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HISTORIA DE LA COMUNICACIÓN GRÀFICA I

FICHA 2.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA COMUNICACIÓN
Sin duda, los actos comunicativos de la especie humana se dieron desde las épocas prehistóricas, de otro
modo no es posible imaginar el surgimiento del lenguaje, las organizaciones sociales primitivas y aún las más
elementales actividades del hombre primitivo, como la caza o la recolección.
Sin embargo, la primera reflexión sobre los elementos de la comunicación se debe al filósofo Aristóteles quien,
en el siglo IV a.C. afirmó que la comunicación humana se basa en los siguientes conceptos: quién le dice qué a
quién. Enunciado de manera más contemporánea, podemos decir que los elementos básicos de la comunicación
son el emisor, el mensaje y el receptor. El emisor se refiere a la persona o fuente que emite el mensaje, el
segundo corresponde al contenido de lo que se transmite y el receptor se refiere a la persona o personas que
reciben la emisión.
En el siglo XX las ciencias de la comunicación se han desarrollado vertiginosamente, por lo que también la
reflexión sobre ellas ha profundizado los conceptos que manejan, y sus campos de estudio son constantemente
redefinidos. De la misma manera, el esquema básico de la comunicación se ha ampliado para incluir varios
elementos que pertenecen al mismo fenómeno. Por lo tanto, una versión actualizada del esquema de Aristóteles
sería la siguiente:

FUENTE EMISOR CODIFICACIÓN MENSAJE CANAL DECODIFICADOR RECEPTOR

RETROALIMENTACIÓN

Es necesario decir que el emisor también puede llamarse codificador. Es quien toma las ideas de una fuente,
las elabora y ordena en un código determinado para enviar un mensaje al receptor. Este mensaje puede ser
lingüístico, icónico, gestual, simbólico, etc.
El mensaje lleva en sí mismo una dosis de información útil como enlace o unión entre el emisor y el receptor, en
el supuesto que ambos posean el código que permita la decodificación.
El mensaje consta de tres elementos: El código, el contenido y el tratamiento. El código es la forma de
estructuración de los signos, símbolos o mensajes. Esta estructura o lenguaje debe ser comprensible para el
decodificador. El código puede consistir en una clave o idioma que dará cuerpo al mensaje. Este código puede
utilizar palabras, notas, números, gestos o imágenes.
El contenido se relaciona directamente con la selección del material que sea de utilidad para expresar un
propósito o una información.
El tratamiento es el modo en que el mensaje se presenta, la frecuencia con que se emite, el énfasis que se le
da, su intención, etc.
El receptor decodifica el mensaje. Sus actitudes , su nivel social, cultural y hasta los rasgos de su personalidad
influirán en la interpretación de los contenidos.
Además es importante señalar que los mensajes viajan del emisor al receptor a través de canales, que pueden
ser fisiológicos o técnicos. Los primeros son los sensoperceptivos: el oído, la vista, el tacto, el equilibrio, etc. Son
respuestas nerviosas que responden a las vibraciones sonoras, luminosas o kinestésicas que los estimulan.
Los canales técnicos son una prolongación de los fisiológicos, como el canal sonoro: micrófonos, discos, CDs,
teléfonos y amplificadores, hasta los canales masivos, como el radio, la televisión, el cine, la prensa y la fotografía.
Además de los estudiados, el ruido es un elemento que también está presente en todo proceso de
comunicación. Hay dos tipos de ruido: el de canal y el semántico. En el primero encontramos una perturbación en
el canal por donde viaja el mensaje, como la estática en el radio o la interferencia en la televisión. El ruido
semántico se refiere a la distorsión que sufre el mensaje a través del tiempo, o de la defectuosa interpretación de
uno o varios receptores, de tal manera que su significado se distorsiona, como en el juego del “teléfono
descompuesto”.

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