el monte de Nebó y su sepultura allí, tal
como se lo lee en Devarim-Deuteronomio (Cap.34 Vers. 5-12). Y el elogioso Vers.12 final, ``no hubo como
Moisés´´, muy en contraste con el rasgo de carácter de Moisés que era ``muy modesto, (más) de todo otro
hombre sobre la faz de la tierra´´ (Bamidbar-Números Cap.12 Vers.3).

...

Todos estos pequeños detalles, más el relato en el libro de Melajim Bet donde ``dijo Jilkiyáhu, el Sumo
Sacerdote: `He hallado el libro de la Torá en la casa del Eterno; y dio Jilkiyáhu el libro al escriba Shafán, y lo
leyó, y llegó el escriba Shafán hacia el rey´´ (Segundo Libro de los Reyes, Cap.22 Vers.8-9), todo esto dio
lugar a la teoría moderna de que un libro nuevo, este de Devarim o Deuteronomio, fue el ``libro de la Torá´´
encontrado por el Sumo Sacerdote en el Templo en tiempos del rey Yoshiyáhu o Josías (que reinó en
Jerusalén y Judea desde 638 hasta 609 d.C.). Y como consecuencia del hallazgo de este libro, el rey
introdujo en Judea una importante reforma religiosa, que centralizó el culto de D´´s en Jerusalén, tal como lo
prescribe insistentemente el libro que estamos leyendo (sin mencionar nombre geográfico alguno: ``el sitio
que elija el Eterno vuestro D´´s de todas vuestras tribus, para hacer reposar allí Su nombre´´
(Devarim-Deuteronomio Cap.12 Vers.5).

...

Rambán o Najmánides, en su glosa al versículo inicial del libro, comenta que ``en este libro de `mishné
Torá´, de `la repetición de la Torá´, Moisés explica a la generación de los que van a entrar (en la Tierra
Prometida, al mando de Josué, el sucesor de Moisés) una gran parte de los mandamientos de la Torá que
deberán cumplir (como pueblo agrícola) en Israel´´.
Ya en este breve comentario, Rambán usa la definición ``mishné Torá´´, ``repetición de la ley´´ que figura
una vez en el libro mismo, allí donde se prescribe que un rey de Israel, ``cuando tome asiento en el trono de
su reinado, escribirá el `mishné Torá´ (una repetición o copia de la Torá) sobre un libro (o pergamino)´´
(Devarim-Deuteronomio Cap.17 Vers.18).
Y esta idea de ``repetición´´ o ``copia´´ (``mishné´´ proviene del número ``shnáyim´´, ``dos´´), también es la
que expresa el nombre ``Deuteronomio´´, de origen griego que se dio a este libro: ``deuteros´´ es
``segundo´´, y ``nomos´´ es la ``ley´´: la ``segunda ley´´ (o sea: repetición o copia de la primera).
Esbozados así los motivos por los cuales los estudios bíblicos modernos consideran a
``Devarim-Deuteronomio´´como un libro posterior en varios siglos a los tiempos de Moisés, entraremos a
mirar de cerca algunos párrafos interesantes de nuestra parashá.

...

En su mirada retrospectiva a ``los tiempos aquellos´´, cuando cuarenta años atrás, después de la salida de

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Egipto, Moisés organizó el sistema judicial de los hijos de Israel y nombró jueces para los diversos grupos e
instancias (``Y tomé a los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y conocidos, y los designé como jefes
sobre vosotros, jefes de cientos, y de cincuenta, y de decenas, y vigilantes para vuestras tribus´´ (íd.Cap.1
Vers.15), Moisés también comenta: ``Pues cómo (`eijá´, en hebreo) podré llevar yo solo vuestra molestia,
vuestra carga y vuestro pleito´´ (ibíd.Vers.12).
Sforno explica: ``vuestra molestia´´ eran los juicios sin demandas de dinero; ``vuestra carga´´, las
necesidades generales del pueblo; y ``vuestro pleito´´ , los juicios en que se trataban cuestiones de dinero.
Según Ibn Ezra, en cambio, ``molestia´´ era el esfuerzo y la dificultad en lograr que gente tonta entendiera
los mandamientos divinos; ``vuestra carga´´ era cuando los hijos de Israel le pidieron a Moisés que los
proveyera de pan, de agua y de carne cuando andaban por el desierto; y ``vuestro pleito´´ era cuando reñían
entre ellos y acudían a Moisés para que actuara de juez entre los litigantes.
Recordemos que fue Yitró o Jetró, el sacerdote de Midián y suegro de Moisés, quien le aconsejó a su yerno
cómo organizar el sistema judicial de Israel, delegando sus funciones de juez en otras personas adecuadas
(ver esta sección en Aurora del 27.1.05).
...

Esta palabra ``eijá´´ (forma poética de ``eij´´, ¿cómo?) en boca de Moisés, en seguida nos evoca el nombre
de otro ``eijá´´, sinónimo de tristeza y de duelo. Porque con este vocablo también comienzan varios de los
capítulos de las Lamentaciones de Jeremías (que en hebreo se llaman ``Meguilat Eijá´´): ``¡Cómo está
sentada solitaria, la ciudad numerosa de pobladores! (Jerusalén, destruída por el enemigo) ¡Está como una
viuda, la capital de los pueblos! La princesa de los países, ¡está sometida a pagar tributo!´´ (Meguilat Eijá,
Lamentaciones, Cap.1 Vers.1).
Y por eso, este breve libro de sólo cinco capítulos en hebreo se llama ``Meguilat Eijá´´, el ``rollo de Eijá´´, o
más literalmente todavía, el ``rollo de ícómo´´.

...

Nuestro calendario está organizado de modo que el sábado en que se lee parashat Devarim, siempre
precede de muy cerca al día 9 del mes de av (``tishá beav´´, en hebreo; día de ayuno y de luto, aniversario
de la destrucción de los dos Templos de Jerusalén: el primero, por Nabucodonosor, rey de Babilonia en 586
a.C., y el segundo, por el general romano Tito en 70 d.C.) que será el próximo domingo 14 de agosto, el día
siguiente a la lectura de esta parashá en la sinagoga. Y como todo otro día en el almanaque hebreo,
empezará ya el sábado mismo por la noche, con la puesta del sol.

...

De ahí, también, la costumbre de que cuando se llega en la Torá al pasaje de esta queja de Moisés que
comienza con la palabra ``eijá´´, se sigue leyendo todo el versículo con la melodía plañidera con que se leerá
después ``Meguilat Eijá´´ el día 9 de av, que este año, como dijimos, será ese mismo sábado por la noche.
Porque las Lamentaciones de Jeremías son leídas dos veces en ``tishá beav´´: por la noche (anterior) y el
día que le sigue.
De modo que este ``eijá´´ del suspiro-queja de Moisés, ya actúa como anticipo del día de luto y de ayuno que
seguirá poco después.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 12/08/2005
Parashat Veatjanán
La súplica de Moisés: en vano
Esta vez ``Vaetjanán´´, el nombre de nuestra parashá de hoy (Devarim-Deuteronomio Cap.3 Vers.23), es
directamente la primera palabra de la misma. Y tal como ya lo dijimos en el estudio que hicimos de este
vocablo en nuestro ciclo bíblico del año pasado, una buena traducción de la misma sería decir en español:
``Y (yo) imploré´´.
¿Quién es el que imploró a D´´s? Fue Moisés. ¿Y qué pidió Moisés del Eterno? ``Por favor: pasaré (el
Jordán) y veré el buen país que está allende del Jordán, esta buena montaña, y el Líbano´´ (Vers.25).
Pero ya sabemos que la decisión divina al respecto fue negativa. E inamovible: ``Y se enojó el Eterno
conmigo por (culpa de) vosotros, y no me oyó (no accedió a mi ruego), y el Eterno me dijo: ¡Basta para tí! No
vuelvas a hablarme más de este asuntó´´ (Vers.26).
Rashí, en su comentario, nos remite a un pasaje de la literatura bíblica posterior que se hace eco de este
pedido denegado a Moisés: ``E hicieron enojar (los hijos de Israel al Eterno) junto a las aguas de Merivá, y
(D´´s) le hizo mal a Moisés a causa de ellos´´ (Tehilim-Salmos Cap.106 Vers.32).
***
``Mei Merivá´´, ``Las aguas de la riña´´, fue el sitio del desierto donde les faltó agua a los hijos de Israel, y
ellos se amotinaron contra Moisés. Y según el texto lo pinta allí brevemente, ``clamó Moisés al Eterno
diciendo: ¿qué voy a hacerle a este pueblo? Por poco me apedrean´´ (Shemot-Exodo Cap.17 Vers.4).
Tan fuerte fue la impresión que dejó esta rebeldía popular, que llamó el nombre de ese sitio ``Masá
Umerivá´´ (``prueba y riña´´) por la riña de los hijos de Israel y porque pusieron a prueba al Eterno, diciendo:
``¿Está el Eterno en medio de nosotros, o no?´´ (íd. Vers.7).
O, según lo leemos hoy aquí en parashat Vaetjanán, el nombre del sitio de esa rebeldía es evocado como
``Mei Merivá´´ , ``las aguas (de: máyim, agua) de la riña´´, nombre por el cual el texto bíblico también lo había
mencionado anteriormente, al hablar de la muerte de Aarón: ``Que se reúna Aarón a su pueblo (que muera),
porque no llegará al país que (Yo, D´´s) he dado a los hijos de Israel, porque desobedecisteis (las órdenes
de) Mi boca junto a Mei Merivá´´ (Bamidbar-Números Cap.20 Vers.24).
***
Sin embargo, D´´s no quiere dejar del todo insatisfecho el vehemente pedido de Moisés. ``Sube a la cumbre
de la cresta -le indica- (Ibn Ezra explica: una cumbre en el territorio de Moab; por la zona del actual Mar
Muerto), y alza tus ojos hacia el mar (el oeste), hacia el norte, hacia el sur y hacia el este, y mira con tus ojos
(Rashí acota: Moisés había pedido `y veré el buen país que está allende del Jordán´, como vimos más
arriba, y D´´s se lo concede), porque no pasarás este Jordán´´ (y esto, D´´s se lo deniega)
(Devarim-Deuteronomio Cap.3 Vers.27).
Porque en otro relato de este episodio de Mei Merivá - donde D´´s les indica a Moisés y a Aarón que
``hablaréis a la roca, y ella dará sus aguas´´ (Bamidbar-Números Cap.20 Vers.8; y ver también nuestra nota
sobre parashat Jucat en Aurora del 7.7.05) ellos replicaron al pueblo, quizás con ironía: ``¡Escuchad, los
rebeldes! ¿Acaso de esta roca les sacaremos agua?´´ (ibíd. Vers.10).
Esta pregunta de Moisés y Aarón -y no el hecho de que ``golpeó la roca dos veces con su vara´´ (allí,
Vers.11) en vez de hablarle solamente- es lo que encendió la furia divina, pues en seguida leemos que D´´s
les dijo a Moisés y a Aarón: ``Debido a que no tuvisteis fe en Mí para santificarme ante los ojos de los hijos
de Israel, por eso no llevaréis a esta comunidad al país que Yo les he dado´´ (ibíd. Vers.12).
***
En otro orden de cosas, nuestra parashat Vaetjanán en la tradición judía posterior va asociada a
pensamientos más edificantes.
La semana pasada hemos dicho que la anterior parashá, Devarim, siempre precede directamente al día de
luto y de ayuno del 9 de av, el aniversario de la destrucción del primer Templo de Jerusalem, y también del
segundo.
Por lo tanto, parashat Vaetjanán, la que le sigue en la Torá, siempre viene inmediatamente después de esa
fecha (que fue el pasado domingo 14, a comienzos de la presente semana).
Y así como antes de ese día del castigo histórico se leyó como Haftará (el fragmento de los Profetas que se
lee en la sinagoga después de la lectura de la Torá) el violento Cap. 1 de Yeshayáhu o Isaías, que recrimina
al pueblo judío sus pecados y anuncia graves castigos, así ahora, pasado ya el 9 de av, el día del castigo, se
lee del mismo profeta Isaías el Cap. 40, que comienza con las palabras ``Najamú, najamú amí´´, ``Consolad,
consolad a Mi pueblo, dice vuestro D´´s´´ (Isaías Cap.40 Vers.1). Por eso, al presente shabat de parashat
Vaetjanán, también hay quienes lo llaman ``shabat Najamú´´, ``sábado de consolad´´ o, si se quiere, con una
pequeña variante gramatical, ``sábado de consolación´´.
***
Pues este es el contexto que cada año trae consigo parashat Vaetjanán: a pesar de que el castigo de Moisés
-no poder entrar a la Tierra Prometida- se cumplió inexorablemente, y más adelante, en la historia judía,
también se cumplieron las negras profecías de castigo del profeta Isaías anunciadas en su Cap.1, así el
pueblo de Israel también expresa su esperanza de que, al igual que los castigos, también habrán de

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cumplirse algún día las palabras de este mismo profeta que, en su mencionado Cap.40, promete que llegará
el día en que Israel habrá expurgado su culpa, y que el perdón divino vendrá con el retorno del Eterno a
Jerusalén.
Y de tal modo, el sábado de parashat Vaetjanán y su otro nombre, Shabat Najamú, siempre evocan un cálido
vínculo entre el Eterno y el pueblo de Israel.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 19/08/2005
PARASHAT EQUEV
La zanahoria, el palo y el corazón
El curioso nombre de nuestra parashá de esta semana -Equev, ``debido a que´´ (Devarim-Deuteronomio
Cap.7 Vers.12)- ya lo hemos analizado y explicado en esta misma sección durante el ciclo de comentarios
del año pasado (ver Aurora del 5.8.04).
``Debido a que cumpliréis las leyes del Eterno´´ -como indica este versículo inicial- también podría
formularse como una condición: ``SI las cumpliréis´´. Pero la diferencia está, según indica Ibn Ezra en su
comentario, en que ``como siempre, équev indica un premio (o: recompensa) que viene al final´´.
Rashí, en cambio, ve en ``équev´´ una insinuación de otra índole: ``équev´´ recuerda la palabra hebrea
``aquev´´, el ``talón´´ del pie (como ya lo hemos escrito en nuestra nota arriba mencionada). Si vosotros, los
hijos de Israel, observaréis y obedeceréis aún los mandamientos más fáciles, que el hombre judío suele
pisar con el ``talón´´, es decir, no darles mucha importancia, entonces sobrevendrán sobre el pueblo de
Israel todas las bendiciones que se enumeran a continuación en este Cap.7: profusión de hijos, de riqueza
agrícola y ganadera, prevención de enfermedades y la victoria sobre los enemigos.
El Cap.8, en cambio, en su segunda mitad nos expone el reverso de la medalla: ``Cuídate, no sea que
olvides al Eterno tu D´´s y no observes Sus mandamientos, Sus juicios y Sus leyes que yo te ordeno hoy
(Vers.11) y no sea que ``se ensorbezca tu corazón y olvides al Eterno tu D´´s que te ha sacado de Egipto, de
la casa de los esclavos`` (Vers.14).
Porque en tal caso, El te quitará todas las bendiciones que te ha prometido por tu obediencia y fidelidad
(ésta consiste en no adorar a dioses ajenos), y como castigo ocurrirán toda clase de desgracias que se leen
hasta el final de la parashá de hoy, que acaba a mediados del Cap. 11.

...

Pero en el espacio intermedio, entre la anunciación de la obediencia y sus bendiciones y la rebeldía y sus
castigos, llama la atención un pasaje del Cap.8, donde leemos: ``Porque así como un hombre aflige (o:
castiga) a su hijo, (así) el Eterno tu D´´s te aflige (o: castiga) a ti´´ (Cap.8 Vers.5). Vale decir -como acota
Sforno en su glosa a estas palabras- que con Sus mandamientos, El te da la corrección adecuada para
llevarte a la perfección intencionada por El.
Y por asociación de ideas, esto nos lleva al conocido pasaje de los Proverbios del rey Salomón que dice así:
``Quien escatima su vara, odia a su hijo; y quien lo ama, abunda en su corrección´´ (Mishlei, Proverbios,
Cap.13 Vers.24). En otras palabras: quien no le da al hijo las palizas necesarias, lo educa para el mal, como
si estuviese odiándolo.
Esto nos remonta a la época de los castigos corporales en el ramo de la educación. Y con este versículo de
la Biblia se justifican hoy, en el moderno Estado de Israel, algunos padres o educadores de ciertos círculos
ultrarreligiosos, cuando son sorprendidos en actos de violencia física aplicada a sus hijos o alumnos.
Por otra parte, lo añoran aquéllos que, en el libertinaje que algunas veces rige en nuestras escuelas, ya no
saben cómo hacer frente a alumnos insolentes que ofenden y hasta golpean a sus maestros, o les causan
daños intencionales en los autos estacionados junto a la puerta de entrada.

...

Pero volviendo al pueblo de Israel en tiempos de Moisés, vemos que esta observación como al margen de
que D´´s trata a Su pueblo como si fuese Su hijo, también aplica el conocido sistema de ``la zanahoria y el
palo´´, como decimos en hebreo: la zanahoria (o sea, el premio) colocada ante el hocico del burro, para que
comience a caminar. Y en caso de que no se obtenga así la acción esperada, entonces utilizar el palo para
golpearlo en las ancas, para moverlo de su lugar.
De un modo casi análogo, Moisés promete a su pueblo las bendiciones por el cumplimiento de la ley divina,
y amenaza después con lo contrario, por el incumplimiento de las mismas.

...

Y ya cerca del fin de nuestra parashá de hoy, figura el párrafo que se inicia con las palabras ``Vehayá im
shamóa´´, ``Y será, si oiréis´´ (o bien: obedeceréis; Devarim-Deuteronomio Cap.11 Vers.13) que se ha
incorporado a nuestro ritual de plegarias como segundo capítulo de la oración de ``Shemá Israel´´.
También figura en el pequeño pergamino contenido en la ``mezuzá´´ que clavamos en las jambas de
nuestras puertas. Si oiréis (u obedeceréis) las leyes del Eterno -dice la Torá allí- entonces El dará en su
debido tiempo la lluvia de vuestro país, ``y recogerás tu grano, tu mosto y tu aceite (de olivas), y (Yo, D´´s)
daré pasto en tu campo para tu ganado, y comerás, y te hartarás`` (Ibíd., Vers.14-15).
Pero en caso contrario sobrevendrá el castigo, también en el aspecto agrícola-ganadero: D´´s ``cerrará el
cielo, y no habrá lluvia, y la tierra no dará su fruto, y os perderéis pronto de la buena tierra que el Eterno os

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da´´ (Ibíd., Vers.17).

...

Dos veces en este párrafo de ``Vehayá im shamóa´´ figura el término ``levavjem´´, ``vuestro corazón´´: amar
al Eterno y servirle ``con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma´´ (Cap.11 Vers.13), y ``colocarás
estas palabras mías sobre vuestro corazón y sobre vuestras almas´´ (Vers.18).
Esto nos evoca la época de nuestra vida en que hemos escrito el comentario de parashat Equev (y de varias
de las que le siguen) de nuestro ciclo pasado, lejos del hogar y de nuestros libros que albergan los sabios
comentarios de nuestros ``amigos´´ Rashí, Ibn Ezra y todos los otros que conocemos aquí, por un ataque al
corazón que a comienzos de 2004 nos dejó con sólo parte del mismo en sus funciones normales, y nos
condujo a tres hospitales diferentes de Israel, y entre hospital y hospital, como paciente en reconvalecencia,
a los hogares de mis tres hijas y de mi hijo.
Así, a pesar de estar vagando de cama en cama durante casi tres meses, usando los libros de Tanaj (la
Biblia hebrea) de los nietos, hemos logrado mantener sin interrupción para los amigos lectores y lectoras de
Aurora, esta sección de comentarios bíblicos semanales.
Y ahora, gracias a todos quienes han ayudado en esta recuperación de salud del padre enfermo, ella
prosigue otra vez desde el hogar del escritor, donde su amplia biblioteca, sus diccionarios, los mencionados
``amigos´´ comentaristas bíblicos y otros libros de consulta le permiten proseguir este nuevo ciclo.
Y lo más importante: como dice la Torá en el primer capítulo de ``Shemá Israel´´ que se leyó en nuestras
sinagogas el sábado pasado, ``bejol levavjá´´, ``con todo tu corazón´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.6 Vers.5):
gracias al Eterno y a los cardiólogos que en él intervinieron, con las tres arterias del mismo en buen
funcionamiento, después de destapado lo que en parte las obstruía.
Con ``todo el corazón´´, y no sólo con la mitad de él.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 26/08/2005
PARASHAT REE
Un dios ``celoso´´
``Reé´´, imperativo del verbo de raíz R- Alef (muda)-H, ``ver´´, que significa ``¡mira, ve!´´ es la palabra inicial
de nuestra parashá de esta semana, y la que le da su nombre.
- ¿Quién es el que tiene que mirar o ver?
- El pueblo de Israel.
- ¿Y qué es lo que tiene que ver?
- Que ``Yo hoy coloco delante de vosotros la bendición y la maldición´´ (Devarim- Deuteronomio Cap.11
Vers.26).
- ¿Cuándo gozaréis de las bendiciones?
- ``La bendición, cuando escuchéis (obedezcáis) los mandamientos del Eterno vuestro D´´s que yo os ordeno
hoy´´ (íd.Vers.27).
- ¿Y cuándo amenazan las maldiciones?
- ``Y la maldición, si no escucharéis (obedeceréis) los mandamientos del Eterno vuestro D´´s y (si) os
apartaréis del camino que yo os ordeno hoy, yendo detrás de otros dioses que no habéis conocido´´
(íd.Vers.28).
...
Sobre la palabra ``reé´´, el imperativo en singular (``¡mira tú!´´ y no ``¡mirad vosotros!´´), comenta Ibn Ezra
que esta orden divina va dirigida a cada persona por separado, en forma individual.
Y acerca de ``la bendición y la maldición´´ del Vers.26, explica Rashí que esto se refiere a la asamblea
popular descrita más adelante, donde los representantes de seis tribus se pararán en la ladera del monte de
Eibal para anunciar allí las diversas cláusulas de la maldición (según se leerá en Devarim-Deuteronomio
Cap.27 Vers.11-26), después de las palabras de bendición que representantes de las otras seis tribus
anunciaron desde el monte de Guerizim.
La ceremonia en sí se cumplió después de la muerte de Moisés, cuando los hijos de Israel ya habían
cruzado el Jordán y llegaron a Canaán en tiempos de Josué, el sucesor de Moisés, según puede leerse en el
Libro de Josué, Cap.8 Vers.30-35.
Y los dos montes, Guerizim y Eibal, flanquean hasta hoy a la ciudad que en hebreo llamamos Shjem, y que
los palestinos denominan Nablus: al norte de Jerusalén, y a la altura de la moderna ciudad de Natania,
aproximadamente.
...
A esta reunión en el valle entre los montes de Guerizim y Eibal también se refiere nuestra parashá de hoy
cuando dice, a poco de empezada, que ``colocarás la bendición sobre el monte de Guerizim, y la maldición
sobre el monte de Eibal´´ (Devarim- Deuteronomio Cap.11 Vers.29).
Ibn Ezra explica: ``Con la boca´´. Es decir: las personas que habrán de pronunciar esas bendiciones. Y
colocar la bendición sobre una montaña es un acto simbólico, tal como ya lo vimos en las ceremonias
rituales del Iom Kipur o Día del Perdón, donde el sacerdote ``los colocará (los pecados del pueblo de Israel)
sobre la cabeza del chivo (el chivo emisario; Vayikrá-Levítico Cap.17 Vers.21), según también nos indica Ibn
Ezra en su glosa.
...
Y tal como hicimos nosotros más arriba - pero sin la ayuda de un mapa - también la Torá procura dar a los
hijos de Israel una ubicación aproximada de los dos montes que menciona, el de Guerizim y el de Eibal: ``He
aquí que ellos están allende del Jordán, detrás del camino de la puesta del sol, en el país de los canaaneos
que habitan la estepa, frente a Guilgal, junto a Eilón Moré´´ (Devarim- Deuteronomio Cap.11 Vers.30).
Esta vez, al hablar de ``allende del Jordán´´, la Torá especifica: ``en el camino de la puesta del sol, vale
decir, al occidente del Jordán, en lo que hoy es el territorio de Israel. Y no deja lugar a la duda que hemos
visto al hablar de la primera parashá del libro que estamos leyendo (parashat Devarim; ver nuestra nota del
11.8.05), donde ``éver ha-Yardén´´,``el otro lado del Jordán´´ (Devarim- Deuteronomio Cap.1 Vers.1) parecía
referirse a la zona oriental del Jordán, lo que hoy es el reino de Jordania.
Rashí comenta al respecto: la Torá nos dio una señal (para definirnos la ubicación de los dos montes):
después de cruzar el Jordán, todavía un largo trecho. Pues todo sitio del cual se dice ``ajarei´´ (``detrás de´´)
significa que está lejano.
Y Rashí analiza los tradicionales signos de entonación musicales que acompañan el texto bíblico (``Ta´amei
Hamikrá´´) para demostrarnos que ``ajarei´´ es una unidad de idea aparte (que indica ``lejano´´) y no debe
ser leída junto con ``el camino de la puesta del sol´´.
...
En el Cap.12 de Devarim-Deuteronomio, el que sigue en nuestra parashá, se prescribe una guerra total
contra todos los cultos de los canaaneos: ``Destrozar habréis de destrozar todos los sitios donde los pueblos
que vais a heredar rindieron culto a sus dioses: sobre las altas montañas, y sobre las colinas, y debajo de
todo árbol frondoso´´ (Vers.2). Rashí observa que la palabra ``eloheihem´´, ``sus dioses´´, está escrita en el
texto sin la letra ``vav´´ que indica la vocal O.

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Y menciona una opinión de Rabí Yoná, también apodado ``el Gramático´´, de que esta palabra figura
incompleta, como para quitarles el valor divino. Lo que hacemos nosotros aquí al traducirlos como ``dioses´´,
con minúscula. Mientras que al Eterno lo llamamos Dios, con mayúscula, y lo escribimos D´´s, sin las letras
completas de la palabra, por respeto a El.
Tomamos en cuenta que una vez leída, esta página de ``Aurora´´ sólo es una pieza de papel en manos de
quien la sostiene, y que quizás puede usar ese papel para usos no respetuosos del nombre divino que figura
impreso en él.
...
¿Por qué esta lucha tan despiadada contra los cultos canaaneos, uno de los cuales -el de Baal Peor- ya
hemos visto aquí en el comentario a parashat Pinjás (ver Aurora del 21.7.05), cuando varones de Israel se
lanzaron al desenfreno sexual con mujeres canaaneas, que los invitaban a ello como un culto religioso al
mencionado ídolo Baal?
La motivación de ello podemos hallarla en el segundo libro de la Torá, donde se lee lo siguiente: ``No sea
que conciertes un pacto con los habitantes del país (de Canaán), y se pervertirán detrás de sus dioses, y
ofrendarán sacrificios a sus dioses, y te llamarán (a ti) y comerás de su sacrificio´´ (Shemot-Exodo Cap.34
Vers.15).
Vale decir: exterminar a todos los cultos de ídolos que hallaréis a vuestro paso, para no correr el peligro de
que los aprendáis también vosotros, y ello os haga apartar de la fe en el Eterno que es, como ya lo anunció
en los Diez Mandamientos, ``un D´´s celoso´´. Y que en el segundo Mandamiento del Decálogo te ha
ordenado: ``No te hagas estatua o todo cuadro de lo que hay en el cielo por arriba, o en la tierra por abajo, o
en el agua, por debajo de la tierra; no te prosternes ante ellos y no les rindas culto, porque Yo, el Eterno, tu
D´´s, soy un D´´s celoso (o sea: que no admite que rindas culto a otros dioses fuera de Mí) (Devarim-
Deuteronomio Cap.5 Vers.5 y también Shemot-Exodo Cap.20 Vers.3-4).
...
La historia posterior del pueblo de Israel nos revela que esta prohibición algunas veces fue violada, porque
después de la escisión del reino de Salomón en dos partes (por el año 930 a.C.), los reyes del país del norte
levantaron altares en Dan y en Bet El (como puede leerse en Melajim Alef, Primer Libro de los Reyes Cap.12
Vers.27-30) para evitar que en Pésaj, Shavuot y Sucot, las tres fiestas del peregrinaje, el pueblo cruzara la
frontera y viajara al ``extranjero´´, al vecino reino de Judea, para concurrir al Templo de Jerusalén, su capital,
a traer sacrificios y ofrendas al Eterno.
Para combatir esta prohibición del ``turismo religioso´´ a Jerusalén, dice el próximo versículo de nuestra
parashá de hoy: ``Pues sólo hacia el lugar que elija el Eterno vuestro D´´s de todas vuestras tribus para
posar Su nombre allí´´ (alusión a Jerusalén, en Devarim-Deuteronomio Cap.12 Vers.5), ``allí traeréis
vuestros holocaustos y sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas voluntarias, y vuestras promesas y
donaciones, y los primogénitos de vuestros vacunos y del ganado menor´´ (ibíd.Vers.6).
Esta exclusividad del culto del Eterno en el ``lugar que él ha elegido´´ (y Rashí comenta: para ello, os habréis
de construir el Templo de Jerusalén), es lo que dio lugar en tiempos del rey Yoshiáhu (o Josías, por el año
620 a.C.) a la ``purificación religiosa´´ del país, que consistió en derribar todos los altares y santuarios de
cultos ajenos (según puede leerse en Melajim Bet, el segundo Libro de los Reyes, Cap.22 y 23).
Y este es uno de los argumentos en que se apoya la teoría de que el ``libro de la Torá´´ que el Sumo
Sacerdote había encontrado en el Templo e hizo llevar ante el joven rey, fue el presente libro de Devarim o
Deuteronomio, varios siglos después de Moisés (ya hemos tratado el tema en nuestra nota sobre parashat
Devarim, el 11.8.05).
Por Heriberto Haber

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Parashá - 02/09/2005
PARASHAT SHOFTIM
Jueces y reyes en Israel
``Shoftim´´, ``jueces´´,” es la palabra con que comienza nuestra parashá de esta semana, puesto que nos
dice en su versículo inicial que ``Jueces” y shotrim” pondrás en todas tus puertas que el Eterno tu D”´´s te da
para tus tribus, y juzgarán al pueblo justicia correcta”´´ (Devarim-Deuteronomio Cap. 16 Vers. 18).
Hemos dejado sin traducir el término ``shotrim´´”, plural de ``shoter´´”, que hoy día en el Estado de Israel se
aplica a un agente de policía” (y de ahí también el moderno término ``mishtará´´”, la ``Policía´´”).
Rashi nos explica en su comentario que de acuerdo a lo que dice el Talmud, shotrim” son los funcionarios
que obligan al pueblo a cumplir lo que falló el juez, y les pegan (a los condenados a castigos) y los azotan
con un palo o con una cinta (¿de látigo?) hasta que acepten y cumplan con lo que dictaminó el juez. Parece
que así funcionaba la justicia durante muchos siglos, desde los tiempos bíblicos hasta el siglo X d.C. en que
vivió Rashi.
Y la palabra ``sheareja”´´, ``tus puertas”´´, él la explica así: ``en cada una de tus ciudades”´´. Porque como ya
hemos visto en algunos relatos bíblicos, ``la puerta de la ciudad´´” era el sitio donde se ventilaban los
diversos asuntos públicos, entre ellos, también las cuestiones judiciales. Por eso dice el texto bíblico que los
jueces y los shotrim” o ``agentes ejecutivos”´´ hay que ubicarlos en la puerta de la ciudad. (A ésta la rodeaba
una muralla que tenía sus puertas de entrada y salida. Recuérdese el caso de la actual ciudad vieja” de
Jerusalén, con sus puertas por las que el público sigue transitando hasta el día de hoy).
Ibn Ezra comenta la palabra en tus puertas” señalando que ``así encontramos que lo hizo Yehoshafat (o
Josafat)”´´, un rey de Judá del siglo IX a.C. del cual nos cuenta el último libro de la biblia hebrea que
``designó jueces en el país, en todas las ciudades de Judá, las fortificadas (con muralla alrededor) para cada
ciudad”´´ (Divrei Hayamim Bet, segundo Libro de las Crónicas Cap.19 Vers.15). Porque antes de esta
``distribución geográfica”´´ de la justicia -señala Ibn Ezra- el pueblo sólo llegaba a conocer las leyes y sus
derechos las tres veces al año en que concurría a Jerusalén para las fiestas del peregrinaje (Pésaj, Shavuot
y Sucot), y tenía allí la oportunidad de consultar las leyes con los sacerdotes y levitas. Y esto -concluye
nuestro sabio- no era suficiente. Por eso había que ``descentralizar”´´ la justicia estableciendo tribunales en
cada ciudad, como lo llamaríamos hoy.

...

Sin embargo, ``cuando te resulte desconocido un caso de justicia, entre sangre y sangre, entre juicio y juicio,
entre enfermedad y enfermedad, cuestiones de disputa en tus puertas”´´, -entonces sí- habrá que acudir a la
central de la Justicia en Jerusalén, ``te levantarás y subirás al lugar que el Eterno tu D”´´s ha elegido, y
llegarás hasta los sacerdotes, los levitas y el juez (que haya) en aquellos días, y preguntarás, y ellos te dirán
la palabra de la justicia´´” (Devarim-Deuteronomio Cap.17 Vers. 8-9).
No se menciona el nombre de Jerusalem, pero el verbo ``y subirás”´´ (al lugar elegido) ya insinúa que de ella
se trata.
En términos modernos, diríamos que un caso difícil que la justicia local no alcanza a resolver es derivado
para su solución a la Suprema Corte de Justicia. Y ésta, por lo general, tiene su sede en la capital del país o
del reino.

...
Y ya que de reinos hablamos: nuestra parashá también se refiere a la posibilidad de que los hijos de Israel
quieran establecer una monarquía como sistema de gobierno (tal como realmente ocurrió varias
generaciones después de Moisés y la salida de Egipto): ``Cuando llegues al país que el Eterno tu D”´´s te da
para heredarlo, y te asientes en él, y dirás: `He de poner sobre mí un rey, como todos los (otros) pueblos que
están alrededor de mí´´´” (íd. Cap.17 Vers.14).
Los profetas posteriores hallaron dos defectos en este deseo de designar un rey: primero, vieron en él una
cierta rebeldía contra la autoridad de D”´´s, quien debe ser el único rey” del pueblo de Israel. Y segundo, les
molestó el agregado de la comparación como todos (los otros) pueblos”, vale decir, que Israel pretende
imitar las costumbres de sus vecinos paganos.
Pero por otra parte, una vez cruzado el Jordán y conquistada Canaán, se hizo sentir la necesidad de un rey
como jefe del ejército, que tuviera la autoridad para movilizar al pueblo para salir a la guerra y defenderse
contra los diversos vecinos enemigos que lo rodeaban y amenazaban por todos los costados. Así fue elegido
Saúl, el primer rey de Israel, con el consenso de todas las tribus y también la aprobación de D”´´s a través
del sacerdote Samuel, allá por el año 1030 a.C. aproximadamente.
La Torá, en nuestra parashá de hoy, expresa su conformidad con la elección de un rey: ``De entre tus
hermanos pondrás sobre tí un rey; no podrás poner sobre tí a un hombre extranjero, que no es tu hermano”´´
(Ibíd. Vers.15).
Y la Torá le impone, además, varias restricciones: ``Que no adquiera muchos caballos´´ (lo que hoy serían
tanques de guerra) (Vers. 16), y que ``no tenga muchas mujeres, para que no se desvíe su corazón; y que

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no aumente mucho su plata y su oro”´´ (Vers. 17). Entre quienes consideran a Devarim-Deuteronomio como
un libro posterior a los tiempos de Moisés, hay quienes ven en esta prohibición de tener muchas mujeres y
lujos una alusión a lo que ocurrió durante el reinado de Shelomó o Salomón, el de las 1.000 mujeres y
grandes riquezas, en el siglo X a.C.
Porque así como lo solemos decir hoy en las democracias modernas, esas 1.000 mujeres y esos lujos eran
mantenidos por los impuestos que pagaba el pueblo. Y a la muerte de Salomón, el pueblo de Israel, cansado
de pagarlos, decidió rebelarse contra su hijo y heredero Rejaveam (o Roboam), quién se negó a aliviarles la
carga, y diez de las tribus establecieron un reino aparte; solo la tribu de Judá, con su capital Jerusalem, le
quedó fiel a Roboam. Esta dividión del reino en dos ocurrió por el año 930 a.C.

...

Además, ``cuando (el rey) esté sentado sobre el trono de su reino, escribirá para sí la repetición de la ley
(`mishné Torá´) sobre un libro (o rollo de pergamino), delante de los sacerdotes (y) levitas. Y estará con él y
lo leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Eterno su D”´´s, para observar todas las
palabras de esta Torá y estas leyes, para cumplirlas”´´ (íd.Cap.17 Vers.18-19). Vale decir que no se concibe
que un rey de los hijos de Israel sea analfabeto, sino que debe saber leer y escribir. Y atenerse, como base
de su autoridad, a las leyes de la Torá que emanan del Eterno.

Y además también se le prescribe una actitud psicológica que no es tan fácil de cumplir: ``Para que su
corazón no se ensorbezca sobre sus hermanos” (Vers.20), que por el puesto de mando que ocupa, no se
crea superior al resto del pueblo, que siguen siendo todos ellos ``sus hermanos”´´.

Y el texto bíblico prosigue: ``Para que tenga largos días sobre su reino, él y sus hijos en medio de Israel”´´
(Vers.20).

Cosa que no ocurrió con el reino de Salomón: apenas muerto éste, estalló una rebelión popular contra su
hijo y sucesor, y el reino se dividió en dos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 09/09/2005
PARASHAT KI TETZE
Hijos rebeldes, burros perdidos y sexos separados
El nombre de nuestra parashá de esta semana, ``Ki Tetzé´´, ``Cuando salgas´´ (a la guerra contra tus
enemigos; Devarim-Deuteronomio Cap.21 Vers.10) y la ley que se vincula con este texto (si como botín de
guerra aprisionas una mujer con la que quieres casarte, debes respetar el luto que ella procura guardar por
sus familiares muertos en la guerra), ya la hemos visto y analizado en el anterior ciclo de esta sección bíblica
(ver Aurora del 26.8.04).
Hoy veremos aquí algunas otras leyes interesantes, de las muchas contenidas en esta parashá.
En primer lugar está la del ``hijo rebelde´´, pasible de ser condenado a muerte: ``Si alguien tiene un hijo
`sorer umoré´, que no obedece a la voz de su padre y de su madre; y ellos lo escarmientan, y él no les hace
caso´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.21 Vers.18). Rashí explica que ``sorer´´ denota ``que se aparta del
camino (del bien)´´, tomando a este verbo como un derivado de la raíz S-R (con duplicación de la R: S-R-R)
que significa ``apartarse´´. ``Moré´´, una palabra idéntica al vocablo ``moré´´, ``maestro´´, que el olé quizás
conoce de sus clases del ulpán donde aprendió hebreo cuando llegó a Israel, o de lo que le cuentan sus
hijos o nietos acerca de lo ocurrido en la escuela, aquí significa ``rebelde´´, como conjugación en presente
del verbo M-R- H, una raíz que denota ``rebelarse, desobedecer´´.
El ``moré-maestro´´, en cambio, proviene de una raíz I-R-H, ``tirar, echar, esparcir´´ en su conjugación de
``Hifil´´ donde la letra I inicial se volvió vav y tomó la vocal O, y se le antepuso la letra M del presente: porque
el maestro ``esparce´´ o ``reparte´´ sus conocimientos entre sus alumnos.
A este hijo rebelde, entonces, ``lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán hacia los ancianos de su
ciudad y a la puerta de su lugar (de residencia), y dirán a los ancianos de su ciudad: `Este hijo nuestro es
sorer umoré´ (`desobediente y rebelde´), no escucha nuestra voz (no nos obedece), es comilón y bebedor´´
(ibíd. Vers.19-20).
Ibn Ezra comenta: ``sorer´´, ``desobediente´´ contra D´´s, no cumple con los mandamientos ``asé´´, los que
prescriben ``hacer´´ determinadas cosas (como por ejemplo, comer ``matzot´´, las galletas ácimas en Pésaj).
Y ``moré´´, ``rebelde´´, contra los mandamientos ``lo ta´asé´´, ``no debes hacer´´ (por ejemplo, no comer pan
leudado en Pésaj; estos dos ejemplos son del autor, no de Ibn Ezra).
Acerca de las palabras ``comilón y bebedor´´, comenta Sforno que es de temer que para satisfacer sus
apetitos desenfrenados, este joven algún día se volverá asaltante.
Después de comprobadas las acusaciones y dictada la sentencia, ``toda la gente de su ciudad lo apedrearán
y morirá; y exterminarás el mal de tu medio, y todo Israel escuchará y tendrán miedo´´ (ibíd. Vers.21).
Rashí comenta que ``todo Israel escuchará y tendrán miedo´´ indica que el tribunal tiene que difundir la
noticia de que ``fulano fue apedreado porque era un hijo desobediente y rebelde´´.

...

A continuación, y ya que se habló de una pena de muerte, la Torá indica que cuando una persona fue
ajusticiada por un pecado mortal, y ``si lo cuelgas (ya muerto) de un árbol, no dejarás pernoctar su cadáver
en el árbol, sino que lo has de enterrar ese mismo día, porque un colgado es maldición de D´´s; y no
impurificarás la tierra que el Eterno tu D´´s te ha dado por herencia´´ (Vers.22-23).
Rashí explica que por haber sido creado el hombre a imagen y semejanza de D´´s (según el relato de la
creación del mundo: ``Y dijo D´´s: hagamos un hombre -``adam´´- a Nuestra imagen y semejanza,
Bereshit-Génesis Cap.1 Vers.26), es un deshonor para D´´s que el cuerpo de este hombre sea dejado
colgado allí, como advertencia y escarmiento para quienes lo vean.
Una vez muerta, esa persona ha expiado sus pecados, y hasta el día de hoy la tradición judía sigue lo
indicado aquí en la Torá: la sociedad no se toma venganza contra el cadáver -aunque en vida haya sido un
pecador o criminal- sino que le debe proporcionar una sepultura respetuosa.

...

La próxima ley que leemos en parashat Ki Tetzé podríamos denominarla ``devolución de pérdidas y
extravíos´´. Pues ella nos ordena: ``Cuando veas el buey de tu prójimo o su oveja perdidos, no te
desentiendas de ellos; devuélveselos a tu prójimo. Y si tu prójimo no está cercano a ti, o no lo conoces,
entonces recógelo (al animal perdido) a tu casa, y estará contigo hasta que tu prójimo lo solicite, y entonces
se lo devolverás. Y así (también) harás con su burro, y su ropa, y con toda pérdida de tu prójimo; no podrás
desentenderte´´ (Devarim-Deuteronomio Cap.22 Vers.1-3).
Rashí comenta las palabras ``se lo devolverás´´ diciendo: procura que quede algo para devolverle, cuando
entres a hacer con el dueño del animal perdido la cuenta por la comida que tuviste que darle en tu casa. Y
cita la norma que establecieron los sabios antiguos: ``Todo el que come (un animal ajeno que alguien
encontró) y hace (por ejemplo, una vaca que da leche o un burro que presta servicios de transporte de
carga), que haga y que coma; pero el (animal hallado) que come y no hace (nada que pueda compensar por

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lo que come), debe ser vendido (y su precio, devuelto al dueño, cuando éste llega para reclamarlo).

...

``Cuando veas el burro de tu prójimo o su buey caídos en el camino, no te desentiendas de ellos -dice la
Torá a continuación- sino que levantar has de levantar con él´´ (ibíd.Vers.4), ayúdale a bajar la carga del
animal caído, y a levantarlo a ésté
Algo que sucede hoy frecuentemente en nuestras rutas camineras cuando un vehículo queda atrancado por
alguna causa, y conductores de otros autos que pasan por el lugar se detienen para ofrecer ayuda.

...

Sigue luego una ley relacionada con la separación de los sexos humanos, separación en la que insisten
hasta el día de hoy los círculos ultrarreligiosos en Israel, que hasta han instituido líneas de ómnibus donde
los hombres viajan todos sentados adelante y las mujeres atrás.
Así como esta separación también rige en gran parte de nuestras sinagogas: los hombres y las mujeres,
cada grupo en una sección aparte del edificio. O por lo menos, separados por una cortina.
Así dice la Torá: ``Que no haya ropa de varón sobre una mujer, y que no vista un varón vestido de mujer,
porque son abominación del Eterno tu D´´s todos los que hacen esto`` (ibíd. Vers.5).
Acerca de la mujer que se viste como varón, comenta Rashí: lo hace para semejarse a un varón y para
caminar entre los hombres, con miras a prostituírse.
Y del hombre vestido de mujer, dice Rashí que lo hace para frecuentar entre las mujeres (con propósitos
parecidos). Y Rashí también trae otra opinión al respecto, según la cual un hombre ``vestido de mujer´´ es
quien se ha rasurado los pelos de su zona púbica y de las axilas (y que se ha afeitado la barba, por
supuesto).
``Porque son abominación´´, comenta Rashí que la Torá sólo ha prohibido aquellas ropas que llevan a
abominación. O expresado en términos modernos, podríamos decir: que producen incitación sexual.
Y de ahí, las restricciones de sexos que hoy día los rabinos ortodoxos procuran imponernos en el moderno
Estado de Israel.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 16/09/2005
PARASHAT KI TAVO
Arameos errantes (¿o perdidos?)
``Vehayá ki tavó el ha´áretz´´, ``Y será cuando llegues al país´´ (Devarim- Deuteronomio Cap.26 Vers.1); con
estas palabras se inicia nuestra parashá de esta semana, y de ahí el nombre ``Ki tavó´´, ``cuando llegues´´.
Y Rashí explica en su comentario que no se trata solamente de ``llegar´´ al país, sino también de
``heredarlo´´ (o conquistarlo), y de ``asentarse´´ en él, como dice este primer versículo en sus palabras
finales.
Porque la continuación del capítulo habla de las diversas ofrendas que el agricultor debe tomar del fruto de
su campo para llevarlas al sacerdote, ``hacia el lugar que elegirá el Eterno tu D´´s para hacer residir allí Su
nombre´´ (íd. Vers.2).
Una clara alusión a Jerusalem y a su Templo, según la tesis de quienes pretenden ver en
Devarim-Deuteronomio un libro posterior a los tiempos de Moisés, y que el sumo sacerdote Jilkiyáhu halló en
el Santuario allá por el año 630 a.C. y remitió hacia el joven rey Yoshiyáhu (o Josías), quien después de
leerlo inició una reforma religiosa en todo el reino de Judá (ver nuestra nota sobre parashat Devarim, del
11.8.05).

...

Ibn Ezra trae a colación el último versículo de la parashá anterior a Ki Tavó, el que habla de ``behaníaj´´,
``cuando (el Eterno te) dé reposo (íd.Cap.25 Vers.19), o sea, cuando reine paz o tranquilidad total en el país
de Israel, ya conquistado de los pueblos canaaneos.
Y los presentes mandamientos de parashat Ki Tavó -así Ibn Ezra- rigen todavía antes de que se haya
logrado la conquista y pacificación total del país. Y el sabio español enumera cuáles son: la ofrenda de las
primicias, la del diezmo, escribir la Torá en grandes piedras (ver más adelante, Cap.27 Vers. 2 y 3), levantar
un altar (Vers.5) y realizar la gran asamblea popular donde se leerán las bendiciones sobre el monte de
Guerizim y las maldiciones sobre el de Eibal (Vers.11 hasta 26).

...

Cuando el campesino llegado al Santuario presenta la ofrenda con las primicias, una canasta con los frutos
que entrega al sacerdote, debe recitar un texto en hebreo que comienza con las palabras ``Aramí oved aví´´,
``Mi padre era un arameo errante´´ (íd.Cap.26 Vers.5).
Es una breve reseña que a lo largo de varios versículos (del 5 hasta el 9 inclusive) resume la historia del
pueblo de Israel: ``Mi padre que provenía de Aram (en la Mesopotamia, hoy Irak) era un beduíno errante que
más tarde emigró a Egipto, donde nos hemos convertido en un pueblo grande y numeroso. Después allí los
egipcios nos maltrataron, y el Eterno nos libertó de su esclavitud y nos llevó de vuelta a este país, donde
fluyen la leche y la miel. Y estas son las primicias de los frutos de esta tierra que me dio el Señor y que,
agradecido, le traigo como ofrenda´´.
Sin embargo, Rashí da otra explicación a las tres palabras iniciales de este relato: ``Aramí´´, según Rashí, se
refiere a Labán ``el arameo´´ (como figura en Bereshit-Génesis Cap.25 Vers.20: ``la hermana de Labán el
arameo´´); ``oved´´, del verbo Alef (muda)-B-D que denota ``perder´´, Rashí lo interpreta como ``procurar
hacer perder´´, ``querer aniquilar a alguien´´, y en ``aví´´, ``mi padre´´, ve al patriarca Jacob.
De tal modo resultaría -según Rashí- que ``aramí oved amí´´ significa: Labán el arameo quiso aniquilarlo a
Jacob cuando lo persiguió (según puede leerse en Bereshit-Génesis Cap.31 Vers.23 y subsiguentes).
Ibn Ezra, (que nació medio siglo después de Rashí, por el año 1092 d.C), en cambio, analiza
gramaticalmente el verbo ``oved´´, señala que no es un verbo transitivo y que por eso no puede denotar
``aniquilar, hacer perder a alguien´´ sino que actúa como adjetivo, alguien que ``se perdió´´. (Por eso lo
hemos traducido arriba como ``errante´´.).
Según Ibn Ezra, ese ``padre´´ o ``antepasado´´ también fue Jacob, que en Aram (adonde llegó huyendo de la
furia de Esaú; vease Bereshit-Génesis Cap.28 Vers10 y nuestra nota sobre parashat Vayetzé del
28.11.2004) estaba ``perdido´´ y era pobre, pues había llegado a ese país sin nada.
Sforno, en su comentario, lo interpreta así: ``Mi padre, que era Jacob, durante algún tiempo fue un arameo
perdido, que no tenía casa donde vivir, y por eso no pudo dejar como descendencia un pueblo capaz de
conquistar el país (de Canán)´´.
Porque no olvidemos que la conversión de la familia de 70 almas que llegó con Jacob a Egipto en un pueblo
``grande, fuerte y numeroso´´ (según Devarim-Deuteronomio Cap.26 Vers.5) ``fue allí (en Egipto)´´, según
ese mismo Vers.5.
El Talmud nos cuenta que esta fórmula religiosa que constituye, como hemos dicho, una breve síntesis de la
historia del pueblo de Israel desde los días de los patriarcas en adelante, la recitaban los agricultores que
llegaban al Templo de Jerusalem en momentos en que entregaban la cesta con las primicias en manos del
sacerdote.

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...

El último capítulo entero de nuestra parashá de esta semana (Devarim- Deuteronomio Cap.28) contiene en
sus primeros 14 versículos las diversas bendiciones que esperan al pueblo de Israel si cumplirá las leyes y
mandamientos del Eterno.
Y luego, en los 54 versículos siguientes (del 15 al 68 inclusive), las maldiciones que sobrevendrán como
castigo por desobedecerlas.
Las bendiciones incluyen prosperidad agrícola y ganadera, fecundidad de la tierra y de los hombres
(abundante descendencia), y paz para el país. ``El Eterno te pondrá como cabeza, y no como rabo´´, lo
expresa pintorescamente el Vers.13.
En cambio, de las maldiciones resulta difícil elegir una como símbolo de todas. Epidemias, guerras, falta de
lluvia, plagas de langostas, animales feroces, cosechas malogradas, hijos e hijas que serán tomados como
prisioneros de guerra; allí hay de todo.
Lo que sí puede resumir claramente el resultado de tantos males es el estado de inseguridad y de ansiedad
de quien los sufre, y que la Torá describe así: ``Por la mañana dirás: ¡Quién diera (que sea) de noche! Y por
la noche dirás: ¡Quién diera (que sea) la mañana! Por el miedo que sentirás en tu corazón, y por la visión
que verás con tus ojos´´ ( ibíd. Vers.67).
Rashí comenta, basándose en el Talmud, que por la mañana dirás: ``¡Ojalá fuera la noche de ayer!´´ Porque
las desgracias aumentan, a medida que pasa el tiempo.
Y en su último versículo (el 69), este Cap. 28 nos explica que ``estas son las leyes del pacto que el Eterno
mandó a Moisés que concertara con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que
estableció con ellos en Jorev (Horeb)´´, nombre que, según Rashí, equivale al monte de Sinaí.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 23/09/2005
PARASHAT NITZAVIM
Prosélitos, leñadores y aguateros
``Atem nitzavim hayom kuljem´´, ``Vosotros todos estáis parados hoy´´ (Devarim- Deuteronomio Cap.29
Vers.9); con estas palabras comienza nuestra parashá de esta semana, y de ellas ``nitzavim´´, ``parados´´ o
``apostados´´ es la que le da el nombre. Rashí comenta que de este versículo se desprende que antes de
morir, Moisés convocó a una gran asamblea popular en la que renovó con ellos el pacto (con D´´s).
Porque no olvidemos que ya estamos a una distancia de 40 años desde la salida de Egipto. Todos los que
intervinieron en esa epopeya, ya no vivían más. Y ahora son sus descendientes, sus hijos, los que entonces
sólo eran niños o que nacieron posteriormente en el desierto, los nuevos ``hijos de Israel´´ que van a entrar
en la Tierra Prometida, encabezados por Yehoshúa o Josué.
Un cambio generacional parecido al que se vive en nuestros tiempos, cuando los sobrevivientes (y por lo
tanto, testigos personales) del Holocausto van mermando poco a poco porque las canas se los llevan, y en
cambio surgen nuevos ``estudiosos´´ y antisemitas que pretenden denegar que todas las atrocidades de
Auschwitz y demás hayan sucedido en realidad.

***
¿Dónde están ``parados´´ o ``apostados´´ los hijos de Israel?
``Delante del Eterno, vuestro D´´s´´ -dice el mismo Vers.9-, e Ibn Ezra explica: alrededor del Arca de la Ley
(donde estaban guardadas las Tablas con los Diez Mandamientos). ``Vuestros jefes, vuestras tribus (Rashí
acota: los jefes de acuerdo con sus tribus), vuestros ancianos, los `shotrim´ (o sea, agentes ejecutores de la
justicia), todo hombre de Israel; vuestros niños, vuestras mujeres y el `guer´ (o extranjero) que está en tu
campamento, desde tus leñadores hasta tus aguateros´´ (ibíd. Vers.9-10).
Estas últimas dos actividades, talar los árboles para obtener leña y extraer agua de los pozos, parece que
eran despreciadas y evitadas en aquellos tiempos, quizás por el gran esfuerzo físico que requerían. Y Rashí
nos señala en su comentario un episodio ocurrido un poco más tarde, durante la conquista de Canaán en
tiempos de Josué: el de los habitantes de Guiveón (o Gabaón; ver Libro de Josué, todo el Cap.9), quienes
con una artimaña lograron obtener un juramento de paz y de no agresión de los hijos de Israel, y después,
una vez conquistada su ciudad por Josué, fueron destinados a servir de ``leñadores y aguateros para toda la
comunidad´´ de Israel, según nos cuenta allí el Vers. 21.

***
Pero ¿cómo llegaron a haber ``leñadores y aguateros´´ aquí en el desierto, en tiempos de Moisés? ¿Qué
árboles había para talar allí? Rashí deduce, de esta mención, que ya en tiempos de Moisés había
canaaneos que se unieron como prosélitos a los hijos de Israel y que, al igual como más tarde los habitantes
de Guiveón, fueron destinados a ejecutar esas tareas.
Y además, el mismo Vers. 10 de nuestra parashá ya lo dice: ``y tu guer (que hemos traducido como
extranjero) que está en tu campamento´´. ``Guer´´ es un vocablo vinculado con el verbo ``gur´´, que significa
``vivir´´ o ``habitar´´ en un sitio determinado. Del mismo pueblo de Israel dice la Torá más de una vez que
``vosotros fuisteis extranjeros (`guerim´, en plural) en la tierra de Egipto´´ (Shemot-Exodo Cap.22 Vers.20).
``Guer´´, por su origen en el verbo ``vivir´´ o ``habitar´´ en un lugar, es en primera instancia un término de
alcance geográfico: la persona (o grupo de ellas) que viene de un sitio a habitar en otro.

***
Solamente más tarde, cuando el pueblo judío, expulsado de su país, perdió esa base geográfica de su
existencia, el término ``guer´´ pasó a significar un ``prosélito´´, que se convierte a la religión judía.
Y por eso, en el versículo de parashat Nitzavim que estamos analizando, la Torá también dice: ``el guer que
está en tu campamento´´ (y no ``en tu país´´, como muchas otras veces).
El prototipo más notable y conocido de una persona ``guer´´ (aunque habría que decirle en femenino
``guióret´´) es una prosélita mujer. El femenino normal, ``guer-guerá´´ casi no se usa en la lengua hebrea,
quizás para evitar confusiones o menosprecio, pues ``guerá´´ también era, en la antigüedad, una moneda de
poco valor, una vigésima parte de un shékel (según Shemot-Exodo Cap.30 Vers.13).
El prototipo más famoso, entonces, fue Rut la moabita, que le declaró a su suegra judía Noemí: ``Adonde
fueres, yo iré (contigo); donde tú pernoctes, pernoctaré yo; tu pueblo (será) mi pueblo y tu D´´s (será) mi
D´´s´´ (Libro de Rut, Cap.1 Vers-16).
Este ejemplo de Rut, que muchas veces se cita como prototipo de una conversión al judaísmo por
convencimiento, si lo analizamos más de cerca, también encierra varios elementos geográficos: ``adonde
fueres, yo iré contigo´´, lo mismo que ``donde pernoctes, pernoctaré yo´´, y así también las palabras finales
de Rut, en el versículo siguiente: ``Y donde tú mueras, moriré yo y allí seré enterrada´´ (ibíd.Vers.17).
Vale decir: lo que tú consideres tu tierra, Noemí, también será la mía durante todo lo que me quede de vida,
y hasta el final de la misma, le promete la extranjera Rut a su suegra judía Noemí.
Nos hemos explayado un poco en explicar esta noción hebrea de ``guer´´, teniendo en cuenta que el tema

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de la conversión al judaísmo puede ser de interés especial para algunos lectores o lectoras de estas líneas.
Esta condición de ``guer´´ o ``extranjero´´ en el mundo de hoy, muchos países la resuelven otorgándole al
inmigrante llegado de afuera y a su familia, la ciudadanía del país respectivo.
En Israel, el proceso de ``guiyur´´ (la conversión al judaísmo) es más complicado, porque involucra un
cambio de religión -de la de origen, pasarse al judaísmo - y una vez hecha la conversión, se puede solicitar
la ciudadanía del país. Que a veces, para inmigrantes recientes, también equivale a obtener ciertos
beneficios materiales o sociales.
Lo triste del caso es que ya no basta, como en los tiempos de Rut y de Noemí -uno o dos siglos después de
Moisés- con declarar que ``tu D´´s también será mi D´´s´´, sino que los rabinos ortodoxos de Israel exigen
que junto con El, el prosélito también cargue encima con el cumplimiento de todo el libro del Talmud y de la
legislación religiosa posterior.
Mientras que otras corrientes judías -la conservativa y la reformista- son menos severas en lo que exigen del
prosélito-a ni tampoco condenan a los ``guerim´´, como en los tiempos de Moisés y de Josué, a actuar de
leñadores y de aguateros en la sociedad judía.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 30/09/2005
PARASHAT VAYELEJ
Moisés y Josué: transmisión del mando
``Vayélej Moshé´´ y fue (o anduvo) Moisés” (Devarim-Deuteronomio Cap.31 Vers.1); con estas palabras
comienza nuestra parashá de esta semana, que junto con la del sábado pasado (Nitzavim”, parados o
apostados”) es una de las más cortas de la Torá.
Muchas veces sucede en el año hebreo que Nitzavim” y Vayélej” se leen en la sinagoga juntas, un mismo
sábado, y ya hemos explicado en esta sección que ello se hace para que las 54 parashot de la Torá quepan”
en los apenas 50 sábados que a veces suele tener un año hebreo común. Pero éste de 5765 que ya se va
acabando ahora, fue un año embolismal, de 13 meses lunares (en vez de 12), tuvo cuatro sábados más que
un año común, y por eso no hubo en él sábados de parashot dobles, como los que hubo y lo vimos aquí en
el ciclo del año anterior.
Y como los habrá, seguramente, también en el próximo año hebreo 5766, que será año común, después de
Rosh Hashaná.

...

¿Por dónde anduvo”, entonces, Moisés?


Ibn Ezra explica: fue de tribu en tribu (entre las 12 del pueblo de Israel) a anunciarles que él estaba próximo
a morir, para que no tuvieran miedo, y para fortalecer entre ellos la autoridad de Josué, quien iba a ser su
sucesor.
¿Y qué es lo que les decía Moisés?
Y les dijo: ``Hoy yo ya tengo 120 años (de edad), no puedo más salir y entrar; y el Eterno me ha dicho: `No
pasarás este Jordán”´´´ (íd. Vers.2).
¿Qué es esto de salir y entrar” a que se refiere Moisés?
Rashí explica: no puedo” no es por falta de fuerzas, sino porque ya no estoy más autorizado por D”´´s a
hacerlo, pues El me ha retirado Su autoridad, y se la ha conferido a Josué, mi sucesor. Salir y entrar”, dice
Rashí, se refiere a cuestiones de la Torá: leyes y mandamientos. Se han cerrado ante mí las tradiciones y las
fuentes de sabiduría.
Ibn Ezra explica el salir y entrar” con una sola palabra: bamiljamá”, en la guerra”. No puedo ser más el jefe
militar de este pueblo, con los 120 años que llevo a cuestas; esta función el Eterno ahora la ha transferido a
Josué.

...

Después la Torá nos describe la transmisión de mando,” por llamarlo así con términos modernos en que
Moisés transfiere a Josué su autoridad: ``Y llamó Moisés a Josué, y le dijo ante los ojos de todo Israel:
`Jazak Veematz”, sé fuerte y valiente”, porque tú tavó et” (llevarás a” o vendrás con”) este pueblo al país que
el Eterno ha jurado darles a sus padres”´´´ (íd.Vers.7). Acá se presenta un pequeño problema con las dos
palabras hebreas que hemos señalado: tavó” significa vendrás, y et” se usa para introducir un complemento
directo (que el verbo venir” no tiene).
Rashí, en su comentario, se basa en la traducción del texto hebreo al arameo de Únkelos y señala que hay
que leer tavó” como si fuese, con un pequeño cambio, taví”: traerás o llevarás” a este pueblo a la Tierra
Prometida.
Ibn Ezra, en cambio, mantiene el significado de tavó” como vendrás”, e interpreta et” como con”: ``Tú, Josué,
vendrás con” este pueblo al país que D”´´s les prometió´´.
A pesar de esta diferencia de matices, el sentido general del pasaje está claro: ``Tú, Josué, encabezarás
este pueblo una vez que yo, Moisés, ya no esté más con vosotros, cuando crucéis el Jordán e iniciéis la
conquista de Canaán´´.
Y así prosigue diciéndole Moisés:
``El Eterno es el que va delante de ti; Él estará contigo, no te dejará y no te abandonará. ¡No temas y no
tengas miedo! (íd. Vers.8).
Y a continuación, un acto concreto muy interesante: ``Y escribió Moisés esta Torá (o enseñanza) y la entregó
a los sacerdotes hijos de Leví, los que llevan el Arca del pacto del Eterno, y a todos los ancianos de Israel”´´
(Vers.9).
Rashí dice: cuando terminó toda la Torá, la entregó a los levitas, que eran de su propia tribu. Y Rambán o
Najmánides especifica todo lo que esta Torá abarca: desde el comienzo del Génesis y la Creación del
mundo hasta el final de Devarim-Deuteronomio, donde el libro acaba con el relato de la muerte de Moisés.
Ibn Ezra añade que los sacerdotes hijos de Leví” eran los que enseñaban la Torá al pueblo. Y los ancianos”
eran el Sanedrín; ese Consejo de los Mayores que en las democracias modernas son el Senado” de un país.
Sforno, en cambio, comenta que esta Torá” se refiere solamente al estatuto del rey (Devarim-Deuteronomio
Cap.17 Vers.14-20). Lo hemos visto aquí en nuestras nota sobre parashat Shoftim (Aurora del 8.9.05), y que

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ahora Moisés dispone que sea leído en público en la ceremonia del Hakhel que se ordena a continuación:
``Al cabo de siete años, en el tiempo del año de la shemitá” (la condonación de deudas), en la fiesta de
Sucot, al llegar todo (el pueblo de) Israel a dejarse ver ante la faz del Eterno tu D”´´s en el lugar que (D”´´s)
escogerá, leerás esta Torá ante todo Israel, en sus oídos”´´ (íd.Cap.31 Vers.10-11).
La shemitá” o condonación de deudas está prescrita en Devarim-Deuteronomio Cap.15 Vers.1-11, y ocurría
cada séptimo año: si hasta esa fecha un pobre que tomó plata prestada no logró devolver su deuda al
acreedor, se la consideraba extinguida o condonada.
En el séptimo año, entonces, en los días de Sucot, la fiesta de la cosecha en que grandes multitudes de
Israel afluían al Templo de Jerusalén para agradecer a D”´´s la cosecha obtenida y ofrendar parte de ella al
Templo, reúne al pueblo, los hombres, las mujeres, los niños y al guer” que está en tus puertas (recuérdese
lo que hemos explicado acerca del guer” la semana pasada), para que escuchen y aprendan (esta Torá) y
para que teman al Eterno vuestro D”´´s y observen y cumplan todas las leyes de esta Torá” (Vers.12).
Esta ceremonia de enseñar la ley en público se dio en llamar, con la palabra inicial de este versículo,
Hakhel”, ¡reúne, convoca!” (Hay que pronunciar bien las dos letras hache de la palabra hebrea hakhel”, como
si fuera en inglés, algo a lo que el hispanohablante no está acostumbrado) él leería esta palabra igual como
``aquel”´´.
Y con esto, la Torá establece el principio de que no basta con que Moisés, Josué o los sacerdotes y levitas
sepan las leyes, sino que también hay que enseñarlas al pueblo para el cual están destinadas.
O, como lo destacó un prócer argentino, hay que educar al soberano”.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 07/10/2005
PARASHAT HAAZINU
Algunos detalles del himno de Moisés
``Haazinu´´ un verbo derivado de ``ózen´´, ``oreja´´, y de ahí su significado de ``prestar oído, escuchar´´, es
el verbo en imperativo ``¡escuchad!´´ con que comienza el sábado próximo la breve parashá que se leerá de
la Torá (Devarim-Deuteronomio Cap.32 Vers.1). Y esta palabra también le da el nombre al himno con que
Moisés se despide de su pueblo.
La Torá misma también ya considera a este texto como una pieza poética, pues cuando ella acaba (con el
Vers.43) retorna a la prosa para relatarnos: ``Y vino Moisés, y habló todas las palabras de este canto (!!) en
los oídos del pueblo; él, y Josué hijo de Nun´´ (su sucesor; íd. Vers.44).
Ibn Ezra explica: ``Y vino Moisés´´: fue a cada una de las tribus, a convocarlas a la Tienda de la Reunión (el
Tabernáculo), y una vez todos allí, entonces les instruyó las palabras de este himno.
Acerca del carácter poético del mismo -a diferencia de lo que es simple prosa- ya lo hemos analizado en
detalle en nuestra nota sobre parashat Haazinu en el ciclo del año pasado; ver la nota ``El himno de Moisés´´
en el ejemplar de Aurora del 14.9.2004.
Ibn Ezra comenta, citándolo al Gaón (Rabí Saadiá Gaón, rabino jefe del ishuv judío de Babilonia; anterior en
unos dos siglos a Ibn Ezra: 882-942 d.C.) que ``escuchad los cielos´´ apela a los ángeles, mientras que
``escuche la tierra (los dichos de mi boca)´´ alude a los hombres que la habitan.
``Y ya he explicado en mi libro -añade Ibn Ezra- que `haazinu´ proviene de la raíz `ózen´ (`oreja´) y denota
¡prestad oído!´´ Sólo que Ibn Ezra no nos dice de qué libro suyo se trata, y dónde en el mismo lo dijo; porque
en su época (1092-1164) los libros seguramente no llevaban páginas numeradas todavía, sino que eran
rollos, como nuestra Torá hoy.
También nuestras propias referencias, ``ver Aurora de tal y cual fecha´´, sólo tienen valor para aquellos
lectores (sabemos de algunos) que desde un comienzo solían recortar las presentes notas bíblicas y
guardarlas en una carpeta.

...

En el siguiente verso, Moisés dice: ``Que mi enseñanza baje como la lluvia, y mi dicho fluya como el rocío;
como lluvias fuertes sobre el césped, y como `revivim´ sobre el pasto´´ (Vers.2).
Aquí vemos la importancia que tenía la lluvia para nuestros antepasados, como elemento que proporciona
D´´s desde el cielo para dar fertilidad a los campos que cultiva el hombre aquí abajo. Hay cuatro sinónimos
diferentes para denominar el agua que cae al suelo desde las nubes: ``tal´´ (rocío), ``matar´´ (lluvia),
``seirim´´ y ``revivim´´ (hoy, Revivim es el nombre de un kibutz en el Neguev, en la zona sur del Estado de
Israel), que son también diversos tipos de lluvia. Rashí vincula ``revivim´´ con la palabra ``rav´´, ``mucho´´; e
Ibn Ezra menciona que ``seirim´´ algunos la relacionan con ``seará´´ (tormenta), aunque se escribe en
hebreo con una letra S diferente (``seirim´´ con ``sin´´; seará, con ``sámej´´).
Acerca del césped (``deshe´´ en hebreo) explica Rashí, con una antigua palabra francesa de su época, que
es ``arberín´´ (¿familiar de árboles?), la faz de la tierra envuelta en verde. E Ibn Ezra acota que ``ésev´´, que
hemos traducido como ``pasto´´, es una planta más fuerte que ``deshe´´, ``césped´´.
Y ya que hemos hablado del color verde, que hoy día figura en la gran mayoría de las banderas de los
países árabes, este ``verdor´´ en las banderas posiblemente expresa el deseo de estos pueblos de tierras
desérticas de que sus países también se cubran de verde, lluvias mediante.

...

La ``enseñanza´´ que Moisés espera que resulte fertilizante para su pueblo, la llama ``likjí´´, ``mi lékaj´´, un
vocablo que en seguida nos evoca el verbo L-K-J que significa ``tomar´´. E Ibn Ezra explica: es lo que cada
uno ``tomará´´ de esas palabras, o sea, lo que ``aprenderá´´. Y trae a colación un versículo de los Proverbios
de Salomón (``Mishlei´´, en hebreo), donde el autor dice: ``Pues os he dado un buen `lékaj´ (enseñanza): mi
Torá (también enseñanza); ¡no la abandonéis!´´ (Cap.4 Vers.2).
``Lékaj´´, como lo que uno ``toma´´ o ``aprende´´ de una lección, sigue usándose en hebreo hasta el día de
hoy, pero más bien en el sentido de ``escarmiento´´: aprender qué es lo que ``no´´ debe hacerse, para evitar
en el futuro un cierto mal (o desgracia, o accidente, etc.) que ahora ha ocurrido.
Y para concluir esta disgresión con algo dulce, digamos que en idish se ha dado en llamar ``leikaj´´ al budín
o torta de miel. Quizás también por su vínculo con el verbo L-K-J, ``tomar´´, puesto que cuando es servido en
la mesa, cada uno de los comensales se apura siempre en ``tomar´´ la porción que le corresponde

...

``Ya que invocaré el nombre del Eterno, ¡dad grandeza a nuestro D´´s!´´, prosigue el Vers.3 de nuestro
himno.

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La palabra inicial de este pasaje, ``ki´´, generalmente se usa para indicar la causa de algo: ``porque´´. Pero a
veces -explica Rashí- tiene valor de ``cuando´´, como en este pasaje: ``Cuando invocare el nombre de D´´s´´,
etc. (por eso la hemos traducido como ``ya que´´).
``Dad grandeza a nuestro D´´s´´, según Ibn Ezra, retorna a la mención del cielo y de la tierra del Vers.1, y
nuestro sabio trae a colación el Salmo de David (del libro de Tehilim), Cap.19 Vers.2, donde leemos que ``los
cielos cuentan la gloria de D´´s, y el firmamento relata la obra de Sus manos´´. Salvando las distancias en el
tiempo (pues Moisés es anterior en varios siglos a David).

...

Y así prosigue el himno de Moisés, ``Haazinu´´, girando siempre acerca de la idea central de proclamar la
grandeza del Eterno, Su fuerza, Su poder, y la ayuda y el apoyo que El prestó a Su pueblo Israel: ``Lo
encontró en un país de desierto (D´´s a Israel), y en un vacío donde ululaba el espanto´´ (Vers.10). Este
``espanto´´ -``yeshimón´´, en hebreo-, un vocablo que también puede ser sinónimo de ``midbar, desierto´´,
según Ibn Ezra era causado por los chacales y otros animales que con su ulular infundían miedo a quienes
los escuchaban.
A este pueblo hallado en el desierto, D´´s ``lo envolvió´´ (Ibn Ezra acota: con nubes) para protegerlo, ``lo
instruyó´´ (Ibn Ezra: dándole la Torá), y lo cuidó (lo defendió de sus enemigos, Ibn Ezra) como la pupila de su
ojo´´ (Vers.10).
Aquí Ibn Ezra observa: la Torá habla en la lengua que hablan los hombres (puesto que D´´s no tiene ojos). Y
resume que ``los cuidó como la pupila del ojo´´ indica que los protegió contra toda amenaza o enemigo.

...

Nosotros hoy llamamos ``antropomorfismo´´ a este fenómeno de atribuir cualidades humanas a la divinidad.
Y considerándolo como una licencia poética que se permitió Moisés en su arrebato lírico, podemos encontrar
muchos antropomorfismos más en el presente himno de ``Haazinu´´: ``El (D´´s) es tu padre´´ (Vers.6);
``vosotros sois Sus hijos y Sus hijas´´ (Vers.19); ``ocultaré Mi rostro (Yo, D´´s) de ellos´´ (Vers.20), ``porque
un fuego se ha encendido en Mi nariz´´ (señal de enojo; Vers.22) y varios otros más.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 14/10/2005
PARASHAT VEZOT HABERAJA
La bendición y muerte de Moisés
El próximo martes 25 de octubre, en la fiesta de Sheminí Atzéret que en Israel se superpone a la de
Simjat Torá, acabaremos de leer los tramos finales de nuestros rollos de la Torá
(Devarim-Deuteronomio, Caps. 33 y 34). Es la última parashá del año, que se llama con las palabras
iniciales del Cap.33 ``Vezot Haberajá”, Y esta es la bendición (que bendijo Moisés, el hombre de D”´´s,
a los hijos de Israel, antes de su muerte)” (Vers.1).

Rashí comenta: antes de su muerte”, porque ¿si no ahora, cuándo los bendecirá?
E Ibn Ezra señala la similitud entre lo que hizo aquí Moisés: bendecir al pueblo antes de abandonarlo para
siempre, y lo que hizo el patriarca Jacob, que también mandó reunir a sus hijos para bendecirlos, cuando
sintió próximo su fin (ver Bereshit-Génesis Cap.49 Vers.1 y los siguientes: Y llamó Jacob a sus hijos, etc.).
¿Y por qué aquí se dice de Moisés que fue el hombre de D”´´s?
Ibn Ezra lo explica: porque estas bendiciones para las tribus le fueron inspiradas por el poder de la profecía.
Y ya hemos mencionado en nuestro ciclo del año pasado que quienes ven en Devarim-Deuteronomio un
libro posterior en varios siglos a Moisés, se complacen en comparar lo que dice Jacob al final de
Bereshit-Génesis acerca de las diversas tribus, con lo que aquí dice de ellas Moisés. Y de esas
comparaciones procuran establecer cuál fue la historia y la distribución geográfica que le cupo a cada una de
ellas.
Antes de su muerte”, según Ibn Ezra, indica que ello ocurrió el mismo día de la muerte de Moisés.
...

¿Y qué dice Moisés al comienzo de su bendición?


El Eterno llegó de Sinaí, y le resplandeció (al pueblo de Israel) desde Seír” (Devarim- Deuteronomio Cap.33
Vers.2).
Rashí comenta: Moisés comienza con relatarnos la gloria de D”´´s, y sólo después pasará a cubrir las
necesidades de Israel.
Y de éstas pasa a hablar más adelante, en el Vers.6: Que viva Rubén y no muera, y que su gente sea
numerosa”. Alguna vez ya hemos mencionado en nuestros comentarios que a pesar de haber sido Rubén el
hijo primogénito de Jacob, su tribu no tuvo casi nunca una actuación destacada en la historia del pueblo de
Israel. Y Rashí atribuye esto como castigo por un acto censurable que cometió Rubén, el hijo de Jacob,
cuando fue y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre (y madre de dos de sus hijos: Dan y Naftalí)”
(Bereshit-Génesis Cap.35 Vers.22).
Después del primogénito Rubén debería tocarle el turno a la tribu de Simón, el segundo de los hijos de
Jacob. Pero Moisés omite del todo mencionarla, e Ibn Ezra explica que ello se debe a lo ocurrido en el
episodio de Baal Peor (ver nuestra nota sobre parashat Pinjás, del 21.7.05), donde gran parte de los varones
que se dejaron tentar por las mujeres midianitas y moabitas a una orgía sexual, eran de esa tribu.
Comenzando por su jefe, Zimrí ben (hijo de) Salú (Bamidbar-Números Cap.25 Vers.14).
Jacob, el padre de los dos, tampoco dice cosas muy buenas acerca de Simón y Leví en su bendición (véase
Bereshit-Génesis Cap.49 Vers.5-7).
Leví era el tercer hijo de Jacob y Moisés y Aarón mismos también pertenecían a esta tribu, pero Moisés la
deja para más adelante,y pasa directamente al cuarto hijo de Jacob, Judá, y dice: ``¡Oye, Eterno, la voz de
Judá, y llévalo hacia su pueblo! Con sus manos luchó, ¡y que le seas Tú ayuda contra sus enemigos!”´´
(Devarim-Deuteronomio Cap.33 Vers.7).
Ibn Ezra comenta que Judá siempre fue la primera tribu que salió valiente a luchar contra los enemigos de
Israel. Y en la posterior historia del pueblo de Israel, Judá siempre fue una tribu importante. A ella
pertenecieron David, Salomón y la dinastía que de ellos descendió.
Y después de dividido el reino de Salomón en dos partes, la tribu de Judá le siguió fiel a esa dinastía.
Mientras que las otras diez tribus, encabezadas por Efraín, después de la destrucción de su reino en 722
a.C. con la caída de Samaria y llevadas cautivas a la diáspora de Asiria, resultaron perdidas para la Historia.
Nosotros hoy somos todos descendientes de la tribu de Judá (salvo los kohanim” o sacerdotes, y los levitas,
que lo son de Leví) y por eso también nos llamamos judíos.
...
Después Moisés pasa a hablar de su propia tribu, la de Leví, e Ibn Ezra acota que lo hace en honor de su
finado hermano, el Sumo Sacerdote Aarón:
Los Urim y Tumim son de tu hombre fiel” (Vers.8). Los Urim y Tumim” eran una especie de oráculo que
llevaba puesto el Sumo Sacerdote en su pectoral, y al cual debía consultar para dar respuestas en nombre
de D”´´s. Esto ya se indica cuando el Sumo Sacerdocio pasa de Aarón a su hijo Elazar: Y lo consultará
según el juicio de los Urim” (Bamidbar-Números Cap.27 Vers.21). Y tenemos un ejemplo histórico: después
de la muerte del profeta Samuel, cuando el rey Saúl, desorientado, quiso saber a qué atenerse con respecto
a los enemigos filisteos, consultó Saúl al Eterno, pero (El) no le contestó ni por sueños, ni por medio de los

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Urim”, ni mediante profetas” (Shmuel Alef, Primer Libro de Samuel, Cap.28 Vers.6).
...
Volviendo a Moisés: después de pasar revista a varios episodios en que intervino gente de Leví, él resume
las funciones de esta tribu: ``Enseñarán Tus Leyes (las de D”´´s) a Jacob, y Tu Torá a Israel”
(Devarim-Deuteronomio Cap.33 Vers.10)´´. Los levitas, dispersos en el pueblo y en las ciudades de Israel
(pues no recibieron territorio propio para su tribu) actuaban como consejeros y maestros del pueblo. Y
además, intervenían en los sacrificios junto con los sacerdotes que, como dijimos, también descendían de
Leví: ``Pondrán incienso en Tu nariz (antropomorfismo: lo ofrendarán en honor de D”´´s) y holocausto
(sacrificios que eran quemados del todo) sobre Tu altar”´´ (Vers.10).
Y Moisés pide a D”´´s: ``Bendice, oh Eterno, su acción (Ibn Ezra explica: las primicias y diezmos que los
levitas reciben del pueblo) y acepta la obra de sus manos (Ibn Ezra: los sacrificios); ¡destroza la cintura de
sus oponentes, y que sus enemigos no puedan levantarse!´´” (Vers.11). Rashí comenta que este ruego a
D”´´s se refiere a la rebelión religiosa y posterior guerra de los hasmoneos, es decir, el levantamiento de
Matatías y Judá Macabí contra los helenizantes (que hoy día solemos celebrar en la fiesta de Janucá),
ocurridos más de mil años después de Moisés (en 167-165 a.C.).
Después de la bendición de Leví viene la de Benjamín, el menor de los hijos de Jacob.
Y a Benjamín le dijo: ``Amado del Eterno, habitará seguro sobre él; lo protegerá todo el día, y morará entre
sus espaldas”´´ (Vers.12). Ibn Ezra acota que lo protegerá” alude a la gloria de D”´´s que residía en la ciudad
de Jerusalem, ubicada en territorio de la tribu de Benjamín. Entre sus espaldas”, según el sabio español,
indica que Jerusalem estaba bien en el medio de la tribu.
Rashí añade que la bendición de Benjamín, el último hijo de Jacob, se acopló a la de Leví (que era el
tercero), porque ambas hablan del culto de sacrificios en honor de D”´´s en el Templo de Jerusalem.
...
Y así siguen las bendiciones de las demás tribus: la de José (que sólo menciona como detalle secundario su
división entre los dos hijos de éste, Efraín y Menasés, en el Vers.17) y las de Zebulún e Isajar (Vers.18-19),
Gad (Vers.20-21), Dan (Vers.22), Naftalí (Vers.23) y Asher (Vers.24-25).
Y después de acabadas las bendiciones de las tribus con una nueva exaltación del poder del Eterno
(Vers.26-29), pasamos al último capítulo del libro que estamos leyendo, el 34, con el cual también concluye
la Torá.
En él se nos cuenta que subió Moisés de las estepas de Moab al monte de Nebó, la cumbre de Pisgá, que
está frente a Jericó, y el Eterno le hizo ver todo el país (la Tierra Prometida) (Vers.1) y sigue la enumeración
de las diversas zonas del territorio que Moisés alcanzó a ver desde allí. Con eso, D”´´s satisfizo en cierto
modo el pedido de Moisés formulado en Devarim-Deuteronomio Cap.3 Vers25: ``Pasaré, Te ruego (el
Jordán) y veré la buena tierra allende del Jordán”´´. Pasar el Jordán, ¡no! Pero ver la tierra (aunque de lejos),
¡eso sí!
...
Aquí, en su comentario al Vers.1, Ibn Ezra lanza la bomba que por primera vez pone en duda la unidad
monolítica de todo el texto de la Torá, cuando nos dice: ``A mí me parece que desde este versículo en
adelante (lo que sigue en la Torá) lo escribió Josué; porque después de que subió (al monte de Nebó),
Moisés no escribió más”´´.
Rashí comenta que desde las estepas de Moab hasta la cumbre del monte Nebó había unos cuantos
escalones, y que Moisés (¡con sus 120 años a cuestas!) los subió con un solo paso (o salto, diríamos).
Y murió allí Moisés, el siervo del Eterno, en la tierra de Moab, por orden del Eterno. Y fue sepultado en el
valle, en la tierra de Moab, frente a Bet Peor; y nadie supo el sitio de su sepultura, hasta el día de hoy. Y
Moisés tenía 120 años cuando murió” (Cap.34 Vers.6-7).
Después de la salida de Egipto había conducido al pueblo de Israel hasta la orilla oriental del Jordán, a un
paso de entrar en la Tierra Prometida. Y para el cumplimiento de esta empresa, Moisés ya había designado
también a su sucesor: Yehoshúa bin Nun, Josué el hijo de Nun, de la tribu de Efraín.
Por lo tanto en la Biblia, a continuación de Devarim-Deuteronomio sigue el Libro de Josué, donde se cuenta
la conquista de Canaán por los hijos de Israel. Pero en nuestras sinagogas, una vez acabada en Simjat Torá
(la alegría con la Torá”) la lectura del quinto libro y llegados a las últimas líneas del rollo de pergamino, se
reanuda esta alegría semanal volviendo al comienzo de la Torá, y de él se leen otra vez los primeros
párrafos del Pentateuco: el comienzo de Bereshit-Génesis, con la historia de la creación del mundo.
Por Heriberto Haber

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Mundo Judío - 21/10/2005

La Haftará
El vocablo hebreo ``Haftará´´ significa, aproximadamente, ``despedida´´ o ``conclusión, finalización´´.
Para cada sábado del año nuestros sabios han elegido un texto de ``Haftará´´ que se lee una vez terminada
la lectura de la ``parashá´´ correspondiente. Y también tienen sus propias ``Haftarot´´ (así, el plural en
hebreo) los diversos días de fiesta o de ayuno de nuestro calendario.
Las diferentes ``Haftarot´´ han sido seleccionadas del segundo grupo de libros de la Biblia hebrea, los
``Neviim´´ o ``Profetas´´, que a su vez se dividen en ``Rishonim´´ (``primeros´´ o``anteriores´´, donde
hallamos seis libros históricos: Josué, Jueces, Samuel I y II y Reyes I y II) y ``Ajaronim´´ (``últimos´´ o
``posteriores´´: las profecías de Isaías, Jeremías y Ezequiel, y los doce ``Profetas Menores´´, llamados así
porque sus libros son mucho más cortos que los de estos tres).
Los diversos textos seleccionados para acompañar a cada parashá de la Torá generalmente tienen algún
punto de contacto con la misma, ya sea con alguna idea central que comparten, ya con algún episodio
histórico al que ambas se refieren o en el caso de las fiestas de nuestro calendario, la ``Haftará´´ suele
contener alguna alusión a esa festividad.
El criterio de selección no siempre ha sido uniforme en todas nuestras colectividades y por eso existen, a
veces, ``Haftarot´´ diferentes para una misma parashá, según se trate de judíos ashkenazim, sefaradim o
yemenitas.
A diferencia de la Torá, para la ``Haftará´´ que se lee en público los sábados en la sinagoga con la melodía
tradicional de cada comunidad, ya puede usarse un libro moderno, impreso con todos los signos de
puntuación y de entonación, de modo que su lectura no resulta tan difícil como la habitual de la Torá, que
carece de ellos.
En la actualidad, cuando un muchacho judío cumple su Bar Mitzvá o mayoría de edad religiosa (a los 13
años, contados según la fecha hebrea), sus padres y maestros procuran que él lea en la sinagoga, en la
ceremonia respectiva, la ``Haftará´´ del sábado en cuestión, con sus respectivas bendiciones. Porque con
esa lectura, más el trozo de la Torá (llamado ``maftir´´,``el que despide´´) y sus bendiciones, el joven tiene
oportunidad de manifestar en público parte de los conocimientos que adquirió en su preparación para esa
fecha.

Finalizó nuestra serie de comentarios


A diferencia del enfoque rabínico, que generalmente procura hallar en el texto bíblico solamente la nota
religiosa o moralizante para los fieles que concurren a la sinagoga o para el lector del artículo periodístico,
nuestras glosas de ``Parashat Hashavúa´´ procuraron enfocar muchos otros aspectos del texto, incluso
algunos que chocaban, a veces, con aquel criterio religioso.
Porque no olvidemos que durante los dos milenios que duró la diáspora del pueblo judío por todas las
latitudes del mundo, en realidad en nuestras academias de estudios superiores siempre se estudiaba el
Talmud y sus comentaristas, mucho más que la misma Biblia.
A ésta se la utilizaba principalmente como fuente de textos valederos y como argumentos para las
discusiones talmúdicas, pero mucho menos como reflejo de un milenio de vida judía en el pasado, desde
Abraham hasta los últimos profetas. Y mucho más tiempo, todavía, si iniciamos la Historia con la creación
del mundo y con Adán y Eva.
Y fieles a esta tradición heredada a lo largo de tantos siglos, muchos círculos religiosos judíos siguen, hasta
el día de hoy, con ese estudio de la Biblia solamente como fuente de inspiración y de argumentos para la
casuística del Talmud.
Pero al margen de ellos, también surgen cada vez más quienes buscan en ese antiguo libro las raíces que
nos vinculan a este país de Israel que habitamos, a su idioma hebreo resucitado como lengua hablada por
millones de personas, y a nuestros antepasados que vivieron aquí en los tiempos de antaño.
Además del rabino o talmudista que procura hallar en la Biblia los fundamentos de la ``Halajá´´ (la ley
religiosa), hoy también la exploran el lingüista, el filósofo, el estratega, el historiador, el poeta, el geógrafo, el
botánico, el zoólogo y muchos otros estudiosos más, cada uno en búsqueda de conocimientos especiales de
su ramo.
Las investigaciones de cada uno de ellos no interfieren las del otro, y tampoco debe extrañarnos si alguna
vez llegan a conclusiones diferentes.
Que por ejemplo no se sepa a ciencia cierta, hasta el día de hoy, dónde queda el monte de Sinaí en que
Moisés recibió los Diez Mandamientos. O en qué punto del Egipto o de sus alrededores cruzaron nuestros
antepasados las aguas del Mar Rojo al salir de ese país.
Todo esto no es óbice para que sigamos con nuestra antigua tradición religiosa de festejar cada año, en el
Seder de Pesaj y durante los siete días que le siguen (u ocho, en las colectividades de la diáspora) la
liberación de nuestros antepasados del yugo del Faraón y la salida de Egipto, o en Shavuot, la entrega de
las Tablas de la Ley a Moisés precisamente en ese monte.
Al margen de la interpretación religiosa de la Biblia es posible, también, el estudio moderno por así llamarlo
de los antiguos textos sagrados. Cada uno puede enfocarlos según el punto de vista que más le atraiga o

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interese.

El color del cristal


``Todo es según el color del cristal con que se mira´´, dice el conocido refrán español; y también cuando un
lector o comentarista posa su lupa en el texto de la Torá podrá hallar allí diversas tonalidades, según el matiz
de la lente que está utilizando.
Si por ejemplo analizamos el agasajo gastronómico que nuestro patriarca Abraham sirvió en honor de los
tres huéspedes que invitó a su tienda: ``Y tomó manteca, leche y el ternero que había preparado, y colocó
delante de ellos´´ (Bereshit-Génesis Cap.18 Vers.8) podrá haber quien vea en ello una flagrante violación de
las tradicionales normas de alimentación ``casher´´ que rigen en la cocina religiosa judía, y que prohíben
terminantemente ingerir en una misma comida productos lácteos y carne.
-¡Pero no!, responderá en seguida, alarmado, un judío ortodoxo.
-¡Existen muchos motivos valederos por los cuales este ``mal´´ ejemplo que nos da Abraham no rige para
nosotros, ni debe inducirnos a mezclar, como lo hizo él, alimentos de carne y de leche!
La primera posibilidad: comieron al principio ``manteca y leche´´, esperaron un buen rato, según lo
prescriben las normas de la cocina ``casher´´, y solamente después decidieron comer ``el ternero``, los bifes
o lo que fuere.
La segunda explicación posible: todo esto ocurrió antes de que D´´s entregara a los hijos de Israel la Torá en
el monte de Sinaí, y por lo tanto todavía no estaba en vigencia la prohibición de mezclar esos alimentos en la
comida.
Y finalmente, una posibilidad más: los huéspedes de Abraham eran ángeles enviados por D´´s, no hombres
comunes, y por eso no rige para ellos lo que es claramente válido para el común de los judíos.
Pero el hecho queda registrado sin dudas, a pesar de todas las explicaciones posibles: la Biblia dice
``manteca, leche y el ternero´´, todos juntos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 21/10/2005
HAFTARA DE PARASHAT - BERESHIT - I Isaías 42, 5 hasta 43, 10
El retorno de los dispersos de Sión
Como Haftará de Parashat Bereshit, la que cuenta de la creación del mundo y de los primeros seres
humanos que lo habitaron, Adán y Eva, nuestra tradición ha elegido un fragmento del profeta Isaías, que en
sus palabras iniciales hace alusión directa a esa creación:
``Así ha dicho D´´s, el Eterno, que creó y extendió el cielo y formó a la tierra y a sus criaturas; que dio alma
vital al pueblo (a los humanos) que están sobre ella, y aliento a quienes caminan por ella´´ (Isaías Cap.42
Vers.5).
De Isaías el hijo de Amotz -en hebreo, Yeshayáhu ben Amotz- sabemos por la presentación que de él él se
nos trae al comienzo de su libro de profecías, que predicó y actuó en el reino de Judea durante el reinado de
cuatro reyes: Uziyáhu, Yotam, Ajaz y Jizkiyáhu (o Ezequías). Estos datos lo ubican en la segunda mitad del
siglo octavo antes de Cristo.
Pero los estudios bíblicos modernos sostienen que desde el Cap.40 en adelante (y nuestra Haftará de hoy
está tomada de los Caps.42 y 43) se trataría de otro autor que vivió varios siglos más tarde. Porque el
Cap.40 comienza con las palabras ``Najamú najamú amí`` (Isaías Cap.40 Vers.1), como si estuviese
motivado por una catástrofe que ocurrió previamente y esta gran desgracia habría sido la destrucción del
Templo de Jerusalem por Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el año 586 a.C, y el exilio de la población del
reino de Judea, que él llevó cautivos a la Mesopotamia (hoy Irak).
...
Por eso, desde el Cap.40 en adelante, muchos hablan de ``Yeshayáhu hashení´´, un ``Deutero-Isaías´´ o un
``segundo Isaías´´. Un profeta que quizás, por llamarse igual como el primero, fue acoplado a los escritos de
éste, de modo que con el tiempo pasaron a formar un solo libro. Bastante extenso, como que cuenta con 66
capítulos: el más largo de los libros de los Profetas.
Y también nuestra Haftará de hoy contiene palabras de consuelo que parecen destinadas claramente a los
habitantes de Judea; de ahí el nombre de ``judíos´´ llevados al cautiverio por el rey enemigo: ``No temas,
pues Yo (D´´s) estoy contigo; del oriente traeré a tu simiente, y del occidente te recogeré. Diré al norte `¡Da!´
y al sur `¡No retengas!´ ¡Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas, desde el confín de la tierra!´´ (Isaías
Cap.43 Vers.5-6).
¡Ni que el profeta estuviese describiendo el proceso que se llevó a cabo aquí, en Israel, desde 1948 en
adelante, cuando el Estado Judío abrió sus puertas ante todos los judíos del mundo, para que regresaran a
su país!
``Mis hijos desde lejos´´ y ``mis hijas desde el confín de la tierra´´; ¿no somos acaso nosotros, los lectores de
estas líneas, que hemos llegado acá desde la remota América del Sur, o desde España, al otro extremo del
Mar Mediterráneo?
...
Sólo que Isaías lo anunció no hace uno o dos siglos, como los prohombres del sionismo moderno, ¡sino hace
dos milenios y medio, unos 2.500 años atrás!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 28/10/2005
HAFTARA de Parashat Noaj - Isaías 54,1-10
El simbolismo del marido enojado
También la Haftará de Parashat Nóaj está tomada del profeta Isaías, tal como la de Parashat Bereshit que
vimos la semana pasada. Y proviene de los capítulos posteriores al Nú40, o sea que está tomada de
aquéllos que prometen consuelo al pueblo de Israel, después de la gran desgracia que sufrió.
El motivo de esta elección está en el párrafo que dice: ``Porque esto es para Mí como las aguas de Noé,
cuando (Yo, D”´´s) juré que no habría otra vez aguas de Noé sobre la Tierra´´ (Cap.54 Vers.9).
Debido a esta alusión al diluvio universal en tiempos de Noé, que es el tema principal de la Torá en Parashat
Nóaj de esta semana, la presente profecía de Isaías ha sido elegida como Haftará de la misma.

***

¿Y en qué contexto menciona el profeta a esas aguas de Noé”?


``Pues así como Yo, D”´´s, juré que no habría otra vez un diluvio universal, así también juro que no volveré a
enojarme contigo o a reprenderte´´, promete el Eterno al pueblo de Israel.
Pero lo interesante del caso es que el pueblo de Israel, a lo largo de toda esta Haftará, es tratado
(gramaticalmente) en género femenino: los verbos que a él se dirigen, los adjetivos y las terminaciones de
los posesivos. ``Porque el Eterno te ha llamado como a una mujer abandonada y triste de ánimo”´´ (Vers.6).
El símbolo que Isaías aplica a las relaciones del Eterno con Su pueblo es el de un marido que en un instante
de enojo, ha despedido a su esposa: `En un breve momento te he abandonado, y con gran misericordia
volveré a recogerte”´´ (Vers.7).
El abandono de D”´´s habría consistido en la destrucción del Templo -como ya lo dijimos en nuestra nota
anterior- y la reconciliación vendría mediante el retorno del pueblo judío a su país, y la reconstrucción del
Templo de Jerusalén.
Estas dos promesas también se cumplieron en la realidad histórica de aquellos días: después de que el rey
persa Ciro conquistó Babilonia, permitió el regreso de los judíos a Jerusalén (por el año 538 a.C.) y que
volviesen a edificar allá un segundo Templo (inaugurado en el 515 a.C., unos 70 años después de la
destrucción del primero, el construido por Salomón).
Este enfoque simbólico, de D”´´s como un marido que en un momento de enojo castigó a su esposa, pero
que luego la perdona y vuelve a reunirse con ella con amor, es propio de todo el Cap.54 de Isaías, y
continúa, en parte, también en el 55.
De ahí que algunas colectividades judías no acaban la Haftará de Parashat Nóaj en el Vers.10 del Cap.54,
sino que la continúan hasta el fin del capítulo y siguen leyendo como Haftará también los primeros cinco
versículos del Cap.55.
Pues tal como ya lo hemos señalado aquí una vez, para la elección de la Haftará de cada semana el criterio
es elástico y variable; y el de sefaradim, ashkenazim y yemenitas difiere algunas veces en las sucesivas
Haftarot del año sinagogal judío.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 04/11/2005
HAFTARA de Parashat Lej Leja - Isaías. 40,27-41,16
Una promesa de fuerza
La Haftará de Parashat Lej Lejá nos lleva directamente al Cap. 40 del profeta Isaías que ya hemos
mencionado en notas anteriores: los versículos finales del mismo (desde el 37 hasta el 31), y continúa
después con la primera mitad del Cap. 41 que le sigue (Vers.1-16).
El vínculo con nuestra parashá de esta semana quizás está en el párrafo del profeta que dice así: ``Y tú,
Israel mi siervo, Jacob a quien Yo (D”´´s) he elegido, simiente de Abraham el que me amaba, que te he
tomado desde los extremos de la tierra y te he convocado de entre sus nobles, y te he dicho: `Tú serás mi
siervo, a ti te he elegido y no te he aborrecido”´´´ (Cap.41 Vers.8-9).
Esta confirmación del llamado de D”´´s a Su pueblo es paralela, en cierto modo, a lo que dice la Parashá Lej
Lejá en sus palabras iniciales, cuando D´´”s habla a Abraham y le ordena abandonar el sitio donde está
viviendo, Harán, en la Mesopotamia (hoy Irak), para ir a un país (Canaán) que D”´´s todavía habrá de
indicarle, y allí se convertirá en un pueblo grande” (Bereshit-Génesis Cap.12 Vers.1 y 2).
Las palabras de aliento del profeta Isaías -del así llamado segundo Isaías”, quizás tocayo del primero” que
predicó desde el Cap.1 hasta el 39 del libro- habrían sido expresadas para reanimar a los cautivos de Judea
que Nabucodonosor llevó como prisioneros de guerra a Babilonia, después de quemar en el año 586 a.C. el
Templo de Jerusalén.
...
Y tal como lo hemos visto en el ya mencionado versículo del profeta, al dirigirse a su pueblo, él usa
indistintamente los nombres de Jacob e Israel.
Al llamarlo Jacob, hace alusión al patriarca que fue padre de los doce hijos de los cuales descendieron
después las tribus que en la historia se llamaban Benei Israel”, los hijos de Israel”.
Porque en realidad, Jacob e Israel fueron una misma persona. En el famoso episodio de su lucha nocturna
con un ángel, Jacob recibió, a guisa de bendición, también el nombre de Israel: ``Porque luchaste con D”´´s y
con hombres, y venciste”´´ (Bereshit-Génesis Cap.32 Vers.29).
De ahí, entonces, que identificando a los dos en uno solo como símbolo del pueblo al que se está dirigiendo,
Isaías pregunta: ``¿Por qué dices, Jacob, y hablas, oh Israel: `Mi camino está oculto del Eterno´ (o sea: no le
importa lo que ocurre conmigo) y mi justicia pasa (lejana, sin prestarle atención) de D”´´s?´´” (Isaías, Cap.40
Vers.27).
Tales son las palabras iniciales de nuestra Haftará de este sábado..
Y la respuesta a esta pregunta provocativa que el pueblo judío exiliado en Babilonia puede dirigir casi como
reproche a la divinidad, sigue a continuación a todo el largo de la Haftará, hasta más allá del Cap.40, y
abarca, como dijimos, también a parte del que le sigue.
Incluye ese pasaje que ya hemos mencionado más arriba: ``Y tú, Israel, mi siervo, Jacob a quien he elegido,
simiente de Abraham el que me amaba´´” (Cap.41 Vers.8).
Y prosigue diciendo: ``No tengas miedo, porque contigo estoy Yo (D”´´s); no temas porque Yo soy tu D”´´s; te
he dado fuerzas, también te he ayudado, y también te he apoyado con la diestra de Mi justicia”´´ (Vers.10).
Y el profeta Isaías prosigue en su arrebato: ``He aquí que se avergonzarán y quedarán humillados todos los
que luchen contigo; serán como la nada y perecerán todos tus adversarios”´´ (Vers.11).
Y con un símbolo tomado de la vida agrícola que conocía su público, Isaías dice en las palabras finales de la
Haftará de hoy: ``He aquí que Yo (D”´´s) hago de ti un trillo nuevo, afilado y con cuchillas. Trillarás los
montes hasta volverlos polvo, y convertirás en paja las colinas”´´ (Vers.15).

...

Todas estas son profecías muy alentadoras, que podemos captar como bien actuales viviendo hoy en Israel,
protegidos por las fuerzas armadas de nuestro Estado.
¡Pero imaginémonos una prédica semejante dos o tres generaciones atrás, en los tiempos de Auschwitz,
Birkenau y el ghetto de Varsovia!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 11/11/2005
HAFTARA de Parashat Vayera - (Reyes II, 4, 1-37)
Padres ancianos, hijo muerto
La Haftará de Parashat Vayerá nos lleva a uno de los libros históricos de la Biblia, el segundo Libro de los
Reyes (Reyes II). Y nos cuenta dos episodios ocurridos con Elishá (en español Eliseo), el alumno y sucesor
del profeta Eliyáhu (o Elías) que actuó y vivió en Israel (el reino del norte, después de la partición habida a la
muerte de Salomón) en la segunda mitad del siglo noveno a.C.
El segundo de esos episodios, donde con la bendición de Eliseo una pareja de ancianos logra engendrar un
hijo, seguramente es el hecho por el cual la tradición judía eligió este relato como Haftará de Parashat
Vayerá, la que nos cuenta el nacimiento de Isaac cuando sus padres, Abraham y Sará, ya eran también muy
ancianos.
Eliseo tenía en su derredor un grupo de alumnos, que la Biblia llama los ``hijos de los profetas´´. Y en el
primer episodio que cuenta nuestra Haftará, la mujer (o más bien la viuda) de uno de eso alumnos, acosada
por el hambre y la pobreza, se dirige en su desesperación al profeta, para implorar su ayuda en una
situación de emergencia: ``Mi marido ha muerto y tú (Eliseo) sabes que tu siervo (mi finado marido) era
temeroso del Eterno. Y ha llegado un acreedor (que nos prestó dinero, que no tengo cómo devolver) para
llevarse a mis dos hijos como esclavos´´ (Cap.4 Vers.1).
Eliseo pregunta a la viuda qué tiene en la casa, y ella responde: ``No nos ha quedado nada, sólo un pequeño
jarrito de aceite´´.
Entonces el profeta le dice: ``¡Anda, préstate recipientes de afuera, de todos tus vecinos; recipientes vacíos,
no escatimes!´´ (íd. Vers.3).
Y después le indica el profeta: ``Tomarás el jarrito de aceite que ya tienes, volcarás de él a todos los
recipientes vacíos, y te alcanzará para llenarlos a todos´´.
Así lo hizo la mujer. Y una vez acabada la milagrosa tarea, volvió hacia Eliseo para comunicarle entonces su
cumplimiento.
``Pues ahora anda -le respondió el profeta-; vende el aceite y paga tu deuda. Y tú y tus hijos viviréis con el
(resto) que queda´´ (Vers.7).
Hasta aquí, el primer episodio de los dos milagros de Eliseo.

...

Lo interesante de esta historia -haciendo abstracción del milagro del aceite que no se acababa- son los
detalles que nos revela de las costumbres y leyes de aquellos días (siglo noveno a.C.): que como pago de la
deuda, a falta de dinero, el acreedor podía exigir el trabajo como esclavos de los hijos del deudor.

...

Y también en el segundo episodio, donde una pareja de ancianos alcanza a engendrar un hijo a pesar de la
vejez de ambos, el texto bíblico nos da, como marco del relato principal, una descripción muy interesante de
algunos detalles de la vida diaria de aquellos días.
En uno de sus viajes por el país, Eliseo pasó por la ciudad de Shunem, al suroeste del Lago Kineret,
aproximadamente en la zona de Israel donde hoy está la ciudad de Afula.
Y allí vivía una ``ishá guedolá´´, una ``mujer grande´´ (por importante), que una vez le insistió que viniera a
comer como huésped en su casa. Y desde entonces, cada vez que Eliseo pasaba por Shunem, ``se dirigía
allá para comer´´ (Vers.8).
Así como hasta el día de hoy existen familias pudientes que ofrecen su hospitalidad a diversos personajes
importantes, cada vez que éstos llegan de visita a su ciudad.
Y esta señora de Shunem exhortó a su marido: ``Yo sé que este hombre de D´´s (Eliseo) es santo, y siempre
pasa por aquí (como visita)´´ (Vers.9). Entonces ella le propuso al marido instalar en el techo de la casa una
habitación especial, destinada a albergar a Eliseo en sus viajes a Shunem. ``Y pongámosle allí una cama,
una mesa, una silla y un candelabro; y será cuando llegue hacia nosotros, se quedará allí (para pernoctar)´´
(Vers.10).
Interesantes los elementos que en esa época requería un visitante para su hospedaje cómodo: una cama
para dormir, una mesa y una silla para sentarse a hacer sus cosas, y luz, para poder manejarse de noche.
Aproximadamente lo mismo que ofrecía todo hotel del pasado siglo veinte, hasta que irrumpió la novedad de
un teléfono, un televisor y una computadora

...

En una de sus visitas a Shunem, el profeta quiere agradecer a la dueña de casa todo lo que ella había hecho
para ofrecerle una hospitalidad tan cómoda en su casa.
Eliseo manda a un criado suyo, llamado Guejazí, para preguntarle: ``¿Qué puedo hacer por ti? ¿Hay algo

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para hablar por ti al rey? ¿O al jefe del ejército?´´ (Vers.13).


O sea, en nuestros términos modernos, lo que hoy en Israel se denomina con la palabra rusa que
entendemos bien en castellano: ``¿Puedo ayudarte con alguna `protekzia´ (acomodo, influencia favorable)
en la corte real? ¿O en la comandancia del ejército?´´
Pero la mujer le responde que no, a través de ese mismo mensajero: ``Yo vivo en medio de mi pueblo´´
(Vers. 13). O sea: ``Muchas gracias, no necesito favores especiales de visitantes de afuera. Tengo a mi
familia, si alguna vez llego a necesitar algo´´.
Entonces Eliseo le comenta a Guejazí: ``Pero, ¿qué se puede hacer por ella?´´ (Vers.14). Y el criado le
responde: ``Ella no tiene hijo, y su marido es anciano´´ (Vers.14).
El profeta envía a Guejazí a buscarla, y la mujer llega ``y se paró en (el hueco de) la puerta´´ (Vers.15).
Y Eliseo le anuncia, a guisa de profecía y de bendición: ``En esta fecha, el año que viene tú mecerás (en tus
brazos) un hijo´´ (Vers.16).
Pero ella, un poco incrédula, le replica: ``Por favor, mi señor, hombre de D´´s, ¡no engañes a tu servidora!´´
(Vers.16)
(Este anuncio de paternidad a un matrimonio de personas ancianas, es el paralelo que guarda el presente
relato con Parashat Vayerá, donde un ángel presagia a Abraham y a Sara el futuro nacimiento de Isaac.)
El anuncio del profeta se cumple: la mujer queda embarazada, tiene un hijo varón, y el niño crece y sale con
su padre a ayudarle en las tareas del campo.
Estando allí, un día el muchacho exclama: ``¡Mi cabeza! ¡Mi cabeza´´ (Vers.19) y por lo visto, cae
desmayado. ¿Una insolación? El padre da orden de que lo lleven a casa, hacia su madre. Allí estuvo tendido
sobre las rodillas de ella ``hasta el mediodía, y murió´´ (Vers.20).
Entonces la madre lo subió hacia el cuarto de huéspedes reservado para Eliseo, lo acostó en la cama de
éste, cerró la puerta y mandó decirle al marido que estaba en el campo: ``¡Envíame a uno de los criados y
una burra, porque quiero ir a verlo al hombre de D´´s, y después volveré a casa!´´
El marido le pregunta: ``¿Por qué vas hacia él hoy, que no es (principio de) mes ni shabat (sábado)?´´
(Vers.23).
De esta pregunta podemos deducir que por esa época era costumbre ir los días de fiesta o feriados a visitar
a personajes importantes, como señal de respeto. Y además, ¡que era lícito hacerlo montado en los medios
de transporte de aquellos días!
La mujer le responde brevemente con ``¡Shalom!´´ (Vers.23), monta en la burra y da instrucciones al criado
de que no se detenga para nada por el camino.

...

Ese camino la lleva hasta el Monte Carmel -donde hoy está la ciudad de Haifa- y al verla de lejos, Eliseo la
reconoce y le dice a su criado Guejazí: ``Allí viene esa señora de Shunem. ¡Anda, recíbela, y pregúntale
cómo están el marido y el niño!´´
Ella responde otra vez brevemente con ``¡Shalom!´´, y cuando llega hasta Eliseo, se echa a sus pies y se
aferra a ellos.
Guejazí procura apartarla, pero el profeta le dice: ``¡Déjala, porque ella está muy afligida! Y el Eterno lo ha
ocultado de mí, y no me ha revelado (qué ocurre)´´ (Vers.27).
Entonces la mujer le insinúa el motivo de su llegada: ``¿Acaso he pedido un hijo de mi señor? Si yo he dicho:
¡no me ilusiones!´´ (Vers.28).
Señalada así la razón de la visita, Eliseo indica al criado que tome el bastón del profeta y lo lleve hasta
Shunem.
Pero la mujer insiste ante Eliseo: ``¡Vive el Eterno y viva tu alma, que yo no te abandonaré (hasta que tú me
ayudes)!´´ (Vers.30).
Eliseo comprende que ha sucedido algo grave, ``y se levantó, y fue detrás de ella´´ (Vers.30).
Mientras tanto Guejazí, que ya se les había adelantado, fue a verlo al niño que yacía en el cuarto de
huéspedes dedicado a Eliseo.
Le pasó por el rostro el bastón del profeta, acto que no alcanzó a provocar reacción alguna, y entonces salió
para darle a Eliseo un informe previo: ``¡El niño no ha despertado!´´ (Vers.31).

...

A continuación Eliseo entró en la casa, subió hacia el cuarto, se inclinó sobre el cuerpo del niño, colocó ``su
boca sobre la de él, sus ojos sobre los de él, sus palmas (de la mano) sobre las de él, y comenzó a
calentarse la carne del niño´´ (Vers.34).
¿Un primer caso de respiración ``boca a boca´´ en la historia de la medicina?
La cosa es que el niño ``estornudó hasta siete veces, y abrió los ojos´´ (Vers.35).
Entonces Eliseo lo llamó a Guejazí, para decirle: ``¡Llama a esta señora de Shunem!´´
Y cuando la madre llegó, el profeta le dijo: ``¡Toma a tu hijo!´´
La mujer otra vez se echó de bruces ante los pies del profeta -esta vez, en señal de agradecimiento- y luego
``tomó a su hijo y salió´´ (Vers.37).

...
Tal es la historia de un hijo de padres ya ancianos que nuestra tradición ha establecido como Haftará de
Parashat Vayerá, donde Isaac, el hijo de la vejez de Abraham y Sará, también estaba a punto de morir
cuando D´´s ordenó que fuera sacrificado como holocausto sobre el monte de Moriá.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 18/11/2005
HAFTARA de Parashat Jayei Sara - (Reyes I, Cap.1 Vers.1-31)
Sucesiones y secesiones
Como relato paralelo a lo que ocurrió en la vejez del patriarca Abraham -envió a su criado Eliézer a la
Mesopotamia, para buscar una esposa para Isaac, el único hijo que el patriarca tuvo con su esposa Sará- la
tradición judía ha elegido para Haftará de Parashat Jayei Sará un episodio que acaeció a la vejez del rey
David: un intento de secesión de su hijo Adoniyáhu (en español, Adonías) quien pretendió hacerse coronar
rey todavía en vida de su padre.
Ese relato bíblico, con el cual comienza el Primer Libro de los Reyes (Reyes I), se inicia con una descripción
del estado de vejez del monarca: ``Y el rey David estaba viejo, entrado en años; y (sus criados) lo cubrieron
con ropas, pero no podía entrar en calor´´ (Reyes I, Cap.1 Vers.1).
Entonces los criados le hicieron una propuesta, cómo podría sobreponerse al frío invernal de Jerusalem:
``Que se busque para mi señor el rey una muchacha virgen que lo sirva como criada y que se acueste en tu
regazo, para que dé calor a mi señor el rey´´ (íd. Vers.3). Un medio original que ayude a David a no sufrir de
frío en su lecho anterior a las colchonetas eléctricas que hoy se suelen usar para tal fin.
El anciano rey por lo visto dio su aprobación a la idea. Entonces se inició una búsqueda por todo el reino, y
resultó elegida Avishag (o Abisag), una muchacha de la ciudad de Shunem, un sitio que ya hemos
presentado aquí en nuestro último comentario (por la zona de la actual Afula; sólo que de los tiempos de
David, a la época de la señora de Shunem que albergó en su casa al profeta Eliseo, median varios siglos.)
``Y la muchacha era muy hermosa, y actuó de criada para el rey, y le sirvió. Pero el rey no la conoció (no
tuvo relaciones sexuales con ella)´´ (íd. Vers.4).
...
Parece que los hechos que ocurrieron en el palacio del rey conmovieron a uno de los hijos de éste,
Adoniyáhu (o Adonías), que David había tenido con una de sus esposas previas a Bat Sheva (o Betsabé, la
madre de Salomón): ``Y el cuarto (hijo de David fue) Adonías, hijo de Jaguit´´ (Segundo Libro de Samuel,
Cap.3 Vers.4). Entonces él intentó una prematura captura de la corona real para sí.
Y tal como lo conocemos hoy, después de muchos golpes de Estado o intentonas de hacerlo que hubo en la
historia del mundo, lo primero que tuvo que hacer el hijo rebelde fue asegurarse el apoyo de otros
personajes de poder que le ayudaran en su intento. Adonías se alió con Yoav (o Joab), uno de los generales
de David, y con el sacerdote Eviatar, ``y apoyaron a Adonías´´ (Vers.7). Pero el texto bíblico al mismo tiempo
nos señala que otros personajes importantes del reino, ``el sacerdote Tzadok y Benayá (el general en jefe de
David) y el profeta Natán, y Shimí y Reí, y los (guerreros) valientes de David, no estuvieron con Adonías´´
(Vers.8).
...
Y la Biblia también dedica un comentario a la mala educación que David dio a su hijo y que lo llevó a
semejante intento de heredar el trono todavía en vida de su padre: ``Y su padre nunca lo reprendió para
decirle: ¿por qué haces esto?´´ (Vers.6).
A pesar de que, por la muerte de los hermanos que le precedían en el orden de los príncipes herederos de la
corona de David, ahora ésta habría de tocarle a Adonías por derecho.
Faltaba, entonces, conseguir el apoyo popular para el movimiento del pretendiente al trono.
Con miras a obtenerlo, Adonías ``se hizo una carroza con jinetes, y cincuenta hombres que corrían
(¿cabalgaban?) delante de él´´ (Vers.5).
En la Jerusalem de aquellos días (siglo décimo a. C.), donde los ``vehículos´´ más usados eran los burros y
los camellos, un personaje que se presentaba en una carroza rodeada de caballos, seguramente llamaba la
atención del público.
Y como medio tradicional para atraerlo a este ``panem et circenses´´ (``pan y circo´´, o sea, espectáculo,
como decían los romanos), el ``espectáculo´´ ya lo daba Adonías con su séquito de caballería, y faltaba
solamente ofrecer a las multitudes el ``pan´´ que satisficiera los estómagos.
``Y sacrificó Adonías ganado menor (ovejas y cabras) y vacuno y animales gordos y llamó (invitó al
banquete) a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a toda la gente de Judá, los siervos (o funcionarios) del
rey´´ (Vers.9). Pero a sus principales adversarios en la corte, ``al profeta Natán y a Benayá y a los valientes
de David y a su hermano (o más bien hermanastro) Salomón, no los llamó´´.
...
Mientras tanto, el bando adversario a Adonías en la corte de David planeó cuidadosamente la
contraofensiva. ``Y dijo (el profeta) Natán a Bat Sheva (o Betsabé) la madre de Salomón: `¿No has
escuchado que Adonías hijo de Jaguit ha reinado (se quiere hacer proclamar rey), y nuestro señor David no
lo sabe?´´´ (Vers.11).
Y Natán señala a Betsabé el peligro que corren ella y su hijo en el caso de que Adonías realmente llegue a
ser rey: ``¡Salva tu vida y la vida de tu hijo Salomón!´´ (Vers.12). Porque, como flamante rey, lo primero que
haría Adonías sería eliminar a todos los otros pretendientes al trono recién obtenido. (Fenómeno que ocurrió
más de una vez en la Biblia y en la historia del mundo.)
Asegurada así la colaboración activa de Betsabé, ésta, siguiendo las indicaciones del profeta Natán, se

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presenta ante el rey David en ``la habitación´´ de éste (y no en la sala del trono), porque ``el rey ya estaba
muy viejo´´ (Vers.15), y ``Avishag la sunamita (de Shunem) atendía al rey´´ (Ibíd.).
Entonces Betsabé le refiere al rey todo el espectáculo que Adonías montó en la ciudad y le cuenta del
banquete popular que ofreció, al cual parte de la corte no fue invitado, y concluye diciéndole: ``Y tú, mi señor,
el rey, los ojos de todo (el pueblo de ) Israel están puestos en ti, para decirles quién se sentará en el trono de
mi señor el rey después de él´´ (Vers.20).
Y Betsabé no omite refrescarle la memoria a David: ``Mi señor, tú juraste por el Eterno tu D´´s a tu sierva (a
mí, tu esposa Betsabé) que ``Salomón reinará después de mí, y él se sentará sobre mi trono´´ (Vers.17).
...
Y cuando el rey todavía estaba conversando con su esposa, se presenta ``por casualidad´´ (convenida con
ella) el profeta Natán en el lugar.
También él le comenta a David el intento de Adonías de hacerse proclamar rey, y pregunta retóricamente:
``Si este hecho ha sido consumado de parte del rey, ¿no comunicaste a tu siervo (a mí, el profeta Natán)
quién se sentará en el trono de mi señor el rey después de él?´´ (Vers.27).
Entonces David manda llamar a Betsabé (que, por lo visto, se había retirado después del arribo del profeta),
``y (ella) llegó ante el rey, y quedó parada ante el rey´´ (Vers.28).
David le reitera el juramento de que el hijo de ella, Salomón, ``se sentará en mi trono en lugar de mí´´
(Vers-30), y de que ``hoy mismo lo haré así´´ (Ibíd..)
A lo cual Betsabé se prosterna en tierra ante su marido y lo bendice diciéndole: ``¡Que viva mi señor el rey
David para siempre!´´ (Vers.31).
Y con estas palabras concluye nuestra Haftará.
...
Pero el amigo lector se preguntará, y con razón: ¿y qué pasó, a todo eso, con Adonías y su grupo de
partidarios secesionistas?
Esto lo podemos leer en el texto bíblico que sigue a esta Haftará; las órdenes del rey se cumplieron en
seguida. A Salomón lo montaron en la mula personal del rey (notemos: un rey David anciano no monta en un
caballo, sino en una mula), y lo llevaron a un lugar público de la ciudad. Allí el sacerdote Tzadok lo ungió con
el aceite sagrado, tocó con el ``shofar´´ (hoy serían trompetas) y proclamó ante el pueblo: ``¡Viva el rey
Salomón!´´ (Vers.34)
Adonías y los suyos, cuando se enteraron de lo que había ocurrido en ese otro rincón de la ciudad, y cuando
escucharon desde lejos el toque de ``shofar´´ del sacerdote Tzadok con el cual Salomón había sido
coronado rey oficialmente, se dieron cuenta de que su propia fiesta se había acabado.
Y entonces se retiraron, como diríamos, ``con el rabo entre las patas´´.
Adonías procura refugio junto a los cuernos del altar -un sitio tradicional de refugio respetado por todos- y no
lo abandona hasta obtener de Salomón una promesa, bajo juramento, de que el rey recién proclamado no se
tomaría venganza de él.
``Y envió el rey Salomón, y lo sacaron de junto al altar, y vino (Adonías) y se prosternó ante el rey Salomón,
y le dijo Salomón: `¡Anda a tu casa!´´´ (Vers.53). Te perdono la vida, ¡pero no molestes más!
Por Heriberto Haber

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Parashá - 25/11/2005
HAFTARA de Parashat Toledot - Malaquías Cap.1 Vers.1 Cap.2 Vers.7
Malaquías: ¿un profeta menor”?
La Haftará de Parashat Toledot nos lleva al conjunto de una docena de profetas que en la tradición judía se
denomina Trei Asar”, los Doce” (en arameo), mientras que en otros idiomas se los llama Profetas Menores”.
La palabra menor” se refiere a la extensión de los escritos que nos quedaron de ellos (desde un solo capítulo
-Ovadia u Obadías- hasta los 14 de Hoshea u Oseas, y de Zejaria o Zacarías; todo ello, frente a los 66
capítulos de Isaías, los 52 de Jeremías y los 48 de Ezequiel) y de ningún modo alude a la importancia de los
autores o a la trascendencia de sus profecías.
El último de este grupo de 12 profetas es Malají o Malaquías, de sólo tres capítulos; y la mitad de estos tres,
el Cap.1 más el principio del Cap.2, ha sido adoptado por la tradición judía como haftará de Parashat
Toledot.
¿Por qué?
Porque en el comienzo del Cap.1 el profeta nos habla de los dos hermanos Esaú y Jacob, los mellizos que
tuvo Rebeca, la esposa de Isaac, de los cuales Parashat Toledot nos cuenta en su parte inicial.
Y digamos todavía algo acerca del nombre Malají”. Ya hemos visto alguna vez en esta sección que malaj”,
en hebreo, puede significar un ángel” o un enviado”. Con el sufijo posesivo í” denotaría mi ángel” o mi
enviado”.
Y cuando en su versículo inicial nuestra Haftará de hoy nos anuncia ``La profecía´´, palabra del Eterno a
Israel por medio de Malají” (Cap.1 Vers.1), este vocablo malají” podría interpretarse también como mi ángel”
o mi enviado (o mensajero)”, y no forzosamente como el nombre propio Malají (o, en castellano, Malaquías).

...

¿Y qué anuncia Malaquías en su profecía?


Evidentemente el amor de D”´´s a su pueblo Israel, los descendientes del patriarca Jacob, confrontado con la
aversión divina hacia los descendientes de Esaú, el hermano mellizo de Jacob, del cual desciende el pueblo
de Edom. ``¿Acaso Esaú no es hermano de Jacob?´´, dice el Eterno; pero ``Yo amo a Jacob y odio a Esaú:
he vuelto sus montañas en desierto, y su heredad (he entregado) a los chacales del desierto´´” (Cap.1
Vers.3).
Como no tenemos ningún dato concreto acerca de quién fue este autor Malají -y no sabemos, como dijimos,
si éste es un nombre propio o solamente una definición específica de mi enviado” o mi mensajero”- no
conocemos tampoco el marco histórico en el cual pronunció esta profecía, y a qué alude esta preferencia de
D”´´s hacia Israel por encima de Edom, un pueblo que en los tiempos bíblicos solía vivir al sur del Mar
Muerto.
El nombre Edom se escribe en hebreo con las mismas letras que el color adom”, rojo”, y se debe, según el
relato bíblico, a que Esaú, el hijo de Isaac, le pidió a su hermano mellizo: ``¡Dame de comer, te ruego, de
esto rojo, rojo”´´ (Bereshit-Génesis Cap.25 Vers.30), refiriéndose al guiso de lentejas que estaba cocinando
Jacob. Y allí mismo el versículo añade: ``Por eso se llamó su nombre Edom”´´ (por el uso repetido que hizo
de la palabra adom: rojo, rojo”).

...

Por esas palabras de consuelo que Malaquías dirige hacia Israel a despecho de Edom, y por la ubicación
que la tradición le dio dentro del conjunto de los 12” profetas como último de la docena, con todo se
considera que su época fue posterior a la destrucción del Primer Templo de Jerusalem (año 586 a.C.) y que
quizás coincide con el regreso de los judíos exiliados desde Babilonia a Jerusalem, o hasta con la época del
Segundo Templo, vuelto a construir e inaugurado 70 años después de esta fecha.
Porque Malaquías, en su Haftará de hoy, reprende a los sacerdotes que desprecian Mi nombre (el de D”´´s),
y vosotros decís: ``¿En qué hemos despreciado Tu nombre?”´´ (Cap.1 Vers.6).
Y entonces Malaquías les enumera los diversos sacrilegios que cometen en la ofrenda de los sacrificios:
ofrecen a D”´´s en el altar animales defectuosos (ciegos, cojos o enfermos) y el profeta los desafía:
``¿Ofrendarás (tales animales) a tu pejá (el gobernador instaurado por los persas, Pejá, ¿quizás pariente
lingüístico del pashá” español?) ¿Acaso te querrá, o te recibirá con agrado?”´´ (Cap.1 Vers.8).

...

Y Malaquías (o mi mensajero”) no habla sólo de irreverencias religiosas; condena también diversos otros
males en la sociedad de su época.
``¡Que el hijo respete al padre, y el esclavo, a su amo!”´´ (Cap.1 Vers.6). Y añade: ``Y si Yo (D”´´s) soy el
padre, ¿dónde está el respeto a Mí? Y si Yo soy el amo, ¿dónde está el temor ante Mí?”´´ (Ibíd.)
Y así, el profeta sigue enumerando diversos males sociales y religiosos de su época, con miras a conmover

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a sus oyentes y a promover una reforma en las costumbres.


Y la Haftará concluye con un versículo que describe claramente y sin ninguna duda lo que debe ser -según
Malaquías- el personaje de un cohén” o sacerdote ideal: ``Que los labios del sacerdote guarden el
conocimiento (de D”´´s, y le sean fieles) y (que el pueblo) busque la enseñanza de su boca (de la del
sacerdote), porque él (el sacerdote) es un malaj” (enviado” o mensajero”) del Eterno de los ejércitos”´´
(Cap.2 Vers.7).
Por Heriberto Haber

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Parashá - 02/12/2005
HAFTARA de Parashat Vayetzé - Oseas Cap.12 Vers.13 - Cap.14 Vers.10
El Profeta lucha contra los ídolos
Por Heriberto Haber
Después de que hemos visto en la Haftará de Parashat Toledot (de la semana pasada) a Malaquías, el
último del conjunto de los ``Doce´´ profetas, nos toca hoy presentar aquí a Hoshea u Oseas, el primero de
los libros de ese conjunto. Y dentro de Oseas, los capítulos finales de su profecía: desde ``Y huyó Jacob
hacia el campo de Aram´´ (Cap.12 Vers.13), todo el resto del Cap.12, y luego los Caps. 13 y 14, hasta el final
del libro.
El versículo inicial de la Haftará, ``Y huyó Jacob hacia el campo de Aram´´ ya nos da el vínculo que une a
esta profecía con Parashat Vayetzé. Esta última cuenta, precisamente, cómo ``Jacob salió de Beer Sheva y
se fue a Harán´´ (Bereshit-Génesis Cap.29 Vers.10), y de ahí el nombre de la Parashá, ``Vayetzé´´, ``Y salió
(Jacob de Beer Sheva)´´. Sólo que el profeta Oseas lo expresa con más intensidad y menos disimulo: Jacob
``huyó´´, para escabullirse de la sed de venganza de su hermano mellizo Esaú, a quien le había birlado la
primogenitura y la bendición del anciano padre Isaac.
...
De Oseas nos dice el versículo inicial de su libro que era hijo de Beerí, y que profetizó ``en los días de
Uziyáhu, Yotam, Ajaz y Jizquiyáhu (o Ezequías), reyes de Judá, y de Jeroboam hijo de Yoash, rey de Israel
(Oseas Cap.1 Vers.1).
Esta definición ubica al profeta en la segunda mitad del siglo VIII a.C., en una misma época con Isaías y Mijá
(o Miqueas), otro de los ``Doce´´ o ``Profetas Menores´´.
...
Y en la Haftará de hoy el profeta se dirige especialmente al reino de Israel, a quien llama Efráyim (o Efraín)
por ser ésta su tribu principal, la que había estado al frente de la rebelión contra el hijo y sucesor del rey
Salomón, y que a partir de la muerte de éste, alrededor del año 930 a.C., estableció al norte de Judá el reino
de Israel, con su capital Samaria.
Y para evitar que el pueblo siguiese concurriendo al Templo de Jerusalem en el vecino reino de Judá, los
reyes del nuevo país establecieron santuarios en Dan y en Bet El en los extremos norte y sur del nuevo
reino, adonde la población de las diez tribus segregadas concurría a ofrecer sacrificios y a rendir culto a la
divinidad, encarnada en sendos becerros que fueron apostados allí.
...
Y en sus profecías contenidas en nuestra Haftará de hoy, Oseas precisamente sale a combatir contra esos
ídolos destinados a servir de representación material de la divinidad: ``Cuando hablaba Efraín (había)
respeto: era importante (como tribu dirigente) en Israel. Pero pecó con el Baal (adorando a este ídolo) y
murió (perdió su importancia)´´ (Cap.13 Vers.1).
Y Oseas prosigue: ``Y ahora siguen pecando, y se han hecho (ídolos) de fundición, de su plata, toda obra de
artesanos´´ (íd.Vers.2) para adorarlos como dioses y evitar que el pueblo, cuando llegan las fiestas,
peregrine y lleve sus ofrendas y sacrificios al país vecino, el reino de Judá con su Templo en Jerusalem.
...
Y más adelante, Oseas acusa: ``Es culpable Samaria porque se ha rebelado contra su D´´s; ¡caerán (serán
matados) por la espada!´´ (Cap.14 Vers.1).
Pero junto con la amenaza del castigo, el profeta también exhorta al arrepentimiento que ayude a evitarlo:
``¡Retorna, Israel, hasta el Eterno tu D´´s, pues has tropezado por tu pecado!´´ (íd. Vers.2)
Y en tal caso promete D´´s: ``Seré (beneficioso) como el rocío para Israel, florecerá como el lirio y echará
raíces como el Líbano (fuertes como las de sus cedros)´´ (Vers.6).
Y Oseas concluye su libro de profecías con un deseo final: ``Quién (ojalá fuera) sabio y comprenda todas
estas cosas, (sea) prudente y las conozca. Porque los caminos del Eterno son derechos y los justos van por
ellos, pero los malvados tropiezan en ellos´´ (Cap.14 Vers.10).
Y con estas palabras acaba el libro de Oseas. Y con él, nuestra Haftará de hoy.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 09/12/2005
HAFTARA de Parashat Vayishlaj - Obadías, Cap.1 Vers.1-21
El origen de ``Sefarad´´
Según el rito ashkenazí, la Haftará de este sábado está en un párrafo del profeta Oseas, a quien ya hemos
presentado aquí en nuestra nota de la semana pasada.
El rito sefaradí, en cambio -apoyado por una opinión de Rambam o Maimónides- eligió como Haftará al
profeta Ovadiá (u Obadías, y también Abdías) que integra también el conjunto de los ``Doce´´ o ``Profetas
Menores´´. Es el ``menor´´ de todos, porque abarca un solo capítulo. Y este capítulo entero constituye
nuestra Haftará de este sábado.
El motivo de esta elección seguramente radica en el hecho de que la profecía de este capítulo está
destinada al pueblo de Edom, cuyo antepasado Esaú figura en la lectura de la Torá. Pero mientras que en la
Torá se habla de la reconciliación entre Jacob y Esaú (también llamado Edom; ver Bereshit-Génesis
Cap.33), el presente capítulo de Obadías describe una situación que dista mucho de ser amistosa y fraternal.
Porque ella habla de enemigos que vinieron a hacer la guerra contra el pueblo de Israel, ``extranjeros
llegaron hasta sus puertas, contra Jerusalem, rifaron (el botín que obtuvieron en la guerra) ¡y también tú
(Edom) eras como uno de ellos!´´ (Vers.11).
Y el profeta condena severamente a este pueblo que, por su origen, era pariente bastante cercano de los
hijos de Israel: Esaú, o sea Edom, en tiempos de los patriarcas, era el tío de ellos.
``¡Debería cubrirte vergüenza por la expoliación (que hiciste) de tu hermano Jacob!´´, les reprocha Obadías
en el Vers.10. Y el castigo: ``¡Serás exterminado para siempre!´´ (Ibíd.)

...

Por estos y otros reproches que hace el profeta, creen algunos que él vivió en la época de la destrucción del
Primer Templo (año 586 a.C.), vale decir, que fue contemporáneo de Jeremías.
Según otra opinión, en cambio, habría vivido unos tres siglos antes, en días del profeta Eliyáhu o Elías, de
quien Obadías habría sido discípulo y seguidor. Porque en otro libro de la Biblia se cuenta que el rey Acab
``llamó a Obadías, el encargado de la casa (real, o sea el palacio); y Obadías era muy temeroso del Eterno´´
(I Reyes, Cap.18 Vers.3), y salvó a cincuenta profetas del Eterno de morir asesinados por los esbirros de la
reina Isabel, la esposa fenicia de Acab que quería imponer en el país el culto del ídolo fenicio Baal.
Este Obadías de la época de Acab habría sido, entonces, el autor del capítulo profético que nos ocupa hoy.

...
El nombre hebreo Ovadiá se compone de las tres letras áyin (muda)-V-D, que conforman la palabra ``éved´´,
``siervo´´ o ``esclavo´´ (y de ahí las tareas que éste ejecuta, ``avodá´´, el ``trabajo´´). Y el sufijo ``yah´´, como
en muchos otros nombres, indica al ``Eterno´´. O sea que Ovadiá significa ``esclavo o servidor del Eterno´´.
Nos hace recordar ese otro nombre tan frecuente entre nuestros vecinos árabes, ``Abdala´´, que en ese
idioma también denota ``Siervo de Alá´´ (o sea: de D´´s). Y recordemos que en hebreo, la V sólo es el sonido
débil de la letra B.

...

Y cerca del fin del libro, el capítulo único de Obadías también nos presenta dos nombres geográficos muy
interesantes, porque los seguimos usando hasta el día de hoy.
En primer lugar figuran los ``canaaneos hasta Tzorfat´´ (Vers.20), nombre con que hoy denominamos al país
Francia, pero que aquí más bien se refiere a una localidad costera de los antiguos fenicios, entre Tiro y
Sidón (hoy República del Líbano), que como tal también figura en I Reyes Cap.17 Vers.9 y 10.
Y por única vez en toda la Biblia también aparece en ese mismo versículo de Obadías el nombre Sefarad
con que hoy denominamos a España (o a los judíos cuyos antepasados vivieron allí, a quienes llamamos
``sefaradíes´´). El profeta habla de ``los cautivos de Jerusalem que están en Sefarad´´ (Vers.20), como de un
sitio que todos sus oyentes conocen.
¿Habrá aludido, en verdad, al país de la península ibérica?.
Por Heriberto Haber

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Parashá 16/12/2005
HAFTARA - de Parashat Vayéshev
Un llamado de alerta del Profeta
La Haftará de Parashat Vayéshev nos presenta un profeta más del conjunto de los ``Doce´´ o ``Profetas
Menores´´: Amós, un pastor de la ciudad de Tekoa, al sur de Bet Léjem, ``que profetizó sobre Israel en los
días de Uziyáhu rey de Judá y de Jeroboam hijo de Yoash, rey de Israel, dos años antes del terremoto´´
(Amós, Cap.1 Vers.1). Vale decir que Amós fue contemporáneo de Hoshea u Oseas, a quien ya hemos visto
aquí hace dos semanas, o sea que vivió en el siglo VIII a.C.
Y el ``terremoto`` que se menciona en su presentación, también se lo recuerda como un hecho trascendental
en otros escritos de la Biblia: ``Así como huisteis por causa del terremoto en los días de Uziyáhu el rey de
Judá´´ (Zacarías, Cap.14 Vers.5).
Ya sabemos que hasta el día de hoy, sismólogos nos dicen que por su ubicación geográfica, este país en
que vivimos es pasible de sufrir terremotos cada tanto. Y hasta hay quienes ven en toda la cuenca del río
Jordán con el lago Kinéret (o Genazareth, o Mar de Galilea) y el Mar Muerto, una ranura en la corteza
terrestre provocada por terremotos, que después se llenó de agua.

...

Entre los pecados de Israel que Amós menciona en el primer versículo de la Haftará de hoy está el haber
``vendido al justo por plata, y al pobre, por (un par de) zapatos´´ (Cap.2 Vers.6). Vale decir, que la sociedad
tolera que se condene a inocentes, con soborno a los jueces.
Esta mención de ``vender al justo por plata´´ quizás es la que vincula a este capítulo de Amós como Haftará
con Parashat Vayéshev, donde se nos cuenta, entre otras cosas, cómo los hermanos de José lo vendieron a
éste por esclavo a una caravana de comerciantes medianitas que pasaban por el lugar (Bereshit-Génesis
Cap.37 Vers.28).

...

Amós, en cambio, sigue fustigando en su profecía muchas otras lacras de la sociedad en que vive. No sólo
la justicia está corrompida: también la sociedad, donde ``un hombre y su padre van hacia la muchacha´´
(Cap.2 Vers.7). Es decir, padres e hijos no tienen vergüenza en recurrir los dos juntos a los servicios de una
misma ramera.
Los ricos toman en prenda la ropa de los pobres y concurren envueltos en ella a los altares, donde se
emborrachan: ``Beben vino de multas en la casa de sus dioses´´ (Vers.8). Pecado múltiple: primero, porque
de acuerdo con la ley bíblica, la ropa de un pobre tomada en prenda por el pago de una deuda, le debe ser
devuelta ``hasta la puesta del sol´´ (Shemot-Exodo Cap.22 Vers.25). Segundo: porque concurren al culto de
ídolos, otros dioses fuera del D´´s de Israel. Y tercero, porque allí disfrutan del vino que arrancaron
injustamente de mano de los campesinos pobres.

...

Y Amós menciona a los emoritas que otrora habitaban el país, a quienes el Eterno expulsó del mismo para
instalar allí a los hijos de Israel: ``Y Yo (D´´s) os he sacado de la tierra de Egipto (en tiempos de Moisés) y os
he conducido cuarenta años por el desierto, para heredar el país del emorita´´ (Cap.2 Vers.10).
Y para la conducción espiritual y religiosa del pueblo ``he designado profetas de entre vuestros hijos, y
nazarenos entre vuestros jóvenes´´ (Vers.11). Pero ¿qué ha hecho el pueblo para ``neutralizar´´ los efectos
moralizantes de semejantes dirigentes? ``Habéis dado de beber vino a los nazarenos (que deben abstenerse
de él, según la ley de la Torá en Bamidbar-Números Cap.6 Vers.3-4) y a los profetas les ordenasteis: `¡No
profeticéis!´´´ (Vers.12)
Vale decir, que no se ha conformado aquí la sociedad justiciera, con miras a la cual D´´s ha obrado todos
Sus milagros con el pueblo de Israel.
Y por eso: ``Escuchad esta palabra que ha hablado el Eterno vuestro D´´s, ¡oh, hijos de Israel!, acerca de
toda la familia que he sacado de la tierra de Egipto, diciendo: `Sólo a vosotros he escogido de todas las
familias de la Tierra; por eso os castigaré por todos vuestros pecados´´´ (Cap.2 Vers.1-2).
Amós no hace distinciones entre el reino de Judá y el de Israel (instaurado después de la muerte de
Salomón, por el año 930 a.C.). Habla de ``toda la familia´´ que ha salido de Egipto al mando de Moisés, o
sea, incluida la tribu de Judá, que en los días de Amós tenía su reino aparte, alrededor de Jerusalem como
capital del mismo.

...

Y en los últimos versículos de la Haftará de hoy, Amós da algunos ejemplos de cómo no puede haber

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consecuencias sin causa alguna que las provoque: ``¿Pueden dos (personas) ir juntas, si no se dieron cita?´´
(Cap.3 Vers.3). ``¿Acaso ruge el león en el bosque, si no tiene una presa?´´ (Vers.4) ``Y si tocan el `shofar´
en la ciudad, ¿el pueblo no se alarmará?´´ (Vers.6).
Así, también ``mi Señor el Eterno no obrará cosa alguna, si (previamente) no reveló Su secreto a Sus
siervos, los profetas´´ (Vers.7). ``El león ha rugido; ¿quién no tendrá miedo? Mi Señor el Eterno ha hablado;
¿quién no profetizará?´´ (Vers.8).
Los pecados del pueblo provocarán el castigo de D´´s, que El anuncia por medio de Sus profetas; y ¿quién
podrá evitar esas calamidades -descritas en los siguientes capítulos de Amós- que por nuestra propia culpa
se nos van a venir encima?

...

Y en el siguiente versículo -que ya no integra la Haftará de hoy- Amós solicita: ``¡Proclamadlo en los palacios
de Ashdod, y en los palacios de la tierra de Egipto!´´ (Vers.9).
Como habitante de la moderna ciudad de Ashdod, el autor de estas líneas no puede dejar de alegrarse con
esta mención de su ciudad, ya hace casi tres milenios, en las páginas de la Biblia. Aunque en la Ashdod
moderna ya no hay palacios, como los que, por lo visto, hubo en aquella época. .
Pero -eso sí- cerca del mar se levantan muchas viviendas tipo chalet, en las que da gusto vivir.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 23/12/2005
HAFTARA de Parashat Miketz
El juicio del rey Salomón
El sábado próximo será un día muy singular y especial en el calendario judío: sábado de Parashat Miketz,
sexto día de Janucá y Rosh Jódesh, o sea, comienzo de un nuevo mes hebreo, el de Tevet. (Además de
esto, también será fin del año 2005).
Por eso, diversas tradiciones judías establecen para ese día diferentes capítulos de los Neviim (o Profetas)
como Haftará; la de shabat Janucá, o la de shabat Rosh Jódesh (sábado, comienzo de mes).
Nosotros hoy aquí, para no entrar en discrepancias con las costumbres que siguen sinagogas de diferentes
tradiciones, enfocaremos para nuestro comentario la Haftará habitual de Parashat Miketz, la que se lee en
este sábado sin tomar en cuenta eventuales cambios que provoca su ubicación en el almanaque (shabat de
Janucá o shabat y Rosh Jódesh), sólo de acuerdo con la afinidad que la Haftará guarda con el relato de la
Torá.
***

Y esta afinidad, ya la hallamos expresada en el primer versículo de la Haftará: ``Y despertó Shlomó (el rey
Salomón), y he aquí que era un sueño´´ (Melajim Alef, Primer Libro de los Reyes, Cap.3 Vers.15).
Este sueño del rey Salomón es el paralelo que guarda la Haftará con la lectura de la Torá, que nos relata los
sueños del copero y del panadero del rey de Egipto, sueños cuyo significado después les revela José, que
estaba con ellos, prisionero en la misma cárcel.
En el sueño del cual Salomón despierta a comienzos de nuestra Haftará, D´´s le había ofrecido al rey cumplir
cualquier pedido que éste le hiciera.
Y Salomón confiesa desde un comienzo: ``Yo soy un muchacho pequeño´´ (Cap.3 Vers.7) y por eso ruega al
Eterno que le otorgue ``un corazón que escuche (o sea: atento) para juzgar a Tu pueblo, y para entender (o:
distinguir) entre el bien y el mal, porque ¿quién puede juzgar a este pueblo Tuyo tan pesado (``caved´´, en
hebreo: también puede denotar ``numeroso´´ o ``difícil´´)? (íd. Vers.9).
Y D´´s le responde a Salomón: ``Ya que no pediste riquezas ni un largo reinado ni amplios dominios, te daré
todo esto que no has pedido y, además, un corazón sabio e inteligente´´ (Vers.12).
***

Y la primera prueba a que fue sometido el rey por su pueblo tan ``pesado o difícil´´ (¡ya en aquellos días!), es
la que nos cuenta nuestra Haftará de hoy: la del famoso y conocido ``juicio salomónico´´.
Dos mujeres rameras que acababan de tener hijos se presentaron ante el rey, en su función de juez
supremo del pueblo.
Y una de ellas le expuso el caso que las llevaba ante él.
``Te ruego, mi señor. Yo y esta (otra) mujer habitamos en una (misma) casa, y yo parí junto a ella en la casa.
Y al tercer día de que parí, dio a luz también esta mujer. Y nosotras estábamos solas, no había extraños
(otras personas) con nosotras en la casa, sólo estábamos nosotras dos. Y se murió el hijo de esta mujer por
la noche, porque ella se acostó encima de él. Y ella se levantó de noche, y tomó de mí a mi hijo que estaba
junto a mí, mientras que (yo) tu sierva estaba durmiendo, y lo acostó en su regazo; y a su hijo muerto, lo
acostó en mi regazo (Vers.17 hasta 20 inclusive).
Así se planteó la díficil cuestión ante Salomón: ¿a quién pertenecía, entonces, el hijo vivo, y de quién era el
niño que había muerto?
Hace 3.000 años, el rey de Israel todavía no tenía a su disposición el análisis de A.D.N., como los que hoy
resolverían mucho mís facilmente semejante disputa.
En cambio. tenía el ``corazón sabio e inteligente´´ que le había concedido el Eterno, que lo movió a aplicar
un poco más de psicología para resolver la cuestión.
``¡Tomad una espada!´´(Vers.24), ordenó. Y después: ``Cortad el niño en dos, y dad una mitad a esta (mujer)
y una mitad a la otra´´ (Vers.25).
Entonces -prosigue el relato bíblico- en la verdadera madre del niño vivo ``se conmovió su misericordia sobre
su hijo, y ella dijo: `Por favor, mi señor, dadle (a la otra) la criatura viva; ¡pero no la matéis!´´ (Vers.26).
Mientras que la otra, la madre del hijo que murió, reaccionó diciendo: ``Que no sea ni para mí ni para ti;
¡cortad!´´ (Vers.26).
En este momento intervino el rey Salomón ``y dijo: dadle el niño vivo, y no lo matéis; ¡ella es su madre!´´
(Vers.27).
La mujer que prefería entregar al hijo en otras manos, antes que verlo partido en dos por un golpe de la
espada, ésa era la madre del niño.
Mientras que la otra mujer, la que exclamó ``Ni para mí ni para ti´´ era la que había perdido a su criatura de
noche. Y ahora, deprimida y envidiosa, accedía a ver morir ante sus ojos también al otro bebé.

***

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Tal fue el famoso ``juicio salomónico´´ que nos cuenta la Haftará de Parashat Miketz, como aplicación
práctica del ``corazón sabio´´ que Salomón pidió al Eterno en su sueño.
Y por eso hemos preferido ofrecerle al lector hoy aquí este relato, a pesar de que la tradición quizás designe
a otro texto como Haftará, por las circunstancias del calendario que hemos mencionado más arriba.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 30/12/2005
HAFATARA - de Parashat Vayigash - (I Reyes, Cap.3,15 - Cap.4,1)
La diáspora, el retorno y la reunión de los dispersos
La Haftará de Parashat Vayigash está tomada del Libro de Ezequiel (Yejezkel, en hebreo), uno de los tres
profetas ``grandes´´ (porque su libro contiene 48 caps.), junto con Isaías y Jeremías (que fue un
contemporáneo de Ezequiel).
Ezequiel era ``cohén´´, o sea, sacerdote, y por el año 600 a.C., como consecuencia de una derrota militar del
rey Yehoyajín (Joaquín) que gobernaba en Jerusalén, fue llevado con muchos otros como cautivo a
Babilonia (hoy Irak). Y allí, junto con los otros judíos exiliados, él vivía -¡asómbrese el amigo lector o la amiga
lectora!- en un sitio llamado Tel Aviv.
Huelga decir que de este antiguo lugar de Babilonia ha tomado su nombre la moderna ciudad del Estado de
Israel, que pronto celebrará su centenario (fue fundada en 1909).

***
En esta segunda mitad del cap. 37 de sus profecías, Ezequiel habla de dos temas principales. Primero, que
volverán a unirse las dos partes en que se había dividido el pueblo de Israel (una de esas partes, el Reino de
Israel, que se segregó después de la muerte de Salomón -por el año 930 a.C.- ya no existía más en tiempos
de Ezequiel: fue destruido en el año 722 a.C. por Senaquerib, rey asirio, (y sus habitantes, llevados al exilio:
las diez ``tribus perdidas´´) y el otro, el Reino de Judá, quedó bastante debilitado después de la derrota y el
exilio de Yehoyajín.
``Toma un madero - le indica D´´s al profeta- y escribe sobre él: ``Para Judá´´ (Vers.16). Y en otro madero
escribirás ``Para José, el madero de Efraín (que fue hijo de José) y toda la casa de Israel, sus compañeros´´
(Ibíd.). ``Y acercarás el uno al otro, y estarán juntos en tu mano´´ (Vers.17). Y cuando te pregunten los
exiliados judíos que te rodean qué significan esos dos maderos que llevas en la mano, les dirás: ``Así dice
mi Señor el Eterno: `He aquí que Yo tomo a los hijos de Israel de entre los pueblos adonde han ido, y los
recogeré de allí y los traeré a su tierra; y los volveré un solo pueblo en el país, en las montañas de Israel, y
un solo rey será rey para todos ellos´´´ (Vers. 21-22).
Y con esto ya entramos en el segundo tema de la Haftará de hoy: el retorno de los cautivos a su país natal y
el restablecimiento de un reino unido (como en los tiempos de David y de Salomón). A diferencia de lo que
ocurrió después de la muerte de este último (por el año 930 a.C.), cuando el país se partió en dos, y quedó
dividido en el Reino de Judá (con su capital Jerusalén) y el de Israel (o Efraín, su tribu más importante y la
que encabezó la secesión) con su capital Samaria.

***
¿Y cuál será el motivo por el que esta profecía ha sido elegida como Haftará para Parashat Vayigash?
Muy posiblemente, por el hecho de que nuestra parashá nos relata el primer ``exilio´´ que sufrió el pueblo (o
la familia) de Israel: cuando José, como alto funcionario en la corte del Faraón y sabedor de que todavía
sobrevendrían varios años más de sequía en Egipto y en sus alrededores, invita a su padre Jacob y a toda
su familia a ir a reunírsele junto al Nilo, donde él los proveería de alimento durante la época de la escasez.
Este fue el primer exilio de los hijos de Israel -voluntario, acuciados por la sequía y el hambre que reinaban
en Canaán- mientras que los posteriores, con el cautiverio y la destrucción del Reino de Israel (en el año 722
a.C.) y la del Reino de Judá (en el 586 a.C.) se debieron a derrotas militares en guerras contra ejércitos
llegados del norte.

***
El cumplimiento de las profecías de Ezequiel que anunciaban el regreso de los dispersos a su país natal, y la
reunión, bajo un solo gobernante, de las diversas tribus que constituían el pueblo, quedó diferido por muchos
siglos.
Primero todavía habrían de cumplirse las profecías de castigo y de destrucción que anuncia Ezequiel en
otros pasajes de su libro, y que, por esa misma época, anunciaba otro ``cohén´´ o sacerdote en las calles de
Jerusalén: el profeta Jeremías, al cual también tendremos oportunidad de presentar aquí en alguna futura
Haftará.

***
Quienes vieron y tuvieron oportunidad de vivir en carne propia las profecías de ``la reunión de los dispersos´´
y del regreso a este país somos nosotros, los judíos de la presente generación, y los de algunas que nos
precedieron.
Y también somos testigos de que la readaptación de las diversas tribus de Israel una con otra, resulta un
poco más difícil de lo que quiso simbolizar Ezequiel con los dos maderos que empuñó juntos en una de sus
manos.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 06/01/2006
Parashat Vayejí - I Reyes Cap. 2 Vers.1-12
La muerte y el testamento de David
Parashat Vayejí, la última del primer libro de la Torá (Bereshit o Génesis) nos narra, entre otras cosas, la
muerte de Jacob en Egipto: ``Y acabó Jacob de dar instrucciones a sus hijos, y recogió sus piernas hacia la
cama, y murió´´ (Génesis Cap.49 Vers.33). Seguramente por eso, como relato paralelo en la Haftará, nuestra
tradición ha elegido para esta parashá la descripción de los últimos días del rey David y su fallecimiento
(ocurrido aproximadamente por el año 970 a.C.)

***

Sintiéndose próximo a morir, el rey David manda llamar a su hijo Shlomó (Salomón) para darle las últimas
instrucciones acerca de cómo manejar los asuntos del Estado, una vez que él los tome a su cargo. ``He aquí
que yo voy por el camino de todo el mundo (eufemismo por voy a morir); ¡fortalécete y sé un hombre!´´
(Primer Libro de los Reyes, Cap.2 Vers.2), le dice el padre.
Y a continuación, David recomienda a su hijo observar cuidadosamente las leyes de D´´s, ``como está
escrito en la Torá de Moshé (o Moisés), para que tengas éxito en todo lo que hagas y adondequiera te
dirijas´´ (Vers.3). Y de este modo, para hacerse merecedor, también, del cumplimiento de la promesa divina
que augura lo siguiente: ``Para que el Eterno cumpla Su palabra que me ha dicho a mí: Si tus hijos
observarán el camino de ir delante de Mí con todo su corazón y con toda su alma, no se interrumpirá para ti
un hombre (un heredero) sobre el trono de Israel´´ (Vers.4).
Y luego de encomendarle a Salomón este testamento espiritual de seguir por las tradiciones y las leyes
heredadas de Moisés, David también encarga a su hijo el cierre de varias cuentas que él mismo dejó
pendientes en su vida: castigos a algunos personajes, y premio a otros, a los que David había prometido
recompensas.
Entre los primeros -los que merecen castigo- estaba Yoav (o Joab), un alto jefe militar de David que en
ciertos episodios de venganza de sangre había matado a dos comandantes del ejército: ``Y colocó (por
derramó) sangre de guerra en (tiempos de) paz´´ (Vers.5), comenta David.
Y prosigue: ``Obrarás según tu sabiduría -le indica a Salomón- y no dejarás bajar sus canas en paz hacia el
`sheol´ (la tumba, el más allá)´´ (Vers.6). Es decir: no lo dejes morir una muerte tranquila.
Por lo contrario, a otro personaje llamado Barzilay Haguiladí (Barzilay, el de Guilad) y a sus hijos, David los
recomienda a Salomón para que los ampare y los tome bajo su tutela: con ellos ``harás merced, y que estén
entre los que coman en tu mesa´´ (Vers.7), vale decir, que los invites a comer contigo y a gozar de tu
amistad personal.
¿Por qué?
Por un sentimiento de gratitud que David guardaba hacia toda esa familia. En la época en que su hijo
Absalón se rebeló contra él y David huía fugitivo por el país, ese anciano Barzilay le ofreció protección,
albergue y comida al rey destituido, y rechazó amablemente los ofrecimientos de recompensa que entonces
le formulara el monarca.
Por eso ahora, como deuda de gratitud con ese anciano y su familia, David recomienda a su hijo que prosiga
con esa actitud de agradecimiento hacia esa familia.

***
Y finalmente, David todavía le encomienda a Salomón un encargo póstumo más: también una venganza, la
segunda.
Se trata de Shimí ben Guerá, un hombre de la tribu de Benjamín y miembro de la familia del rey Saúl, que
habitaba en un sitio llamado Bajurim. En cierta ocasión, también en la época en que David había huido de
Jerusalem ante la revolución de su hijo Absalón, este Shimí había comenzado a arrojar piedras contra el rey
David y su comitiva (¡ya entonces se solía hacerlo en esa región!). Y Shimí también gritó insultos y
maldiciones contra el monarca: ``¡Andate, ándate, hombre (derramador) de sangre (o sea asesino), hombre
malvado!´´ (Segundo Libro de Samuel, Cap.16 Vers.7).
Pero cuando los oficiales del rey quisieron ir a atrapar a ese primitivo terrorista, David los disuadió de
hacerlo, con el argumento de que también ese episodio del ataque personal contra él, tenía un origen divino:
``El Eterno le dijo (a Shimí): ¡Maldice a David!; ¿Quién puede decir: ¿por qué (Tú, D´´s) hiciste esto?´´ (Ibíd..
Vers.10)

***
Pero en un episodio posterior, el mismo Shimí quiso reparar la falta en que había incurrido contra David, y
salió al encuentro de éste para pedirle perdón y rendirle muchos honores.
Entonces, varios militares que estaban junto al rey intentaron ir a ajustarle las cuentas: ``¿Acaso por eso no
debe morir Shimí -le dijeron al rey-, porque maldijo al ungido del Eterno?´´ (Ibíd.. Cap.19 Vers.22).
Pero David los retuvo otra vez, y para tranquilizar al rebelde alarmado, ``Dijo el rey a Shimí: ¡No morirás! Y le

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juró el rey (que no le quitaría la vida)´´ (Ibíd.. Vers.24).

***
Como vemos, el rey David encarga a Salomón (quien ya no está ligado por juramento alguno con Shimí) que
le dé a éste su merecido castigo (que en su momento solamente había quedado postergado, pero no
perdonado).
``No lo dejes impune, porque tú eres un hombre sabio, y ya sabrás qué hacerle. Y baja a sus canas con
sangre al sheol (a la tumba)´´ (Primer Libro de los Reyes, Cap.2 Vers.9), es lo último que David le encarga a
Salomón, antes de cerrar los ojos para siempre.
Con esto, y con el relato de la muerte y el sepelio de David, concluye nuestra Haftará de hoy.

***
¿Y qué pasó con Shimí más adelante?
Salomón, ya rey, lo llamó a Jerusalem para ordenarle: ``¡Constrúyete una casa en Jerusalem, y habitarás en
ella, y no saldrás de ella a ninguna parte´´ (Ibíd.. Vers.36). O sea: tendrás arresto a domicilio, en una
``cárcel`` que podrás construir tú mismo a tu gusto. Y el rey además lo previno: ``Y sucederá, el día en que
salieres (de esa casa tuya) y pases el río Kidrón, sabe que has de morir; tu sangre estará en tu cabeza (será
responsabilidad tuya, no mía, si será derramada)´´ (Ibíd.. Vers.37).
Así, Shimí vivió tres años encerrado en su casa, hasta que un día ``Se escaparon dos esclavos de Shimí (y
huyeron) hacia Ajish, hijo de Maajá, rey de Gat. Y le contaron a Shimí diciendo: `He aquí, tus esclavos están
en Gat´´´ (Ibíd.. Vers.37).
Como reacción inmediata, ``se levantó Shimí, ensilló su burro y fue a Gat, hacia Ajish, para buscar a sus
esclavos´´ (Ibíd.. Vers.40).
Pero esa violación al arresto a domicilio, le dio a Salomón el pretexto que necesitaba para poder condenarlo
a Shimí a morir, ejecutado por la espada de uno de sus guerreros.

***
Y también para el cumplimiento del otro encargo fatal de su padre, contra Joab, Salomón halló una ocasión
favorable cuando este militar se unió a Adoniyáhu, otro hijo de David, en un intento de rebelión palaciega
contra Salomón, que ya ocupaba el trono de Israel.
Descubierto el complot, Joab buscó protección junto a un altar del santuario, un tradicional sitio de refugio en
aquellos días.
Salomón envió a uno de sus militares a apartarlo de allí; pero como Joab se negó a abandonar el sitio de
refugio, fue muerto allí mismo, por orden expresa del rey (Ibíd.. Vers.31-34).
Y así Salomón terminó de cumplir con el otro deseo póstumo que David le había encargado antes de morir.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 13/01/2006
HAFTARA de Parashat Shemot - Jeremías Cap.1 Vers.1 - Cap.2 Vers.3
Profeta a la fuerza
Como Haftará de Parashat Shemot - la parashá inicial del segundo libro de la Torá, que también se titula así:
Shemot (``Nombres´´, o bien Exodo)- la tradición ashkenazí ha fijado un fragmento tomado de los caps. 27 y
28 del profeta Isaías (o Yeshayáhu, en hebreo).
La tradición sefardí, en cambio, prefiere leer después de la lectura de la Torá el capítulo inicial del profeta
Jeremías, más tres versículos del capítulo que le sigue.
Para tener oportunidad de presentar aquí al profeta Jeremías (Yirmiyáhu, en hebreo) escogemos comentar
hoy la Haftará según el uso sefardí. Vale decir, que dedicaremos esta nota al profeta Jeremías.

***

Yirmiyáhu ben (hijo de) Jilkiyáhu pertenecía a la familia de los sacerdotes (``cohanim´´) y vivió en Anatot, una
localidad ubicada al norte de Jerusalem, en la primera mitad del siglo VI a.C.
Le tocó la triste misión de tener que anunciar a su pueblo una y otra vez la destrucción del Templo de
Jerusalem (ése que construyó siglos antes el rey Salomón) como castigo de D´´s por los pecados del pueblo.
Y después, le tocó vivir y presenciar esa destrucción en el año 586 a.C.
Jeremías también intervino activamente en la política de los reyes de aquellos días, predicando que no había
que fiarse de la ayuda de Egipto, que azuzaba a los reyes de Judá a salir a la guerra contra el imperio del
norte (Asiria, después Babilonia, en lo que hoy es Irak).
Quiso la amarga suerte del profeta que después de la derrota militar y el incendio del Templo de Jerusalem,
un grupo de fugitivos de la ciudad lo llevó consigo para refugiarse precisamente en Egipto, país contra el que
él había predicado tanto en sus profecías.
Y aunque no hay datos concretos acerca del final de su vida, se cree que allí Jeremías también murió.

***

Jeremías tenía un alumno, Baruj ben Neriá, que también actuó como secretario del profeta, y puso por
escrito los diversos discursos que su maestro fue pronunciando.
La furia del pueblo y de los gobernantes contra Jeremías -que predicaba someterse al yugo del imperio del
norte y no rebelarse contra él, azuzados por Egipto- alcanzó no sólo al profeta que fue golpeado, torturado y
encarcelado más de una vez , sino también a su alumno y secretario Baruj.

***

Pero ya en el capítulo inicial de sus profecías, o sea en nuestra Haftará de hoy, D´´s le anuncia a Jeremías
que ese habría de ser su destino, inexorable e inevitable: ``Antes de que te creé en el vientre (de tu madre)
ya te he conocido, y antes de que salieras de la matriz, te he consagrado, ¡te he designado profeta para los
pueblos!´´ (Cap.1 Vers.5).
E igual que Moisés en la parashá de esta semana (``Y dijo Moisés a D´´s: `¿Quién soy yo para que vaya
hacia el Faraón y saque a los hijos de Israel de Egipto?´´´ (Exodo Cap.3 Vers.11), también Jeremías intenta
rehuir la misión profética que le quiere encomendar la divinidad: ``He aquí que no sé hablar, porque soy un
muchacho (es decir: muy joven, todavía)´´ (Jeremías Cap.1 Vers.6).
Pero así como a Moisés, también a Jeremías D´´s le impone la misión que le encomienda: ``¡No digas soy un
muchacho, porque hacia todo lo que Yo te envíe, tú irás, y todo lo que Yo te ordenaré, eso dirás!´´ (Ibíd..
Vers.7)
Y D´´s todavía lo anima con palabras de aliento para el camino que está por emprender: ``¡No tengas miedo
ante ellos, porque Yo estaré contigo para salvarte!, así dice el Eterno´´ (Ibíd.. Vers.8).

***

Y poco más adelante -pero todavía dentro del texto de nuestra Haftará de hoy- ya comienza una profecía
típica de Jeremías.
``¿Qué es lo que ves?´´, le pregunta el Eterno, y Jeremías responde: ``Veo una olla que está hirviendo, y su
frente viene del norte´´ (Ibíd.. Vers.13).
``Entonces, me dijo el Eterno: `Desde el norte se desencadenará el mal sobre todos los habitantes del país´´´
(Ibíd.. Vers.14).
Y Jeremías sólo indica la dirección cardinal, ``desde el norte´´, sin especificar nombres de reyes o de países,
porque en esa época todavía asirios y babilonios estaban luchando entre sí por la supremacía en el país de
los ríos Eufrates y Tigris, la Mesopotamia (o el Irak de hoy).

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***

En los tiempos antiguos, ésta fue muchas veces la triste suerte del país que hoy habitamos: como eslabón
de enlace geográfico entre los pueblos ``del norte´´ y los ``del sur´´ (y el principal entre estos últimos: Egipto),
todo el comercio -en tiempos de paz- y las luchas armadas - durante la guerra- pasaban por aquí: por
Canaán, Judá, Palestina o como se llamaba el país a través de los siglos. Y de ahí la enorme importancia
estratégica para unos y otros, de poseer o poder controlar esta vía de comunicación entre Asia y Africa.
Sucedía en los tiempos en que todavía no estaba el Canal de Suez que facilitara estos vínculos por vía
marítima.
Ni tampoco aviones que permitieran hacerlo surcando por el aire.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 20/01/2006
HAFTARA - Ezequiel, Cap.28 Vers.25 - Cap.29 Vers.21
Judea: estratégica llave de paso
Para la Haftará de Parashat Vaerá, nuestra tradición ha elegido el párrafo del profeta Ezequiel indicado más
arriba. Y a él precisamente dedicaremos nuestro comentario de hoy.
A pesar de que pasado mañana, sábado 28 de enero, por caer ese día en vísperas de un nuevo mes en el
calendario hebreo -el de Shevat- se leerá en nuestras sinagogas otra Haftará diferente: un episodio histórico
tomado del Primer Libro de Samuel (Cap.20 Vers.18 en adelante) donde Jonatán dice a David, en las
primeras palabras de la Haftará, ``Majar jódesh´´, ``Mañana es comienzo de mes´´. Por eso se lo lee en
nuestras sinagogas cada vez que el sábado por la noche comienza un nuevo mes (y eso sucederá pasado
mañana, sábado 28 de enero). De este modo, la Haftará de ``Majar jódesh´´ desplaza a la que
correspondería a ese sábado, cada vez que ocurre una coincidencia tal en nuestro calendario.
Pero nosotros, como dijimos, dedicaremos nuestra nota de hoy a la Haftará habitual de Parashat Vaerá, la
que han fijado nuestros sabios por su afinidad o paralelismo con la lectura de la Torá. Y es la que hallamos
en el Libro de Ezequiel.

***

A este profeta ya lo hemos presentado aquí hace pocas semanas (en la Haftará de Parashat Vayigash; ver
Aurora del 5.1.06) y quizás recordará el amigo lector o lectora que este personaje vivía en Babilonia, en un
sitio llamado Tel Aviv, del cual tomó su nombre la moderna ciudad que conocemos hoy en el Estado de
Israel.
Y en las primeras palabras de la Haftará, tomadas del final del cap. 28, la profecía de Ezequiel (que vivió por
el año 600 a.C.) parecería describir directamente lo que vemos ante nuestros ojos hoy, más de dos milenios
y medio más tarde: ``Así dijo mi Señor el Eterno: `Cuando Yo reúna a la casa de Israel desde los pueblos
entre los cuales se han dispersado, seré santificado entre ellos ante los ojos de los pueblos, y habitarán
sobre su tierra, la que he dado a Jacob, Mi siervo. Y habitarán sobre ella seguros, cuando Yo haga justicia a
todos quienes los desprecian en su derredor; y sabrán que Yo soy el Eterno su D´´s´´´ (Cap.28 Vers.25-26).

***

Pero después de estos dos versículos de introducción, prosigue el Cap.29 con una enérgica diatriba contra
el Faraón, el rey de Egipto, y su país. Y seguramente éste es el motivo por el cual el presente fragmento de
Ezequiel ha sido elegido como Haftará de Parashat Vaerá, que contiene el relato de las discusiones de
Moisés y Aarón con el Faraón egipcio, para que deje salir a los hijos de Israel de su país; y describe parte de
las plagas que lo azotaron por su negativa de dejarlos ir.
Y así se inicia el nuevo capítulo de Ezequiel, el 29: ``En el décimo año, en el décimo (mes), el día 12 del
mes, fue hacia mí la palabra del Eterno diciendo´´ (Vers.1).
En esta fecha tan precisa y exacta que se nos da, falta un dato: ``En el décimo año´´, ¿después de qué?
Y la respuesta que nos dan los comentaristas tradicionales de la Biblia, es la siguiente: el décimo año
después de que Ezequiel y los otros habitantes de Judea llegaron a Babilonia como cautivos del rey
Nabucodonosor, que los había vencido, que en Jerusalem destituyó a Yehoyajín (Joaquín) y en vez de éste
instaló sobre el trono a otro miembro de la familia real judía, Mataniá, que al reinar asumió el nombre de
Tzidkiyáhu (o Zedequías), en quien los babilonios tenían más confianza como propulsor de los intereses de
ellos.
Sería, entonces, ``el décimo año´´ del rey Zedequías en Judea, vale decir, 587 a.C, o sea, un año antes de la
nueva guerra de Nabucodonosor contra Judea, que culminó en el año 586 a.C. con la quema y destrucción
del Templo de Jerusalem.

***

Y como ya lo dijimos alguna vez en notas anteriores, este país de Canaán, Eretz Israel, Tierra Santa. o
actualmente Estado de Israel y Territorio Palestino, siempre tenía una importancia estratégica muy grande
como llave de paso que unía a dos grandes continentes: Asia y Africa; y por su salida marítima hacia el
oeste, también Europa.
Por eso las grandes potencias de la Antigüedad bíblica -Egipto por una parte, y los pueblos de la
Mesopotamia (hoy Irak) por la otra- siempre disputaban entre ellas la posesión de estas tierras, o por lo
menos, su influencia sobre ellas mediante reyes locales que les pagaran impuestos y les facilitaran el paso a
sus tropas.
En esa puja de gigantes entre egipcios, por un lado, y asirios o babilonios por el otro, sucumbió el reino de
Israel en el año 722 a.C., el de Judea en 586 a.C., y nos hallamos también nosotros hoy, los judíos del

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Estado de Israel.
Ya no, como en tiempos antiguos, como llave de paso terrestre por la cual tienen que atravesar
forzosamente las caravanas de camellos o de burros que llevan a sus cuestas las mercaderías de un
continente a otro. Para eso está hoy el canal de Suez, que permite el intercambio de cargas marítimas, o la
vía aérea.
Pero con todo, como punto estratégico que permite el control militar remoto sobre ese canal, o sobre las
fuentes del petróleo que necesita el mundo de Occidente, también hoy los grandes países de este mundo se
disputan su influencia sobre Israel y sus vecinos para asegurarse la provisión del ``oro negro´´ que les
permita seguir su vida acostumbrada.
Y ya no digamos nada de lo que podrá ocurrir algún día más adelante, con el surgimiento de nuevas
potencias como China (¿e India?) en el mundo en que vivimos.
También esos países están en Oriente. Y su ruta más breve hacia Europa, también ella podría pasar por
aquí, por Israel.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 27/01/2006
HAFTARA - de Parashat Bo - Jeremías Cap.46 Vers.13-28
En la tormenta política
Hace dos semanas ya hemos presentado aquí al profeta Jeremías, quien también es el autor de nuestra
Haftará de este sábado. Y hemos señalado entonces cómo intervino con sus discursos en la política de Judá
en la época que precedió a la destrucción del Primer Templo (ver Aurora del 19.1.06, ``Profeta a la fuerza´´).
Dijimos entonces que Judá era la ruta de paso para el comercio de los países de Asia con los de Africa, y
también los de Europa. Y por eso las grandes potencias de esos continentes -Egipto en Africa, Asiria y
después Babilonia en Asia- se disputaban la influencia y el control del pequeño reino de Judá, que constituía
esa ruta de paso.

...

La Haftará de este sábado ya menciona a estos dos reinos adversarios en sus versículos iniciales: ``La
palabra que habló el Eterno al profeta Jeremías, al venir Nabucodonosor, rey de Babilonia, para atacar la
tierra de Egipto´´ (Vers.13).
Y el contenido de toda la profecía que sigue, hasta el final del capítulo y la conclusión de la Haftará, está
destinado a describir la derrota que habrá de sufrir Egipto a manos del monarca babilonio: ``¡Prepárense
utensilios para (llevar al) destierro, habitantes de Egipto, pues (la gran ciudad egipcia de) Menfis se volverá
en desierto, y quedará deshabitada´´ (Vers.19).
Y más adelante el profeta vaticina: ``Será humillada la hija de Egipto, y será entregada en manos de un
pueblo del norte (es decir: Babilonia)´´ (Vers.24).
Esta profecía de desgracias que habrán de caer sobre el Faraón egipcio, seguramente es el paralelismo que
vincula a Parashat Bo -el fragmento de la Torá que nos cuenta las últimas plagas que Moisés hizo sobrevenir
sobre el país del Nilo, antes de obtener la liberación de los hijos de Israel del yugo egipcio- con el contenido
de esta Haftará, que también describe la futura derrota de Egipto a manos de un rey babilonio. Y por esto ha
sido elegida como Haftará de esa Parashá.

...

El lector moderno de esta Haftará podrá preguntarse con razón: ¿qué motivo tenía el sacerdote Jeremías
para ir por las calles de Jerusalén por el año 600 a.C. y pregonar una futura victoria de los babilonios sobre
los egipcios?
Jeremías tenía una meta política, indudablemente: procuraba evitar que Zedequías, el rey de Judá, se dejara
tentar por los egipcios, que le prometían toda clase de ayuda para que se rebelara contra el rey
Nabucodonosor y saliera con su ejército a cerrarle el paso.
Y además, también perseguía una meta religiosa: por encima de los hombres, es D´´s quien maneja la
historia de los pueblos, y es El quien ha enviado a Nabucodonosor a cumplir con Sus designios, a los que el
hombre que cree en D´´s no debe oponerse.

...

Muy por el contrario, Jeremías anuncia en su Haftará un breve texto muy conocido hasta el día de hoy, como
letra de diversas canciones que se han tejido sobre él: ``Al tirá avdí Yaacov´´, ``¡No temas, Jacob Mi siervo!´´
(Vers.27). Con estas palabras el profeta procura tranquilizar a sus contemporáneos, arrastrados por esa
tormenta militar que veían invadir a su país, y que arrasaba con los campos, los viñedos y los rebaños. Ya
poco más de un siglo antes -en el 722 a.C. - había sucumbido el Reino de Israel en esa puja entre las
potencias del norte y las del sur, y sus habitantes, las diez ``tribus perdidas´´, habían sido llevados al
cautiverio por el rey de Asiria, la potencia que precedió a Babilonia en su dominio sobre la Mesopotamia (hoy
Irak).
Y a ellos seguramente se refiere Jeremías cuando dice, en la continuación del versículo que hemos citado:
``He aquí que Yo (D´´s) te socorreré de lejos, y a tus cautivos, del país de su prisión; y retornará Jacob, y
vivirá tranquilo, sin que nadie lo asuste´´ (Vers.27).

...

Y en el último versículo del Cap.46, que también lo es de nuestra Haftará de este sábado, Jeremías vuelve a
inspirar esperanzas en su pueblo, tan alarmado por las guerras internacionales que ve azotar al país de
Judá: ``Y tú, no temas, Jacob, Mi siervo, dice el Eterno, porque Yo estoy contigo. Porque haré destrucción en
todos los pueblos hacia los cuales te he dispersado, pero a ti, no te destruiré. Te castigaré con justicia, pero
absolver, ¡no he de absolverte!´´ (Vers.28).
Y estas últimas palabras del versículo señalan que la justicia divina, por más que esté ocupada en castigar a

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las grandes potencias por sus pecados, no dejará, por eso, de juzgar también a Judá si incurre en alguna
falta. De modo que el gran desbarajuste internacional no podrá servir a los reyes de Judá como pantalla o
excusa para disimular u ocultar sus propios pequeños ``pecadillos´´.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 03/02/2006
HAFTARA - de Parashat Beshalaj - Jueces (Shoftim) Cap.4 Vers.4 - Cap.5 Vers.31
El himno triunfal de la profetisa Débora
Ya a primera vista se destaca en un Séfer Torá (rollo de la Torá) un capítulo especial de Parashat Beshalaj:
el cántico triunfal que entonan Moisés y los hijos de Israel después del cruce del Iam Suf (Mar de los Juncos
o Mar Rojo) que siguió al éxodo de Egipto.
Porque mientras que el resto del texto bíblico está escrito en el Séfer Torá en columnas de letras
manuscritas de prosa bastante apretadas que suelen tener unos diez o 15 centímetros de ancho cada una,
el mencionado himno (``Shirat Hayam´´ en hebreo: ``El cántico del mar´´) se escribe en la Torá dejando
abundantes espacios libres en los diversos renglones que integran la columna. De modo que ésta, a primera
vista, ya se destaca como una columna de texto con abundantes agujeros, como si fuese una red.
Y para dar uniformidad al conjunto, por la derecha y por la izquierda, los ``sofrim´´ o escribas (que escriben
al Rollo de la Torá a mano) a veces apelan al recurso de prolongar el ancho de algunas letras que se prestan
para hacerlo, de modo que todos los renglones comiencen y acaben siguiendo una misma línea vertical ideal
trazada desde arriba hasta abajo. Algo que hoy se obtiene en una computadora, apretando simplemente una
o las dos teclas que correspondan.
...
Y como Haftará para este ``Cántico del mar´´ que en la Torá comienza con las palabras: ``Entonces cantó
Moisés y los hijos de Israel este cántico al Eterno´´ (Shemot-Exodo Cap.15 Vers.1), nuestra tradición ha
establecido otro cántico de triunfo, que no muchos años después de Moisés entonó una mujer, la profetisa
Débora, para celebrar una victoria de las tribus de Israel contra un poderoso ejército de los canaaneos.
También en el himno de Moisés ya había habido una intervención femenina: a medida que Moisés
desarrollaba su canto, ``Miriam la profetisa, la hermana de Aarón, tomó en la mano un tamboril, y todas las
mujeres salieron en pos de ella con tamboriles y bailes; y les respondió Miriam (como estribillo, a lo que
cantaban los hombres): ``Cantad al Eterno pues se ha enaltecido; al caballo y al jinete (de los egipcios) ha
hundido en el mar´´ (Ibíd..Vers.20-21). De este modo Miriam y las mujeres de Israel usaron como estribillo el
primer versículo del himno de Moisés, que éste enunció en Shemot-Exodo Cap.15 Vers.1.
...
El cántico triunfal de la profetisa Débora, en cambio, lo hallamos en Shoftim, el Libro de los Jueces, en todo
el Cap.5, desde su Vers.1 hasta el 31. Pero la Haftará comienza un poco antes: en el Cap.4 Vers.4, donde
-todavía en prosa- se nos cuenta quién era esa mujer Débora (en hebreo ``Devorá´´, que significa ``abeja´´):
la esposa de un señor llamado Lapidot, ``y ella juzgaba a Israel por aquel tiempo, sentada debajo de ``la
palmera de Débora´´, entre Ramá y Bet El, en los montes de Efraín; y todo Israel subía hacia ella para (que
ella administrara) justicia´´ (Jueces, Cap.4 Vers.4-5).
Por otra parte, esa porción en prosa nos cuenta cómo Débora mandó llamar a un hombre de la tribu norteña
de Naftalí llamado Barak ben (hijo de) Avinóam, y le encargó que reuniera un ejército de voluntarios para
salir a la guerra contra un rey canaaneo -Yavín, de la ciudad de Jatzor (al noroeste del lago Kineret) que
durante muchos años había estado oprimiendo a las tribus de Israel que vivían por esa zona. Al mando del
ejército de Yavín estaba un general llamado Sisrá, quien además de sus tropas regulares, también contaba
con una división ``blindada´´ de 900 carros de guerra hechos de hierro.
Débora dio instrucciones a Barak para que reuniera a sus hombres en el monte Tabor (al suroeste del
mencionado lago) y que seleccionara para su ejército a 10.000 hombres de las tribus de Naftalí y Zebulún,
que habitaban por esa zona.
Barak acató la orden -que le impuso Débora por orden divina: ``Así ha mandado el Eterno, D´´s de Israel´´- le
dijo ella (Cap.4 Vers.6), pero pidió a la profetisa que lo acompañara en su misión: ``Si tú (Débora) irás
conmigo, yo (Barak) iré; pero si no irás conmigo, yo no iré´´ (Ibíd.. Vers.8)
La profetisa accedió. Pero ya que necesitas la ayuda de una mujer para tu misión, le anuncia, ``no estará tu
gloria en este camino que irás, sino que el Eterno entregará a Sisrá en manos de una mujer´´ (Vers.9) y será
ella - ¡y no tú! - quien se llevará finalmente los laureles del triunfo.
Al escuchar Sisrá, en su ciudad del norte, que las tribus de Israel estaban reuniendo un ejército, movilizó el
suyo, con su división ``blindada´´ de carros de guerra, y salió a la lucha para sofocar este intento de rebelión
en su germen.
Las fuerzas de Israel maniobraron de modo que el general canaaneo concentró sus tropas junto al río Kishón
(que por esa época -hace tres milenios- parece que estaba mucho más nutrido de agua que en la actualidad.
Es el que desemboca en el Mar Mediterráneo al norte de Haifa, y que proporcionó su apellido hebreo al
famoso humorista Efraim Kishón, y una vez allí, los hombres de Barak los atacaron viniéndoseles encima
desde la ladera del monte. Y los carros de hierro del ejército canaaneo -igual como los egipcios, en tiempos
de Moisés- quedaron sin poder moverse, atascados en el barro.
...
La lucha acabó con una gran derrota para el ejército de Sisrá. Y este último alcanzó a escapar a pie del
campo de batalla; y huyendo cuesta arriba por la ladera, llegó hasta la carpa de una familia de la tribu de los
keinitas, descendientes de quien había sido el suegro de Moisés. El dueño de esa carpa se llamaba Jéver, y

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su esposa, Yael.
Al verlo llegar a Sisrá, fugitivo de la batalla, Yael lo invitó a refugiarse en la tienda. El se acostó allá para
descansar, ella lo cubrió con una manta, y cuando Sisrá le pidió: ``¡Dame, te ruego, un poco de agua!´´
(Vers.19. Ella abrió el recipiente donde guardaba la leche, y le dio a beber de ésta.
Pero después, cuando Sisrá quedó dormido, Yael tomó una de las estacas que mantenían a la carpa atada
al suelo, y con la ayuda de un martillo, la clavó en la sien de Sisrá, dejándolo muerto.
Y cuando llegó a la carpa Barak, el guerrero de Israel que venía persiguiéndolo a Sisrá, Yael salió a su
encuentro y le anunció: ``Anda, y te mostraré al hombre que tú buscas. Y (Barak) llegó hasta ella, y he aquí
que Sisrá estaba caído, muerto, y la estaca (clavada) en su sien´´ (Cap.4 Vers.22).
...
Solamente después de este episodio que coronó la victoria, por así decirlo, leemos en el Libro de los Jueces
(``Shoftim´´), en todo el Cap.5, el himno del triunfo que entonó la profetisa.
``¡Despierta, despierta, Débora; despierta, despierta, entona un cántico!´´ - se da aliento ella misma-;
``¡Levántate, Barak, y toma tus prisioneros, oh hijo de Avinóam!´´ (Vers.12).
Después ella menciona elogiosamente a las diversas tribus de Israel cuyos hombres se habían ofrecido
como voluntarios para las fuerzas armadas de Barak: Efraín, Benjamín e Isajar. Y también lanza flechas
irónicas contra aquéllos que han rehuido presentarse; Majir (una familia de la tribu de Menasés) y Zebulún,
que son especialistas en leyes y en escrituras ¡pero no en artes bélicas!
Y Débora no olvida mencionar a la otra mujer, aquélla que con la muerte del jefe de las tropas enemigas, dio
su sello final a la victoria de Israel: ``¡Bendita entre las mujeres (sea) Yael, la esposa de Jéver de los
keinitas; bendita sea entre las mujeres del campamento! Agua pidió (Sisrá), pero leche le dio ella´´
(Vers.24-25).
Y luego Débora también menciona a otra mujer más, fruto de su fantasía poética: la madre de Sisrá, en la
ciudad canaanea de Jatzor, allá en el lejano norte, que espera en vano el regreso triunfal de su hijo.
Por la ventana se asomó y sollozó la madre de Sisrá por la apertura: ``¿Por qué se demora en venir su
carro? ¿Por qué se retrasa el paso de sus carruajes?´´ (Vers.28).
...
Y la profetisa Débora concluye así su himno: ``¡Que así se pierdan todos Tus enemigos, oh Eterno; pero los
que Te aman, (que sean) como el sol, cuando sale en todo su esplendor!´´ (Vers.31).
Y a este epílogo se añaden todavía unas pocas palabras en prosa: ``Y se calló la tierra durante cuarenta
años´´. Quiere decir: después de la victoria de Barak sobre Sisrá siguió un largo período (simbolizado por la
cantidad de cuarenta años) en que hubo paz en esa región del país.
Y con estas palabras concluye nuestra Haftará.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 10/02/2006
HAFTARA - de Parashat Yitró Isaías, Cap.6 (entero)
Teofanías
El tema central de Parashat Yitró consiste en la aparición de D´´s en el monte Sinaí, lo que se llama una
``teofanía´´, y en el texto de los ``Aséret Hadibrot´´ (los Diez Mandamientos o Decálogo) que recibió Moisés
en esa oportunidad, grabados en tablas de piedra, las Tablas de la Ley.
Como Haftará para esta Parashá, nuestra tradición ha elegido un fragmento del Libro de Yeshayáhu o Isaías,
donde el profeta también describe una visión que tuvo del Eterno, el D´´s de Israel, y de los ámbitos
celestiales que lo rodean.
Según el uso sefardí, la Haftará abarca todo el Cap.6 del libro de ese profeta. Otras co-munidades le añaden
además parte del Cap. 7, y unos versículos finales tomados del Cap. 9.
Nosotros hoy aquí comentaremos solamente el Cap.6, vale decir, la Haftará de Parashat Yitró al uso sefardí.
...
El texto comienza por darnos una ubicación cronológica bastante exacta acerca de cuándo Isaías tuvo su
visión: ``En el año en que murió el rey Uziyáhu (Uzías)´´ (Vers.1), quien según nuestros libros de Historia
modernos reinó en Jerusalem desde el año 785 hasta el 733 a.C.
Pero hay quienes no identifican el último año del reinado de Uzías con el de su muerte; parece que este rey,
afectado por una seria enfermedad, tuvo que dejar el mando y retirarse a lo que hoy llamaríamos una
``cuarentena´´, dejando el trono vacante a disposición de su hijo Yotam (o Jotam), según se lee en el
Segundo Libro de los Reyes (``Melajim Bet´´, en hebreo) en el Cap.15 Vers.5: ``E hirió el Eterno al rey y
quedó leproso hasta el día de su muerte; y vivió en la casa de Jofshit (¿un leprosario?), y Jotam el hijo del
rey (quedó a cargo) del palacio, y juzgaba al pueblo del país´´.
De todos modos, año más o año menos, parece que Isaías tuvo esta visión en la segunda mitad del siglo VIII
a.C.
...
¿Y qué es lo que vio el profeta en esa oportunidad? ``He visto al Eterno sentado sobre un trono alto y
elevado; y los bordes (de su manto) llenaban el palacio´´ (Isaías Cap.6 Vers.1).
Encima de El se agitaban unos ángeles llameantes (``saraf´´, en hebreo, de la raíz S-R-F, ``quemar´´) que
tenían cada uno seis alas, vale decir, tres pares: ``Con dos (alas) se tapaba la cara, con dos (se tapaba) los
pies, y con dos volaba`` (Vers.2). El plural de este ángel ``saraf`` en hebreo se dice ``serafim´´, y de esta
forma del plural hebreo nació en español el término ``serafín´´ con el cual llamamos a estos ángeles (¡a uno
solo, en singular!). Su plural en español es ``serafínes´´ y esto nos hace recordar que alguna vez ya hemos
escuchado en boca de hispano parlantes en Israel llamar el plural de nuestra actual unidad de dinero, el
``shékel´´, según este modelo, como ``shekalim-shekalines´´.
...
¿Y qué hacían estos serafines en torno del trono divino? ``Llamaban uno al otro y decían: ¡Santo, santo,
santo es el Eterno de los Ejércitos; la Tierra está llena de Su gloria!´´ (Vers.3)
Esta palabra ``santo´´ - en hebreo, ``kadosh´´ - señala algo alejado de lo diario, profano y cotidiano. Y sus
letras raíces K-D-SH las hallamos en muchos términos vinculados con la liturgia sinagogal: ``Kadish´´
(plegaria recordatoria por las personas fallecidas); ``Kedushá´´ (un fragmento importante en la repetición de
la ``Amidá´´ o plegaria de ``Las dieciocho´´ -`Shemoné Esré´- bendiciones´´), y ``Kidush´´, la bendición sobre
el pan y/o el vino antes de la comida, los días sábado y en otras festividades.
Y sin entrar en territorios que nos son desconocidos, también sabemos del mundo de la música que la
plegaria del ``Sanctus´´, derivada de este ``kadosh´´, repetido tres veces en nuestro versículo de Isaías,
también constituye un elemento importante en la liturgia del Cristianismo.
...
Isaías quedó muy impresionado por el cuadro que veían sus ojos, y espantado, dijo en voz alta (o para sus
adentros): ``¡Ay de mí, estoy perdido! ¡Porque soy un hombre de labios impuros, y vivo en medio de un
pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al Rey, el Eterno de los Ejércitos!´´ (Vers.5).
Pero entonces un serafín fue volando hasta el altar, tomó con una pinza o tenaza una brasa de las que allí
ardían, se acercó al profeta, le tocó con ella la boca y le dijo: ``He aquí que esto tocó tus labios, y se apartará
tu pecado, y tu culpa será perdonada´´ (Vers.7).
Después de esto, el profeta escuchó ``la voz de mi Señor que decía: ¿A quién mandaré, y quién irá por
nosotros?. Y yo (Isaías) dije: Aquí estoy; ¡envíame!´´ (Vers.8).
O sea que Isaías se ofrece como voluntario para ir a predicar en nombre de D´´s al pueblo de Judá y a su
capital Jerusalem.
A diferencia de Moisés, en su momento, quien intentó rehusar la misión que D´´s estaba por encomendarle:
``¿Quién soy yo (Moisés) para que vaya hacia el Faraón y para que saque a los hijos de Israel de Egipto?´´
(Shemot-Exodo Cap.3 Vers.11).
Y recordemos que también Moisés señaló cierta deficiencia vocal suya, como excusa para no aceptar la
misión divina: ``No soy hombre de palabras, porque soy torpe de boca y torpe de lengua´´ (Shemot-Exodo
Cap.4 Vers.10).

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En el caso de Moisés, D´´s solucionó su ``torpeza´´ para hablar, designando a Aarón, el hermano mayor de
Moisés, como vocero de éste en sus diálogos con el pueblo de Israel y en sus tratativas con el monarca
egipcio.
Y en el caso de Isaías, como vimos más arriba, sus ``labios impuros´´ quedaron habilitados para predicar la
palabra de D´´s después de que fueron tocados y purificados por una brasa al rojo tomada del altar.
...
Así, entonces, en nuestra Haftará de esta semana quedó consagrado y comenzó a predicar Yeshayáhu ben
Amotz, Isaías hijo de Amotz, uno de los grandes profetas del pueblo judío. En el sexto capítulo de su libro, y
no en el primero, como ocurre muchas veces con otros de sus colegas.
El primer capítulo de Isaías, con todo su ímpetu demoledor, nuestra tradición lo tiene reservado como
Haftará de Parashat Devarim, la primera del quinto libro de la Torá (Devarim o Deuteronomio), que en
nuestro calendario siempre suele preceder inmediatamente a la nefasta fecha de ``Tishá Beav´´ o 9 de Av, el
día de ayuno y aniversario de la destrucción del Templo de Jerusalem.
Ya lo veremos aquí en su oportunidad, dentro de medio año, aproximadamente.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 24/02/2006
HAFTARA - de Parashat Terumá - I Reyes Cap.5 Vers.26 Cap.6 Vers.13
Construyendo el templo de Salomón
Como Haftará de Parashat Terumá con su descripción de la construcción del Tabernáculo, el santuario de-
sarmable que los hijos de Israel llevaban consigo en sus viajes por el desierto en tiempos de Moisés, nuestra
tradición ha establecido un fragmento del Primer Libro de los Reyes (Melajim Alef o I Reyes) donde se nos
cuenta cómo el rey Salomón obró para la construcción del Templo de Jerusalem a mediados del siglo X a.C.,
empresa a la cual el rey dedicó los primeros años de su reinado, que se inició por el año 970 a.C.
aproximadamente.
Aunque la Haftará procura darnos fechas más exactas, cuando nos dice en uno de sus pasajes: ``Y ocurrió a
los 480 años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el cuarto año (del reinado de
Salomón), en el mes de Ziv, que es el segundo mes de reinar Salomón sobre Israel, construyó la casa (el
Templo) para el Eterno´´ (I Reyes Cap.6 Vers.1).
Este versículo de nuestra Haftará nos proporciona algunos datos interesantes. Primero, el nombre del mes
Ziv (palabra hebrea que significa ``brillo, esplendor´´) que no conocemos en nuestra nomenclatura actual del
calendario hebreo (tomado de los babilonios).
Y después, la correlación del reinado de Salomón con la salida de Egipto 480 años antes, que nos llevaría a
una fecha de (970 más 480) 1450 a.C. para el éxodo en tiempos de Moisés. (Pero la mayoría de los
historiadores la ubican por 1250 a.C., o sea, 200 años más tarde).

***
Dejando de lado los problemas de los historiadores, pasemos a considerar ahora otros aspectos de nuestra
Haftará.
Para la construcción del Templo, con todos los problemas de obtención y de transporte de grandes piedras y
maderas y de otros materiales que involucraba, Salomón contó con la colaboración de un monarca vecino:
Jiram (o Hiram), rey fenicio de la ciudad de Tiro (Tzor, en hebreo) en lo que hoy es la República del Líbano,
una ciudad costera más al norte de la actual Naharía.
Ya desde tiempos de su padre David, había un activo intercambio comercial entre los hebreos y los fenicios.
``Y había paz entre Jiram y Salomón, y los dos firmaron un pacto (hoy diríamos: un tratado de comercio)´´
(Vers.26) ya dice la Haftará en su versículo inicial.

***
Pero este ``pacto´´ o ``tratado comercial´´ imponía pesados impuestos sobre los campesinos que
conformaban el reino de Salomón: ``Y recogió el rey un impuesto (reclutamiento de trabajadores) de Israel:
treinta mil hombres. Y los envió hacia el Líbano, diez mil cada mes alternativamente; un mes estaban en el
Líbano, y dos meses en su casa``(Vers. 27-28). Vale decir que estos trabajadores, cada dos meses tenían
que abandonar sus hogares, sus campos y sus rebaños, para ir a trabajar al extranjero y ayudar allí a Jiram
en la tala de los árboles (¿cedros?) que éste vendía a Salomón.
Además, para el transporte de los árboles y piedras, en una época en que todavía no existían los pesados y
largos camiones que cumplen con esa tarea hoy, ``Salomón tenía setenta mil hombres de cargadores, y
ochenta mil que picaban (las piedras) en la montaña´´ (Vers.29). Y a toda esta masa de trabajadores
forzados, la regía un aparato administrativo de ``tres mil trescientos capataces que sometían al pueblo, a los
que hacían el trabajo`` (Vers.30).
Como vemos, el Templo -y posteriormente, el palacio del propio Salomón- fue levantado por medio de
pesados trabajos forzados que el rey de Israel impuso a sus súbditos.
No es de extrañar, entonces, que a la muerte de Salomón estallara una rebelión contra su hijo Rehabeam, el
candidato a seguirlo en el trono. Esa rebelión tenía como meta principal obtener una disminución en esos
trabajos forzados que imponía el Gobierno. (Pueden leerse más detalles en el cap.12 del presente libro).
Como el hijo de Salomón no quiso acceder a esa rebaja de impuestos, diez de las tribus se negaron a
reconocerlo como rey y se unieron en un reino aparte, el de Israel, que más adelante tendría como capital a
Shomrón o Samaria. Allí el primer rey fue Jeroboam, el jefe de los rebeldes, de la tribu de Efraín, y la
sucesión ocurrió después de la muerte de Salomón, por el año 930 a.C.
Pero nuestra Haftará no llega hasta este punto de la Historia, ni del libro que estamos leyendo. En su afán
por acabar con una nota positiva llena de esperanza, ella concluye con las palabras que D´´s anuncia a
Salomón acerca del Templo que está edificando: ``Esta casa que tú construyes, si irás (tú, Salomón) en Mis
leyes, y si harás Mis decretos y si observarás todos Mis mandamientos para ir por ellos (cumplirlos),
entonces Yo (D´´s) cumpliré mi palabra contigo, la que he dicho a tu padre David. Y residiré (en el Templo)
en medio de los hijos de Israel, y no abandonaré a Mi pueblo Israel´´ (Vers.11-13).
Hasta aquí, la Haftará.

***

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Digamos finalmente que de este Primer Templo, destruido por Nabucodonosor en 586 a.C., no se ha hallado
hasta hoy resto arqueológico alguno. (El Kótel Hamaaraví o Muro Occidental o de los Lamentos, es resto del
Segundo Templo).
Por eso arguyen algunos enemigos del pueblo judío y del Estado de Israel, que todo el Primer Templo sólo
es una creación literaria del presente Libro de los Reyes.
Pero en el santuario musulmán que hoy ocupa el lugar donde había estado anteriormente este Templo de
Salomón, se cuidan meticulosamente de evitar que algún resto arqueológico semejante pueda ser hallado.
Cuando hace algún tiempo realizaron allí ciertas construcciones, que involucraban el desalojo de la tierra
excavada para hacerlas, los árabes cuidaron de alejar esa tierra y de llevarla a otro sitio, de un modo casi
secreto.
No sea que los arqueólogos israelíes logren encontrar en esos escombros alguna vieja moneda, alguna
tablilla con texto o alguna jarra de su antiguo Templo, que atestigüe la presencia del pueblo judío en ese
sitio, hace tres mil años atrás.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 03/03/2006
HAFTARA de Parashat Tetzavé - Ezequiel Cap.43 Vers. 10-27
Qué tanto puede un texto escrito
La Haftará habitual de Parashat Tetzavé es el fragmento del profeta Ezequiel que hemos señalado más
arriba. Sólo que este año 5766-2006, por hallarse el shabat de Parashat Tetzavé en proximidad inmediata
con la fiesta de Purim (que será el martes 14 de marzo próximo), se leerá de la Torá, para Maftir, y después,
en la Haftará, un texto diferente: el que corresponde al así llamado ``Shabat Zajor´´, ``Sábado: ¡recuerda!´´,
donde se evoca -tanto en la lectura de la Torá como en la Haftará- el ataque de Amalec, un pueblo nómade
del desierto, contra los hijos de Israel en tiempos de Moisés, y la venganza por ese ataque que, algunas
generaciones más tarde, le fue encargada al rey Saúl por el profeta Samuel.
Pero nosotros dedicaremos nuestro comentario hoy aquí a la Haftará habitual de Parashat Tetzavé, la del
profeta Ezequiel.

***

La Parashá de la Torá de hoy nos cuenta muchos detalles acerca de la estructura y de la construcción del
``Ohel Moed´´ o la ``Tienda de la Reunión´´, ese Tabernáculo portátil donde D´´s se manifestaría a Moisés, al
Sumo Sacerdote Aarón y a quienes les siguieron en la conducción del pueblo de Israel. Y también acerca de
las vestiduras de ese Sumo Sacerdote, y el pectoral y las otras piezas de su ornato de tal.
El fragmento de Ezequiel elegido para Haftará de este sábado también trae una descripción, hecha por este
profeta, de cómo tendría que ser el futuro Templo de los judíos en Jerusalem: cuánto su ancho, su largo, las
dimensiones del altar, etc.
Pero con una gran diferencia respecto al santuario que prescribe Moisés en la Torá: éste era de ejecución
inmediata, y apenas emanada la orden divina y juntados los materiales necesarios mediante las
contribuciones voluntarias de los hijos de Israel, los artífices conducidos por Betzalel pusieron manos a la
obra.
El santuario que describe Ezequiel, en cambio, es sólo ideal. La descripción de un futuro Templo que habrá
de levantarse en Jerusalem (``Esta es la ley del Templo: sobre la cumbre de la montaña, todo su límite en
derredor será santo en sumo grado´´, Cap.43 Vers.12) como sustituto y sucesor de aquél que pocos años
antes había sido destruido por Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Tal como lo señala el mismo Ezequiel en
un pasaje de su profecía que precede en varios capítulos a nuestra Haftará de hoy: ``A los venticinco años
de nuestro cautiverio, a los catorce años después de que sucumbió la ciudad (de Jerusalem, en el año 586
a.C.), en ese mismo día fue sobre mí la mano del Eterno, y me llevó hacia allí (hacia Jerusalem) (Ezequiel,
Cap.40 Vers.1).
Recordemos que Ezequiel pertenecía a la familia de los ``cohanim´´ o sacerdotes, y que fue llevado cautivo
a Babilonia en tiempos de Yehoyajín, rey de Judá, diez años antes de la caída final de Jerusalem ante los
babilonios (como ya vimos al comentar aquí la Haftará de Parashat Vayigash: ``La Diáspora, el retorno y la
reunión de los dispersos´´, en Aurora del 5.1.06).
Si ahora, ``en visiones de D´´s me ha llevado a Eretz Israel (la ``Tierra de Israel´´) y me ha colocado en un
monte muy alto´´ (Cap.40 Vers.2), la intención de estos capítulos del profeta (que incluyen el Cap.43 de
nuestra Haftará y se extienden hasta más allá de él) ha sido presentar ante los cautivos judíos en Babilonia
una descripción del segundo Templo con el propósito de infundirles ánimos y esperanzas para el futuro,
como si el retorno a Jerusalem ya fuese inminente.
Para evitar una resignación fatalista ante el castigo divino sufrido, y una desesperación total en el sentido de
que ``D´´s nos ha abandonado para siempre´´. Y que entonces ya no tiene más ningún sentido procurar
conservarse como judíos en el país del exilio, en la Mesopotamia.

***

Casi podríamos decir que la visión de Ezequiel acerca del futuro Templo de Jerusalem que volvería a ser
reconstruido algún día, es antecesora y precede, en muchos siglos, otra visión que también fue, en su
principio, nada más que una pieza literaria.
Y estamos pensando en ``El Estado Judío´´, el libro que escribió Theodor Herzl en el año 1896.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 10/03/2006
HAFTARA - de Parashat Ki tisá - I Reyes Cap.18 Vers.1-39
Enfrentando a la idolatría
Para el primer shabat después de Purim -pasado mañana, sábado 18 de marzo- nuestra tradición tiene
reservada como Haftará un fragmento del profeta Ezequiel (Cap.45) que describe ciertos sacrificios que los
dirigentes del pueblo de Israel deberán ofrecer sobre el altar del futuro Segundo Templo de Jerusalem.
De tal modo, la Haftará refleja la lectura especial de la Torá que se lee para el Maftir de ese día, ``Parashat
Pará´´, la ``Parashá de la Vaca´´, una ``pará adumá´´ o ``vaca roja´´ que figura en la Torá, en
Bamidbar-Números Cap.19 Vers.2.

***
Pero para la Haftará de Parashat Ki Tisá, independiente de su ubicación en el calendario (con la proximidad
a Purim que se da este año), la tradición ha elegido un episodio histórico narrado en el Primer Libro de los
Reyes (Melajim Alef, en hebreo) en su Cap.18. El rito ashkenazí comienza a leer la Haftará desde el
versículo 1 de ese capítulo, y el rito sefaradí, solamente a partir del versículo 20. El relato principal de la
Haftará consiste en una confrontación pública que tuvieron el profeta Elías (Eliyáhu Hanaví, en hebreo) y los
sacerdotes del Baal, un ídolo fenicio cuyo culto había comenzado a extenderse entre los habitantes del reino
de Israel (el de las diez tribus que se separaron de Judá después de la muerte de Salomón).

***
Gobernaba en Samaria el rey Acab (Ajav, en hebreo) que se había casado con Isébel (Jezabel), una
princesa fenicia, y entrambos introdujeron en el reino de Israel el culto del ídolo fenicio Baal, construyeron en
la capital Samaria un altar y un templo en honor de ese ídolo, y de este modo violaron gravemente el
Segundo Mandamiento del Decálogo de Moisés que prescribe: ``No tengas otros dioses delante de Mí (el
Eterno)´´ (Shemot-Exodo Cap.20 Vers.3) y repetido en Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.7.
Estamos a mediados del siglo IX a.C. (Acab reinó desde 871 hasta 852, aproximadamente), y al frente de
quienes en nombre del Eterno se opusieron contra el rey, su esposa extranjera y el culto del ídolo foráneo
que ellos habían introducido en el país, estaba Eliyáhu (o Elías), el conocido ``Eliyáhu Hanaví´´ (Elías, el
Profeta) de la tradición judía, que después se volvió legendario y de quien se cree que volverá a aparecer
algún día en el futuro para anunciar la redención del pueblo de Israel, o la llegada del Mesías.
***
Como castigo por la idolatría, Eliyáhu ya había anunciado una larga época de sequía en el reino de Acab:
``En estos años no habrá rocío ni lluvia, sólo de acuerdo con mi palabra´´ (I Reyes Cap. 17 Vers.1).
Y la primera parte del capítulo 18 que el rito ashkenazí también incluye en la Haftará de hoy, pinta las
penurias que esa sequía provocó en el reino de Israel y en Samaria, su capital.
Pero el relato principal de nuestra Haftará describe la confrontación que en el monte Carmel (donde hoy está
ubicada la ciudad de Haifa), tuvo el profeta Eliyáhu con varios centenares de sacerdotes del ídolo Baal, que
fueron convocados hacia allí por orden del rey Acab.
Y al pueblo que se reunió alrededor de la escena, Eliyáhu lo puso directamente ante la disyuntiva: ¿Hasta
cuándo estarán ustedes vacilando entre los dos cultos? ``Si el Eterno es el D´´s, id en pos de El; y si es el
Baal, id en pos de él. Y el pueblo no le respondió palabra´´ (Cap.18 Vers. 21).

***
Y Eliyáhu prosiguió con su desafío:
``Yo solo he quedado profeta para el Eterno, y los profetas del Baal son 450 hombres´´ (Vers. 22).
Eliyáhu exhortó a los profetas del ídolo a que ofreciesen un sacrificio en honor de Baal: ``Elegid uno de los
dos toros -de los dos que se había traído al lugar- y hacedlo (sacrificadlo) primeros, pues vosotros sois los
muchos, e invocad el nombre de vuestro dios, pero no coloquéis fuego (para quemarlo)´´ (Vers.25).
Así lo hicieron los sacerdotes del ídolo, ``e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía,
diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no hubo voz ni respuesta. Y brincaron (en un baile de culto) sobre el
altar´´ (Vers.26).
Al mediodía, Eliyáhu se permitió azuzarlos, en tono de burla, diciéndoles: ``Gritad en voz alta, ya que él es
dios; quizás está ocupado (en otra cosa), o está de camino. O quizás duerme, y se despertará´´ (Vers.27).
Pero hasta bien entrada la tarde, los sacerdotes de Baal siguieron haciendo en vano sus actos de culto y sus
invocaciones al ídolo.
Entonces Eliyáhu preparó su propio toro, lo sacrificó sobre un segundo altar, dedicado al Eterno, e imploró
Su ayuda con una breve y concisa plegaria: ``¡Respóndeme, Eterno, respóndeme! ¡Y que sepa todo el
pueblo que Tú eres el Eterno D´´s!´´(Vers.37).
Como respuesta a lo cual ``descendió un fuego del Eterno, y consumió el holocausto, y los maderos´´
(Vers.38) y todo lo otro que Eliyáhu había preparado para el sacrificio.
Y el episodio -y también nuestra Haftará - concluye con la unánime reacción popular ante este hecho
milagroso: ``Y vio el pueblo, y cayeron sobre sus rostros (se prosternaron a tierra) y dijeron: `El Eterno es

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D´´s, el Eterno es D´´s´´´ (Vers.39).

***
¿Y por qué el relato de esta idolatría en tiempos de Acab ha sido elegido como Haftará de Parashat Ki Tisá?
Como relato paralelo a la construcción y adoración del becerro de oro, que los hijos de Israel se hicieron en
el desierto, cuando vieron que Moisés demoraba mucho en regresar del monte de Sinaí, episodio que se lee
en esta Parashá de la Torá.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 17/03/2006
HAFTARA - de Parashot Vayakhel y Pekudei - I Reyes Cap.7 Vers.40-53
Las construcciones del rey Salomón
Como las dos parashot finales del segundo libro de la Torá (Shemot o Exodo) tratan ambas de la
construcción del Tabernáculo (que en tiempos de Moisés se usó como santuario desarmable y portátil de los
hijos de Israel), no es de extrañar que la tradición judía haya elegido para Haftará de estas dos parashot que
se leerán juntas el sábado próximo en nuestras sinagogas, un relato relacionado con la construcción, varios
siglos más tarde, del Templo de Jerusalem por el rey Salomón. Esa descripción puede hallarse en Melajim
Alef (el Primer Libro de los Reyes) en su capítulo 7 y en la primera parte del 8 (hasta el versículo 11).
Y para Haftará, tanto de Parashat Vayakhel como de Parashat Pekudei, como de ambas cuando van juntas
(lo que sucederá pasado mañana), el uso sefardí y el uso ashkenazí, los dos, han elegido fragmentos de ese
relato que trata del Templo de Salomón.

...

Aunque por la proximidad del mes de Nisán, que comenzará el próximo miércoles por la noche, esta vez el
sábado de Vayakhel y Pekudei también se llama ``Parashat Hajódesh´´, porque en él se anunciará el
comienzo del ``mes´´ de Nisán. Y por eso se leerá en él una Haftará especial, tomada del Libro de Ezequiel.
Pero no le dedicaremos la presente nota a ella, sino a la Haftará regular de Vayakhel y Pekudei, sin tomar en
cuenta su ubicación especial, este año, en el calendario hebreo.

...

El capítulo 7 comienza por decirnos que Salomón dedicó trece años a edificar su palacio real, y nos brinda
una amplia descripción del mismo, hasta el versículo 12 del capítulo.
Pero desde el versículo 13 en adelante, el texto nos cuenta de un artesano llamado Jiram, hijo de una mujer
de la tribu de Naftalí y de un padre fenicio de la ciudad de Tiro, que era especialista en elaborar objetos
fundidos de cobre.
Salomón lo mandó llamar a Jiram, y recurrió a los servicios de este célebre artesano para que elaborara
diversas piezas de cobre para el Templo y para el palacio real: los capiteles de algunas columnas, unos
adornos en forma de granadas para los mismos, y un gran recipiente redondo, como el hueco de una
semiesfera, el ``yam hanejóshet´´ (el ``mar de cobre´´), que se usaba en el Templo como depósito de agua.
Medía diez codos desde un borde hasta el de enfrente (cada codo: poco más de medio metro), y semiesfera
como era, también tenía cinco codos de alto. El perímetro de esta esfera, o sea, la circunferencia del borde,
medía ``treinta codos, lo rodeaba en su alrededor´´ (Cap.7 Vers.23), y aquí ya estamos cercanos al valor de
pi = 3,1416 que conocemos hoy día en las matemáticas: si el diámetro del círculo eran 10 codos, entonces la
circunferencia medía 31,416 codos, o sea un poco más de lo que nos cuenta el texto bíblico, que omite la
fracción que sigue a los 30 codos.

...

Y el texto también se detiene en describirnos los diversos adornos que rodeaban a este ``mar de cobre´´:
enredaderas alrededor del borde, diez por cada codo de borde (Cap.7 Vers.23-26).
Y el todo -o sea, la semiesfera con esos adornos- se apoyaba sobre doce toros, fundidos también de cobre,
que estaban agrupados de a tres, con las cabezas dirigidas ``tres al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al
este´´ (Vers.25), mientras que sus partes traseras convergían hacia el centro, debajo de la base del ``mar de
cobre´´.

...

A todo esto que hoy en un museo, en una foto o en un resto arqueológico podría verse echándole un breve
vistazo al objeto en cuestión, la Biblia le dedica largos versículos a describirlo, en su deseo de destacar las
cualidades artísticas que presentaban las grandes construcciones del rey Salomón: el Templo y el palacio
real que mandó edificar en Jerusalem.
Es el ``pueblo del libro´´ -Israel- regido por el Segundo Mandamiento del Decálogo (``No te harás escultura o
todo retrato de lo que hay en el cielo por arriba o en la tierra por abajo, o en el agua debajo de la tierra´´
-Shemot/Exodo Cap.20 Vers.3, y repetido en Devarim/Deuteronomio Cap.5 Vers.7)- que con todo, procura
expresar en libros su admiración por las creaciones plásticas que, importadas de los pueblos vecinos, aplicó
en sus propios edificios monumentales.

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Y estas descripciones literarias de columnas, esculturas y sus adornos de diversos materiales de fundición
fueron tomadas como Haftará para las dos parashot de la Torá -Vayakhel y Pekudei - que al finalizar el
segundo libro de la Torá, cuentan cómo era el Tabernáculo desarmable que los hijos de Israel construyeron
en tiempos de Moisés.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 24/03/2006
HAFTARA - de Parashat Vayikrá
Sacerdotes versus profetas
El sábado próximo iniciaremos en nuestras sinagogas la lectura del tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico,
el que prescribe los diversos sacrificios que en la Antigüedad constituían el principal culto que el pueblo de
Israel ofrecía al Eterno en el santuario, o posteriormente, en el Templo de Jerusalem.
Y para Haftará de este sábado, nuestra tradición ha elegido un fragmento de Isaías donde este profeta se
refiere directamente al culto de sacrificios, para echarle en cara al pueblo de Israel que éstos no son de
agrado del Eterno, y que no siempre le fueron dedicados a El: ``No has traído a Mí los corderos de tus
holocaustos, y no Me has honrado con tus sacrificios. Yo no te he sometido a ofrendas de harina, ni te he
cansado con (pedidos de) incienso´´ (Vers.23).
De este modo se introduce la idea que ya hemos comentado aquí el año pasado, de que a los ojos del
Eterno es mucho más importante la conducta correcta de los hombres en su relación mutua entre ellos y en
su respeto por la divinidad, que los detalles del culto -los sacrificios de animales sobre el altar, o las ofrendas
de panes, o la quema de incienso- a pesar de que casi todo un libro de la Torá, el tercero, Vayikrá o Levítico,
está dedicado a describirlos en detalle.
Es la lucha que en una época posterior a Moisés libraron en el pueblo de Israel los sacerdotes o ``cohanim´´
-directos interesados en el culto de sacrificios pues parte de éstos les servían de alimento- contra los
``neviim´´, los profetas, quienes exaltaban la importancia de los valores morales en el pueblo, en
contraposición a los sacrificios, a los que restaban valor.
De Moisés mismo nos dice la Torá en sus tramos finales que no hubo otro ``naví´´ o profeta como él en el
pueblo de Israel (Devarim-Deuteronomio Cap.34 Vers.10). Pero junto con él actuaba al frente del pueblo su
hermano Aarón ``hacohén´´, ``el sacerdote´´. Y cuando éste murió, le siguió su hijo Eleazar, un sobrino de
Moisés, en esas mismas funciones.

***
Pero esta antinomia entre el sacerdote, interesado directo en los sacrificios de carne, de frutos (las
primicias), de harina y de pan, y el profeta que los rechaza y prefiere la buena conducta de los hijos de Israel
a las ofrendas expiatorias, ya tiene su expresión bien clara en esta Haftará de Isaías, con que nuestra
tradición inicia la lectura del libro de la Torá dedicado a detallar esos sacrificios.
``Ya tu primer antepasado pecó -recrimina Isaías en el Vers. 27 de nuestra Haftará- y tus intercesores
incurrieron en falta contra Mí´´. Y semejante acusación, tan clara como indefinida, en seguida despertó la
curiosidad de nuestros comentaristas: ¿a quién alude esta mención de ``avija harishón´´, ``tu primer padre´´
(o: ``antepasado´´) de Isaías?
Y las respuestas que nos dan son variadas: según Rashí, sería el mismo patriarca Abraham, quien al
escuchar la promesa divina de que la Tierra Prometida habría de ser para él (según la afirmación de D´´s en
Bereshit-Génesis Cap.15 Vers-7) se atrevió a preguntar en seguida: ``¿Con qué sabré yo que he de
heredarla?´´ (Ibíd..Vers.8).
Según Radak -Rabí David Kimjí, un comentarista de la Biblia y gramático sefardí que vivió en el sur de
Francia en los siglos XII y XIII d.C.- este ``primer padre´´ o ``antepasado´´ fue Adán, el primer hombre, que
ya pecó en el Paraíso cuando, instigado por Eva, comió allí del fruto prohibido.
Y el reproche de Isaías apunta más o menos a lo siguiente: ``¿Cómo puedes aseverar tu inocencia, oh
pueblo de Israel, cuando ya desde un principio tus antepasados incurrieron en pecado? ¿Y cómo te atreves
a pensar que la sangre o la carne de los sacrificios ofrecidos sobre el altar, o las ofrendas de harina o de pan
ya bastan para borrar los pecados e injusticias en que incurres?´´
Hasta aquí, el vínculo contradictorio que guarda nuestra Haftará con el libro de Vayikrá o Levítico, a cuya
primera parashá acompaña.

***
Pero además, recordemos también lo que ya hemos dicho una vez aquí acerca del libro del profeta
Yeshayáhu o Isaías (ver Aurora del 27.10.05): que a partir del Cap. 40, el que comienza con las palabras
``Najamú, najamú amí´´, ``Consolad, consolad a Mi pueblo´´ (Isaías Cap.40 Vers.1), muchos estudiosos
consideran hoy que se trata de un autor diferente, posterior al profeta que en su Cap.1 hace llover fuego y
azufre sobre el pueblo de Judea y de Jerusalem (literariamente hablando) y que habría vivido después de la
destrucción del Primer Templo (año 586 a.C.) en el exilio de Babilonia.
Por eso, ya que nuestra Haftará de hoy es posterior a ese Cap.40, no debería extrañarnos hallar también en
ella palabras de sosiego y de consuelo, después de las acusaciones que Isaías echa sobre su pueblo en los
pasajes que hemos analizado hasta ahora.
``No temas, Jacob mi siervo -dice el profeta- y Yeshurún, a quien he elegido´´ (Cap.44 Vers.2). ``Yeshurún´´
es uno de los nombres poéticos que la tradición judía adjudica al pueblo de Israel, un nombre que ya figura
tres veces en la Torá (en Devarim-Deuteronomio Cap.32 Vers.15 y Cap.33 Vers.5 y 26).
``Yeshurún´´ proviene de una raíz Y-SH-R de la palabra ``yashar´´, ``recto, derecho´´, y su intención es servir

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de contrapeso etimológico al nombre Jacob, en hebreo Yaacov, que proviene de una raíz Ayin (muda)-K-V
que denota ``torcido´´ y que como verbo hasta significa ``engañar´´. Tal como lo dijo Esaú de su hermano
cuando éste compró de él la primogenitura por un guiso de lentejas, y le birló la bendición del anciano padre
Isaac: ``Acaso porque su nombre se llama Yaakov, ya me engañó (``vayaakveni´´) dos veces´´
(Bereshit-Génesis, Cap.27 Vers.36).
Con ese nombre cariñoso de Yeshurún, entonces, se dirige Isaías a su pueblo en nuestra Haftará de hoy,
para prometerle: ``No temáis y no tengáis miedo; desde siempre lo he anunciado y lo he declarado, y
vosotros sois mis testigos´´ (Cap.44 Vers.8).
Y en las palabras finales de la Haftará, Isaías promete: ``Porque el Eterno ha redimido a Jacob, y mediante
Israel mostrará Su gloria´´ (Cap.44 Vers.23).
Por Heriberto Haber

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Parashá - 14/04/2006
HAFTARA PARASHAT SHEMINI - Samuel II, Cap.6 Vers.1 - Cap.7 Vers.17
Bailando con la Torá
Como Haftará de Parashat Sheminí, la que nos cuenta los sacrificios y ceremonias de la consagración de
Aarón y sus hijos como sacerdotes del pueblo de Israel en tiempos de Moisés, nuestra tradición ha fijado un
fragmento del Segundo Libro de Samuel (Shemuel Bet, en hebreo) donde en el largo relato de un capítulo y
medio se nos cuenta cómo David efectuó el traslado del Arca Sagrada hacia Jerusalem.
Ese Arca de D”´´s” contenía las Tablas de los Diez Mandamientos, y pocos años antes había sido
conquistado en una guerra por los filisteos, que lo llevaron como trofeo hasta la ciudad filistea de Ashdod
(ver Samuel I, Cap.5 Vers.1-2), donde la emplazaron en el santuario de su ídolo Dagón. Pero diversas
desgracias que ocurrieron allí desde ese momento en adelante, convencieron a los filisteos de que mejor
sería devolver ese trofeo de guerra a sus primitivos dueños. Así fue como el Arca de D”´´s” llegó, por fin, de
regreso al territorio de Israel, a un sitio de la tribu de Judá que se llamaba Kiriat Yearim. Allí estuvo guardada
dos décadas, hasta que David, en nuestra Haftará de hoy, decide su traslado a Jerusalem.
***
Para el transporte del arca se destinó un carro completamente nuevo, tirado por bueyes. Rashí hace notar
en su comentario que hasta niñitos de escuela” (``tinokot shel beit rabán”´´, en hebreo) saben que el Arca del
Señor, los levitas deben llevarla en los hombros”, según Bamidbar-Números Cap.7 Vers.9, y no hay que
llevarla de un lugar a otro montada en un vehículo.
De ahí, entonces, que no es de extrañar que al poco de caminar ocurrió un accidente”: mientras que David y
toda la casa de Israel tocaban (música) ante el Eterno” (II Samuel, Cap.7 Vers.5) con toda clase de
instrumentos, en un momento dado, al desviarse los bueyes un poco del camino, el carro se inclinó y parecía
que el Arca estaba por caerse a tierra. Entonces Uzá, uno de los hombres que conducían a los bueyes,
apoyó el Arca con la mano para evitar que se cayera.
Este acto profano de tocar el Arca con la mano encendió la furia del Eterno contra Uzá, y allí le hirió D”´´s por
su error, y murió allá, junto al Arca de D”´´s” (Vers.7).
Esta muerte repentina hizo acallar el regocijo popular, la música y los bailes en derredor, y le disgustó a
David que el Eterno había herido a Uzá, y llamó a ese sitio Péretz Uzá (``La ruptura de Uzá´´”) hasta este día
(de hoy)”(Vers.8).
Además, por el momento David desistió de su propósito de llevar el Arca de D”´´s a Jerusalem, porque ese
día tuvo miedo David ante el Eterno” (Vers.9), pasaje que uno de los comentaristas explica así: temió que no
sabría tratar al Arca de D”´´s con el debido respeto que requería su santidad”.
Al fin, el Arca de D”´´s quedó ubicada en la casa de un tal Oved Edom de (la ciudad de) Gat, de quien Rashí
nos acota que era un levita, según puede leerse en Divrei Ha-Yamim Alef (Primer Libro de las Crónicas),
Cap.15 Vers.18.
Y al cabo de tres meses de estar guardada allí, bendijo el Eterno a Oved Edom y a toda su casa” (Vers.11),
quizás por haberse vuelto el lugar un centro de peregrinación para el pueblo, una atracción religiosa que
convocaba a las masas hacia allí.
Al rey David le llegó la noticia de que el Arca de la Ley había dejado de provocar consecuencias funestas
para trocarse en fuente de bendición, y entonces decidió continuar con la ejecución de su primitivo plan de
llevar el Arca a Jerusalem.
***
Sólo que ahora, en vista de lo que había ocurrido otrora con Uzá y el inestable carro de bueyes, fueron
levitas, portadores del Arca del Eterno”, los encargados de llevarlo (Vers.13), y a cada seis pasos que ellos
daban, se ofreció en sacrificio un par de animales al Señor. Y David danzaba con toda su fuerza delante del
Eterno, y David estaba ceñido con una capa de lino” (Vers.14).
Así, con sones de trompeta y toques de shofar, la procesión llegó hasta la ciudad de David, en Jerusalem.
***
En este punto se acopla al relato bíblico un pequeño episodio familiar. Mijal, la hija del rey Saúl y esposa de
David, miró por la ventana del palacio real y vio al rey bailando con todo el resto del pueblo. Entonces,
cuando acabadas todas las ceremonias David llegó de regreso a su casa, Mijal lo recibió con palabras
irónicas, que le echó en cara delante de todo el personal que poblaba el palacio.
- ¡Qué manera vulgar de presentarte en público, oh, rey de Israel, mezclado con tus siervos y esclavas!, le
reprocha Mijal ante toda la corte.
Pero David no se queda corto en la respuesta que da a su mujer de inmediato: ``Delante del Eterno (yo he
danzado), que me ha preferido a mí antes que a tu padre (el rey Saúl) y a toda su familia, para designarme
jefe del pueblo del Eterno, sobre Israel; por eso bailé delante del Eterno”´´ (Vers.21).
Y luego se producee el desenlace de esta riña conyugal: ``Y Mijal, la hija de Saúl, no tuvo hijos, hasta el día
en que murió” (Vers.23), vale decir, que David no se le acercó más como marido desde ese día en
adelante´´.
***
Pasó algún tiempo, David consolidó su reino y de a poco cesaron las guerras que necesitó para cimentarlo.

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Entonces el rey mandó llamar a un profeta de aquellos tiempos, Natán, y le declaró: ``¿Cómo es posible
semejante desigualdad? Yo habito en una casa (un palacio) de cedros, y el Arca de D”´´s (en cambio) mora
en (una simple tienda de) cortinas”´´ (Cap.7 Vers.2).
Vale decir que David procura la autorización divina para construir también en honor de D”´´s una morada
digna y memorable, lo que hoy llamaríamos un Templo.
En un principio, Natán le da al rey la venia solicitada.
Y dijo Natán al rey: ``¡Anda, y haz todo lo que tienes en tu corazón ( lo que te propones), porque el Eterno
está contigo!”´´ (Vers.3).
Pero esa misma noche, D”´´s da a Natán instrucciones en sentido contrario: ``Anda y dile a mi siervo David:
¿acaso tú me construirás una casa para morada para Mí?´´” (Vers.5).
Y sigue una larga y diplomática argumentación, de que hasta ese punto el D”´´s de Israel no había
necesitado un Templo en Su honor, desde los días del Exodo de Egipto, pasando por la época de los Jueces
y hasta los mismos días del rey David.
En cambio, D´´”s lo consuela con la promesa de que un hijo de David que habría de heredar el trono (y que
posteriormente resultaría ser Salomón), ése sería el constructor del Templo en Su honor, y Yo (D”´´s) seré
para él como un padre, y él Me será como un hijo” (Vers14). No como la dinastía de Saúl, que a la muerte de
éste quedó trunca y cuyo trono fue heredado por el mismo David.
***
La tradición posterior comenta que David, un rey guerrero que derramó tanta sangre, no era el personaje
adecuado para edificar el Templo de Jerusalem, símbolo de la paz para todo el mundo.
Y un recuerdo que nos quedó hasta el día de hoy de la música, los bailes y la alegría que acompañaron el
traslado del Arca hacia su lugar de destino, puede verse de vez en cuando en Israel o hasta en la diáspora
en las ceremonias que acompañan a la donación de un rollo de la Torá, cuando se lo lleva por la calle rumbo
a la sinagoga donde será introducido en el Arca de la Ley.
Remembranza de la alegría con que en tiempos de David se celebró el traslado del Arca con los Diez
Mandamientos, desde la provincia hasta Jerusalem.
Y todo ello, está descripto en detalle en nuestra Haftará de este sábado de Parashat Sheminí.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 21/04/2006
HAFTARA de Shabat Tazría-Metzorá - II Reyes Cap. 4 Vers. 42 - Cap. 5 Vers. 19
La cura del general leproso
El sábado próximo se leerán juntas de la Torá las parashot Tazría y Metzorá, que ya hemos comentado en
nuestras notas de años anteriores. Además, también será Rosh Jodesh, el segundo día del principio del mes
Iyar del presente año hebreo 5766.
Nosotros comentaremos en esta ocasión la Haftará que corresponde a Parashat Tazría, porque la de la
segunda Parashá, Metzorá, ya la hemos hecho en detalle en nuestra nota del año pasado (Aurora del
14.4.05, titulada ``Leprosos y héroes del día´´).
Al igual que aquella historia de los cuatro leprosos, también la presente Haftará cuenta sucesos ocurridos
con el profeta Eliseo (Elishá, en hebreo), quien fue alumno y sucesor del profeta Elías (Eliyáhu Hanaví) y
vivió y actuó en el reino del norte, el de Israel, con su capital Samaria, en la segunda mitad del siglo IX antes
de la era común.
Eliseo se hizo famoso por diversos hechos milagrosos que protagonizó, y dos de ellos son narrados en
nuestra Haftará de hoy.

El primero de ellos nos es narrado brevemente en los versículos finales del Cap.4. Era una época de sequía
en el país, el alimento escaseaba y el hambre incluso llegó a afectar a los alumnos del profeta, que lo
rodeaban con el mismo entusiasmo con que hoy día los alumnos rodean a algunos de nuestros rabinos.
En eso llegó a la casa de Eliseo un hombre que portaba un cargamento de alimentos, como obsequio de
homenaje al profeta: veinte porciones de pan de cebada, obtenido con las primicias de la cosecha. Y Rashí
acota en su comentario que ello suele ocurrir por la época de la fiesta de Pesaj (por marzo o abril); y
además, el hombre también traía ``carmel´´ en su bolso, vale decir, granos de cereal frescos.
El profeta, sabiendo que quienes lo rodeaban sufrían de hambre, indicó a su sirviente: ``¡Dalo al pueblo, para
que coma!´´ (Vers.42).
Pero el sirviente, conocedor de las necesidades de la gente que rodeaba a Eliseo, se permitió responder con
un poco de ``jutzpá´´ (desfachatez; palabra hebrea que ya se usa hoy día en varios idiomas europeos):
``¿Cómo voy a colocar esto delante de cien hombres?´´ (Vers.43), calculando que la quinta parte de un pan,
de poco serviría para satisfacer el apetito acumulado durante muchos días de hambruna.
Pero el profeta insistió: ``Sírveselo al pueblo, para que coman. Porque así dijo el Eterno: `Habrá (lo
suficiente) para comer, y hasta para que sobre´´´ (Vers.43).
Y así también ocurrió: ``Comieron, y dejaron sobras, según la palabra del Eterno´´ (Vers.44).

Hasta aquí el primer milagro de Eliseo, el de la abundancia de los panes. El segundo, en cambio, nos
presenta una trama mucho más complicada.
Al norte del reino de Israel, en Aram (parte de lo que hoy es Siria) vivía un militar llamado Naamán que era el
general en jefe de las fuerzas arameas, y sufría de lepra. En esa época reinaba una relativa paz entre Aram
y el reino de Israel, y en la frontera común de ambos reinos los arameos sólo se permitían uno que otro
``ataque de guerrilleros´´, como lo llamaríamos hoy, en los cuales se llevaban botín de guerra y prisioneros
hacia su país.
Así había caído cautiva de los arameos una niña del reino de Israel, que con el correr del tiempo llegó a ser
criada de la mujer de Naamán. Y al conocer la enfermedad que afectaba al marido de su ama, la niña
comentó: ``¡Ojalá llegara mi señor (Naamán) a lo del profeta que está en Samaria (Eliseo, que por lo visto
vivía allí); entonces se curaría de su lepra!´´ (Vers.3).
La observación de la criada llegó a oídos del dueño de casa y éste habló con el rey, para que mediante una
acción internacional coordinada entre los monarcas de los dos países vecinos, pudiera obtenerse la cura del
mal que afectaba al militar.
El rey de Aram envió un ``sefer´´ (``mensaje escrito´´; hoy significa ``libro´´ en hebreo moderno) al rey de
Israel, acompañado de un rico presente de miles de monedas de plata, de oro y ``diez mudas de ropa´´
(Vers.5). Todo esto, por medio de Naamán mismo, que hizo el viaje a Samaria. ``He aquí que te mando a
Naamán mi servidor - decía el mensaje -; ¡y cúralo de su lepra!´´ (Vers.6).
Resulta interesante el verbo de raíz A-S-F que usa el texto bíblico con respecto a la cura de la lepra. Pues
este verbo en realidad significa ``recoger, juntar´´, de modo que lo que pedía el rey arameo, literalmente
traducido, era ``¡Recógelo de su lepra!´´
Nuestros sabios lo explican diciendo que al leproso se lo solía enviar de cuarentena hacia afuera del
campamento o de la ciudad, y la gente evitaba todo contacto con él. ``Recoger´´ de la lepra indica, entonces,
que curada la enfermedad, quien la padeció vuelve a a integrarse al resto de la población, que lo ``recoge´´
(o ``acoge´´) de vuelta en su seno.

Como primera reacción, después de leer la carta, el rey de Israel ``desgarró sus vestidos´´ (señal de luto:
Vers.7) y exclamó: ``¿Acaso soy yo D´´s, para matar o dar vida? Pues éste (el rey de Aram) me envía un
hombre (a Naamán) para recogerlo (o curarlo) de su lepra´´ (Vers.7). Y el rey en seguida llega a una

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conclusión, que proclama ante la corte: ``Sabed pues y ved, que él me está provocando´´ (Vers.7).
En otras palabras: este pedido de curarle la lepra a un militar que llegó a Samaria ``con sus caballos y con
su carruaje´´ (Vers.9; como si hoy diríamos: montado en un tanque), no es sino una provocación para que
luego, en vista de que yo no puedo cumplir con semejante pedido, el rey de Aram salga a una nueva guerra
contra nosotros.

Pero el profeta Eliseo, en quien la criada de la mujer de Naamán había pensado cuando habló del ``profeta
que está en Samaria´´, oyó lo que había ocurrido en la corte. Y mandó decirle al rey: ``¿Por qué has
desgarrado tus ropas? ¡Que venga (ese general leproso) hacia mí, y sabrá que hay un profeta de Israel!´´
(Vers.8).
Entonces ``llegó Naamán con sus caballos y con su carruaje, y se detuvo en el umbral de la casa de Elishá´´
(Vers.9). No se atrevió a entrar -dicen los comentarios- porque se sabía impuro por su enfermedad. Y desde
adentro, el profeta le mandó decir con un mensajero: ``¡Anda y báñate siete veces en el Jordán, y tu cuerpo
volverá a quedar limpio!´´(Vers.10).
Naamán se enfureció ante semejante respuesta del profeta. Yo pensé, dice, ``que él saldría hacia mí (a
recibirme) y que invocaría el nombre del Eterno su D´´s y extendería su mano hacia el lugar (enfermo de mi
cuerpo) y recogería (por curaría) la lepra!´´ (Vers.11).
Y además -exclamó Naamán con desprecio- ``los ríos Amaná y Parpar de (mi ciudad de) Damasco (la capital
de Aram) son mejores que todas las aguas (juntas) de Israel. Me bañaré en ellas, y quedaré puro. Y se fue
de allí furioso´´ (Vers.12).
Pero los criados y servidores que estaban con él, lo apaciguaron y le hicieron cambiar de parecer; ``Padre
mío -le dijeron- si este profeta te hubiese dicho que hagas algo grande (y difícil), ¿no lo habrías hecho?
Tanto más, entonces, que te ha dicho: `Báñate, y quedarás puro´´´ (Vers.13).
Entonces Naamán resolvió seguir el consejo de Eliseo, fue a bañarse siete veces en el Jordán y se curó de
su lepra: ``Volvió a ser su cuerpo como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio´´ (Vers.14).

Curado de su lepra, Naamán regresó con su cortejo a la casa de Eliseo para reconocer que ``no hay D´´s en
toda la Tierra sino en Israel´´ (Vers.15), y para entregarle al profeta el regalo de oro, plata y ropas que había
traído. Pero Eliseo se negó a recibir honorario alguno por sus servicios.
Entonces Naamán -que afirmó reconocer la supremacía del D´´s de Israel- todavía pide perdón a Eliseo, por
anticipado, por ciertos cultos de adoración idólatra que deberá cumplir en el futuro (¿en Damasco?) como
acompañante del rey de Aram que los ejecutará en el santuario de Bet Rimón (``la casa de Rimón´´, el dios
del trueno), y Eliseo lo despide con las palabras: ``Lej leshalom´´, ``Anda en paz´´ (Vers.19), como
insinuándole: ``Son gajes de tu oficio; no te preocupes por eso´´.

...

Todo este relato, con los interesantes datos que proporciona sobre la vida cotidiana y las relaciones
diplomáticas internacionales en aquellos tiempos, constituye la Haftará del sábado Tazría.
El único detalle que no se menciona en ninguna parte es quién era ese rey de Israel y quién el de Aram,
datos que nos permitirían ubicar más concretamente el marco de la presente historia.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 28/04/2006
HAFTARA de Parashat Ajarei Mot-Kedoshim -Ezequiel Cap.22 Vers.1-16
Jerusalén, capital sangrienta
El sábado próximo, en nuestras sinagogas se leerán juntas las dos Parashot Ajarei Mot y Kedo- shim del
tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico. Y como Haftará de ese sábado, algunas comunidades
acostumbran leer la que corresponde a Shabat Kedoshim, tomada del noveno capítulo del profeta Amós.
Pero nosotros comentaremos hoy aquí la Haftará de Parashat Ajarei Mot, que consiste en la primera mitad
del capítulo 22 de Ezequiel (o Yejezkel, en hebreo), un profeta que ya hemos presentado aquí en notas
anteriores (ver Aurora del 5.1.06: ``La Diáspora, el retorno y la reunión de los dispersos``, y del 9.3.06: ``Que
tanto puede un texto escrito´´).

***
Uno de los párrafos más severos de Parashat Ajarei Mot es el texto de Vayikrá-Levítico Cap.18, que
enumera en detalle todas las relaciones sexuales que están prohibidas: entre parientes cercanos, hermanos,
padres e hijos, abuelos y nietos, dos varones (homosexualidad), etc.
Y además de leerlo de la Torá en el sábado que corresponde -como dijimos- este capítulo también se lee de
la Torá en la tarde de Iom Kipur o Día del Perdón, cuando los concurrentes a la sinagoga, ya debilitados por
el ayuno, se supone que prestarán más atención a todas esas prohibiciones.

***
Y en la Haftará de Ezequiel, este profeta reprocha a la ciudad de Jerusalén los pecados que cometieron sus
habitantes.
Usa para ello palabras muy severas. ``Ir hadamim´´ la llama, ``la ciudad de las sangres´´ (Vers.1), y en
seguida lo explica mejor: ``la ciudad en la cual se derrama sangre´´ de personas inocentes (Vers.2), crimen
por el cual ``llegará su tiempo (de castigo)´´ (Vers.2).
Y más adelante, Ezequiel enumera una serie de pecados, paralelos a los que prohíbe la Parashá Ajarei Mot:
``Un hombre con la mujer de su prójimo hace abominación (o sea: comete adulterio), o tiene relaciones
vergonzosas con su nuera, o viola a la hija de su padre (su hermanastra)´´ (Vers.11).
Y Ezequiel también fustiga otros crímenes, prohibidos en otros fragmentos de la Torá: ``Y toman soborno
para derramar sangre (asesinos a sueldo), toman usura e interés (por dinero prestado o deudas) y explotan
al prójimo con violencia´´ (Vers.12).
Acotemos aquí que ``tomar usura e interés´´ está prohibido en la Torá, en Shemot-Exodo Cap.22 Vers.24:
``Si prestares dinero a Mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portes con él como un acreedor; no le
impongas usura´´. Veda que además se repite en Vayikrá-Levítico Cap.25 Vers.36: ``No tomes de él (del
necesitado) usura e interés´´.
Y ya la etimología de la palabra ``néshej´´ (``usura´´) nos señala sin ambages la opinión que tiene de ella la
tradición judía: sus letras raíces N-SH-J son las mismas que las del verbo ``nashoj´´, ``morder´´. De modo
que tomar usura es una especie de ``mordedura´´ que uno aplica al prójimo obligado a pagarla.
Sin embargo, en la ulterior evolución del judaísmo, en tiempos posteriores fue permitido el cobro de intereses
por dinero prestado. Y hasta el día de hoy, en el Estado de Israel, cuando uno entra en un banco de los
judíos religiosos, cerca de la puerta de entrada hallará colgado de la pared -en su original o en una
fotocopia- un documento rabínico que permite a esa institución el cobro de intereses por el dinero que
presta, o el pago de los mismos, por los depósitos que recibe.
***
Pero en tiempos de Moisés o de Ezequiel (este último, en el siglo VI a.C.), el cobro de interés a los pobres
todavía se consideraba un crimen y una grave violación de la Ley de D´´s. ``A Mí me han olvidado, dice mi
Señor el Eterno´´ al final de ese Vers.12 que enumera los pecados de usura y cobro de interés por
préstamos y deudas.
¿Y cuál será el castigo por todos esos pecados?
El profeta lo anuncia a continuación: ``Y te dispersaré entre los pueblos, y te esparciré entre las naciones´´
(Vers.15).
Y como lo sabemos de la biografía del profeta Ezequiel, él mismo también sufrió su parte en ese castigo,
como que fue exiliado a Babilonia diez años antes de la caída del reino de Judá y de la destrucción del
Templo de Jerusalén.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 05/05/2006
HAFTARA - PARASHAT EMOR - Ezequiel Cap.44 Vers.15-31
Los sacerdotes del Segundo Templo
Como texto paralelo a Parashat Emor, la porción de Vayikrá-Levítico que da diversas normas de conducta
para los cohanim” o sacerdotes del pueblo de Israel, nuestra tradición ha elegido para Haftará de este
sábado un fragmento del profeta Ezequiel (o Yejezkel, en hebreo), quien fue cohén” o sacerdote también él,
y que prescribe en el Cap. 44 de sus profecías diversas normas de conducta, de vestimenta, etc., que
deberán guardar los sacerdotes en un futuro Segundo Templo del pueblo de Israel.
Hay una diferencia importante entre los destinatarios de la ley de Moisés, quien habla para los sacerdotes,
los hijos de Aarón” (Vayikrá-Levítico Cap.21 Vers.1) y los de Ezequiel, quien se dirige a los hijos de Tzadok”
(Cap.44 Vers.15).
Porque en tiempos del rey Salomón, varios siglos después de Moisés y antes de Ezequiel, hubo un cambio
de familias en los sacerdotes que estaban a cargo del servicio en el santuario: al sacerdote Tzadok lo
designó el rey en lugar de Eviatar” (I Reyes, Cap.2 Vers.35).
Ambos, Tzadok y Eviatar, eran descendientes de la familia de Aarón, el hermano de Moisés. Pero después
de la muerte del rey David, Eviatar había participado en varios movimientos políticos y hasta militares que se
oponían al rey Salomón, y por eso, este monarca lo destituyó de su cargo, le ordenó regresar a su sitio de
origen (Anatot, un pueblo al norte de Jerusalem) y designó Sumo Sacerdote a Tzadok.
A los descendientes de éste se refiere, entonces, Ezequiel en nuestra Haftará de hoy.
...
En primer lugar, Ezequiel establece que cuando haya un Segundo Templo de Jerusalem, los encargados de
ejercer el sacerdocio en él serán los cohanim” de la familia de Tzadok, y no los de alguna otra.
Después, el profeta habla de la ropa que habrán de vestir en el ejercicio de sus funciones: de algodón -¡y no
de lana!- para evitar, en lo posible, toda transpiración, Pero cuando estén fuera de funciones, podrán vestir
otra ropa, sin esas restricciones.
También deberán cuidar su presentación: no afeitarse la cabeza (skin-heads”; parece que entre sacerdotes
paganos de esa época, tal era la costumbre) pero tampoco dejarán crecer su cabello ilimitadamente, sino
que tendrán que recortarlo cada tanto.
Asimismo, les queda prohibido beber vino cuando van a asumir sus funciones sacerdotales (Vers.21). Y
también hay algunas restricciones para la elección de sus esposas: no podrán casarse con mujeres
divorciadas ni con viudas. Esto último podrán hacerlo solamente si se trata de la viuda de otro sacerdote.
Y también les queda prohibido impurificarse mediante el contacto con algún muerto, salvo un pariente muy
cercano (al cual deben sepultar). Si el muerto es una hermana, entonces sólo si fue soltera (porque si estuvo
casada, tienen que ocuparse del sepelio el marido y los descendientes de ambos).
Y las funciones directivas y educacionales de los sacerdotes serán las siguientes: ``A mi pueblo enseñarán
(a distinguir) entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro´´” (Vers.23). ``Y en una disputa, ellos
estarán para juzgar según Mis juicios, Mis enseñanzas y Mis leyes. Todas Mis fiestas observarán, y Mis
sábados santificarán”´´ (Vers.24).
...
``Para su alimento, los sacerdotes recibirán y comerán los diversos sacrificios y ofrendas que ofrezca el
pueblo de Israel, pero no les daréis propiedad en Israel (tierra para cultivarla); Yo (D”´´s) soy su propiedad”´´
(Vers.28).
...
Y de este modo, con una legislación bastante detallada que establece para el futuro santuario de Israel y
para las funciones que cumplirán en él los sacerdotes, Ezequiel, el profeta contemporáneo de la destrucción
del Primer Templo de Jerusalem, que ocurrió en el año 586 a.C., cuando él ya vivía en la diáspora de
Babilonia, procura consolar a los sobrevivientes de esa destrucción, esbozándoles los planes organizativos
para la construcción de su sucesor, el Segundo Templo, y pintándoles cómo habrá de funcionar.
...
Tal es la descripción profética que leeremos pasado mañana en nuestras sinagogas, como Haftará de
Parashat Emor.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 12/05/2006
HAFTARA de Parashat Behar-Bejukotav - Jeremías Cap.32 Vers.6-27
Operaciones inmobiliarias
El sábado próximo se leerán en nuestras sinagogas dos Parashiot juntas: Behar y Bejukotay, y con ellas
quedará terminada la lectura del tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico.
Las dos tienen sus Haftarot tomadas del libro de Jeremías (Yirmiyáhu, en hebreo). La de Bejukotay figura en
Cap.16 Vers.19 y se extiende hasta el Cap.17 Vers.10, y consiste en una profecía más -una de tantas-
contra el culto de ídolos y la adoración de divinidades foráneas, de figuras hechas a mano por el hombre.
La Haftará de Parashat Behar, en cambio, contiene la descripción de un acto jurídico muy singular y, por
ende, interesante: el procedimiento por el cual en aquellos días se realizaba la compra-venta de un campo. Y
por eso queremos dedicarle nuestra nota de hoy, a pesar de que será la otra, de Bejukotay, la que se leerá
en la mayoría de nuestras sinagogas.
...
Ya hemos dicho cuando presentamos aquí al profeta Jeremías -ver Aurora del 19.1.06, ``Profeta a la
fuerza´´-, que le tocó la trágica función de anunciar a su pueblo la derrota del reino de Judá y la destrucción
del (Primer) Templo de Jerusalem, y de presenciar y sufrir él mismo la ejecución de estos castigos divinos
que anunciaba.
Pero en el Cap.32 leemos un episodio con el cual el profeta quiso amortiguar un poco los efectos depresivos
de sus negras predicciones de destrucción. A comienzos del capítulo -un texto que todavía no entra en la
Haftará- leemos que corría el décimo año del reinado de Zedequías (en hebreo, Tzidkiyáhu), el último rey de
Judá. Los babilonios, comandados por su rey Nabucodonosor, después de conquistar gran parte del país, ya
habían puesto sitio a Jerusalem, y Jeremías mismo estaba preso por orden del rey Zedequías en un
compartimiento especial del palacio: ``jatzar hamatará´´ (``patio de la guardia´´).
...
¿El motivo de su arresto?
``Zedequías, el rey de Judá, lo hizo apresar diciéndole: `¿Por qué profetizas diciendo: Así dice el Eterno: He
aquí que entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la conquistará´. Y Zedequías, el rey de Judá,
no se salvará de la mano de los caldeos, sino que será entregado en manos del rey de Babilonia´´ (Vers.3-4)
y tendrá que responder ante el rey invasor por haber tomado parte en una coalición militar antibabilónica,
instigada por el rey de Egipto.
Y Jeremías siempre había predicado no hacerle caso al monarca del Nilo, y no sublevarse contra el dominio
babilonio.
...
Estando en semejante situación, como prisionero político del rey, como lo llamaríamos hoy, llega para visitar
a Jeremías -que era ``cohén´´ o ``sacerdote´´, ``de los sacerdotes que había en Anatot, en la tierra de (la
tribu de) Benjamín´´ (Jeremías Cap.1 Vers.1), un pariente suyo, Janamel Ben Shalum, quien también vivía
en esa localidad de Anatot, al norte de la capital.
Este Janamel poseía un campo en Anatot, y parece que andaba necesitado de dinero. Entonces le pidió a
Jeremías; ``Compra, te ruego, mi campo que está en Anatot, en la tierra de Benjamín. Pues tú tienes el
derecho de herencia y el de la redención, ¡cómpralo para ti!´´ (Vers.8).
Como D´´s ya le había anunciado por anticipado a Jeremías la llegada de ese pariente, portador de la oferta,
concluye el profeta diciendo: `` Y supe (por eso) que era una palabra (u orden) del Eterno´´ (Vers.8).
El hecho de ofrecerle la compra del campo a un pariente, era algo habitual en aquellos tiempos. El propósito
era evidente: que la propiedad quedara en posesión de la familia y de la tribu, y que no pasara a manos
ajenas.
Lo extraño de este caso es que según otro pasaje de la Torá, sacerdotes o levitas no debían poseer
propiedades inmuebles, tal como se lee en el quinto libro, Devarim o Deuteronomio: ``Los sacerdotes levitas,
toda la tribu de Leví, no tendrán parte y heredad (de bienes inmuebles) en Israel; comerán los sacrificios del
Eterno, y Su herencia comerán. Pero heredad (de tierras) no tendrán en medio de sus hermanos; el Eterno
es su heredad, tal como lo ha dicho´´ (Cap.18 Vers.1-2).
...
Pero haciendo la salvedad de esta ley deuteronómica, el resto de la operación inmobiliaria que el pariente le
ofrece a Jeremías sigue su curso perfectamente normal, y el profeta la describe punto por punto: ``Compré el
campo de mi primo Janamel que está en Anatot, y le pesé el dinero (del pago): siete shekalim (unidades de
peso; ¿de oro?) y diez de plata´´ (Vers.9).
Y ahora viene la descripción del procedimiento jurídico: ``Y escribí el `séfer´ (hoy diríamos: el documento de
propiedad) y lo hice firmar, e hice atestiguar a los testigos, y pesé la plata en una balanza´´ (Vers.10).
En su comentario, Radak (Rabí David Kimjí, un comentarista bíblico del siglo XII-XIII d.C.) nos explica que en
toda operación de compra-venta de tierras solían firmarse dos documentos: uno que quedaba guardado bajo
sello lacrado en manos del propietario, y otro, el ``abierto´´, quedaba en manos del tribunal, a disposición de
quien quisiera verlo.
Hoy quizás diríamos: un ``título de propiedad´´ para el nuevo dueño, y la inscripción en el Registro de la

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Propiedad Inmobiliaria, abierto al público.


Y además de esto, también se escribían ``hamitzvá vehajukim´´, ``el mandamiento´´ y ``las leyes´´, vale
decir, las condiciones especiales de ese campo: cuántos años de cosechas vendía Janamel a Jeremías,
antes de que el campo retornara a su poder en el año del jubileo, y todos los otros detalles involucrados en
esa venta.
``Y di el documento de compra (y todos los otros documentos) a Baruj, hijo de Neriá (el alumno de Jeremías
que también era su secretario), ante los ojos de Janamel y de los testigos que escribieron (o: firmaron) el
documento de venta, ante los ojos de los ``yehudim´´ (``judíos´´) que estaban (encerrados conmigo) en el
``patio de la guardia´´ (Vers.12).
...
Y ahora, como corolario final de toda esta operación inmobiliaria, surge la moraleja que Jeremías quiere dar
con ella al pueblo de Judá, desesperanzado por la derrota militar y la invasión de los babilonios: ``Porque así
ha dicho el Eterno de los Ejércitos, el D´´s de Israel: todavía se comprarán (o: volverán a comprarse) casas y
campos y viñedos en este país´´ (Vers.16).
Vale decir: no todo está perdido con esta derrota que estamos sufriendo a manos de los babilonios. Llegarán
días mejores, en que agricultores volverán a comprar aquí campos, viñedos y casas.
Tal es el mensaje de esperanza que encierra la presente operación inmobiliaria, descrita tan clara y
detalladamente por el profeta Jeremías.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 19/05/2006
HAFTARA - Parashat Bamidbar - Oseas Cap.2 Vers.1-22
Desavenencias matrimoniales
Con Parashat Bamidbar iniciaremos el sábado próximo la lectura del cuarto libro de la Torá, que en hebreo
se denomina con ese mismo nombre, Bamidbar, y en las lenguas europeas es conocido como ``Números´´,
por los diversos censos (y sus cifras) que encierra.
La Haftará de Parashat Bamidbar está tomada de Oseas (en hebreo, Hoshea), el primero en la serie de los
doce ``Profetas Menores´´ (o ``Trei Asar´´, los ``Doce´´) que ya hemos presentado aquí en nuestra nota del
8.12.05: ``El profeta lucha contra los ídolos´´.
En su encabezamiento, el segundo capítulo de nuestro profeta expone una profecía de esperanza para el
pueblo de Israel. Para las dos mitades del pueblo: los ``hijos de Judá´´ y el reino del sur cuya capital
Jerusalem fue destruída en 586 a.C. por Nabucodonosor, rey de Babilonia, y para los ``hijos de Israel´´, el
reino del norte cuya capital Samaria fue capturada por los asirios en 722 a.C.. Y parte de la población de
ambos reinos fue llevada prisionera como cautiva de guerra a los países de sus respectivos vencedores:
Babilonoia y Asiria.
Pero ``el número de los hijos de Israel -de los descendientes de los dos pueblos- será como la arena del
mar, que no puede ser medida ni contada´´ (Vers.1), dice el profeta. Y esto, como contraposición a lo que
ofrece el libro de ``Números´´ en sus diversos censos, donde sí fueron contados y medidos según sus
diversas tribus.
``Se reunirán los hijos de Judá y los hijos de Israel juntos, y se pondrán una cabeza (un jefe o dirigente del
pueblo) y subirán del país´´ (Vers.2).

...
Rashí ve en esta profecía una esperanza para el futuro: todavía en sus países de la diáspora, las dos ramas
del pueblo judío se unirán en torno de un solo dirigente -David, su rey, dice el comentarista- y subirán de ese
país a la tierra de Israel, para la re-unión de los dispersos.
Ibn Ezra, en cambio, ve en este pasaje una descripción funesta. Los ``hijos de Judá e hijos de Israel juntos´´
serían prisioneros de Judá que cayeron en manos del enemigo junto con los del reino de Israel, y la
``cabeza´´ o jefe único sería el rey asirio Senaquerib (Sanjeriv, en hebreo) que los llevó cautivos a su país.
Como para dirimir entre estas dos opiniones contradictorias, un tercer comentarista - Radak, acrónimo de
rabí David Kimjí, a quien también ya hemos presentado aquí- nos dice lo siguiente: ``Y subirán del país
significa que irán del país de la diáspora a Eretz Israel. No puede referirse a una migración de cautiverio,
pues en tal caso tendría que decir -como se lee muchas veces en la Biblia, cuando ello sucede- que
`bajaron´ del país, o `salieron´ del mismo. Y además, `se pondrán una cabeza´ no se adecúa para un pueblo
que está siendo llevado al destierro´´.
Radak concluye: ``Eretz Israel (el país de Israel) está más alto que los demás países, y por eso, quien llega
hasta allá, `sube´ al mismo, y quien lo deja, `baja´´´.
También nosotros, hoy día, llamamos ``olim´´ (``los que suben´´) a los judíos que llegan para vivir en el
Estado de Israel, y ``iordim´´ (``los que bajan´´) a quienes lo dejan para ir a habitar en otros países. A pesar
de que el frecuente uso de los aviones para los viajes modernos, en realidad trastrueca la ejecución de estos
dos verbos: quien llega al aeropuerto lo hace ``bajando´´ desde las alturas, y quien emprende vuelo desde
él, es el que realmente ``sube´´ hacia arriba.

...
Pero después de estas palabras de esperanza, Oseas pasa a un grave discurso de acusación contra el
pueblo de Israel, que le fue infiel a D´´s cuando pasó a rendir culto a los diversos ídolos, a semejanza de los
pueblos canaaneos que lo rodeaban.
Como una esposa infiel, ``vuestra madre se prostituyó, y dijo: `Iré detrás de mis amantes, los que me dan mi
pan, mi agua, mi lana, mi lino, mi aceite y mis bebidas (Vers.7), vale decir, mi alimento y mis necesidades´´´.
El pueblo de Israel aprendió de sus vecinos el culto de los diversos ídolos, y agradece a ellos -y no al Eterno-
los bienes materiales que obtiene para su subsistencia.
``Y ella no reconoció que Yo (el Eterno) le di el cereal y el mosto y el aceite, y le aumenté la plata y el oro,
que convirtió en (un ídolo) Baal´´ (Vers.10).
Por eso ``volveré y tomaré mi cereal en su tiempo, y mi mosto en su momento´´ (Vers.11). Ibn Ezra comenta:
``Cuando el fruto esté maduro, vendrá un ataque de enemigos, que lo cosecharán para ellos´´. Y Radak
explica: ``Estaréis enfermos, y no podréis salir a cosecharlo´´. ``Y recogeré mi lana y mi lino´´ (ibid.)
-prosigue anunciando el profeta- cuyas telas estaban destinadas ``a cubrir su desnudez´´ (Vers.11).

...
Y sólo después de semejante castigo, una vez extirpados los ídolos y su culto del pueblo de Israel, se
establecerá un nuevo pacto entre el Eterno y Su pueblo. El Valle de Ajor (en las vecindades de Jericó,
símbolo, quizás, de la diáspora) se convertirá en ``Pétaj Tikvá´´, en ``portal de esperanza´´ (Vers.17). Y de

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ahí el nombre de la ciudad que hoy se llama así en el Estado de Israel, al noreste de Tel Aviv.
Y en este nuevo pacto, renovado entre el Señor y Su pueblo, ``ve´erastij li leolam´´, ``te desposaré para
siempre, te desposaré con justicia, con derecho, con gracia y con misericordia´´ (Vers.21) y ``te desposaré
con fidelidad, y reconocerás al Eterno`` (Vers.22).
Estos tres pasajes que comienzan con la palabra ``ve´erastij´´, ``y te desposaré´´, suelen decirse todos los
días en el momento de colocarse las filacterias (o ``tefilín´´), cuando se enrolla la correa de cuero sobre un
dedo de la mano izquierda. Por eso lo aprenden de memoria nuestros hijos varones, cuando se preparan
para su Bar Mitzvá.

...
Y con este mensaje optimista, concluye esta Haftará tomada del libro de Oseas.
Por Heriberto Haber

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Shavuot - 2205/2006

Shavuot, Bikurim, Atzeret, Matán Torá


Shavuot es, junto con Pesaj y Sucot, uno de los tres ``regalim'' (réguel, en hebreo: pie o pierna), las ``fiestas
del peregrinaje`` en que los hijos de Israel se reunían yendo a pie a Jerusalén, para alegrarse en el Templo
ante el Señor. Se ofrendaban allí las primicias del trigo y de otros frutos que maduraban temprano, y en
Sucot, al final de la cosecha, se presentaban los demás.

El Talmud a veces se refiere a Shavuot llamándolo Atzeret, fiesta de la ``conclusión'', tomando en cuenta que
con esta fiesta en que comienza la cosecha de trigo, se acaba el período iniciado semanas antes con la
siega del primer ómer de cebada.
Otro motivo de Shavuot está expresado en el nombre de ``Zemán matán toraténu'' con que la fiesta es
llamada en algunas plegarias: el ``tiempo de la entrega de la Torá''.

Sabios de la Antigüedad estudiaron los datos cronológicos que en algunos pasajes presenta la Biblia, y
llegaron a la conclusión de que el 6 de Siván, 49 días después de la salida de Egipto, fue la fecha en que los
hijos de Israel reunidos al pie del monte Sinaí, recibieron las Tablas con los Diez Mandamientos de Dios, por
intermedio de Moisés. Y por extensión se afirma que ese día él recibió allí también todo el resto de la Torá o
Pentateuco.

Esta idea de la unidad de la Torá (tomando el vocablo en su sentido más amplio de ``enseñanza''), halla su
expresión en la costumbre del Tikún Leil Shavuot, la ``Ordenación para la noche de Shavuot'', un texto que
se estudia en la sinagoga durante largas horas en la noche de Shavuot. Este Tikún contiene los pasajes
iniciales y finales de cada una de las 54 para- shot (parashá o sidrá: el fragmento bíblico que se lee cada
sábado en la sinagoga) en que está dividida la Torá, y también versículos de cada uno de los libros de los
Profetas y de los Hagiógrafos; en resumen, están representados todos los libros del Tanaj (la Biblia hebrea,
también conocida por Antiguo Testamento).

Como no podía ser de otra manera, la lectura de la Torá en la mañana de Shavuot consiste en aquellos
capítulos de la misma en que figuran los Diez Mandamientos (o ``Decálogo''), y se cuenta cómo Dios los
entregó al pueblo de Israel. Previo a la lectura de la Torá, en la sinagoga se recita con una melodía especial
el himno llamado, por su palabra inicial, Akdamut (``Prólogo''), escrito en idioma arameo y cada uno de cuyos
versos -casi un centenar- tiene en su final palabras que terminan con la sílaba ta.

El mandamiento que más sobresale es el cuarto, el del día sábado, que en su versión de Exodo empieza con
la palabra Zajor (``¡Recuerda!'' el día sábado), mientras que en Deuteronomio dice Shamor (``¡Observa!'' o
``¡Guarda!'' el día sábado). Y en la subsiguiente argumentación del por qué del descanso sabático, los dos
textos también difieren diametralmente: Exodo da un motivo histórico-teológico-universalista (``Porque en
seis días hizo el Eterno el cielo, la Tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el séptimo día''),
mientras que en Deuteronomio se aduce una razón de igualdad social y una evocación nacional: ``Para que
tu esclavo y tu sierva descansen como tú; y recordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y el Eterno
tu Dios te ha sacado de allí con mano fuerte y con brazo extendido''.

Dejemos a cargo de los especialistas las discusiones a ese respecto. Las opiniones van desde la ortodoxia
religiosa judía, que afirma que Dios enunció a un mismo tiempo los dos textos (``Shamor vezajor bedibur
ejad'; ``shamor y zajor en una misma palabra'' o emisión de voz, según lo canta un poeta medieval judío en
la plegaria de ``Lejá dodí'' que recitamos todos los viernes de noche en la sinagoga), hasta las teorías
bíblicas modernas (también aceptadas, por lo general, en los círculos universitarios de Israel) según las
cuales todo el libro de Devarim-Deuteronomio sería posterior a los tiempos de Moisés en unos seis siglos, y
es el texto que fue descubierto en el Templo de Jerusalén en tiempos del rey Josías (por el año 621 a.C.),
según el relato de la misma Biblia en Melajim Bet-II Reyes 22.8 ss.

El Libro de Rut: muchos motivos diferentes se aducen para explicar la lectura de este breve libro de la Biblia
-de sólo cuatro capítulos- en la fiesta de Shavuot; pero el más evidente y a la vez sencillo de todos es que el
relato transcurre en la época de la cosecha, y diversos aspectos de la misma están descritos en ese texto
Noemí y Rut llegaron a Bet Léjem (o Betlehem o Belén, según la nomenclatura cristiana) ``a comienzos de la
cosecha de cebada'' (Rut 1.22).

Después Rut sale en pos de los segadores para recoger detrás de ellos las espigas que por descuido o
accidentalmente caían a tierra y que, según la ley bíblica de Vayicrá-Levítico 23.22, quedaban reservadas
para los pobres.

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Posteriormente, la escena nocturna en que Rut se da a conocer a Bóaz, el propietario del campo, como
parienta suya, tiene lugar en la era de aquél, donde cada día trillaban las mieses (Rut 3.6 ss.).
En suma, casi toda la historia del Libro de Rut está encuadrada en un marco campestre y en la época de la
cosecha que allí se lleva a cabo. Al margen de la significación histórica de este pequeño idilio -pues de las
bodas de Bóaz con Rut desciende, algunas generaciones más tarde, ese joven pelirrojo que llegó a ser el
rey David- y del ejemplo de tolerancia religiosa que ofrece (pues Rut de nacimiento era moabita) está el
ambiente bucólico que rodea a todas estas escenas; y esto seguramente fue lo decisivo para que nuestros
sabios establecieran la lectura del Libro de Rut para la fiesta de Shavuot.

La ofrenda de las primicias: en la primera mitad del Cap. 26 de Devarim-Deuteronomio está prescrita la
ceremonia de la ofrenda de las primicias, tal como debía celebrársela en el Templo. Y también figura un
breve texto que debían recitar ante el sacerdote los fieles que acudían, portando la ofrenda.

Posteriormente, ya destruido el Templo de Jerusalén y dispersos los judíos por la Diáspora, sin embargo
Shavuot y sus primicias todavía siguieron ejerciendo algo de su influencia en la vida religiosa judía: llegada
esta fecha, la sinagoga era adornada con flores, ramas y hojas verdes. Y en las escuelas judías se
organizaban desfiles en los que los niños eran portadores de canastos que contenían los diversos frutos de
cada país.

En algunas sinagogas modernas de las corrientes conservativa y reformista -vale decir, las no ortodoxas- se
suele efectuar en Shavuot la ceremonia colectiva de Bat Mitzvá (mayoría de edad) de todas las niñas que
cumplen 12 años (a semejanza del Bar Mitzvá de los varones cuando cumplen 13). Los detalles de cada
ceremonia todavía no están fijados por tradición alguna, y por eso las normas varían de comunidad en
comunidad: qué plegarias recitan las niñas en la oportunidad, qué texto bíblico leen, con qué fórmula las
bendice el rabino, etc.

Y hoy día en Israel, con sus centenares de kibutzim y moshavim, esas colonias agrícolas colectivas donde
se trabaja la tierra, vuelven a efectuarse los desfiles de Shavuot con frutos cultivados por el labriego que
trae la ofrenda.

De este modo, la fiesta de Shavuot ha recuperado en Israel buena parte de la importancia y del carácter
agrícola que revestía en los tiempos antiguos. En vez de ofrendarlas a los sacerdotes, ahora las primicias
son enviadas a hospitales o a otras instituciones de bien público; a veces también se las vende, y se entrega
el importe así obtenido al Keren Kayemet Le-Israel, el ``Fondo Agrario de Israel''.

En la tradición hogareña, Shavuot suele recordarse además sirviendo como platos principales comidas
lácteas de una amplia gama de variedades, acompañados de algunos manjares dulces.
Se atribuye esta costumbre a la definición de ``tierra que mana leche y miel'' que el texto bíblico da en
diversos pasajes acerca del país que Dios prometió a los hijos de Israel (p.e. en Shemot -Exodo 3.8; 13.5
etc.).

Extraído del libro de Heriberto Haber z"''l ``Fiestas y Tradiciones Judías'', Editorial Aurora

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Parashá - 26/05/2006
HAFTARA Parashat Nasó - Jueces Cap.13 Vers.2-25
Sansón y su cabellera
Como relato paralelo a Parashat Nasó, que en el fragmento de Bamidbar-Números Cap.6 Vers.1-21
prescribe las normas del ``nazir´´ (nezireo o ``abstemio´´), nuestra tradición ha elegido como Haftará el Cap.
13 del Libro de los Jueces (``Shoftim´´, en hebreo) donde se nos cuentan los prolegómenos del nacimiento
de Sansón (o Shimshón), quien también habría de ser un abstemio semejante durante toda su vida.
Un ángel que se presenta en el campo ante la mujer de Manóaj, una señora que no había tenido hijos hasta
entonces, le explica las normas de ``abstención´´ que deberá guardar ella durante el embarazo con el hijo
que habrá de tener, normas que después del nacimiento también deberá guardar el hijo mismo, a lo largo de
toda su vida.
``No bebas vino ni bebida embriagante, y no comas ningún alimento impuro´´ le indica el ángel (en hebreo:
``malaj´´: ``ángel´´ o ``enviado´´) de D´´s a la mujer de Manóaj, que vivía con su marido en Tzoreá, un sitio
ubicado aproximadamente en la mitad de la línea aérea que uniría hoy a Jerusalén con Ashdod. Por ese
entonces vivía allí la tribu de Dan, a la cual también pertenecía Manóaj, el padre del futuro niño abstemio.
Pero más tarde la tribu de Dan pasó a vivir al norte del país, cerca de la frontera con el Líbano, donde
habitaban los fenicios.

...
Además -le indica el ángel a la futura madre- ese niño no deberá cortarse nunca los cabellos. ``El muchacho
será nezireo (o ``abstemio´´), consagrado a D´´s desde el vientre (de ti, su madre), y él comenzará a socorrer
a Israel de la mano de los filisteos´´ (Vers.5), que desde lo que hoy se llama Franja de Gaza atacaban a los
hijos de Israel, y mataban y robaban en abundancia.
La mujer -cuyo nombre el texto no nos indica- regresó a su casa y anunció al marido Manóaj la buena nueva
que había recibido. Pero no pudo darle mayores detalles acerca del mensajero divino que se le había
aparecido: ``Un hombre de D´´s vino hacia mí, y su aspecto era como el de un ángel (o: mensajero) de D´´s,
muy terrible. Y no le pregunté de dónde era, y no me reveló su nombre´´ (Vers.6).
Y siguió contándole a Manóaj: ``Y me dijo: `Quedarás embarazada, y vas a tener un hijo. Y no bebas nunca
vino o bebida alcohólica, y no comas nada impuro, porque ese niño será nezireo (o ``abstemio´´) desde el
vientre (tuyo, antes de nacer) hasta el día de su muerte´´´ (Vers.7).

...
Pero Manóaj, sorprendido y quizás algo confuso por los anuncios de su esposa, elevó una plegaria al Señor:
``Te ruego, mi Señor: que el hombre de D´´s que enviaste, llegue otra vez hacia nosotros, y nos enseñe qué
debemos hacerle al niño que va a nacer´´ (Vers.8).
Como respuesta divina a este pedido, ``el ángel de D´´s llegó otra vez hacia la mujer, que estaba sentada en
el campo, y su marido Manóaj no estaba con ella´´ (Vers.9).
Pero esta vez ella fue rápido a llamarlo, y cuando Manóaj llegó a su presencia, le preguntó, para más
seguridad: ``¿Eres tú el hombre que hablaste con la mujer?´´ (Vers.11).
Y ante la respuesta afirmativa del ángel, Manóaj siguió interrogando: ``Ahora, cuando venga (se cumpla) tu
palabra (y nazca el niño), ¿cuál será la ley (o norma de conducta) del niño, y (cuál) su obra?´´ (Vers.12).
El mensajero divino se remite a lo que ya dijo anteriormente a la esposa de Manóaj: ``Ella debe cuidarse de
todo lo que le dije: no comer nada de lo que sale de la viña del vino, ni debe tomar vino o bebida
embriagante, ni comer nada impuro. Debe observar todo lo que le he dicho´´ (Vers.14).

...
Y ahora, Manóaj y su señora procuran agasajar al enviado divino con algunos gestos de hospitalidad: servirle
de comer, agasajarlo con alguna carne fresca.
Pero el huésped rechaza amablemente todas las ofertas que le hacen: ``Aunque me detuvieras, no podré
comer de tu pan. Y si sacrificas un cabrito, elévalo como holocausto al Eterno´´ (Vers.16). Y el texto explica:
``Porque Manóaj no sabía que era un ángel (o: enviado) del Eterno´´ (Vers.16).
Entonces Manóaj le pregunta: ``¿Cómo te llamas? Cuando se cumpla tu palabra, te honraremos´´ (Vers.17),
quizás perpetuando tu nombre en el del niño.
Pero el ángel le responde: ``¿Por qué preguntas por mi nombre? Y es maravilloso (`peli´, en hebreo)´´
(Vers.18).
Manóaj ofrenda el cabrito y el pan sobre una piedra que le hace las veces de altar, y el ángel desaparece
junto con la llamarada que consume el sacrificio.
Manóaj, asustado, le comenta a su mujer: ``Vamos a morir, porque hemos visto a D´´s´´ (Vers.22).
Pero ella le responde, demostrando esta vez ser más razonable que él: ``Si el Eterno quisiera matarnos, no
habría aceptado de nuestra mano el holocausto y la ofrenda (de pan), y no nos habría mostrado todas estas
cosas, ni nos habría anunciado todo esto´´ (Vers.23).
Y después de semejante acto de anunciación, cuando nació el niño, lo llamaron Sansón (``Shimshón´´, en

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hebreo; un nombre derivado de ``shémesh´´, el ``sol´´).

...
Y así queda explicado, por otra parte, porqué Sansón, en su perpetuo combate contra los filisteos, resultó
vencido cuando reveló su secreto a su amante Dalila, y ésta le cortó la cabellera: no, como creen algunos,
porque su fuerza habría radicado en sus cabellos, sino porque al serle cortados éstos, quedaba violada su
condición de ``nazir´´, ``nezireo´´ o ``abstemio´´.
Y ese fue el motivo por el cual en aquel mismo momento lo abandonaron las fuerzas sobrenaturales que ese
estado le proveía.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 02/06/2006
HAFTARA Parashat Beha´alotejá - Zacarías Cap. 2 Vers.14 Cap. 4 Vers.7
El retorno a Sión
Como relato paralelo a Parashat Beha´alotejá que en sus comienzos habla del candelabro de siete brazos
que fue labrado en tiempos de Moisés y Aarón, y de cómo había que encender en él las luces, nuestra
tradición ha elegido un fragmento de los Profetas Menores (``Trei Asar´´ o los ``Doce´´), y entre ellos a
Zacarías (Zejaria, en hebreo) quien también habla de una visión que tuvo, de un futuro gran sacerdote
Yehoshúa que prenderá las luces de la ``Menorá´´ (o candelabro) en los siete brazos de oro de la misma.
Porque Zacarías vivió en la época que medió entre la destrucción del Primer Templo de Jerusalén (en el año
586 a.C. por los babilonios encabezados por su rey Nabucodonosor), y el retorno a Sión (proclamado por
Ciro, rey de los persas en el 538 a.C.) y la inauguración del Segundo Templo de Jerusalén (en el 516 a.C.,
70 años después de destruido el primero).
En el fragmento que fue elegido para nuestra Haftará de hoy, Zacarías procura dar aliento a su pueblo,
reducido al cautiverio en tierra ajena, y se dirige al mismo con la siguiente exhortación: ``¡Canta y alégrate,
hija de Sión, porque yo vengo y residiré en tu medio, así dice el Eterno!´´ (Cap.2 Vers.14).
Luego sigue una profecía que también es actual en nuestros días, en cierto modo: ``Y muchos pueblos se
unirán al Eterno en aquel día, y se volverán en pueblo mío´´ (Vers.15). Pensemos en los numerosos
habitantes de Israel y de la diáspora de la actualidad que procuran convertirse al judaísmo pero que son
rechazados por nuestras instancias religiosas que deciden estos asuntos.
Y un poco más adelante en nuestra Haftará de Zacarías, viene un cuadro ideal del gran sacerdote
Yehoshúa, que prende las luces del candelabro: ``Y me hizo ver al Cohén Gadol, Gran Sacerdote Yehoshúa,
parado delante de un malaj (ángel o mensajero, enviado del Eterno); y Satanás estaba parado a su derecha,
para obstruirlo´´ (Cap.3 Vers.1). Entonces intervino D´´s mismo para detener la acción de Satanás, ``y
Yehoshúa estaba vestido con ropas sucias´´ (Vers.3) que luego le son cambiadas por otras, limpias. Y en el
capítulo siguiente, el ángel le pregunta a Zacarías qué ve en su nueva profecía. Y el interrogado responde:
``He visto una Menorá toda de oro, con un depósito (de aceite) en la punta, y tenía encima siete lámparas, y
las siete esculpidas (las ranuras que llevaban el aceite) para las lámparas que llevaban encima´´ (Cap.4
Vers.2).
``Y dos ramas de olivo la rodeaban, una por derecha y una por izquierda´´, añade el profeta en el Vers.3.
De ahí el candelabro de siete brazos rodeado por dos ramas de olivo, que vemos hoy algunas veces en los
símbolos del moderno Estado de Israel.
Y el ángel de D´´s que estaba hablando con Zacarías, le pregunta: ``¿Sabes qué son estas cosas?´´ O bien:
``¿Qué representan estos símbolos?´´
El profeta confiesa brevemente: ``No, mi Señor´´ (Vers.5).
Entonces el ángel vuelve a hablarle y le dice: ``Esta es la palabra o el mensaje del Eterno para Zerubabel,
diciendo: `No con ejército y no con fuerza sino con mi espíritu´, dijo el Eterno de los ejércitos´´ (Vers.6).
Zerubabel Ben Shealtiel, un descendiente de la familia del rey David, era un dirigente de los judíos cautivos
en Babilonia. Y cuando los persas al mando de Ciro conquistaron Babilonia en el año 539 a.C., lo designaron
como jefe de los judíos cuando un año después les permitieron regresar a su país y volver a construir allí el
Templo de Jerusalén que había sido destruido.
Digamos de paso que de ese hecho histórico también deriva el nombre de judíos con que se conoce a
nuestro pueblo hoy: porque los cautivos que regresaron a Jerusalem eran casi todos de la tribu de Judá, los
que antes de la guerra contra Babilonia habían constituido el reino de Judá. Porque los cautivos del otro
reino, el de Israel, que fue vencido y dispersado por los asirios en el año 722 a.C., llegaron de sus países de
cautiverio a diversos países de Asia, y allí se mezclaron y asimilaron paulatinamente con los habitantes
locales. Esas son las ``diez tribus perdidas´´, de las cuales alguna vez vemos asomar alguna reminiscencia
en los tiempos modernos que vivimos.
Diez más uno suman 11. ¿Dónde está, entonces, la duodécima tribu, de los 12 hijos que tuvo el patriarca
Jacob?
Es la tribu de Leví -y parte de ella, los descendientes de Aarón, los Cohanim (o Sacerdotes)- quienes al no
recibir tierras en el reparto del país de Canaán, pasaron a habitar en las diversas ciudades y allí actuaban
como funcionarios religiosos, en la ofrenda de los sacrificios y su recepción, y como maestros, médicos,
jueces y otras funciones que hoy cumplen círculos intelectuales de la sociedad.
Como jefe espiritual de los retornantes a Jerusalén, al lado de Zerubabel como jefe político, fue designado y
actuó el sacerdote Yehoshúa Ben Yehotzadak, al que se refiere Zacarías cuando dice que vió ``a Yehoshúa
el gran sacerdote, parado delante de un ángel del Eterno´´ (Cap.3 Vers.1).
De este modo, la Haftará de esta semana nos lleva a la época que siguió a la destrucción del Primer Templo,
y fue intermedia hasta la edificación e inauguración del Segundo en el 516 a.C., 70 años después de la
destrucción del primero. La época en la cual vivieron y actuaron los profetas Zacarías, Jagay y Malaquías (o
Malají, en hebreo); y de esta época también hablan algunos pasajes de los libros de Esdras (Ezrá) y
Nehemías (Nejemiá).
Fue una época que guarda diversos paralelos históricos con aquella que estamos viviendo nosotros mismos.

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La ``Declaración de Ciro´´ que se menciona y es citada textualmente en el último versículo de la Biblia


hebrea (o Tanaj): ``Así ha dicho Coresh (Ciro), rey de Persia: `Todos los reinos de la tierra me ha dado el
eterno, D´´s del cielo, y El me ha mandado construir para El una casa (un Templo) en Jerusalén, que queda
en Judá. ¡Quién de vosotros, de todo su pueblo, el Eterno su D´´s esté con él, y que suba (a Jerusalén a
construirlo)!´´ Segundo Libro de Crónicas (Divrei Hayamim Bet Cap.36 Vers.23).
Esta declaración dio comienzo al movimiento de ``Shivat Tzión´´, ``El retorno a Sión´´, así como en 1917 otra
declaración, la de Lord Balfour, también dio empuje al movimiento sionista que ya se estaba gestando por
ese entonces.
Y los que se hicieron eco del llamado del rey Ciro no fueron todos los judíos llevados cautivos a Babilonia,
sino solamente parte de ellos, los de situación económica más modesta. Otro paralelo con el movimiento
sionista de nuestros días.
Y finalmente está el choque con aquellos pueblos que mientras tanto pasaron a ocupar las tierras que los
judíos habían dejado abandonadas, otro fenómeno que también se vivió en aquella época igual como en la
nuestra.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 09/06/2006
HAFTARA de Parashat Shelaj - Josué Cap.2
Los espías en Jericó
Como Haftará de Parashat Shelaj/ donde Moisés ``envía´´ a los doce exploradores a la tierra de Canaán/
nuestra tradición ha elegido el segundo capítulo del Libro de Josué (o Yehoshúa, el sucesor de Moisés), que
también comienza con una palabra derivada del verbo SH-L-J: ``Vayishlaj´´, ``Y envió (Josué, dos
exploradores a Jericó)´´ (Vers.1).
Llegados a esa ciudad, los dos hombres se albergan en la casa de una prostituta llamada Rahab (Rajav, en
hebreo), que (quizás por la índole de sus actividades sexuales) vivía en el hueco mismo de la muralla que
rodeaba a la ciudad para protegerla.
Por el nombre de la profesión que ejercía -``zoná´´, ``prostituta´´, se emparenta con la raíz hebrea ``zun´´,
``alimentar´´, y hasta hoy, en hebreo moderno, ``mazón´´ significa alimento, y ``birkat hamazón´´ es la
plegaria que se dice después de acabada la comida (podemos creer que además de servicios sexuales, las
funciones de Rahab también incluían ciertos productos de cocina´´.
Pero de todos modos, parece que el servicio de seguridad o la policía del rey de Jericó ejercía una eficiente
vigilancia sobre las actividades de Rahab, porque apenas despuntó el día, ``mandó el rey de Jericó
(mensajeros) a Rahab, diciendo´´ (Vers.3).
¿Qué le mandó decir?
``Saca a los hombres que vinieron hacia ti, los que llegaron a tu casa, porque han venido a espiar el país´´
(Vers.3). Pues eso es lo que informaba la noticia que había arribado a oídos del monarca, acerca de esos
dos hombres que habían llegado de noche, provenientes del campamento de Israel, allende del Jordán.
Pero Rahab decidió salvar a sus huéspedes, y no entregarlos al ``servicio de contraespionaje´´ del rey de su
ciudad. Escondió a los dos en el techo de su casa, y respondió a los enviados del rey: ``Sí, es cierto; los
hombres llegaron hasta mí, y yo no sabía de dónde eran. Pero cuando la puerta (de la ciudad) estaba por
cerrarse, en la oscuridad los hombres salieron, no sé adónde se fueron. ¡Perseguidlos pronto, porque los
vais a alcanzar!´´ (Vers.4-5).
Despistados así los policías locales, Rahab subió al techo de su casa, donde los espías de Josué estaban
ocultos entre los copos de lino que ella tenía colocados allí para secarlos a la luz del sol.

...

En retribución por haberles salvado la vida, Rahab pidió a los dos espías de Josué que cuando los hijos de
Israel conquistasen la ciudad, le salvaran la vida a ella y a toda su familia.
Y que reforzaran esa promesa con un solemne juramento: ``Y ahora, juradme por el Eterno, que debido a
que yo he hecho gracia con vosotros, también vosotros haréis gracia con la casa (o familia) de mi padre´´
(Vers.12).
Finalmente quedó convenido con Rahab que en el momento en que los hijos de Israel conquistarían la
ciudad, quedarían a salvo todos los miembros de su familia que ella reuniera en ese sitio: ``Tu padre, tu
madre, tus hermanos y toda la familia de tu padre, reunirás contigo en tu casa´´ (Vers.18).
Y en la ventana por la cual ella hizo descolgarse a tierra a los hombres de Josué -una ventana que por lo
visto daba hacia fuera de la muralla- ``cuando lleguemos al país, esta cinta roja colgarás en la ventana por la
cual nos has hecho bajar´´ (Vers. 18), y esa será la señal secreta de reconocimiento para que no causemos
daño alguno a todos los que estén contigo. ``Todo el que salga de las puertas de tu casa hacia fuera, su
sangre estará (pendiente) de su cabeza (será responsable de lo que le ocurra); y todo el que esté contigo en
la casa, su sangre estará en nuestra cabeza (seremos responsables nosotros) si alguna mano lo toca (para
mal)´´ (Vers. 19).
Y una condición más fijan los dos hombres antes de irse: silencio absoluto acerca de ese trato. ``Si revelas
este asunto, quedaremos libres del juramento que nos hiciste jurar´´ (Vers.20).
Rahab accede a todas estas condiciones, y todavía les da unos consejos prácticos, para que logren eludir
las fuerzas armadas de Jericó que habían salido a buscarlos: ``Id hacia la montaña y escondeos allí tres
días, hasta que retornen los perseguidores; y después, seguid por vuestro camino´´ (Vers.16).

...

El desenlace de este episodio -que ya se lee fuera de los confines de nuestra Haftará- resultó tal como había
sido planeado.
Los hijos de Israel cruzaron el Jordán, conquistaron Jericó y al son de ``shofar´´ (o ``trompetas´´ de cuernos
de animales) lograron derribar la muralla que protegía a la ciudad (Josué, Cap.6), ``y a Rahab, la prostituta y
a toda la familia de su padre y a todo lo que ella poseía, Josué los dejó finalmente con vida; y ella residió en
medio de Israel hasta este día, porque escondió a los emisarios que había enviado Josué para explorar a
Jericó´´ (Cap.6 Vers.25).
Qué secretos descubrieron los espías en la muralla de Jericó -dentro de la cual ellos habían vivido algunas

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horas, estando en la casa de Rahab- para que después los hijos de Israel lograran derrumbarla con su
ofensiva acústica, eso es un misterio que todavía no ha sido develado hasta el día de hoy.
Quizás algún día un descubrimiento arqueológico inesperado, nos dé por fin la clave que lleve a la solución
de este enigma.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 16/06/2006
HAFTARA de Parashat Koraj - I Samuel Cap.11 Vers.14 Cap.12 Vers.22
Un voto de confianza al rey
Como episodio paralelo al que nos cuenta Parashat Kóraj en la Torá - la insurrección de Kóraj y sus
partidarios contra la autoridad de Moisés y Aarón y cómo esta última después fue confirmada por D´´s -
nuestra tradición ha elegido como Haftará de este sábado a un relato del Primer Libro de Samuel, donde el
profeta de este nombre toma la iniciativa para reforzar la autoridad de Saúl, el rey recién elegido de las doce
tribus de Israel.

...
Había transcurrido ya la época de los jueces, dirigentes ocasionales del pueblo que se pusieron al frente del
mismo en épocas de emergencia, y cuyas historias y hazañas se relatan en el libro de la Biblia que lleva ese
nombre: ``Shoftim´´, ``Jueces´´.
El pueblo sintió que para su seguridad había que disponer de un ejército estable -profesional, diríamos hoy-
que al mando de una autoridad civil y al mismo tiempo militar -un rey- estuviera dispuesto y preparado para
actuar en cualquier punto del país donde la incursión de un vecino enemigo requiriera una acción de defensa
o de contraataque.
Corría el año 1030 a.C., aproximadamente, y el pueblo tenía un dirigente espiritual y religioso, el profeta
Samuel. Pero él no era la persona indicada para convocar y organizar un ejército que pudiese hacerle frente
a los diversos vecinos que acosaban a las tribus de Israel por todos los costados: los filisteos, desde la costa
del Mar Mediterráneo; Moab, Edom y Amón, por el este, desde la región del Mar Muerto; y los diversos
imperios que fueron sucediéndose por el norte, desde la región del Líbano.
Samuel no podía reunir un ejército ni ponerse frente al mismo; pero sí, gozaba de la confianza del pueblo
para designar a la persona capaz de cumplir con esa misión. Así Samuel había elegido a Saúl (Shaul) ben
Kish de la tribu de Benjamín -una de las más pequeñas de Israel- a pesar de que Saúl mismo era un hombre
corpulento y fornido, ``más alto de todo el pueblo (que el resto de la gente) desde su hombro hacia arriba´´ (I
Samuel, Cap.10 Vers.23).
Este gigante Saúl ya había demostrado su eficacia como jefe militar en una batalla que sostuvo contra los
amonitas, unos vecinos del noreste, que habían atacado a Yavesh Guilead, una ciudad al sur del lago
Kinéret.
Pero con todo, todavía no había un apoyo masivo y unánime para Saúl como rey y jefe militar del pueblo. En
la ceremonia de su coronación, mientras que la mayoría del pueblo lo aclamaba, también hubo pesimistas
que sembraban la desconfianza entre la gente, diciendo: ``¡Qué nos va a ayudar éste´´ (Cap.10 Vers.27).

...
Por eso, después del triunfo de Saúl ante los amonitas, Samuel creyó el momento oportuno -y con estas
palabras comienza nuestra Haftará de esta semana- para convocar al pueblo, diciéndole:
``¡Id, y vayamos hasta Guilgal, y renovemos allí el reinado!´´ (Cap.11 Vers.14).
O, dicho en palabras modernas, ``¡démosle a Saúl un voto de confianza popular para que siga como rey al
frente de las tribus de Israel!´´.
A pesar de que en un principio, Samuel había sido un acre adversario de la coronación de un rey en Israel:
``Vosotros hoy desechasteis a vuestro D´´s , que os ha salvado de todos vuestros males y aflicciones``
(Cap.10 Vers.19) - recriminó al pueblo de Israel, antes de designarlo a Saúl. Porque para Samuel -como
sacerdote y profeta que era- el dirigente del pueblo de Israel debía ser D´´s, y no un rey de carne y hueso.
Pero Samuel, por otra parte, también comprendió que para reunir un ejército, para armarlo y distribuirlo para
la defensa o el ataque de los enemigos, hacía falta un hombre de vigor, con talento y personalidad para
ejecutar tales funciones. Por eso acabó por elegirlo a Saúl, gigante él, pero originario de una de las tribus
más modestas de Israel: la de Benjamín, el hijo menor del patriarca Jacob.
Y junto con la selección del rey, Samuel también ``le dijo al pueblo el estatuto del rey, y lo escribió en un
``séfer´´ (libro, o documento escrito) y lo depositó ante el Eterno (en el santuario; Cap.10 Vers.25), vale decir
que Samuel estableció y dejó consagrados por escrito los derechos que tendría el rey -cobrar impuestos,
reclutar soldados etc.- pero también las limitaciones de ese poder que se le confería.
Quizás la primera ``monarquía constitucional´´ que conoció el mundo

...
Convocado el pueblo hacia Guilgal, un sitio por la zona de Jericó, allí Saúl recibió el voto de confianza
popular que Samuel había intentado ofrecerle. Pero como profeta, no dejó de advertirle al pueblo que la
suprema autoridad sobre él y su rey radicaba en D´´s.
Y además, Samuel al mismo tiempo quiere despedirse como dirigente del pueblo: ``He aquí, el rey anda
delante de vosotros, y yo estoy viejo y canoso, y mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de
vosotros, desde mi juventud y hasta este día (Cap.12 Vers.2).
``Mis hijos están con vosotros´´ indica que son gente del pueblo, y no han recibido de su padre ninguna

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posición especial o privilegio.


Y ahora pregunta Samuel:
Decidme, ¿hay alguien que tiene un reclamo contra mí, por alguna injusticia que yo he cometido? ``¿El buey
de quién he tomado, y el burro de quién he tomado, y a quién he oprimido o maltratado, y de quién he
aceptado soborno, para desviar mi ojo de él? Y os lo devolveré´´ (Cap.12 Vers.3).
Pero el pueblo respondió a Samuel unánimemente: ``No nos has oprimido ni maltratado, ni has tomado nada
de la mano de nadie´´ (Vers.4).
Samuel volvió a preguntar: ``¿El Eterno es vuestro testigo hoy, y Su ungido (el rey Saúl) de que no habéis
hallado nada en mi mano? Y respondieron: ¡Es testigo!´´ (Vers.5)
De este modo, Samuel aprovecha esa gran asamblea popular que había convocado para darle el voto de
confianza a Saúl, para despedirse él mismo como dirigente del pueblo, función que él ahora dejaba en
manos del rey recién confirmado en su trono.
Todo lo cual no fue óbice para que más adelante, Samuel saliera, con todo, de su retiro, e interviniera
activamente en la destitución del rey Saúl.
Y de este modo, poco antes del año 1000 a.C., quedó allanado el camino al trono para el futuro rey David.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 23/06/2006
HAFTARA - de Parashat Jukat - Jueces Cap.11 Vers.1-33
El juramento de Jefté
El último capítulo de Parashat Jukat (Bamidbar-Números Cap.21) trata de diversos acontecimientos
ocurridos con los hijos de Israel en Transjordania (el actual reino de Jordania). Por eso nuestra tradición ha
elegido como Haftará para este sábado un episodio del Libro de los Jueces (``Shoftim´´, en hebreo) donde
también se narran sucesos y guerras ocurridas en esa región entre los hijos de Israel y uno de sus vecinos,
los amonitas, en la época de los jueces, vale decir, unos dos o tres siglos después de Moisés.

...
Por la región de Guilead - al sureste del actual lago Kineret (o Genazareth, o Mar de Galilea) vivía un hombre
que también se llamaba así: Guilead. Tuvo varios hijos con su esposa legal, y uno, llamado Jefté (Iftaj, en
hebreo) con una mujer que tuvo fuera del matrimonio.
Llegado un momento crítico en la vida de Guilead - quizás ya estaba viejo, o enfermo, o ambas cosas a la
vez- los demás hermanos decidieron alejarlo a Jefté de la familia, y le dijeron: ``No recibirás herencia en la
casa de nuestro padre, pues eres hijo de una mujer ajena´´ (Vers.2).
Expulsado así de su familia, ``huyó Jefté de delante de sus hermanos, y se asentó en el país de Tov´´, y allí
``se juntaron a Jefté otros hombres vacíos, y salieron con él´´ (Vers.3).
Salieron ¿a qué?
A expediciones de pillaje, por lo que parece. Y de tal modo, con el correr del tiempo, Jefté se convirtió en el
jefe de una banda de hombres armados, que llegaron a constituir una considerable fuerza militar.

...
Y por esa época, justamente, hubo una guerra entre los hijos de Amón y las tribus de Israel.
Entonces ``los ancianos de Guilead fueron a tomar (a llamarlo) a Jefté del país de Tov´´ (Vers.5) y lo
invitaron a que ``nos sirvas de jefe militar, para que luchemos contra los hijos de Amón´´ (Vers.6).
Tomemos nota: los habitantes de Guilead tenían un consejo directivo, el grupo de sus ancianos, pero éstos,
precisamente por su edad, no estaban capacitados para salir al frente del pueblo en acciones bélicas contra
los vecinos que los hostilizaban.
La respuesta de Jefté consistió en una reacción muy humana y, por ende, muy comprensible: ``Si vosotros
me odiáis, y me habéis expulsado de la casa de mi padre, ¿por qué venís a mí ahora, cuando estáis en
aprietos?´´ (Vers.7).
Los ancianos de Guilead le dan una respuesta apaciguadora al estilo de ``lo pasado, pisado´´, y entonces
Jefté accede a liderarlos en la guerra contra los amonitas, con la condición de que él será reconocido como
jefe de la población de Guilead también en el futuro, pasada la guerra. Y este trato deberá ser ratificado con
un juramento delante del Eterno.
No es la primera vez en la historia del mundo que jefes militares exitosos pasan a ser dirigentes del pueblo
en épocas de paz. Ejemplos de ello tenemos por doquier en la historia del Estado de Israel, de América
Latina y también de Europa.

...
Pero Jefté ya muestra parte de su habilidad diplomática cuando dice: ``Y si el Eterno los entrega delante de
mí (a los enemigos amonitas), yo seré vuestro jefe´´ (Vers.9). Vale decir que una eventual victoria sobre el
enemigo, él desde un principio la atribuye a la intervención divina, y no a sus méritos personales.
El trato y juramento es celebrado en una amplia ceremonia en Mitzpá, un sitio de Guilead donde en tiempos
de los patriarcas también ya se había celebrado un solemne pacto ante D´´s (entre Labán y su yerno Jacob.
Ver Bereshit-Génesis Cap.31 Vers.49).

...
Pero ahora, ya confirmado como jefe de las fuerzas de Israel y reforzado por su propio grupo de guerrilleros,
Jefté se lanza no a un ataque armado contra los amonitas, sino a tratativas diplomáticas con ellos.
``Y mandó Jefté mensajeros al rey de los hijos de Amón, diciendo (por boca de ellos): `¿Qué (discordancia)
tenemos yo y tú, que viniste hacia mí a luchar contra mi país?´´´ (Vers.12).
El rey de Amón le mandó decir como respuesta: ``Porque Israel tomó mi país cuando subió desde Egipto:
desde el (río) Arnón y hasta el (río) Yabok, y hasta el Jordán; y ahora, ¡devuélvelos en paz!´´ (Vers.13)
Pero Jefté vuelve a enviar mensajeros al rey de Amón, para decirle, con respecto a los argumentos
mencionados, más o menos lo siguiente.
Cuando Israel salió de Egipto, fuimos sumamente respetuosos ante los pueblos de Edom y Moab que
encontramos por el camino. El rey de Edom no nos dejó pasar por su país (aproximadamente lo que hoy en
Israel es el Neguev, el triángulo al sur del Mar Muerto); entonces lo hemos esquivado, bordeando los límites
del mismo.
Después, así Jefté, hemos llegado al país de Sijón, rey de los emoritas (o amorreos) y le hemos pedido

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permiso para pasar por su tierra (la de la actual disputa con Amón: el territorio de Guilead, entre los ríos
Yabok, Jordán y Arnón), pero él salió contra nosotros en son de guerra. ``Y el Eterno, D´´s de Israel, entregó
a Sijón y a todo su pueblo en manos de Israel, y lo derrotaron, e Israel heredó (por: conquistó) toda la tierra
del emorita, que habitaba en ese país´´ (Vers.21).
Vale decir que ese país Israel lo conquistó de los emoritas. Y por lo tanto, no hay ``casus belli´´, motivo de
guerra entre tu pueblo y el mío, manda decir Jefté.
Y como resumen de sus argumentos, Jefté le comunica: ``Y yo no he pecado contra ti. Y tú me haces un mal
(una injusticia) al luchar contra mí. ¡Que juzgue el Eterno, que hoy es juez entre los hijos de Israel y los hijos
de Amón!´´ (Vers.27).
Acotemos de paso que los hijos de Amón o descendientes de Amón, el hijo de Lot (que había sido sobrino
de Abraham; ver Bereshit-Génesis Cap. 19 Vers.35), eran, por ende, otro ramal de la familia de Abraham, y
por lo tanto, un pueblo que guardaba un lejano parentesco con los hijos de Israel.
En otro libro, la Torá prohíbe expresamente dañarlos o provocarlos, ``porque (Yo, D´´s) no te daré herencia
del país de los hijos de Amón, porque para los hijos de Lot lo he dado por herencia´´ (Devarim-Deuteronomio
Cap.2 Vers.19).
Pero ¿qué hacer ahora, cuando ``no oyó (por: no hizo caso) el rey de los hijos de Amón las palabras de Jefté
, que le mandó (por medio de los mensajeros)´´ (Vers.28).
``Si vis pacem, para bellum´´ decían los antiguos romanos: ``Si quieres la paz, prepara la guerra´´. Y sin
saber latín, Jefté tomó los recaudos necesarios, ``pasó por Guilead y Menasés, pasó a Mitzpé Guilead y de
Mitzpé Guilead pasó (con sus tropas) hacia los hijos de Amón´´ (Vers.29).

...
Y en este momento, cuando estaba por comenzar la batalla, Jefté, que hasta ahora se nos presentó como un
dirigente tan diplomático como precavido, profirió un juramento apresurado, en el cual no midió el posible
alcance de sus palabras: ``Si (Tú, D´´s) entregas a los hijos de Amón en mi mano, cuando yo regrese sano y
salvo de (la lucha contra) los hijos de Amón, lo primero que salga a mi encuentro de la puerta de mi casa
será para el Eterno, y lo ofrendaré en holocausto´´ (Vers.30-31).
Así juró Jefté, pensando que el objeto del sacrificio quizás sería un cordero, una oveja o algún otro animal de
sus rebaños.

...
Pero cuando Jefté llegó victorioso a su casa, a Mitzpá,``salió su hija al encuentro de él, con panderetas y
bailes´´ (Vers.34), participación femenina en el triunfo de los varones que nos hace recordar que en tiempos
de Moisés, después del cruce del Mar de los Juncos, también ``Miriam, la profetisa, la hermana de Aarón,
tomó la pandereta en su mano y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderetas y bailes´´
(Shemot-Exodo Cap.15 Vers.20).
¡Triste recibimiento para el guerrero que retorna vencedor, y que ahora, obligado por su juramento a D´´s,
deberá desprenderse de su única hija, que era soltera y todavía ``no tenía de ella un hijo o hija´´ (es decir:
nietos) (Vers.34).
Como expresión de su pesar, Jefté ``cuando la vio, desgarró sus vestidos´´ (los de él, como señal de luto)
(Vers.35) y le explicó a la hija las consecuencias que tendría esa alegría que ella le había manifestado.
Ella consintió con las palabras de Jefté: ``Padre mío, has abierto (con tu promesa) la boca hacia el Eterno;
haz conmigo según (el juramento) que salió de tu boca, después de que el Eterno te ha otorgado venganza
de tus enemigos, de los hijos de Amón´´ (Vers.36).

...
Y la hija -cuyo nombre no nos ha quedado conservado en la Biblia- sólo pide al padre un plazo de dos meses
``e iré y bajaré por los montes y lloraré por mi virginidad, yo y mis compañeras´´ (Vers.37).
Y Jefté le dijo: ``¡Anda!´´ (Vers.38), le concedió el plazo solicitado, ``y ocurrió al cabo de dos meses, y él
cumplió con ella el juramento que había jurado, y ella no había conocido a hombre alguno´´ (Vers.39).
Y a partir de entonces - concluye el capítulo con el Vers.40 (la Haftará ya concluye antes, con el Vers.33 que
informa sobre el triunfo de Israel sobre los amonitas) - quedó instaurada una costumbre en Israel: cuatro días
por año ``van las hijas de Israel a lamentar por la hija de Jefté´´, una antigua tradición femenina en Israel, de
la cual no nos han quedado otros detalles.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 30/06/2006
HAFTARA - de Parashat Balak - Miqueas Cap.5 Vers.6 Cap.6 Vers.8
Andar modestamente
La historia de Bileam, el mago que acudió para maldecir a los hijos de Israel y acabó por bendecirlos, dejó su
repercusión en la ulterior historia del pueblo de Israel y se la menciona, entre otras, en una profecía de
Miqueas (en hebreo: Mijá) que por eso ha sido elegida como Haftará de este sábado.
Miqueas, uno de los ``Trei Asar´´, los ``Doce´´ profetas menores (menores, sólo por la estrecha envergadura
de los libros que nos quedaron de ellos), ya es mencionado por su colega Jeremías en el Cap.26 Vers.18 de
las profecías de este último, donde habla de ``Mijayá Hamorashtí´´, (Mijayá, un nombre que significa:
``¿Quién es como el Eterno?´´ y que después por lo visto se acortó a Mijá) de la ciudad de Moréshet, de la
tribu de Judá.
Miqueas fue contemporáneo un poco más joven de Amós y Oseas (Hoshea, en hebreo), otros dos de los
profetas menores, y de Isaías (Yeshayáhu, uno de los profetas ``grandes´´, con sus 66 capítulos), vale decir
que vivió un poco antes y otro poco después del año 700 a.C.
Las profecías de Miqueas se condensan en sólo siete capítulos, y nuestra Haftará de hoy incluye partes de
los Caps.5 y 6 del profeta.
...
La Haftará comienza hablándonos del ``resto de Jacob´´ que estará disperso ``en medio de muchos
pueblos´´ y allí actuará ``como rocío del Eterno y como lluvias sobre el pasto´´ (Cap.5 Vers.6), es decir, como
fertilizante que proveerá abundantes cosechas y como elemento positivo para el agricultor.
Pero tomemos en cuenta que Miqueas habla de ``sheerit Iaacov´´, del ``resto de Jacob´´: quiere decir que ya
había ocurrido algún hecho que diezmó, aniquiló o por lo menos arrancó de su país a otra parte de Jacob
(¿habrá sido la caída de Samaria y conquista del reino del norte, el de Israel, con la ida al cautiverio de parte
de sus habitantes a Asiria, en 722 a.C.?) de modo que sólo quedó de él ``sheerit´´, un ``resto´´.
Y a este ``resto de Jacob´´, Miqueas le augura una actuación positiva ``en medio de muchos pueblos´´.
Pensemos en los innumerables hombres de ciencia, médicos, ingenieros, filósofos, escritores, músicos y
Premios Nobel que el pueblo judío proveyó a los pueblos que lo acogieron en su seno durante los años y
siglos de la dispersión judía por el mundo, y ahí ya podemos observar cumplidas con creces estas palabras
proféticas de Miqueas de Moréshet.
...
Y después, en el Cap.6, Miqueas cambia de tono y pregunta al pueblo de Israel por qué ha abandonado al
Eterno: ``Porque (Yo, D´´s) te he hecho subir de la tierra de Egipto y te he redimido de la casa de los
esclavos, y he enviado delante de ti (para sacarte de allí) a Moisés, Aarón y Miriam´´ (la hermana de ambos;
Vers.4).
Y siguiendo con esta mirada al pasado, Miqueas evoca lo siguiente: ``Pueblo mío, recuerda lo que intentó
Balak el rey de Moab (echarles maldiciones, para debilitarlos y vencerlos) y qué le contestó Bileam ben Beor
(el mago y hechicero) desde (el sitio de) Shitim hasta Guilgal, para conocer las obras justas del Eterno´´
(Vers.5).
Y debido a esta alusión al episodio del rey moabita Balak que llamó al mago Bileam para maldecir a los hijos
de Israel que cruzaban el Jordán desde Shitim, en Transjordania, hasta Guilgal (cerca de Jericó, en la tierra
de Canaán), pero que acabó por bendecirlos -por esta mención, muy posiblemente-, esta profecía ha sido
seleccionada como Haftará de Parashat Balak, el fragmento semanal de la Torá que nos cuenta la historia
de estos dos personajes.
...
Y después, pocos renglones más tarde, en el versículo final de nuestra Haftará de hoy, Miqueas también
resume en pocas palabras ``qué es (lo) bueno y qué el Eterno pide de ti (el hombre común): sino hacer
justicia y amar la merced (las obras de bien) y andar modestamente con tu D´´s´´ (Cap.6 Vers.5).
Emulándolo a Moisés, de quien la Torá también nos cuenta, como en un aparte, que ``el hombre Moisés era
muy modesto, (más) que todos los otros hombres que hay sobre la faz de la Tierra´´ (Bamidbar- Números
Cap.12 Vers.3).
Sólo que en el caso de Moisés, la Torá usa el adjetivo ``anav´´, ``modesto´´; mientras que Miqueas lo
expresa mediante el verbo ``hatznéa léjet´´ donde ``léjet´´, infinitivo del verbo ``holej´´, indica ``andar´´, y
``hatznéa´´ -de la raíz TZ-N-A (áyin, muda)- es también un verbo, pero con funciones de adverbio.
Los israelíes de los primeros años del Estado todavía recuerdan la época de la ``Tzena´´, ``modestia´´,
cuando una heladera eléctrica -que hoy no falta en casi ningún hogar del país- todavía era un sueño que
solamente los muy ricos alcanzaban a ver cumplido.
Y ciertos círculos de nuestra población insisten hasta el día de hoy en la cualidad de ``Tzeniut´´,
``modestia´´, de esa misma raíz TZ-N-A, referida al largo de las faldas o los escotes de las mujeres pero no a
otras aplicaciones de la ``modestia´´ en la vida diaria, como ser fiestas de Bar o Bat Mitzvá o casamientos
lujosos, y algunas otras ceremonias civiles o sinagogales.
¡Pero justo a esto aludía Miqueas cuando recomendó ``hatznéa léjet´´, ``andar modestamente´´ con D´´s!.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 14/07/2006
HAFTARA de Parashat Matot-Masei - Jeremías Cap.1 Vers.1 Cap.2 Vers.3
La olla que hierve en el norte
El sábado próximo se leerán de la Torá dos Parashot juntas: Matot y Masei. Para ese caso, nuestra tradición
ha fijado que como Haftará se lea la de Parashat Masei, que consiste en el segundo capítulo del Libro de
Jeremías. Mientras que el primer capítulo de ese libro -más los tres versículos iniciales del segundo- quedan
reservados para Haftará de Parashat Matot cuando se la lee sola.
Como ese primer capítulo constituye, a la vez, la presentación que la Biblia hace del profeta Jeremías,
queremos dedicarle hoy aquí esta nota a ese texto.

***
Jeremías -en hebreo, Yirmeyáhu- hijo de Jilkiyáhu, pertenecía a una familia de sacerdotes (``cohanim´´) que
vivía en Anatot, una localidad al norte de Jerusalem cuyo nombre, según los expertos, sigue perpetuándose
hasta el día de hoy en una localidad árabe situada allí, y que lleva un nombre parecido. Pero Anatot de los
tiempos de Jeremías no pertenecía, como Jerusalem, a la tribu de Judá, sino a la de Benjamín, en su
extremo sur.
Jeremías es uno de los tres ``grandes´´ profetas, porque quedaron de él 52 capítulos de profecías, además
del Libro de las Lamentaciones (``Meguilat Eijá´´, que la tradición también le atribuye a él: las lamentaciones
por la destrucción de Jerusalem y de su Templo en el año 586 a.C.). Le tocó la trágica suerte de ver con sus
propios ojos cómo se cumplían sus profecías acerca de la caída de Jerusalem, desastre que él había
anunciado muchas veces como sanción que D´´s enviaría a Su pueblo como castigo por sus pecados.

***
Jeremías, según los datos que trae este capítulo primero de presentación, comenzó su actuación en tiempos
del rey Josías (Yoshiyáhu, en hebreo), ese monarca de Judá durante cuyo reinado se halló en el Templo el
``séfer Ha-Torá´´, el ``Libro de la Enseñanza´´ que muchos estudiosos hoy consideran que fue el libro de
Devarim o Deuteronomio, el quinto Libro de Moisés (cuya lectura en nuestras sinagogas se iniciará dentro de
dos sábados).
Jeremías profetizó a lo largo de unas cuatro décadas, hasta la destrucción del Templo en el año 586 a.C., de
modo que el presente capítulo inicial de sus discursos dataría aproximadamente del 626 a.C.
Su nombre hebreo Yirmeyáhu se compone de dos partes. La segunda, Yáhu, como en otros nombres
parecidos, denota ``el Eterno´´, de cuyas cuatro letras (Y-H-V-H) ha tomado las tres primeras (con la V
vocalizada como U). Lo que queda, Y-R-M, hay quienes opinan que proviene del verbo ``harem´´, ``elevar´´.
De modo que Yermeyáhu significaría ``Que el Eterno lo eleve, lo haga subir alto´´. Mientras que otros
comentaristas le dan otros orígenes diferentes a la primera mitad del nombre.
Y el padre del profeta, Jilkiyáhu (que significa: ``El Eterno es mi parte, mi herencia´´) hay quienes opinan, con
el comentarista medieval Radak (Rabí David Kimji, 1160-1235) que ese Jilkiyáhu es el Gran Sacerdote que
halló el nuevo rollo de la Torá en el Templo, mientras que otros afirman que no se trata del descubridor del
rollo, sino de un homónimo de éste.
Radak, al mencionar esta opinión, abre con las palabras: ``Katav adoní aví zal´´, ``Escribió mi señor mi
padre, de bendita memoria´´ (que este es el mismo Jilkiyáhu del hallazgo, mencionado en II Reyes Cap.22
Vers.8), como homenaje a su finado padre. Del mismo modo como Rashí (Rabí Shlomó Yitzjaki, 1040-1105)
comenzó su comentario a la Torá con las palabras ``Amar Rabí Yitzjak´´, ``dijo (mi padre) Rabí Yitzjak´´
(comentario de Rashí a la palabra ``Bereshit´´ de Bereshit-Génesis Cap.1 Vers.1).
Dos ejemplos de nuestros sabios, cómo cumplen con el Quinto Mandamiento ``Honra a tu padre (y a tu
madre)´´ de Shemot-Exodo Cap.20 Vers.12 y repetido en Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.18,
mencionando al frente de sus comentarios bíblicos, opiniones que dieron sus respectivos progenitores.

***
Acerca de la intervención de Jeremías en la política de los reyes de Judá, ya hemos hablado un poco en
nuestro comentario sobre la Haftará de Parashat Shemot (Aurora del 19.1.06, ``Profeta a la fuerza´´):
Jeremías exhortaba a que mantuvieran el statu quo de sometimiento militar y pago de tributos anuales a los
grandes imperios del norte -Asiria, y después de la batalla de Karkemish en el año 605 a.C., al conquistador
de ésta, Babilonia- y que no hicieran caso a los reyes de Egipto, los faraones, que los instigaban a rebelarse
contra los conquistadores del norte.
- ``¿Qué ves, Jeremías?´´, pregunta D´´s al profeta en nuestra Haftará de hoy (Vers.13). Y él responde: ``Veo
una olla que está hirviendo, y su frente viene del norte´´.
Entonces D´´s también le explica el significado de esa visión profética: ``Desde el norte se abrirá la desgracia
sobre todos los habitantes del país´´ (Vers.14).
En tiempos de Jeremías, quienes ``hervían´´ en el norte y hacían peligrar el país de Judá eran los asirios, los
arameos, los babilonios y, más allá, los medos de Persia.
Hoy día esos países se llaman Siria, Irak e Irán.

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Y muchas veces también ``hacen hervir´´ la frontera norte del Estado de Israel

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Parashá - 21/07/2006
HAFTARA de Parashat Matot-Masei
La reprimenda de Isaías
Isaías Cap.1 Vers.1-27

Parashat Devarim, con la que iniciamos el sábado próximo la lectura del quinto Libro de Moisés (Devarim o
Deuteronomio) en nuestras sinagogas, siempre suele preceder en nuestro calendario inmediatamente a la
triste fecha del 9 de Ab (el jueves 3 de agosto que viene), día de ayuno por rememorarse en él la destrucción
de los dos Templos de Jerusalén (el primero, en 586 a.C. por Nabucodonosor, rey de Babilonia, y el
segundo, en 70 d.C. por Tito, general romano), el decreto de la expulsión de los judíos de España (en el año
1492, por los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla) y algunas desgracias más.
Como Haftará para este sábado que precede a una fecha tan triste, nuestra tradición ha establecido el
capítulo inicial de Isaías (en hebreo, Yeshayáhu), que contiene una enérgica admonición contra los judíos de
su época por el culto de ídolos, la injusticia en la sociedad y la convicción reinante de que los sacrificios
ofrendados en el Templo alcanzaban para obtener el perdón divino por estos pecados.
Tal como lo anuncia en un capítulo posterior, Isaías comenzó a predicar ``en el año en que murió el rey
Uziyáhu´´ (Cap.6 Vers.1), un monarca de Judá que enfermó de lepra y tuvo que delegar el mando en su hijo
Yotam, allá por el año 758 a.C. Algunos comentaristas opinan que ``el año en que murió el rey Uziyáhu´´ se
refiere al año de su abdicación del mando, y no a su muerte biológica, que habría ocurrido bastante después.

***
De todos modos, parte de los castigos que anuncia Isaías ocurrió en vida del profeta: la caída de Samaria y
la destrucción del reino de Israel (en el año 722 a.C., a manos de Sargón, rey de Asiria) que provocó el
cautiverio de muchos de sus habitantes (las ``diez tribus perdidas´´).
``¡Escuchad, oh cielos, y presta oído, oh Tierra, pues el Eterno ha hablado´´, exhorta el profeta, imitando las
palabras del himno de despedida de Moisés (en Devarim-Deuteronomio Cap.32 Vers.1) y en seguida no
teme acusarlos: ``Hijos he criado y los he engrandecido, ¡pero ellos pecaron contra Mí!´´(Vers.2).
Y sigue Isaías con otra acusación muy enérgica: ``El buey conoce a su dueño, y el burro, el pesebre de su
amo; pero Israel ¡no conoció! Mi pueblo ¡no entendió!´´ (Vers.3).
Rashí, en su comentario, señala que cuando el dueño llega para uncirlo al buey al arado, el animal lo
reconoce. El burro, en cambio, lo único que recuerda es el sitio donde halla su comida. Y el pueblo de Israel
-señala el profeta- se comporta ante D´´s peor que estos dos animales, porque finge no conocerlo de ningún
modo. Y por eso recibirá su castigo.
``¡Oh, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, simiente de malhechores, hijos de pervertidos!, les dice el
profeta. Han abandonado al Eterno, han despreciado al Santo de Israel, han retrocedido´´. (Vers.4).
Y luego exclama, desesperado: ``¿Para qué seguir golpeándoos? ¡Aumentaréis vuestra rebeldía! Toda
cabeza ya está enferma, y todo corazón, dolorido!´´ (Vers.5).

***
Y ahora, una descripción propia de una sala de primeros auxilios, o de la sala de guardia de un hospital:
``Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay un sitio sano. Herida, y hematoma, y llaga abierta. No
fueron curados, ni vendados, ni calmadas (las heridas) con aceite´´ (Vers.6).
E Isaías pasa entonces de la visión simbólica a una descripción más realista: ``Vuestra tierra está desierta,
vuestras ciudades arrasadas por el fuego; vuestra tierra, delante de vosotros la están comiendo extraños (los
frutos), y el desierto es como desolación de extranjeros´´ (Vers.7).
Radak (Rabí David Kimjí, 1160-1235) comenta que ``desolación de extranjeros´´ involucra que son ellos los
que acuden a comer el fruto de la tierra y de los árboles, y que además, al llegar día a día a esos campos, el
invasor también impide al agricultor judío que los are, siembre, irrigue, etc., hasta que quedan totalmente
desolados.

***
``Y la hija de Sion quedó como una cabaña en el viñedo, como una choza en el melonar, como una ciudad
sitiada´´ (Vers.8). ``La hija de Sion´´ es símbolo de la ciudad de Jerusalén; y ella ha quedado sola y
abandonada en el país, asolada por los asirios que llegaron del norte, al mando de Senaquerib, y ya habían
ocupado todo el territorio en su derredor (según Isaías Cap.36).
Y el profeta lamenta: ``Si el Eterno de los Ejércitos no nos hubiera dejado un pequeño resto, habríamos
quedado como Sodoma, nos habríamos parecido a Gomorra´´ (Vers.9), haciendo clara alusión a las dos
ciudades de la época del patriarca Abraham que después de destruidas por el fuego, quedaron cubiertas por
el Mar Muerto.
Y ya que mencionó a Sodoma y Gomorra, prototipos del mal en el relato bíblico, Isaías no se detiene y
continúa diciendo: ``¡Escuchad la palabra del Eterno, oh jefes de Sodoma! Prestad oído a la enseñanza
(Torá) de nuestro D´´s, oh pueblo de Gomorra!´´ (Vers.10).

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Rashí comenta: ``Jefes de Sodoma´´ significa gobernantes cuyas obras son tan pervertidas como las que se
hicieron en Sodoma.
Y el rabí francés añade: ``De ahí que han dicho (nuestros sabios, en un refrán): `El hombre no debe abrir su
boca a Satanás´, es decir, no mencionarlo siquiera, por temor a que el malvado aparezca´´.
Ya que Isaías, en el versículo anterior, mencionó ``habríamos quedado como Sodoma´´, no pudo evitar
ahora, en el versículo siguiente, una nueva aparición de este nombre, símbolo del mal.

***
Y en los versículos siguientes (desde el 11 hasta el 16) Isaías se expresa contra todos los tipos de sacrificios
que el pueblo ofrendaba en el Templo -incluyendo holocaustos, y sacrificios de toros, ovejas y chivos, quema
de incienso, ofrendas de las diversas fechas festivas, bendiciones de los sacerdotes etc.- y finalmente
desemboca en lo que el Eterno sí, solicita de Su pueblo: ``Aprended el bien, procurad la justicia, ayudad al
oprimido, juzgad (equitativamente) al huérfano, defended a la viuda´´ (Vers.17).
Así se nos presenta el cambio que el profeta solicita en la sociedad: no más el culto acostumbrado de
animales que son sacrificados sobre el altar, sino la justicia para todos, incluso los sectores más
desamparados de la sociedad, como ser el huérfano que no tiene padres y la viuda, carente de esposo, que
salgan a defender sus derechos.
Isaías afirma que ese cambio es posible: ``Si vuestros pecados son como el carmín, se volverán blancos
como la nieve; y si fueren rojos como la púrpura, se volverán como la lana´´ (Vers.18).
De ahí el conocido y aceptado simbolismo de estos dos colores desde siempre: el rojo, color de la sangre,
denota pasión y pecado, en tanto el blanco -ausencia de color- la inocencia.
Por eso precisamente solemos vestir las largas túnicas blancas en la sinagoga, en los servicios del Iom Kipur
o Día del Perdón.

***
Solamente en los últimos pasajes de su Haftará de hoy, Isaías se retracta un poco de este terrible texto de
admonición y deja vislumbrar alguna esperanza para el futuro, cuando adelanta: ``Volveré (a designar) a tus
jueces como al comienzo, y a tus consejeros, como al principio. Recién después (de eso) se te llamará la
Ciudad de la Justicia, la Ciudad Fiel´´ (Vers.26).
Y en ese sentido también concluye nuestra Haftará de este sábado: ``Sion será redimida por la justicia, y los
que retornen a ella, por la equidad´´ (Vers.27).

***
Y así queda abierto entonces un resquicio de esperanza para el futuro, que llegará a su plena expresión en
la Haftará del sábado siguiente, ``Shabat Najamú´´, ``Sábado: consolad´´, el que sigue inmediatamente al 9
de Ab, el día de las grandes desgracias que afligieron al pueblo judío (que este año será el próximo 5 de
agosto).
Esta Haftará ``Najamú´´, ``consolad´´, también es de Isaías pero de mucho más adelante: de su Cap.40.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 28/07/2006r
HAFTARA de Parashat Shabat Njamu Vaetjanan - Isaías Cap.40 Vers.1-26
El consuelo: sus heraldos y heraldas
Hoy jueves 3 de agosto de 2006, día de la presente edición de Aurora, es el 9 de Ab (tishá beav, en hebreo),
la fatídica fecha en que ocurrieron varias desgracias nacionales al pueblo de Israel (la destrucción del Primer
Templo de Jerusalén en el año 586 a.C., la del Segundo en el 70 d.C. y algunas más), y por ende, día de
ayuno.
Ya hemos visto en nuestra nota anterior que el sábado que precede a esa fecha se lee en nuestras
sinagogas Parashat Devarim, la primera del Quinto Libro de Moisés, también llamado Devarim o
Deuteronomio.
Y pasado mañana sábado 5 de agosto, se leerá la segunda Parashá de ese libro: ``Vaetjanán´´, ``E
imploré´´, llamada así por su palabra inicial.
La Haftará de Parashat Vaetjanán está tomada del profeta Isaías (Yeshayáhu, en hebreo), ese mismo que
vimos aquí en nuestra nota anterior cuando lanzaba furiosas recriminaciones al pueblo de Judá y lo
amenazaba con severos castigos que D´´s le enviaría por sus pecados.
***
Contrasta notablemente con aquellas profecías lo que Isaías dice a comienzos del Cap. 40, en las palabras
de nuestra Haftará de hoy: ``Najamú najamú amí´´, ``Consolad , consolad a mi pueblo, así dice vuestro D´´s´´
(Cap.40 Vers.1). Por eso también suele llamárselo ``Shabat Najamú´´, ``sábado de (la Haftará de)
consolad´´. Y seguramente por eso nuestra tradición ha fijado esta profecía como Haftará que sigue
inmediatamente al día de ayuno del 9 de Ab.
Y este tono de consuelo por la desgracia sufrida, por el cautiverio en tierra ajena y por la pérdida del
santuario, sigue desde aquí, Cap.40 de Isaías, hasta el fin del libro que acaba con el Cap.66. Tan fuerte es el
contraste entre los primeros 39 capítulos de Isaías y los otros que le siguen, que hoy día muchos estudiosos
afirman que se trata de otro autor - que quizás también se llamaba Isaías- pero que habría vivido en una
época un poco posterior: cuando el pueblo judío ya había salido al cautiverio de Asiria y de Babilonia. Y lo
llaman ``Deutero-Isaías´´, ``el segundo Isaías´´.
Después, para unificar los dos libros, o quizás por error de algún copista que creyó que era uno solo, fueron
juntados los dos en uno solo, y así quedaron unificados hasta el día de hoy.
***
``Hablad al corazón de Jerusalén y anunciadle (a la ciudad) que se ha cumplido su término (de castigo), ha
sido expiada su culpa, y ha tomado (o: recibido) de mano de D´´s el doble (castigo) por todos sus pecados´´
(Vers.2).
Rashí, en su comentario a este pasaje, se pregunta: ``¿Por qué D´´s castiga pecados por partida doble?´´ Y
para justificar este hecho, nos remite a un pasaje de Jeremías, donde leemos que ``Y pagaré primero el
doble (`mishné´, en hebreo: del número `shnáim´, dos) de su pecado´´ (Jeremías Cap.16 Vers.18).
Según la cronología tradicional -Isaías vivió un siglo o más antes de Jeremías - cabría acá la pregunta, cómo
puede un escrito posterior justificar lo que un profeta anuncia cien o más años antes. Pero si partimos de la
hipótesis de que hubo un Deutero-Isaías posterior a la destrucción del Templo de Jerusalén, entonces la
duplicación del castigo divino sí, estaría justificada, porque hubo un profeta -Jeremías- que la anunció
previamente.
***
Y seguimos con nuestra Haftará de hoy: ``Una voz anuncia: en el desierto despejad el camino del Eterno,
allanad en la estepa una calzada para nuestro D´´s´´ (Vers.3).
Rashí comenta: es el camino que lleva a Jerusalén, por el cual retornarán a esa ciudad los judíos llevados
cautivos a la diáspora.
Este pasaje, en hebreo:``Kol koré: bamidbar panú dérej Hashem´´, ``Una voz anuncia: en el desierto, etc.´´ a
veces ha sido mal leído, sin separar la palabra ``koré´´ (``anuncia´´) de ``bamidbar´´ (``en el desierto´´),
resultando una falsa unidad ``kol koré bamidbar´´, ``una voz anuncia en el desierto´´, que a veces también ha
sido traducida a otros idiomas, para señalar una voz que se eleva ante oídos sordos, o ante un público
reacio a escucharla.
***
``Todo valle, que se eleve, y todo monte y colina, que desciendan´´ (Vers.4), sigue diciendo Isaías en su
arrebato poético. Que aquí es tan fuerte en consolar al pueblo de Israel, como lo fue en el Cap.1 -el de la
semana pasada- para reprocharle sus pecados.
Y de este modo, quedará allanado el camino para el retorno de D´´s a Jerusalén. Y con El, regresará
también Su pueblo Israel del cautiverio.
``¡Súbete a un monte alto, anunciadora de Sion!´´, exhorta el profeta en el Vers.9. ``Anunciadora de Sión´´,
en hebreo ``Mevaséret Tzión´´, es hoy el nombre de un barrio próximo a Jerusalén, que lo ha tomado de este
pasaje de Isaías. Pero aquí Rashí nos remite a otro pasaje de Isaías, algunos capítulos más tarde, donde el
profeta habla dos veces, en masculino, de un ``mevaser´´, un ``anunciador´´ varón: ``¡Qué hermosos son,
sobre los montes, los pies del `mevaser´, el `heraldo´ o `anunciador´ que proclama la paz y da buenas

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noticias, y pregona la salvación!´´ (Isaías Cap.52 Vers.7).


Rashí señala la diferencia de que el texto una vez nos habla de un ``mevaser´´, un ``heraldo varón, y otra vez
de una ``mevaséret´´, una ``heralda´´ mujer. Y explica, como respuesta al por qué de esa distinción, que un
varón pregona la noticia en voz alta, de modo que todos, al pie del monte, pueden escucharla; mientras que
una mujer, sólo tiene voz débil para hacerlo. Y además, el mensajero varón es ``liviano de piernas´´, tiene
fuerzas de sobra para andar trepando por las laderas de los montes. Una mujer, en cambio -así Rashí- es
débil y delicada, y puede retrasar su llegada indefinidamente.
***
Si los judíos lo merecen, llegará un ``mevaser´´, un ``heraldo´´ varón, afirma nuestro comentarista. Pero en
caso contrario, D´´s enviará una ``mevaséret´´, una ``heralda´´ mujer, que quizás no llegará nunca a destino.
Y perdonen las damas lectoras de la presente nota, esta discriminación desagradable que se hace de ellas.
No olvidemos que con toda su sapiencia, nuestro comentarista Rashí (1040-1105) vivió en plena Edad
Media.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 04/08/2006
HAFTARA de Parashat Equev - Isaías Cap.49 Vers.14 Cap.51 Vers.3
El profeta: ir contra la corriente
La Haftará de Parashat Equev se extiende a lo largo de tres capítulos del profeta Isaías (o Yeshayáhu, en
hebreo): comienza a fines del Cap.49, sigue luego todo el Cap. 50 entero, y avanza hasta el Vers.3 del
Cap.51, donde acaba con las palabras ``porque el Eterno consoló a Sion, consoló a todas sus ruinas,
convirtió su desierto en un Edén y su estepa, en un jardín del Eterno; alegría y regocijo se hallarán en ella
(en Sión), agradecimiento y son de canto´´ (Cap.51 Vers.3).
Esta es la tendencia general de las profecías de Isaías, desde el Cap.40 (que hemos comentado en nuestra
nota de la semana pasada) en adelante: consolar a la ``hija de Sión´´ -símbolo del pueblo judío- y darle
nuevas esperanzas de vida para el futuro. Por eso, estos capítulos ``consoladores´´ de Isaías han sido
elegidos como Haftarot para los sábados que siguen al 9 de Ab, como lo veremos todavía en las próximas
notas de esta sección.
Y por eso también -por el gran contraste que señalan con las duras palabras de reproche del profeta en sus
capítulos anteriores al 40- rige hoy la hipótesis de que desde el Cap.40 en adelante se trata de otro autor,
que vivió en una época más tardía, cuando las desgracias que anunciaba el primer Isaías ya se habían
consumado (la destrucción del Templo, el cautiverio a Babilonia) y lo que el pueblo judío necesitaba era un
rayo de esperanza para el futuro.
...
El profeta habla, simbólicamente, de ``Sión´´ o de ``la hija de Sión´´ que se lamenta porque ``el Eterno me ha
abandonado, y mi Señor me ha olvidado´´ (Cap.49 Vers.14).
Esta es una alegoría que se presenta frecuentemente en nuestros profetas: la unión del pueblo judío con su
D´´s, como el vínculo de una esposa con su marido. Y cuando el profeta reprocha al pueblo la adoración de
ídolos, usa los calificativos habituales para una mujer que le es infiel a su esposo.
Y, como en el presente caso, de las palabras de consuelo de Isaías, apela al antiguo amor que existía en la
pareja, como fundamento para volver a restablecer esa unión: ``Yo no te olvidaré´´ -dice D´´s por boca del
profeta (Vers.15)-. ``He aquí que te he grabado en mis manos; tus murallas siempre están presentes ante
Mí´´ (las de la ciudad de Jerusalem; Vers.16). Y prosigue diciendo Isaías: ``Se han apurado tus hijos´´
(Vers.17).
Rashí comenta: se han apurado en regresar a Jerusalem. Y Radak (Rabí David Kimjí, 1160-1235) añade: el
tiempo pasado, usado con intención de futuro: ``Se apurarán tus hijos´´. ``Un fenómeno muy frecuente en las
profecías bíblicas´´, añade.
¿Y por qué habrán de apurarse?
Porque ``los que te arrasaron y los que te destruyeron, saldrán de ti´´ (Vers.17). Vale decir: los babilonios y
los otros enemigos del norte, que en el año 586 a.C. conquistaron Jerusalem, incendiaron el Primer Templo y
destruyeron el reino de Judá, se retirarán del país conquistado, y de este modo posibilitarán su necesaria
reconstrucción.
...
Pero este último versículo, cuya intención aquí parece bastante clara, muchas veces ha sido tergiversado
para darle un significado muy diferente: ``Los que te arrasaron y te destruyeron saldrán de ti´´ no serían
tropas invasoras que se retiran del país conquistado sino miembros del propio pueblo judío -saldrán ``de ti´´-
que se han alzado para destrozar a sus correligionarios. Traidores que surgieron dentro de las mismas filas
de los judíos, para actuar en desmedro de sus hermanos.
Por supuesto, y como se intuye por el estado de ánimo que refleja la profecía de Isaías, él no hace aquí
introspección masoquista de autoflagelación sino que señala, sencillamente, que los babilonios algún día
habrán de retirarse y facilitarán así la construcción de un nuevo reino de Judá.
Pero esto no es óbice para que estas cuatro palabras hebreas - ``meharsáyij umajariváyij mimej yetzéu´´,
prescindiendo de ``los hijos que se han apurado´´- muchas veces sean usadas por oradores, escritores o
ensayistas para señalar que ``de nosotros mismos salen quienes nos destruyen o perjudican´´.
...
Y tal como lo hemos señalado al comenzar la presente nota, la Haftará se extiende, a través de todo el
Cap.50, hasta los comienzos del Cap.51, para acabar con las palabras ``Alegría y regocijo se hallarán en
ella, agradecimiento y son de canto´´ (Vers.3). Una franca voz de optimismo y de esperanza en un futuro
mejor, lanzada en momentos de duelo, de tristeza y de desesperación. Una función muy frecuente de los
profetas de Israel: ir en contra de la corriente general del pueblo. Fustigar en épocas de exagerado bienestar
o confianza en las propias fuerzas. Y consolar al pueblo, y darle ánimos, cuando cunden la desazón y la
desesperanza.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 11/08/2005
Isaías Cap.54 Vers.11 Cap.55 Vers.5
Futuras épocas de abundancia
Siguiendo la línea iniciada hace algunos sábados, también la Haftará de Parashat Reé está tomada de los
párrafos de consuelo del profeta Isaías, desde su Cap. 40 en adelante.
``¡Desdichada, agitada y sin consuelo!´´ (Vers.11), apela el profeta a un personaje femenino simbólico, la
ciudad de Jerusalén o la hija de Sión, representativas ambas del pueblo judío. Y describe a continuación
cómo volverá a ser reconstruida, con piedras de lujo y sobre cimientos estables y fuertes, ``y todos tus hijos
serán enseñados del Eterno, y será grande el bienestar de tus hijos´´ (Vers.13).
Rashí comenta que ``agitada´´ se refiere a las desgracias que han ocurrido (con Jerusalén o con la hija de
Sión) mientras que Radak -Rabí David Kimjí- opina que esta palabra alude directamente a los dolores que el
pueblo judío sufre en la diáspora a que lo han llevado cautivo los babilonios.
De todos modos, a ambos males Isaías les augura un pronto remedio. Ya sea mediante la reconstrucción
física de la ciudad -cuando habla de ``tus piedras´´, ``tus ventanas´´ y ``tus puertas´´ (en los Vers.11 y 12) y
principalmente, de la rectitud de la conducta de sus habitantes, ``enseñados del Eterno´´ (Vers.13), vale
decir, que conocerán las leyes de Él y las cumplirán. ``En la justicia te fundarás, aléjate de la opresión´´
(Vers.14), dice el profeta más adelante, apuntando a las nuevas normas de conducta que se esperan del
pueblo judío, a diferencia de aquellas otras, de injusticia social y de idolatría, que habían llevado a la
destrucción de Jerusalén. ``No temas, y espanto no se te acercará´´, añade en el Vers.14.
Y más adelante dice el profeta: ``Toda arma que se invente contra ti no tendrá éxito, y toda lengua que se
alce contra ti en el juicio, la tornarás culpable´´ (Vers.17). Vale decir que tanto de hecho como de palabra,
lograrás imponerte a todos tus enemigos. Con estas profecías Isaías procura consolar al pueblo y evitar que,
desesperado, deje de creer en un futuro mejor.
***
Y nuestra Haftará pasa en seguida al capítulo siguiente, el 55, donde Isaías habla de las necesidades
inmediatas del pueblo deportado de su país. ``¡Oh, todo el que esté sediento, id hacia el agua, y el que no
tiene plata, id, comprad cereal sin (pagar) dinero, y sin precio (adquirid) vino y leche!´´ (Vers.1). La redención
vendrá sin tener que pagar por ella, así como el agua que surge de un manantial.
Rashí lo interpreta alegóricamente: ``Id hacia el agua´´, hacia la Torá, a aprender la ley judía. Y en cuanto al
vino y la leche, afirma que el estudio de la Torá es mejor que la bebida de estos dos líquidos.
Radak (Rabí David Kimjí) afirma que esta profecía está dedicada a los otros pueblos, fuera de los judíos:
cuando llegará el fin de los días, después de la mitológica guerra ``de Og y Magog´´, serán los otros pueblos
quienes reconocerán al Eterno, el D´´s de Israel, y admitirán que Él es único y que gobierna todo el universo.
Dejarán de creer en sus anteriores ídolos, y acudirán a Jerusalén a aprender los juicios y las leyes del Eterno
de Israel. Tal la intención universalista -y no solamente judía- que Radak cree hallar en las palabras de
Isaías.
Y en ese sentido explica también lo que el profeta dice más adelante: ``¿Por qué pesáis plata por algo que
no es pan? ¿Y (entregáis) vuestro salario por algo que no deja satisfecho?´´ (Cap.55 Vers.2). Radak
menciona al sabio Rabí Abraham (¿Ibn Ezra?), quien explica que esto, ``pesáis plata por algo que no es
pan´´, alude a quienes se esfuerzan con las ciencias ajenas, que no son útiles. Y también cita a otro sabio,
Yéfet (un comentarista bíblico que vivió en Jerusalén entre los años 950 y 980 d.C.) quien sostenía que
``algo que no deja satisfecho´´ se refiere al cuerpo tanto como al espíritu.
De tal modo, nuestros dos comentaristas desvían a carriles simbólicos la abundancia de alimentos que
Isaías quizás quiso describir sin segundas intenciones, sólo para señalar que frente al estado de hambre y
escasez de comida causado por la guerra, volverán a reinar más adelante nuevas épocas de paz, con
abundancia de todo: agua, pan, leche y vino.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 18/08/2006
Isaías Cap.51 Vers.12 Cap.52.Vers.12
El retorno a Sión y sus problemas
También la Haftará de Parashat Shoftim está tomada del libro de Isaías (en hebreo, Yeshayáhu) y se suma
así a la serie de profecías de consuelo que leemos en nuestras sinagogas cada sábado después de
transcurrido el ayuno del 9 de Ab, y de las desgracias que este día conmemora.
``Anojí anojí hu menajemjem´´, ``Yo, yo soy vuestro consolador´´, dice el Eterno al pueblo de Israel, con la
misma palabra ``anojí´´, forma majestuosa de lo que luego se abrevió en ``aní´´ (``yo´´), con que también
comienzan los Diez Mandamientos (``Yo soy el Eterno tu D´´s´´, en Shemot-Exodo Cap.20 Vers.2 y en
Devarim-Deuteronomio Cap.5 Vers.6).
En cuanto a ``menajemjem´´, ``el que os consuela´´, sacándole el sufijo ``jem´´ referido a ``vosotros´´, nos
queda la palabra ``menajem´´ , el ``consolador´´ o ``la persona que consuela´´, de la raíz N-J-M, ``consolar´´,
que conocemos como nombre propio del fallecido estadista israelí Menajem Beguin, y cuya raíz también está
presente en varios otros nombres propios hebreos: Najum (el ``consolado´´) que fue uno de los Profetas
Menores. O también Nejemiá, ``Consuelo (llegado) del Eterno´´, un dirigente del pueblo judío en la época del
retorno de Babilonia a Jerusalén cuyo libro, modificado en Nehemías, es uno de los últimos libros históricos
de la Biblia hebrea. Y en hebreo también se usa Nejamá (como sustantivo: el ``consuelo´´) como nombre de
mujer, hasta el día de hoy.

***

Y debido a que el Eterno es el consuelo del pueblo de Israel, éste no debe tener miedo a sus adversarios,
que son solamente seres humanos: ``¿Quién eres tú, para temer a un hombre mortal, a un hijo del hombre,
equiparado a pasto?´´ (Vers.12). Y Rashí explica: ¿por qué temes a un hombre, que acabará por morirse?
Y más adelante el profeta exhorta: ``¡Despierta, despierta, levántate, Jerusalem, que has bebido de la mano
del Eterno la copa de Su furia!´´ (Vers.17), es decir, que has sufrido el castigo que El te envió por tus
pecados: la caída de la ciudad en manos de los babilonios, la destrucción del Templo y el cautiverio de esos
habitantes de Judá que Nabucodonosor llevó como prisioneros de guerra a su país.
Así como en la tradición judía conocemos copas de vino que representan alegría -en el ``kidush´´ o
santificación con que recibimos a cada una de nuestras fiestas, comenzando por la bienvenida del ``shabat´´
los viernes de noche- Isaías usa acá un ``cos hatarelá´´, una ``copa de narcótico´´ que envenena (de la raíz
R-Ayin (muda)-L, ``veneno´´) como símbolo de la desgracia que sobrevino al pueblo de Israel. Y esa copa,
``cos jamatí´´, la ``copa de Mi furia´´, ``no volverás a beberla más´´ (Vers.22), promete el profeta, sino que
``la colocaré (Yo, D´´s) en manos de los que te atormentaron´´ (Vers.23) y serán ellos los que la beberán
hasta el fin.

***

Luego, en el Cap.52, Isaías alienta al pueblo: ``¡Despierta, despierta, viste tu gala, Sión; viste las ropas de tu
esplendor, Jerusalem, la ciudad santa´´ (``ir hacódesh´´, en hebreo) (Vers.1).
Y en ese mismo tenor, el profeta prosigue: ``¡Sacúdete el polvo, levántate (del suelo) y siéntate, Jerusalem!´´
(Vers.2). Radak (Rabí David Kimjí) comenta: la permanencia en el exilio se parecía a revolcarse en el polvo.
Levantarse y sacudirlo consiste en regresar a Jerusalem. Y ese retorno -sabemos por la Historia posterior-
dio comienzo en el año 538 a.C. cuando Ciro, rey de Persia, conquistó Babilonia y emitió su famosa
proclamación, por la cual permitía el regreso a sus países de origen a todos los pueblos que él halló allá
como cautivos de guerra de los babilonios. Así también permitió el regreso de los judíos a Jerusalem, y la
construcción, allá, de un nuevo Templo, que fue inaugurado en 516 a.C., 70 años después de la destrucción
del primero.
Por hablar de esta época del retorno a Sión, se considera hoy que los capítulos 40 hasta 66 de Isaías son de
otro autor, posterior a aquél anunciado en el capítulo inicial del libro como contemporáneo de varios reyes de
Judá del siglo IX a.C, y que predice la destrucción del Templo como castigo por los pecados del pueblo
judío.
Y tal como lo anuncia el profeta en el versículo final de nuestra Haftará de hoy: ``No saldréis (de regreso a
Jerusalem) con apuro, y no caminaréis como en fuga´´ (Cap.52 Vers.12). Hoy los historiadores consideran
que hubo varias etapas en el proceso del retorno a Sión, y que en cada una de ellas volvió de Babilonia un
nuevo grupo de expatriados.
Un proceso paralelo al que, 2.500 años más tarde, se dio con las diversas ``aliot´´ de la historia del sionismo
moderno, donde también hubo, hasta la proclamación del Estado de Israel, diversos grupos de ``olim´´ que
llegaron al país en diversas fechas, y provenientes de diferentes puntos de la Diáspora.
Y en tiempos del antiguo retorno a Sión, tampoco faltaron fricciones y luchas con los vecinos, pueblos que
los retornados hallaron aquí, ya instalados en estas tierras.
Resulta interesante comprobar cómo a través de los dos milenios y medio que nos separan a nosotros de los

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tiempos del Deutero (o: segundo) Isaías, la Historia se repite.


Pero esto ya es tema para historiadores, que excede por cierto el estudio de nuestra Haftará.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 25/08/2006
HAFTARA de Parashat Ki Tetzé - Isaías Cap.54 Vers.1-10
Mujeres estériles y enojos conyugales
``¡Regocíjate, mujer estéril que no tuvo hijos!´´, anuncia Isaías en el comienzo del capítulo 54, otro de los
capítulos de consuelo de sus profecías, que nuestra tradición ha elegido como Haftará del sábado próximo.
En la antigüedad -como en cierto modo también hoy día- el dolor más intenso que podía sufrir una mujer
radicaba en el hecho de no tener hijos. Ya fuera porque no lograba producirlos en la unión conyugal con su
marido -recordemos la historia de Raquel y el escándalo de celos que ella protagonizó ante su marido Jacob
(Bereshit-Génesis Cap. 30 Vers.1-6) y que ella hasta colocó en el regazo del patriarca a su criada Bilhá, con
tal de llegar a mecer un bebé- y peor aún, por no alcanzar a tener un esposo con el cual procrearlo.
En el caso de la ``mujer estéril´´ aquí, en el pasaje de Isaías, señala Rashí que la alegoría se refiere a
Jerusalem, la ciudad que ha perdido a sus hijos muertos en la guerra o exiliados, llevados al cautiverio de
Babilonia.
¿Y con qué habría de regocijarse una mujer en semejantes condiciones?
Con la llegada de nuevos hijos, por supuesto. E Isaías no indica si habrá partos múltiples -mellizos, trillizos
etc.- pero describe de un modo bien pintoresco la situación a que se llegará con el nacimiento de tantos hijos
en el futuro: el hogar quedará chico, y habrá que ampliarlo. Como si dijéramos hoy día, en el ambiente
urbano en que vivimos: habrá tantos hijos, que se necesitará una vivienda con varios dormitorios para una
familia tan grande.
Isaías lo describe con las nociones de su época, y con símbolos que hoy día bien pueden aplicarse a las
viviendas que, en el sur de Israel, establecen muchas familias de beduínos.
``Ensancha el espacio en tu tienda, amplía las cortinas de tus moradas, no escatimes. Alarga las cuerdas
(de las que cuelgan las cortinas) y fortalece las estacas (en la tierra, a las que están atadas las cuerdas)´´
(Vers.2). Rabí David Kimji (nuestro comentarista conocido como Radak) añade que ``tu tienda´´ alude a
Jerusalem, mientras que ``tus moradas´´ apuntaría a las otras ciudades de Judá, que también volverán a ser
pobladas, después de que la guerra las dejó desiertas. Pero sin entrar en discriminaciones geográficas, este
texto nos revela que el profeta conocía bien de cerca cómo estaban construidas las viviendas de los
pastores nómades de su época, y qué medidas había que adoptar cuando se pretendía ensancharlas.
Y de este crecimiento de población, Isaías dice: ``Porque te vas a extender a derecha e izquierda, y tu
simiente conquistará naciones, y poblarán ciudades desiertas´´ (Vers.3).
Y retornando a la alegoría de la mujer que no tiene hijos, Isaías profetiza: ``Olvidarás la vergüenza de tu
juventud - tomemos nota: no tener hijos es una ``vergüenza´´- y no recordarás más la deshonra de tu viudez
(otra vez: la carencia de hijos)´´ (Vers.4).
Radak explica que ``tu juventud´´ alude a las penurias que tuvo el pueblo de Israel durante los primeros
tiempos de su llegada al país y que, por estar lejanos en la memoria colectiva del pueblo, se los llama así;
mientras que ``tu viudez´´ apunta al reciente cautiverio en la diáspora, donde el pueblo vivía abandonado
como una viuda que no tiene marido.

***

Pero, ¿qué puede hacer esta mujer para salir de su soledad?


No lo hará ella, sino su marido (D´´s, en esta alegoría): ``En un arranque de enojo he ocultado por un
momento (`rega´, en hebreo) Mi rostro de ti, pero con merced eterna me apiadaré de ti, dice el Eterno, tu
redentor´´ (Vers.8).
Los comentaristas se detienen en explicar la expresión ``shétzef kétzef´´ que hemos traducido como ``un
arranque de enojo´´. ``Shétzef`` es una expresión única, que sólo aparece en la Biblia en el presente
versículo de Isaías. ``Kétzef´´, en cambio, de una raíz K-TZ-F, ``enojo, furia´´, es una palabra que figura
como tal también en otros pasajes.
De todos modos, como expresión paralela a lo que dice el versículo anterior, ``En un instante pequeño (o:
corto) te he abandonado, y con gran misericordia te volveré a recoger´´ (Vers.7), no cabe duda acerca de su
significado: un breve momento de furia o de enojo.
Y así quedó el significado de ``shétzef kétzef´´ en hebreo hasta el día de hoy.
Por Heriberto Haber

1 de 1 16/01/2008 08:36 p.m.


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Parashá - 01/09/2006
HAFTARA de Parashat Ki Tavó - Isaías Cap.60 Vers.1-22
Tiempos mejores, ¿para cuando?
También el capítulo 60 de Isaías, elegido para Haftará del próximo sábado, procura presentarle al pueblo de
Israel la esperanza de un futuro mejor. ``He aquí que la oscuridad cubrirá la Tierra, y las tinieblas a las
naciones, pero sobre ti resplandecerá el Eterno, y Su gloria se hará ver sobre ti´´ (Vers.2).
Y más adelante indica Isaías: ``Alza tus ojos en derredor y mira. Todos se han reunido, han venido hacia ti:
tus hijos llegarán desde lejos, y tus hijas serán traídas en brazos´´ (Vers.4).
Recordemos la Haftará del sábado pasado, donde se hablaba de la mujer estéril que no tenía hijos, y
confrontemos ese cuadro desolador con el que Isaías nos presenta aquí. Dirigiéndose, también acá, a una
interlocutora femenina (porque en hebreo, el verbo distingue masculino de femenino no sólo en la persona
que ejecuta la acción, sino también al hablarle: ``Kum´´ (``Levántate´´), a un varón, y ``Kumi´´, hablando a
una mujer (como en la palabra inicial del capítulo y de la Haftará), que es la ciudad de Jerusalem o,
alegóricamente, la hija de Sión, símbolo del pueblo de Israel. ``Tus hijos´´ -los de una mujer- se dice en
hebreo ``banáyij´´, mientras que ``tus hijos´´, los de un varón, se dirían ``banéja´´. Escritos ambos vocablos
con las mismas letras; solamente varía la vocalización de los mismos.

...

Junto con los hijos y las hijas de Sión o de Jerusalem, también llegarán caravanas de otros pueblos a la
ciudad, portadoras de riquezas que ofrendarán en el Templo (¡reconstruido!) al D´´s de Israel. Y a las costas
del país acudirán ``barcos de Tar- shish´´ para ``traer a tus hijos desde lejos, su plata y su oro con ellos´´
(Vers.9), esos mismos ``barcos de Tarshish´´ a los cuales, en sus primeras profecías, Isaías amenazó con el
castigo divino por los cargamentos de lujos que traían al país (en Cap.2 Vers.16). En cuanto al sitio Tarshish,
hay quienes creen que así se llamaba alguna localidad o puerto que los fenicios tenían establecido en las
costas de España o de lo que hoy es Italia o Grecia, y que era famoso en el comercio internacional de
aquellos tiempos.
Un contemporáneo del primer Isaías -¡no del segundo!- , el profeta Jonás, para huir de la misión que el
Eterno le había encomendado, ``bajó a Iafo y encontró un barco que iba a Tarshish´´ (Jonás, Cap.1 Vers.3) y
desde él fue arrojado posteriormente al mar (Mediterráneo) y tuvo entonces su aventura en las entrañas de
un ``pez grande´´ (Cap.2 Vers.1) que después todos dieron en llamar ``ballena´´.

...

Retornando a Isaías, el segundo, el de la época del retorno a Sión (siglo VI a.C.), él sigue diciendo: ``Hijos
de extranjeros construirán tus murallas´´ (Vers.10), ``porque en Mi furor te he golpeado -dice D´´s- y con Mi
favor te he apiadado´´ (Vers.10).
Esto de las ``murallas´´ seguramente se refiere a Jerusalem, lo mismo que el versículo siguiente: ``Y tus
puertas estarán abiertas siempre, de día y de noche, no se cerrarán´´ (Vers.11), señal de que reinará la paz
en el país, sin enemigos alrededor, y no habrá motivo para cerrar las puertas de la ciudad por miedo de
ellos. En contraste con lo que vivieron los judíos cautivos en Babilonia, sobrevivientes del asedio a
Jerusalem durante los tiempos del ataque de Nabucodonosor.
Incluso sobrevendrán -alegóricamente hablando- cambios en la misma Naturaleza: ``No volverá a ponerse tu
sol, y tu luna no se recogerá; porque el Eterno te será por luz eterna, y se completarán (por acabarán) los
días de tu luto´´ (Vers.20).

...

Y ya al final del Cap.60, el profeta anuncia: ``El pequeño se convertirá en mil, y el joven, en un pueblo
poderoso´´ (Vers.22). Rabí David Kimjí -nuestro conocido Radak- explica que ``el pequeño´´ y ``el joven´´ se
refieren a una tribu o a una familia, que se volverá muy numerosa y potente.
Y finalmente, ¿cuándo ocurrirá todo esto?
``Yo, el Eterno, en su tiempo lo apresuraré´´ (Vers.22), dicen las palabras finales del capítulo y de nuestra
Haftará.
Y acá, los dos comentaristas tradicionales que nos acompañan en nuestras notas, ven una contradicción: si
la promesa divina ocurrirá ``en su tiempo´´, ¿cómo podrá D´´s apresurarla? Y por lo contrario, si la
``apresura´´, ¿cómo puede afirmarse que ocurrió ``en su (debido) tiempo´´?
Y los dos -tanto Rashí como Radak- coinciden en darnos una misma explicación: ``zajú´´, si (los hijos de
Israel) lo merecieron, D´´s lo apresurará; ``lo zajú´´, si no lo merecieron, la redención y el bienestar sólo
llegarán ``en su tiempo´´, sin adelantarse para nada.
Y una exégesis que no opone los dos términos, sino que procurar unirlos, diría así: ``Cuando llegue el tiempo
debido, cumpliré rápido (`apresuraré´) lo que le he prometido al pueblo de Israel´´.
Por Heriberto Haber

1 de 1 22/01/2008 11:03 p.m.


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Parashá - 08/09/2006
HAFTARA de Parashat Nitzavim-Vayelej
Novias vírgenes y manchas rojas
El sábado próximo se leerán juntas en nuestras sinagogas las Parashot Nitzavim y Vayélej, y para tal caso la
tradición establece como Haftará la que corresponde al primero de estos dos sábados, o sea la de Parashat
Nitzavim. Se trata del último fragmento de consuelo, tomado del profeta Isaías, como las anteriores Haftarot
que hemos visto: el final del Cap.61, todo el Cap.62 y la iniciación del Cap.63.
Comienza con las siguientes palabras: ``Me alegraré sobremanera con el Eterno, mi alma se regocijará con
mi D´´s, porque me ha vestido con ropas de salvación, me ha envuelto con un manto de justicia: como un
novio coronado de esplendor, y como una novia que luce sus joyas´´ (Cap.61 Vers.10).
Prestemos atención al principal elemento que, en su esencia, constituye la poesía bíblica: cada idea se
expresa dos veces, pero con palabras o alegorías diferentes. Por ejemplo, ``Me alegraré sobremanera con el
Eterno´´ tiene su repetición -o su paralelo- en ``mi alma se regocijará con mi D´´s``; ``Me ha envuelto con
ropas de salvación´´ es una idea que se repite cuando dice ``Me ha envuelto con un manto de justicia´´. Y
finalmente lo que describe del novio, se corresponde con lo que cuenta de la novia: ambos están en el
apogeo de su presentación.
Rashí, en su comentario, dice del novio que viste ropas de esplendor, así como el ``cohén gadol´´, el Sumo
Sacerdote. Y la novia, en cambio, luce por las joyas que lleva puestas en ocasión de su boda.
Radak -nuestro conocido rabí David Kimjí- hace notar que la traducción aramea del texto de Isaías antepone
a este versículo las palabras ``Dice Jerusalem: `Me alegraré´, etc.´´ y acota: o bien son las palabras del
pueblo de Israel, cuando retornan del cautiverio. Y agrega también una observación: ``Y escribió mi señor mi
padre que `El Eterno´ alude a la misericordia divina, mientras que `mi D´´s´ se refiere a la justicia de Él´´. Y
por eso -así Radak- al comienzo del versículo el verbo está repetido en el original hebreo, ``Sos asís´´,
donde ``sos´´ es el infinitivo (``alegrarse´´) y ``asís´´, el verbo conjugado (``me alegraré´´). Literalmente
traducido, entonces, ``Alegrar he de alegrarme´´ (que nosotros más arriba hemos traducido como ``me
alegraré sobremanera´´.
Digamos de paso que de esta raíz también proviene el sustantivo ``sasón´´ (``alegría´´).
***
Las ``ropas de salvación´´ y el ``manto de justicia´´, explica Radak, son alegrías. Y señala la diferencia entre
ambos términos: ``ropas´´ son lo que una persona lleva sobre el cuerpo, por eso Isaías usa para ellas el
verbo de raíz L-B-SH, ``vestir´´. El ``manto´´, en cambio, es sólo una cubierta superior, por eso el profeta usa
el verbo ``ató´´, ``envolver´´, de la raíz Ayin (muda)-T-H.

***
A comienzos del Cap.62, el profeta proclama lo siguiente, repitiendo de vuelta dos veces una misma idea:
``Por Sión no callaré, y por Jerusalem no quedaré quieto´´ (Cap.62 Vers.1).
Aquí tenemos los dos destinatarios de todas las palabras de consuelo de la presente Haftará, como
asimismo de las que hemos visto en varias de nuestras notas anteriores: ``Bat Tzion´´, ``la hija de Sión´´,
representativa del pueblo judío, y la ciudad de Jerusalem, como símbolo de sus habitantes; los dos vocablos
en hebreo son femeninos.
Por eso los verbos, las apelaciones y los posesivos en todas las profecías de consuelo que hemos visto
hasta ahora (desde Isaías Cap.40 en adelante; desde la nota ``El consuelo; sus heraldos y heraldas´´ del
3.8.06 hasta la presente) están en género femenino en el original hebreo, porque van dirigidos a la ``hija de
Sión´´ y a la ``ciudad´´ (``ir´´ en hebreo; también palabra femenina, como ``ciudad´´ en español) de
Jerusalem.
Y ya que estamos en alegrías de masculino y femenino, un poco más adelante Isaías dice: ``Porque así
como un joven posee a una virgen, (así) te poseerán tus hijos´´ (Cap.62 Vers.5).
Radak explica que no es lo mismo cuando un joven posee a la virgen, que cuando lo hace un anciano. O
cuando el varón no posee a una virgen, sino que lo hace con una mujer que ya no lo es. Del mismo modo
-así Radak- no es lo mismo cuando el pueblo de Israel habita la tierra de Israel y la cultiva, que cuando lo
hacen otros pueblos; esto último más bien parece la unión de un anciano con una virgen, o la de un joven
con una mujer ya desvirgada.
Pero el retorno del pueblo de Israel a su país representa el clímax, así como lo sería la unión de un novio
joven con una novia virgen. Y así también tenemos que entender la continuación de este mismo Vers.5: ``Tu
D´´s se alegrará contigo como la alegría de un novio con la novia´´.

***
Y después sigue una descripción un poco más concreta de lo que acontecerá durante ese retorno a Sión:
``Sobre tus murallas, oh Jerusalem, he colocado centinelas (que cuidarán) todo el día y toda la noche,
siempre, no descansarán´´ (Cap.62 Vers.6). Añade un comentarista: ``Porque generalmente, los guardias
que vigilan de noche, duermen de día, y de este modo, la muralla queda descuidada´´. Pero ello no habrá de
suceder en el retorno a Sión que aquí anuncia el profeta.

1 de 2 16/01/2008 08:39 p.m.


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***
Y en la última parte de nuestra Haftará, que es el comienzo del Cap.63 de Isaías, el profeta dedica una
especial atención al color rojo en sus diversas variantes. Comenzando por la asociación de ``adom´´ (``rojo´´,
en hebreo) con el pueblo de Edom (que en hebreo se escribe con esas mismas letras) como símbolo de los
enemigos de Israel; luego con el rojo de la sangre de esos enemigos. También habla del rojo de la púrpura,
como vestidura de esplendor, y finalmente del color rojo que mancha la ropa del viñatero, cuando éste se
ocupa de la vendimia de sus parras y de pisar las uvas en el lagar, para obtener vino.
``¿Por qué tienes rojo en tus vestidos, y tus ropas (manchadas de rojo) como el que pisa en el lagar?´´
(Vers.2), así inicia el profeta la serie de asociaciones de ideas que hará a continuación con el color rojo.
Y que, como vemos, no culminan con el rojo de la sangre enemiga derramada como venganza (por lo que
hicieron al pueblo judío) sino con el rojo del agricultor que, retornado a su país, se dedica allí a cultivar su
viña y a pisar la uva en el lagar.
Pues así se obtenía el mosto y el vino antes de nuestra época industrializada: pisando las uvas con los pies.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 15/09/2006
HAFTARA del primer día de Rosh Hashaná - I Samuel Cap.1 Vers.1 - Cap.2 Vers.10
El nacimiento de Samuel
El sábado, primer día de Rosh Hashaná del nuevo año hebreo 5767, se leerán los fragmentos de la Torá
establecidos para esa fecha, y quedan desplazados hasta el sábado siguiente la Parashá normal que
correspondería. Y lo mismo ocurre con la Haftará.
La lectura de la Torá de Rosh Hashaná, tomada del primer libro, Bereshit o Génesis, nos retrotrae a los
tiempos del patriarca Abraham, y nos cuenta el nacimiento de su hijo Isaac, en una época en que sus padres
Abraham y Sará ya eran bastante ancianos. Y para Haftará de este relato, nuestra tradición ha elegido la
historia de otro personaje cuyo nacimiento también fue anunciado previamente, igual como el de Isaac: el
que habría de ser el profeta Samuel.
La madre de éste, Janá, estaba casada con un hombre llamado Elcaná, quien además de ella tenía otra
esposa llamada Peniná (que significa ``perla´´). Peniná ya le había dado varios hijos a su marido, mientras
que Janá ansiaba tener alguno pero en vano. ``Y el hombre (Elcaná) solía subir cada año desde su ciudad
para prosternarse y sacrificar (animales) para el Eterno en Shiló; y allí (actuaban) los dos hijos de Elí, Jofní y
Pinjás, como sacerdotes para el Eterno`` (Primer Libro de Samuel, Shmuel Alef, Cap.1 Vers.3).
Shiló, en el territorio de la tribu de Efraín, quedaba al norte de Jerusalem, a media distancia,
aproximadamente, entre ésta y Shejm (hoy Nablus), y era el sitio donde en esa época previa a David (que
conquistó Jerusalem) reposaba el Arca de la Ley en la Tienda de la Reunión (``Ohel Moed´´), el santuario
portátil atendido, como acabamos de ver, por los dos hijos del anciano sacerdote Elí. Y cuando llegaba allá
para ofrecer sus sacrificios, Elcaná ``daba porciones (del mismo) a Peniná y a todos sus hijos e hijas; y a
Janá daba una porción doble, porque a Janá la amaba (más), pero el Eterno había cerrado su matriz (y ella
no tenía hijos)´´ (Primer Libro de Samuel, Cap.1 Vers.4-5).
Había una gran rivalidad entre las dos mujeres: la madre fértil y la esposa estéril. De poco ayudaron las
cariñosas palabras de Elcaná, que le decía a Janá: ``¿Por qué lloras, y por qué no comes, y por qué está
mal (por triste) tu corazón? ¿No soy yo mejor para ti que diez hijos?´´ (Ibíd. Vers.5)
Pero ella lloraba en el santuario, y rogaba, y formuló un juramento: ``Si Tú vas a ver la penuria de Tu sierva,
y le darás un hijo varón, lo entregaré al Eterno para todos los días de su vida; y cuchillo no subirá sobre su
cabeza (no se cortará el cabello; Será nazareno, como lo fue Sansón en su tiempo)´´ (Ibíd. Vers.11).
Elí -el padre de los dos sacerdotes del santuario- vio a Janá que ``hablaba para su corazón (para sus
adentros), sólo sus labios se movían, pero la voz no se escuchaba; y Elí creyó que ella estaba borracha´´
(Ibíd.. Vers.13). Entonces Elí le dijo unas palabras de reprimenda; ``¡Hasta cuándo te vas a emborrachar!
¡Quita el vino de encima de ti!´´ (Ibíd. Vers.14). Pero Janá le respondió con humildad: ``No, mi señor; no he
bebido vino ni bebida embriagante, (solamente) he volcado mi alma delante del Eterno´´ (Ibíd.. Vers.15).
¡Buena lección al anciano sacerdote, de que no hay que juzgar por las apariencias!
Y Elí, reconociendo tácitamente su error, la despidió a Janá amablemente, y la bendijo: ``Anda en paz. ¡Y
que el D´´s de Israel conceda el pedido que has rogado de él!´´ (Ibíd.. Vers.17).
Y después de este episodio en Shiló, Janá realmente quedó embarazada de Elcaná, y tuvo un hijo, al que
ella llamó Samuel (Shmuel, en hebreo), ``porque lo he pedido del Eterno´´ (Ibíd.. Vers.20). No está del todo
clara la relación entre las letras S-M-U y la terminación El, que alude a D´´s. Hay quienes creen que la idea
encerrada en el nombre sería Shaúl me-El, ``pedido´´ o ``solicitado´´ de D´´s. O algún derivado de SH-M-Ayin
(muda) y El, ``El Eterno oyó´´ su ruego. Pero de todos modos, aunque no concuerden todas las letras, la
intención de Janá es clara: es el niño que pidió a D´´s y El le concedió.
Al año siguiente, cuando Elcaná fue otra vez a Shiló para su habitual visita y sacrificio en el santuario, Janá
no se unió a la partida. El hijo de pocos meses era muy pequeño todavía para dejarlo allá, y no había allí
servicio de lactantes. Janá dijo a su marido: ``Hasta que se destete el niño. Entonces lo llevaré, y se
presentará ante la faz del Eterno, y habitará allá (en el santuario de Shiló) para siempre´´ (Ibíd. Vers.22).
Y así ocurrió, realmente. Cuando Samuel no necesitó la leche materna, Janá lo llevó a Shiló junto con varios
animales para sacrificar en el altar, y presentó al niño ante Elí, diciéndole: ``Yo soy la mujer que estuve aquí,
para implorar al Eterno. Por este niño yo he rogado, y el Eterno me ha dado el pedido que he solicitado de
El´´ (Ibíd. Vers. 26-27).
Y Janá continúa: ``Y también yo lo he dedicado (a este hijo) al Eterno todos los días que viva, estará
entregado (o:``dedicado´´; ``shaúl´´, en hebreo) al Eterno`` (Ibíd. Vers.28).
Y de este modo, el niño quedó en el santuario, dedicado al servicio de D´´s. Según leemos en el libro final de
la Biblia hebrea (Divrei Hayamim Alef, Primer Libro de las Crónicas Cap.6 Vers. 11-13), Elcaná había sido un
descendiente de Leví (cualidad que heredó su hijo), de modo que más adelante, ya mayorcito, Samuel
quedaba habilitado para ejercer funciones en el santuario, que por ahora atendían Elí y sus descendientes.
Y no sólo eso. Samuel en el transcurso de la historia, tuvo una importancia mucho mayor que esas meras
funciones de culto. Como que coronó (y después destituyó) al rey Saúl, y también lo coronó después de éste
a David.
Por Heriberto Haber

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Parashá - 22/09/2006
Oseas Cap.14 Vers.2-10 , Miqueas Cap.7 Vers.18-20, Joel Cap.2 Vers.11-27
Un ``cocktail´´ de profecías
El próximo sábado leeremos de la Torá el himno de despedida de Moisés -Parashat Haazinu- cuya Haftará
paralela se encuentra en el Segundo Libro de Samuel (Shemuel Bet, en hebreo), Cap.22, donde también
David entona un admirado cántico de bendición en honor de D´´s.
Pero como este año, al sábado de Parashat Haazinu le sigue casi inmediatamente Iom Kipur, el Día del
Perdón (que comenzará el domingo 1ú de octubre por la noche con la plegaria de Kol Nidrei), queda
desplazada la Haftará del cántico de David, y se leerá este sábado una Haftará que comienza con las
palabras ``Shuvá Israel´´, ``¡Retorna, oh Israel!´´, que ante la proximidad de Iom Kipur exhorta al pueblo de
Israel a arrepentirse de sus pecados y a retornar al Eterno y al cumplimiento de Sus leyes. Por esa palabra
inicial ``Shuvá´´ (forma poética del imperativo ``shuv´´, ``¡vuelve o retorna!´´), también al sábado que precede
a Iom Kipur suele llamárselo ``Shabat Shuvá´´, ``Sábado ¡retorna!´´.

...

La Haftará de Shabat Shuvá, y perdónesenos la expresión, consiste en un ``cocktail´´ de tres textos tomados
de los ``Trei Asar´´, ``los doce Profetas menores´´. De ellos ya dijimos aquí más de una vez que son
``menores´´ sólo por la cantidad de capítulos que nos quedaron de cada uno de ellos (comparados con los
``mayores´´ que serían Isaías, Jeremías y Ezequiel), pero de ningún modo se achica la importancia que
tuvieron en la historia bíblica. Los fragmentos de nuestra Haftará de hoy están tomados, como se indica más
arriba, de Oseas (Hoshea, en hebreo), de Miqueas (Mijá) y de Joel (Ioel).
El factor común o la idea central que los une es la exhortación al pueblo de Israel de retornar a D´´s y al
cumplimiento de Sus leyes: ``¡Retorna, Israel, hacia el Eterno tu D´´s, pues has tropezado con tu pecado´´
dice el versículo inicial de la Haftará (Oseas Cap.14 Vers.2). Ibn Ezra comenta que ese retorno debe ser
paulatino, poco a poco, mientras que Rashí indica que en el reino de Judá llamaban ``Israel´´ al del norte (el
que se segregó después de la muerte de Salomón), y que el ``tropiezo´´ que menciona Oseas alude a la
destrucción de ese reino (en el año 722 a.C., a manos de los asirios).
``¡Tomad con vosotros palabras y volved hacia el Eterno!´´ prosigue diciendo Oseas. E Ibn Ezra explica:
presentad palabras de arrepentimiento. D´´s no os pide ofrendas de dinero ni sacrificios de animales, sólo
que os arrepintáis y os confeséis, así como en Iom Kipur el Sumo Sacerdote (o ``Cohén gadol´´) colocaba
simbólicamente los pecados del pueblo de Israel sobre la cabeza de uno de los dos chivos, el así llamado
``chivo emisario´´ (según figura en la lectura de la Torá de Iom Kipur; ver Vayikrá-Levítico Cap.16 Vers.21).
Y después, Oseas pasa a la actualidad de sus propios días (la segunda mitad del siglo VIII a.C.): ``Asiria no
nos ayudará, y no montaremos en un caballo´´ (Cap.14 Vers.4). Asiria era el reino que acosaba a Israel por
el norte, mientras que los caballos -arma bélica en aquellos tiempos, pues eran los que tiraban de los carros
de guerra, equivalentes a los tanques de hoy- solían ser importados de Egipto.
De modo que Oseas pregona algo así como una política de neutralidad: no fiarse ni de la ayuda que
prometen los asirios, ni de la que puedan ofrecer los egipcios desde el sur, interesados en detener el avance
los asirios. (Recordemos que en el año 722 a.C. los asirios vencieron al reino de Israel y conquistaron
Samaria, su capital).

...

Pero Oseas también tiene palabras de aliento para su pueblo, no sólo amenazas.
``Seré como rocío para Israel´´ -dice un poco más adelante (en Cap.14 Vers.6)-: como agua que fertiliza y
ayuda al desarrollo de la planta. ``Y florecerá como un lirio -prosigue- y echará sus raíces como el Líbano´´.
E Ibn Ezra comenta: la raíz que se había secado volverá a cobrar vida, y el lirio, que sólo tiene una raíz débil
y fina, echará raíces fuertes y sólidas como los árboles (¿los cedros?) del Líbano.
Y Oseas concluye sus profecías con una exclamación: ``¡Quién fuera sabio y entendiera estas (palabras
mías), prudente y (que las) comprendiera! Porque los caminos del Eterno son rectos, y los justos transitan
por ellos. Pero los malvados tropiezan en ellos´´ (Cap.14 Vers.10). Y Rashí comenta: los malvados tropiezan
porque no van por los caminos que les señala el Señor.

...

Después de estas palabras, comienzan en la Biblia (o Tanaj) las profecías de Joel (Ioel); pero antes de pasar
a este profeta, nuestra Haftará todavía intercala un breve fragmento de Miqueas (Mijá) donde también se
habla de pecados, del arrepentimiento y del perdón. Todo ello, teniendo en cuenta que estamos en Shabat
Shuvá, el sábado que precede inmediatamente a Iom Kipur, el Día del Perdón.
``¡Quién es como Tú, oh D´´s, que perdonas el pecado y absuelves la iniquidad, para el resto (que quedó) de
Su heredad (el pueblo de Israel)!´´ (Miqueas Cap.7 Vers.18). Y poco más adelante, Miqueas (o Mijá, que

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vivió más o menos por la misma época que Oseas) concluye el libro de su profecías, también con un rayo de
esperanza para el futuro: ``¡Darás (Tú, D´´s) verdad a Jacob y merced a Abraham, tal como lo juraste a
nuestros antepasados en los tiempos antiguos!´´ (Miqueas Cap.7 Vers.20)

...

Y ahora sí, nuestra Haftará pasa al profeta Joel (Ioel), donde recurre directamente al segundo capítulo del
texto, allí donde dice: ``Y el Eterno alzó Su voz delante de Su ejército, pues Su campamento es muy
numeroso y potente, para ejecutar Su palabra´´ (Joel, Cap.2 Vers.11). El ``ejército del Eterno´´ algunos lo
identifican con una plaga de langostas que Joel anuncia y describe detalladamente a comienzos del Cap.1
de sus profecías, mientras que otros creen que esas langostas -que carcomen y destruyen todo lo que
encuentran a su paso- no son sino un símbolo de los ejércitos enemigos que vendrán a asolar el país.
De Joel mismo el libro no nos da detalles -dónde vivió, o en tiempos de cuáles reyes- y sólo nos señala el
nombre de su padre, que era Petuel.
Y el fragmento por el cual este profeta también ha sido elegido para esta Haftará del sábado previo a Iom
Kipur, seguramente es el siguiente, donde Joel describe en detalle cómo se anunciaba en Jerusalem un día
de ayuno y de arrepentimiento colectivo: ``¡Tocad shofar en Sión, proclamad ayuno y convocad a reunión!´´
(Joel Cap.2 Vers.15).
Antiguamente toques de shofar, o en tiempos ulteriores de trompetas, y hoy, en nuestra actualidad israelí, el
inesperado ulular de las sirenas en el país, son una señal de alarma para el pueblo.
Y Joel sigue insistiendo: ``¡Convocad al pueblo, consagrad la reunión, reunid a los ancianos, a los niños y a
los lactantes! ¡Que el novio salga de su habitación (de recién casado) y la novia, de su `jupá´ (el palio
nupcial)!´´ (Joel, Cap.2 Vers.16).
Y en el Templo mismo de Jerusalem, ``entre el atrio y el altar, que lloren los sacerdotes, los servidores del
Eterno, y que digan: `¡Apiádate, oh Eterno, de Tu pueblo Israel, y no entregues tu heredad a la vergüenza,
que otras naciones la gobiernen!´ ¿Por qué dirán los (otros) pueblos: dónde están sus dioses (los de Israel,
que no lo defendieron)?´´ (Joel, Cap.2 Vers.17).
Esta descripción de una conmoción popular, destinada al acercamiento a D´´s y a obtener el perdón del
castigo que amenaza sobrevenir, seguramente es la que movió a nuestros sabios a elegir también este
fragmento de Joel para la Haftará de Shabat Shuvá.
Pero, como es tradición también, el último versículo de la Haftará hace hincapié en dejar en los oídos del
público que la oye en la sinagoga un rayo de esperanza, con miras a un futuro mejor: ``Y sabréis que en
medio de Israel estoy Yo, y Yo soy el Eterno vuestro D´´s , y no hay ningún otro, y Mi pueblo no se
avergonzará nunca más´´ (Joel Cap.2 Vers.27).
Y con estas palabras frescas siempre en la memoria, la comunidad enfrentará pocas horas después la
llegada de Iom Kipur, el Día del Perdón.
Por Heriberto Haber

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Sucot - 26/09/2006
Una de las tres festividades prescriptas por la Biblia
"He hecho habitar a los hijos de Israel en Sucot cuando
los saqué de la tierra de Egipto''
Como ya lo dijimos al hablar del calendario hebreo, la serie de estas tres fiestas se inicia
con Pesaj (por marzo-abril), le sigue Shavuot cincuenta días más tarde, y concluye con
Sucot, poco después de Iom Kipur, a partir del día 15 de Tishri, generalmente en octubre.

Lo que caracteriza a los tres Regalim es su carácter de celebraciones agrícolas: Pesaj,


fiesta de la primavera; Shavuot, de las primicias, y Sucot, de la finalización de la cosecha.
De modo que resulta un poco forzado empezar aquí su estudio precisamente con Sucot,
teniendo en cuenta que la cosecha es el final del proceso de la siembra, iniciado muchos
meses antes.

Y al mismo tiempo, cada uno de estos Regalim también va asociado a acontecimientos


históricos ocurridos con el pueblo de Israel en los días de Moisés: Pesaj, al éxodo de Egipto; Shavuot, a la
entrega de la Ley a Moisés en el monte de Sinaí; y Sucot, al recuerdo de las cabañas o tabernáculos en que
vivieron los hijos de Israel durante los cuarenta años de la dura travesía del desierto.

Posteriormente, en tiempos en que el pueblo de Israel vivió aquí, en Tierra Santa y gran parte de sus
integrantes se dedicaban al cultivo de la tierra -``cada uno debajo de su vid y de su higuera'', como lo cuenta
la Biblia de una época que considera idílica, los días del reinado de Salomón- el carácter agrícola de las tres
Fiestas del Peregrinaje adquirió plena vigencia y significación para los habitantes del país.

En la actualidad, en la Diáspora los judíos viven casi todos una vida urbana, en ciudades grandes o
pequeñas, de modo qué allí se recalca especialmente el aspecto histórico de los tres Regalim. Sólo en el
Estado de Israel, donde la existencia de centenares de colonias agrícolas ha devuelto a miles de judíos a la
vida del campo, las tres Fiestas del Peregrinaje también recobran paulatinamente su carácter de auténticos
festejos agrícolas. Los frutos del campo dejan de ser aquí solamente un símbolo sinagogal cultivado por
otros y comprado por los fieles en el mercado, para tornar a ser el producto feliz del trabajo que el mismo
labrador que los toma en la mano, logró arrancar con el sudor de su frente de las entrañas de la tierra.

Desde el punto de vista de los sacerdotes y levitas que actuaban en el Templo de Jerusalén los tres Regalim
eran, al igual que Rosh Hashaná y Iom Kipur, días festivos que tenían prescritos sus sacrificios especiales, y
ellos eran los encargados de ofrecer a Dios los diversos animales y demás ofrendas sobre el altar. Este
aspecto de nuestras fiestas quedó trunco hace dos milenios, desde que Tito, general romano, destruyó el
segundo Templo en el año 70 e.c. La enumeración de los diversos sacrificios sólo se evoca oralmente en las
plegarias de cada fiesta, o en la lectura de la Torá de cada una de ellas, pero ya van diez y nueve siglos que
no se los ejecuta más en la práctica.
Sucot, Fiesta de las Cabañas: los ``tabernáculos'' o ``cabañas'' (en hebreo, sucot; en singular, sucá) son los
que dan su nombre a esta fiesta, y la Torá ordena construirlos ``para que sepan vuestras generaciones que
(Yo, D's) he hecho habitar a los hijos de Israel en sucot cuando los saqué de la tierra de Egipto'' (Vayicrá -
Levítico 23.43).

Además de esta evocación histórica, la cabaña también está destinada a simbolizar, como vivienda frágil y
endeble, la fugacidad del paso del hombre por la vida.
Como median muy pocos días entre Iom Kipur y Sucot - del 10 al 15 de Tishrí - nuestra tradición recomienda
dar los primeros pasos para la construcción de la cabaña, apenas terminado el Día del Perdón.

El elemento más importante de la sucá es el techo de la misma, formado por sejaj, un ``ramaje'' en que
intervienen las ramas y hojas de diversos árboles. Nótese la afinidad etimológica de los vocablos súcá -de
una raíz S-K-H- y sejaj -de la raíz S-J-Jp (donde la K y la J no son sino variantes de una misma letra del
alfabeto hebreo, la caf. K es su sonido fuerte, J es el más débil). Este sejaj que se coloca como techo no
debe ser demasiado tupido; por entre las ramas tienen que filtrarse algunos rayos de luz durante el día, y
deben poder verse algunas estrellas de noche.

Para sustentar este techo de ramas, generalmente se construye una armazón de madera o de otros
materiales. En Israel salen a la venta armazones desarmables de metal o de plástico, que pueden volver a
usarse de un año para el otro. Y mientras que las ramas hacen las veces de endeble techo por arriba, por los
costados se deslizan hacia abajo las paredes de la sucá, que pueden ser meras cortinas de tela, por
ejemplo, o planchas de cartón. Tres de los cuatro costados de la cabaña tienen que estar delimitados por
``paredes'' semejantes; el cuarto costado puede quedar abierto del todo, a guisa de puerta de acceso a la

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sucá, o se lo cierra sólo en forma parcial. Y el Talmud también establece las medidas mínimas o máximas
que debe tener una sucá para que su uso sea adecuado a esta fiesta.

Hoy día en el Estado de Israel, para quienes viven en el campo, en kibutzim, moshavim (dos tipos de colonia
agrícola colectiva) o en sus propias tierras, levantar una sucá no representa ningún problema de espacio. El
hombre de la ciudad, en cambio, más limitado porque allí donde termina su propia casa generalmente suele
comenzar la del vecino, busca cualquier espacio libre disponible para edificarla; a veces, en sociedad con
ese vecino: un jardín, un patio, un sitio reservado al estacionamiento de vehículos, o bien un balcón al aire
libre o la terraza del edificio.

Del mismo modo, cada sinagoga -en Israel tanto como en la Diáspora- procura ofrecer una sucá a los fieles
que concurren a los servicios religiosos de esta fiesta, levantándola también en algún patio interior, terraza u
otro espacio al aire libre.
La prescripción bíblica ordena que ``en las cabañas habitaréis durante siete días'' (Vayicrá-Levítico 23.42), y
en el Talmud los sabios determinan que durante esa semana festiva el judío debe comer y dormir en la sucá
tal como suele hacerlo el resto del año en su casa. Pero en la práctica generalmente se omite la parte del
dormir, y sólo se sirven en la sucá las comidas principales de la festividad, es decir, los almuerzos y las
cenas.

En las sucot levantadas en sinagogas, después del servicio religioso se acostumbra ofrecer a los fieles una
copa de vino y un bocado de pan, sobre los cuales previamente se pronuncia la bendición del Kidush o
``Santificación'' de la fiesta.

En Israel, tal como lo indica la Torá, es día de fiesta (y por ende, también feriado nacional) el primer día de
Sucot solamente; en la Diáspora lo son los primeros dos. Los restantes días se denominan Jol Hamoed,
``día hábil (en medio) de la fiesta'': rigen también para ellos las normas de la festividad (recitar ciertas
plegarias especiales, habitar en la sucá etc.), pero son hábiles en el sentido de que cada uno puede realizar
en ellos su acostumbrado trabajo cotidiano. Salvo el día shabat que caiga en alguno de esos días, se
sobreentiende: éste será doblemente festivo, por ser sábado, el día de reposo semanal, y al mismo tiempo,
uno de los días de Sucot.

Las cuatro especies: la Torá también prescribe para la celebración de Sucot el uso de cuatro especies de
plantas: ``El fruto del árbol hermoso, ramas de palmera, un ramo del árbol frondoso y sauces de arroyo''
(Vayicrá -Levítico 23.40).

Dilucidado en el Talmud que ``fruto del árbol hermoso'' es el etrog o ``cidra'', un cítrico parecido al limón, y
que el ``árbol frondoso'' es el mirto, obtenemos con estos cuatro elementos -una rama de palmera, dos de
sauce, tres de mirto, unidas todas en un ramillete que se denomina lulav, y acompañadas por el etrog- el
conjunto de las cuatro especies o Arbaá Minim, que tras de tomarlas en las dos manos y pronunciar sobre
ellas una bendición especial, se agitan en varias direcciones durante el recitado de algunas de las oraciones
de esta fiesta (con excepción del día de Sucot que caiga en sábado).

Y a pesar de que la presencia de estos cuatro vegetales en el hogar o en la sinagoga sin duda obedece
primordialmente al carácter de Sucot como ``fiesta de la recolección`` (Shemot-Exodo 23.16) con que
culmina la cosecha, también hubo quien quiso ver en estas cuatro especies una lección moralizante. El etrog
-así reza esta interpretación simbólica- es hermoso y tiene buen aroma. La rama de mirto sólo tiene aroma;
la de palmera, sólo es hermosa, y la del sauce carece tanto de aroma como de belleza. Y sin embargo, se
necesitan las cuatro plantas juntas para el ramillete festivo de Sucot.

Así también son los hijos de Israel, nos sigue indicando esta glosa simbólica: algunos son estudiosos de la
Torá y también cumplen con todas las prescripciones de la misma. Otros sólo la estudian, pero no cumplen
tanto las mitzvot o ``mandamientos''. Otros cumplen estos últimos, pero no se dedican mucho al estudio. Y
hay quienes, finalmente, no se ocupan de lo uno ni de lo otro. Pero todos - como las cuatro plantas en el
ramillete de Sucot- pertenecen por igual al pueblo judío, y son necesarios para su integridad.

Sucot también se denomina, por otro nombre, Zemán Simjatenu, el ``tiempo de nuestra alegría''; y como
manifestación de agradecimiento al Eterno por habérnosla brindado, en los siete días de la fiesta se recita la
plegaria de Halel o ``Alabanza (a Dios)'', compuesta por varios capítulos tomados del Libro de los Salmos.

*Editorial Aurora, Tel Aviv

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Parashá - 29/09/2006
HAFTARA DE PARASHAT HAAZINU (Shabat Shuvá) - Zacarías Cap.14 Vers.1-21 Vers.11-27
Una fiesta de Sucot universal
También el sábado próximo, primer día de la fiesta de Sucot, no se leerá de la Torá el quinto libro Devarim o
Deuteronomio que veníamos viendo hasta ahora, sino que tiene su lectura especial, con un contenido donde
se prescriben los sacrificios de esta fiesta, y que está tomado del tercer libro de la Torá, Vayikrá o Levítico,
Cap.22 Vers.26 en adelante, y todo el Cap.23 hasta su fin.
Y asimismo la Haftará del primer día de Sucot es especial para esta fecha.
Ha sido tomada de Zacarías (en hebreo: Zejariá), uno de los doce ``profetas menores´´, y constituye el
capítulo final de sus profecías.
Diversos datos que aparecen a lo largo del libro parecerían indicar que Zacarías pertenecía a la familia de
los sacerdotes (o ``cohanim´´), y que vivió en la época del retorno a Sión y de la construcción del segundo
Templo (inaugurado en el año 516 a.C.).
En el texto que ha sido tomado para haftará de esta fiesta de Sucot, el profeta primero habla de una guerra
que culminará con la derrota de Jerusalem, luego el castigo de D´´s que herirá a los pueblos que asaltaron
esa ciudad, y finalmente un cuadro ideal de armonía universal, en el cual judíos y no judíos acudirán a
Jerusalem a festejar la fiesta de Sucot delante del Señor. Y esta última descripción profética seguramente es
la que motivó la elección de este texto para Haftará de la fiesta de Sucot.

***
``He aquí que llega (por: llegará) el día del Eterno´´ (Vers.1), así comienza el capítulo de nuestra Haftará, ``y
reuniré (Yo, D´´s) a todos los pueblos hacia Jerusalem para la guerra; y la ciudad será conquistada,
saqueadas las casas, violadas las mujeres, y media ciudad saldrá hacia el cautiverio, y el resto del pueblo no
será desarraigado de ella (sino que se quedará en Jerusalem; Vers.2).
En tal situación se manifestará el Eterno en una aparición sobre natural para luchar también El en defensa
de Su ciudad, ``no será día ni noche, y a la hora del atardecer habrá luz´´ (Vers.7).
Y en ese día especial ``saldrán aguas frescas de Jerusalem, la mitad (fluirá) hacia el mar antiguo (el Mar
Muerto) y la mitad hacia el mar último (el Mar Mediterráneo); en el verano y en el invierno ocurrirá´´ (Vers.8).
Manantiales de agua viva no abundaban en Jerusalem, pero esta profecía nos hace recordar la fuente de
Guijón de la cual un acueducto subterráneo conducía agua potable a la ciudad, acueducto que fue
construido por Ezequías (o Jizquiyáhu) rey de Judá (II Reyes Cap.20 Vers.20), más conocido por el nombre
de Shilóaj (o Siloé) y confirmado por la famosa ``inscripción de Shilóaj´´ que se grabó en una tabla, y que fue
colocada en el punto donde se encontraron bajo tierra los obreros que excavaban desde los dos extremos
del túnel.
Esta piedra con la ``inscripción de Shilóaj´´ la han hallado los arqueólogos modernos, está guardada en un
museo de Constantinopla y constituye uno de los textos más antiguos hallados de los tiempos bíblicos.
De ella pueden estudiarse el estilo del idioma que se hablaba entonces y cómo se escribían las letras
hebreas, y otros aspectos más de interés para los estudios bíblicos.

***
Sigue luego, en la Haftará, el castigo de los enemigos que acosaron e hicieron daño a Jerusalem: ``Y ésta es
la calamidad con que herirá el Eterno a todos los pueblos que lucharon contra Jerusalem: se les pudrirá la
carne (del cuerpo) estando de pie; los ojos se les pudrirán en sus cuencas, y la lengua, en la boca´´ (Cap.14
Vers.12).
No todo termina ahí; luego estos pueblos todavía lucharán entre ellos uno con otro, y habrá graves
epidemias que afectarán a los animales: los de guerra (los caballos que tiraban de los carros bélicos) y
también los de transporte (asnos y camellos).
``Y también Judá luchará contra Jerusalem`` (Cap.14 Vers.14)´´ afirma Zacarías, como anunciando una
inevitable guerra civil, lo que desencadenaría un desbarajuste completo.
Aunque nuestros comentaristas tradicionales procuran moderar un poco este cuadro de lucha fratricida.
Rashí comenta que Judá lo hará contra su voluntad.
Otro comentarista, por su parte, explica que los pueblos que llegaron para sitiar a Jerusalem obligarán a la
gente de la zona montañosa de Judea a ir con ellos para ayudarles en el asedio a Jerusalem.

***
Pero al cabo de todo este desastre se restablecerá la calma en el país ``y todo el que quede (con vida) de
todos los pueblos que llegaron contra Jerusalem, subirán cada año para prosternarse ante el rey, el Eterno
de los Ejércitos, y para celebrar la fiesta de Sucot´´ (Ibíd.. Vers.16).
He aquí claramente el vínculo de esta Haftará con la fiesta que vamos a celebrar.
``Y todo el que no suba de las familias de la Tierra a Jerusalem, a prosternarse ante el rey, el Eterno de los
Ejércitos -prosigue Zacarías - sobre ellos no habrá lluvia (para fertilizar sus tierras)´´ (Ibíd. Vers.17).
Luego el profeta todavía dedica una mención especial a Egipto, el país por el cual fluye el Nilo y que, por

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eso, no tenía necesidad de lluvia del cielo para hacer crecer sus cultivos.
``Si la familia de Egipto no subirá y no viene (a Jerusalem)´´, entonces sufrirán ``la epidemia con que herirá
el Eterno a los pueblos que no subirán para celebrar la fiesta de Sucot´´ (Ibíd.. Vers.18).

***
Como vemos, lo anterior manifiesta un reconocimiento universal del D´´s del pueblo judío, cuya
manifestación será la presencia de todos los pueblos entonces conocidos en Jerusalem, para celebrar junto
con el pueblo judío disperso por el mundo la fiesta de Sucot
Por Heriberto Haber

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Parashá - 06/10/2006
HAFTARA de Parashat Vezot Haberajá - Josué, Cap.1 Vers.1-18
Josué: ``Jazak Veematz´´ (``Sé fuerte y valiente´´)
Con Parashat Vezot Haberajá hemos llegado otra vez al final de la Torá, que acaba con el relato de la
muerte de Moisés. Y junto con esta parashá final, en la fiesta de Simjat Torá vuelve a leerse, desde los
comienzos de la Torá, el libro de Bereshit o Génesis que nos trae el relato de la creación del mundo.
En la Biblia hebrea, el libro que sigue inmediatamente después del de Devarim-Deuteronomio que hemos
venido leyendo hasta ahora, es el de Josué (en hebreo: Yehoshúa) que nos cuenta cómo este alumno y
sucesor de Moisés asumió el mando del pueblo de Israel después de la muerte de Moisés, quien subió al
monte de Nebó y no volvió a ser visto más por su pueblo.
Ya dijimos en estas notas que hay quienes incluso atribuyen a Josué la redacción de los versículos finales
de la Torá, pues resulta un poco extraño que Moisés haya escrito de sí mismo que murió en la cima de ese
monte a la edad de 120 años (y por eso, hasta el día de hoy judíos se desean unos a otros que lleguen hasta
esa edad). Y más increíble todavía resulta que Moisés, un hombre muy modesto, más que todo (otro)
hombre sobre la faz de la tierra” (según Bamidbar-Números Cap.12 Vers.3) haya escrito acerca de sí mismo,
en los últimos versículos de la Torá y de nuestra Parashá de hoy, que no se levantó en Israel otro profeta
como Moisés, que el Eterno lo conoció cara a cara” (Devarim-Deuteronomio Cap.34 Vers.10) y varios otros
elogios más.

...

Resulta natural, entonces, que para Haftará de esta Parashá nuestra tradición haya elegido el primer
capítulo del Libro de Josué, ese relato que también en la Biblia el Tanaj sigue al texto de la Torá que
acabamos de presentar.
`Y ocurrió después de la muerte de Moisés, el siervo del Eterno, y dijo el Eterno a Josué, el hijo de Nun,
servidor de Moisés, diciéndole”´´ (Josué, Cap.1 Vers.1).
Ya en vida de Moisés, Josué había actuado de ayudante de éste: en la guerra contra Amalec (``Y dijo Moisés
a Josué: `Elígenos hombres y sale, lucha contra Amalec mañana”´´´; Shemot Exodo Cap.17 Vers.9).
Después de esa lucha, es el Eterno mismo quien ordena a Moisés: ``¡Escribe esto como memorial en un
libro, y ponlo (como mandamiento para el futuro) en los oídos de Josué´´” (Shemot-Exodo Cap.17 Vers.14).
Vale decir: después de ti, será Josué quien deberá ejecutar la presente orden.
Y más directamente todavía: ``Dijo el Eterno a Moisés: `Tómate a Josué hijo de Nun, un hombre que tiene
espíritu, y apoya tu mano sobre él. Y lo harás pararse ante Elazar el (Sumo) Sacerdote y ante toda la
colectividad de los hijos de Israel”´´´ (Bamidbar-Números Cap.27 Vers.18-19). Y al final de esta ceremonia,
Josué quedó consagrado como futuro sucesor de Moisés.

...

En el primer capítulo del libro de Josué, o sea en nuestra Haftará de hoy, D”´´s deja confirmado este
nombramiento de Josué como dirigente de los hijos de Israel. Y él tendrá a su cargo: primero, cruzar con
ellos el Jordán para ingresar en la Tierra Prometida, y luego, conquistar el país de manos de los canaaneos.
Además, Josué también tendrá que vigilar que se cumpla un trato que se había acordado todavía en tiempos
de Moisés: las tribus de Rubén, Gad y parte de la de Menasés ya habían recibido tierras para habitar al este
del Jordán en lo que hoy es nuestro vecino, el reino de Jordania. ``Pero habían prometido que aportarían
tropas para apoyar la conquista de la tierra de Canaán. Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestro ganado
se quedarán a vivir en el país que os ha dado Moisés en el otro lado del Jordán. Pero vosotros pasaréis
armados, delante de vuestros hermanos (de las otras tribus), todos los guerreros, y les ayudaréis (en las
luchas de la conquista)”´´ (Josué Cap.1 Vers.14).
El pueblo aceptó unánimemente la autoridad de Josué: ``Y contestaron a Josué diciendo: `Todo lo que nos
has mandado, (lo) haremos, y a todo lo que nos envíes, iremos”´´´ (Ibíd.. Vers.15).
Y hay una breve expresión que se repite varias veces a lo largo de este capítulo, ya porque D”´´s se la dice a
Josué (Vers.6 y 9), o porque se la dice el pueblo a su flamante dirigente (Vers.18): ``Jazak Veematz”´´, sé
fuerte y valiente”.

...

No es de extrañar, entonces, que ``Jazak Veematz”´´ también haya llegado a ser, en nuestros tiempos
modernos, la divisa y el saludo tradicional de uno de los grupos de pioneros (jalutzim”) que llegaron acá, a la
tierra de Israel.
Por Heriberto Haber

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Religión y tradición - 05/12/2007

Janucá, la fiesta familiar que evoca la gesta de los


macabeos
El trasfondo histórico: Janucá, la fiesta de la "inauguración" del Templo, es una de las
celebraciones más recientes del calendario judío, si exceptuamos aquéllas relacionadas
con el moderno Estado de Israel.

Janucá tiene "nada más" que dos milenios bien cumplidos de edad, como que evoca un
acontecimiento ocurrido en el año 165 a.e.c.; y acerca de su nombre, cabe acotar que
más correcto sería traducirlo como "re-inauguración" del Templo, pues éste, el segundo,
ya había sido construido e inaugurado en tiempos del primer retorno a Sión, allá por el
año 516 a.C., unos tres siglos y medio antes de los hechos que evoca Janucá.

Leyendo en los libros de Historia del pueblo judío, podemos imaginarnos que durante el primer siglo en que se
lo celebraba, Janucá, a pesar de estar vinculado por su nombre principalmente con el culto en el Santuario,
constituía para los judíos de aquellos tiempos toda una Fiesta de la Independencia, tal como el Iom
Ha-Atzmaut moderno lo es para nosotros: la reinauguración del Templo significó, al mismo tiempo, la
expulsión definitiva del enemigo, de la ciudad de Jerusalén, y la paulatina recuperación de la independencia
política y militar del Estado Judío, establecido en una importante porción del territorio de Judea.'

Un siglo después - en 63 a.C. -


llegaron a este país las huestes de Pompeyo, general romano, y se inició la dominación de Judea por parte
del imperio al que este militar representaba, dominio que tuvo uno de sus puntos culminantes más tristes con
la fracasada rebelión judía contra el invasor, y la consiguiente destrucción del Templo por Tito en el año 70
e.c.
Otra rebelión posterior contra los romanos fracasó también, a pesar de unos primeros dos o tres años de éxito
- la de Bar Cojbá, en 132 e.c. - y estas dos guerras perdidas contra los romanos, y que derivaron ambas en
otras tantas grandes desgracias nacionales, tuvieron también una importancia decisiva sobre lo que en el
futuro representaría para el pueblo judío la fiesta de Janucá: no más una victoria militar que reportó un siglo
de independencia a nuestros antepasados, sino meramente la celebración del milagro del jarrito de aceite,
como se verá más adelante.

Y las crónicas históricas judías que relatan en detalle la gesta revolucionaria de Janucá - los "Libros de los
Macabeos" - tampoco fueron admitidas por nuestros sabios en la Biblia judía. Si, a pesar de este rechazo, han
llegado hasta nosotros, ello se debe a la versión al griego que se ha hecho de ellos en la ciudad egipcia de
Alejandría - dentro del marco de esa monumental obra de traducción bíblica conocida con el nombre de
Septuaginta - y que ha sido recogida y transmitida hasta la actualidad por algunas Biblias cristianas.

Antioco Epifanes, el Helenismo y 1a profanación del Templo: Desde comienzos del siglo II a.C., Judea se
encontraba bajo el dominio de los reyes seléucidas de Siria, y uno de ellos, Antíoco IV, también apodado
Epifanes, el "ilustre" o "magnífico" (y al que los judíos, con el cambio de una sola letra, convirtieron
despectivamente en "Epimanes", el "loco"), decidió imponer en todo su imperio la cultura helenística y su
religión, así fuera por la fuerza.

Desde 1948, año en que fue fundado el nuevo Estado Judío que recibió el nombre de Israel, surgió también el
término israelí (plural: israelíes), como calificativo de una nacionalidad, de un pasaporte, etc., que denotan
una pertenencia política y geográfica, pero sin significación religiosa o étnica alguna, puesto que también
incluye a miles de personas cristianas, drusas, musulmanas, etc., que son ciudadanas de este país, sin ser
judías.

Los Macabeos y el milagro del jarrito de aceite: La rebelión contra las imposiciones religiosas de Antíoco
Epifanes se inició en el pueblo de Modün, donde vivía un anciano sacerdote, Matatías, junto con sus cinco
hijos: Iojanán, Simón, Judá, Eleazar y Jonatán. La familia entera era conocida con el nombre de Jashmonaim
o Asmoneos, y el hijo que encabezo las acciones militares, Judá, recibió el apodo de Macabí, que después se
hizo extensivo a todos sus hermanos, quienes fueron llamados macabeos.
Algunos hacen derivar este nombre del sustantivo maquévet (la "V" y la "B" constituyen en esencia una misma
letra), una especie de martillo que Judá habría usado como arma de guerra. Tradicionalmente, en cambio, se
pretende ver en las letras M-C-B-I de ese apodo, las iniciales de cuatro palabras hebreas de un conocido
texto bíblico, y que significan: "¿Quién es como Tú, oh Eterno, entre los dioses?" (Shemot - Exodo 15.11).

La rebelión contra el invasor foráneo que este pequeño grupo familiar inició en Modiín se expandió
rápidamente, y no pudieron sofocarla los ejércitos cada vez más fuertes y numerosos que Antíoco mandó a
Judea al mando de sus mejores generales.

Hasta que el proceso culminó en el mencionado año 165 a.C. con la expulsión de la guarnición que ocupaba
Jerusalén y la consiguiente recuperación del Templo por los judíos fieles a la tradición. Y todo esto, según
dijimos, está relatado en los cuatro "Libros de los Macabeos" rechazados por el canon judío, y que sólo es
dable encontrar en las versiones católicas de la Biblia.

También Flavio Josefo, el historiador


judío de dos siglos y medio después, nos cuenta muchos detalles al respecto en sus obras.

Recuperado el Templo, fue destrozada y alejada del mismo la estatua que Antíoco había mandado colocar allí
para imponer a los judíos el culto pagano de los griegos, y fueron purificados el altar y los instrumentos del
santuario que habían sido dedicados a ese culto.
Después, el día 25 del mes hebreo de Kislev - por diciembre se celebró la ceremonia de Janucá, la
"inauguración" (o mejor dicho, la reinauguración) del Templo.

En esa ocasión ocurrió el famoso milagro del jarrito de aceite: para prender las luces en el candelabro de oro
apostado en el lugar, se usaba un cierto aceite de olivas, y éste venía guardado en unos jarritos especiales
que llevaban un sello que acreditaba su pureza y la legitimidad de su uso en el Templo. Llegado el momento,
fue dable encontrar un solo jarrito semejante que no había sido profanado para dedicarlo al culto pagano. Y
esta dosis de aceite, que normalmente servía para alimentar las luces del candelabro un solo día, en aquella
ocasión alcanzó para ocho días, plazo necesario para que los sacerdotes prepararan nuevas raciones de
aceite.

La celebración de Janucá: En recuerdo de esos ocho días, celebramos la fiesta de Janucá también ocho días.
Pero no son días enteros de reposo absoluto y de interrupción del trabajo cotidiano como las otras fiestas que
hemos visto hasta ahora, sino que a la hora de prender las luces solamente, después de la puesta del sol, se
dejan de lado por un rato las labores de la jornada, para dedicar esos minutos a la ceremonia del encendido
de las luces en el candelabro.

Cuando llega el sábado, las luces de Janucá, al igual que las dos del sábado, se prenden antes de la puesta
del sol, para no profanar el descanso sabático con el encendido del fuego.

El candelabro usado en el Templo de Jerusalén tenía siete brazos, se lo llamaba Menorá (de la raíz nur,
"fuego"), era de oro macizo y podemos leer su descripción en la Biblia (Shemot - Exodo 25.31 ss.). Hoy en
día, un candelabro parecido también constituye el escudo del Estado de Israel.

El candelabro para la fiesta de Janucá, en cambio, se denomina Januquiá - nombre derivado del de la fiesta -
tiene ocho brazos o espacios para ocho luces, y además, un noveno, algo apartado de los demás, el shamash
o "servidor", destinado a una luz que se prende primero que todas, y con cuya llama se encienden después
las demás.

Las luces pueden prenderse en mechas de algodón impregnadas en aceite, o bien pueden usarse velas. A
veces, en edificios públicos de Israel, en el techo de sinagogas o en otros sitios semejantes, los grandes
candelabros que están emplazados allí tienen como luces lámparas eléctricas.

A la hora del encendido de las luces de Janucá, la familia reunida alrededor del candelabro - o bien los fieles
en la sinagoga - entonan, después de pronunciadas las bendiciones respectivas, un himno tradicional que
comienza con las palabras de Maoz Tzur Ieshuatí, "Fortaleza y roca de mi salvación (eres Tú, oh Dios)". Las
letras iniciales de cada estrofa de este himno dan el nombre de su autor, Mordejai, que vivió por el siglo XIII
e.c., y de quien no se conocen más detalles.

El himno evoca diversos actos de socorro y de liberación que Dios obró para con Su pueblo Israel en
diferentes oportunidades.

En Jánuca se suele obsequiar a los niños con monedas - "dinero de Januccí" - o con regalos diversos. En
algunas épocas se les solía regalar nueces, y ellos jugaban entre sí y las apostaban al azar de una perinola
de cuatro costados, en los que figuraban otras tantas letras hebreas: N-G-H-SH, que algunos interpretaron
como iniciales de Nes gadol haiá sham, "un gran milagro ocurrió allí".

Pero también hay quienes creen que cada una de estas cuatro letras simplemente indicaba cuántas nueces
ganaba o perdía quien había echado la perinola (llamada en hebreo sevivón).
Comidas típicas de Janucá son las Ievivot, unos pasteles fritos de papa rallada; o bien las sufganiot, unas
bolas de masa fritas, que contienen un núcleo de dulce o de mermelada.

Janucá se convirtió en Jag Ha-Urim, Ia "Fiesta de las Luces", que se prenden, mediante la ayuda del
shamash, la primera noche una, la segunda dos etc., hasta llegar a completar, en la última noche, las ocho
luces de la januquiá.

Asimismo Janucá quedó como símbolo de la oposición tenaz de los judíos de aquel entonces contra la cultura
helenística que, con todo Io que ella involucraba - una religión pagana, un nuevo idioma, el culto de la belleza
física, una pervertida vida sexual etc. - se les quiso imponer por la fuerza.
Heriberto Haber z"l

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