Si llevé a otros a pecar por mal ejemplo o por “De estos y de todos los pecados de mi vida me

invitación. arrepiento de todo corazón, quiero enmendarme y

Si mostré videos o imágenes contrarias a la moral
a otras personas.
Si miré a alguien con intenciones impuras.
pido perdón de mis culpas. Me arrepiento también de
todos los pecados de los cuales no tengo memoria ni
conocimiento”.
El Sacramento
Si hice gestos o dije palabras contrarias a la
castidad. Acto de Contrición

“Mi Padre y mi Dios, reconozco con mucho dolor

de la Confesión
Del respeto a mí mismo:
que pequé. Yo Os ofendí, Oh mi Redentor y merecí
Si tuve conciencia de que mi cuerpo es un vuestros castigos. Por María, Madre Mía y Madre
“Templo del Espíritu Santo” y tomé alguna actitud Vuestra, declaro que no quiero pecar más. Por Ella Os
contraria a ese altísimo don que poseo. pido perdón.
Si consentí en mirar o pensar cosas contrarias a
la castidad.
Si conversé, o vi cosas contrarias a la castidad
(TV, Internet, celular, etc.).
Si dejé de huir de los deseos de cosas contrarias a
la castidad.
Si cometí actos impuros (solo, con otras personas,
solteras o casadas).
Si he huido de las ocasiones de pecado.
Si usé ropas indecentes. Ahí tienes a tu Madre. (Jn 19,27)
Si participé de diversiones contrarias a la
castidad. Oración a la Santísima Virgen
Si traicioné, aunque sea por pensamientos o
deseos, a mi esposa (mi esposo). ¡Oh Madre bondadosísima! No me olvides cuando
Si deseé o busqué mi muerte. yo Os olvide, no me abandones cuando yo Os abandone;
Si caí en el vicio del juego o algún otro vicio. seguidme con Vuestra celestial mirada y llamadme
Si cometí el pecado de gula comiendo o bebiendo, cuando me aleje de Vos; buscadme cuando me esconda;
en exceso o embriagándome. id a mi encuentro cuando huya, atadme cuando yo Os
Si fui egoísta, orgulloso o vanidoso, llamando la resista; domadme en caso de que me levante contra
atención sobre mí, o mirándome demoradamente en Vos, levantadme cuando caiga y reconducidme por
el espejo con la intención de autocontemplarme. Vuestro camino cuando me extravíe. Así sea.
(Plinio Corrêa de Oliveira)
Si fui envidioso, entristeciéndome con las
cualidades o bienes de mi prójimo. Heraldos del Evangelio Venid a mí todos los que estáis
Acusación de las faltas
fatigados y sobrecargados, y yo os
contactos@heraldos.sv
daré descanso (Mt 11,28)
Terminada la enumeración de los pecados, diga Tels: 2121-9292 / 7584-5100
al confesor:

Él ha sido herido
por nuestras
rebeldías, molido
por nuestras
culpas. Por sus
llagas hemos sido
curados” (Is 53,5)
Para hacer una buena confesión es necesario
- Tener confianza en el perdón de Dios.
- Examinar cuidadosamente la conciencia.
- Tener dolor y arrepentimiento de los propios
pecados.
- Hacer el propósito de, con el auxilio de la gracia de
Dios, nunca más cometerlos.
- Decir los propios pecados al confesor, sin esconder
ninguno, evitando divagaciones.
- Especificar, en relación con los pecados graves,
cuanto sea posible, su número.
- Cumplir la penitencia impuesta por el confesor.
Examen de Conciencia
Recójase en silencio, en la presencia de Dios:
“Dios mío y Señor mío, me preparo para recibir el
santo sacramento de la Penitencia, ilumina mi espíritu,
a fin de que yo conozca claramente el número y la
gravedad de mis pecados, de ellos me arrepienta y los
confiese a vuestro ministro con verdadero dolor y firme
propósito de nunca más volver a ofenderos. Amén “.
De mi relación con Dios:
Si he rezado a diario, y rezo con devoción.
Si perdí la esperanza en Dios, sobre todo en las
dificultades.
Si reclamé de la voluntad de Dios en las
dificultades.
Si dejé de ir a la Misa los domingos y días de
precepto.
Si dejé de comulgar por ocasión de la Pascua.
Si pasé mucho tiempo sin buscar el Sacramento
de la Confesión. ¿Cuánto tiempo?
Si trabajé los domingos y días de guardar sin
causa justa.
Si llegué atrasado por culpa propia a la Misa.
Si he prestado atención y ha tenido la debida
compostura durante la Misa y dentro de la Iglesia.
Si usé ropa indecorosa, sobre todo para ir a la
Iglesia o casas religiosas (seminarios, monasterios,
conventos, etc.).
Si escondí algún pecado grave en la Confesión
por vergüenza u otro motivo, o me confesé sin tener
dolor de los pecados.
Si he pecado, pensando que después me confieso
fácilmente, abusando así del perdón de Dios.
Si he comulgado estando en pecado grave.
Si dejé de guardar el ayuno y la abstinencia de
carne en los días prescritos por la Santa Iglesia.
Si he sido infiel a la Religión, dudando de la Fe,
leyendo escritos o viendo programas de televisión
contrarios a la doctrina católica.
Si tuve vergüenza de manifestar mi fe católica.
Si dejé de ayudar a la Iglesia en sus necesidades,
incluso materiales, como el diezmo, por ejemplo,
teniendo condiciones para ello.
Si frecuenté otras religiones, sectas o prácticas
supersticiosas, como magia, hechizos, adivinos, etc.
Si pronuncié el nombre de Dios, de María
Santísima o de los santos, sin respeto.
Si juré por Dios o juré falso.
De mi relación con el prójimo:
Si falté el respeto o desobedecí a mis padres y
superiores.
Si ofendí a mi prójimo y si la ofensa fue grave.
Si fui descuidado en la educación de mis hijos y
si no me empeñé en transmitirles la Fe Católica.
Si dejé de corregirlos o les di mal ejemplo.
Si traté mal a mi esposa (mi esposo).
Si he hablado o pensé mal de alguien.
Si dije palabras injuriosas o vulgares.
Si dije mentiras, leves o graves, y si he perjudicado
al prójimo con ellas.
Si comenté defectos o faltas del prójimo sin
necesidad.
Si hice intrigas o calumnié a alguien en asuntos
graves.
Si me irrité, esparcí calumnias o maltraté a
alguien y si rechacé reconciliarme guardando rencor.
Si deseé o cometí venganzas.
Si deseé el mal o la muerte a alguien.
Si agredí físicamente a alguien, o maté a alguien.
Si utilicé medios inmorales para “controlar” el
embarazo.
Si cometí aborto, o ayudé de alguna manera
a alguien a abortar. [La Santa Iglesia enseña que el
aborto provocado, cualquiera que sea el método,
es un pecado gravísimo que lleva consigo la pena
canónica de excomunión para quien lo realiza y para
todos los que en él toman parte conscientemente.]
Si me gozaba con la desgracia de mi prójimo.
Si descuidé mis deberes de estado (familia,
trabajo, estudios).
Si codicié los bienes ajenos.
Si robé algo (cuál es el valor), y si ya lo restituí.
Si compré cosas robadas, y si todavía las tengo
conmigo.
Si cause un perjuicio grave a alguien, moral o
financiero. ¿Aún no restituí el honor ajeno o el valor?
Si pedí prestado y no devolví.