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ee ae ee CAPITULO YI LA TRINIDAD I. Revevacton pe La Docrrina vE LA Triniap La doctrina de la Trinidad no se revela por la ciencia, ni por lafiloso— fia, ni por ninguna analogfa en Ja naturaleza; todo lo que sabemos de esta doctrina es una pura revelacién directa de Dios. Por lo tanto nuestra de- pendencia esté Gnicamente en las ensenanzas de las Sagradas Escrituras, La unidad de Dios, como ya hemos visto, se ensefia por las. mismas Escri- tura’ a la vez en las mas correctas ideas de Dios no cabe lugar para otras divinidades fuera de él. Pero en la unidad de Dios, en el seno del Dios tinico o del ser Dios, se revelan distinciones personales. Estas dis- tinciones personales se expresan con toda claridad en el Nuevo Testamen- to. Ala vez hay algunas indicaciones de la pluralidad de personas en. Dios en el Antiguo Testamento, En el mismo Dios 0 en Ia unidad divina tenemos las distinciones de Padre, Hijo y Espiritu Santo. No debemos pen- sar que es e] mismo Dios, algunas veces manifestAndose como Padre, otras como Hijo y otras como Espiritu Santo, como algunos se han imaginado; ni debemos tampoco pensar que estos son meros atributosde Dios, 0 que en el seno de Dios existe el atributo o las caracterfsticas de un Padre, de un Hijo, y que la influencia divina, sea del Padre o del Hijo, se exprese con el nombre de Espfritu Santo. Todas estas maneras de expresar o de explicar el hecho de la Trini- dad, estén en contra de las ensefanzas de las Escrituras, No encontra~ mos la palabra “trinidad” en las Escrituras, El primer uso de la palabra, hasta donde sabemos, fue por Tertuliano. 1. Pruebas de la Trinidad en las Escrituras En el principio, cuando Dios ya estaba listo para crear al hombre, dijo en Gén, 1:26, ‘“‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”’, Estas palabras implican quela misma Trinidad, en las tres personas, tom6 consejo consigo misma al crear al hombre, Tam- bién la palabra traducida “Dios” en el Antiguo Testamento, en el hebreo estd en la forma plural. Es la verdad que en esto no hay nada definitivo, Dero cuando menos vemos una sugestién; y con la luz del Nuevo Testa- «96) LA TRINIDAD 97 mento es justificable entender la idea con referencia a la pluralidad de per- sonas en el seno de la divinidad. No debemos caer en el error de creer que hay tres dioses. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espiritu Santo es Dios, y en los tres casos es el mismo Dios. Por supuesto la razén no pue- de comprender cémo tres personas pueden existir en un ser sin tener divi- sién 0 composicién; y como ya hemos dicho, esta no es una doctrina que se revela por la razén, sino por la revelacién, y la revelacién es muy enfati- ca en ensefar que hay sélo un Dios. Por lo tanto no tenemos tres dioses, ni tres formas de divinidad, sino que en el seno del mismo Dios hay tres personas, o hay las distinciones personales, Es posible que nuestra pala- bra ‘‘persona’’ no exprese con toda perfeccién la idea, pero en nuestro es- tado de imperfeccién no conocemos otra palabra mejer. Las distinciones entre el Padre y el Hijo se expresan con mucha cla- ridad en el primer capitulo del evangelio de Juan, Ver. 1-2, “En el prin- cipio ya era el Verbo, y el verbo era con Dios, y Dios era el Verbo. Esto era en el principio con Dios”, En el versfculo 14 vemos que el ‘‘Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros”. Se ve claramente que el ver- bo se refiere a Cristo, y que en el principio, antes de la creaci6n, el verbo estaba con Dios, y que el Verbo era Dios. En la vida de Jesucristo ve- mos que é] como Dios, reconocia a su Padre y le daba la autoridad de un Padre. En Juan 6:27, dice: ‘A éste sell6 e] Padre’’. Alli .vemos que el Padre esta identificado con Divs. Ya hemos visto que en e] primer capi- tulo de Juan el Verbo, 0 Cristo, es identificado con Dios. También en Juan 8 la correcta traduccién seria, no ‘‘el unigénito Hijo’, sino ‘‘el unigé- nito Dics’’. Cristo era el unigénito Dios que esta en el seno del Padre. 2. Todas las pruebas de los mejores manuscritos favorecen el uso dela palabra “Dios”? en lugar de la palabra “Hijo”. También en Juan 20;28, cuan- do Cristo mostré ias pruebas de su resurreccién al apéstol Tomas, éste con- vencido respondié, ‘Senor mio y Dios mfo’’, En estas palabras vemos que Cristo fué reconocido como Dios.Los socinianos pretenden que esto fue meramente una exclamacién de parte de Toms; pero no se usaban ta- les exclamaciones entre los judios, y segtin el mismo uso de ellos, serfauna cosa absurda explicar este pasaje de otra manera, sino como una declara— cién de pleno convencimiento de Tomas, al quedar convencido de que Cris- to se habia levantado de entre los muertos y de queera Dios. La correcta traduccién también de Romanos 9:5, seria, “Quien estd sobre todas las cosas, Dios bendito’’. La conexién demuestra con toda claridad que el apéstol esté hablando de Cristo Jestis, y hace una declaracién de El, que esté sobre todas las cosas, ‘‘Dios bendito’’. También en Tito 2:13, 98 TEOLOGIA SISTEMATICA “Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la venida gloriosa de nues- tro gran Dios y Salvador, Jesucristo”. No es posible aqui referir estas pa- labras al Padre sino al Hijo, porque la palabra traducida “venida” nunca se usé con referencia al Padre sino solamente con referencia al Hijo. Heb, 1:8; En este versiculo el apdstol estd hablando con referencia al Hijo y comienza el versiculo dando énfasis a esta idea: “Mas af Hijo: Tu trono, oh, Dios, por los siglos de los siglos: Cetro de rectitud el cetro de tu reino”. Sin posibi- lidad de duda vemos que él solamente se dirigié a Dios, y el apéstol al citar esta porcién la refiere al Hijo. Aqui las palabras fueron dichas al Hijo. En el versfculo 10, todavia hablando con referencia al Hijo, dice: “Tu, Seftor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obras de tus manos’. Por lo tanto vemos que ai Hijo se atribuyen también obras divinas en la creacién, La misma cosa se afirma en el cap. I. de Juan, en donde nos dice que todas las cosas fueron hechas por El. También en I. Juan 5:20, tenemos estas pa- labras “Estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verda- dero Dios, y la vida eterna”. Todas las leyes de construccién en la lengua hacen imposible que la palabra “éste”, en la cliusula “Este es el verdadero Dios”, pueda tener referencia a otra persona sino a Jesucristo. Tenemos alli, entonces, una afirmacién terminante e inspirada de que el Hijo, Jesu- cristo, es el verdadero Dios. A la vez encontramos muchas referencias a Dios, en el Nuevo Testamento, aplicadas por los autores inspirados delNuevo Testamento, al Hijo. No es nuestro propésito dar detalladamente en este lugar todos los argumentos que se refieren a la divinidad de Cristo; solamente hemos he- cho algunas referencias, para que se vea luego que las mismas Escrituras reconocen que el Hijo también es Dios. Que el Padre se reconoce como Dios se admite tal como esta revelado en las Sagradas Escrituras. 3. Las Escrituras Ensehan que el Espiritu Santo es Dios En Hechos 5:3-4, cuando Ananfas y Safira trataron de engafiar a los apéstoles con la idea de que habian entregado el valor de toda su propiedad al fondo de la Iglesia, habiendo reservado gran parte, podemos notar que al principio Pedro en el versiculo 3, dijo a Ananfas: “gPor qué hinch6 Satands tu coraz6n a que mintieses al Espiritu Santo?”. En el versiculo 4 le dice: “No has mentido a los hombres sino a Dios”. En esto vemos que el Espfri- tu Santo esta identificado con Dios. También en I. Cor. 3:16, el apdstol dice de los cristianos: “~No sabéis que sois el templo de Dios? y después dice, “El espiritu de Dios mora en vosotros. Vemos otra vez una identificacién entre Dios y el Espfritu de Dios. Enel Cap 6:19, dice: “vuestro cuerpo es templo de Dios: Luego ya habia dicho quesomos el Templo del Espiritu LA TRINIDAD 99 Santo. En todo esto vemos una identificacién. A la vez vemos que el es- piritu Santo est dotado de los mismos atributos de Dios, Se llama el ‘*Es- piritu de Vida’, ‘‘Espiritu de Verdad”’, ‘‘Espfritu Eterno”, y se afirma de él también omniprescencia. Vemos que se atribuyen también al mis- mo Espfritu las obras de la creacién. En Gen. 1:2, el Espiritu de Dios se movia sobre la haz de las aguas como un ave que estd calentando sus hue- vos para producir vida, y asi el Espiritu de Dios estaba sobre las condicio- nes ca6ticas de este mundo para sacar de ellas orden y vida. Se afirma también que el Espiritu es el que da vida en la resurrecci6n. También en la regeneracién el Espiritu es quien nos regenera en Cristo Jestis. Y de la misma manera vemos que Cristo habla del Espiritu, que iba a enviarlo para estar con los discipulos de una manera personal. Le llamé el Con- solador. La palabra Consolador implica personalidad. También dice, “El os guiaré a toda la verdad”. La idea aqui también es m4s de una perso- nalidad que de una mera influencia. Algunos dirén que la palabra que se refiere al Espiritu Santo est4 en el género neutro, pero el género neu- tro se usa no con referencia a la personalidad representada, sino con re- ferencia al género de la palabra que se usa. En las mismas conexiones encontramos el uso del articulo masculino, cuando la conexién gramati- cal no demanda una concordancia con la palabra que por naturaleza es neutra. En la dispensaci6n antigua no hay tantas referencia a la obra per- sonal del Espiritu Santo, pero a la vez se ve evidencia suficiente de su per- sona durante toda aquella dispensacién. En un sentido especial que el Es- piritu Santo vino en el dia de Pentecostés, tenia referencia a la evangeli- zaci6n del mundo. Para esto las naciones no estaban listas en el Antiguo Testamento, y por lo tanto no hay referencia directa a esta obra; pero tene- mos prueba de que obraba en algunas Escrituras semejantes a las que ense- guida citamos: Heb: 9:14, ‘El Espiritu Eterno”; II. Ped. 1:21, “Los santos hombres de Dios hablaron, siendo inspirados del Espiritu Santo’’. En Juan 7:39 tenemos las palabras, ‘‘Porque aun no habfa sido dado el Espfritu San- to’, Estas palabras no se refieren a la existencia del Espiritu Santo en el mundo, sino al bautismo en el Espiritu Santo en el dia de Pentecostés. ‘El Espfritu Santo es Dios mismo personalmente presente en el Creador”’. 4. Referencias a la Trinidad en el Antiguo Testamento Como ya hemos dicho, la palabra ‘Dios’ en el hebreo est4 en la forma plural, lo que probablemente tiene referencia a la pluralidad de per- sonas en el Ser divino, Algunos quieren explicar esta forma con lo que se llama pluralis majestatis; pero es més sencillo interpretarlo en confor- 100 TEOLOGIA SISTEMATICA midad con la idea de la Trinidad, que con esta idea de la majestad. Los pasajes en el Antiguo Testamento que se refieren el Angel de Jehova, po- demos por un estudio comparativo de ellos ver que el Angel de Jehové es idéntico con Jehova mismo. porque él acepta la adoracién que dnicamente Dios puede aceptar. (Véanse Gen. 22:1] y 16; Gen. 31:11 y 13; Gen. 16:9 y 18, ete.) La idea general es que el Angel deJehové se refiere a Dios en la persona del Hijo, o al Logos antes de Ja encarnacién. Este Logos fue reconocido por el Apéstol Juan, segtin los primeros versiculos del pri- mer capitulo de su evangelio, en los cuales vemos que el Logos era igual eon Dios, y que era Dios mismo. Debemos deducir, de un estudio de este capitulo, que el Logos era reconocido por los hebreos antes de que viniera Cristo, y que habia una identificacién entre el Logos y la idea del Mesias. En las Eserituras hay referencias clarasa las distinciones personales en— tre las tres personas, Cristo, en Juan, 2-37, dice; ‘Hay otro que testifica de mi’. ‘‘El Padre mismo quien me envié, El ha dado testimonio de mi.” Juan 14: 16, 17, ‘‘Oraré al Padre, y os dar4 otro Consolador, y él estard con vosotros para siempre, al espiritu de verdad’’, Algunos pre- tenden que las representaciones personales, son meramente diferentes fa- ses de la misma divinided en sus esfuerzos para manifestarse a los hom- bres, y que al comprender claramente la divinidad estas diferentes fases pasar4n; 0 en otras palabras, que la doctrina de la Trinidad es temporal, transitoria, Las Escrituras nos ensefan que en la divinidad, la Trinidad es eminente y eterna. Estas distinciones personales son distintas en la di- vinidad misma. 5. Errores en cuanto a la Trinidad (1) Los Arrianos Arrio de Alejandrfa, en el siglo IV, neg6 la verdadera divinidad de Cristo, pero admitié que Cristo era més que hombre; que Cristo fue el mas exaltado y glorioso de todas las criaturas, pero que fue una creacién de Dios, y en ese sentido, distinto de Dios. Por lo tanto no fue igual con Dios, Los socinianos y unitarios modernos ensefan una doctrina muy semejante a la doctrina de Arrio, aunque Arrio admitié que podriamos dar culto a Cris— to, mientras que los unitarios consideran que Cristo no es Dios, y que no hay que honrarlo con adoracién. Por supuesto, un Dios creado no puede ser en el sentido verdadero Dios, sino solamente una criatura subordina- daal Creador. El error de Arriofue condenado por el Concilio de Nicea, 325 A. D. Es claro que estas teorfas estén en contra de las ensefianzas que Cristo era en el principio con Dios e igual con Dios; que Cristo mismo fue el creador del universo, Unicamente un Dios puede crear. LA TRINIDAD 101 (2) Los Sabelianos Sabelio ensenaba que el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo son me- ramente manifestaciones del Dios escondido a las criaturas que E] ha he- cho. En otras palabras, que la Trinidad no es una divisién esencial en las personas de Ia divinidad, sino es una acomodacién transitoria que al fin pasaré. Elllos explican la doctrina mas o menos de esta manera: Dios unido a la creacién es Padre; Dios unido a Jesucristo es Hijo;"Dios unido a la iglesia es Espiritu Santo”. Desde luego podemos ver que estas expli- caciones no estén de acuerdo con las Escrituras, porque vemos la obra del Espiritu Santo miles de aitos antes de la existencia de la iglesia.

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