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DestapanDo

la olla:
Informe sombra
sobre la intervención
en el Bronx

2017
Destapando
la olla:
Informe Sombra
sobre la intervención
en el Bronx

2017
Destapando la olla: informe sombra
sobre la intervención en el Bronx
© Centro de Pensamiento y Acción para la Transición - CPAT
© Pares en Acción Reacción Contra la Exclusión Social - Parces ONG

Autores y autoras CPAT


Marcela Tovar Thomas, Carlos Eduardo Trejos Delgado,
Yeimy Giraldo Torres y Gabriel Delgado Forero
Autores y autoras Parces ONG
Alejandro Lanz Sánchez, Sebastián Lanz Sánchez, Sebastián León Giraldo,
Adriana Lloreda León, Luz Mary Pardo Rodríguez
y Juli Salamanca Cortés
Dirección CPAT
Marcela Tovar Thomas
Dirección Parces ONG
Alejandro Lanz Sánchez
Universidad de los Andes
Amy Ritterbusch, PhD, Profesora Asociada,
Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo.
Con el apoyo de
La Friederich-Ebert- Stiftung en Colombia - FESCOL
Universidad de los Andes
Diseño y diagramación:
Alejandro Medina
Impresol ediciones
Impresión
Impresol ediciones

ISBN
Bogota, 2017

Las opiniones expresadas en esta publicación


no representan necesariamente las de la Friedrich-Ebert-Stiftung
o la Universidad de los Andes
Índice

9 Prólogo
10 Introducción
13 Antecedentes
22 La Intervención
32 Reflexiones en materia de seguridad
42 Derechos humanos: visiones
y voces desde el caño
59 Análisis de contexto:
transformaciones en la
política pública frente a los
habitantes de la calle
80 Renovación urbana y
derecho a la ciudad
93 Reflexiones Finales
97 Recomendaciones
103 Bibliografía
109 Anexos
Centro de Pensamiento y Acción para la Transición -CPAT es una organiza-
ción sin ánimo de lucro, fundada por economistas y filósofos, que busca contribuir
desde las prácticas de las diferentes comunidades y territorios, y con metodologías
rigurosas la construcción de un país que tenga las condiciones necesarias para la
materialización de la paz. El CPAT crea herramientas para enfrentar los siguientes
retos para fortalecer la democracia, en un contexto de transición: 1) Acordar, im-
pulsar y acompañar la implementación de planes y proyectos que contribuyan al
desarrollo territorial y a la disminución de la segregación social y espacial a través
de la línea de “desarrollo territorial” 2) Acordar e impulsar colectivamente procesos
educativos que fortalezcan la cultura política, en especial la cultura de paz a través
de la línea de “educación para la paz” 3) Acordar e impulsar colectivamente estra-
tegias y políticas de drogas que garanticen el respeto a los Derechos Humanos y la
participación real de las víctimas de la guerra contra las drogas a través de la línea
“política de drogas con enfoque participativo y de DDHH”
6
La estrategia desde CPAT, pretende construir creativa y colectivamente los mensa-
jes, pedagogías y herramientas que permiten poner en común la naturaleza, sentido
y propuesta de la organización, así como el qué hacer de la misma, buscando con
ello la dinamización de diálogos entre los actores estratégicos de los diferentes terri-
torios. Las estrategias consisten en una escuela de ciudadanía para el desarrollo y la
paz, laboratorios para construcción de metodologías, incidencia en política pública
y una clara estrategia de comunicación con impacto político y pedagógico.
Parces ONG es una organización sin ánimo de lucro de derechos humanos que constru-
ye sus iniciativas desde la energía catalizadora de las personas que han sido históri-
camente marginalizadas y vulneradas en la sociedad. Su objetivo principal consiste
en identificar y luchar en contra de la discriminación, la exclusión y las violaciones
de los derechos humanos a poblaciones1 y personas que han sido históricamente
vulneradas. Durante los últimos 3 años Parces ONG ha trabajado en conjunto con
la comunidad LGBTI, mujeres y hombres trabajadores sexuales, usuarios de sustan-
cias psicoactivas, vendedores informales, habitantes de calle y personas privadas de
la libertad. Parces trabaja en el marco de la Investigación Acción Participativa (IAP)
para crear contextos de auto-empoderamiento de las comunidades y personas con
las que trabaja. A partir de una perspectiva basada en la comunidad y el trabajo
colectivo, busca generar un impacto local, así como un impacto público a partir de
las recomendaciones de política pública y la incidencia en la transformación estruc-
1
Cuando se habla de problemáticas
tural de la sociedad. La misión de Parces consiste en tener incidencia política, social
7 o fenómenos en la sociedad, las y cultural en la protección y promoción de los derechos humanos de poblaciones
personas generalmente son con- que han sido históricamente vulneradas. Las líneas de acción de Parces se organi-
ceptualizadas como ‘poblaciones’,
‘comunidades’, ‘en situación de
zan en la siguiente estructura no jerárquica, es decir, en una estructura donde cada
vulnerabilidad’, etc. por cierta línea de trabajo tiene intersecciones con las otras, se complementan y se generan
característica de su identidad o de procesos de toma de decisión colectivos: 1) Observatorio de Trabajo Sexual, 2) Ob-
su contexto. Es importante aclarar
que, al utilizar estos términos, que
servatorio de Violencia Policial, 3) Centro de Formación a Formadores, 4) Centro
muchas veces se vuelven vacíos de Salud Comunitaria y Reducción del Daño, 5) Comité Legal, 6) Comité de Comu-
o ambiguos, no pretendemos nicaciones y Asuntos Públicos, 7) Área de Relaciones Comunitarias, y 8) Área de
reducir a las personas a su poten-
cial vulnerabilidad ni asumimos
Investigación Comunitaria y Ética Participativa. El objetivo de estas líneas de acción
que todas viven exactamente las es crear contextos en las que cada individuo se auto-empodere y se impulse hacia
mismas experiencias. Hemos una realidad más justa que vaya acorde a su visión de vida. Parces defiende y pro-
observado a través de los años de
mueve la búsqueda de una justicia social colectiva que en su definición se construye
nuestro trabajo en la calle que la
creación de contextos de auto-em- desde abajo y desde las diferentes visiones de lo que es la justicia en cada lucha.
poderamiento, donde las personas
se auto-empoderan con campañas
de información, plantones, actos
de denuncia jurídica y denuncia
simbólica, talleres y espacio de
discusión, que el empoderamiento
surge desde el individuo, desde
sus experiencias particulares, y
desde el respeto a las posturas de
cada persona que está vinculada
con redes y contextos particulares
en su vida, que van más allá de la
problemática que se quiere abor-
dar. El uso de estas categorías es
inevitable por no contar con otra
forma de nombrar a estos grupos
de personas textualmente.
Dedicamos este informe a todos aquellos que están
desaparecidos y a quienes fallecieron.

Agradecemos en primera medida a los y a las habitantes de calle y comunidades


afectadas que nos acompañaron durante el proceso. Ellas hacen posible nuestra la-
bor en la búsqueda de la justicia social y la promoción de los derechos humanos.
Gracias por creer que las cosas pueden cambiar y seguir resistentes a todas las injus-
ticias que viven diariamente.

Finalmente, queremos agradecer a quienes se fueron sumando a este proceso: pri-


mero, al programa de Salud Pública y Derechos Humanos de Open Society Fonda-
tions por apoyar la investigación, especialmente a Marc Krupansky. A FESCOL, por
apoyar la publicación, a Hernando Zuleta, director del Centro de Estudios de Se-
guridad y Drogas CESED de la Universidad de los Andes, a la Escuela de Gobierno
de la Universidad de los Andes, a Raquel Peyraube, Pablo Zuleta, Alberto López de
Mesa y el Doctor Rodrigo Meléndez y a todos esos seres anónimos que dieron sus
testimonios –habitantes de calle y funcionarixs- y, a quienes a pesar de no hablar,
nos permitieron acceder a información que facilitó la comprensión del contexto
para presentarles a ustedes las dinámicas de lo que fue la intervención del pasado
28 de mayo de 2016 y de lo que se erige hoy como política de habitante de calle,
estrategia de renovación urbana en Bogotá y de recuperación del espacio público.
Después del 28 de mayo de 2016, día de la intervención en el sector del Bronx, pu-
PRÓLOGO dimos presenciar por televisión cómo decenas de habitantes de la calle eran arras-
trados por las corrientes de agua del caño de la carrera 30 con calle 6, en el centro
de Bogotá. En este episodio, una mujer que intentaba escapar de la corriente fue
atropellada por un carro, otra persona apareció ahogada y decenas de habitantes de
la calle desaparecieron. Este hecho ilustra la realidad de cientos de habitantes de la
calle que, tras los desalojos que trajo consigo la intervención del Bronx, se vieron
expuestos a situaciones y escenarios de vulnerabilidad y violencia por parte del Es-
tado y de la sociedad civil.
La propuesta distrital de intervenir el Bronx, discursivamente, buscaba poner fin a
las relaciones de criminalidad que tenían lugar en el sector. Como se evidenció, el
Bronx albergaba establecimientos de explotación sexual de menores, venta de sus-
tancias psicoactivas, así como redes de tráfico de armas y de drogas. Sin embargo,
el Bronx, o la L, como es conocido por las personas que vivían en el lugar, también
era el escenario de socialización y habitabilidad cotidianas de cientos de habitantes
de la calle que, tras los desalojos, fueron violentamente desplazados, maltratados e
invisibilizados por la fuerza pública y la institucionalidad.
La intervención del Bronx no solo evidenció la problemática existente en torno a la
atención estatal a las personas que hacen uso de drogas y habitan en la calle, sino que
también sugiere que la Alcaldía quiso solucionar el problema de los espacios de cri-
9 minalidad en la ciudad haciendo uso de una intervención estatal sobre las vidas, los
cuerpos y las prácticas de los habitantes de la calle y demás población que habitaba
la zona, poniendo en marcha una política de recuperación del territorio con fines
inmobiliarios. Dicha visión de ciudad se hizo evidente en el momento en el que el
alcalde Enrique Peñalosa manifestó, en el Congreso de la República, que no había que
hacerles la vida fácil en la calle a los habitantes de la calle. Y es que basta con detenerse
a estudiar la manera como Bogotá ha implementado los planes de recuperación urba-
na para poder afirmar que éstos han legitimado prácticas de limpieza socio-espacial
hacia las poblaciones que, a los ojos del de desarrollo urbano, son percibidas como
peligrosas y que tienen un elemento en común de segregación socio espacial.
Nos complace, pues, presentar Destapando la Olla: Informe sombra de seguimiento a
la intervención del Bronx, como un esfuerzo político por producir literatura crítica
sobre el impacto de las políticas públicas desde las calles, desde los caños y desde un
ejercicio de remembranza de los lugares que han sido borrados por el desarrollo ur-
bano. Destapando la Olla invita al lector a pensar en las dialécticas del uso cotidiano
del espacio y las políticas de recuperación del espacio público y de la manera como
el Estado elabora sus políticas, desde su visión de ciudad dictada por el proyecto
político en el que se inscribe.
Este es un trabajo elaborado desde el corazón de dos organizaciones que pretende
poner sobre la mesa el debate inexistente entre lo técnico y lo político que se nos
plantea desde la opinión pública. Esto, pues toda construcción de política pública
obedece a una concepción de sociedad; la técnica sólo dota de herramientas al po-
lítico para poder construir la hoja de ruta para implementarla. Destapamos, pues,
con este informe, la olla de discriminación, violencia, y segregación socio-espacial
que subyace a la intervención del Bronx el pasado 28 de mayo de 2016.
INTRODUCCIÓN Venían repartiendo siempre palo, diez o doce motos, eh, sí, corriendo a la gente, sacán-
dola de la cuadra y todo eso, entonces, así, pegándole arbitrariamente de una, no les
decían “Levántense, bueno, váyanse”, nada, sino que venían repartiendo garrote, como
se dice vulgarmente, al que sea. Aparte de eso, también los muchachos que estaban dur-
miendo les colocaban corriente (...) (entrevista semiestructurada, 8 de febrero de 2017).

E
n horas de la madrugada del 28 de mayo de 2016, con un equipo de cerca
de dos mil agentes estatales, el alcalde mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa,
llevó a cabo una intervención de carácter represivo y policivo en la zona co-
nocida en la capital de Colombia como el Bronx. Se trata de una zona dete-
riorada en la que confluían dinámicas ilegales asociadas con el tráfico y consumo de
drogas: control territorial, tráfico de armas, explotación sexual de menores de edad,
trata de personas, entre otras, que configuraban al Bronx o la L, como era conocida
por sus ocupantes, como la principal olla del centro de Bogotá y, probablemente, de
toda la ciudad. Paradójicamente, este espacio de pugna urbana se ubica a escasos
metros de los principales centros de poder: a una cuadra del batallón XIII del Ejér-
cito, a pocas del comando central de la Policía Nacional y a menos de un kilómetro
de la Casa de Nariño, las oficinas de la Alcaldía Mayor, el Palacio de Justicia y el
10 Congreso de la República, entre otras instituciones del estado.

La intervención fue coordinada por la Subsecretaría de Seguridad y Convivencia de


la Secretaría de Gobierno de Bogotá (hoy Secretaría de Seguridad, Convivencia y
Justicia), teniendo como propósito explícito la recuperación del control territorial
y la desarticulación de las organizaciones criminales que allí operaban, de acuerdo
con una concepción de ciudad para la cual “el orden y la belleza van de la mano y
generan seguridad”. Sin embargo, la intervención tiene implicaciones en otros cam-
pos más allá de la política de seguridad: refleja la estrategia de esta administración
frente a la política de drogas y habitantes de la calle, se funda esencialmente en una
estrategia de renovación urbana, y además, tiene consecuencias en materia de dere-
chos humanos, garantías y libertades democráticas y otros aspectos de tipo político
y procedimental. Todos ellos constituyen el objeto principal de esta investigación.

De acuerdo con lo anterior, el Centro de Pensamiento y Acción para la Transición


(CPAT) y Pares en Acción Reacción contra la Exclusión Social (Parces ONG), de-
cidieron aunar esfuerzos con el fin de hacer un diagnóstico de la intervención en el
Bronx mediante una estrategia de dos vías para la recolección y el tratamiento de
información primaria y secundaria de diversas fuentes, de acuerdo con la experien-
cia de cada organización: CPAT se ocupó de recoger información administrativa
a partir de la sistematización y el análisis de respuestas entregadas por la adminis-
tración a derechos de petición y cuestionarios de control político; y al análisis de
documentos institucionales y lineamientos de política pública, así como de distintas
normas distritales y nacionales relacionadas con los asuntos examinados. Lo cual
se reforzó con el levantamiento de información institucional a partir de entrevistas
a funcionarios y exfuncionarios del Distrito y de población habitante de la calle
Mapa 1
El Bronx y centros de poder
público
Fuente: imagen tomada de Semana online
[2016/06/02]. “Increíble: 800 metros
separan el Bronx del centro del poder en
Colombia”.

“institucionalizada”, además de la contrastación en campo de la situación física de


los predios que componen el sector del Bronx.

Por su parte, para contextualizar el análisis de la intervención desde los hechos de


11 violencia y desplazamiento relatados por las voces de los habitantes de la calle y
otras personas directamente afectadas, Parces lideró un proceso de seguimiento y
acompañamiento en territorio durante ocho meses, incluyendo la presencia en las
diferentes zonas de desplazamiento en momentos distintos para cubrir el rango de
vulneraciones durante el día y la noche, cuando ocurren los operativos más vio-
lentos. Durante este proceso comunitario, el equipo de Parces siguió un proceso
riguroso de recolección de datos cualitativos en los territorios afectados, incluyendo
veinte entrevistas semiestructuradas con la comunidad afectada y tres ejercicios de
recolección de datos grupales, con conversaciones sobre los hechos de violencia y
actividades de cartografía social para visualizar las geografías del desplazamiento
que vivieron las personas que ocupaban el espacio urbano que era el Bronx.

Este no pretende ser un documento académico de análisis de política pública y me-


nos una evaluación de impacto de la intervención en el Bronx. Es, más bien, un
compilado de información que puesta en relación revela, para el debate público,
implicaciones de fondo y de forma, más allá de los propósitos de seguridad que
justifican una acción como ésta. En el fondo, la finalidad está anclada a la necesidad
de recuperación del territorio para dar continuidad a una política de renovación ur-
bana trazada hace décadas, para la cual, el territorio es ese lugar físico, suelo urbano
objeto de renovación, y no el entramando de relaciones sociales que se desarrollan
sobre el mismo, aun cuando tales relaciones involucran sujetos de especial protec-
ción por parte del estado, como los ciudadanos habitantes de la calle. En la forma
se evidencia cómo una visión particular de ciudad y ciudadanía lleva a desconocer
y vulnerar distintas libertades, a la violación de derechos humanos y a distintas
formas de violencia física y simbólica.
D e s ta pa n d o l a o l l a

El documento está organizado en ocho partes además de esta introducción. Prime-


ro, se hace un recorrido histórico por lo que ha sido la zona, retomando el Cartucho
y su intervención, así como el proyecto de renovación urbana que existe desde la
primera alcaldía de Enrique Peñalosa (1998-2000). La segunda parte hace el rela-
to de la intervención del 28 de mayo de 2016, elaborado por medio del discurso
oficial, de los medios de comunicación y de testimonios de habitantes del Bronx,
para contar aquello que no se ha dicho o, al menos, no se ha visibilizado. Hecho
esto, comienza el análisis de las implicaciones de la intervención en cuatro partes:
implicaciones en materia de seguridad, que no pretende en sí valorar el impacto en
esta materia tras la intervención, sino, más bien, contextualizarla críticamente en la
lógica de la teoría de las ventanas rotas que la subyace; un abordaje en perspectiva
de derechos humanos con enfoque comunitario, desde las voces de los habitantes
de la calle y la comunidad afectada, dando prioridad a las experiencias vividas y a
los testimonios de violencia y desplazamiento urbano, contextualizando los hechos
durante y después de la intervención y la espacialidad del desplazamiento forzoso
visualizado mediante mapas elaborados por la gente. Aquí se incluyen estas narra-
tivas y contra-mapeo de los habitantes de la calle de Bogotá, con el fin de romper
un silencio en la ciudad que ha persistido por décadas. La quinta parte–tercera en
materia de implicaciones– analiza cómo se construye y desarrolla la política de ha-
bitantes de la calle en Bogotá, tomando dos sectores: integración social y salud,
12
en los que, entre otras cosas, se refleja la violencia institucional que encarnan los
programas de atención a esta población. Finalmente, las implicaciones finalizan con
un análisis en materia de renovación urbana y derecho a la ciudad que pone de ma-
nifiesto los intereses en la gestión de ese suelo, como prolongación de una estrategia
diseñada hace más de diecisiete años, pero que en este caso se aborda como una
intervención de emergencia en materia de seguridad. Para finalizar, se presentan
unas reflexiones finales y recomendaciones de política pública, organizadas estas
últimas por sector de acción.
ANTECE-
DENTES
D e s ta pa n d o l a o l l a

Del cartucho al Escribir sobre el surgimiento de las ollas en Bogotá es escribir un acápite de la histo-
Bronx ¿Cómo ria de la ciudad. El nombre de olla se utiliza fundamentalmente para designar luga-
emergen/surgen las res donde se distribuyen y consumen sustancias psicoactivas ilegales, en los cuales
ollas?: el Cartucho lo habitual es que, a la par con las actividades de tráfico, se desarrolle otro tipo de
actividades ilícitas, como porte y tráfico de armas, trata de personas, explotación
sexual e, incluso, haya lesiones personales y homicidios, entre otros.

El barrio Santa Inés, un barrio bogotano que surgió desde la colonia, fue durante
el siglo diecinueve y la primera mitad del veinte un barrio residencial que gozaba
de alto prestigio, pues allí residían familias de clase media y alta e importantes per-
sonalidades de la vida política y social. Construido entre dos ríos, el San Francisco
(avenida Jiménez) y el San Agustín (avenida calle Sexta), el barrio albergaba gran
parte del patrimonio arquitectónico del centro de la ciudad, contaba entre otras
edificaciones de importancia con la iglesia Santa Inés, el palacio de la Higiene, el
colegio Santa Inés y la plaza de mercado. Además, su cercanía a la estación (de tren)
de la Sabana, permitía al sector combinar su tradición residencial con una impor-
tante actividad comercial.

A mitad del siglo veinte, con el estallido del Bogotazo, el barrio Santa Inés, como
buena parte del centro de la ciudad, comenzó a sufrir un proceso de transformación
14 debido a la migración de las familias de clase media y alta hacia el norte de la ciudad
y su remplazo paulatino por parte de nuevos residentes, mayoritariamente migrantes
desplazados de otros lugares del país, en un periodo de alta agitación política y social,
pasando a predominar las ocupaciones en inquilinatos y hostales, a establecerse co-
mercios de menor categoría y con ello, al surgimiento de chicherías1: sitios de diver-
sión y encuentro, en donde el consumo de alcohol hacía parte de la dinámica comer-
cial, barrial y lúdica del Santa Inés. Por otro lado, y como refuerzo de esta dinámica,
durante los años cincuenta se construyeron dos importantes vías arteriales: la carrera
10 y la avenida Caracas, que pasan sobre el límite norte y sur del sector (Santa Inés),
con lo cual el barrio sufrió un proceso de desconexión en su estructura urbana ence-
rrada entre grandes vías y, en consecuencia, quedó aislado del resto del centro de la
ciudad. De esta manera, el paisaje urbano empezó a estar dominado por la presencia
de pequeños comerciantes independientes, desempleados, vendedores y mendigos.

En el mismo barrio, contigua a la plaza de mercado se encontraba una calle en la


cual, ya desde el siglo diecinueve, se recolectaban y recuperaban “basuras” para
ser utilizadas nuevamente, calle conocida como la calle del Cartucho2, que, con la
transformación del sector, comenzó a ser cada vez más frecuentada por personas
dedicadas a las actividades de reciclaje y lugar de acogida de “personas extrañas”,
1 Chicherías: casa o tiendas donde se excombatientes y delincuentes migrantes de otras ciudades. Así, la calle del Cartu-
vende chicha. Chicha: bebida fer- cho se convirtió en refugio de pobres: recicladores y foráneos, y también de grupos
mentada a base de maíz, endulzada
con miel o panela. de jóvenes y niños que para afrontar condiciones de hambre, frío y abandono recu-
2 Se le conoció como calle del rrían al consumo de alcohol y vapores de gasolina.
Cartucho por ser durante el siglo
diecinueve un jardín en donde se
daban flores conocidas con este Tal situación de “degradación urbana” localizada en la calle del Cartucho se vio in-
nombre. cluso reforzada por parte de la misma administración de la ciudad, que a mediados
ANTECEDENTES

de los años setenta empezó una “campaña de higiene”, consistente en la prohibición


de dormir en las calles, a la luz de la cual cualquier persona, joven, mendigo, bo-
rracho, etcétera, que se encontrara durmiendo en las calles del centro y sectores
aledaños era trasladada a la calle del Cartucho.

La marihuana se posicionó en el mercado ilegal bogotano y empezó, poco a poco,


a tomarse la calle del Cartucho, donde los negocios asociados al reciclaje y el
rebusque empezaron a “diversificarse”, mezclando actividades legales e ilegales,
y en los cuales empezó a desarrollarse una modalidad de trueque pagando las
actividades de reciclaje con dosis de marihuana para consumos personales y para
venta al menudeo. Por otro lado, esta calle y las aledañas aún contaban con un im-
portante número de hostales e inquilinatos en donde se alquilaban habitaciones
a viajeros, comerciantes y familias recién llegadas a la ciudad. Por supuesto, no
tardó en volverse común el alquiler de cuartos para consumir sustancias o para
pasar borracheras.

Ya entrados los años ochenta, el Cartucho, que ya albergaba un importante número


de recicladores, personas que habitaban la calle y un activo comercio ilegal de mari-
huana, era un lugar privilegiado para el surgimiento del mercado de la cocaína y sus
derivados, principalmente el basuco. Con un amplio mercado y una creciente deman-
15 da, la cocaína y su tráfico desplazó al de la marihuana y modificó las dinámicas del co-
mercio ilegal y sus actividades asociadas, con lo que se iniciaron disputas sangrientas
por el control del territorio y de la venta de sustancias ilegales, entre las cuales el ba-
suco ya se comercializaba en grandes cantidades. Así, a sangre y fuego, se consolidó la
primera y principal olla de la ciudad y el país; el Cartucho empezó a llamar la atención
de las autoridades; era casi diaria la frecuencia con la que se encontraban cadáveres en
los diferentes basureros del sector, especialmente en un contenedor ubicado en la calle
9 con avenida Caracas, en donde se dejaban muertos y descuartizados.

Para finales de los noventa las familias dedicadas al expendio de basuco y marihua-
na en el Cartucho eran historia. Poco a poco y de manera violenta, las estructuras
del narcotráfico se fueron transformando en los llamados ganchos: estructuras de-
lictivas armadas y atrincheradas en casas desde donde ejercían el control del tráfico
y del territorio, para lo cual era ideal la condición de aislamiento de la estructura
urbana propia del sector.

El programa El sector del Cartucho alcanzó triste renombre internacional como uno de los lugares
distrital de más peligrosos de Latinoamérica, de acuerdo con el informe de la Organización Mun-
renovación urbana dial de la Salud de 1998 (Morris Rincón, 2011). Ese mismo año, la administración del
y migración de alcalde Enrique Peñalosa expidió el decreto 880, por el cual se adopta el programa de
población habitante renovación urbana para la recuperación del sector comprendido por los barrios San
de la calle Bernardo y Santa Inés y su área de influencia y se establecen normas específicas para
algunos de los sectores dentro del área de renovación urbana (mapa 2).
D e s ta pa n d o l a o l l a

Los objetivos del plan de renovación urbana están incluidos en el artículo 3° del
decreto, así:

Recuperación y mejoramiento del sector, mediante las acciones y proyectos que le de-
vuelvan la vitalidad urbana, la habitabilidad social, el equilibrio de usos, la protección
del espacio público y la arquitectura y el sentido simbólico del centro de la ciudad como
patrimonio cultural, social y económico.

Reorganización de la estructura urbana con la definición de espacio público, volumetría,


usos y demás normas con el propósito de mejorar las condiciones actuales del sector.

Creación de un elemento urbano importante –parque Tercer Milenio– que se constituya


en un elemento representativo a nivel nacional, en la intersección de los ejes de articula-
ción identificados en el artículo anterior, que consolida y estructura los espacios a nivel
ciudad y que permite el soporte de las nuevas densidades y de los usos.

Como se observa, entre los objetivos del programa no está la reubicación de los
residentes del sector ni la atención a la población vulnerable residente y flotante de
la zona. Se trató, como lo plantea Morris Rincón (2011), de “una solución estricta-
mente estética (...) a un problema eminentemente social” (Morris Rincón, 2011).
16
En principio, el Plan de renovación urbana iba más allá del sector conocido como el
Cartucho, puesto que contemplaba el desarrollo de proyectos de renovación en siete
sectores: San Bernardo, Santa Inés (el Cartucho), la Capuchina, Eduardo Santos, la
Estanzuela, Voto Nacional y San Victorino. El ámbito de desarrollo del plan puede
observarse en el plano oficial del decreto 880 de 1998 (mapa 2).

Del contenido del decreto 880 y sus motivaciones se desprende un plan de renova-
ción en varias etapas, en las cuales los primeros pasos consistirían en:

1. El sector más deteriorado, el Cartucho, se transformaría en un hito de espacio


público, el parque Tercer Milenio.
2. La zona de comercio consolidada (correspondiente al cuadrante ubicado al norte
del parque Tercer Milenio), que para entonces concentraba la mayor cantidad
de vendedores informales de la ciudad, se “recuperaría” mediante el rescate del
espacio público invadido por los vendedores informales y la organización de los
usos comerciales.
3. Las necesidades de vivienda quedarían satisfechas con la renovación en usos re-
sidenciales del barrio San Bernardo y el sector 1 del Voto Nacional.
4. Los demás sectores quedarían sujetos a reglamentación posterior.

La propuesta de renovación así planteada sigue una lógica de acuerdo con la cual el
gobierno distrital, sector público, interviene y desarrolla los componentes urbanos
correspondientes al espacio público, y así, crea las condiciones para el desarrollo de
los espacios privados (comercio y vivienda) por parte del sector privado.
ANTECEDENTES

Mapa 2
Zonas de intervención urbanística,
decreto 880 de 1998
Fuente: decreto distrital 880 de 1998,
elaboración propia.

Para efectos del análisis en el mapa se han incluido colores, que muestran el caso
17 particular del barrio Santa Inés (el Cartucho), sobre el cual se hizo una fuerte inter-
vención urbanística de “recuperación del territorio” por medio de la fuerza pública,
con el desalojo y la demolición del sector, el cual posteriormente pasó a llamarse
parque Tercer Milenio, integrado por dos sectores uno público y uno privado: en
el sector 1, público (color verde) la construcción de espacio público representado
en un gran parque, y en el sector 2, privado (color rosa), el desarrollo de usos co-
merciales. Ambos se constituirían en la punta de lanza de la transformación inmo-
biliaria de toda el área, según las normas de usos y edificabilidades autorizadas por
el mencionado decreto 880, transformación inmobiliaria que, salvo el componente
público y una manzana del componente privado del parque Tercer Milenio, sigue
pendiente de materializarse.

Como resultado se produjo la demolición de cerca de seiscientos ochenta cons-


trucciones y, con ello, el desplazamiento por distintos medios, incluido el uso de
la fuerza, de cerca de doce mil personas, que de acuerdo con datos de Morris Rin-
cón (2011), obtenidos del entonces Departamento Administrativo de Bienestar So-
cial (Dabs) habitaban en el Cartucho. Este desplazamiento produjo una especie de
“diáspora” de esta población, en su mayoría habitantes de la calle, que por razones
distintas a los primeros habitantes del barrio Santa Inés “migraron” a otros sectores
de la ciudad, entre ellos al barrio San Bernardo y al sector hoy conocido como el
Bronx (color rojo en el mapa 2).

Sin embargo, aun cuando el plan de renovación se estancó dado que, entre otras
razones no fluyó la inversión que se esperaba iba a desarrollar usos de comercio y
vivienda, la intervención del Cartucho sí fue muy exitosa en materia de valorización
del suelo, pues, de acuerdo con testimonios de pobladores del sector, la compra de
D e s ta pa n d o l a o l l a

Foto 1 Foto 2:
Plaza san Victorino antes de la Plaza san Victorino después de la
intervención Intervención
Foto http://www.semana.com/nacion/ Foto tomada de http://www.
articulo/bogota-el-deplorable-estado- rutasbogota.com/sitio/39
de-la-plaza-de-san-victorino/429566-3

predios que se dio a partir del año 1998, necesaria para la intervención urbanística
de la zona, se realizó a un valor de entre $120.000 y $150.000 por metro cuadrado
18 de suelo (es decir, menos de $400.000 en pesos de hoy)3. Mientras que si se obser-
van los valores de referencia del suelo, obtenidos de la base de datos de la Unidad
Administrativa Especial de Catastro Distrital (UAECD), el suelo que hace parte del
componente privado del parque Tercer Milenio (sector 2) alcanzaba en 2016 un va-
lor de $4’700.000 por metro cuadrado en la zona que aún está sin desarrollar4, y de
$10’500.000 por metro cuadrado en la zona comercial construida sobre la carrera
105 (mapa 3).

De los objetivos implícitos en la política de renovación urbana del decreto 880 de


1998 se logró la recuperación del Cartucho y la construcción del parque Tercer
Milenio, mientras que la transformación de la zona comercial se logró parcialmente
con la “recuperación” de una importante zona de espacio público conocida como la
plaza San Victorino (fotos 1 y 2).

La intervención para la recuperación de esa plaza significó el desalojo de cerca de


mil quinientos vendedores estacionarios (informales), de los cuales ochocientos
fueron reubicados y a los otros setecientos se les pagó una “indemnización por des-
3 Aproximadamente unos usd 140. alojo” de $10’000.0006(Martín y Ceballos, 2004).
4 En 2015, Metrovivienda imple-
mentó un proyecto de vivienda de
interés prioritario en una manzana El desarrollo urbanístico del área determinada como ámbito del proyecto de reno-
de este sector, conocido como vación del decreto 880 de 1998 continuó estancado durante las administraciones
parque residencial Victoria.
5 Medido en dólares de estados posteriores a la primera administración del alcalde Enrique Peñalosa, quien para
unidos, equivaldría a un rango las elecciones del año 2015 fue elegido nuevamente acalde de la ciudad de Bogotá.
aproximado entre usd 1.500 y usd Cuando tomó posesión de su segunda administración, se encontraban en formula-
3.700 Por metro cuadrado de suelo.
6 Aproximadamente usd 7.500 del ción (desde hacía varios años) dos proyectos de renovación urbana ubicados en el
año 1998. ámbito del decreto 880 aún vigente: el Plan parcial San Victorino y el Plan parcial
ANTECEDENTES

Mapa 3
Valores de Referencia del suelo
2016, Santa Inés
Fuente: Uaecd, elaboración propia

19

Mapa 4
Antiguo Cartucho y Actual Bronx
Fuente: Elaboración propia
D e s ta pa n d o l a o l l a

San Bernardo7, y además, se había anunciado el desarrollo de un proyecto de re-


novación en la zona conocida como el Bronx, la cual ahora tenía condiciones muy
similares, aunque a menor escala, del otrora Cartucho (mapa 4), condiciones que
migraron allí a partir de la intervención del año 1998.

Política de En abril de 2013, la administración del alcalde Gustavo Petro (2012-2015) expidió
renovación urbana el decreto 145 de 2013, por medio del cual se anuncia la puesta en marcha del com-
en el Bronx ponente urbanístico del proyecto de iniciativa pública denominado el Bronx (mapa
5), y se dictan otras disposiciones. Se trata de una herramienta de gestión de suelo
que tiene el Distrito: el anuncio de proyecto, cuyo efecto principal es, en la práctica,
el de congelar los valores del suelo previo al desarrollo del proyecto de renovación
urbana, con dos objetivos principalmente: 1) evitar la especulación con el suelo dada
la expectativa de valorización que generan las acciones de renovación urbana; y 2)
activar otras herramientas de gestión de suelo que tiene el Distrito como el derecho de
preferencia8 para la adquisición de los predios y la expropiación por vía administrativa9
como mecanismo para la adquisición de los predios en los casos que no haya voluntad
de negociación por parte de los propietarios. Finalizada la administración Petro, no se
había hecho público el proyecto de renovación urbana para el sector.
20
7 Un plan parcial de renovación El 28 de mayo de 2016, la segunda administración del alcalde Enrique Peñalosa
urbana es un instrumento de
planeación territorial existente en
intervino e implementó acciones de desalojo en todo el sector del Bronx; el sector
la legislación colombiana, cuyo tiene con un área total aproximada de 9.500 metros cuadrados, de los cuales cerca
objetivo es concretar en el territo- de 7.000 corresponden al área lotes privados; cuenta con sesenta y cuatro unidades
rio los determinantes de carácter
técnico, jurídico y económico
prediales pertenece a la Unidad de Planeamiento Zonal 102, La Sabana, y si se com-
del ordenamiento territorial. Así, para con la delimitación inicial propuesta por el decreto 880 de 1998 se encuentra
por ejemplo, el plan parcial fija en el sector Voto Nacional subsector 1.
directrices acerca de los usos que
pueden ser desarrollados, las edifi-
cabilidades máximas autorizadas, Los usos de suelo en el área de influencia del Bronx son predominantemente de vo-
las cantidades de espacio público cación comercial, con una marcada diferencia entre los sectores arriba de la avenida
(parques, andenes, alamedas,
Caracas, que en 2016 alcanzaban valores de suelo de hasta $12’600.000 por metro
plazas, etcétera) y el suelo para la
construcción de equipamientos cuadrado, y abajo de la misma (área de influencia inmediata del Bronx), que ese
(escuelas, centros de salud, biblio- mismo año tenía valores de suelo cercanos a $1’300.000 por metro cuadrado, con
tecas, etcétera) que debe tener el excepción de la zona intervenida del Bronx, con un valor de $650.000, producto del
territorio a intervenir.
8 Instrumento de gestión del suelo anuncio de proyecto que se realizó por medio del decreto 145 de 2013.
que obliga a los propietarios que
quieran comercializarlo, a ofre- El mapa 6 muestra los valores del suelo de toda el área cercana al Bronx al momento
cérselo en primera instancia a la
administración distrital, es decir, el de la intervención, incluida la delimitación de los dos planes parciales de renovación
Distrito tiene preferencia sobre otros urbana: San Victorino y San Bernardo. Como se observa, la consolidación de la
posibles compradores de suelo. vocación comercial del sector Voto Nacional, donde se ubica el Bronx, tiene un gran
9 Instrumento que tiene la admi-
nistración distrital para expropiar potencial de valorización del suelo si se compara con los niveles alcanzados por el área
a los propietarios de suelo que no comercial ubicada arriba de la avenida Caracas.
quieran venderlo voluntariamente
cuando existe una declaratoria
de interés público, sin tener que
acudir a la vía judicial.
ANTECEDENTES

Mapa 5
Delimitación de El Bronx, Decreto
145 de 2013
Fuente: Decreto 145 de 2013,
elaboración propia

21

Mapa 6
Valores de referencia del suelo
2016, Bronx y área de influencia
Fuente: Decreto 145 de 2013,
elaboración propia
LA
INTER-
VENCIÓN
C
oordinado por la Subsecretaría de Asuntos para la Convivencia y Seguridad
(en adelante Subsecretaría de Seguridad) de la Secretaría de Gobierno, hoy
Secretaría de Seguridad, y en medio de un despliegue policial de fuerzas
especiales y de seguridad de varias agencias del estado, el sábado 28 de
mayo de 2016, a partir de las 4:00 a.m., se inició la intervención en el sector del
Bronx (foto 3).

De acuerdo con las respuestas oficiales entregadas por distintas entidades de la ad-
ministración distrital, a derechos de petición y proposiciones de control político
formuladas desde el Concejo Distrital y el Congreso de la República10, la operación
se desarrolló en las siguientes condiciones:

La administración distrital, en este caso en cabeza de la Subsecretaría de Seguridad,


justificó el operativo de la intervención en la necesidad de cumplir con los siguien-
tes objetivos11:

1. Restablecer los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes y los habitantes
de la calle, procurando prevenir nuevas vulneraciones en esta zona de la ciudad.
23 2. Desarticular organizaciones criminales que operaban y controlaban esta zona de
la ciudad.

Foto 3
Noticia de Intervención en El
Bronx, Alcaldía de Bogotá
foto tomada de http://www.bogota.
gov.co/content/temas-de-ciudad/
seguridad/la-alcaldia-lidera-
operativo-sin-precedentes-en-la-
zona-del-bronx#main-content

10 En la bibliografía se incluyen las


referencias a las respuestas entrega-
das por la administración distrital
a distintas corporaciones públicas
y a la ciudadanía.
11 Respuesta de la Secretaría Distrital
de Gobierno a proposición 355 de
2016 del Concejo de Bogotá, p. 3. La
información que se presenta en rea-
lidad fue entregada como respuesta
a varias proposiciones del Concejo
de Bogotá, así como a derechos de
petición del Congreso de la Repúbli-
ca y de la ciudadanía. Sin embargo,
se cita únicamente la primera fuente
disponible, las demás pueden ser
consultadas en la bibliografía.
D e s ta pa n d o l a o l l a

3. Garantizar y mantener la presencia institucional amplia para las poblaciones vul-


nerables que habitan y transitan por esta zona, y recuperar el control territorial
del sector.

Para lo cual se montó un dispositivo multisectorial compuesto por12:

• Trescientos cincuenta miembros del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación de la


Fiscalía General de la Nación).
• Doce fiscales especializados.
• 2.250 policías de grupos de operaciones especiales, fuerza disponible y Policía de
Infancia y Adolescencia.
• Trescientos veinte hombres del Ejército Nacional (anillo perimetral de seguridad).
• Ciento veinte funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF).
• Ochenta funcionarios de la Secretaría Distrital de Integración Social.
• Cincuenta funcionarios de la Secretaría Distrital de Salud.
• Ciento veintiún funcionarios de Secretaría Distrital de Salud atendiendo fuera
del perímetro de la intervención.
• Cuatrocientos setenta funcionarios de la Secretaría Distrital de Integración So-
cial atendiendo las unidades operativas activadas para la contingencia.
24
Y la participación institucional de las siguientes entidades13:

• Ministerio de Hacienda y Crédito Público (Asojuegos)


• Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos de Bogotá (UAESP).
• Codensa.
• Catastro Distrital.
• Secretaría Distrital de Planeación.
• Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron).

De esta manera, de acuerdo con el reporte de la Secretaría Distrital de Gobierno, se


lograron los siguientes resultados14:

• Atención a más de mil novecientas personas en condición de habitante de la calle


desde el 28 al 30 de mayo.
• Ciento treinta y seis niños, niñas y adolescentes en ruta de restablecimiento de
derechos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
• Quinientas ocho personas dirigidas a la Unidad Permanente de Justicia (UPJ).
• Ciento treinta y cinco niñas, niños y adolescentes atendidos por la Secretaría
Distrital de Salud.
• Noventa y cuatro pacientes valorados y trasladados a varios centros de atención
por medio de la Secretaría Distrital de Salud.
• Novecientos cuarenta y tres habitantes de la calle entre 14 y 28 años de edad aten-
didos por Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud.
12 Ibídem, p. 4. • Más de setenta y siete viajes de recolección de basura o 131 toneladas de residuos
13 Ibídem, p. 4. a cargo de la UAESP.
LA INTERVENCIÓN

• La Secretaría Distrital de Salud atendió doce caninos, diecisiete felinos y dos tortugas.
• Veinte capturas.

Asimismo, se incautaron los siguientes elementos:

• 105.900 dosis de estupefacientes.


• Un laboratorio de procesamiento de droga.
• Treinta armas de fuego.
• Once armas neumáticas.
• Cinco granadas de fragmentación.
• Cuarenta y una lonas o 294 kg de monedas.
• Novecientas máquinas tragamonedas.
• Setenta y una bicicletas.
• Cuatro radios de comunicación.
• Tres chalecos antibala.
• Y se efectuaron cuarenta allanamientos.

Adicionalmente, la Subsecretaría de Seguridad afirmó que, en coordinación con la


Policía Metropolitana de Bogotá, mantendría por un periodo considerable un pie
de fuerza disponible (entre trescientos y seiscientos uniformados) entre las calles 9
25 y 10 con carreras 15A y 15 bis15.

A partir de este balance oficial de las condiciones y los resultados de la intervención,


y a la luz del análisis de la información recolectada de las respuestas entregadas por
la administración distrital, de reportes de prensa y de testimonios de distintos ac-
tores que presenciaron o conocieron el operativo, es necesario reflexionar acerca de
varios aspectos que surgen como consecuencia inmediata de este.

Primero, durante el periodo de planificación, que según la información oficial duró


cuatro meses, es evidente la falta de acompañamiento del Ministerio Público o de
algún ente encargado de velar por la protección de los derechos humanos, y tam-
bién, durante gran parte del desarrollo del operativo de intervención. En efecto, la
Subsecretaría de Seguridad reconoce que:

Los funcionarios de la Dirección de Derechos Humanos y Apoyo a la Justicia de la Sub-


secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, no participaron en la intervención inte-
gral del “Bronx”. No obstante, en el proceso de intervención existió un acompañamiento
permanente del Ministerio Público Distrital en cabeza de la Personería Distrital con el
propósito de garantizar el debido proceso y velar por la protección de los demás dere-
chos fundamentales de las personas que habitaban o transitaban en el sector16.

Sin embargo, a partir de la respuesta entregada por la Personería Distrital a la Cámara


de Representantes (proposición 012 de 2016), se observa que su acompañamiento fue
15 Ibídem, p. 5. solicitado con posterioridad al inicio de la intervención y, en consecuencia, solo hizo
16 Respuesta a derecho de petición
20165110270021 del H. C. Antonio presencia varias horas después de iniciado el operativo, cuando probablemente ya
Sanguino, p. 5. había pasado el momento de mayor intensidad en el uso de la fuerza:
D e s ta pa n d o l a o l l a

El día sábado 28 de mayo del presente año, la Alcaldía Mayor de Bogotá en conjunto con
la fuerza pública, la Fiscalía General de la Nación y el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar adelantó un operativo para retomar el control del Bronx, al que la Personería
de Bogotá fue convocada por el director de Seguridad de la Secretaría de Gobierno, Dr.
Jairo García Guerrero, quien nos manifestó que requerían la presencia del Ministerio
Público como garante de derechos humanos del distrito (...).

Por tal razón acudimos en cumplimiento de nuestras funciones constitucionales y lega-


les y dentro de nuestra precisa órbita de competencia a verificar la situación de derechos
humanos de quienes allí permanecían, a partir de las 10:30 am del día sábado. En ese
momento estaban siendo conducidos a la Unidad Permanente de Justicia (UPJ) más de
508 habitantes de calle (sic)17.

Como se lee, la Personería hizo presencia solo a partir de las 10:30 a.m., cuando
el operativo había iniciado desde las 4:00 a.m., como se evidencia de reportes de
prensa y de la respuesta de la Secretaría Distrital de Salud a la proposición 355 del
Concejo de Bogotá, en la que incluye entre los objetivos específicos de su partici-
pación los de:

–– Activar desde las 04:00 horas del sábado 28 de mayo hasta las 09:00 horas, la red de urgencias
26 distrital pública según sectores de intervención, con el propósito que las instituciones realicen
el alistamiento necesario para la atención de pacientes originados en el evento.

–– Concentrar, desde la hora arriba señalada, en la Secretaría Distrital de Salud dos ambulancias
medicalizadas, tres ambulancias básicas, un vehículo comando de acciones en salud a fin de
desplazarlas a la zona de operación18.

Por otro lado, la Defensoría del Pueblo en comunicación del 14 de junio de 2016
sostiene haber recibido veinticinco denuncias formales de presuntos atropellos con-
tra los derechos humanos en la intervención del Bronx:

Diez ciudadanos (...) manifestaron que en desarrollo de las acciones de ocupación,


sus lugares de residencia fueron allanados y de manera agresiva les apuntaron con
armas de fuego, los golpearon, los amenazaron y supuestamente recibieron descargas
eléctricas. Aseguran haber sido despojados de sus teléfonos celulares y del dinero en
efectivo (...) Advierten los reclamantes que se desconoció la presunción de inocencia y
que en ningún momento fueron notificados del procedimiento (...) Otras siete personas
(...) expresaron que hubo uso excesivo de la fuerza y que en sus lugares de habitación
quedaron sus documentos y pertenencias, sin que hayan podido recuperarlas (...)
otros tres ciudadanos (dos mujeres y un hombre), quienes se identificaron como co-
17 Proposición 012 de 2016 de la merciantes en el oficio del reciclaje. Las mujeres aseguran ser madres cabeza de fami-
H. R. Ángela María Robledo
contestado por la Personería de lia, propietarias de una empresa legalmente constituida, registrada en Cámara de Co-
Bogotá, p. 2. mercio y con empleados a su cargo, ninguno de ellos consumidores de droga (...) dos
18 Respuesta de la Secretaría Distrital hermanos que declararon ser propietarios de un inmueble en el sector de “la L”, pre-
de Salud a proposición 355 del
Concejo de Bogotá, mediante sentaron el número de matrícula inmobiliaria del predio (...) Añaden en su denuncia
radicado 2016 EE 36938, p. 2. que en el inmueble que les pertenece habitan dos personas mayores en calidad de
LA INTERVENCIÓN

arrendatarios, de quienes suministraron los números de cédula y manifiestan que


ante la imposibilidad de entrar y salir del sector, no solamente no han podido ir por
sus bienes, sino que además estos dos residentes afrontan dificultades para ingresar
alimentos y acceder a sus garantías fundamentales19.

En la misma comunicación, la Defensoría del Pueblo le reclamó al Distrito por no


tener en cuenta al Ministerio Público para hacer el acompañamiento en el operativo
del 28 de mayo e insistió en que: ”Al momento de realizar esta clase de ocupaciones
resulta indispensable establecer la caracterización de la población, y evitar genera-
lizaciones y estigmatizaciones que puedan conducir a escenarios de transgresión a
los derechos fundamentales”.

De lo anterior se desprende que durante al menos seis horas la intervención y demás


procedimientos asociados a esta, como allanamientos, desalojos, incautaciones, et-
cétera, se desarrollaron en ausencia de cualquier autoridad encargada de proteger
las garantías y libertades democráticas y los derechos humanos, con lo cual el riesgo
de comisión de abusos y arbitrariedades es alto.

En este sentido, además de las denuncias presentadas ante la Defensoría del Pueblo,
existen testimonios de ciudadanos habitantes de la calle, que relatan hechos como
27 los siguientes:

(...) ya venía un escuadrón de la policía y empezaron a rodear cada salida y pues enton-
ces ya todo estaba, ya todo mundo estaba cerrando tiendas y todo, cuando es que en
momentos eso parecía un ejército, por detrás, por delante, por un lado, por todo lado
y cogiendo de una vez, eso no dejaban pasar, al primero de una vez lo iban cogiendo y
UPJ, UPJ, UPJ, UPJ,UPJ, usted delito, delito, UPJ, UPJ, delito, delito, delito, delito, UPJ,
y empezaron, uy eso cogiendo a mucha gente (testimonio de CHC1)20.

A propósito de este testimonio, un hecho notorio fue el traslado de una gran can-
tidad de personas a la UPJ a riesgo de desbordar la capacidad de albergue de este
sitio, y sin que hasta ahora haya sido posible determinar, a partir de las respuestas
oficiales, la legalidad de ese traslado, pues de acuerdo con el decreto distrital 235 de
2006 y en atención a la sentencia C-593 de 2005, este sitio de detención no debe ser
usado a discreción por las autoridades de policía, sino que debe cumplirse alguna
de las condiciones del artículo 1º del decreto 235 en mención:

Artículo 1°. La medida de conducción contemplada en los artículos 146 y siguientes del
19
http://www.defensoria.gov.
co/es/nube/noticias/5372/ Código distrital de policía, procede de conformidad con lo ordenado en dicho estatuto
Defensor%C3%ADa-acumu- y en los numerales 2° y 3° del artículo 207 del Código Nacional de Policía; hasta veinti-
la-25-quejas-por-posibles-violacio- cuatro (24) horas; únicamente contra quien:
nes-a-los-derechos-humanos-du-
rante-intervenci%C3%B3n-de-au- 1. Deambule en estado de embriaguez y no consienta en ser acompañado a su domicilio.
toridades-al-Bronx-Bronx-Defen- 2. Deambule en estado de grave excitación con peligro para su integridad o la de otras
sor%C3%ADa-del-Pueblo-Bogot%- personas.
C3%A1-derechos-humanos-Dere-
chos-Humanos.htm Parágrafo. La medida de retención transitoria del Código nacional de policía o con-
20
Nombre ficticio. ducción en los términos del Código distrital de policía, únicamente será aplicada en
D e s ta pa n d o l a o l l a

los eventos contemplados en este artículo y no podrá extenderse a situaciones dife-


rentes a las ya enumeradas.

Siguen testimonios respecto a la violencia ejercida por la fuerza pública al momento


de la intervención. Varios reiteran que la entrada fue violenta, pero también el trato
una vez tomaron control de la zona las fuerzas del orden:

Horrible, fue horrible. Me cogió del cabello y me arrastró como cuadra y media. Yo
estaba, yo estaba con los muchachos, los cogen y los encienden a bolillo, entonces yo
también quería pelear por ellos, yo no quería dejarlos a ellos solos, y el señor llega y me
coge del cabello y me arrastra, me jala, que porque si entonces yo trato de darle patadas,
puños, pero es un hombre y tiene muchas más fuerzas que yo. Los demás también ven
esos actos, y yo veía que todo el mundo estaba, quemados, otros estaban alebrestados,
otros lloraban, gritaban o sea era tanta la presión que no, no sabía ni qué hacer (testi-
monio de Sindy)21.

¿El día que se metieron al Bronx? ¡Uy, dios santo! Ese día fue terrible: gases lacrimó-
genos, bombas aturdidoras, palo venteado, todos para el camión, duramos tres días en
la UPJ, tres días (…) que eso por lo general son veinticuatro horas. Claro que los otros
habitantes de la calle nos dieron comida, pero hombre eso fue mucho la leñera, esos
28 gases lacrimógenos, hombre eso lo hacía a uno hasta revolcar en el piso, varias nenas
ahogadas; sí, también, pues muchas peleas con los policías ese día; claro (testimonio
de Julián)22.

Una de las posibles razones para obviar el acompañamiento del Ministerio Público
y otras entidades en la planificación del operativo fue la necesidad de reserva para
evitar filtraciones de información, tal como lo manifiesta la Secretaría de Integra-
ción Social en respuesta a un derecho de petición:

Los datos base para tomar la decisión de la intervención fueron consolidados a partir de
un proceso de inteligencia realizado en la zona, a cargo de la Policía Metropolitana y la
Secretaría Distrital de Gobierno, esta información en ningún momento fue compartida
con los demás sectores de la administración distrital, teniendo en cuenta la importancia
de la reserva para evitar que se filtrara la información sobre la intervención a realizar, lo
cual ponía en riesgo la efectividad del operativo23.

Sin embargo, a pesar de las precauciones que probablemente llevaron a la ausencia


del Ministerio Público, es posible que en efecto se haya filtrado la información sobre
21
Nombre ficticio. la intervención en detrimento de los resultados operativos, tal como lo comentó la
22
Nombre ficticio. directora de la fundación Anne Frank y lo relata uno de los testimonios recolectados:
23
Respuesta de la Secretaría de Inte-
gración Social a derecho de petición
de la H. R. Ángela María Robledo, La directora de la fundación Anne Frank, Claudia Quintero, hizo un llamado de alerta
con radicado SAL-57336, p. 1. sobre el estado de los más de 200 niños que fueron rescatados durante los operativos del
24
http://www.elespectador.com/no- fin de semana de la Policía en el barrio el Bronx de Bogotá. Advierte que hubo varios
ticias/bogota/anne-frank-denun-
cia-habria-ninos-no-fueron-resca- menores [de edad] que no alcanzaron a ser rescatados debido a que la información del
tados-d-articulo-635007 operativo se filtró24.
LA INTERVENCIÓN

Pues entonces a nosotros, pues es que la verdad, la verdad es que así como hay personas
infiltradas de la policía adentro, también hay policías que también que le cantan a la
olla, ¿si me entiende?, le dicen va a pasar tal cosa, va a pasar tal cosa, eso estuvo avisado
como medio día antes de que lo hicieran (…) definitivamente pues ya los verdaderos de
las ollas se habían salido una hora antes, por eso es que no cayó así casi bandas grandes,
no cayeron por ese sentido, porque todo ya estaba avisado (testimonio CHC1).

Hay otro aspecto de gran importancia que es necesario documentar respecto a las
consecuencias inmediatas de la intervención en el Bronx, referente al desborda-
miento de la capacidad institucional para prestar la atención adecuada a la pobla-
ción intervenida, en materia de salud y protección social.

Sobre este aspecto, la Secretaría de Integración Social reconoce que dos centros de
atención a población de habitantes de la calle estuvieron cerrados durante la inter-
vención y días siguientes a la misma: el centro de formación La Academia estuvo ce-
rrado hasta el 13 de junio, y el hogar de paso Liberia fue cerrado definitivamente25,
con lo cual la oferta de atención en protección social para la población habitante de
la calle, ya en sí limitada, se vio reducida. Así lo relata el testimonio de un ciudadano
habitante de la calle entrevistado:

29 Oasis: fueron unas personas de Oasis en un bus, pero eso eran personas de 23 años
para abajo, pero yo ya tengo 33, entonces yo no pude irme para allá (...) es que éramos
tantos habitantes de la calle que no. O sea, esos calabozos de esa UPJ eso era re lleno,
re lleno (…) entonces se le cumple a uno los tres días y ya mucho hacinamiento (tes-
timonio de Julián)26.

Otros relatos de algunos actores de la intervención muestran que, probablemente,


la concurrencia de personas con necesidades de atención llevó a la negación directa
de servicios. Sobre esto, Rodrigo Meléndez, excoordinador del Camad del Bronx,
quien estuvo presente como profesional de la Secretaría Distrital de Salud en el
momento de la intervención, cuenta que funcionarios del ICBF dejaron de acoger
algunos menores de edad encontrados durante el operativo. Dice Meléndez:

Nosotros valoramos todos los que salieron, algunos tuvimos que hacerle su historia
clínica y hacerles remisión a otro hospital. Pero la gran mayoría no ameritaba eso,
estaban consumidos pero no era una situación de consumo que no permitiera a ellos
asistir a un centro de Bienestar Familiar, pero los funcionarios eran renuentes a eso.
A veces optaban por dejar que estos muchachos más bien se fueran que tenerlos y
25 Respuesta de la Secretaría de
Integración Social a derecho de llevarlos al Bienestar27.
petición de la H. R. Ángela María
Robledo, con radicado SAL-57336, En el mismo testimonio, Meléndez relata las condiciones en que se prestaron los
p. 2.
26 Nombre ficticio. servicios de salud y la negación de servicios:
27 Entrevista realizada al doctor
Meléndez en el marco del proyecto Sacaron muchas personas que yo conocía porque tenían enfermedades crónicas, eran
After Bronx, segunda fase. 12 de
diciembre de 2016 diabéticos y eran que llevaban seis, ocho y hasta diez horas haciendo una fila sin alimen-
tación, sin absolutamente nada.
D e s ta pa n d o l a o l l a

Esto es ratificado por un habitante de la calle, Pablo28, que entrevistado manifestó


lo siguiente:

Me sacaron de la fila por el problema de mis piernas. Las heridas cogen un olor fuerte,
entonces me sacaron diciéndome pata picha, largo de acá, hueles a muerto, un día de
estos le vamos a hacer el favor. Y me pegaron par bolillazos, me pegaron una patada.

Asimismo, durante los días posteriores a la intervención al parecer la negación de


servicios continuó, ya no por desborde de la capacidad institucional, sino como
estrategia de presión/incentivo para abandonar la calle, ofreciendo servicios úni-
camente a quienes ingresaran en centros de acogida, como lo plantea también el
doctor Meléndez:

Esto lo llamó la Secretaría Distrital de Salud la contingencia, y frente a esta contingencia


nosotros tuvimos momentos en los que teníamos, perdóneme la palabra, horas nalga.
Estábamos ahí y no había nadie, no había demanda de servicios, había una oferta en un
sitio donde no había demanda y no nos permitían ir a los sitios donde en realidad nos
necesitaban (…) los que bajaban de San Bernardo, ¡enfermos!, no se podían atender.
Salvo que fuera una urgencia vital.

30 Finalmente, tal como sucedió con la intervención a la calle del Cartucho en su


momento, tras el operativo de el Bronx se produjo una gran dispersión de po-
blación habitante de la calle y del tráfico de drogas, como se desprende de la in-
formación recogida por medio del trabajo en campo y de entrevistas a población
habitante de la calle:

No nos dejaban acercar antes de dos cuadras, no nos dejaban acercar. Los mismos, los
antimotines le dan muy duro a la indigencia. No pudimos acercarnos al Bronx y enton-
ces con el parche que yo andaba tomamos la decisión de bajarnos para el puente de la
30. Ahí ya estaban vendiendo la droga, eso siguen vendiendo la droga por todo lado.
Por todo lado. Pues sí, los jibaros no van a dejar de vender, así hayan cerrado el Bronx.
Tienen sus carritos por ahí vendiendo por las calles, por los barrios (...) El señor alcalde
(…) hubiera pensado mejor las cosas, ¿él nos saca del Bronx y ya tiene los centros de re-
habilitación para meternos a nosotros? Pero ya entonces se forma un grupo de limpieza
en el centro y después de las 8, 9 de la noche ya no pueden ver indigentes ahí. Ya pasan
le toman la foto y ya corre usted peligro, ya la segunda vez que lo vean le dan su leñera y
ya la tercera vez lo suben a la camioneta y lo desaparecen (testimonio de Julián).

En el centro, pero distribuidas en San Bernandino, todavía siguen presentes el puente


de la 22, Cinco huecos, todavía hay muchas ollas así distribuidas. Por ejemplo, dentro
de la plaza España también están vendiendo, una de las ollas más grandes se encuentra
ahí detrás de la plaza España. Entonces, este consumo pues una división indiferente a
todos lados, pues entonces así mismo se agranda, la gente ya se desplaza más por todo
lado, porque saben que lo encuentran por allá, por allá, por allá, por allá y por allá, en
cambio allá era en un solo lado el contenido, (...) Entonces los barrios otra vez se están
28 Nombre ficticio. llenando, y pues están empezando a montar las ollas que estaban en el centro dentro
LA INTERVENCIÓN

de los barrios, yo creo que haber quitado la L fue como un desplazamiento de las ollas
(testimonio de CHC1, diciembre de 2016).

Pues ese día repartieron todo, ¿cierto? Entonces todo lo que había en la L lo repartieron
para lo que fue la 22, en el Santa Fe hay dos ollas que todavía están, una de ellas se llama
Panadería y la otra se llama Fortaleza, que todavía en este momento pueden estar pues
produciendo y que todo lo repartieron y que todos los gamines se repartieron por el
centro y que algunos de mis compañeros se vinieron para sitios como este y otros están
todavía guerreando en la calle (testimonio de Jason).

De todo el relato anterior sobre el desarrollo de la intervención y los días siguientes a


esta, así como del análisis sobre sus motivaciones y consecuencias inmediatas y me-
diatas, surgen numerosas inquietudes y reflexiones que se tratarán a continuación.

31
Reflexio-
nes en
materia de
seguridad
E
n marzo de 2016, el subsecretario de Seguridad de Bogotá, Daniel Mejía Lon-
doño, en entrevista con la revista Semana planteaba uno de los pilares funda-
mentales de la política pública en materia de seguridad de su administración,
en las siguientes palabras:

En la ciudad, el orden y la belleza van de la mano y generan seguridad. Si las calles es-
tán alumbradas y limpias, no tienen grafitis, no tienen basuras, hay menos vendedores
ambulantes y están más ordenadas, la gente se siente más segura, sale a la calle y hay
menos delitos.

Siguiendo la lógica planteada en los años ochenta por George Kelling y James Wil-
son con la teoría de las ventanas rotas en el campo académico, y en el campo polí-
33 tico, la experiencia de la alcaldía de Nueva York entre 1993 y 2013, el Plan de desa-
rrollo “Bogotá mejor para todos” propone, como uno de sus pilares, la recuperación
del espacio público, que está íntimamente ligado a la mejora de la percepción de
seguridad. Esta recuperación del espacio público está concebida como la posibilidad
de que todos puedan hacer uso de un determinado espacio que le pertenece a la
29 http://www.semana.com/nacion/
articulo/bogota-secretario-de-se-
ciudad y que no esté vedado para nadie. Por ello, la estrategia de “recuperación”
guridad-daniel-mejia-habla-de-or- del Bronx es emblemática para la Alcaldía: se trataba de un espacio controlado por
den-y-espacio-publico/465018 organizaciones criminales. Adicionalmente, este uso del espacio público está atra-
http://www.eltiempo.com/bogota/
vesado por un componente de las demás políticas de la actual administración, el de
campana-pedagogica-contra-cola-
dos-en-transmilenio-79950 “cultura ciudadana”, entendida como aquellas estrategias que promueven “el cum-
http://www.elespectador.com/noti- plimiento de la ley”.
cias/bogota/penalosa-cree-el-gra-
fiti-una-plaga-diario-the-guar-
dian-articulo-621247 De acuerdo con lo anterior, la administración distrital se concentró desde los primeros
http://www.elespectador.com/ días de gobierno en “limpiar las calles”, de manera literal y figurada: esto es, perseguir
noticias/bogota/sin-prostitutas-ca-
colados en el transporte público, limpiar las paredes de grafiti, desalojar vendedores
lles-de-bogota-articulo-612930
30 http://www.npr.org/2016/11/01/ ambulantes, fortalecer el pie de fuerza policial, “recuperar” el espacio público, entre

500104506/broken- windows- otras acciones de tipo aséptico –agua y jabón– y policivo29. Un aspecto que requiere
policing-and-the-origins-of-stop- un análisis desde el punto de vista conceptual, dado que está íntimamente ligado con
and-frisk-and-how-it-went-wrong.
La traducción de las citas fue la estrategia que subyace a la intervención en el Bronx. Para ello nos hemos basado en
realizada por los autores de este el artículo de Shankar Vendatam, publicado en el portal Hidden Brain: “How a theory
texto, se dejará en nota a pie de of crime an policing was born, and went terribly wrong”30, que habla precisamente de
página la versión en inglés.
Sabemos que la visión de Vendatam la imposibilidad de atribuirle una relación directa a la teoría de las ventanas rotas con
es una particular, frente a otras los resultados en materia de seguridad cuando se aplicó en Nueva York, así como de
tantas que hay sobre la teoría de las la situación de alta estigmatización de las comunidades más pobres y vulnerables que
ventanas rotas. No pretendemos
afirmar que en esta se agota el se generó (tampoco atribuible de manera causal a las ventanas rotas) y el aumento en
análisis. las denuncias de los abusos de la policía.
D e s ta pa n d o l a o l l a

El artículo de Vendatam comienza hablando del origen de la teoría, que conviene


retomar. En 1969, el psicólogo Philip Zymbardo, de Stanford, llevó a cabo un tra-
bajo de campo que consistía en poner dos carros abandonados en la calle. Uno,
en un barrio pobre de Nueva York y el otro en un barrio acomodado de Palo Alto,
California. Ambos carros, sin placas. En Nueva York, después de diez minutos fue
vandalizado y deshuesado, mientras que en Palo Alto duró varios días sin que nada
de esto ocurriera. Después, al carro que se encontraba en Palo Alto se le dio un
golpe, rompiendo los vidrios, y le sucedió lo mismo que al de Nueva York. El autor
resume el trabajo de campo de Zymbardo diciendo que este demostró que algo que
ha sido abandonado y se encuentra en mal estado tiene mayores posibilidades de
ser objeto de delito. Esta es la base de la teoría de las ventanas rotas.

Años más tarde George L. Kelling y James Q. Wilson aplicaron lo de Zymbardo a


una escala más amplia, “a comunidades completas”. En entrevista al portal Hidden
Brain, Kelling afirma: “La idea es que una vez el desorden comienza, no importa
cuál es el barrio y las cosas pueden comenzar a salirse de control”31. Estos autores
entienden desorden no solo como basura en las calles y carros dañados, sino tam-
bién grafiti, prostitución, uso de drogas. Por lo que proponen centrarse en este tipo
de problemáticas y así, mediante la recuperación del espacio público, generar un
34 mayor impacto en los índices de seguridad.

En 1993, el alcalde de Nueva York Rudy Giuliani adoptó la política de las ventanas
rotas: Giuliani llegó al poder prometiendo la reducción de crimen y “limpiar” y
“recuperar” las calles. Se trataba de una estrategia, como bien lo define Kelling, para
“restaurar el orden” que convencía a los conservadores pero que también tenía eco
en los liberales, pues de alguna manera prevenía el crimen. Como dice Bernard
Harcourt, profesor de derecho en Columbia University, quien le ha hecho segui-
miento a la teoría de las ventanas rotas:

Era como una solución mágica. Le permitía a todos encontrar una manera, en su propia
mente, de deshacerse del mendigo, del que duerme en la calle, de la prostituta, de las
drogas, la basura, y les permitía a los liberales hacerlo, al mismo tiempo que se sentían
justos y buenos consigo mismos32.

Justamente, Giuliani comenzó la implementación de la teoría de las ventanas rotas


persiguiendo a quienes no pagaban las tarifas del metro. Los resultados mostraron
31 “The idea [is] that once disorder que no todos los “colados” eran criminales, pero muchos de los que cometían delitos
begins, it doesn’t matter what the
neighborhood is, things can begin sí se colaban en el metro. Esto hizo que se ampliaran las acciones y, por ello, se persi-
to get out of control”. guieran “ofensas menores” como el grafiti y vender cigarrillos sueltos, por ejemplo.
32 “It seemed like a magical solution. Los resultados dieron mucho de qué hablar en los medios, pues se presentaron bajas
It allowed everybody to find a way
in their own mind to get rid of the en tasas de homicidios y de criminalidad en Nueva York.
panhandler, the guy sleeping on
the street, the prostitute, the drugs, Aun así, a pesar de estas cifras y de comenzar a convertirse en la teoría estrella para
the litter, and it allowed liberals to
do that while still feeling self-righ- abordar la seguridad, muchas inquietudes comenzaron a generarse, sobre todo en-
teous and good about themselves”. tre académicos como Harcourt, las cuales podrían resumirse de esta manera:
R efle x i o nes en m ateria de se g uridad

• Los indicadores de seguridad ya tenían una tendencia a la baja antes de la elec-


ción de Giuliani, es decir, no se estaba rompiendo la tendencia en el comporta-
miento de éstos .
• En general, en el país las tasas de inseguridad tenían una tendencia a la baja.
• Las tasas de seguridad también tuvieron una baja considerable en otras ciudades
donde no se estaba siguiendo la política de las ventanas rotas, por ejemplo en Los
Ángeles.
• Inmediatamente se usa ventanas rotas en Nueva York, aumentan las denuncias
por mal comportamiento de la policía.

En 2001, con Michael Bloomberg como alcalde de la ciudad (2003-2013), se instaura


algo más aparte de lo que se entendía como ventanas rotas, la estrategia “stop and frisk”
(detención y requisa). Aun cuando en algunos casos esta estrategia permitió resolver
crímenes mucho más importantes, en muchos más no llevó a nada. Ni siquiera Kelling
se mostró partidario del perfilamiento de “stop and frisk”, pues considera que le daba
mucha discrecionalidad a la policía que podría derivar en abuso. En 2013, una corte
federal declaró inconstitucional esta política de detener y requisar, dado que era muy
racista y estigmatizadora: se dirigía a hombres hispanos y negros. A pesar de que acaban
con ella, las ventanas rotas continúan como política. Este mismo año con un nuevo
un alcalde liberal, la política termina siendo seriamente cuestionada por la muerte de
35 una persona: Eric Garner, un afr americano, a manos de la policía. Para Kelling, en este
contexto y en otros, la teoría de las ventanas rotas había comenzado a salirse de control,
sobre todo por la poca veeduría a la policía. Respecto a esto sostiene en entrevista:

Cuando, durante los años noventa, leía ocasionalmente en el periódico algo como un
nuevo jefe (de policía) que entraba y decía ‘Voy a implementar las ventanas rotas ma-
ñana’, escuchaba esto con consternación porque se trata de una actividad altamente
discrecional para la policía, que necesita capacitación amplia, lineamientos formales,
monitoreo constante y vigilancia. Entonces, ¿que si me preocupa la implementación de
las ventanas rotas? Muchísimo, porque se puede hacer muy mal (subrayado nuestro)33.

33 “When, during the 1990s, I would


Por ello, en su momento propuso apartarse de la misma y de la metáfora de las ven-
occasionally read in a newspaper
something like a new chief comes in tanas rotas. Uno de los puntos centrales sobre la teoría de las ventanas rotas es que
and says, ‘I’m going to implement no tienen evidencia que la soporte. Según el artículo, la mayoría de los académicos
broken windows tomorrow’, I would
ven “modestos cambios de comportamiento del crimen”, pero ninguno que muestre
listen to that with dismay because
[it’s] a highly discretionary activ- las relaciones causales. Sin embargo, se sigue vendiendo como pan caliente. Para
ity by police that needs extensive Hancourt la razón está dada por la simplicidad de la historia. Para él, las personas
training, formal guidelines, constant prefieren este tipo de cosas simples, que vivir “con las complejidades de la vida”. Esto
monitoring and oversight. So do I
worry about the implementation es, las estrategias de seguridad y de reducción del crimen requieren altas dosis de
about broken windows? A whole creatividad y comprensión de los contextos, más que una fórmula aplicable a todos
lot (...) because it can be done very como si se tratara de un modelo matemático. Hacerlo así es desconocer la comple-
badly”.
34 “The story of broken windows is a jidad misma del ser humano. Vedantam lo resume así:
story of our fascination with easy
fixes and seductive theories. Once La historia de las ventanas rotas, es la historia de nuestra fascinación por las soluciones
an idea like that takes hold, it’s
nearly impossible to get the genie fáciles y teorías seductoras. Una vez una idea como esta se sostiene, es casi imposible
back in the bottle”. volver a meter el genio dentro de la botella34.
D e s ta pa n d o l a o l l a

En este contexto retomamos nuestro análisis sobre la intervención en el Bronx,


donde los resultados en materia de seguridad se valoran en dos niveles: primero,
los resultados inmediatos a consecuencia del operativo de acuerdo con el segundo
objetivo trazado para la intervención: “Desarticular organizaciones criminales que
operaban y controlaban esta zona de la ciudad”; y segundo, los resultados mediatos
relacionados con su efecto sobre las condiciones de seguridad de la zona de in-
fluencia y de la ciudad en general. Acerca del primer aspecto, pasados siete meses
del operativo la Secretaría de Seguridad del Distrito35 en respuesta a un derecho
de petición36, entrega lo que, en resumen, es el balance operativo inmediato de la
intervención: once capturas (aunque los primeros reportes entregados hablaban de
veinte), catorce armas de fuego incautadas y cien mil dosis de estupefacientes de-
comisadas; sobre el segundo aspecto, en la misma respuesta se incluye, entre otras
cosas, un balance de cifras de seguridad para el periodo comprendido entre enero
2014 y noviembre de 2016.

Respecto al segundo nivel de análisis, la administración, en palabras del secretario


de Seguridad plantea que: “Las intervenciones en el ‘Bronx’, San Bernardo y ‘Cinco
huecos’ han permitido reducir los delitos y muy especialmente el hurto a personas.
Por ejemplo, en un radio de 750 metros alrededor del ‘Bronx’ tenemos una reduc-
ción del 42 por ciento en diferentes delitos”37. Lo que en principio respalda la tesis
36 planteada por él mismo según la cual “el orden y la belleza van de la mano y generan
seguridad”, y, en consecuencia, la efectividad de la lógica de las ventanas rotas.

No es el propósito de este trabajo hacer una evaluación de impacto ni examinar todas


las implicaciones y aspectos relacionados con la seguridad derivados de la interven-
ción en el Bronx, pero sí, para efectos del análisis, interesa revisar los datos de algunos
delitos de alto impacto antes y después de la intervención, con el objeto de observar
sus tendencias de comportamiento en diferentes escalas territoriales. Adicionalmente,
de manera complementaria se muestran los principales resultados arrojados por la
encuesta de percepción ciudadana de Bogotá como Vamos, realizada entre octubre y
noviembre de 2016 sobre comportamiento de delitos de alto impacto.
35 En el momento de la intervención
Subsecretaría de Seguridad y
Convivencia de la Secretaría de De acuerdo con la información estadística de delitos de alto impacto reportada por
Gobierno, elevada a Secretaría por la Secretaría de Seguridad para los periodos 2014, 2015 y 2016 (enero a noviem-
medio del acuerdo 637 de 2016.
bre), se presenta el comportamiento tendencial de los delitos de homicidios, hurto
36 Respuesta a derecho de petición
del Centro de Pensamiento y Ac- a personas, fleteo y hurto a vehículos; para los cuales se estructura el análisis en tres
ción para la Transición (CPAT) con escalas territoriales:
radicado E-00002-201603133-SCJ.
37 Tomado del artículo de El Tiempo.
“Homicidios en Bogotá bajaron 1. Escala de ciudad, correspondiente a la suma de los datos de todas las localidades
siete puntos en diez años”, publica- de Bogotá.
do el 27 de julio de 2016 en http:// 2. Once localidades, correspondiente a Los Mártires (donde se ubica el Bronx), San-
www.eltiempo.com/archivo/docu-
mento/CMS-16655068 ta Fe, Puente Aranda, Antonio Nariño, Rafael Uribe, Teusaquillo, Chapinero, Ba-
38 “Análisis de la distribución y rrios Unidos, Kennedy, Engativá y Suba. Que según los análisis de localización
caracterización de la población de de habitantes de la calle realizado por la Secretaría de Integración Social38 son las
habitantes de calle (sic) ubicada en
parches y cambuches en Bogotá D. que tienen las mayores densidades de localización de parches y cambuches de
C”. Bogotá 2015. habitantes de calle.
R efle x i o nes en m ateria de se g uridad

3. Cinco localidades, que contienen las zonas de influencia inmediata del Bronx,
correspondientes a Los Mártires, Santa Fe, Puente Aranda, Antonio Nariño y
Rafael Uribe.

Esto con el propósito de observar y comparar el comportamiento de los datos para los
meses posteriores a mayo de 2016 en relación con los datos de 2015 y 2014, y también,
observar posibles cambios de comportamiento de los delitos entre la escala de ciudad
y escalas más localizadas alrededor del el Bronx durante los mismos meses.

Comportamiento A escala de ciudad, en términos generales su comportamiento muestra tendencia a


de los homicidios la baja entre 2014 y 2016, sin que pueda observarse, al menos gráficamente, cambios
significativos en esta en los meses posteriores a la intervención en El Bronx. Más
bien, la tendencia de los homicidios en 2016 es bastante similar a la de 2015 para
estos meses. En el primer panel de la gráfica 1 (homicidios Bogotá) se observa cómo
la línea de homicidios de 2016 está casi superpuesta a la de 2015.

Al restringir el análisis a escalas menores (once y seis localidades), se observa que


37 para las once localidades de mayor localización de población habitante de las calles,
la comisión de homicidios durante 2016 fue superior a la de 2015 y 2014 en el perio-
do comprendido entre marzo y agosto, igual en septiembre y menor para los meses
de octubre y noviembre.

Para las seis localidades del área de influencia del Bronx, durante los meses pos-
teriores a la intervención hay comportamientos heterogéneos respecto a 2014 y
2015, así: en junio hubo menos homicidios que en 2014 y más que en 2015; en
julio hubo menos homicidios que en 2015 e igual que en 2014; en agosto los ho-
micidios se redujeron notablemente respecto a 2015 y 2014, pero en septiembre
aumentaron también notablemente respecto a los mismos años; mientras que en
los meses de octubre y noviembre también se observan niveles por encima y por
debajo, respectivamente, pero con diferencias menos importantes respecto a los
años anteriores.

Comportamiento del Se observa que, en general (en todas las escalas), durante el primer semestre del año
hurto a personas el nivel de hurtos fue más bajo en 2016 respecto a 2015 y 2014; mientras que durante
el segundo semestre, posterior a la intervención, estuvo por encima de lo observado
durante 2015, aunque aún por debajo de lo observado durante 2014 (gráfica 2).

En este punto es interesante observar que aún para la escala más pequeña de análisis
(seis localidades del área de influencia del Bronx), el comportamiento del hurto a
personas sigue un comportamiento equivalente al de toda la ciudad, es decir no hay
D e s ta pa n d o l a o l l a

Homicidios Bogotá 2014 - 2016 2014 2015 2016

160

140

120

100

Grafica 1 80
Homicidios en diferentes escalas
territoriales, 2014-2016 60
Fuente: Policía Nacional, Sistema de
información estadístico, delincuencial, Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
contravencional y operativo (Siedco),
reportado por Secretaría de Seguridad.

Homicidios 11 localidades 2014 - 2016 2014 2015 2016

80
70
60
50
40
30
20
10
0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

Homicidios 6 localidades 2014 - 2016 2014 2015 2016

40
38 35
30
25
20
15
10
5
0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

ruptura en escala, y además, los niveles de comisión del delito son mayores a los
presentados en el año anterior, con lo cual no sería posible concluir que después de
la intervención en el Bronx este delito disminuyó.

Comportamiento Durante la mayor parte de 2016 (abril a noviembre), el hurto a vehículos muestra
del hurto a niveles superiores a los registrados en 2015 y 2014, tendencia que se mantiene al li-
vehículos mitar el análisis a las once localidades de mayor presencia de ciudadanos habitantes
de la calle (gráfica 3). Al observar el comportamiento en las localidades correspon-
dientes al área de influencia del Bronx, los niveles de hurto a vehículos durante 2016
son, con excepción de marzo y agosto, superiores a los registrados durante 2015;
mientras que respecto a 2014, durante el primer semestre se encuentra por debajo,
con excepción de enero, y durante el segundo por encima, con excepción de agosto.
R efle x i o nes en m ateria de se g uridad

Hurto a personas 2014 - 2016 2014 2015 2016

3400

3000

2600

2200

1800
Grafica 2
Hurto a personas en diferentes 1400
escalas territoriales, 2014-2016
1000
Fuente: Policía Nacional, Sistema de
información estadístico, delincuencial, Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
contravencional y operativo (Siedco),
reportado por Secretaría de Seguridad.

Hurto a personas 11 localidades 2014 - 2016 2014 2015 2016

2200

2000

1800

1600

1400

1200

1000
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

Hurto a personas 11 localidades 2014 - 2016 2014 2015 2016

800

39 700

600

500

400

300

200
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

Más allá de los resultados puntuales, y entendiendo que el lapso para documentar
tendencias con significancia estadística (en un sentido u otro) aún es corto, se trata
de tener una idea del efecto de la intervención respecto a la comisión de delitos de
alto impacto, donde si bien no es posible esperar que el impacto de esa intervención
se extienda por toda la ciudad, al revisar la escala local se observa que ni en el área
de influencia del Bronx ni en las zonas de más alta presencia de habitantes de la calle
se observan cambios evidentes en los niveles delictivos a partir de mayo de 2016
respecto a los años anteriores.
D e s ta pa n d o l a o l l a

Hurto a vehículos Bogotá 2014 - 2016 2014 2015 2016

280
260
240
220
200
180
160
Grafica 3 140
Hurto a vehículos en diferentes 120
escalas territoriales, 2014-2016
100
Fuente: Policía Nacional, Sistema de
información estadístico, delincuencial, Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
contravencional y operativo (Siedco),
reportado por Secretaría de Seguridad.

Hurto a vehículos 11 localidades 2014 - 2016 2014 2015 2016

210
190
170
150
130
110
90
70
50
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

Hurto a vehículos 11 localidades 2014 - 2016 2014 2015 2016

70
40 60

50

40

30

20

10
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

Percepción De acuerdo con la encuesta “Bogotá cómo Vamos”, de 2015 a 2016 la percepción de
ciudadana inseguridad en la ciudad disminuyo de 59% a 45%; sin embargo, a una escala más
local, como la del barrio, durante el mismo periodo la percepción de inseguridad
aumentó de 28% a 30% (gráfica 4). Asimismo, entre 2015 y 2016 la proporción de
personas que manifestaron haber sido víctimas de algún delito aumentó de 20% a
32%. Es de anotar que esta encuesta se hace en términos de ciudad, por lo cual no es
posible a partir de ella valorar el impacto sobre la percepción de seguridad derivado
directamente de la intervención en el Bronx.

De acuerdo con lo anterior, los resultados en materia de seguridad que se pueden


analizar aquí se presentan desde el punto de vista temporal en dos niveles: los re-
sultados operativos inmediatos a la intervención, y los resultados a corto plazo en
delitos de alto impacto. Acerca del primer aspecto, sería necesario determinar si la
cantidad de capturas e incautaciones son consistentes con los objetivos trazados,
R efle x i o nes en m ateria de se g uridad

Se siente inseguro en su barrio

42% 37% 38% 46% 42% 52% 59% 45%

Grafica 4
Percepción ciudadana sobre
seguridad en Bogotá, 2016 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Fuente: “Bogotá cómo Vamos”, Encuesta
de percepción ciudadana 2016.
Se siente inseguro en su barrio

42% 37% 38% 46% 42% 52% 59% 45%

2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Durante el último año ha sido víctima de algún delito

42% 37% 38% 46% 42% 52% 59% 45%

41
2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

entre ellos la desarticulación de las organizaciones criminales que operaban en la


zona, lo cual escapa al alcance de este reporte. Sobre el segundo, del análisis hecho
a los principales delitos de alto impacto en distintos niveles territoriales, no es po-
sible determinar un impacto positivo ni negativo derivado de la intervención en el
Bronx, pues las estadísticas no muestran cambios de tendencia respecto a años an-
teriores, la cual en algunos casos sería contraria a la esperada. Sin embargo, es claro
que lo presentado es apenas un análisis de tendencias a corto plazo y no correspon-
de, desde ningún punto de vista, a una evaluación de impacto de la intervención en
materia de seguridad.

Finalmente y, como se verá, la intervención del 28 de mayo de 2016 tiene implica-


ciones en otros campos más allá de la política de seguridad: refleja que la estrategia
de la administración distrital frente a la política de drogas y habitantes de las calle
se funda esencialmente en una estrategia de renovación urbana, y además, deriva
en consecuencias en materia de derechos humanos, garantías y libertades democrá-
ticas y otros aspectos de tipo político y procedimental. Todos ellos, como se dijo,
constituyen el objeto principal de la investigación.
Derechos
humanos:
visiones y
voces des-
de el caño
Venían repartiendo siempre palo, diez o doce motos, eh, sí, corriendo a la gente, sacán-
dola de la cuadra y todo eso. Entonces, así, pegándole arbitrariamente de una, no les
decían “Levántense, bueno, váyanse”, nada, sino que venían repartiendo garrote, como
se dice vulgarmente, al que sea. Aparte de eso, a los muchachos que estaban durmiendo
les colocaban corriente y todo eso (entrevista semiestructurada, 8 de febrero 2017).

E
n el centro de Bogotá, históricamente, los habitantes de la calle, usuarios de
basuco, pegante y otras sustancias consumidas en las calles latinoamericanas,
han sido víctimas de violencia sistemática por parte de agentes del Estado, así
como de desplazamiento urbano. El caso del Bronx es el más reciente de este
fenómeno de limpieza urbana y social, en su sentido clásico, y debe ser situado en
el panorama de un esfuerzo sistemático por desparecer a esta población y todos los
espacios asociados a ella, en ocasiones con la participación del Estado.

Como constatamos en una entrevista en 2010 con un conocido personaje en las


ollas del centro, desde la era del Cartucho y el Samber (San Bernardo) en su niñez
y después transicionando en su adolescencia a manejar dos cuadras del Bronx, las
vivencias de los habitantes de la calle en ciudades colombianas han estado mar-
cadas durante décadas por actos diarios de desplazamiento. El testimonio citado
demuestra que la emergencia del Bronx no se puede aislar de este proceso histórico
43 de violencia estatal y policial contra los habitantes de la calle, usuarios de drogas, y
los espacios que ocupan en la ciudad. La evidencia que se presenta en este informe
desde el territorio, desde el caño después del Bronx, es una historia que no puede
seguir siendo enterrada por el Estado.

Aclaraciones En el marco del análisis de la situación de derechos humanos, es de suma impor-


semánticas: el tancia utilizar un lenguaje incluyente y representativo de las visiones y voces de la
Bronx frente a la L comunidad vulnerada. Con poca frecuencia, los habitantes de la calle se refieren al
espacio del que fueron desalojados violentamente el 28 de mayo del 2016 utilizando
el término El Bronx.

La comunidad que ocupaba este espacio entre las calles novena y décima y entre
carreras 15 y 17 del centro de la ciudad se referían a este espacio, su hogar por más
de una década, como la L.

Como una apuesta política de Parces ONG, en lo que sigue a lo largo del capítulo,
al espacio urbano sujeto de este informe se denomina como la L, y no el Bronx,
para respetar cómo vivieron sus habitantes la historia y la memoria urbana de
este espacio, y no por un nombre que le fue asignado por agentes externos y por
personas que desconocen las dinámicas humanas de este lugar después de la eli-
minación del Cartucho.
D e s ta pa n d o l a o l l a

Foto 4
Parque Tercer Milenio, Bogotá
Fuente: foto tomada por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG (2010).

La asignación del nombre el Bronx a este espacio, puede ser leída de múltiples for-
mas, pero cualquier perspectiva analítica apuntaría a un proceso socioespacial de
perfilamiento discriminatorio, racializado, clasista (comparando este espacio con
los burough o guetos de Nueva York con mayor población afroamericano e inmi-
grante) y demonizante. Mencionamos este proceso de violencia discursiva como
preludio a la evidencia empírica, porque pensamos que estas prácticas de represen-
tación de este espacio urbano también se reflejan en el trato hacia las personas que
ocupan este territorio. El primer paso era nombrar el espacio utilizando analogías
racistas de marginación y criminalidad importadas de imaginarios del contexto ur-
bano estadounidense, y el segundo buscar la manera de eliminar este espacio y a las
44 personas que ocupaban el lugar.

Ubicando el Cruzando este parque y la avenida Caracas, se llega al batallón del Ejército que está
territorio de ubicado como un muro que tapa las calles de la L de la visibilidad y conciencia pública.
ollas en el centro
de Bogotá

Foto 5
‘La olla amurallada’ (por el estado
militar)
Fuente: foto tomada por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG (2010).
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

Foto 6
La L desde afuera (2010)
Fuente: foto tomada por el equipo
multidisciplinario de PARCES ONG
(2010)

45

Foto 7
Caño en la calle 6 (2016)
Fuente: fotos tomadas por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG (2016).

Foto 8
Caño en la calle 6 (2016)
Fuente: foto tomada por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG (2016).
D e s ta pa n d o l a o l l a

Foto 9
Caño calle 6 (2016)
Foto tomada por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG.

46

Foto 10
Caño en la calle 6 (2016)
Fuente: foto tomada por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG (2016).

Evidencia empírica: Desde las estrategias de documentación de casos y testimonios en territorio, iden-
testimonios tificamos siete formas de violencia vividas por los habitantes de la calle que fueron
de violencia y desplazados desde el territorio de la L, incluyendo: 1) violencia física; 2) verbal; 3)
desplazamiento simbólica; 4) desplazamiento forzoso; 5) utilización de gases lacrimógenos en una
forzoso zona pacífica y con limitada circulación de aire; 6) amenaza de muerte; 7) desnudos
en vía pública. Asimismo, se pudo evidenciar la violación de diferentes derechos
fundamentales (tabla 1).
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

Derecho Normativa

Derecho a la El derecho fundamental a la vida se encuentra en el artículo 11 de la Consti-


vida tución política. Su contenido y alcance ha sido definido por la jurisprudencia
de la Corte Constitucional como el sustento y razón de ser de los demás
derechos fundamentales.
Igualmente, esta corporación sostiene que el alcance de este derecho no
puede limitarse a la mera existencia del individuo, sino que dicha existencia
debe ser contemplada a la luz del principio de la dignidad humana reconoci-
Tabla 1
Derechos fundamentales
do en el artículo 1º de la carta (T–860, 1999). Entonces la vida, no puede ser
violentados entendida únicamente desde su dimensión biológica que cobija la mera exis-
tencia, sino que debe ser visto desde una dimensión de vida digna.

Derecho a la El artículo 13 de la Constitución política dispone que todas las personas re-
igualdad cibirán la misma protección y trato de las autoridades sin discriminación por
razones de raza, sexo, religión u opinión política. De igual forma este artículo
también concibe la posibilidad de otorgar un trato diferenciado a grupos que
hayan sido discriminados o marginados o que se encuentren en un manifiesto
estado de vulnerabilidad.
Ahora bien, el derecho a la igualdad debe ser aplicado en observancia de
varias circunstancias. El estudio de estas circunstancias da lugar a lo que la
jurisprudencia de la Corte Constitucional denomina juicio de igualdad. Este
consiste básicamente en: 1) determinar si es posible hacer una comparación,
2) establecer si en el plano jurídico o fáctico se da un trato igual a desiguales
o desigual a iguales y 3) determinar si el trato desigual se justifica constitucio-
nalmente (C–015, 2014).
Esta última parte del juicio de igualdad se integra con el juicio de propor-
cionalidad para determinar si la actuación de una institución es discriminatoria.
En ese entendido, en el evento en el que exista un trato diferenciado, debe
determinarse si la medida desplegada: 1) sigue un fin constitucionalmente váli-
do, 2) es una medida necesaria para alcanzar dicho fin y 3) un juicio de propor-
cionalidad en sentido estricto en el que se examine si dicho trato diferenciado
implica el menoscabo de derechos fundamentales (T–301, 2004).

Derecho al libre La jurisprudencia nacional ha desarrollado la autonomía personal como apli-


47 desarrollo de la cación del derecho al libre desarrollo de la personalidad consagrado en el
personalidad artículo 16 superior. En la sentencia C–639 de 2010, la Corte Constitucional
da cuenta de la prevalencia del derecho a la autonomía sobre las medidas
paternalistas no sin antes advertir que estas pueden ser impuestas en procura
del interés general.
En este sentido, la Corte Constitucional define el derecho al libre desarrollo
de la personalidad y el ejercicio de la autonomía como la facultad de cada
individuo de tomar decisiones que no afecten a otros a partir de su capacidad
de reflexión, viviendo de acuerdo a esas decisiones y sin limitaciones externas
o imposición de modelos o planes de vida.

Derecho a la Pese a que el derecho fundamental a la salud, consagrado en el artículo 49 de


salud la carta, hace parte de los derechos de segunda generación, la jurisprudencia
nacional (T-859 de 2003) le ha concedido el estatus de derecho fundamen-
tal autónomo, haciendo posible su protección sin la necesidad de acreditar un
grado de conexidad con otros derechos fundamentales, esencialmente la vida.
Este derecho fundamental consagra el acceso oportuno y de calidad a los
servicios que se requieren para alcanzar un mejor grado de salud. Con dicho
fin, debe concebirse la materialización de este derecho como el conjunto
articulado de políticas públicas, instituciones, principios y normas.

Derecho a la El artículo 24 superior consagra el derecho a la libertad de circulación que


libertad de consiste en permitir a toda persona a transitar libremente por el territorio na-
circulación cional y a residir en él. La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha escla-
recido el alcance de este derecho en la sentencia T–518 de 1992 en la que
afirma que una persona tiene derecho a transitar y desplazarse en cualquier
parte del territorio, más aún si se trata de vías o espacios públicos.
El derecho fundamental a la libertad de circulación, así como muchos
otros, es susceptible de ser limitado por las autoridades siempre y cuando
esta limitación se haga por fines constitucionalmente justificados y de manera
proporcionada.
D e s ta pa n d o l a o l l a

La violencia policial y el abuso de poder por parte de la policía es una situación


sistemática que ocurre todos los días, particularmente en las noches. El equipo de
Parces observó y fue testigo de las siguientes dinámicas:

• Amenazas y acorralamiento con palos y con los bolillos para obligar a los y las ha-
bitantes de la calle a meterse de nuevo dentro del caño (6 y 7 de septiembre 2016).
El equipo de Parces ONG fue testigo de la forma en que la policía amenazó y
persiguió con palos y bolillos a los habitantes de la calle. Particularmente el 6 de
septiembre, alrededor de las 7:30 de la noche, observamos:
cómo un policía cogía un palo de más o menos un metro y medio de largo y de unos
treinta centímetros de diámetro en la punta y amenazaba a un habitante de la calle para
que volviera al caño. Comenzó a perseguirlo alzando el palo alto con el brazo derecho,
lo persiguió incluso en medio de la calle Sexta mientras pasaban carros, poniendo en
riesgo su vida. Finalmente, el habitante de la calle volvió a entrar al caño.(…)Luego
vimos cuando a otro habitante de la calle que salió del caño, cruzó corriendo la calle
hacia el norte y cogió por la carrera 24, un policía, también con un palo en la mano,
salió corriendo detrás a perseguirlo y otros dos policías, en motos, que estaban en la
otra esquina también arrancaron y se metieron a toda velocidad por el andén en donde
estábamos paradas para perseguirlo. Había unos ocho policías amenazando a los habi-
tantes de la calle y arreándolos con palos o con los bolillos. Pudimos ver que tres policías
48 tenían palos y los demás usaban el bolillo. Fueron siempre muy violentos, golpeando el
piso o las cosas que tenían, rompiéndoles las pipas y los objetos que tuvieran con ellos
(Diario de campo, 6 de septiembre 2016).

• Intimidación a partir de la acción de rodear el caño con patrullas, motos y policías


a pie para evitar que los habitantes de la calle salieran del caño (6 y 7 de septiem-
bre 2016). En dos ocasiones vimos como la policía hacía rondas y se quedaba
rodeando el caño para intimidar y evitar que la población de habitantes de la
calle saliera del caño.
Se ubican patrullas y motos en las esquinas al otro lado de la calle y también en las
esquinas del medio del caño. Prenden las luces de las patrullas y las motos, los policías
caminan por los costados observando imponentes con sus bolillos en las manos y se
quedan un buen tiempo hasta que se vuelven a ir, dejando una o dos motos cerca. Esto
se repitió toda la noche (Diario de campo, 7 de septiembre 2016).

• Violencia verbal y maltrato simbólico (6 de septiembre 2016). El equipo de parces


fue testigo de la forma en que la policía les habla y es violenta verbalmente con la
población. El trato desde el inicio es violento, los cogen fuertemente y les hablan
fuerte sin justificación alguna. Los tratan de “gamines”, “drogadictos”, de “por-
querías” y utilizan palabras como “hijueputa” para dirigirse a ellos.
• Retenciones arbitrarias y traslados no justificados a la UPJ (6 de septiembre 2016).
Dos integrantes del equipo de Parces intentaron evitar el traslado injustificado de
cuatro habitantes de la calle a la UPJ el 6 de septiembre alrededor de las 6:00pm.
Cuando se acercaron a preguntar por qué se los estaban llevando, el policía con-
testó “Porque no pueden estar ahí en el andén”. Aún cuando el equipo de parces
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

intentó evitar el traslado a partir de los argumentos jurídicos de las funciones de


la UPJ, la policía hizo caso omiso y las calló abruptamente.
Además, dentro de los testimonios se identificaron las siguientes formas de violen-
cia y abuso de poder sistemático por parte de la policía:

• Violencia física con piedras, palos, armas de balines, golpes y gases. En todos los
testimonios y charlas informales hemos identificado que la policía utiliza la fuer-
za física y agrede a la población habitante de la calle de diferentes formas como
patadas, puños, piedrazos, disparos con balas de goma, palazos y gases lacrimó-
genos. Además, de las heridas abiertas (ver foto 11), hablamos con personas que
terminaron con huesos rotos como los brazos o las costillas (ver foto 11).
• Violencia verbal y maltrato simbólico. En todos los testimonios y charlas informa-
les se identificó el maltrato y la violencia verbal por parte de la policía.
• Retenciones arbitrarias y traslados no justificados a la UPJ. Varias personas, tanto
en charlas informales como en entrevistas, hablaron de las retenciones arbitrarias
“por estar en la calle”, y de los traslados injustificados a la UPJ.
• Amenazas de violencia sexual: “(…) una mujer habitante de la calle nos comentó
que la noche anterior un policía la había amenazado con violarla” (Diario de
campo, septiembre 2016).
• Desnudos en vía pública y obligatorios. Se encontraron tres testimonios según los
49 cuales habitantes de la calle afirmaban que miembros de la policía los hicieron
desnudar en medio de las calles. “Yo tengo una compañera que se llama Carolina,
la cual, pues de momento la cogieron, le encontraron $100.000 en efectivo, pero para
encontrárselos primero la hicieron empelotar en la calle, la hicieron hacer cuclillas to-
talmente empelota, delante de todo el mundo” (grupo focal, 18 de noviembre 2016).
• Asesinato de hombre habitante de la calle. El 31 de marzo, un ciudadano habitante
de la calle recibió cuatro tiros por parte de un policía en la carrera 16 con décima
(foto 13). En versiones no oficiales, habitantes de la zona afirman que la situación
es un ejemplo claro del abuso policial, el cual en esta ocasión cobró la vida de este
ciudadano. “Los mismos policías se burlaban al lado del cuerpo del muchacho y
nada que llegaba una ambulancia, no hacían nada para salvarle la vida” (Entre-
vista semiestructurada, 4 de abril 2017)39.

En las veinte entrevistas se encontraron testimonios de violencia policial, incluyen-


do los siguientes hechos:

A unos los secuestraron en un camión de Policía, se los llevaron fuera de Bogotá y ma-
taron a diecisiete compañeros de nosotros en una finca (…) Un camión lleno de esos
que llevan la policía a la UPJ, lo llevaron para una finca el mismo día que nos sacaron.
39
Los hechos del asesinato del
habitante de calle aún no se han Que supuestamente nos iban a llevar para un internado, que nos iban a hacer bien, que
esclarecido, el cuerpo permanece
en Medicina Legal y no se ha nos iban a ayudar y pasa y sucede que a mis diecisiete compañeros que se fueron en ese
logrado dar con la identidad de la camión confiados, pues es las palabras de esos hijuep… (me disculpa) de los tombos,
persona. Parces ONG está adelan- con seguridad se subieron y a como suben, a los días nos llega la noticia de que estaban
tando la denuncia y presionando a
las entidades estatales para que se muertos. Nos pusimos a echar cabeza quiénes faltaban y fueron los que se llevaron al
haga justicia. camión, no sabemos dónde es la finca. Nos dijo fue una voz mayor, una cabeza de no-
D e s ta pa n d o l a o l l a

Foto 11
Herida causada por balas de
goma de la policía, septiembre
de 2016
Fuente: foto tomada por el equipo
interdisciplinario de Parces ONG. (2016)

Foto 12
Heridas causadas por violencia
policial física, septiembre de 2016
Fuente: fotos tomadas por el equipo
interdisciplinario de Parces ONG. (2016)

50

Foto 13
Imagen de los hechos ocurridos
el 31 de marzo en la carrera 16
con decima
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

sotros, la voz de ellos la creemos. Pues resulta que hace como un mes por los lados de la
16 nos encerraron los Celta con los del Esmad, nos cerraron en una cuadra Esmad por
arriba, Celtas por abajo. De momento no fue pacíficamente, ellos nos comenzaron fue
a dar balín y nosotros pues aprisionados, cada vez nos iban cerrando más, ya veíamos
los camiones a lado y lado y que nos huían y nos huían como perros. De momento
hubo una reacción de unos, otros miembros y pues pa’ adelante se fue todo. Los que se
dejaron coger, pobrecitos. Les dieron como decimos nosotros, como a perro. Nosotros
también comimos, pero entonces logramos salir (grupo focal, habitantes de calle, 18 de
noviembre 2016).

Pues yo todo el tiempo que he estado en la 15, en el Bronx y hasta el momento aquí que
he estado con la casa, yo siempre he sido campanero. De momento ya sigo a todos (los
policías) y todos me tienen el hambre, ya me ven y ya es “Bueno marico o pierdo el puesto
o le parto las piernas”, me dice el garrotero. Mas de momento no le doy el batazo ni hay
la Barrera. Barrera es el que maneja el camión de la UPJ. Es un caballero entre comillas,
porque después de que se sube al camión pailas (…) pues resulta que tiene un gancho en
la puerta y ese gancho es de acero y eso rompe el cráneo feo y no copea. Como el camión
está todo cerrado, o sea no tiene vista. Ya no es como antes que al menos uno respiraba
y podía ver, no, ya es todo lámina, forrado. Es que ahí es donde aprovecha y pues le da
como perro a uno, abusa. Mas de momento yo no sabía que tomando las placas pues
51 (…) (grupo focal, habitantes de calle, 18 de noviembre 2016).

Me cogió la moto del tombo. Ese día eran aproximadamente 3-4 de la mañana, no
había ni un alma por ahí. Y me cogió en la cuadra del supermercado del Cinco huecos.
Cuando me cogió me dijo,“Venga”, pero bien, o sea me habló normal. “Venga, acér-
quese”. Y a como yo me acerco me va cogiendo del brazo, me bota contra la pared, y si
yo no pongo la mano así me totea lo que se llama cara. Y a lo que yo pongo esta mano
él me tuerce la otra, casi me parte esta mano, si ve. Duré dos días que no me pude
parar, vomitando sangre. Yo estoy en embarazo, duré dos días botando sangre, vomité
sangre. Y con un escalofrío, una fiebre y un malestar en el cuerpo que no me daban pa’
pararme. ¿Por qué? Por causa de la pela que me dio ese tombo ese día, y fuera de eso
me echó la moto encima y me hizo correr hasta la Sexta, desde Cinco huecos hasta la
Sexta. Al trote con la moto casi encima prácticamente. Yo le pasaba de andén en andén
porque de andén en andén no puede pasar la moto (grupo focal, habitantes de calle,
18 de noviembre 2016).

En el último desalojo que nos hicieron ya para salir hacia el caño, uy los del Esmad nos
encerraron de una manera tan fea, tan horrible que al que iba saliendo le iban dando ga-
rrote. De momento yo estaba coja, iba en una piyama de bebé, no podía correr bien. A lo
que yo voy saliendo, por esquivarle el palazo en la cara le pongo el brazo y queda el codo.
El me pega el palazo en el codo, casi me parte el codo, duré aproximadamente, ya voy pa’
mes y medio con el brazo así porque esta es la hora en la que todavía (…) ya lo puedo
estirar pero el hueso sigue ahí afuera. Tras del hecho lo que me pasó hace cuatro días,
con el teniente la Bruja que me pegó en la espalda, que me puso a vomitar sangre que
duré dos días incapacitada (grupo focal, habitantes de calle, 18 de noviembre de 2016).
D e s ta pa n d o l a o l l a

Resulta que el 31 de diciembre tuve un inconveniente, y pues en vez de chupar dulce,


chupé suero. Salí el sábado como 3 de noviembre y pues este fulanito pues yo le mostré
la herida, las heridas y más de momento no copió sino preciso me dio en el tubo. Pues
duré un día sin poderme mover, me dolían las costillitas y todo y pues de momento la
herida se me volvió a abrir, el problema es que, si me entra aire al pulmón, pues pailita.
Otra vez me tocó volver a hacer el mismo proceso, otra semana más, y pues hasta el
momento al parecer está bien la herida. Me quité la gasa hace dos días. Pero entonces se
fue de [Tártaro] y me quitó los puntos así a pellizquitos (grupo focal, habitantes de calle,
18 de noviembre 2016).

Hace ocho días que nos cogieron con mi compañera, con Cuca, y nos llevan ahí abajito a
la estación. Me pasan a mí de primeras, yo que tenga entendido un tombo a nosotras no
nos puede raquetiar (requisar) ni empelotar. A mí, el comandante, ese pirobo nos llevó
allá, nos hizo quitar todo, todo, todo. Y yo que tenga entendido eso no lo pueden hacer.
A mi compañera también la raquetió, la tocó y todo. Ese man sí nos hizo desnudar, o
sea masque todo a mí me hizo quitar todo, todo, todo y me raquetió toda la ropa y todo
(grupo focal, habitantes de calle, 18 de noviembre 2016).

Aproximadamente hace cuatro días iba bajando yo del Voto Nacional hacia la plaza
España con una compañera de trabajo. Cuando de un momento a otro nos paran dos
52 motos, en la primera iba un señor mono, alto, con otro compañero. En la otra moto iba
una señorita delgada con otro compañero, bueno una becerra (tomba, mujer policía).
Nos cogen contra la pared, nos requisan, me quitan lo que yo llevaba, el señor llega y
me dice las siguientes palabras: “Para los que no me conocen, me empiecen a conocer.
Yo soy el que les pega a las perras, el que azota los pirobos. El que no los va a dejar que
hagan lo que se les dé la gana. Para ustedes soy el teniente la Bruja, que no se les olvide.
Cómo es que me llamo”, nos preguntaba a ella y a mí. “¡Repítalo, repítalo! Cómo es que
es”: teniente la Bruja. Y fuera de eso le dice a uno: “Vaya y le dice a sus patrones que le
sigan surtiendo que yo les sigo quitando. Para que esta semana se vayan enterando que
les voy a hacer el operativo yo mismo”. Entonces de momento yo, ofendida y todo le
contesto: “Pues si es bruja que hace en moto y no en escoba”. Entonces él me dice: “Que
qué, repítalo”. “Pues que si es una bruja qué hace en moto y no en escoba”, y yo me volteo
y sigo caminando. Aproximadamente a los diez pasos míos, siento es que el señor no con
la punta del bolillo sino con el mango del bolillo, me manda un bolillazo en la espalda
el cual me mandó a vomitar sangre, el cual me mandó dos días en cama (grupo focal,
habitantes de calle, 18 de noviembre 2016).

Esa madrugada llegaron, hicieron el desalojo, con un sistema violento, muy violento.
Había más de ochenta policías alrededor del caño. A nuestros compañeros les tiraban
gases. Les hicieron más de veinte tiros de gas lacrimógeno y no los dejaban salir del caño
a pesar de que el caño se estaba creciendo porque estaba lloviendo. Sucedió como la pri-
mera vez cuando ellos se encontraban en el puente de la 30 que según se dice la lluvia no
había crecido el caño, pero se dice que abrieron las compuertas que tiene el caño, allá en
la altura, no se sabe en qué parte y pasaron veinticinco compañeros flotando en el agua.
E incluso que yo tuve que prestar un lazo para sacar a una muchacha, pidiendo ayuda,
que se ahogaba. Esa noche fue una noche increíble, nosotros no sabíamos que el caño
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

tenía compuerta. Vinimos a saber por los medios de comunicación que nos preguntaron
que si nosotros qué sabíamos que si era verdad que habían abierto las compuertas. Eso
es una cosa tan extraña, porque yo que llevo seis años de estar en el caño, yo nunca había
visto una creciente de la 30 a la 32. Cuando comenzaron a construir el puente ese, pa
poder desviar el caño por la primera, hicieron unas compuertas especiales del agua que
viene del chorro de Padilla. Dicen que las mandaron a abrir y venían veinticinco com-
pañeros flotando sobre el agua. Los policías no los dejaba salir del caño, para poder salir
tenían que caminar un kilómetro por el caño para dejarlos salir más adelante (Entrevista
semiestructurada, 3 de septiembre 2016).

Otros tipos de violencia

Violencia por parte de otros ciudadanos civiles


En las distintas visitas de trabajo de campo realizadas por el equipo se observó
cómo desde las ventanas de los buses de Transmilenio que pasan al lado del caño las
personas les gritan insultos o frases como:“Se lo merecen por ladrones y drogadic-
tos”, así como desde las calles aledañas y desde la misma estación de Transmilenio.
Las personas también se acercan burlonas a tomarles fotos que podrían calificarse
de amarillistas, y en ninguna ocasión vimos que algún funcionario del Distrito o de
53 la policía hiciera algo para evitarlo. Además, en las entrevistas y charlas informales
se identificaron otros actos de violencia física por parte de civiles, incluso identifi-
camos que se han metido en los disturbios con la policía y han agredido gravemente
a algunos habitantes de la calle.

Violencia del Estado


A partir de las entrevistas y las charlas informales se identificó la posibilidad de que
la inundación ocurrida en la madrugada del 18 de agosto haya sido causada por la
apertura de las puertas que retienen el agua desde la carrera 24. La mayoría de los
habitantes de la calle nos dijo que el caño nunca se había inundado de esa forma:
“Llevo seis años viviendo en el caño y nunca se había inundado así, eso fueron que
abrieron las puertas para matarnos” (testimonio, 2 de septiembre 2016).

Situación de emergencia humanitaria


En el trabajo de campo se observó la situación en la que los y las habitantes de la
calle vivieron en la zona del caño de la calle sexta. En este espacio no tenían acceso
a agua potable, la basura se acumulaba fácilmente, no tenían dónde protegerse de
la lluvia o dónde dormir de manera digna, en un ambiente en el que se pueden in-
cubar fácilmente enfermedades por la presencia de ratas y la falta de un lugar para
asearse. Además, no tienen atención en salud y se identificó que la policía prohibía
que otras personas le entregaran comida o agua a la población habitante de la calle.
Incluso, en una ocasión, un cura de la parroquia de Veraguas les llevó comida y la
policía deliberadamente la cogió y la arrojó dentro del caño, como si fuera basura.
Estos hechos, sumados a la negación de la libre circulación y a la obligación de per-
manecer en el caño, produjeron una situación de emergencia humanitaria para las
personas que se encontraban allí.
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Negación del derecho a la salud


Finalmente, se constató que las instituciones de salud no habían hecho presencia en
el lugar. Durante el día, se observó la presencia de funcionarios de entidades como
la Secretaría Distrital de Integración Social, el Idipron y los gestores de convivencia,
quienes estaban allí parados, observando y hablando entre ellos. No hubo presencia
de funcionarios de la Secretaría Distrital de Salud ofreciendo atención a las múlti-
ples heridas o enfermos causados tanto por la violencia policial y civil como por el
contexto en el que están viviendo. Un habitante de la calle que ha ido a recibir los
servicios del Distrito nos dijo: “Respecto a la salud, muy poco, hay un área de salud
dentro del Javier Molina, pero a pesar de los garrotazos que recibimos de la Policía,
la atención médica es muy poca” (testimonio, 18 de agosto 2016).

Desplazamiento forzado
El equipo de Parces observó cómo fueron desplazados los grupos de habitantes de
la calle por diferentes zonas de la ciudad, sin otorgarles un espacio seguro, sano y
digno. La dinámica de desplazamiento que se observó en el caño de la calle Sexta se
generó por las quejas de los residentes y comerciantes de las zonas donde los ubica-
ron. Cuando las quejas se volvieron muy persistentes, la policía no la Alcaldía, de-
cidió desplazarlos unas cuadras más abajo o más arriba del caño, sin dar soluciones
concretas a la situación. En los testimonios recolectados y a partir del seguimiento
54 del equipo se identificó que los habitantes de la calle que ubicaron en el sector del
caño de la sexta eran desplazados más o menos cada dos o tres días:

Ayer, a las 12 de la noche nos volvieron a mover. De un momento a otro todo se llena de
Esmad, nos hacen la encerrona, no nos dejan salir del caño y nos empiezan a tirar gases
para que nos movamos del lugar.Lo único que pedimos es un espacio de la cuidad en
donde podamos reubicarnos (testimonio, 31 de agosto 2016).

Además de ser desplazados, tanto en testimonios como en las salidas de campo se


identificó que se les está negando el derecho a la libre circulación pues, en primer
lugar, durante el día no se les permitió salir de cierto perímetro de las cercanías al
caño. En varias ocasiones, el equipo de Parces observó la forma en que la policía
obligó a habitantes de la calle a devolverse cuando se estaban dirigiendo hacia otra
zona de la ciudad. Segundo, en las noches se observó cómo rodeó la zona del caño
donde se encontraba la población, obligando a quienes intentaban salir del caño a
dirigirse a otras zonas o a volver a meterse dentro de este.

En varias ocasiones se perdió el rastro del grupo del caño y en ellas el número de
habitantes de la calle disminuyó drásticamente. El 1 de septiembre el equipo llegó
a la zona del caño con carrera 34:“(…) pero ya no encontramos a nadie, bajamos
tres cuadras y nadie nos daba razón del inmenso grupo que el día anterior estaba
en la misma zona. Era posible percibir como varias personas, ya sean habitantes de
la calle o que frecuentaban el caño también estaban buscando al grupo” (Diario de
campo, 1 de septiembre 2016). En ese momento, el equipo se dirigió a diferentes
instituciones para indagar sobre el paradero del grupo, puesto que nos dijeron que
la noche anterior en el operativo las personas habían sido trasladadas a distintas
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

entidades, en ninguna de las cuales, ni en otro lugar, nos dieron respuesta: hogar de
paso Javier Molina, UPJ, URI, San Andresito.

La foto 14 es del 31 de agosto 2016 y la 15 del 1 de septiembre de 2016. En menos de


una semana ya habían desplazado a más de cien personas de un lado del caño a otro.

El 5 de septiembre se volvió a encontrar al grupo de habitantes de la calle ubicados


en el caño de la calle sexta, unas cuadras (unas carreras) más arriba, entre las carre-
ras 24 y 27.“(…) pero el grupo que localizamos era más pequeño que el que había-
mos visto el 31 de agosto. Estimamos que ese día había alrededor de doscientas per-
sonas, mientras que el 31 de agosto calculamos que había alrededor de quinientas”
(Diario de campo, 5 de septiembre 2016).

El desplazamiento forzado fue algo que vivieron todos los habitantes de la calle con
quienes se tuvo contacto, quienes relatan como fueron obligados abandonar sus
hogares40. Según el Ministerio de Justicia:

Un desplazado es alguien que ha sido forzado a emigrar dentro del territorio nacio-
nal, abandonando su lugar de residencia o actividades económicas regulares porque
su vida, seguridad física o libertad personal se han visto seriamente afectadas o están
55 bajo amenaza directa, por alguna de las siguientes situaciones: conflicto armado interno,
disturbios internos y tensión, violencia generalizada, violación masiva de los derechos
humanos, violaciones del derecho internacional humanitario u otras circunstancias que
resultan de las anteriores situaciones, que pueden alterar el orden público drásticamente
(Ministerio de Justicia, 2017).

Este es un concepto que en Colombia solo se ha utilizado en casos de conflicto armado,


pero la situación posterior a la intervención del Bronx es un ejemplo de desplazamien-
to forzado por parte de actores estatales que fuerzan a una comunidad o grupo de
personas a dejar el lugar donde habitaban, trabajaban y desarrollaban múltiples activi-
dades. Además de ello, es un desplazamiento que se repite al menos en ocho ocasiones
en menos de seis meses, hasta lograr la desintegración del grupo y la comunidad.

Los siguientes extractos de entrevistas semiestructuradas y testimonios recolecta-


dos exponen la situación de desplazamiento forzado por parte de la policía:

Estaban durmiendo en un corredor común y corriente y llegaron y le echaron un


poquito de gasolina y les quemaron las cobijas, unos nueve, unos nueve compañeros,
ellos no pudieron volver a la zona por miedo (Entrevista semiestructurada, 5 de sep-
tiembre 2016).

40
El desplazamiento forzado de ha- Nos metimos pa’ detrás del hospital, pal’ hospital, o sea en el hospital también nos hicie-
bitantes de la calle no fue algo que ron dos encerronas que se fue más de uno en volqueta (…) y de ahí nos mandamos otra
sucedió solo en la intervención del vez pa’ la España, ahí fue la encerrona donde nos gasearon como quisieron, nos dieron
Bronx: fue y es algo sistemático en
la política pública de recuperación pata, de ahí, ya nos mandaron pal’ caño, pa’ la 30, de la 30 para la treinta y dos y más allá
del espacio público. (…) (Entrevista semiestructurada, 8 de septiembre 2016).
D e s ta pa n d o l a o l l a

56 Foto 14. Foto 15


Tomada el 31 de agosto Del 1 de septiembre
Fuente: fotos tomadas por el equipo
multidisciplinario de Parces ONG. (2016)

Por la mañana nos decían que no, que allá, que en la Estanzuela, después por la tarde
que se vinieran pa’ acá, por la noche que se bajaran allá a la cuadra de la droguería de
la 16, después que acá a la 17, y así. Y luego, por la noche venían otra vez, tumbaban
todo, aparte, ¿sí? había personas que venden comida, otros venden cigarrillos, otros (...)
Nada, tumbaban todos los bareques sin avisar, así arbitrariamente, osea cómo engañan,
dañando a la gente ahí de alguna forma, creyéndola estúpida, como que le falta concien-
cia y como que, todo el mundo decía que la orden del alcalde era esa, inclusive algunos
mismos tombos dijeron, algunos policías, que la orden de detenerlos aparte de que los
sacaran era que darles maltrato hasta diciembre supuestamente de este año que pasó,
que para que se aburrieran y se fueran pa’ las casas o yo no sé pa’ donde, o para otro
lado. Pero de maltrato, eso era todos los días, todos los días dos o tres veces al día (...)
(Entrevista semiestructurada, 8 de febrero 2017).
D erec h o s h u m an o s : visi o nes y v o ces desde el ca ñ o

×
Plaza España

El caño ×
× La letra

Mapa 7 × L
Mapa de movilidades
elaborado en grupo focal ×
participativo con habitantes
de calle
Fuente: elaboración propia
× Garrote
Volquetas
Gasear
Desaparecidos
Golpes

España

Santa fe

Cra. 48 Cra. 16

Mapa 8
Mapa de movilidades
57 elaborado en grupo focal
participativo con habitantes Cra. 32
de calle
Caño
Fuente: elaboración propia Bronx

Cra. 30

San Bernardo

Cra. 28

Cartografías del despojo: las movilidades de los habitantes


de calle después de la intervención del Bronx

Por su parte, el mapa 8 fue elaborado por un integrante del equipo de Parces ONG
que estuvo en todas las zonas hacia donde fueron obligados a desplazarse los habi-
tantes de la calle sujeto de este estudio.

El mapa 9, por su parte, se elaboró a partir de la triangulación de testimonios y en


él se ven los múltiples desplazamientos del grupo masivo de habitantes de la calle,
hasta su desintegración.
D e s ta pa n d o l a o l l a

Mapa 9
Triangulación de testimonios
Fuente: elaboración propia

58
Análisis de
contexto:
transforma-
ciones en la
política pú-
blica frente a
los habitantes
de la calle
D e s ta pa n d o l a o l l a

U
no de los grandes retos después de la intervención en el Bronx es compren-
der, de manera general, en qué consiste la política de la Alcaldía Mayor de
Bogotá frente al fenómeno de habitabilidad de la calle, sobre todo frente
a los habitantes de las calles que consumen drogas. También, identificar
su relación con la política pública vigente y cómo se articula con las estrategias de
seguridad y renovación urbana y la garantía de los derechos humanos.

Bogotá: dos Al inicio de la segunda administración del alcalde Enrique Peñalosa, ejecutándose
modelos aún con recursos del plan de desarrollo anterior, la política de drogas del Distrito
frente a ciudadanos habitantes de la calle que consumen drogas, tenía, además de la
atención que tradicionalmente venía prestándose por parte de la Secretaría de Inte-
gración Social, dos componentes innovadores: los Centros de Atención Móvil a la
Drogadicción (Camad), en funcionamiento, y el Centro de Consumo Supervisado
60 para habitante de calle (sic) en proceso de formulación.

La construcción técnica de ambos, que se inscribían en el plan de desarrollo “Bogo-


tá humana” de la administración del alcalde Gustavo Petro, estaba basada en un en-
foque de reducción de daños para atención a una población con consumos crónicos
de basuco. La estrategia para implementar el Centro de Consumo Supervisado de
Cannabis llegó hasta la formulación del protocolo y de los lineamientos del mismo
y a la construcción física del centro Bakatá, donde se pretendía implementar. Sin
embargo, para continuar con la política hubo dos obstáculos: primero, se presen-
taron dificultades de coordinación política con el gobierno nacional que debía dar
los permisos; segundo, la Secretaría de Integración Social, en la práctica, prefería
mantener el enfoque basado en la abstinencia y no desmontó las barreras de acceso
que contienen los reglamentos operativos y la operatividad misma de los centros, a
lo que se sumó el hecho de que Bakatá se construyó con un diseño arquitectónico
que no tuvo en cuenta todas las condiciones de adecuación del espacio físico para el
funcionamiento de un centro de consumo supervisado.

Por su parte, los Camad sí se implementaron y llegaron a ser diecisiete, con diver-
sas estrategias dirigidas a atender a ciudadanos habitantes de la calle y otro tipo de
población, con una estrategia dirigida fundamentalmente a reducir las barreras de
acceso a la atención en salud. Una de las dificultades de este programa, es que no
contó en su diseño inicial con los mecanismos para la evaluación de impacto, con
lo cual, a pesar de tener una gran cantidad de información recolectada, fue difícil
mostrar los resultados, a pesar de que fue seleccionada por el BID (Banco Inte-
ramericano de Desarrollo) como una de las ocho iniciativas exitosas a evaluar en
reducción de daños y riesgos.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

Con la llegada de la nueva administración, cambió el enfoque de la política de aten-


ción a ciudadanos habitantes de la calle: la estrategia de Centro de Consumo Su-
pervisado se archivó con el argumento de que no contaba con suficiente evidencia
científica que la respaldara. En cuanto a los Camad, sufrieron una transformación
administrativa y operativa profunda, tanto en el enfoque basado en reducción de
daños como en el de eliminación de barreras de acceso a la atención en salud, se
redujeron en número y pasaron a denominarse Centros Móviles de Atención Inte-
gral (Cemai).

De acuerdo con lo anterior, es pertinente identificar las condiciones de la transfor-


mación en el enfoque de la política de atención a los ciudadanos habitantes de las
calles, para lo cual, además de la información recolectada por medio los derechos
de petición y cuestionarios de debates de control político, se cuenta con informa-
ción administrativa de la Secretaría Distrital de Integración Social y de la Secretaría
Distrital de Salud y con testimonios obtenidos mediante entrevistas a funcionarios
y exfuncionarios.

Camad: el modelo

61 Los centros de atención móvil a la drogadicción nacen como una idea de la Direc-
ción del Centro de Estudios y Análisis en Convivencia y Seguridad (Ceacsc), en su
momento de la Secretaría de Gobierno. Fue, en un comienzo, una estrategia conce-
bida para tener impacto en la seguridad, de acuerdo con la hipótesis según la cual
existiría un lazo entre la abstinencia, el prohibicionismo y la comisión de delitos
para acceder a ciertas sustancias. Evidentemente, en un comienzo se pensó como
una estrategia para habitantes de la calle y que fuera móvil para que pudiera llegar
a los lugares donde esta población se encontraba. Por tratarse de una estrategia
enfocada a usuarios de sustancias psicoactivas, la misma se centró en la Secretaría
Distrital de Salud de Bogotá, que por decreto tiene la Secretaría Técnica del Comité
de Estupefacientes en la ciudad.

Los Camad hicieron parte entonces del área de salud pública de la Secretaría Dis-
trital de Salud, y eran parte del programa Territorios Saludables. Como se dijo, en
la ciudad había diecisiete y tenían tres modalidades: móvil, itinerante y de mediano
umbral. Para efectos de este texto, haremos énfasis en aquellos que centraban sus
actividades en población habitante de la calle, es decir, los móviles. Los Camad te-
nían un equipo conformado por trabajadores sociales, enfermeras médicos y odon-
tólogos, educador físico y terapeuta ocupacional. Un funcionario de la Secretaría
Distrital de Salud, que llamaremos F1, describe así el origen de los Camad:

Nacen básicamente con unidades móviles que funcionaban en el sector de Bronx, en la


localidad de Rafael Uribe y cercanos y también a la zona del Cartuchito, en Kennedy.
Esas unidades móviles estaban orientadas con un enfoque territorial, hacía parte del
programa Territorios Saludables, con la intención de llegar a los contextos en los que
se originaban los consumos de las personas más vulnerables de la ciudad. Hablamos de
D e s ta pa n d o l a o l l a

los consumos más problemáticos, que en ese caso están encarnados en los habitantes
de calle que, como todos sabemos, en su inmensa mayoría tienen adicción a cocaínas
fumables tipo basuco. La intención de la administración anterior fue una estrategia de
reducción de riesgos y mitigación de daños de origen estatal.

Uno de los aspectos que es importante resaltar es que el Camad se erigía como una
estrategia de reducción de daños de iniciativa pública, entendida como del estado.
Ya en Colombia algunas ONG, desde diversas perspectivas, venían trabajando es-
trategias de reducción de riesgos y daños, pero no el estado directamente. También
se trató de la primera estrategia dirigida a usuarios de basuco (crack) en Colombia.

El Camad móvil, como lo define la ficha técnica, tenía entonces los siguientes ob-
jetivos:

• Prestar servicios de salud promocionales, preventivos y asistenciales iniciales


por medio de estrategias para la reducción de riesgos y daños generados por
consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales a grupos poblacionales vul-
nerables y sus redes sociales de apoyo desde la atención primaria en salud, para
garantizar el mejoramiento de su calidad de vida mediante la disminución de la
segregación, la discriminación y la marginalidad.
62 • Lograr, por medio de la identificación de riesgos y daños del consumo de sustan-
cias psicoactivas en usuarios, familias y comunidad, una caracterización que for-
talezca el desarrollo de las acciones promocionales y de atención como respuesta
a la problemática adyacente, movilizando los recursos institucionales, comunita-
rios mediante la canalización.
• Construir participativamente con los usuarios de sustancias psicoactivas, por
medio de intervenciones grupales resolutivas desde la conceptualización psicoe-
ducacional, herramientas orientadas a mejorar su calidad de vida mediante la
mitigación del consumo de esas sustancias, desde su contexto, movilizando redes
sociales de apoyo.
• Implementar acciones familiares y colectivas desde el marco de salud pública
encaminadas a la modificación de los imaginarios, los marcos de referencia de
los grupos poblacionales, las familias y la comunidad frente al consumo de sus-
tancias psicoactivas.
• Reducir las barreras de acceso orientadas a restituir los derechos de los grupos
poblacionales consumidores de sustancias legales e ilegales por medio de la es-
trategia de atención primaria en salud (APS).

Estos objetivos, buscaban, grosso modo:

• Dignificar las condiciones de vida de los habitantes de la calle mediante acciones


iniciales en salud.
• Canalizar esos habitantes hacia servicios de mayor complejidad, incluidos trata-
mientos de superación de la drogodependencia.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

Para ser usuario de Camad no se necesitaba se parte del sistema de aseguramiento,


pues se buscaba reducir barreras de acceso al sistema de salud como primer paso
de acercamiento al sistema de servicios estatales para esta población. Para ello, la
estrategia principal era llegar a los lugares en donde se encontraban los habitantes
de la calle y generar una demanda inducida por los gestores.

Todos los Camad tenían unos promotores que ofertan el servicio e inducen la deanda.
Por ejemplo: oiga, venga, aquí se encuentra el Camad, venga le revisamos esas muelas,
venga que lo revise un médico a ver cómo se encuentra su estado de salud y todo era
a través de demanda inducida. En ese sentido, el aseguramiento no tiene nada que ver.
Entra a tener un juego en el momento en que se canaliza a servicios de mayor comple-
jidad (F1).

La estrategia Camad intentaba entonces dar unos incentivos que volviera atracti-
vo el programa mediante un protocolo muy flexible de atención, con tres tipos de
atención:

1. Atenciones individuales: de profesionales como médicos psiquiatras (en media-


no umbral solamente), psicólogos, trabajadores sociales, higienista oral (donde
aplica) y terapeuta ocupacional (en algunos casos), que brindan atenciones indi-
63 viduales. Esa es la primera acción.
2. Las atenciones colectivas: algunas intervenciones se hacían en grupos, con el
propósito de ejercer acciones de naturaleza colectiva.
3. Tamizajes: pruebas VIH, de tuberculosis, instrumentos de tamizaje para deter-
minar el nivel de riesgo de consumo, como el Assist. Mediante estos tamizajes se
podía orientar la acción y enrutar cada caso.

Esto era así puesto que los programas de salud mental, que son los que usualmente
se utilizan para atender a usuarios de drogas con estas características, tienen bajos
índices de efectividad por sí solos, pues los usuarios no ven un beneficio en la impo-
sición de abstención que se les pide. En palabras del doctor Meléndez:

No era muy llamativo para una persona que estaba consumiendo sustancias psicoactivas
acercarse a un sitio a que le hablaran y le hicieran una serie de test y le dijeran que tenía
que dejar de consumir porque sí. ¿Y qué me ofrecen? Nada, entonces había que buscar
un anzuelo y ese anzuelo fue la atención de odontología y la atención de medicina.

Los servicios ofrecidos en salud tenían un esquema flexible que reducía las barreras
de acceso que representa la necesidad de autorización por parte de las entidades
promotoras de salud (EPS) para la consulta médica, que en el contexto de habita-
bilidad de la calle es un obstáculo aún más fuerte. Esto se lograba dado que no solo
eran estrategias de remisión, sino que eran resolutivos. Es decir, se hacían tratamien-
tos médicos y todo lo que ello implica.

Como en todo consultorio médico, teníamos un modelo de historia clínica, una historia
clínica de urgencias, porque nosotros todas las atenciones a los habitantes de calle las
D e s ta pa n d o l a o l l a

catalogábamos como urgencias. ¿Por qué urgencias? Por la dimensión que ellos tenían
de su enfermedad. Atención médica, examen físico, como en un consultorio médico
común y corriente. Al paciente se le formulaba un diagnóstico y ese diagnóstico llevaba
consigo o una resolutividad en Camad y dándole sus indicaciones de tratamiento y con-
trol si es necesario, o canalizándolo (Rodrigo Meléndez).

Adicionalmente, se evitaban los escrutinios en el sistema de salud, teniendo en


cuenta que, según Meléndez, 80% de las personas que se atendía en Camad tenía
problemas con la justicia. Hacerlo, producía el abandono de tratamientos. Por ello,
la estrategia creó un sistema de seguimiento e identificación más allá de cédulas o
documentos oficiales que, a su vez, permitía crear lazos de confianza. Así lo descri-
be Meléndez:

Encontramos una numeración acorde a una serie de prefijos y sus fechas de nacimiento
y de esta manera en una matriz de Excel logramos comenzar a llevar un registro de sus
diagnósticos, de subgrupos étnicos, de subgrupos etarios, de su frecuencia, de su con-
sulta, y así logramos demostrar que también teníamos seguimiento de estrategia. Todo
esto funcionaba bien y créeme que era para el ciudadano habitante de calle la puerta
de entrada al sistema, en circunstancias que nosotros no podemos ser resolutivos pero
contábamos afortunadamente con el acompañamiento del equipo psicosocial.
64
A pesar de que la estrategia era de demanda inducida, parecía que en algunos luga-
res no hacía falta hacerla, pues los mismos habitantes de la calle se acercaban a soli-
citar servicios. Los pasos establecidos en el Camad del Bronx para la atención eran:

1. Evaluación psicosocial obligatoria primera vez. Incluía georeferenciación de lu-


gares adónde iba, situación familiar y tamizajes de consumo de sustancias psi-
coactivas y otros.
2. El paciente escogía qué servicios médicos requería.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que uno de los puntos importantes era la
flexibilidad del modelo. Por tanto, los pasos podían variar en otros Camad, según
las necesidades. También el Camad sirvió como puerta de entrada al tratamiento
de enfermedades relacionadas con el consumo de sustancias psicoactivas que des-
bordan la salud mental. Por ejemplo, la tuberculosis relacionada con aspectos de
vivienda y desnutrición, pero también con las dinámicas asociadas al consumo de
basuco en esta población, como compartir la pipa. Meléndez afirma:

El compartir la pipa es un factor gravísimo para la trasmisión de TBS y más todavía


una práctica que ellos tienen cuando se les acaba el dinero y no tienen cómo comprar
el basuco ni nada: raspan como el cuncho al interior de la pipa y vuelven y se lo fuman,
eso ellos lo llaman “terapia”. Eso es más dañino todavía, y parece ser que los bacilos de
la TBS ni a ese calor mueren. Entonces teníamos mucha incidencia de TBS (…) los
llevábamos al hospital Jorge Eliécer Gaitán, lugar donde se le hacían las baciloscopias.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

Así, el Camad no solo representó una estrategia para tratar problemas asociados al
consumo de sustancias, sino de generación de confianza, y al representar una puerta
de entrada al sistema se llevaron a cabo tratamientos de otras enfermedades de alta
presencia en esta población, que afectan la salud pública. Frente a los tamizajes en
población habitante de la calle, se logró establecer una estrategia frente a enferme-
dades como sífilis, puesto que el sistema obliga a los pacientes a recibir atención en
hospitales, y en el caso de esta población tal obligación representa una barrera muy
fuerte para acceder al tratamiento. De acuerdo con Meléndez:

Frente a la sífilis siempre existió una gran barrera de acceso frente a la consecución de
la penicilina para el tratamiento de los pacientes. El protocolo decía que había que re-
mitirlo al hospital para que iniciara su tratamiento, pero nosotros sabíamos que estos
eran casos perdidos. Entonces opté porque la trabajadora social lo llevara al hospital
para que le hicieran la prueba de sensibilidad a la penicilina y le aplicaran la primera
dosis y nosotros los citábamos a los siete y a los catorce días para la segunda y tercera
dosis de penicilina y así completar el tratamiento como debía ser. Tuvimos un índice
de cumplimiento superior al 80% para estos tratamientos, e infortunadamente con la
toma del Bronx, hubo más de cuarenta personas que se quedaron sin el tratamiento
completo.

65 En conjunto con los tamizajes se desarrollaban estrategias de planificación familiar:


charlas, preservativos, así como dispositivos para evitar el embarazo, que se pudie-
ran mantener por años sin necesitar la asistencia mensual o periódica para cargas
hormonales que requieren constancia.

El Camad en cifras

Tabla 2
Población atendida en Camad Bicitaxista 212 0,4%
hasta marzo 2016
Fuente: Secretaría Distrital de Salud, Carretero 25 0,0%
cálculos Cesed–Uniandes.
Discapacidad 38 0,1%

Prostitución 582 1,1%

Habitante de la calle 11.552 22,0%

Ninguna 38.474 73,1%

PPL 411 0,8%

Reciclador 669 1,3%

Víctima del conflicto armado 649 1,2%

Total 52.612 100%


D e s ta pa n d o l a o l l a

Finalmente, en una presentación del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas


de la Universidad de los Andes acerca de las estadísticas de las bases de datos re-
colectadas por la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, mediante los Camad, se
tienen los siguientes resultados operativos de la estrategia (tabla 2).

Durante la operación de los Camad se atendieron 52.612 personas, de las cuales el


22% corresponde a población habitante de la calle. Aun cuando es menos de una
cuarta parte del total de población atendida, si se tiene en cuenta el dato de pobla-
ción habitante de la calle del último censo realizado en 2011 correspondiente a 9.614
personas, y se proyecta hasta 2016 de distintas maneras41, los datos proyectados no
superan los trece mil personas, con lo cual probablemente los Camad pudieron
atender a una proporción de habitantes de calle cercana al 90% respecto al total. Por
otro lado y no menos importante, se observa que los Camad que inicialmente eran
una estrategia para atender población de habitantes de la calle, resultaron siendo
canal de atención de población vulnerable, precisamente por su enfoque centrado
en eliminar barreras de acceso (tabla 3).

De acuerdo con la caracterización de usuarios de los Camad, quienes más acudían


a este servicio eran hombres solteros con bajo nivel educativo, siendo esto más mar-
cado cuando se trata de población habitante de la calle. Adicionalmente, un aspecto
66 que llama la atención es que, para el caso de usuarios del Camad que no son habi-
tantes de la calle, hay una alta prevalencia de estudiantes, lo cual puede ser un indi-
cador de que además de buscar acceso a servicios de salud, podrían estar acudiendo
para pedir atención por consumo o como estrategia de salud sexual y reproductiva.

Finalmente, el perfil de la población consumidora de basuco refleja también algu-


nos elementos interesantes, como por ejemplo la cantidad de usuarios que no son
habitantes de la calle o el alto porcentaje de población que se asume como usuaria
de basuco pero que no se identifica con ninguna de las opciones de tipo poblacio-
nal, siendo la segunda más alta en participación después de los habitante de la calle
(tabla 4). Esto indica que en Bogotá hay un alto porcentaje de usuarios de basuco
que no han sido caracterizados.

41
Por ejemplo, si se aplica la tasa
de crecimiento de esta población
entre 2007 y 2011, la proyección
a 2016 alcanza a 11.407 personas;
o si se asume una proporción de
habitantes de la calle respecto a
la población total equivalente a la
que tenía en 2011 (12,87 por cada
10.000 habitantes), el resultado
para 2016 es cercano a los 10.300.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

Habitantes de calle Resto

Usuarios a marzo del 2016 11.552 41.060

Rango etario 8 a 97 años 5 a 90 años

Tabla 3 Edad promedio 36 años 22 años


Caracterización de la población
atendida en los Camad hasta Género
marzo de 2016
Fuente: Secretaría Distrital de Salud, Femenino 2.367 20,5% 16.525 40,2%
cálculos Cesed–Uniandes.

Masculino 9.179 79,5% 24.480 59,6%

Transgénero 6 0,1% 55 0,1%

Educación

SR 1.711 14,8% 2.830 6,9%

Ninguna 3.314 28,7% 1.883 4,6%

Primaria 4.570 39,6% 24.241 59,0%

Secundaria 1.675 14,5% 9.776 23,8%

Superior 282 2,4% 2.313 5,6%

Posgrado – 0,0% 17 0,0%

Estado civil
67 SR 29 0,3% 509 1,2%

Casado 125 1,1% 583 1,4%

Divorciado 762 6,6% 457 1,1%

Soltero 9.110 78,9% 34.560 84,2%

Unión libre 1.440 12,5% 4.843 11,8%

Viudo 86 0,7% 108 0,3%

Ocupación

SR 1.486 12,9% 8.393 20,4%

Desempleado 649 5,6% 1.625 4,0%

Desocupado 1.768 15,3% 2.154 5,2%

Estudiante 119 1,0% 22.884 55,7%

Hogar 57 0,5% 437 1,1%

Jubilado 2 0,0% 17 0,0%

Trabajo fijo 131 1,1% 1.939 4,7%

Trabajo ocasional 7.340 63,5% 3.611 8,8%


D e s ta pa n d o l a o l l a

Consumidores de basuco

Usuarios a marzo del 2016 7.473

Edad promedio 32 años

Género

Tabla 4. Femenino 1.005 13,4%


Caracterización de usuarios de
basuco atendida en los Camad Masculino 6.462 86,5%
hasta marzo de 2016
Fuente: Secretaría Distrital de Salud, Transgénero 6 0,1%
cálculos Cesed–Uniandes.

Población

Bicitaxista 12 0,2%

Carretero 0 0,0%

Discapacidad 3 0,0%

Prostitución 46 0,6%

Habitante de calle 4395 58,8%

Ninguna 2509 33,6%

PPL 169 2,3%

Reciclador 292 3,9%

Víctima del conflicto armado 47 0,6%


68 Educación

SR 1155 15,5%

Ninguna 1265 16,9%

Primaria 3387 45,3%

Secundaria 1485 19,9%

Superior 179 2,4%

Posgrado 2 0,0%

Centros móviles de atención integral (Cemai): salud


pública, espacio público y habitantes de la calle42

La nueva administración de Enrique Peñalosa, como sucede con frecuencia en Co-


lombia cuando hay cambios de gobierno, modificó la estructura administrativa de
varios sectores: creó la Secretaría de Seguridad; fusionó la empresa Metrovivienda
42
Esta parte se escribe con base en con la Empresa de Renovación Urbana (ERU), y en el sector salud, modificó la
la información recolectada entre estructura de la red pública hospitalaria, fusionando los veintidós hospitales del
finales de 2016 y comienzos de distrito en una sola red, con cuatro gerencias o subredes: Norte, Centro Oriente, Sur
2017, de documentos técnicos,
respuestas a derechos de petición y y Sur Occidente, esto con el propósito de simplificar el sistema y obtener economías
lineamientos operativos. de escala en los gastos administrativos y operativos.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

En este nuevo modelo, en la estrategia de atención a ciudadanos habitantes de la


calle lo concerniente a las acciones individuales diferentes a los tamizajes pasó a
gestionarse únicamente por medio del sistema de aseguramiento. Esto, desde una
concepción y enfoque de la habitabilidad en la calle como un problema de espacio
público, dado que para la nueva administración las tareas que llevaba a cabo el Ca-
mad son propias del sistema de aseguramiento y se dirigen a un grupo poblacional
específico. Así, los ahora Cemai, que hacen parte del Plan de intervenciones colec-
tivas (PIC), están asociados a las nuevas gerencias/subredes y, en consecuencia, el
nuevo modelo cuenta solo con cuatro.

Según la “Guía operativa de espacio público” del Plan de intervenciones colectivas,


se trata de generar intervenciones en el espacio público como lugares amigables
para la ciudadanía y que “permitan vivenciar la ciudad como un entorno saluda-
ble”43. El objetivo general de esos planes es “promover el fomento de prácticas sa-
ludables orientadas al cuidado, autocuidado y socio cuidado, a partir del uso y la
apropiación adecuada del espacio público que permitan el goce pleno de derechos
para el mejoramiento de la calidad de vida”44.

La estrategia de los Cemai se encuentra en este contexto, y en el anexo operativo del


documento citado se describe como “una estrategia integral de salud mental en el
69 espacio público con énfasis en comunidades en alto riesgo (habitante de calle, barras
futboleras, jóvenes en riesgo de desescolarización) con afectación en salud sexual,
oral, nutrición y consumo de SPA”45. En este punto se asemeja a la estrategia de los
Camad que, como vimos, no solo se centró en atención a habitantes de la calle, sino
que se extendió a otras poblaciones de muy vulnerables. Sin embargo, el carácter de
la atención sí se modificó estructuralmente. En entrevista con un funcionario actual
de la Secretaría Distrital de Salud, que llamaremos F2, el Cemai “cumple la función
de intermediario entre la realidad cotidiana, la calle, el territorio y el asegurador.
La idea es que el asegurador pueda brindar las atenciones que se hacían por otro
lado”. Con lo cual el enfoque que antes se dirigía a eliminar barreras de acceso ahora
se centra en canalizar a la población hacia el sistema de aseguramiento. La nueva
estrategia cuenta con un equipo compuesto por profesionales en psicología, trabajo
social y enfermería46 únicamente, es decir se eliminaron los perfiles en medicina
y odontología, y en consecuencia, realizar diagnósticos y remitir a tratamientos,
como lo plantea el funcionario (F1):

Es un panorama un poco desalentador en relación a lo que hacía Camad (...) Lo que te-
nemos son centros, se sigue insistiendo en la demanda con promotores, gestores comu-
nitarios que inducen la demanda. Están accediendo muchísimo menos a los servicios,
43
Secretaría Distrital de Salud. Guía entre otras, porque las cosas están como en blanco o negro. Usted decide meterse a un
operativa de espacio público. Plan tratamiento, entra a los albergues con una abstinencia definitiva absoluta, o va a seguir
de intervenciones colectivas, p. 4.
44
Ibídem, p. 10 El destacado es de lxs en los caños, en las calles y tal. El Camad era un mediano umbral que permitía una
autorxs transición entre una cosa y la otra.
45
Secretaría Distrital de Salud. Ane-
xo operativo espacio público. Plan
de intervenciones colectivas, p. 9. Como puede verse en la ficha técnica del Anexo citado, las actividades se centran en
46
Ibídem, p. 9. las acciones colectivas –centros de escucha– y en los tamizajes, como únicas acciones
D e s ta pa n d o l a o l l a

individuales, de tal manera que las intervenciones médicas resolutivas se le dejan al


sistema de aseguramiento. El funcionario (F2) de la Secretaría Distrital de Salud dice,
acerca del cambio de modelo:

Las intervenciones que hacían los Camad eran tarea de la aseguradora, no de salud
pública. Esto plantea unos retos y unas dificultades en relación con la atención de esa
población. Ahora no se garantiza un médico, un psiquiatra o un psicólogo que le brinde
una atención individualizada.

En respuesta de la Secretaría Distrital de Salud a un derecho de petición47, se men-


cionan como acciones individuales únicamente los tamizajes, lo que es coherente
con la ficha de programa citada. Esto crea, o levanta, nuevamente barreras de acceso
a los habitantes de la calle respecto a los servicios de salud, sobre todo a los que
consumen drogas. Las EPS no generan una demanda inducida y el sistema no está
adaptado para población drogodependiente, menos aún para población drogode-
pendiente habitantes de la calle, con condiciones particulares de movilidad, arraigo
e identificabilidad. A pesar de que el programa contempla el seguimiento a las EPS
en esta materia, no es de esperar que estas dejen de ser pasivas frente a la atención,
menos aún, que vayan a la calle a atender esta población.

70 El cambio de modelo de salud trae consigo además una modificación significativa


en la programación presupuestal de recursos para su financiación. En este sentido,
el presupuesto destinado a financiar las acciones en materia de salud pública dismi-
nuyó 17%, respecto al del plan de desarrollo anterior (tabla 5).

La Secretaría Distrital de Salud plantea que si bien el plan de desarrollo “Bogotá


mejor para todos” no cuenta con recursos específicos dirigidos a población de habi-
tantes de la calle en el componente de salud pública, otros proyectos sí: por ejemplo,
el proyecto 1184, aseguramiento social universal en salud, el cual, según la entidad,
tiene entre sus metas promocionar y tramitar el aseguramiento del ciento por ciento
de la población identificada como habitantes de la calle en Bogotá; y el proyecto
1185, de atención a población no asegurada, en el que se incluyen los habitantes de
la calle.

El 1184 se dirige a la financiación de aseguramiento en el régimen subsidiado; el


proyecto equivalente en el plan de desarrollo anterior “Bogotá humana” era el 874.
En la tabla 6 se compara el presupuesto destinado para cada uno de estos proyectos.

Como se ve en la tabla 6, el presupuesto destinado a acciones de aseguramiento en


salud tiene un incremento un poco mayor al 67% en el plan de desarrollo “Bogotá
mejor para todos” respecto al anterior. Es de anotar que sus principales fuentes de
financiación son las transferencias territoriales que hace la nación mediante el Siste-
ma general de participaciones (SGP) y del Fondo de solidaridad y garantía (Fosyga).
47
Respuesta de la Secretaría Distrital
de Salud a derecho de petición
formulado por la corporación El proyecto 1185, población pobre no asegurada, tiene por su parte una reducción
CPAT, con radicado 2017EE7221. de 30% respecto al equivalente en el plan de desarrollo anterior.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

Tabla 5
Presupuesto para salud pública,
Bogotá, 2012-2020
Bogotá humana $ 1.155.708’785.895
Fuente: respuestas de la SDS a los
radicados 2017EE7221 y 2017EE14174, Bogotá mejor para todos $ 955.835’693.498
cálculos propios.
Variación –17,3%

Tabla 6
Recursos presupuestados
aseguramiento en salud, Bogotá, Proyecto 874, Bogotá humana $3.247.607
2012–2020 (en millones de pesos)
Fuente: respuestas de la SDS al radicado Proyecto 1184, Bogotá mejor $5.434.974
2017EE14174 e informe de empalme para todos
directiva 009 de 2015, cálculos propios.

Variación 67,4%

Tabla 7
Recursos presupuestados para
atención a población pobre no
Proyecto 875, Bogotá humana $1.209.202
asegurada, Bogotá, 2012-2020
(en millones de pesos) Proyecto 1185, Bogotá mejor $842.950
Fuente: respuestas de la SDS al radicado para todos
2017EE14174 e informe de empalme
directiva 009 de 2015, cálculos propios.
Variación –30,3%

De acuerdo con todo lo anterior, en materia de salud se observa que el modelo de


atención cambió; el presupuesto de atención disminuyó significativamente; y el pre-
71 supuesto de aseguramiento aumentó significativamente.

En estas condiciones, es pertinente analizar las consecuencias de esta transforma-


ción en el modelo de salud respecto a la estrategia de atención a habitantes de la
calle, en particular frente al consumo de sustancias psicoactivas. La principal es que
se pasó de un enfoque basado en una política de reducción de daños y eliminación
de barreras de acceso a uno sustentado en el sistema de aseguramiento en salud.
En consecuencia, ahora la apuesta se centra en el fortalecimiento de las entidades
prestadoras de salud (EPS) para que logren atender a esta población y que la misma
llegue a ellos. Al contrario del modelo anterior, en el cual el énfasis estaba en la
atención y en llegar adonde se encontraban los habitantes de la calle. Son pues dos
modelos completamente distintos: uno, dirigido a reducir barreras de acceso; y el
limitando las acciones resolutivas en salud a hacer parte de un sistema de asegura-
miento con énfasis en acciones colectivas. Una pregunta que se suscita de este cam-
bio es si las acciones colectivas pueden representar o no una estrategia de reducción
de daños, lo que plantea un debate interesante para la administración.

Lo que sí puede afirmarse es que al trasladar esas acciones individuales resolutivas


y de diagnóstico únicamente al sistema de aseguramiento, se reducen los servicios
de salud para los habitantes de la calle, primero. Y segundo, el sistema de salud co-
lombiano en sí mismo tiene unas barreras de acceso bien identificadas: necesidad
de copagos, limitaciones a tratamientos, acceso limitado a medicamentos, acceso
limitado a diagnóstico, etcétera: Barreras que para un habitante de la calle son aún
mayores, dadas las condiciones propias de su modo de vida: desarraigo, identifica-
bilidad, posibles antecedentes penales, entre otros, lo que les hace aún más difícil
acceder a los derechos a la salud.
D e s ta pa n d o l a o l l a

En palabras de Gabriel, cuyo nombre se cambia para proteger su identidad, el siste-


ma de salud y las barreras de acceso que existen hoy:

En eso tengo un problema (…) ahorita no me pueden atender en salud. Mi caracterización


tiene una falencia: que aparece otra persona con mi mismo número de cédula, diferen-
te nombre, como habitante especial (…) No sé, reinsertado, paraco, no sé qué carajos, y
choca con la mía. Entonces no puedo tener servicio y la única es ir con la cédula perso-
nalmente a la 32 con 12 a decir, mire estoy, soy yo, yo soy habitante de calle y no me están
prestando servicio por (…) el servicio de salud, pasar a odontología que tengo como una
muela mala. No me dan servicio y dije: bueno, la salud y (…) hay problemas de salubridad
pública. Por ejemplo: yo he tenido tuberculosis (…) ¿Qué tal que presente, que se reanime
el bacilo o algo? No, que hasta que arregle ese punto. Deberían darle prioridad a atenderlo,
así no tenga su cédula, así no tenga su carta, esos son casos especiales.

Una de las características propias de la reducción de daños es, precisamente, la re-


ducción de las barreras de acceso a los servicios de salud, al reconocer que el sistema
mismo tiene unas que, para los usuarios de drogas, representan la mayoría de las
veces la imposibilidad de acceder a dichos servicios. Por esto se habla de dispo-
sitivos de bajo umbral que garanticen el acceso a los usuarios con un enfoque de
derechos humanos y que estén conectados con el resto del sistema. La posibilidad
72 de acceder a servicios de diagnóstico y tratamiento solo por medio del sistema de
aseguramiento representa entonces retirar los dispositivos que de alguna manera
representaban un bajo umbral para esta población. Adicionalmente, los documen-
tos técnicos antes citados que refieren al nuevo modelo de atención a los habitantes
de la calle, no mencionan en sus objetivos ni descripciones el enfoque de reducción
de daños o mitigación, lo que permite concluir también que ese no es el enfoque
que la administración del alcalde Peñalosa quiere darle al modelo. Puede decirse
asimismo que el presupuesto es coherente con el nuevo modelo propuesto para los
habitantes de la calle.

Sector de El sector de integración social tiene gran responsabilidad en la atención a los ha-
integración social bitantes de la calle. Cuenta con la Subdirección para la Adultez de la Secretaría de
Integración Social, encargada de los albergues, los comedores y de la política para
habitantes de la calle.

La Secretaría de Integración Social siempre ha tenido un modelo de atención para


habitantes de la calle que no contempla la reducción de daños y el cual, como suce-
de por lo general, exige abstinencia. En vigencia del plan de desarrollo anterior se
abrieron el jardín infantil “La Libelulosa”, para hijos e hijas de habitantes de la calle
en el Bronx; el comedor del Bronx –un antiguo “patio” del Idipron–, que después
se convirtió en el centro día “Liberia” para refrigerio y baño; el centro de atención
para la formación de habitantes de la calle “Academia”; el centro llamado en ese
momento “Humanidad” para finalizar el proceso de inserción; finalmente, se cons-
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

truyó el centro de atención a habitante de calle –día y noche– “Bakatá”, el cual pasó a
hacer el comedor del Bronx, y en los medios, el alcalde del momento, Gustavo Petro,
anunció que sería el lugar donde se abriría el centro de consumo supervisado para
usuarios de basuco.

A pesar de que la Secretaría de Integración Social no presentó un modelo radical-


mente distinto en atención a habitantes de la calle, como por ejemplo sí lo hizo la
de Salud, abrió el centro “Liberia” a dos cuadras de Bronx. En cuanto a barreras de
acceso, este centro, antes conocido como “el comedor del Bronx”, logró reducirlas
significativamente. Las sanciones –a menos que vinieran remitidas de otros cen-
tros– eran raras y la autoregulación se practicaba de manera exitosa, es decir que
a la entrada no se hacían requisas, a pesar de quedar muy cerca de lugares de alta
complejidad en términos de seguridad, ni se decomisaban sustancias.

A pesar de los avances en infraestructura, tipo de atención y esfuerzos que se ade-


lantaron para intentar bajar barreras de acceso en los centros de atención a habitan-
tes de la calle, se logró avanzar poco. Los centros de atención para habitantes de la
calle de la Secretaría de Integración Social tienen fuertes barreras de acceso y per-
manencia, por tratarse de un modelo que no ha sido pensado desde las realidades
de los usuarios de drogas.
73
Las entrevistas, los documentos y los medios han mostrado el liderazgo que el alcal-
de Peñalosa le quiere dar al rol de la Secretaría de Integración Social en la temática
de habitantes de la calle, muy por encima de la Secretaría Distrital de Salud. En esta
misma línea, llama la atención que el Consejo de Estupefacientes de Bogotá, me-
diante resolución 009 de 2016 ahora no sea presidido por el alcalde Mayor, como lo
disponía el decreto 048 de 2009, sino por el/la secretario(a) de Integración Social, a
pesar de ser la Secretaría Distrital de Salud el ente que tiene la secretaría técnica del
comité operativo y de que la Secretaría de Integración Social no haga parte del con-
sejo, sino que sea su invitada permanente. Aunque en principio es interesante que
se pretenda tratar la problemática asociada al uso y abuso de sustancias psicoactivas
desde el sector responsable de la política social, no es claro cómo se garantiza la
continuidad de la atención en materia de salud ni cómo se puede garantizar la inte-
gralidad en la atención por parte de la Secretaría Distrital de Integración Social, so-
bre todo para usuarios que presentan abuso de sustancias como los habitantes de la
calle, que requieren niveles de atención más allá de los servicios sociales. Las dudas
planteadas surgen a partir de las respuestas entregadas por parte de la Secretaría de
Integración Social ante la pregunta realizada mediante derecho de petición48 sobre
la atención ofrecida a este tipo de usuarios, respuestas en las cuales la Secretaría res-
ponde que, precisamente, el sector salud está a cargo de la atención de las personas
usuarias de drogas, según lo establece el decreto 691 de 2011.

En la misma respuesta, el sector integración reconoce que se ampliará la atención a


48
Derecho de petición de la H. R. usuarios de drogas mediante la estrategia de comunidades de vida y desarrollo per-
Ángela María Robledo, del 12 de
julio de 2016, con radicado SAL- sonal, en la que se proyecta la creación de dos centros de atención para habitantes
57336. de la calle: uno en modalidad de atención “de paso” y una comunidad terapéutica.
D e s ta pa n d o l a o l l a

Con lo cual, es claro que el enfoque actual trata la problemática del consumo de sus-
tancias psicoactivas no desde la reducción de daños, sino desde la abstinencia y la
prevención del consumo, para atender una población que no solo es consumidora,
sino que, además, en un alto porcentaje es consumidora problemática de drogas.
A lo que se agrega que en el plan indicativo de la Subdirección de Adultez, el plan
de acción que se ejecutará en el cuatrienio, no se incluye la reducción de daños de
ninguna manera como estrategia de abordaje.

La política pública de habitantes de la calle de Bogotá contempla una estrategia de


comunicaciones cuyo objetivo es generar condiciones para el abandono de la ha-
bitabilidad en la calle, como puede observarse en la explicación de la Secretaría de
Integración Social al respecto49:

El mensaje se orienta a la comunidad con el propósito de obtener su solidaridad con


los habitantes de calle con acciones útiles para que éstos se vinculen a un proceso de
recuperación para dejar de habitar la calle (...) La estrategia es coordinada por la Oficina
Asesora de Comunicaciones de la Secretaría Distrital de Integración Social a través de
una campaña masiva y directa denominada “Ayudemos de verdad” [que] consiste en
informar acerca de los servicios de atención integral que tiene el distrito para su recu-
peración adecuada y cómo la comunidad puede aportar en este proceso. Finalmente, la
74 estrategia tiene como objetivo promover las acciones correctas para ayudar al habitante
de calle y evitar los factores de permanencia que tienen que ver con actos de correspon-
sabilidad a través de acciones sencillas como no dar limosna.

Si bien la estrategia de pedir “no dar limosna” no es nueva, la respuesta anterior


muestra claramente unos objetivos de todo el abordaje a la habitabilidad en las ca-
lles. Por supuesto, no se pretende que la política pública la promueva, pero sí con-
viene preguntarse si los mensajes a la ciudadanía deben ir hasta la necesidad de
“recuperación” del habitante de la calle y no solo, como se contempla también, hasta
el respeto de la persona humana. La estrategia de comunicaciones muestra que hay
procesos adecuados (e inadecuados) de recuperación de una persona en estas con-
diciones ,y que la única manera de “recuperarse” es dejar de habitar las calles. No
contempla términos medios, como por ejemplo la funcionalidad en este contexto:
no robar para consumir, por ejemplo, consumir menos, etcétera, como lo haría una
49
Respuesta de la Secretaría de
campaña con enfoque de reducción de daños50.
Integración Social al derecho de
petición radicado SAL-86127, p. 6.
El destacado es de lxs autorxs Uno de los componentes principales de la estrategia de comunicación de la Secreta-
50
El enfoque de reducción de ría es la creación de redes y movilización ciudadana, en lo que está implícito que hay
daños se basa en reconocer que
la causante del problema no es la un tipo aceptable de movilización ciudadana en el marco de habitabilidad en calle, y
sustancia, sino la relación y el con- otro que no lo es, pues algunos son consideradas cono “dañinos” y otros como pro-
texto específico en que se dan los ductivos. Esto es, solo aquellos que propenden a un modelo de vida virtuoso –salir
consumos. Por ello, la posibilidad
de ser consumidor y poder llevar de la calle, no consumir, etcétera– son los aceptados desde la política pública. La
una vida funcional existe, como Secretaría de Integración Social es reiterativa al respecto:
los usuarios de tabaco, alcohol,
café e incluso, en países como
Suiza donde se suministra en Pese al acercamiento del equipo territorial asignado a la zona norte un alto número
hospitales, heroína. de los habitantes de calle abordados se niegan a dejar el sector. Básicamente, porque la
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

comunidad aledaña de las zonas (comerciantes, residentes y transeúntes), siempre les


da limosna, ropa y comida, generando así factores de permanencia y de localización en el
sector. También porque las vías paralelas de la autopista Norte y su carril central, al estar
tan aislado del paso peatonal, se convierte en una zona de confort para esta población51.

Vemos así que la idea subyacente es una idea moral, que no se sustenta en ningún tipo
de evidencia para elaborar una política pública: que quien habita en la calle, si la situa-
ción se torna difícil, dejará de hacerlo, lo cual va de la mano con la idea de que quien
consume, si no consigue la sustancia fácilmente, dejará de hacerlo y, por tanto, hay
que atacar las causas de “permanencia”, suponiendo así que la habitabilidad en la calle
no está ligada a múltiples factores personales y sociales que “desplazan” a una persona
hacia allí. Hasta el punto de llamar “confortable” un separador, lo que implica una idea
de crear un amoblamiento urbano y organización urbana que no lo sea con miras a
expulsar a quienes habitan las calles de diversas zonas, con la idea de que retornarán a
sus hogares o se verán obligados a asistir a los servicios del estado.

Otro de los elementos que contempla la política es la generación de ingresos. Para la


Secretaría de Integración Social este proceso solo podría darse en la medida en que
no habiten la calle o que hagan parte de un programa del distrito:

75 Otro factor, no menos importante, es la inadecuada disposición de residuos sólidos por


parte de residentes, comerciantes e industriales, quienes no respetan los horarios de las
rutas de recolección, le proveen a las personas habitantes de calle residuos sólidos valio-
sos en el mercado del reciclaje, (...) encuentran en estos elementos la calidad de basuras
que requieren para su ejercicio. Además, ven en los bajos de los puentes, separadores
y parques el espacio adecuado para realizar labores de separación, generando así otra
dificultad que es la dispersión de basuras. (El destacado es de lxs autorxs)

Una vez más: despojemos al habitante de las calles de todo aquello que le permita la
supervivencia allí. ¿Cuál es la concepción de política pública detrás de esto? ¿Cuál
la estrategia de atención integral detrás de despojar a los habitantes de la calle de un
medio de subsistencia? Parece ser que la condición primordial para acceder a cual-
quier modo de supervivencia es la abstinencia y el abandono de la vida en la calle.

En este contexto es importante mencionar la sentencia T-043 de 2015 de la Corte


Constitucional. La vista constitucional se puede resumir en el siguiente aparte de
la sentencia:

Es a cada individuo a quien corresponde señalar los caminos por los cuales pretende llevar
su existencia, sin afectar los derechos de los demás (...) De este modo, la “mendicidad”
ejercida por una persona de manera autónoma y personal (…) no es un delito ni una
contravención. De hecho, cualquier tipo de reproche jurídico, sea en forma de sanciones
o intervenciones terapéuticas forzadas, resulta inadmisible en tanto cosifica al habitante
de la calle en aras de un supuesto modelo ideal del ciudadano virtuoso o a manera de una
51
Ibídem, p. 18. El destacado es de acción preventiva en contra de un potencial criminal. (El destacado es de lxs autorxs)
lxs autorxs
D e s ta pa n d o l a o l l a

Mediante esta sentencia, la Corte Constitucional dejó claro que, a la luz del estado
de derecho, ni la condición de habitabilidad de la calle ni de mendicidad ni de con-
sumo justifica ni avala la posibilidad de obligar a alguien a ir a tratamiento o ence-
rrarlo por este hecho. Más allá, señala que el estado no puede imponer un modelo
de vida virtuoso, teniendo en cuenta que esto atentaría contra el libre desarrollo de
la personalidad. Tras la intervención en el Bronx, varios fueron los miembros del
gabinete que en reiteradas ocasiones registradas en medios de comunicación mani-
festaron la intención del distrito de pedirle a la Corte modular dicha sentencia que
permitiera declararlos interdictos en algunos casos y llevarlos a tratamiento obli-
gatorio. En respuesta a proposición del Concejo de Bogotá52, la Secretaría Jurídica
afirma, respecto a las pretensiones de algunas autoridades del distrito de modular
la sentencia, que:

al establecer que no se puede realizar ningún tipo de intervención a las personas en


situación de calle, sin que previo a ello medie un consentimiento informado, torna la
intervención a esta población más compleja, toda vez que debe resaltarse el hecho que
las personas habitantes de calle se encuentran en un estado de farmacodependencia
crónico que hace que sobre ellas se ejerza una instrumentalización y abuso por parte
del crimen organizado en la ciudad de Bogotá, toda vez que se aprovechan de dicho
estado de vulnerabilidad manifiesta y de la inmensa e incontrolada dependencia hacia
76 las sustancias psicoactivas, para obligarlos a cometer delitos y ser los escudos humanos
de dichos delincuentes.

Por otro lado, en respuesta a derecho de petición53, la Secretaría de Integración So-


cial informa que como estrategia para abordar el consumo de sustancias psicoacti-
vas tiene proyectada la apertura de una comunidad terapéutica. La comunidad te-
rapéutica es una estrategia que se ha utilizado en varios países, siendo muy utilizada
en Colombia, para el abandono de sustancias, y que busca ante todo la abstinencia.
Sus críticos son numerosos, no solo por su escasa eficacia, sino porque existe en la
línea entre la violación de los derechos fundamentales de los usuarios de drogas.
Muchas han sido las denuncias de torturas y hasta muertes de asistentes a estas
comunidades terapéuticas.

Para indagar un poco más sobre la creación de la comunidad terapéutica, mediante


de derecho de petición se consultó a la Secretaría de Integración Social, sobre este
y otros asuntos. En su respuesta no se contesta ni se aporta información sobre la
estrategia de comunidad terapéutica. Al contrario, alega falta de competencia en
asuntos de consumo de drogas y remite la pregunta a la Secretaría Distrital de Salud.

La corporación cpat entrevistó a habitantes de calle en proceso de superación


del consumo en centros del Distrito o tercerizados pero financiados por la ciudad,
52
Respuesta de la Secretaría Jurídica
del Distrito a la proposición 500 quienes manifestaron que los servicios no se adecúan a sus necesidades, imponién-
de 2016 del Concejo de Bogotá. doles un único modelo y dejando de lado aspectos centrales para su vida, como
53
Derecho de petición de la H. R. tener pareja, relaciones sexuales, etcétera. Lo cual podría calificarse como violencia
Ángela María Robledo, del 12 de
julio de 2016, con radicado SAL- institucional.
57336, p. 18.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

Alberto López de Mesa, habitante de la calle, se extiende de manera bastante crítica


frente a todos los servicios sociales, la oferta institucional. Para él, la violencia insti-
tucional está representada en que a la entidad encargada de ofrecer servicios a esta
población tan solo está interesada en esconderlos de las calles, tenerlos contenidos
sin brindar herramientas:

La Secretaría de Integración aparece, siempre aparece con programas de emergencia,


quiero decir: “desalojamos el Cartucho y tenemos que demostrarle a la ciudadanía que
damos resultados”. Entonces, el diseño de procesos siempre me ha parecido mediocre,
siempre me ha parecido de resolver derechos de petición y decir: “bueno, vamos a mos-
trar que se gradúan, que sacamos”. Te voy a poner un ejemplo: una persona hace un
proceso en la calle, después de estar en la calle y después de haber sido excluido de la
familia, lo metemos en un centro de rehabilitación que dura seis, siete meses (…) pon-
gámosle que dura el año (…), exagerando, que no es así, pero pongamos que dura un
año recibiendo unos talleres, recibiendo una formación, una capacitación en lavandería,
en carpintería, en no sé qué, y de ahí lo mandamos a la calle otra vez para que se integre
a la sociedad (...) Y un muchacho que viene de la calle, excluido, con desconfianza en las
instituciones, queremos que salga de una vez y se integre, cuando el desempleo en el país
sabemos que es grandísimo. Entonces son programas que quieren resolver a la fuerza
un problema que necesita de verdad procesos juiciosos, mucho más largos, a veces creo
77 yo que la misma educación formal, porque tenemos que rehacer un poco de lenguajes
y un poco de normas. Entonces para mí los programas en el concepto de inclusión es
donde están patinando más tenazmente. Y las ofertas son mediocres, las ofertas son: que
limpie caca en los caños y que barra las calles. No hay una caracterización para saber qué
hace él, qué hago yo, si tiene otros talentos, si tenemos otras posibilidades (…) no, sino a
barrer calles y a recoger caca. Es como (…) se ofrecen es como a esconderlo a uno unos
meses para volverlo a lanzar bonito y gordito, pero sin la ayuda adecuada. Entonces es
tenaz (...) eso de reinsertarse así, eso es muy tenaz y entonces ya lo mandan gordito, con
unos ahorritos y a afrontar nuevamente la realidad de la calle sin estar allá en su centro
terapéutico.

La oferta, además, no está adaptada a las necesidades de un consumidor de drogas.


Se trata de servicios pensados para personas que deben llegar sin consumir, prác-
ticamente:

Unos pensadores formados en universidades, en un escritorio, ¿me entiendes? Y no


saben la importancia que es una hoguera, no saben los ritmos de consumo que uno
necesita, no saben las necesidades que tiene la cosa y entonces te obligan a cumplir una
norma, ¿por qué? Porque el ideal de ser humano que queremos (...) Que llegan entonces
y te echan un spray, te duermen y de ahí te echan a un camión y ya estas adentro, ¿sí?
O por la fuerza, dándole albedrío a vecinos mierdosos que dicen: “A esos manes hay de
sacarlos de aquí es por la fuerza”.

El concepto terapéutico, además, implica el abandono de los lazos de cariño, de pareja


que se puedan tener, lo que hace más difícil aún seguir en un proceso de este tipo:
D e s ta pa n d o l a o l l a

En los centros de acogida existen las parejas porque eso es inevitable, pero duermen en
cuartos separados, y en los centros están prohibidas las relaciones sexuales. A los habi-
tantes de calle les toca usar o los potreros o residencias.

Además, y de acuerdo con Gabriel, los centros de atención para habitantes de la


calle recurren a castigos por ser consumidor de drogas. Recrean una y otra vez la
estigmatización de los usuarios de sustancias:

Pasé un fosforo a otro y el otro tenía el bareto y no, se les metió que yo se lo pasé. Última
palabra. Entonces, como es el vicioso no hay credibilidad (…) es decir ya estás encasilla-
do: “Ese fue”, ¿se perdió? ¡Ese fue! Imagínate, me sacaron y llevando yo un tratamiento
contra el bacilo de Koch. Es decir, expusieron mi vida a un peligro inminente, porque
estaba recibiendo un tratamiento contra la tuberculosis. No, eliminado del reality.

Es importante preguntarse, en este sentido, por qué desde el estado se busca mo-
dular una sentencia que protege la autonomía de los habitantes de la calle usuarios
de drogas, en lugar, primero, de adaptar sus servicios a las realidades de dichos
usuarios, a no exponerlos a tantas reglas que terminan expulsándolos una vez más
y poniéndolos en contextos de alta vulneración. ¿Por qué, si los expulsan, quieren
tenerlos obligados a estar adentro? Por otro lado, es importante hacer un análisis de
78 los efectos perversos de un avance en el acceso a los derechos que es la cobertura de
la rehabilitación por medio del sistema de aseguramiento.

Pero si (…) no hay un ofrecimiento claro, ¿no? A someterse, a someterse, a no tener uno
(…) es decir a (…) que el tiempo se vaya (…) el televisor no tiene ni volumen, imagínese
eso: cien psiquiátricos viendo una película sin sonido (Gabriel).

Es importante mencionar también la tercerización de los centros de servicio a los


habitantes de la calle en Bogotá, es decir la entrega a manos de agentes privados que,
mediante el sistema de aseguramiento o con recursos de la Secretaría de Integración
Social, cubren los costos de superación de consumo o la atención a los habitantes de
la calle. Todos los entrevistados que hacen parte de centros privados manifestaron
que estos centros los llevaron y los aseguraron para poder operar, y que iban a estar
unos cuatro meses, tiempo insuficiente para generar un proceso. Se podría indagar
más a fondo sobre cómo esos centros, con modelos impositivos, están encontrando
en los asegurados una estrategia de captación de recursos. Un testimonio de un
habitante de la calle institucionalizado en un centro privado, Tavo54, habla de este
asunto en el marco del convenio con la Alcaldía de Bogotá:

Aquí llegaron como treinta. También se fueron para otros lados, para Bakatá y para
otros centros. Aquí, el presidente de aquí, el ¿cómo es que se llama?, el fundador (…)
bravísimo, porque no mandaron todos los quinientos para acá (risas), eso él quería era
que los mandaran todos para acá, quién sabe, por lo que había unos convenios, porque
la Alcaldía bota plata, eso ya es otras cosas, ¿no?
54
El nombre ha sido cambiado para
proteger su identidad.
p o l í tica p ú blica frente a l o s h abitantes de la calle

El universo de los centros privados de tratamiento, ahora con posibilidad de captar


recursos para incluso los más pobres, ha sido poco examinado en Colombia y es im-
portante analizarlo a la luz del impacto que tendría si se llegara a abrir la posibilidad
de internación obligatoria, como pretende la Alcaldía Mayor de Bogotá.

En el plan de desarrollo de la administración del alcalde Gustavo Petro, “Bogotá


humana”, según la ficha EBI el presupuesto que se tuvo durante el cuatrienio para
atención a los habitantes de la calle fue de 75.406 millones de pesos. En el plan de
desarrollo “Bogotá mejor para todos”, del alcalde Enrique Peñalosa, el aumento es
más que significativo: el proyecto 1108 –antes 743– cuenta con 141.712 millones
de pesos para toda la vigencia, un incremento de más de 50%. Lo cual refuerza lo
que se ha venido diciendo, por cuanto la entidad que lidera lo relacionado con los
habitantes de la calle en esta administración es la Secretaría de Integración Social.
Esto es, lo que lidera el abordaje a la problemática de los habitantes de la calle es un
modelo específico que vienen existiendo en dicha entidad desde hace muchas ad-
ministraciones y que hoy cobra fuerza. Un modelo que busca lo que el burgomaes-
tre ha repetido: “no hay que hacerle la vida fácil al habitante de calle, en la calle”, que
prioriza la abstinencia sobre cualquier otro elemento y en el que se imponen una
forma y modelo de vida como superior a otros.

79
Reno-
vación
urbana y
derecho a
la ciudad
L
as determinantes en materia de renovación urbana para la zona conocida
como el Bronx tienen su origen en el antes mencionado decreto distrital 880
de 1998, en el cual se definieron siete sectores de renovación urbana, entre
los cuales se encuentra uno denominado Voto Nacional, identificado catas-
tralmente con el código 004103 que comprende diecisiete manzanas distribuidas en
dos subsectores; el subsector 1 está compuesto inicialmente por las manzanas 5, 8,
9, 13 y 14 (mapa 10).

Como se mencionó, el plan de renovación urbana contenido en el decreto 880 de


1998 se desarrolló solo parcialmente mediante la construcción del parque Tercer
Milenio (sector Santa Inés, antiguo Cartucho) y la “recuperación” de la plaza San
Victorino, quedando sin ejecutar los procesos de renovación previstos para los de-
más sectores, entre ellos el del Voto Nacional, en donde, producto de la diáspora
generada por la intervención de la zona del Cartucho, se reubicaron parte de las
actividades de tráfico, consumo de sustancias, habitabilidad en la calle y demás pro-
blemáticas asociadas, dando paso al nacimiento del Bronx, localizado en las man-
81 zanas 7, 8 y parte de la 13 del sector catastral 004103 (mapa 11).

Posteriormente, en 2013, mediante decreto distrital 145 se anunció el proyecto de


renovación urbana para la zona conocida como el Bronx. El anuncio de proyecto es
un instrumento de gestión predial reglamentado mediante el decreto nacional 2729
de 2012, cuyo propósito principal es activar instrumentos de gestión del suelo como
la enajenación voluntaria de los inmuebles y la expropiación por vía administrativa
previstas en la ley 388 de 1997. Con el anunció de proyecto se ordenan asimismo
avalúos de referencia, con el fin de determinar el valor comercial de los inmuebles
antes del proyecto que se pretende desarrollar, y evitar así la especulación inmobi-
liaria. Además, en este caso se incluye la figura de “derecho de preferencia” a favor
de Metrovivenda (banco de suelo del distrito) que implica que antes de cualquier
negociación de los inmuebles afectados, estos deben ser ofrecidos a esta entidad
pública.

Para efectos del análisis, del contenido del decreto 145 de 2013 se destacan los pá-
rrafos 2 y 3 del artículo 1º, en los que se menciona los usos que se pretenden desa-
rrollar en el proyecto de renovación y la intención de implementar un esquema de
gestión concertado con los propietarios:

El proyecto buscará la dignificación de la vida del habitante de calle (sic) y, en general,


el mejoramiento de las condiciones de vida en el sector, a través de distintas actuaciones
que incluirán vivienda transitoria, localización de dotacionales y equipamientos y recupe-
ración de espacios públicos.
D e s ta pa n d o l a o l l a

Mapa 10
Localización sector 1, Voto
Nacional, decreto 880 de 1998
Fuente: decreto 880 de 1998,
elaboración propia.

82

Mapa 11
Localización sector el Bronx
Fuente: decreto 880 e 1998, elaboración
propia
R en o vación urbana y derec h o a la ciudad

Sin perjuicio de su carácter de proyecto de iniciativa pública, en la gestión del mismo se


buscará concretar acuerdos con los propietarios, en los términos de la ley 388 de 1997.

En desarrollo del artículo 7º de ese decreto 145, mediante resolución 076 de 2013
se hizo efectiva la declaratoria del derecho de preferencia a favor de Metrovivienda
sobre los inmuebles ubicados en la zona objeto de anuncio del proyecto. Sin embar-
go, antes de la intervención del 28 de mayo de 2016 no hay registro de ofertas de
compra o venta ni de adquisición de predios en el sector.

En abril de 2016, previo a la intervención en el Bronx, se radicó para la discusión


ante el Concejo de Bogotá el proyecto de plan de desarrollo “Bogotá mejor para
todos”, que en su componente de Intervenciones integrales del hábitat del pilar
Democracia urbana contempla lo siguiente sobre ese sector:

El proyecto Voto Nacional es un proyecto integral de renovación urbana que busca la


intervención de una pieza importante de la ciudad, el cual contiene las tres manzanas de
gran deterioro urbano y social dado por la delincuencia, tráfico de drogas, licor, armas
e incluso servicios de sicariato de la ciudad, entre otros.

Con el fin de buscar soluciones a esta zona, se plantea una propuesta urbana que recu-
83 pere y reactive el sector mejorando los perfiles viales, zonas verdes, mezcla de usos en la
que prime la vocación comercial definida en el Plan zonal del centro y con la localiza-
55
El decreto 190 de 2003, Plan
ción de un equipamiento social representativo para la zona. La intervención se plantea
de ordenamiento territorial de
Bogotá, contempla en su numeral por anillos, donde el primero se centra en la pronta actuación y recuperación de las
3, artículo 303, que las entida- manzanas denominadas el Bronx.
des distritales que desarrollen
actividades y proyectos definidos
por el artículo 58 de la ley 388 de El plan de desarrollo distrital fue aprobado finalmente el 9 de junio de 2016, semana
1997 deben formular y ejecutar y media después de la intervención.
planes de gestión social con el fin
de mitigar los impactos generados
por el desplazamiento de pobla- De acuerdo con todo lo anterior, es claro que la política pública distrital respecto
ción, y establecer las acciones y a la zona del Bronx a partir del decreto 880 de 1998 y normas siguientes tiene pro-
actividades de reasentamiento
pósitos de renovación urbana, y como tal, cuenta con los instrumentos necesarios
por obra pública y por cualquier
intervención de reordenamien- para la adquisición y gestión del suelo: el derecho de preferencia, la enajenación
to territorial. En desarrollo de voluntaria y la expropiación por vía administrativa, los cuales inician con oferta
lo cual el decreto 296 de 2003
de compra que debe hacer la entidad pública, en este caso el banco de suelos del
estipula: “Artículo 2°. Acciones
y actividades de reasentamiento Distrito, al titular del derecho de dominio del predio en cuestión. Adicionalmente,
por obra pública y por cualquier en el desarrollo de proyectos de renovación urbana es necesario –como parte inte-
intervención de reordenamiento gral del procedimiento– hacer una caracterización social del sector, con el objeto
territorial. (...) para establecer un
programa de reasentamiento por de determinar qué población habita en el ámbito de desarrollo del proyecto, cuál
obra pública o el que se requiera es su situación socioeconómica, qué actividades económicas se desarrollan, cuáles
para cualquier intervención de son los posibles impactos derivados del proceso de renovación y qué medidas será
reordenamiento territorial se fija-
rán, como mínimo, las siguientes necesario tomar para mitigar esos impactos, entre las que se encuentran actividades
acciones y actividades: Censo y como reubicaciones, arrendamientos transitorios, indemnizaciones, etcétera55.
diagnóstico socioeconómico. Plan
de gestión social. Intervención,
protección y rehabilitación de las Tal como se ha venido viendo, el 28 de mayo de 2016 se llevó a cabo la ya docu-
zonas intervenidas (...)”. mentada intervención en el sector del Bronx, la cual tenía propósitos de seguridad y
D e s ta pa n d o l a o l l a

combate al crimen organizado, pero que arrojó como resultado “colateral” el desalo-
jo de la mayoría de los predios que componen “las tres manzanas de gran deterioro
urbano y social”, en lo que resultó siendo, de facto, la ejecución del “primer anillo”
de implementación del proyecto de renovación urbana previsto por el plan distrital
de desarrollo, una semana y media antes de su aprobación en el Concejo de Bogotá.

Las tres manzanas a las que se refiere el plan de desarrollo son, en efecto, las man-
zanas 7, 8 y 13 del sector catastral 004103, incluidas en el subsector 1 del sector
Voto Nacional del decreto 880 de 1998 y que fueron delimitadas en el anuncio del
proyecto de renovación urbana del decreto 145 de 2013. Esas tres manzanas están
compuestas por treinta y seis lotes que a su vez contienen sesenta y cuatro unidades
prediales, cuya situación jurídica a 28 de mayo de 2016, según se registra en sus
certificados de tradición y libertad, era la siguiente: dieciséis de los sesenta y cuatro
predios se encontraban afectados con medida de extinción de dominio (predios con
medida cautelar o sentencia de extinción de dominio), la mayoría adjudicados en
condición de tenencia a la Secretaría Distrital de Integración Social; los cuarenta y
ocho restantes estaban afectados por derecho de preferencia (varios de los cuales no
tenían inscrita la medida cautelar en el folio de matrícula) y algunos tenían limita-
ción de dominio por embargo judicial, lo cual, para efectos del análisis resulta poco
relevante. En Anexo 3 se relaciona la situación jurídica predial descrita.
84
La situación jurídica de los treinta y seis lotes que componen el sector se puede ver
en el mapa 12.

Posteriormente, la Alcaldía local de Los Mártires inició la demolición de algunos


de los predios desalojados durante la intervención del 28 de mayo, algunos de
ellos correspondientes a los que se encontraban en extinción de dominio. Sobre
los demás lotes, el 1 de junio de 2016, cuatro días después de la intervención, la
Inspección de Policía de la localidad solicitó concepto técnico al Instituto Distri-
tal de Gestión de Riesgo y Cambio Climático (Idiger) sobre riesgo por amenaza
de ruina, que concluyó con la declaratoria de ruina de veintidós predios y la sus-
cripción del acuerdo marco 002 de 2016 entre el Fondo Distrital para la Gestión
de Riesgos y Cambio Climático (Fondiger) y el Fondo de Desarrollo Local de Los
Mártires, para financiar el proceso de demolición. Convenio que de acuerdo con
los estudios previos publicados sobre el proceso contractual se enmarcan en la ley
1523 de 2012, el acuerdo distrital 546 de 2013 y el decreto 172 de 2014, es decir,
en el marco normativo del sistema de gestión de riesgo y desastres. Dice un aparte
de la motivación del convenio:

Que en cumplimiento de las funciones descritas y atendiendo las querellas formuladas


por la comunidad, la Inspección “14a” distrital de Policía, mediante oficio radicado bajo
el No. 2016ER9049 de fecha 01 de junio de 2016, solicitó al Instituto Distrital de Ges-
tión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), la elaboración de concepto por “Amenaza
ruina” respecto a 32 predios identificados en la referida solicitud, y frente a los cuales se
emitió concepto técnico que concluyó la amenaza de ruina de 22 predios.
R en o vación urbana y derec h o a la ciudad

Mapa 12
Situación jurídica de los lotes del
Bronx a 28 de mayo de 2016
Fuente: Oficina de Registro de
Instrumentos Públicos, elaboración
propia.

Que en razón a lo anterior y en virtud a las órdenes de demolición emitidas por el alcalde
85 local de Los Mártires y la Inspección Distrital de Policía, el secretario distrital de Gobierno
(e), mediante oficio (…) calendado 11 de julio de 2016, solicitó la asignación de recursos al
Fondiger, a fin de adelantar la intervención de los predios que amenazan ruina ubicados en el
sector Voto Nacional en la localidad de Los Mártires, a efecto de garantizar el restablecimien-
to de las condiciones de seguridad y prevenir los posibles riesgos por el estado de las edifi-
caciones de la zona, cuyo concepto técnico por parte del Idiger, fuere amenaza de ruina56.

De acuerdo con lo anterior, la orden de demolición que imparte el alcalde local se


fundamenta en el artículo 25 del decreto distrital 172 de 2014 (reglamentario del
Sistema distrital de gestión de riesgo y cambio climático), numeral 8, que dice sobre
las funciones del alcalde local:

8. Ordenar la desocupación y demolición de las edificaciones ubicadas en sitios decla-


rados como de alto riesgo, dentro de la jurisdicción de sus respectivas localidades en el
evento en que sus ocupantes se rehúsen a abandonar la zona, de conformidad con el inciso
4° del artículo 56 de la ley 9a de 1989.

La cual, al mismo tiempo, se desprende de la norma contenida en el artículo 26 del


acuerdo 546 de 2013, que dice:
56
Análisis sobre la conveniencia y
justificación de realizar la contrata- Artículo 26. En el marco de la declaratoria de desastre o calamidad pública, el alcalde
ción y descripción de le necesidad
que se pretende satisfacer con el local, previo concepto técnico de amenaza de ruina emitido por el Idiger, podrá ordenar,
proceso de contratación, publicado conforme a las normas de policía aplicables, la demolición total o parcial de inmuebles o
en Secop con el número edificaciones que amenacen ruina o que por su estado de deterioro pongan en peligro la
de documento DP_
PROCESO_16-12-5443565_ seguridad o la salubridad de los habitantes de los mismos o de otras personas. La orden

01002046_20879159, p. 6. será impartida mediante resolución motivada que será notificada al dueño o al poseedor
D e s ta pa n d o l a o l l a

o al tenedor del respectivo inmueble, dentro de los tres (3) días hábiles siguientes a la
fecha de su expedición.

De acuerdo con lo anterior, del marco normativo sobre el que se basa la orden de de-
molición y que sirve de sustento para el traslado de recursos del Fondiger al Fondo
de Desarrollo Local de Los Mártires se desprenden dos condiciones indispensables:
primero, debe existir una declaratoria de desastre o calamidad pública, y segundo,
que los ocupantes se hayan rehusado a abandonar la zona, lo que presupone un pro-
ceso previo al desalojo que no se llevó a cabo debido al carácter de la intervención.

En cuanto a la declaratoria de desastre o calamidad pública, según el artículo 17 del


decreto 546 de 2013, debe ser “ordenada por el alcalde mayor de Bogotá, D. C., en todo
o parte del territorio distrital, previo concepto del Consejo Distrital para la Gestión de
Riesgos y Cambio Climático”, situación que en este caso no se cumplió, siendo el con-
cepto técnico de riesgo de ruina insuficiente para el efecto, pues se trata de la demolición
de veintidós predios ubicados en una zona de una hectárea de suelo urbano, demolición
que para abril de 2017, diez meses después de emitido el concepto de riesgo de ruina, no
había concluido, pese a que para el caso la demolición debería ser inmediata57.

Por otro lado, en ese mismo marco normativo existen procedimientos de interven-
86 ción más garantistas de los derechos de las comunidades afectadas. En efecto, el
mismo acuerdo 546 de 2013 indica que en situaciones de riesgo el Idiger debe ela-
borar un plan de acción específico para la recuperación del sector, en el marco del
cual puede solicitar la entrega forzosa de los inmuebles en riesgo, los cuales deben
ser adquiridos posteriormente:

Artículo 19. Plan de acción específico para la recuperación. Declarada la situación de ca-
lamidad pública y activadas las estrategias para la respuesta, el Idiger, elaborará los pla-
nes de acción específicos para la rehabilitación y reconstrucción de las áreas afectadas.
El plan de acción específico, en relación con la rehabilitación y la reconstrucción, será
de obligatorio cumplimiento por todas las entidades públicas o privadas que deban con-
tribuir a su ejecución, en los términos señalados en la declaratoria y sus modificaciones.
57
El acuerdo 546 de 2013 toma
como marco la ley 1523 de 2012,
la cual contempla en caso de de- Artículo 25. Declarada una situación de desastre y/o calamidad, el Idiger podrá solicitar de
molición por riesgo de ruina que
manera anticipada a su adquisición, la entrega forzosa de los bienes inmuebles o derechos
la ejecución de la misma debe ser
inmediata como se desprende del reales que generen riesgo público para su entorno y/o sean indispensables para adelantar
artículo 78, que dice: “Ejecución el Plan de acción específico para la recuperación. Posteriormente, tales bienes o derechos
de la demolición. Una vez ejecu- deberán ser adquiridos total o parcialmente por el Idiger o la entidad responsable definida
toriada la resolución que ordene
la demolición, luego de haberse en el Plan de acción específico para la recuperación, por negociación directa con los pro-
agotado el recurso de reposi- pietarios o mediante expropiación por vía administrativa, previa indemnización.
ción, se procederá a la inmediata
demolición del inmueble. Cuando
por circunstancias de especial Parágrafo. El procedimiento para la adquisición predial será el establecido en los artículos
urgencia se haya prescindido del 74, 75 y 76 de la ley 1523 de 2012.
régimen de notificación y recursos
en la vía gubernativa, la autoridad
podrá proceder a la demolición en A su turno, el artículo 74 de la ley 1523 de 2012, plantea que el primer paso para la
forma inmediata”. adquisición es la negociación directa. Como parte del procedimiento de negocia-
R en o vación urbana y derec h o a la ciudad

ción, la entidad debe hacer una oferta al propietario o poseedor del inmueble que
será inscrita “en el folio de matrícula inmobiliaria del inmueble, en la oficina de
registro de instrumentos públicos correspondiente por parte de la entidad adqui-
rente dentro de los tres (3) días hábiles siguientes a su comunicación” (numeral 5,
artículo 74, ley 1523 de 2012). Como se verá más adelante, en ninguno de los folios
de matrícula de los predios que componen el Bronx se encuentra oferta de compra
motivada por condición de riesgo.

Por otro lado, las facultades que cita la Alcaldía local para ordenar la demolición
(numeral 8, artículo 35, decreto 172 de 2014), se dan en concordancia con el nu-
meral 4 del artículo 56 de la ley 9 de 1989. De la lectura completa de ese artículo se
desprende que tales facultades del alcalde local están precedidas de obligaciones en
materia de prevención, atención a la población y garantía del derecho a la vivienda,
como las acciones de reubicación de las familias afectadas y la compra de predios
en riesgo, mediante los mecanismos de gestión de suelo ya conocidos: enajenación
voluntaria y expropiación por vía administrativa:

Artículo 56. Inciso modificado por el artículo 5°, ley 2 de 1991. Los alcaldes y el inten-
dente de San Andrés y Providencia procederán a levantar, en el término máximo de
seis (6) meses contados a partir de la vigencia de la presente ley, un inventario de los
87 asentamientos humanos que presenten altos riesgos para sus habitantes, en razón a su
ubicación en sitios anegadizos, o sujetos a derrumbes y deslizamientos, o que de otra
forma presenten condiciones insalubres para la vivienda y reubicarán a estos habitantes
en zonas apropiadas, con la participación del Instituto de Crédito Territorial. Además,
tomarán todas las medidas y precauciones necesarias para que el inmueble desocupado
no vuelva a ser usado para vivienda humana.

Se podrán adquirir los inmuebles y mejoras de las personas a ser reubicadas, mediante ena-
jenación voluntaria directa o mediante expropiación, en los términos de la presente ley.

(...)

Si los habitantes de inmuebles ubicados en sitios de alto riesgo rehúsan abandonar el sitio,
corresponderá al alcalde o al intendente de San Andrés y Providencia ordenar la desocu-
pación con el concurso de las autoridades de policía, y la demolición de las edificaciones
afectadas. Esta orden se considerará, para todos los efectos, como una orden policiva en los
términos del Código nacional de Policía (...).

Pues bien, la orden de desocupación previa a la demolición no fue necesaria debido


a que el desalojo ya había sido efectuado desde el 28 de mayo, aparentemente sin
que mediara orden judicial u orden de autoridad administrativa competente; sin
adoptar las medidas de mitigación de impactos previstas en las citadas normas; y
sin siquiera contemplar la contingencia necesaria para atender la población víctima
del desalojo. Sobre este último punto, preguntado al Idiger mediante derecho de
petición sobre las medidas adoptadas respecto al sector del Bronx objeto de inter-
vención, respondió58:
D e s ta pa n d o l a o l l a

En atención al evento de emergencia generado por la intervención en el sector del


Bronx, localidad de Santa Fe, identificado con el numero SIRE 3944185, iniciado el día
38 de mayo de 2016, tipificado como desorden civil, las entidades del Sistema Distrital
de Gestión de Riesgos y Cambio Climático –SDGR–CC, (…) adelantaron las acciones
para la atención de emergencia.

Para atender la situación generada el Idiger (…) Para apoyar la población que habitada
en el sector del Bronx, se realizó la entrega de ayudas humanitarias en especie. Consis-
tentes en:

Kits noche 735

Kits ALOJAMIENTO 285

Carpas ALOJAMIENTO 10

Como producto del desalojo se han presentado múltiples denuncias por parte de la
comunidad que habitaba en el Bronx, muchas de las cuales ya han sido documen-
tadas en capítulos anteriores. Para el propósito de este capítulo, interesa abordar lo
relacionado con los procedimientos y el marco jurídico que soporta la expropiación
88 de los predios, asunto sobre el que también se presentaron denuncias ante la Defen-
soría del Pueblo:

Todo se resume en lo siguiente: en este proceso aparentemente se violaron los derechos al


debido proceso, a la defensa y a la propiedad. Para allanar un negocio, cerrar un local,
incautar mercancía, decir que van a demoler por ruina (…) para todo hay un proceso.
Si no lo cumplieron, seguramente vendrán demandas contra el Distrito, que sería un
panorama preocupante (declaraciones del defensor del Pueblo a El Espectador)59.

Con ocasión de lo anterior se preguntó a la administración distrital, mediante de-


recho de petición, acerca de la situación jurídica de los predios al momento de la
intervención y las medidas de mitigación de impacto adoptadas para atender a la
comunidad afectada, por medio de las siguientes preguntas:

9. En la intervención de la zona del Bronx, ¿cuántos predios fueron intervenidos y des-


alojados? Sírvase identificar los predios con dirección, chip y matrícula inmobiliaria (...).

10. ¿Cuál es la situación jurídica de los predios al momento de la intervención del Bronx?
Y ¿cuáles fueron las medidas de mitigación de impacto, reubicaciones, compensaciones,
arriendos, etcétera, a la población según la situación jurídica del predio donde residía?

58
Respuesta del Idiger al dere- Ante lo cual la Secretaría de Seguridad del Distrito, en el momento de la interven-
cho de petición con radicado ción Subsecretaría de Seguridad de la Secretaría de Gobierno, encargada de coor-
2017EE4159. dinarla, se limitó a trasladar las preguntas a la Empresa de Renovación Urbana, sin
59
http://www.elespectador.com/
noticias/bogota/los-otros-despla- dar respuesta alguna. A su turno, la Empresa de Renovación Urbana, respondió lo
zados-del-bronx-articulo-650184 siguiente:
R en o vación urbana y derec h o a la ciudad

A la pregunta 9:

R/. En la intervención llevada a cabo en la zona conocida como El Bronx el día 28 de


mayo de 2016, no participó la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá –
ERU. Ya que este fue liderado por las siguientes entidades: 1) La Secretaría de Gobierno
a través de la Subsecretaría de Seguridad; 2) La Policía Nacional; 3) La Fiscalía General
de la Nación y el Cuerpo Técnico de Investigaciones – CTI.

Por lo tanto no es posible para esta Empresa señalar cuantos o cuales predios fueron
intervenidos y/o desalojados y tampoco identificar los inmuebles.

A la pregunta 10:

“R/. Considerando que la Empresa no intervino en las acciones que en materia de segu-
ridad se llevaron a cabo el día 28 de mayo de 2016, no podemos pronunciarnos respecto
de esta solicitud.

Conviene precisar que como resultado de la intervención de la zona conocida como El Bronx
la Empresa pretende en el barrio Voto Nacional que incluye el sector denominado Bronx, la
ejecución de un proyecto urbano integral que garantice la renovación del Centro Histórico
89 de la ciudad, mediante la normalización de un sector amenazado por la marginalidad y el
abandono, que ha perdido funcionalidad y calidad urbanística, y en el que se ha degradado
el espacio público y el espacio edificado por su proceso de deterioro urbanístico y social,
del cual hacen parte los inmuebles que se indican en el decreto 397 del 23 de septiembre
de 2016, que puede ser consultado en la página web de la Alcaldía Mayor de Bogotá (...).

En las respuestas de la administración distrital es evidente que antes de la inter-


vención no hubo una caracterización socioeconómica del sector ni se previeron
acciones de atención a las familias residentes en materia de vivienda ni se planearon
contingencias en relación con relocalización o compensación por la afectación a
actividades económicas legales ni se dio inicio al proceso de adquisición predial que
podía darse en el marco del anuncio de proyecto (decreto 145 de 2013) para efectos
de renovación urbana, o en el mismo marco jurídico de prevención de riesgos utili-
zado para justificar las demoliciones ordenadas posteriormente.

De acuerdo con las respuestas de la Empresa de Renovación Urbana, como resulta-


do de la intervención se pretende desarrollar un proyecto urbano integral. Se trata
del primer anillo del proyecto de renovación urbana denominado Voto Nacional
incluido en el plan de desarrollo distrital que fue aprobado semana y media después
de efectuada la intervención.

Aunque ya existía un marco normativo para el desarrollo de un proyecto de reno-


vación urbana en la zona (decreto 145 de 2013), la administración distrital creó uno
nuevo mediante la aprobación del decreto distrital 397 de 2016, que modificó el preci-
tado decreto 145; la modificación se da en tres artículos, sin embargo, para efectos del
análisis se considera pertinente documentar la modificación del artículo 1º (tabla 8).
D e s ta pa n d o l a o l l a

De la comparación de las normas es posible observar cómo el cambio sustancial


que introdujo la nueva normativa radica en dos aspectos principalmente: primero,
modifica las intenciones de uso del suelo que en el decreto 145 de 2013 tenía énfasis
en atención al habitante de la calle y población vulnerable con la construcción de
vivienda transitoria, dotacionales y equipamientos, para regresar a los usos estable-
cidos por el decreto 880 de 1998 que para el subsector 1 del sector Voto Nacional
son: vivienda multifamiliar y usos complementarios de comercio y servicios; y se-
gundo, elimina la intención de gestionar el acceso al suelo mediante la inclusión de
la participación de los propietarios.

Revisados los folios de matrícula que reposan en el sistema de registro de instru-


mentos públicos (certificados de tradición y libertad), y realizada visita en campo
por parte del CPAT en marzo de 2017 para verificar la situación física de los inmue-
bles, se pudo constatar que a 26 de marzo de 2017 la situación física y jurídica de los
inmuebles que componen el sector el Bronx era la siguiente: veinticinco lotes se en-
contraban demolidos o en proceso de demolición, de los cuales siete corresponden
a predios con procesos de extinción de dominio y dieciocho a lotes particulares “sa-
nos”; de los lotes con procesos de extinción de dominio, seis tenían inscrita oferta
de compra por parte de la ERU. De los diez lotes restantes, seis estaban en pie pero
vacíos y solo cuatro predios se encontraban habitados (mapa 13). En el Anexo 3 se
90 relaciona la situación física y jurídica de los lotes que componen el sector del Bronx.

En este orden de ideas nos encontramos ante una mezcla de condiciones particu-
lares alrededor de la intervención en el Bronx. Primero, es una zona objeto de re-
novación urbana, para lo cual desde 2013 estaban dados los elementos normativos
necesarios para la gestión del suelo y la implementación del proyecto urbanístico.
Segundo, se trata de una zona en que efectivamente existía concentración de activi-
dades delictivas que en efecto ameritaba una intervención en materia de seguridad,
pero que llevada a cabo esta fue más allá y terminó en el desalojo –cuya legalidad
convendría revisar–, de la mayoría de los predios, sin tener siquiera una caracteri-
zación social de la zona que permitiera identificar impactos sobre asentamientos
humanos o actividades económicas legales que se estuviesen desarrollando allí en el
momento de la intervención y que fueron afectadas por el desalojo. Tercero, poste-
rior al desalojo, de manera expedita y sin utilizar las garantías incluidas en el marco
normativo, se determina que la mayoría de los predios se encuentran en riesgo de
ruina y se procede a programar la demolición, que, diez meses después del concepto
de riesgo de ruina, no había concluido. En este sentido, a la par de las acciones en
materia de seguridad que eran necesarias, se produjo la afectación grave de una
parte de la comunidad que, aun conviviendo en medio de la “barbarie”, desarrollaba
actividades económicas legales que fueron abruptamente truncadas o gozaban del
derecho a la vivienda mediante propiedad, ocupación o arrendamiento, derecho
que fue seriamente vulnerado, violaciones agravadas por el hecho de ser perpetra-
das por parte del mismo estado que debería garantizar su protección.
R en o vación urbana y derec h o a la ciudad

Decreto 145 de 2013 Decreto 397 de 2016

Artículo 1°. Anuncio del proyecto. Se anuncia a Artículo 1º. Anuncio del proyecto. Se anuncia
los interesados y a la ciudadanía en general, la a los interesados ya la ciudadanía en general la
puesta en marcha del componente urbanístico puesta en marcha del proyecto comprendido
del proyecto de iniciativa pública denominado en la manzana 08 y partes de las manzanas 07
El Bronx, dirigido a promover la transformación y 13. de la zona uno del proyecto Voto Nacional
y recualificación de dicha zona, como parte del de Bogotá D.C. (según el Plano anexo No. 1 que
Tabla 8 proyecto de revitalización del centro tradicional hace parte del presente decreto ), en el marco
Comparativo del artículo 1° de priorizado en el Plan de desarrollo, económico, del desarrollo del “Programa de renovación ur-
los decretos 145 de 2013 y 397 social, ambiental y de obras públicas 2012–2016 bana para la recuperación del sector compren-
de 2016 “Bogotá humana”. dido por los barrios San Bernardo y Santa Inés
El proyecto buscará la dignificación de la vida y su área de influencia y se establecen normas
del habitante de calle y, en general, el mejora- específicas para algunos de los sectores dentro
miento de las condiciones de vida en el sector, del área de renovación urbana”, adoptado me-
a través de distintas actuaciones que incluirán diante el decreto distrital 880 de 1998, la Opera-
vivienda transitoria, localización de dotaciona- ción estratégica del centro de Bogotá y el Plan
les y equipamientos y recuperación de espacios zonal centro, adoptados estos últimos mediante
públicos. el decreto distrital 492 de 2007”.
Sin perjuicio de su carácter de proyecto de ini-
ciativa pública, en la gestión del mismo se bus-
cará concretar acuerdos con los propietarios,
en los términos de la ley 388 de 1997.

91

Mapa 13
Situación física por lotes del
Bronx, a 26 de marzo de 2017
Fuente: Sistema Nacional de Registro y
visita de campo; elaboración propia.
D e s ta pa n d o l a o l l a

92

Fotos 16 a 19
Registro fotográfico de la visita
realizada el 26 de marzo de 2017
al sector el Bronx.
Fuente: elaboración propia
Reflexio-
nes
Finales
D e s ta pa n d o l a o l l a

A
partir de los hallazgos presentados en este informe, a continuación se exa-
mina la intervención desarrollada en el sector del Bronx por medio de dos
escalas de análisis.

Primero, el avance de un fenómeno macro de largo plazo de transforma-


ción urbana, en respuesta a la dinámica de la acumulación, propia del desarrollo
de las ciudades capitalistas y que, después de la crisis financiera mundial que se
inciara en 2008, toma mayor fuerza para las ciudades latinoamericanas. En el caso
de Bogotá, desde finales de los años noventa este fenómeno se refleja entre otras
cosas, en que se está diseñando y desarrollando un plan de “retorno al centro” que
pretende su “revitalización” mediante la transformación de los usos y las dinámicas
de ocupación del suelo. Lo anterior supone necesariamente procesos de valoriza-
ción de esta zona de la ciudad y, por consiguiente, dinámicas de exclusión de las
comunidades, que terminan viéndose obligadas a desplazarse hacia otros sectores
de la ciudad. Fenómeno conocido en la literatura especializada como segregación
socioespacial y que ha sido acuñado con el nombre de gentrificación.
94
Segundo, en la administración actual del alcalde Enrique Peñalosa se observa una
visión de la sociedad en la cual existe un modelo de ciudadanía virtuoso, el “ciuda-
dano de bien”, que resulta imponiéndose como condición necesaria para el acceso a
los beneficios que ofrece la ciudad “limpia y ordenada”. Esto, a su vez, implica nece-
sariamente que existen ciudadanos indeseables, sucios y desordenados, que para el
funcionamiento del modelo de “recuperación urbana” suponen un obstáculo que,
indefectiblemente, debe ser superado para el funcionamiento efectivo del sistema.
Por consiguiente, como Parces ONG y CPAT han documentado y han presentado a
lo largo de este análisis, los cuerpos, las vidas y las prácticas cotidianas de las pobla-
ciones resultan convirtiéndose en objeto de intervención estatal.

Asimismo, como se ha visto, con la puesta en marcha del plan de recuperación ur-
bana y de desarrollo de la ciudad, los procesos de intervención sobre dichas ciuda-
danías indeseables, se han dado no solo mediante el dispositivo de la fuerza pública,
pues en muchas ocasiones ha ocasionado la reproducción e incluso la promoción
discursiva de prácticas de violencia contra las poblaciones habitantes de la calle.

Es posible observar también la imposición de un imperativo de normalidad urbana,


a la cual hay que “reincorporar” a los sujetos que se desvían de esta, junto con sus
forma de ocupar o relacionarse con el espacio. Tales desviaciones oscilan desde las
dinámicas del trabajo y la vivienda informal, el uso irregular del espacio público, las
expresiones juveniles, las culturas urbanas, el trabajo sexual, la habitabilidad en la
calle, el consumo de sustancias, hasta un largo etcétera nugatorio de la condición de
ciudadanía de toda expresión social que no encaje en el imperativo de normalidad
constitutivo de este discurso sobre el desarrollo urbano.
R efle x i o nes F inales

La confluencia de estos dos factores determina, en consecuencia, el fondo y la for-


ma de la intervención del 28 de mayo de 2016: en el fondo, la necesidad urgente
de recuperar un territorio vedado para el aprovechamiento del potencial de usos
productivos previstos en el plan de renovación urbana de largo plazo, dadas las di-
námicas delictivas que se desarrollaban allí y que constituían la razón principal de
deterioro de la zona. Y en la forma, la condición de ciudadanía excluida con la que
desde la administración distrital se asumen las dinámicas sociales legales e ilegales
que se desarrollaban en ese territorio, y para las cuales el camino más expedito de
reincorporación a la “normalidad” se da mediante el uso de la fuerza, con todo lo
que ello conlleva.

En el caso particular de la población habitante de la calle, las prácticas de “norma-


lización” de las cuales son objeto se reflejan por medio del ejercicio de distintas
formas de violencia: primero, desde antes de la intervención en el Bronx se obser-
vaba el ejercicio de un tipo de violencia “institucional” que se traducía desde aquel
entonces en:

1. Consolidación de un modelo de atención social ajeno a la realidad de las perso-


nas habitantes de la calle.
2. Afianzamiento de un modelo de atención basado en la abstinencia.
95 3. La lógica de hacer difícil la vida de los habitantes de la calle, en la calle: e insiste
en una lógica a nuestro juicio contraevidente, según la cual la habitabilidad de la
calle se promueve al facilitar la vida de estas personas allí y, por tanto, dificultarla
se constituye en un incentivo de política pública para promover su abandono.
Incluso se pensó en pedir la modificación de la protección constitucional a las
libertades individuales con el objeto de adelantar tratamientos obligatorios para
el uso de drogas en esta población.
4. La poca adaptación de los servicios sociales a las necesidades de la población:
esto termina por vulnerar derechos tan fundamentales como los derechos se-
xuales y reproductivos; por romper lazos afectivos en lugar de promoverlos y
ponerlos en un lugar de vulneración fuerte y exposición a consumos más proble-
máticos, al castigarlos sin acceso a los servicios por el uso de drogas.
5. Cambios en los servicios de salud: no solo en la disminución de los mismos, sino
en la imposición de barreras para acceder a servicios básicos, supuestamente de
carácter universal, y en el enfoque anclado en el sistema de aseguramiento, que
traslada la responsabilidad a las entidades prestadoras de servicios, las cuales,
dada su naturaleza, no harán el mismo esfuerzo por llegar y atender a los habi-
tantes de la calle.
6. Prácticas de violencia y discursos de indeseabilidad: como se encontró a lo largo
de la investigación y se presenta en este informe, la intervención no solo generó
una serie de prácticas de violencia física y simbólica en contra de los habitantes
de la calle por parte de la fuerza pública y otros agentes del estado, sino que, ade-
más, es posible afirmar que la promoción del discurso institucional de indesea-
bilidad del habitante de la calle impulsó a y legitimó en la sociedad civil acciones
de limpieza social contra ellos.
D e s ta pa n d o l a o l l a

A grandes rasgos, la violencia ejercida por la Policía ha tratado de desplazar, rodear,


agredir y eliminar paulatinamente a las personas habitantes de la calle en puntos
específicos de las zonas aledañas al Bronx: en las zonas del caño de la calle Sexta, el
parque España, la plaza de los Mecánicos, Cinco Huecos, Puente Aranda y otros lu-
gares a los que los habitantes han llegado. Estas dinámicas se han caracterizado por
el uso de armas de gas, granadas, pistolas de balines, bolillos, piedras, palos, patadas
y puñetazos, de manera injustificada y arbitraria. La persecución de los habitantes
de la calle ha sido sistemática desde la intervención del Bronx y esta persecución
responde a formas específicas de una política pública que exclusivamente se ha pre-
ocupado por la “recuperación del espacio público”.

Adicionalmente, producto de la intervención, además de las distintas formas de


violencia de que ha sido objeto la población habitante de la calle, se presentan otras
arbitrariedades menos evidentes y por tanto menos documentadas, pero igualmen-
te violatorias de las libertades democráticas, como son el desalojo de personas que
habitaban en la zona del Bronx o desarrollaban actividades económicas legales sin
ni siquiera tener una caracterización de estas, y en consecuencia, ninguna posibi-
lidad de reubicación, reasentamiento o remuneración por la interrupción de estas
actividades; y la gestión arbitraria del suelo, al intervenir predios sin seguir los pro-
tocolos y procedimientos contemplados tanto en la legislación nacional como en la
96 normativa urbana del Distrito, para la adquisición de suelo objeto de renovación
urbana o de gestión de riesgo según desde donde se prefiera abordar el análisis.
Suelo que, además, tiene un enorme potencial de valorización, del cual, dadas las
circunstancias de su “gestión”, no se verán beneficiados los propietarios originales.

En este orden de ideas, la intervención en el Bronx y los elementos asociados objeto


de este análisis muestran no solo una posición –a nuestro modo de ver caduca sobre
la seguridad urbana– que desconoce la relación intrínseca de esta con las dinámicas
sociales de pobreza y exclusión. En el fondo se revela una visión de ciudad en la que
se privilegia la apertura a cualquier precio de los canales para el libre desarrollo de
la dinámica de acumulación/valorización, donde el derecho a la ciudad solo está
garantizado para un modelo de ciudadanía compatible con esta, y en el que, en
consecuencia, no tienen lugar las ciudadanías que se construyen a partir de la exclu-
sión que esa misma dinámica produce. Todo ello agravado por el uso arbitrario de
la fuerza y el poder del estado, el mismo que a la luz de nuestro estado de derecho
debería garantizar su libertad y protección.
Reco-
menda-
ciones
D e s ta pa n d o l a o l l a

Presentamos las recomendaciones en materia de política pública de la misma ma-


nera en que se estructura el documento. De tal manera que para cada análisis que se
hizo sobre los efectos de la intervención del 28 de mayo de 2016 en la zona conocida
como el Bronx, o la L, pueda rastrearse una serie de recomendaciones que elabora-
mos de manera conjunta entre CPAT y PARCES-ONG.

Seguridad, • Diseñar estrategias de seguimiento y veeduría de la Policía que permitan evitar


espacio público los abusos de autoridad, el uso desproporcionado de la fuerza y la corrupción que
se encuentra en el cuerpo policial.
• Crear estrategias de seguridad propias no policivas, que propendan a reconstruir
el tejido social y a establecer lazos de confianza en la comunidad.
• La recuperación del espacio público no puede significar el desplazamiento o la
estigmatización de una población. Las estrategias de cultura ciudadana, más allá
de establecer códigos de cumplimiento de la ley, pueden propender a cambios
culturales que llenen de significado el espacio público de una manera específica.
Incluir en las campañas sobre el espacio público y su recuperación la acción sin
daño, para que las propuestas y acciones de la Alcaldía no generen más situacio-
nes de violencia y discriminación de grupos históricamente vulnerados.
98 • Respeto de los protocolos existentes para llevar a cabo desalojos y recuperacio-
nes del espacio público, así como operativos contra organizaciones criminales.
La posibilidad de fugas de información no puede llevar a que la administración
prescinda de las entidades e instancias a cargo de garantizar los derechos funda-
mentales de la población que se encuentran en los lugares de las intervenciones.
• Establecer rutas de atención accesibles para un acompañamiento efectivo en de-
nuncias por violencias y delitos contra personas habitantes de la calle.
• Coordinar con universidades, observatorios y centros de investigación la genera-
ción de sistemas independientes de información y el análisis de la información.

Derechos humanos • La Alcaldía Mayor de Bogotá puede gestionar que el gobierno nacional, desde
el Sistema Nacional de Derechos Humanos y DIH, diseñe, implemente y haga
seguimiento a la política nacional para personas habitantes de la calle, y que sea
incluida en la política integral de derechos humanos y derecho internacional hu-
manitario
• No insistir en la revisión de la sentencia T-043 de 2015, dado que la misma da
garantías a los habitantes de la calle de no ser estigmatizados y obligados a entrar
en un proceso en contra de su voluntad. Esto es, garantiza el libre desarrollo de la
personalidad consagrado en la Constitución.
• La Policía Nacional debe disponer de recursos destinados a la creación de cam-
pañas y estrategias dirigidas a sus funcionarios para la eliminación del prejuicio
y la violencia hacia quienes habitan las calles.
R ec o m endaci o nes

• Crear protocolos de requisa con enfoque diferencial, de tal manera que cuando
se incurra en alguna contravención estos garanticen los derechos de las personas
habitantes de la calle y el no perfilamiento por su elección de vida.
• Diseñar rutas para que los ciudadanos habitantes de la calle puedan interponer
denuncias ante la institución por las situaciones de violencia policial. Asimismo,
poner en marcha un plan integral que garantice que las rutas y los protocolos
se adapten a las dinámicas cotidianas de los habitantes de la calle, establecien-
do mecanismos que garanticen el acceso a la información y participación de las
víctimas de violencia policial en los procesos disciplinarios contra los agentes de
policía, como una herramienta de transparencia en las actuaciones de la entidad.
• Destinar una sección dentro de la institución que sea referente para todo lo re-
lacionado con la habitabilidad en la calle y tenga la capacidad operativa para
atender casos de violencia, y que sea punto de enlace con la comunidad.
• El establecimiento de relaciones de poder horizontales: estimular reflexiones
acerca de las prácticas participativas en asuntos que se relacionen los intereses
de los ciudadanos habitantes de la calle y que hayan contribuido a transformar
sus realidades desde un enfoque que promueve relaciones pedagógicas basadas
en la horizontalidad.
• Crear desde la institucionalidad mecanismos de acompañamiento desde la socie-
dad civil, el ministerio público y las entidades a cargo, para garantizar el respeto
99 de los derechos de las personas usuarias de centros de atención para habitantes
de la calle. Tanto servicios sociales como de salud (superación del consumo), a
cargo del Distrito como tercerizados.
• Al ministerio público: la Personería Distrital, la Defensoría del Pueblo y la Pro-
curaduría General de la Nación deberían crear una mesa permanente de segui-
miento al habitante de la calle, con participación de la sociedad civil, sistema-
tizando, compartiendo información entre ellas, documentando las denuncias y
generando alerta a la administración distrital.

Política de • El Distrito, encargado de liderar la política pública para habitantes de la calle,


habitantes debe hacer un esfuerzo para crear varios modelos de intervención o tipos de ser-
de la calle vicios a los posibles beneficiarios. Hay diversos tipos y los modelos de atención
no todos son funcionales a todos los usuarios, lo cual quiere decir que no hay una
“fórmula mágica” que se adapte a todo, sino se necesita crear un abanico de posi-
bilidades que permitan tener en cuenta la gama de beneficiarios y así responder
mejor y de manera más eficiente a los retos que se imponen.
• Partir de las necesidades, intereses y potencialidades de la comunidad: que los
beneficiarios tengan la posibilidad de intercambiar, practicar y construir desde
sus particularidades y las de sus contextos, con la convicción de que todas y cada
una de las acciones orientadas a la generación de transformaciones se fundan en
los diferentes contextos de los que hacen parte.
D e s ta pa n d o l a o l l a

• Unir la reflexión y la acción: la propuesta invita a los beneficiarios a poner en


movimiento las iniciativas y propuestas experienciales, vivenciales y transfor-
madoras.
• Investigación y sistematización de procesos y prácticas: el proceso invita a los
beneficiarios a que construyan conjuntamente una propuesta que desde sus di-
námicas permita identificar y compartir aquellos aprendizajes y hallazgos que
surgen del desarrollo de acciones.
• El Ministerio de Salud debería expedir una circular con lineamientos para redu-
cir las barreras de acceso a la salud de los habitantes de la calle, con recursos de
las transferencias de la nación y propios de las entidades territoriales, que estas
utilizan para salud pública. De la misma manera, adelantar campañas dirigidas
a los funcionarios de salud y entidades prestadoras de salud, y al personal médi-
co-sanitario, administrativo y de seguridad, para la eliminación del estigma y los
prejuicios hacia las personas habitantes de la calle. Esto es, para el caso de pobla-
ción que es sujeto de especial protección del estado, como lo es la de los habitan-
tes de la calle, el sistema de salud debe garantizar una estrategia de prestación de
los servicios que no dependa del aseguramiento y contemple las especificidades
de esta población, así como el hecho de que la mayoría son usuarios de drogas.
• La Secretaría Distrital de Salud debe retomar estrategias de reducción de daños
para los habitantes de la calle usuarios de drogas, que permitan la prestación de
100 servicios de salud disminuyendo las barreras de acceso que para esta población
representa el sistema de aseguramiento en salud. Esto es, generar mecanismos de
bajo umbral que sean la primera entrada al sistema y contemplen las especifici-
dades que tiene una población de este tipo.
• Investigación sobre estrategias alternativas a la abstinencia para el tratamiento de
adicciones. Explorar con universidades, entidades del orden nacional, sociedad
civil y programas existentes en el mundo mecanismos que no se han implemen-
tado en el país: centros de consumo supervisado, salas de fumado, etcétera, que
generen evidencia para diseñar políticas y programas con usuarios de basuco.
• Generar mecanismos de seguimiento a la población que permitan garantizar el
derecho a la salud: acompañamiento jurídico, acompañamiento institucional, et-
cétera.
• La Secretaría de Integración Social debe generar espacios de desestigmatización
de la población habitante de la calle, que comienzan por trabajar en la represen-
tación social que ella misma tiene, según la cual si a los habitantes de la calle se
les dificulta la vida allí, se les presionará para abandonarla. Esto desconoce las
realidades de esa población y, sobre todo, la pone en una situación de mayor
vulneración de derechos, hasta el punto de “obligarla” a recibir servicios que des-
conocen por completo sus necesidades.
• La Secretaría de Integración Social, prestadora de los servicios de atención social
a los habitantes de la calle, debe implementar una estrategia de bajo umbral y
adaptada a la población, sin que se intente imponer un modelo de ciudadano a
quien accede a los servicios. Esto se logra modificando situaciones específicas de
sus centros:
R ec o m endaci o nes

–– Elaborar de manera participativa las normas, el desarrollo y la forma de los


centros de atención, para que se adapten a las dinámicas y contextos propios
de los ciudadanos habitantes de la calle.
–– Implementar estrategias de acción sin daño, para reducir las externalidades
negativas que se puedan presentar y evitar que se generen situaciones de dis-
criminación y exclusión hacia los habitantes de la calle.
–– Crear espacios de intimidad para los usuarios: tanto para parejas, encuentros
casuales, como espacios de soledad necesarios para reducir la presión que im-
plica entrar poco a poco al sistema de nuevo.
–– Desarrollar estrategias de pares remuneradas para trabajar varios enfoques,
entre ellos la reducción de daños: es la manera más eficaz para trabajar asuntos
de consumo. Se apela a lo afectivo, cognitivo y expresivo de los pares.
–– Hacer una revisión participativa de los manuales de convivencia aplicando el
modelo de reducción de daños. Los castigos que se imponen a los ciudada-
nos habitantes de la calle cuando hay una falta dentro de los centros pueden
truncar los procesos de las personas, generando sentimientos de rechazo a
la institucionalidad y rompiendo los lazos de confianza entre funcionarios y
comunidades.
–– Las normas de convivencia jamás deben estar supeditadas al consumo o
a estar bajo efectos de sustancias: elaborar las normas de convivencia con base
101 en la información veraz y sobre los comportamientos que verdaderamente al-
teran la armonía. Para esto es importante deconstruir los imaginarios entre los
equipos y los mismos usuarios que terminan por estigmatizar a los usuarios,
revictimizándolos
–– Identificar las dinámicas propias de los ciudadanos habitantes de la calle para
tener mayor acercamiento de las personas a la institución. Un ejemplo claro de
la falta de manejo de dinámicas propias de la población es la negación a tener
mascotas en los centros: muchas mujeres y hombres habitantes de la calle no
se acercan a las ofertas del Distrito porque no se les permite el ingreso con sus
animales.
–– Revisar los procesos de requisas (verificación) a los habitantes de la calle al
ingreso a los centros. Promover la autorregulación, sobre todo para espacios
de autocuidado. Si la requisa no puede eliminarse, concentrarla en armas más
que en sustancias y con un protocolo de charla, menos invasivo.
–– Incluir espacios de ocio con contenido cultural: no solo se hace deporte para
cambiar hábitos, sino que la recreación puede resignificar consumos, empe-
zando por los consumos culturales y actividades de ocio. Los espacios de aten-
ción deben proporcionar algo que no se encuentra en la calle, más allá de
exigencias o lo básico, sino espacios de encuentro con lo artístico y cultural
que vayan más allá de talleres o cursos, sino que se entretejan con el ocio.
Renovación • El territorio no solo es un lugar físico, es, ante todo, un entramado de relaciones
urbana y derecho sociales. Por tanto, cualquier proceso de transformación que respete las liber-
a la ciudad tades democráticas y las garantías individuales debe ser construido y concerta-
do con las comunidades afectadas, en desarrollo del principio de participación
vigente en nuestro ordenamiento jurídico para los procesos de ordenamiento
territorial.
• El desarrollo urbano promovido desde el estado debería responder fundamental-
mente al interés general, y en este sentido acoger de manera integral el principio
de reparto equitativo de cargas y beneficios, incluyendo la diversidad de agentes
y participantes afectados por los procesos de renovación urbana, lo cual incluye
pobladores actuales, propietarios de suelo e, incluso, población flotante que hace
uso del espacio urbano.
• La tendencia de las políticas urbanas en el mundo transita hacia el desarrollo de
la garantía del derecho a la ciudad como un derecho humano colectivo, lo cual
incluye la implementación de un urbanismo incluyente, respetuoso de la diver-
sidad, la igualdad de géneros, las poblaciones vulnerables, entre otras. Concepto
que debería ser acogido y desarrollado en la legislación urbana.
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D e s ta pa n d o l a o l l a

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Derecho de petición del Centro de Pensamiento y Acción para la Transición (CPAT), radi-
cado E-00002-201603133-SCJ
Derecho de petición formulado por la corporación CPAT, radicado 2017EE7221.
Derecho de petición Idiger, radicado 2017EE4159.
Derecho de petición radicado SAL-57336, de la H. R. Ángela María Robledo.
R ec o m endaci o nes

Derecho de petición Secretaría Distrital de Integración Social, radicado SAL-86127.


Derecho de petición, requerimiento, Secretaría Distrital de Salud, radicado 2017EE14174.
Informe de empalme Secretaría Distrital de Salud directiva 009 de 2015.
Proposición 012 de 2016 de H. R. Ángela María Robledo.
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----------. 2016a. “Mobilities at Gunpoint: The Geographies of (Im)mobility of Transgender
Sex Workers in Colombia”. Annals of the Association of American Geographers. 106 (2).
D e s ta pa n d o l a o l l a

----------2016b. “Exploring Social Inclusion Strategies for Public Health Research and
Practice: The Use of Participatory Visual Methods to Counter Stigmas Surrounding
Street-Based Substance Abuse in Colombia”. Global Public Health. 11 (5-6).
Sibley, D. 1995a. Geographies of Exclusion: Society and Difference in the West. Routledge.
Nueva York.
Torre, M. E. 2006. “Beyond the Flat: Intergroup contact, intercultural education and the
potential of contact zones for research, growth and development”. Manuscrito no publi-
cado. City University of New York.
----------. 2009. “Participatory Action Research and Critical Race Theory: Fueling Spaces for
Nos-otras to Research”. Urban Rev. 41.
Torre, M. E., M. Fine, con N. Alexander, A. B. Billups, Y. Blanding, E. Genao, E. Marboe, T.
Salah y K. Urdang. 2008. “Participatory action research in the contact Zone”. En J. Cam-
marota y M. Fine (eds.). Revolutionizing Education: Youth Participatory Action Research
in Motion. Routledge. Nueva York.

108
ANEXOS
D e s ta pa n d o l a o l l a

Anexo 1 Metodologías de campo

El trabajo de campo de CPAT presenta la siguiente ficha metodológica frente a las


entrevistas semiestructuradas a funcionarios (dos), exfuncionarios (uno) y habitan-
tes de la calle institucionalizados (dieciséis).

Enfoques metodológicos Cualitativo


Enfoques metodológicos
Métodos Estudio de caso60
(elaboración Giraldo, 2017)

Técnica Entrevista semi estructurada

Contexto de la investigación Investigación de campo

Intencionalidad del objetivo Exploratoria

Referente temporal Sincrónico

Dimensión cronológica Histórica

Fuentes de información Bibliográfica


110 Población Jóvenes de 14 a 28 años
Adultez de 29 a 59 años

Método utilizado hace referencia al estudio de caso, entendiéndose como “el estudio
de casos” un método de investigación cualitativa que se ha utilizado ampliamente
para comprender en profundidad la realidad social y educativa” (Barrio del Castillo,
González Jiménez, Padín Moreno, Peral Sánchez, Sánchez Mohedano y Tarín López).

Técnica implementada. En este proceso investigativo se recurrió a la a entrevista


semiestructurada, entendida como un proceso en el que el investigador “determina
de antemano cuál es la información relevante que se quiere conseguir. Se hacen pre-
guntas abiertas dando oportunidad a recibir más matices de la respuesta, permite ir
entrelazando temas, pero requiere de una gran atención por parte del investigador
60
Según Martínez Carazo, el estudio
de caso es una estrategia de inves- para poder encauzar y estirar los temas (actitud de escucha)” (Peláez, Rodríguez,
tigación dirigida a comprender las Ramírez, Pérez, Vázquez y González).
dinámicas presentes en contextos
singulares, la cual podría tratarse
del estudio de un único caso o de Para el caso de PARCES- ONG, el trabajo de documentación en territorio se desa-
varios, combinando distintos mé- rrolló a partir de una metodología cualitativa (en el marco de la investigaciónacción
todos para la recogida de evidencia participativa (IAP)) que combina diferentes métodos de recolección de datos y de
cualitativa y/o cuantitativa con el
fin de describir, verificar o generar inmersión: 1) observación ‘participante’; 2) entrevistas no estructuradas; y 3) gru-
teoría (174). Recuperado de http:// pos focales (uno con y uno sin enfoque de cartografía social).
www.udlap. mx/intranetWeb/
centrodeescritura/files/notascom-
pletas/estudiodeCaso.pdf. 1 de Observación “participante”. El equipo de Parces realizó salidas a las diferentes zo-
septiembre de 2016, 9:53 am nas donde fueron desplazados los ciudadanos habitantes de la calle (plaza España,
A ne x o 1

carrera 16 con calle 11, barrio Santafe, caño de la Sexta con carreras 43, 42 y 48,
barrios la Estanzuela y San Bernardo), con el objetivo de recolectar datos iniciales
sobre las dinámicas socioespaciales, usando el diario de campo como herramienta
de recolección. Durante estos recorridos se buscó también comenzar a hablar con
las personas que se encontraban en los diferentes espacios para informarles sobre
el proyecto, vincular a quienes estuvieran interesados, comenzar a crear confianza
entre las personas y el equipo y recolectar información inicial.

De acuerdo con este componente, la recolección de la información se basó en con-


versaciones informales con algunas de las personas que se encontraban en estos
lugares y con quienes se pudo establecer contacto para hablar sobre la intervención
y las dinámicas después de esta.

Aunque el término antropológico es “observación participante”, nuestro equipo ha


guiado su práctica etnográfica por el concepto de Ruth Behar “observación vulnera-
ble”: “(…) Our methodology, defined by the oxymoron ‘participant observation’, is
splits at the root: Act as a participant, but don’t forget to keep your eyes open” (Be-
har, 1996: 5). El equipo de IAP adopta el concepto de “observación vulnerable” en
todo su rigor, tanto en las prácticas, dinámicas y formas de ser durante el trabajo de
campo, como en el momento de reflexión y análisis del proceso. Esto se refleja en las
111 dinámicas y experiencias de equipo que tenemos como el compartir e intercambiar
espacios, el hecho de sentirse vulnerable en campo y la necesidad de poner atención
sobre cómo nuestras acciones en campo podrían llegar a vulnerar a los demás o a
nosotros mismos.

Entrevistas no estructuradas. Las veinte entrevistas no estructuradas se hicieron en


aquellos contextos en los que podía resultar incómodo o invasivo utilizar las herra-
mientas de entrevista semiestructurada o en los momentos en los cuales no se pla-
neó hacer entrevistas pero el contexto dio lugar a testimonios y conversaciones que
nos permitieron grabar en audio. En estas se exploraron experiencias individuales y
colectivas, sus testimonios e historias desde la intervención en la L, las experiencias
de violencia por la policía y por civiles, las historias sobre otras personas que se
encuentran desaparecidas y las dinámicas de desplazamiento.

Grupos focales. Se trabajó con dos grupos focales para discutir las experiencias
colectivas del desplazamiento y la violencia hacia la población de habitantes de la
calle. Desde la literatura se evidencia que la dinámica de grupo genera opiniones
diversas cuando se pone en comparación entre diferentes personas (Fern, 2001).

Grupos focales con componente de cartografía social. Se conformó un grupo focal en el


marco de la cartografía social con el fin de mapear la trayectoria de los desplazamien-
tos, empezando desde el primer desalojo del Bronx. Según las prácticas de la geografía
crítica y feminista, la cartografía social opera como una actividad de contramapeo
(counter-mapping) que permite visualizar el espacio y los sentimiento asociados desde
abajo y desde la perspectiva de comunidades históricamente marginaadas y vulnera-
das (Kwan, 2002). En la actividad con exhabitantes de la L, se hizo un grupo focal con
D e s ta pa n d o l a o l l a

cinco personas habitantes de la calle (mujeres y hombres), en el que se habló de los


lugares donde habían sido desplazados y qué tipos de violencia habían sufrido en cada
uno de los espacios. En este grupo focal la dinámica fue narrativa y de descripción
de las experiencias que cada uno de ellos habían experimentado. “A como estamos
abajo, nos hicieron formar en la pared, nos dieron a cada uno como de a tres palazos
para que nos moviéramos. Y en uno de esos palazos a un amigo, un socio, quedó ahí
desmayado, porque se lo pegó ahí en la mitad de la cabeza con el mango del bolillo”
(relato de grupo focal, 8 de septiembre de 2016).

En la segunda actividad se llevó a cabo un ejercicio de mapeo en el que habitan-


tes de la calle ubicaron el desplazamiento que vivieron, identificando las zonas, los
tiempos y el recorrido cronológico de los sucesos.

Sobre la IAP de PARCES. En Parces ONG utilizamos la filosofía de la IAP para


guiar todos los procesos de documentación e investigación crítica que realizamos
porque prioriza la generación de conocimiento desde las voces y los espacios de
la comunidad. Esta filosofía de vida pretende romper con la visión tradicional de
investigador/ investigado, para pensar en una relación de colaboración según la
cual se trabaja colectivamente con la finalidad de lograr cambios positivos en los
problemas de quienes sufren y viven los problemas (Fals Borda, 1998; Hill, 2007:
112 305). Generalmente, la teoría y el activismo se han construido a partir de las inter-
pretaciones que tienen del mundo aquellas personas que logran llegar a los lugares
de producción del conocimiento. La IAP no es una metodología de investigación,
es una posición ética frente al otro y frente a aquellas experiencias que no han sido
tomadas en cuenta en la construcción y producción del conocimiento académico
con el fin de catalizar procesos de justicia social. Otro objetivo de la IAP es romper
con la tajante división que existe entre la teoría y la práctica. Así, implica el compro-
miso de construir, de moverse desde la vivencia personal hacia la teoría y convertir
esto en acciones (Hill, 2007). Es no limitarse a estudiar el mundo sino a cambiarlo,
a construir un puente entre la academia y las comunidades y a enfrentar el mundo
desde una conciencia crítica y desde la energía de una nueva generación ‘sentipen-
sante’ en el sentido conceptualizado por Fals Borda en una entrevista poco antes de
su muerte (El Heraldo, 2008).

Muestra cualitativa de testimonios. En el proceso de entrevistas para la documenta-


ción de hechos violentos a nivel individual participaron veinte personas, incluyen-
do once hombres, cuatro mujeres y un hombre trans, cuyas edades estaban entre 19
y 60 años. En el primer grupo focal de testimonios en territorio participaron cinco
personas: tres hombres y dos mujeres. Y en el segundo grupo focal de cartografía
social, cinco: cuatro hombres y una mujer. Para complementar esta muestra cuali-
tativa se llevó a cabo una actividad de recolección grupal de testimonios, en la que
participaron dieciséis personas: doce hombres y cuatro mujeres.

Descripción de salidas de documentación en territorio. Para adelantar el proceso de


observación crítica, entrevistas no estructuradas y grupos focales, el equipo de te-
rritorio acompañó a la comunidad durante nueve meses en diferentes momentos y
A ne x o 1

espacios. Algunas salidas se hicieron durante el día para observar las intervenciones
de las entidades del estado, otras también se hicieron durante el día pero en contex-
tos más privados y protegidos, para poder realizar las entrevistas y grabar sin levan-
tar sospecha de las autoridades. Otras salidas se efectuaron durante la noche, para
documentar y observar las dinámicas de violencia durante los operativos violentos
contra los habitantes de la calle.

Para llevar a cabo el primer contacto con los habitantes de la calle que habían vi-
venciado el desalojo de la L nos acercamos como defensores de derechos humanos,
contando la necesidad de documentar las situaciones de violencia y negación de
derechos que se estaban viviendo. Durante los nueve meses de trabajo continuo
con habitantes de la calle tuvimos contacto61 con al menos setenta personas, en su
mayoría hombres habitantes de la calle, ya que la proporción de hombres y mujeres
es muy desigual: Así, por cada diez hombres había dos mujeres.

En el trabajo en territorio existieron diferentes dificultades a la hora de trabajar con


las poblaciones, puesto que las zonas donde los habitantes de la calle se encontraban
no eran muy seguras o accesibles.Ningún ser humano debería vivir en un caño o ser
obligado a permanecer en el interior del mismo.

113 Por otro lado, la Policía no recibió favorablemente la presencia de la organización, por
lo cual en varias ocasiones los investigadores recibimos amenazas y hostigamientos
que dificultaron el trabajo con los habitantes de la calle. Cuando nos presentábamos
como defensoras de derechos humanos, en el territorio, los policías nos decían, por
ejemplo: “Ustedes es que son drogadictas”, “Por eso es que las violan y después sí salen
llorando” (diario de campo de investigadora social de Parces ONG, 2016).

61
Por ‘contacto’ se hace referencia
a la comunicación directa con
mujeres y hombres habitantes de la
calle, ya sea para testimonios direc-
tos de violencia policial y estatal,
acompañamiento a centros de
salud o para generar lazos de con-
fianza y redes de seguridad. No fue
posible conversar a profundidad
con cada una de las personas que
se conocieron durante el trabajo,
por las dinámicas de la calle misma
y la situación particular, pero
reconocían el trabajo y al equipo.
Anexo 2 Glosario
La calle hablando

Bareto: nombre que se le da a la marihuana.


Becerra: nombre que se le da al parrillero de la moto de la Policía.
Cambuche: nombre que se le da a las estructuras que construyen los habitantes de
la calle con diferentes materiales para refugiarse.
Campaneros: personas que avisan la llegada de la Policía.
Canero: persona que permanece con frecuencia en la cárcel.
Combinado: un vaso de jugo y pan duro/arroz con lentejas/arroz con frijoles. Cues-
tan entre 200 y 500 pesos colombianos.
Femenina: policía mujer.
Gancho: nombre que se conoce para identificar los expendios de drogas según su
distribuidor.
Habitante de la calle: persona que hace de la calle su espacio permanente de vida.
114 La letra: forma de decirle a la zona conocida también con la L.
La perrera: nombre con el que se conoce el camión de la Policía que se utiliza para
transportar personas retenidas.
Maduro: dosis de basuco consumida con marihuana.
Mario, tombo, polocho o aguacate: nombres utilizados para identificar a los po-
licías.
Ñero: abreviatura de compañero (este término cambia según los grupos sociales).
Olla: espacio donde se vende y consumen sustancias psicoactivas.
Parca: nombre que se le da a la patrulla de la Policía.
Patio: lugares de integración social.
Pipa: artefacto para el consumo de basuco hecho de tubo de PVC, esfero, brillante
y caucho.
Pipazo: nombre que se le da a una dosis de basuco que se consume en una pipa.
Pirobo: palabra utilizada para ofender.
Pistolo: nombre que se le da al consumo de basuco dentro de un cigarrillo.
Raquetiar: robar.
Retaque: nombre que se le da a pedir monedas en la calle.
Vicio: se refiere a ciertas sustancias psicoactivas. Ya sea una vaina de basuco, un
tarro de pegante o un pipazo.
Anexo 3 Situación jurídica de los predios del Bronx a 28 de mayo de
2016, según Sistema Nacional de Registro

N° predio N° lote Manzana Lote Situación jurídica a 28 de mayo de 2016

1 1 7 001 Sin registro predial

2 2 002 Derecho de preferencia

3 3 003 Derecho de preferencia

4 4 004 Extinción de dominio sin adjudicar/derecho de preferencia

5 5 005 Extinción de dominio (SDIS)/derecho de preferencia

6 6 006 Derecho de preferencia

7 7 007 Derecho de preferencia

8 8 008 Derecho de preferencia

9 9 009 Extinción de dominio (SAE)/derecho de preferencia

10 10 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

11 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

12 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

115 13 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

14 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

15 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

16 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

17 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

18 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

19 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

20 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

21 010 Derecho de preferencia

22 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

23 010 Derecho de preferencia sin anotación en folio

24 11 8 001 Derecho de preferencia

25 12 002 Derecho de preferencia

26 13 003 Derecho de preferencia

27 14 004 Derecho de preferencia

28 15 005 Derecho de preferencia

29 16 006 Extinción de dominio (SDIS)/derecho de preferencia

30 17 007 Derecho de preferencia

31 18 008 Extinción de dominio (SDIS)


D e s ta pa n d o l a o l l a

N° predio N° lote Manzana Lote Situación jurídica a 28 de mayo de 2016

32 008 Extinción de dominio (SDIS)

33 008 Extinción de dominio (SDIS)

34 008 Extinción de dominio (SDIS)

35 008 Extinción de dominio (SDIS)

36 008 Extinción de dominio (SDIS)

37 008 Extinción de dominio (SDIS)

38 008 Extinción de dominio (SDIS)

39 19 009 Extinción de dominio (SDIS)/Derecho de preferencia

40 20 010 Derecho de preferencia

41 21 011 Derecho de preferencia

42 22 13 001 Derecho de preferencia sin anotación en folio

43 23 002 Derecho de preferencia

44 24 003 Derecho de preferencia

46 25 029 Derecho de preferencia


116 47 26 030 Derecho de preferencia

48 27 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

49 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

50 031 Derecho de preferencia/Extinción de dominio sin adjudicar

51 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

52 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

53 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

54 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

55 031 Derecho de preferencia sin anotación en folio

56 28 032 Derecho de preferencia

57 29 033 Derecho de preferencia

58 30 034 Derecho de preferencia sin anotación en folio

59 31 035 Extinción de dominio sin adjudicar/derecho de preferencia

60 32 036 Extinción de dominio (SAE)/Derecho de preferencia

61 33 037 Derecho de preferencia sin anotación en folio

62 34 038 Derecho de preferencia

63 35 039 Derecho de preferencia

64 36 040 Derecho de preferencia


A ne x o 3

Situación física y jurídica de los predios del Bronx a 26 de marzo de


2017, según Sistema Nacional de Registro y visita de campo

N° Manzana Lote Situación jurídica a 28 de Cambios en Estado físico


lote mayo de 2016 situación jurídica a a 26 de marzo
26 de marzo de 2017 de 2017

1 7 001 Sin registro predial

2 002 Derecho de preferencia Vacío

3 003 Derecho de preferencia Vacío

4 004 Extinción de dominio sin Demolido


adjudicar/derecho de
preferencia

5 005 Extinción de dominio (SDIS)/ Oferta de compra Demolido


Derecho de preferencia eru 29–12–2016

6 006 Derecho de preferencia Demolido

7 007 Derecho de preferencia Embargo de codensa Demolición


06–12–2016 inconclusa

8 008 Derecho de preferencia Demolición


117 inconclusa

9 009 Extinción de dominio (SAE)/ Oferta de compra Indeterminado


Derecho de preferencia eru 29–12–2016

10 010 Derecho de preferencia sin Habitado


anotación en folio

11 8 001 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

12 002 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

13 003 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

14 004 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

15 005 Derecho de preferencia Embargo IDU Habitado


28–09–2016

16 006 Extinción de dominio (SDIS)/ Demolición


Derecho de preferencia inconclusa

17 007 Derecho de preferencia Vacío

18 008 Extinción de dominio (SDIS) Oferta de compra Demolido


eru 29–12–2016
D e s ta pa n d o l a o l l a

N° Manzana Lote Situación jurídica a 28 de Cambios en Estado físico


lote mayo de 2016 situación jurídica a a 26 de marzo
26 de marzo de 2017 de 2017

19 009 Extinción de dominio (SDIS)/ Oferta de compra Demolición


Derecho de preferencia eru 29–12–2016 inconclusa

20 010 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

21 011 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

22 13 001 Derecho de preferencia sin Inscripción derecho Demolición


anotación en folio de preferencia inconclusa

23 002 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

24 003 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

25 029 Derecho de preferencia Vacío

26 030 Derecho de preferencia Vacío

27 031 Derecho de preferencia sin Vacío


anotación en folio – lote con
118 8 predios de los cuales 1 en
extinción de dominio

28 032 Derecho de preferencia Demolido

29 033 Derecho de preferencia Demolido

30 034 Derecho de preferencia sin Habitado


anotación en folio

31 035 Extinción de dominio sin Oferta de compra Demolición


adjudicar/derecho de eru 29–12–2016 inconclusa
preferencia

32 036 Extinción de dominio (SAE)/ Oferta de compra Demolición


derecho de preferencia eru 29–12–2016 inconclusa

33 037 Derecho de preferencia sin Inscripción derecho Demolición


anotación en folio de preferencia inconclusa

34 038 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

35 039 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa

36 040 Derecho de preferencia Demolición


inconclusa
Destapando la olla: informe Sombra
sobre la intervención en el Bronx
se terminó de imprimir en el mes de mayo de 2017
en los talleres de Impresol ediciones
Bogotá, Colombia

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