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BE ss mansion det capi ingle, propiedad de una hermosa y rica viuda, se ha cometido un robo: un valioso reloj de oro, que pertenecia a la familia hacia ya varias generaciones, fue sustraido de la aja de seguridad. El Dr, Watson, después de realizar arduas investigaciones —apli- cando las técnicas aprendidas durante sus andanzas con su famoso socio y de las cuales no nos quiso revelar nada—, leg ala conclusi6n de que John, el mayordo mo, y Elizabeth, el ama de Haves, eran las ‘inicas personas que pudieron haber co- metido el hurto, Ademas de eso, con res pecto al dia en que se llevé a cabo el deli to, pudo establecer lo siguiente: 1, SiJohn sirvié el desayuno a Tas 8:00 horas, entonces estuvo en el pucblo toda la tarde. 2, Si Elizabeth lav6 la ropa el dia an- terior, entonces permanecié todo el dia en la casa. 8, Si John sirvié el desayuno a las 8:00 horas, entonces él fue el autor del robo. 4, Si Elizabeth no lav6 la ropa el dia anterior, entonces ella fue la autora del robo. Después de investigar durante un par de dias, Watson estaba completamente seguro de los siguientes hechos: 1. John estuvo en el pueblo toda la, tarde. IL Elizabeth se ausent6 varias horas de la casa. Con tal informacién, el Dr. Watson pudo determinar quién era el culpable, ppor lo cual fue posible aprehenderlo y obligarlo a devolver el reloj. Este breve relato resultard un sencillo jercicio de légica proposicional para los Iectores que estén familiarizados con el tema; sin embargo, hay quienes conside- ran estos temas, y a las matematicas en general, como algo demasiado abstruso ‘© incomprensible, con el consiguiente desagrado hacia esta ciencia. Este rechazo hacia las mateméticas ra- dica en buena parte en la incompren- sin del Ienguaje y los métodos que en ella se utilizan. En este trabajo conside- raremos algunos aspectos de la precision Wo. 39 ENERO-MARZO 1994 ¢Quién robo el reloj? Algo de logica matematic JOSE LU S ALVAREZ GARCIA cen el lenguaje matemético que, si bien ¢s cierto que resulta sumamente restrin- gido, evita problemas de ambigiedad en sts expresiones. Ademas, la precision es fundamental en la elaboraci6n de las teorfas mateméticas. En tal sentido, las matematicas utili zan unos elementos de construccién que se denominan “proposiciones”. Estas tie- nen una propiedad muy dtil, que es la de satisfacer una, y solamente una, de las siguientes condiciones: son verdaderas 0 son falsas. A partir de relaciones entre proposiciones simples, podemos cons- truir nuevas proposiciones que, como tales, cumplen también con la propie- Ladana de bg re Nb No. 33 EMERO.MARZO 1994 dad de ser verdaderas o falsas. Dos rela- ciones muy importantes entre las propo- siciones son la de implicacién y la de equivalencia, ya que los axiomas y teore- ‘mas de las matemiticas tienen dichas es tructuras. Larelacién de implicacién entre dos proposiciones Si tenemos dos proposiciones involuera- das, py q y consideramos sus valores de verdad, hay 4 casos posibles: p verdadera y q verdadera; p verdadera y q falsa; p falsa y q falsa; p fala y q verdadera. La proposicion ‘p implica q” es ver- dadera si es imposible que se dé el caso p verdadera y q falsa. (Es importante el orden, ya que es diferente “p implica q” a “q implica p"). Esto es, si“p implica q” es verdadera, solo se pueden dar, a lo més, los otros tres casos. Pongamos un ejemplo sencillo, Sean las proposiciones p y q definidas ‘como sigue: pr ‘Juan nacié en la Repiiblica Mexi- cana’ 4g; “Juan nacié en la ciudad de Méxi- co’. ‘Veamos cuiles casos pueden ocurrir. Si Juan nacié en la ciudad de México, pes verdadera y q también. Si Juan no naci6 en la Repablica Mexicana, p es falsa y q también, Pero si Juan nacié, por ejemplo, en Veracruz, p es verdadera y q es falsa. Este Gltimo caso (p verdadera, falsa) es el que determina que la propo- sicién “p implica q” es falsa. En este ejemplo vemos que los casos posibles son: p verdadera y q verdadera; p verda- dera y q falsa; p falsa y q falsa. Notese que si Juan no nacié en la Replica Me- xicana es imposible que q sea verdadera (no se da el caso: p falsa, q verdadera).. Ya dijimos anteriormente que el or den de las proposiciones py q es impor- tante, La proposicién “p implica q” en este caso es falsa, gcomo es la proposi- cin “q implica p? Segin la definicién de la relacién de mplicacién esta es verdadera si es impo- sible que la proposicin de la izquierda (también llamada hipdtesis) sea verdade- ra y la proposicién de la derecha (tam- bién llamada tesis) sea falsa. En este ejemplo que estamos analizando, ya vimos que es{mposible que p sea falsa y q verdadera. For lo tanto, si nos referi- mos a la proposicién “q implica p”, es co ene! @ imposible que la hipétesis sea verdadera y la tesis falsa, Esto es, la proposicién “q implica p” es verdadera. Resumiendo el ejemplo que nos ocu- pa, tenemos que “p implica q” es falsa, pero “q implica p" es verdadera. En otras palabras: siJuan nacié en la Rept blica Mexicana, eso no implica que nacié en la ciudad de México; pero si Juan nacié en la ciudad de México, eso si implica que naci6 en la Repiiblica Me- xicana, ‘Veamos ahora, para finalizar con la implicacién entre proposiciones, algo sobre la nomenclatura en tomo a ella, Para referirse a la implicacién entre dos proposiciones se utiliza el simbolo “se "De esta manera, “paeq” se lee: *p implica q’. Es importante sefialar que en los textos se hace referencia a la implica cin de muy diversas maneras, algunas de las cuales son las siguientes: ‘implica q’ —"q ¢s implicada por p*. "Sip, entonces q” —"pes condicién suficiente para que se cumpla q” —"q es condiciGn necesaria para que se cumpla p”. En el ejemplo mostrado vimos que la implicacién entre p y q solamente era verdadera en un sentido, veamos ahora qué ocurre cuando la implicaci6n es ver- dadera en ambos sentidos. Larelacién de equivalencia entre dos proposiciones Si la implicacién “pq” es verdadera y también la implicaci6n “q=2p", se dice ‘que py q son equivalentes. Supongamos que “p=eq” es verdade- ra, por lo tanto solo pueden ocurrir, a lo mis, los siguientes casos: p verdadera y q verdadera; p falsa y q falsa; p falsa y q verdadera. Ahora bien, si queremos que “q=>p” también sea verdadera, no debe ocurrir el iiltimo de estos tres casos (p falsa y q verdadera). Por lo tanto, para que la im- plicacién se cumpla en ambos sentidos (“p=eq’ y “a=2p"), 10s finicos casos posi- bles deben ser: p verdadera y q verdade- ra; p falsa y q falsa, En otras palabras, para que py q sean equivalentes, deben tener siempre los mismos valores de ver- dad (las dos verdaderas o las dos falsas). En el ejemplo considerado en la seccién anterior la proposicién “p=>q” es falsa, ‘pero la proposiciOn “q=>p" es verdadera, sea que p yq no son equivalentes. Esto s, decir “Juan nacié en la Repiiblica Me- xicana” no es equivalente a decir “Juan nacié en la ciudad de México”, y vicever- sa. Veamos ahora un ejemplo sencillo en 1 que las proposiciones p y q sf son equivalentes: “Hoy es lunes”, “Mafiana es martes”, Si la proposicién p es verdadera, es ‘imposible que la proposici6n q sea falsa. Asi también, si p es falsa, es imposible que q sea verdadera. Por lo tanto, los ‘inicos casos que pueden ocurrir son: p verdadera y q verdadera; p falsay q falsa. O sea, que se cumplen simulténeamente las proposiciones “p=eq" y “q-ep” 0, en otras palabras, p y q siempre tienen el mismo valor de verdad (ambas son ver- daderas o ambas falsas). Tenemos, en- tonces, que py q son equivalentes. Si dos proposiciones, p y 4, son equi- valentes, se cumple la implicacién en el sentido “=>” y también en el sentido se". Por esta razén, la relacion de equi- valencia 0 de doble implicacién entre dos proposiciones se denota con et sim- bolo “=”. La proposicion “peoq’, que se lee: “p | ‘es equivalente aq’, es mencionada de di- ferentes maneras en los textos, algunas de las cuales se muestran a continuacién: pes equivalente aq”. —psiysolosiq’. —*p es una condicion necesaria y sufi- ciente paraq”. —"q €s una condicién necesaria y sufi Gente para p* —"p implica yes implicada por q’. —p implica q, y reciprocamente”. No ¢s la intencién de estas ineas de- sarrollar de manera precisa y exhaustiva cl tema de la logica proposicional, sino ‘inicamente mencionar aspectos funda- ‘mentales del lenguaje de las mateméti- cas, € invitar al lector a que consulte a {guno de los libros que sefialamos al final para un estudio més amplio y sistematico de las relaciones entre proposiciones. Con este propésito, presentamos unos ejercicios un poco mas elaborados me- diante los cuales ejemplificamos tales re- laciones, y que nos ayudardn a entender ‘como resolvid el Dr. Watson el caso del reloj robado. Ejemplo I Se tiene un conjunto de tarjetas con las siguientes caracteristicas: en el anverso tiene una letra A o una B y en el reverso evan diagonales 0 cuadros. ‘Alguien revisa todas las tarjetas y ene cuentra que: Todas las que tienen una A en el an- verso, tienen cuadros en el reverso. (Notese que esta proposicién tiene la forma “si tiene una A en el anverso, en- tonces tiene cuadros en el reverso”, 0 en otras palabras, “una A en el anverso im- plica cuadros en el reverso”). Con este hecho, gc6mo son las si- guientes proposiciones: verdaderas, fal sas o falta informacién? 1. Si tiene cuadros en el reverso, enton- ces tiene una Aen el anverso, No. 33 ENERO-MARZO 1994 2.Si tiene una A en el anverso, entonces tiene diagonales en el reverso. 3. tiene cuadros.en el reverso. 4. Si tiene una Ben el anverso, entonces tiene diagonales en el reverso. 5, Si tiene diagonales en el reverso, en- tonces tiene una Aen el anverso. 6. Si tiene diagonales en el reverso, en- tonces tiene una B en el anverso. 7. Si tiene cuadros en el reverso, enton- ces tiene una B en el anverso. 8. Sitiene una A en el anverso, entonces tiene cuadros en el reverso. Se tienen tarjetas con una Ao una B cen el anverso y cuadros 0 diagonales en el reverso. En general pueden existir 4 tipos de tarjetas: A en el anverso y cua dros al reverso; A en el anverso y diago- nales al reverso; B en el anverso y cua- dros al reverso; B en el anverso y diagonales al reverso. De acuerdo con la informacién obte- rida al revisar las tarjetas, sabemos que todas las que tienen una Aen el anverso tienen cuadros al reverso. Esto significa que no puede haber tarjetas con A en el anverso y diagonales al reverso. También hay que darnos cuenta de que la infor- maci6n obtenida nos dice “una A en el anverso implica cuadros al reverso”, ppero no nos da informacién sobre “cua: dros al reverso implica una A en el an- verso”. Esto es, “una A en el anverso” y “cuadros al reverso” no son equivalentes, pues pueden existir tarjetas con cuadros al reverso, pero con una Ben el anverso. Por lo tanto, puede haber 3 tipos de tar- Jjetas: A en el anverso y cuadros al rever- 0; Ben el anverso y cuadros al reverso; Ben el anverso y diagonales al reverso. Gon estas consideraciones, veamos ahora cémo son las proposiciones 1-8. i tiene una B en el anverso, entonces lord sbtaro de trl Pak Abel Quezada Wo. 33 ENERO-MARZO 1994 Respecto a la proposicién 1, falta in- formacién, ya que sabemos que todas las que tienen A en un lado tienen cuadros en el reverso, pero puede suceder que ‘haya tarjetas con cuadros detrés y una B al frente. La proposicién 2 es falsa, ya ‘que ‘todas las que tienen A en el anverso, tienen cuadros en el reverso. En la pro- posicién $ falta informacién, ya que esta combinacién es posible, pero también cexisten tarjetas con una B en el anverso yy diagonales detrés, En la 4 también falta informacién, por la misma razén que en la 8. La proposicién 5 es falsa, ya que sa- bemos que todas las que tienen una A cen el anverso llevan cuadros en el rever- so. La 6 es verdadera, ya que si tiene dia- gonales en el reverso, sabemos que no puede tener una A.en el anverso, Para la ‘falta informacién, ya que existe esa po- sibilidad, pero ademas sabemos que todas las que tienen A en el anverso, también tienen cuadros detrés. La 8 5 verdadera, pues fue verificada directa mente, Ejemplo ‘Ahora tenemos tarjetas que en el anver- so tienen un 1 o un 2, yen el reverso son negras o blancas, ‘Una persona revisa todas las tarjetas y encuentra que: i, Todas las tarjetas que tienen un 1 cen el anverso, son negras al reverso. ‘Todas las tarjetas que son blancas al reverso, tienen un 2 en el anverso. sCaudles de las siguientes proposicio- res son falsas 0 verdaderas y en qué casos falta informacion? 1. Si tiene un I en el anverso, entonces ces blanca al reverso. 2 Si tiene un 1 en el anverso, entonces ces negra al reverso. 3, Si es negra al reverso, entonces tiene un Len el anverso. 4, Si tiene un 2 en el anverso, entonces ces negra al reverso. 5. Si tiene un 2 en el anverso, entonces cs blanca al reverso, 6. Si es blanca al reverso, entonces tiene 1 | negra un Zen el anverso. 7. Si es negra al reverso, entonces tiene un 2en el anverso. 8, Si es blanca al reverso, entonces tiene un Ten el anverso. En este ejemplo, las tarjetas pueden tener en el anverso un 1 0 un 2, yen el reverso son negras 0 blancas. En general pueden darse las siguientes posibilida- des: un 1 en el anverso y negra al rever- so; un 1 en el anverso y blanca al rever- so; un 2 en el anverso y negra al reverso; ‘un 2en el anverso y blanca al reverso. Segiin la proposicion i, al revisar las tarjetas se encuentra que todas las tarje- tas que tienen un 1 en el anverso, son negras al reverso, Esto elimina la posibi- lidad de que haya tarjetas con un 1 en el anverso y blancas al reverso, pero pue- den aparecer las otras tres posibilidades. También al verificar las tarjetas, segtin la proposicién ii, se encuentra que todas ls tarjetas que son blancas al reverso, tienen un 2 en el anverso, Esto climina la posibilidad de que haya tarje- tas blancas al reverso con un 1 en el an- ‘verso, pero persisten las otras $ posibil- dades. ‘Vemos, entonces, que las proposicio- nes i ii nos dan exactamente la misma informacién: que no puede haber tarje- tas con un I en el anverso y blancas al reverso. Estas dos proposiciones son equivalentes entre si y hubiera bastado con la informacién proporcionada por cualquiera de ellas. Las tarjetas posibles cen este ejemplo son: un 1 en el anverso y negras al reverso; un 2 en el anverso y negras al reverso; un 2 en el anverso y blancas al reverso. ‘Nuevamente, con estas consideracio- nes, veamos cémo son las proposiciones 18 del ejemplo TL i | 2 | |negra 2 | |blanca a proposicin 1 es falsa ya que sabe- mos que todas las que tienen un 1 en el anverso, son negras al reverso. La ntime- ro 2 esverdadera ya que fue verificada di rectamente. En la proposicin $ falta in- formacién, ya que también puede suceder que haya tarjetas megras con un en el anverso. En la proposicion 4 tam- bién falta informacién, porque pueden cexistir tarjetas con un 2 en el anverso y ser negras o blancas al reverso. En la pro- posicion 5 falta informacién por la misma razén que en la proposicion 4, La proposicion 6 es verdadera, pues fue veri ficada directamente. En la proposicién 7 ' falta informacién, ya que puede haber tarjetas negras al reverso y con un Io un. 2 en el anverso. La proposicion 8 es fala, ya que sabemos que todas las que son blancas al reverso tienen un 2 en el ant verso, Ejemplo Itt Se tiene ahora un conjunto de tarjetas que cen el anverso tienen un circulo o un trin- c ENCIAS © Na, 33 ENERO-MARZO 1994 szlo, yen el reverso son rojas o verdes. Se revisan las tarjetas y se encuentra que: a. Todas las que tienen un circulo en cl anverso, son rojasal reverso. », Todas las que tienen un triéngulo ‘en el anverso, son verdes al reverso. Nuevamente, cusles de las siguientes proposiciones son verdaderas, cuales son falsas yen dOnde fata informacion. 1. Si es verde al reverso, entonces tiene un trigngulo en el anverso. 2, Sies roja al reverso, entonces tiene un tridngulo en el anverso. 8. Si es verde al reverso, entonces tiene | un circulo en el anverso. 4, Si tiene un triéngulo en el anverso, entonces es roja al reverso. 5, Sies roja al reverso, entonces tiene un irculo en el anverso. 6. Si tiene un tridngulo en el anverso, centonces es verde al reverso, 7. Si tiene un circulo en el anverso, en- tonces es rofl reverso 8, Si tiene un cfrculo en el anverso, en- | tonces es verde en el reverso. En general, as combinaciones posibles son: circulo en el anverso y roja al reverso;, triéngulo en el anverso y oj. reverso; crew To en el anverso y verde al revers; triéngulo enclanvenso yverde al revero. Al revisarlas se encuentra que todas las que tienen un circulo en el anverso, son rojas al reverso. Esto elimina la posi- bilidad de que haya tarjetas con un cir- cculo en el anverso y verdes al reverso. ‘También, al revisarlas encontramos aque todas las que tienen un tingulo en el anverso, son verdes al reverso. Esto, a su vez, elimina la posibilidad de hallar Yo. 32 ENERO.MARZO 1994 tarjetas com un tningulo evel anverso y | A diferencia del ejemplo II, aqu‘ la informacion dada por ay b no es equiva- lente, sino que més bien se complemen- ta para determinar que los Gnicos casos son: circulo en el anverso, rojas al rever- so; triingulo en el anverso, verdes al re- verso. (ver figura inferior) De aqui podemos concluir que la pro- posicién “tiene un efrculo en el anverso” es equivalente a “es roja al reverso” y la proposicin “tiene un triéngulo en el an- verso” es equivalente a “es verde al rever- 50°. 0, en otras palabras, “iene un circue lo en el anverso si, y s6lo si, es roja al reverso” y “tiene un tridngulo en el an- verso si, y slo si, es verde al reverso”. Como un sencillo ejercicio para el lector le pedimos que determine los va- lores de verdad de las proposiciones 1-8 de este tltimo ejemplo. Observari, ade- ‘mas, que en ningtin caso falta informa- ci6n, pues las proposiciones a y b nos dan toda la necesaria. A continuacién, veamos cémo resol ‘6 el caso el Dr. Watson. Antes que nada, notemos que las pro- posiciones I-4 de nuestra historia son re- laciones de implicacién no de equivalen- cia. Asi, entonces, la proposicién 1 nos dice que si [ohn sirvié el desayuno a las rojas al re ia ~ 8:00 horas, entonces estuvo en el pueblo toda la tarde. Sabemos a ciencia cierta que John estuvo en el pueblo toda la tarde (proposicién 1), pero como no son relaciones de equivalencia no podemos asegurar, a partir de esto tiltimo, que John sirvié el desayuno a las 8:00 horas. Y por la proposicién 3 no podemos ase- gurar que él haya sido el autor del robo. Luego sabemos, a ciencia cierta, que Elizabeth se ausent6 varias horas de la casa (proposicién II); entonces ella no permanecié todo el dia en la casa y, por la proposicién 2, podemos afirmar que Elizabeth no lavé la ropa el dia anterior. Ahora, utilizando la proposici6n 4, po- demos conctuir que ella fue la autora del robo. Como nuestro propésito ¢s que el lec- tor entienda perfectamente cémo resol- vi6 el caso el Dr. Watson y que este articu- Jo cumpla su objetivo que es el de ayudar tun poco a entender cémo operan algu- nos de los métodos de las matemiticas, repasaremos el proceso con mas detalle. Las proposiciones 1-4 de nuestra his toria son relaciones de implicaci6n ver- daderas; por lo tanto, para cada una de cllas puede ocurtir alguna o algunas de las tres posibilidades validas para la im- plicacién (verdaderaverdadera, falsa- falsa, falsaverdadera).. Sabemos a ciencia cierta que John estuvo en el pueblo toda la tarde (pro- posicién I); esto es, la tesis de la propo- sicién 1 es verdadera. Recordando los tres casos posibles para la implicacién, la hipotesis de 1 (“John sirvi6 el desayu- no a Tas 8:00 horas"), puede ser verda- dera o falsa. Por lo mismo, la tesis de la proposicién 3 (“él fue el autor del robo"), puede ser verdadera 0 falsa, y asi no podemos saber si él cometié el delito. Por otro lado, también sabemos, sin ugar a dudas, por la proposicién TI que dlizabeth se ausent6 varias horas de la asa, Por lo tanto, la tesis de la propos ‘gn 2 es falsa, Escogiendo de los tres asos posibles para la implicacién, onde la tess sea falsa solo hay un caso "es aquel en el que la hipétesis también +s alsa (el caso falsafalsa); por lo tanto, a hipotesis de la proposicién 2 ("Bliza- eth lav6 la ropa el dia anterior") es alsa, siendo verdadera la proposicién Elizabeth no lavé la ropa el dia ante- ‘ior”. Ahora, tomando la proposicion 4, ‘emos que el ‘nico aso en que la hipé- esis es verdadera, es el caso verdadera- verdadera, esto ¢s, la proposicién “ella jue la autora del robo" es verdadera. Es asf, entonces, como el Dr. Watson rall6 al culpable, Por cierto, una vez recu- >erado el reloj, la bella viuda le manifest6 1 Watson que no sabia c6mo darle las gra- y lo invito a pasar el fin de semana ‘on ella en su casa de campo. Por su parte, el Dr. Watson acepté, y una ver alli >udo mostrarle a la hermosa mujer varias naneras mediante las cualles ella pudo racer patente su agradecimiento... @ Bibliografia |. Ferrater Mora J.y H-Leblank,Lépica matendtica, Fondo de Cultura Econémica, México. 2. Fregowo, A, Las elemento da lengua dea mates ica, ceneat, Mico, 1974 3, Zubieta Rus ., Manual de ig pra estudion ede matentias, Bit. Trilla, México José Lain Alvares Garcia: Departamento de Fi sic, Faculad ce Ciencias, 0 roja o> a verde

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